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VIVO QUEJÁNDOME?

¿Vivo quejándome?



1)  Para saber
Seguramente nos habremos encontrado con alguien que suele ser muy negativo. O incluso nosotros mismos a veces también tenemos una actitud quejumbrosa. Lo peor es que además de perder la alegría, también se la podemos quitar a los demás. La causa puede ser que guardamos algunos rencores. El Papa Francisco recientemente dio unos consejos para remediar esa actitud de ser “maestros de lo negativo”.

En primer lugar, recordó el Papa, no hay que olvidar que Dios promete su consuelo. El problema viene cuando no queremos ser consolados: “Tantas veces el consuelo del Señor nos parece una maravilla. Pero no es fácil dejarse consolar; es más fácil consolar a los otros que dejarse consolar. Porque, muchas veces, nosotros estamos pegados a lo negativo, apegados a la herida del pecado dentro de nosotros, y, muchas veces tenemos la preferencia de permanecer ahí, solos. Pero Jesús nos dice lo que ordenó al paralitico que estaba en su camilla sin poderse levantar: ‘¡Levántate!’, es la palabra de Jesús. Siempre: ‘¡Levántate!’”.

El Papa recordó que Santa Teresa de Jesús temía de quienes se quejan por todo y decía: “Ay de la hermana que dice: ‘me han hecho una injusticia’; ‘me han hecho algo que no es razonable’ ”. También mencionó al profeta Jonás como “premio Nobel del quejarse”.

2)  Para pensar
El Papa contó que conoció a una persona que se quejaba por todo, “tenía el don de encontrar la mosca en la leche”. Y aunque era una buena persona, e incluso daba muy buenos consejos, se lamentaba siempre. Sus conocidos se imaginaban cómo sería cuando se muriera y llegara al Cielo. Decían: “Lo primero que hará en el Cielo, en vez de gozarse de estar ahí y de saludar a san Pedro, le preguntará: ‘¿Y dónde está el infierno?’, pues siempre busca lo negativo. Y cuando San Pedro le haga ver el infierno, seguramente tampoco estaría de acuerdo con los castigos que ahí habrá. Una vez visto volvería a preguntar: ‘¿Y cuántos condenados hay en él?’. Le respondería san Pedro: ‘Solo uno’. Y volvería a verlo mal: ‘Ah, que desastre de redención’, diría él.

No podemos ser así. Por ello, ante la amargura, el rencor y los lamentos, la palabra de la Iglesia de hoy es: “¡Ánimo!, ¡ánimo!, recuerda que Dios viene a salvarte, déjate consolar por el Señor. Y no es fácil porque para dejarse consolar por el Señor uno necesita desnudarse de sus propios egoísmos, de esas cosas que son nuestro tesoro: la amargura, el lamentarse, u otras muchas cosas”, aseguró el Papa.

3)  Para vivir
Así, es necesario dejarse ayudar y cortar la “raíz amarga” que lleva a quejarse y a preferir el rencor. En el lamentarse hay algo de contradictorio, pues quejándose de algún mal, lejos de remediarlo, se aumenta con la queja.

Concluyó el Santo Padre con una invitación: “Nos hará bien a cada uno de nosotros, hacer un examen de conciencia: ¿Cómo es mi corazón? ¿Tengo alguna amargura? ¿Tengo alguna tristeza? ¿Cómo es mi lenguaje? ¿Es de alabar a Dios, de belleza o de lamentarme siempre? Pidamos al Señor la gracia del coraje, porque en el coraje viene Él a consolarnos, y pidamos: ‘Señor, ven a consolarnos’”.



© Pbro. José Martínez Colín

VATICANO EMITE UN SELLO PARA RECORDAR A BEATO ITALIANO ASESINADO POR LA MAFIA


Vaticano emite un sello para recordar a beato italiano asesinado por la mafia
 Foto: Vatican Media




(ACI).- La Santa Sede ha querido recordar el 25 aniversario de la muerte del Beato don Pino Puglisi mediante la emisión de un sello donde aparece su rostro y algunos de los jóvenes a los que ayudó.

Según se informó, se han emitido 360 mil series completas con el valor de un euro cada uno.

El Beato don Pino Puglisi nació en el barrio Brancaccio de Palermo (Italia), el 15 de septiembre de 1937. Recibió el orden sacerdotal en 1960 y emprendió una acción pastoral destinada a comprometer a los jóvenes con grupos parroquiales y, de ese modo, sacarlos de la calle.

Emprendió una lucha abierta y decidida contra la mafia que, como respuesta, planeó su asesinato. Fue asesinado el 15 de septiembre de 1993. 

En palabras del Papa Francisco, el Padre Pino Puglisi “ha sido un sacerdote ejemplar, dedicado especialmente a la pastoral juvenil. Educando a los muchachos según el Evangelio vivido, los protegía de la mala vida, y así esta ha tratado de derrotarlo matándolo. En realidad, ha sido él quien ha venido con Cristo resucitado”.

Por otro lado, la Santa Sede también ha hecho pública la emisión del sello con motivo de la Pascua de 2018, con un valor de 0,95 euros, y del que se emitirán 250 mil series completas.

JESÚS ES NUESTRO AMIGO MÁS FIEL E INCONDICIONAL


Jesús es nuestro amigo más fiel e incondicional. 


Tengamos presente que:
Si quieres curar tus heridas, Él es médico.
Si estás ardiendo de fiebre, Él es manantial.
Si estás oprimido por la iniquidad, Él es justicia.
Si tienes necesidad de ayuda, Él es fuerza.
Si temes la muerte, Él es vida.
Si deseas el cielo, Él es el camino.
Si refugio de las tinieblas, Él es luz
Si buscas manjar, Él es alimento.

ENUMERA TUS BENDICIONES

Enumera tus bendiciones



Hoy te ofrezco un texto hermoso que me envió un amigo muy fiel en el día de mi cumpleaños. Quiero hacerte participar de la sabiduría de su contenido y de esa armonía que pareciera emanar de la magia de las palabras.

En este momento tan especial de tu vida… enumera tus bendiciones. Vuelve a descubrir tus capacidades. Sonríe con gratitud por los dones recibidos. Esparce alegría y buen humor. Olvida tus preocupaciones. Deja en manos de Dios el cuidado de todos tus problemas. Reserva tiempo para ti mismo. Ten disponibilidad para recibir a la gente. Goza las maravillas de cada día. Percibe la belleza por doquier. Contempla las estrellas. Observa un amanecer. Escucha llover sobre los techos. Acepta un riesgo. Prueba algo nuevo. Alberga ideas renovadoras. Aminora la marcha. Ten paciencia. Sé prudente. Cultiva la fe. Vive los mensajes de Dios. Confía en los otros.  Celebra con entusiasmo el don de la vida.

¿Maravilloso, verdad? La sugerencia fundamental está en habituarte a descubrir y enumerar las bendiciones de cada día: para agradecerlas al Señor, fortificar tu confianza en él y gozar de las delicadezas de su amor. Que la alegría del Señor sea tu fortaleza.



* Enviado por el P. Natalio

SAN FRANCISCO DE SALES, OBISPO, PATRONO DE LOS PERIODISTAS, 24 ENERO

24 de enero
San Francisco de Sales
Obispo, patrono de los periodistas
(1567-1622)




Se dice que escribía de día hojas clandestinas y la metía por debajo de las puertas, de noche. Por esa razón, se ganó el premio "patrono de los periodistas".

Escribía como un ángel. De forma, que los franceses lo tienen entre sus clásicos de literatura.

Montañés de cuerpo entero, nacido en los Alpes, en el castillo saboyano de Sales. Familia exquisita. Le llevan a estudiar a la universidad de París. Luego a Padua. Canónigo de Annecy, obispo auxiliar de Ginebra, líder de debates con los protestantes, apóstol de la región de Chablais. Vuelve a París, trata con san Vicente de Paul, en todas partes se le recibe con entusiasmo.

Hay un libro: "Introducción a la vida devota", cuarenta ediciones en vida del autor, y en aquello tiempos. Un libro utilizado muchísimo tiempo como lectura espiritual.

"¿No es una barbaridad -decía él- querer desterrar la vida devota del cuartel de los soldados, del taller de los artesanos, del palacio de los príncipes, del hogar de los casados?"

Hay una amistad que no se puede olvidar: la que mantuvo con Juana Chantal; con ella fundó la Orden de la Visitación.

Una virtud: la dulzura de este hombre, de quien dicen que en su juventud tenía tan mal genio.

Respecto a esto, es una constante en la biografía de todo santo su lucha ascética a fin de aumentar su capacidad de autodominio. Pero para demostrar que esta virtud no se consigue de la noche a la mañana, he aquí un detalle precisamente referida a nuestro santo.

Se cuenta que al hacerle al autopsia, le encontraron su hígado endurecido como un piedra. Esto se explica por la enorme violencia que tuvo que hacerse este hombre de fuerte carácter para hacerse y aparecer amable, delicado y bondadoso en el trato.

Esa dulzura de la que hablamos antes, no le fue fácil conseguirla.

San Francisco de Sales escribió: "No nos enojemos en el camino unos contra otros; caminemos con nuestros hermanos y compañeros con dulzura, paz y amor; y te lo digo con toda claridad y sin excepción alguna: no te enojes jamás, si es posible; por ningún pretexto des en tu corazón entrada al enojo"

EL PAPA FRANCISCO DEDICÓ ESTAS PALABRAS DE AGRADECIMIENTO A PADRES Y MADRES DE PERÚ


El Papa Francisco dedicó estas palabras de agradecimiento a padres y madres
El Papa Francisco / Foto: Daniel Ibáñez (ACI Prensa)



(ACI).- Durante la conferencia de prensa que concedió en su viaje de regreso a Roma, el Papa Francisco recordó parte de su visita a Perú y  agradeció a los padres y madres que se animan a traer hijos al mundo.

“Yo me llevo de Perú una impresión de alegría, de fe, de esperanza, de volver a andar y, sobre todo, muchos chicos”, destacó el Papa.


“O sea, volví a ver esa imagen que vi en Filipinas y vi en Colombia: los papás y las mamás a mi paso levantando a los chicos, y eso dice ‘futuro’, eso dice ‘esperanza’, porque nadie trae hijos al mundo si no tiene esperanza”, afirmó.

El Santo Padre también destacó que Perú “es el pueblo Latinoamericano que tiene más santos, y santos de alto nivel, ¿no?”, y nombró a Santo Toribio de Mogrovejo, Santa Rosa de Lima, San Martín de Porres y San Juan Masías. Santos “de alto nivel. Creo que la fe la tienen muy calada dentro”, afirmó. “Ustedes son una tierra ‘ensantada’”, añadió.

CONCÉDEME PADRE, UN CORAZÓN DÓCIL

Concédeme Padre, un corazón dócil
Es tener una conciencia que sabe escuchar, que es sensible a la voz de la verdad, y por esto es capaz de discernir el bien del mal.


Por: SS Benedicto XVI | Fuente: Catholic.net 




Palabras del Papa Benedicto XVI el domingo 24 de julio de 2011 durante el rezo del Ángelus.

Queridos hermanos y hermanas
En el Antiguo Testamento nos presenta la figura del rey Salomón, hijo y sucesor de David. Nos lo presenta al principio de su reinado, cuando era aún jovencísimo. Salomón heredó una tarea muy comprometida, y la responsabilidad que pesaba sobre sus hombros era grande para un joven soberano.

En primer lugar, él ofreció a Dios un solemne sacrificio – "mil holocaustos", dice la Biblia. Entonces el Señor se le apareció en visión nocturna y prometió concederle lo que pidiera en la oración. Y aquí se ve la grandeza de alma de Salomón: él no pide una larga vida, ni riquezas, ni la eliminación de sus enemigos: dice en cambio al Señor: “Concede entonces a tu servidor un corazón dócil, para juzgar a tu pueblo, para discernir entre el bien y el mal" (1 Re 3,9). Y el Señor se lo concedió, de modo que Salomón llegó a ser célebre en todo el mundo por su sabiduría y sus rectos juicios.

Él, por tanto, pidió a Dios que le concediera “un corazón dócil" ¿Qué significa esta expresión? Sabemos que el “corazón” en la Biblia no indica solo una parte del cuerpo, sino el centro de la persona, la sede se sus intenciones y de sus juicios. Podríamos decir: la conciencia.

“Corazón dócil” entonces significa una conciencia que sabe escuchar, que es sensible a la voz de la verdad, y por esto es capaz de discernir el bien del mal.

En el caso de Salomón, la petición está motivada por la responsabilidad de guiar una nación, Israel, el pueblo que Dios eligió para manifestar al mundo su designio de salvación. El rey de Israel, por tanto, debe buscar estar siempre en sintonía con Dios, a la escucha de su Palabra, para guiar a su pueblo por los caminos del Señor, el camino de la justicia y de la paz.

Pero el ejemplo de Salomón vale para cada hombre. Cada uno de nosotros tiene una conciencia para ser en un cierto sentido “rey”, es decir, para ejercitar la gran dignidad humana de actuar según la recta conciencia, obrando el bien y evitando el mal. La conciencia moral presupone la capacidad de escuchar la voz de la verdad, de ser dóciles a sus indicaciones. Las personas llamadas a tareas de gobierno tienen, naturalmente, una responsabilidad ulterior, y por tanto – como enseña Salomón – tienen aún más necesidad de la ayuda de Dios. Pero cada uno tiene que hacer su propia parte, en la situación concreta en la que se encuentra.

Una mentalidad equivocada nos sugiere pedir a Dios cosas o condiciones favorables; en realidad, la verdadera calidad de nuestra vida y de la vida social depende de la recta conciencia de cada uno, de la capacidad de cada uno y de todos de reconocer el bien, separándolo del mal, y de buscar llevarlo a cabo con paciencia.

Pidamos por esto la ayuda de la Virgen María , Sede de la Sabiduría. Su “corazón” es perfectamente “dócil” a la voluntad del Señor. Aun siendo una persona humilde y sencilla, María es una reina a los ojos de Dios, y como tal la veneramos nosotros. Que la Virgen Santa nos ayude también a nosotros a formarnos, con la gracia de Dios, una conciencia siempre abierta a la verdad y sensible a la justicia, para servir al reino de Dios.

EL EVANGELIO DE HOY MIÉRCOLES 24 ENERO 2018


Lecturas de hoy Miércoles de la 3ª semana del Tiempo Ordinario
Hoy, miércoles, 24 de enero de 2018



Primera lectura
Lectura del segundo libro de Samuel (7,4-17):

En aquellos días, recibió Natán la siguiente palabra del Señor: «Ve y dile a mi siervo David: "Así dice el Señor: ¿Eres tú quien me va a construir una casa para que habite en ella? Desde el día en que saqué a los israelitas de Egipto hasta hoy, no he habitado en una casa, sino que he viajado de acá para allá en una tienda que me servía de santuario. Y, en todo el tiempo que viajé de acá para allá con los israelitas, ¿encargué acaso a algún juez de Israel, a los que mandé pastorear a mi pueblo Israel, que me construyese una casa de cedro?" Pues bien, di esto a mi siervo David: "Así dice el Señor de los ejércitos: Yo te saqué de los apriscos, de andar tras las ovejas, para que fueras jefe de mi pueblo Israel. Yo estaré contigo en todas tus empresas, acabaré con tus enemigos, te haré famoso como a los más famosos de la tierra. Daré un puesto a Israel, mi pueblo: lo plantaré para que viva en él sin sobresaltos, y en adelante no permitiré que los malvados lo aflijan como antes, cuando nombré jueces para gobernar a mi pueblo Israel. Te pondré en paz con todos tus enemigos, y, además, el Señor te comunica que te dará una dinastía. Y, cuando tus días se hayan cumplido y te acuestes con tus padres, afirmaré después de ti la descendencia que saldrá de tus entrañas, y consolidaré su realeza. Él construirá una casa para mi nombre, y yo consolidaré el trono de su realeza para siempre. Yo seré para él padre, y él será para mí hijo; si se tuerce, lo corregiré con varas y golpes como suelen los hombres, pero no le retiraré mi lealtad como se la retiré a Saúl, al que aparté de mi presencia. Tu casa y tu reino durarán por siempre en mi presencia; tu trono permanecerá por siempre."» 
Natán comunicó a David toda la visión y todas estas palabras.

Palabra de Dios

Salmo
Sal 88,4-5.27-28.29-30

R/. Le mantendré eternamente mi favor

Sellé una alianza con mi elegido, 
jurando a David, mi siervo: 
«Te fundaré un linaje perpetuo, 
edificaré tu trono para todas las edades.» R/. 

«Él me invocará: "Tú eres mi padre, 
mi Dios, mi Roca salvadora"; 
y yo lo nombraré mi primogénito, 
excelso entre los reyes de la tierra.» R/.

«Le mantendré eternamente mi favor, 
y mi alianza con él será estable; 
le daré una prosperidad perpetua 
y un trono duradero como el cielo.» R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Marcos (4,1-20):

En aquel tiempo, Jesús se puso a enseñar otra vez junto al lago. Acudió un gentío tan enorme que tuvo que subirse a una barca; se sentó, y el gentío se quedó en la orilla. 
Les enseñó mucho rato con parábolas, como él solía enseñar: «Escuchad: Salió el sembrador a sembrar; al sembrar, algo cayó al borde del camino, vinieron los pájaros y se lo comieron. Otro poco cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra; como la tierra no era profunda, brotó en seguida; pero, en cuanto salió el sol, se abrasó y, por falta de raíz, se secó. Otro poco cayó entre zarzas; las zarzas crecieron, lo ahogaron, y no dio grano. El resto cayó en tierra buena: nació, creció y dio grano; y la cosecha fue del treinta o del sesenta o del ciento por uno.» 
Y añadió: «El que tenga oídos para oír, que oiga.»
Cuando se quedó solo, los que estaban alrededor y los Doce le preguntaban el sentido de las parábolas.
Él les dijo: «A vosotros se os han comunicado los secretos del reino de Dios; en cambio, a los de fuera todo se les presenta en parábolas, para que, por más que miren, no vean, por más que oigan, no entiendan, no sea que se conviertan y los perdonen."» 
Y añadió: «¿No entendéis esta parábola? ¿Pues, cómo vais a entender las demás? El sembrador siembra la palabra. Hay unos que están al borde del camino donde se siembra la palabra; pero, en cuanto la escuchan, viene Satanás y se lleva la palabra sembrada en ellos. Hay otros que reciben la simiente como terreno pedregoso; al escucharla, la acogen con alegría, pero no tienen raíces, son inconstantes y, cuando viene una dificultad o persecución por la palabra, en seguida sucumben. Hay otros que reciben la simiente entre zarzas; éstos son los que escuchan la palabra, pero los afanes de la vida, la seducción de las riquezas y el deseo de todo lo demás los invaden, ahogan la palabra, y se queda estéril. Los otros son los que reciben la simiente en tierra buena; escuchan la palabra, la aceptan y dan una cosecha del treinta o del sesenta o del ciento por uno.»

Palabra del Señor



Comentario al Evangelio de hoy miércoles, 24 de enero de 2018
Severiano Blanco, cmf
Queridos hermanos:

Algún experto ha dicho que la parábola de hoy debería llamarse “del sembrador impertérrito”. Efectivamente hace falta tener moral para, después de tanto fracaso, continuar esparciendo semillas, en una geografía en la que, por un agente u otro,  termina secándose o siendo devorada. Pero, gracias a ese tesón, la semilla finalmente “siente la caricia del terruño y abre sus entrañas a la vida”, según celebra la conocida zarzuela.

Jesús debió de decir esta parábola a gente desencantada, que le tildaba de ingenuo y le invitaba a abrir los ojos: ¿no te das cuenta, Maestro, de que cada uno está a lo que está? ¿de que ese asunto del Reino te interesa a ti y cuatro infelices más? ¿de que te persiguen las autoridades religiosas y las civiles? ¿de que entre tus mismos seguidores hay más envidiejas y ambición que concordia? A pesar de tan “razonables” advertencias, Jesús siguió sembrando esperanzado.

La parábola del sembrador está emparentada con las de la levadura y del grano de mostaza; son las designadas como “parábolas del contraste”: en algo aparentemente insignificante se encierra un potencial increíble. “Demos tiempo al tiempo”, suele decirse.

A la parábola sigue una explicación, probablemente no original de Jesús, cuyo lenguaje era suficientemente claro, sino de la Iglesia primitiva. La existencia de esta Iglesia es la demostración de que los afanes de Jesús no fueron vanos; ella es su fruto. Pero un fruto no exento de riesgos de malograrse. Hay creyentes “despistados”, olvidadizos, o tan ocupados en otros asuntos que su fe puede terminar desvitalizándose, asfixiada en el barullo de lo intranscendente, frívolo, o, sencillamente, secundario, que ha logrado ocupar el puesto principal. Llamadas muy oportuna. ¿Dónde fijo yo la atención?

Entre parábola y explicación (o aplicación) hay un texto difícil. Una traducción defectuosa de la lengua de Jesús al griego acaba dejándonos la impresión de que Jesús tuviese mala intención para con algunos: “no sea que se conviertan y se les perdone” (!!!). Muy probablemente quiso decir: “todo les resulta un enigma (en vez de parábola), salvo que cambien de actitud…”. Es decir, lo de Jesús resulta ininteligible para quien se sitúa deliberadamente “fuera”, para quien se hace el escéptico y se queda a la expectativa. Además de inteligencia requiere empatía, candor de corazón, cercanía… A Jesús le entienden los seguidores; dar explicaciones a endurecidos es perder el tiempo. El marinero del romance medieval decía: “yo no digo esa canción sino a quien conmigo va”.

Vuestro hermano
Severiano Blanco cmf