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ADVIENTO: ESPERA, PREPARACIÓN Y ACOGIDA


Adviento: Espera, preparación y acogida




El Adviento es tiempo de espera para la gran celebración de la Navidad. El nacimiento de Jesús es el gran acontecimiento largamente esperado por el Pueblo de Israel que durante tantos años vivió anhelando el cumplimiento de la promesa que Dios le había hecho de que le enviaría un Salvador.

Nuestra cultura no está habituada a esperar y nos es difícil comprender que el Pueblo de Israel haya esperado siglos y siglos para el cumplimiento de esta promesa. La nuestra es la cultura de la prisa, de lo inmediato, de lo "express". Esperar implica acomodarse al tiempo de otro y es realmente difícil aceptar los tiempos de "otro” cuando no coinciden con los nuestros, incluso si son tiempos de Dios.

El Adviento nos invita a esperar el tiempo de Dios; la venida de Jesús.

El Adviento no es aún la fiesta, sino espera, preparación y expectación para la gran fiesta. El gozo propio del adviento es de quien ha recibido una promesa y espera ilusionado su cumplimiento y verificación. Sin embargo, hoy ya no lo vivimos esperando una promesa. Hemos adelantado la fiesta y hemos perdido el clima de "espera", "de promesa", de "don".

Lo anticipamos todo: durante el Adviento, nos damos regalos, los abrimos, comemos pavo, dulces, etc. No sabemos esperar. Esta anticipación del festejo nos ha "robado" el tiempo de preparación espiritual propuesto por la Iglesia para una celebración profunda de la Navidad, que tendría que ser para cada cristiano, un encuentro "de corazón a corazón” con el Dios-niño, tan sencillo y pequeño, que se encuentra al alcance de todos. Actualmente hay muchos festejos "navideños” que nada tienen que ver con el misterio de la Navidad y muchas veces para el 24 de diciembre, ya nos encontramos cansados y agobiados; incluso "saturados" de tantos compromisos; agotados por la prisa y el estrés. La forma en la que solemos vivir el Adviento, en lugar de prepararnos para celebrar la Fe en un clima de paz y gozo espiritual, muy probablemente nos acelera, dispersa y distrae para lo esencial.

María, la Madre que supo esperar con verdadera esperanza y gran amor, es el gran personaje del Adviento que nos enseña a vivir este tiempo como camino hacia el portal de Belén, lugar de encuentro y adoración del Dios-niño.

Tres actitudes muy hermosas de María que nos pueden ayudar a vivir este Adviento son: la espera, la preparación del corazón y la acogida sincera.

1. María espera con gozo, con profunda esperanza, la llegada de Jesús a su vida.
2. María prepara su corazón con vivos sentimientos de ternura para con el Niño Jesús que viene y de gratitud profunda para con Dios que cumple sus promesas.
3. María cultiva en su corazón una acogida generosa, abriéndolo de par en par para que realmente entre Jesús a su vida. Ella lo esperaba sinceramente, no lo acoge sólo de palabra, sino que le ofrece su corazón.

Que María nos enseñe a vivir este Adviento en una espera gozosa; a aprovechar este tiempo para preparar nuestro corazón para que Jesús realmente encuentre en él un lugar donde quedarse y desde el cual podamos descubrirlo como verdadero Salvador: como el Dios que viene a iluminar lo que en nuestra vida está oscuro; a sanar lo que en nuestra vida está enfermo; y a liberarnos de todo lo que nos impide vivir en el gozo de su Amor.




Autor: María de Lourdes Rodero Elizondo, o.p. | Fuente: Catholic.net

IDEAS PARA VIVIR EL ADVIENTO


Ideas para vivir el Adviento
Esta es una época del año en la que estamos “bombardeados” por la publicidad. 
Por: Tere Vallés




La palabra latina "adventus" significa “venida”. En el lenguaje cristiano se refiere a la venida de Jesucristo. La liturgia de la Iglesia da el nombre de Adviento a las cuatro semanas que preceden a la Navidad, como una oportunidad para prepararnos en la esperanza y en el arrepentimiento para la llegada del Señor.

Durante el tiempo de Adviento se puede escoger alguna de las opciones que presentamos a continuación para vivir cada día del Adviento y llegar a la Navidad con un corazón lleno de amor al niño Dios.



1.Pesebre y pajas:

En esta actividad se va a preparar un pesebre para el Niño Dios el día de su nacimiento. El pesebre se elaborará de paja para que al nacer el niño Dios no tenga frío y la paja le dé el calor que necesita. Con las obras buenas de cada uno de los niños, se va a ir preparando el pesebre. Por cada buena obra que hagan los niños, se pone una pajita en el pesebre hasta el día de la celebración del nacimiento de Cristo.


2.Vitral del Nacimiento:

En algún dibujo en el que se represente el Nacimiento se puede ir coloreando alguna parte de éste, cada vez que lleven a cabo una obra buena, para irlo completando para la Navidad.

3.Calendario Tradicional de Adviento:

En esta actividad se trata de hacer un calendario de Adviento en donde marquen los días del Adviento y escribir sus propósitos a cumplir. Pueden dibujar en la cartulina el día de Navidad con la escena del nacimiento de Jesús. Diario revisarán los propósitos para ir preparando su corazón a la Navidad. Este calendario lo podrán llevar a la Iglesia el día de Navidad si así lo desean.


Se sugieren los siguientes propósitos:

1. Ayudaré en casa en aquello que más me cueste trabajo.

2. Rezaré en familia por la paz del mundo.

3. Ofreceré mi día por los niños que no tienen papás ni una casa donde vivir.

4. Obedeceré a mis papás y maestros con alegría.

5. Compartiré mi almuerzo con una sonrisa a quien le haga falta.

6. Hoy cumpliré con toda mi tarea sin quejarme.

7. Ayudaré a mis hermanos en algo que necesiten.

8. Ofreceré un sacrificio por los sacerdotes.

9. Rezaré por el Papa.

10. Daré gracias a Dios por todo lo que me ha dado.

11. Llevaré a cabo un sacrificio.

12. Leeré algún pasaje del Evangelio.

13. Ofreceré una comunión espiritual a Jesús por los que no lo aman.

14. Daré un juguete o una ropa a un niño que no lo tenga.
15. No comeré entre comidas.

16. En lugar de ver la televisión ayudaré a mi mamá en lo que necesite.

17. Imitaré a Jesús en su perdón cuando alguien me moleste.

18. Pediré por los que tienen hambre y no comeré dulces.

19. Rezaré un Ave María para demostrarle a la Virgen cuanto la amo.

20. Hoy no pelearé con mis hermanos.

21. Saludaré con cariño a toda persona que me encuentre.

22. Hoy pediré a la Santísima virgen por mi país.

23. Leeré el nacimiento de Jesús en el Evangelio de 
S. Lucas 2, 1-20.

24. Abriré mi corazón a Jesús para que nazca en él.


4.- Novena de Navidad 

Esta es una época del año en la que vamos a estar “bombardeados” por la publicidad para comprar todo tipo de cosas, vamos a estar invitados a muchas fiestas. Todo esto puede llegar a hacer que nos olvidemos del verdadero sentido del Adviento. Esforcémonos por vivir este tiempo litúrgico con profundidad, con el sentido cristiano.
De esta forma viviremos la Navidad del Señor ocupados del Señor de la Navidad.

BUSCA TIEMPO


Busca tiempo




“Busca tiempo para leer. Es una manera de perfeccionarte con el saber de los demás. Busca tiempo para orar. Es el modo de entrar en contacto con Dios y expresarle tu amor. Busca tiempo para meditar. Es un ejercicio necesario para llegar a la profundidad de tu corazón.

Busca tiempo para dialogar. Es la acción más noble del ser humano a través de la cual uno escucha y habla, recibe y da, y así crece y se consolida la amistad. Busca tiempo para observar a los demás. Es una actitud que te enseñará mucho y te ayudará a imitar lo positivo de los otros y a evitar sus defectos. Busca tiempo para contemplar la naturaleza. Es el arte de Dios, donde Él se ha manifestado en toda su belleza. Busca también tiempo para trabajar, hacer algo, diligentemente. Es el precio que has de pagar por realizarte a ti mismo, ser útil a los demás y construir una sociedad más justa y humana. Busca tiempo para viajar. Es una actividad que enriquece en gran manera, porque estás en contacto con gentes y culturas diversas que te pueden complementar.

Busca tiempo para evaluarte a ti mismo. Es un momento propicio para hacer balance y decidir con energía lo bueno que debes potenciar y lo malo que debes corregir. Busca tiempo para amar. Es la esencia de la vida, que brinda al ser humano sentido y felicidad”. Que estos valiosos objetivos te motiven a distribuir sabiamente el tiempo.



* Enviado por el P. Natalio

LA ACTITUD DE UN CRISTIANO


La actitud de un cristiano



¿Cuál debería ser la actitud del cristiano cuando se encuentra en una situación difícil y angustiosa en una prueba severa?

¡Sólo puede haber una actitud! ¡Una confianza sencilla e inamovible en Dios! Una negativa a mirar la circunstancia difícil y disposición a mirar por sobre ella. La única manera de lograr esto, es vivir muy cerca de Dios. De la manera como el turbo permite que el aeroplano conserve toda su potencia a una altura de diez mil metros, altura en que el avión ordinario ha perdido los cuatro quintos de su potencia, así el cristiano que camina con Dios, con el oído atento y en obediencia, conserva las fuerzas en los más rudos altibajos de la vida.

La realidad es que Dios es más poderoso que cualquier tentación o peligro. La persona que tiene a Dios en el corazón es invencible.

Es cierto que a veces parece que Dios pone a sus hijos en situaciones de profunda dificultad. Los arrincona en callejones sin salida produciendo una situación que la discreción humana jamás habría admitido.

En esos períodos las palabras de Jesús "Si puedes creer, al que cree todo le es posible" (Marcos 9: 23), resuenan con renovado significado. Debe comprenderse que este tipo de fe en Dios es la forma más práctica de enfrentar los problemas de la vida: no se trata de sentido común, de visión, ni de razón. Es tomar literalmente la Palabra de Dios y pedirle su cumplimiento. La experiencia revela que este tipo de fe no hace que el sol amanezca más temprano, pero hace que la noche parezca más corta.

Francis Browne cuenta la historia de un pequeño grupo de peregrinos que sentados en la playa hacían un recuento de sus pérdidas. Uno contaba de un barco que se había hundido con toda su familia. Otro hacía memorias de una dulce juventud ya perdida y otros hablaban de oro que ya se había desvanecido, de honores perdidos y de amigos sin fe. Un desconocido que parecía estar libre de pena dijo:

-Tristes pérdidas habéis relatado, pero la mía es más pesada, porque he perdido la fe que tenía en el corazón.

¡Ay! -dijeron los peregrinos-, forastero, la tuya es la pérdida más grande y la última que se tiene en la vida.

La pérdida más grande de la vida, es la pérdida de la fe. La ansiedad de Cristo por hacer que Pedro retuviera su fe, dice un escritor, sólo admite una explicación. El no se interpuso entre Pedro y el fracaso, pero entre él y la pérdida de su fe. Cuando un hombre pierde la honra, la verdad y el carácter, está perdido; pero cuando pierde la fe sufre la mayor pérdida.

CÓMO PUEDES SABER SI ERES UN CRISTIANO HUMILDE? PAPA FRANCISCO LO EXPLICA


¿Cómo puedes saber si eres un cristiano humilde? El Papa lo explica
Foto: L'Osservatore Romano





VATICANO, 05 Dic. 17 / 04:56 am (ACI).- El Papa Francisco, durante la homilía pronunciada en la Misa celebrada en la Casa Santa Marta este martes 5 de diciembre, señaló que todo cristiano debe ser humilde si quiere crecer hacia la plenitud del Espíritu Santo.

Ahora bien, “¿qué es ser humilde?”, se preguntó el Santo Padre. “Algunos pueden pensar que ser humilde es ser educado, cortés, cerrar los ojos cuando se reza… No, ser humilde no es eso. Entonces, ¿cómo puedo saber si soy humilde?”, insistió.

“Hay una señal: aceptar la humillación. La humildad sin humillación no es humildad. Humilde es aquel hombre, aquella mujer, que es capaz de soportar las humillaciones como las ha soportado Jesús, el humillado, el gran humillado”, explicó.

Cada cristiano es “como un pequeño brote donde se posará el Espíritu del Señor, espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de fortaleza, espíritu de conciencia y de temor del Señor. Esos son los dones del Espíritu Santo. De la pequeñez se crece a la plenitud del Espíritu. Esta es la promesa, este es el Reino de Dios. Esta es la vida del cristiano”.

Francisco exhortó a “ser conscientes de que cada uno de nosotros es un brote de aquella raíz que debe crecer, crecer con la fuerza del Espíritu Santo, hasta la plenitud del Espíritu Santo en nosotros. ¿Y cuál sería la misión del cristiano? Simplemente custodiar ese brote que crece en nosotros, custodiar su crecimiento, custodiar el Espíritu”.

El Pontífice se preguntó sobre cuál es el estilo de vida del cristiano: “Es un estilo como el de Jesús, sustentado en la humildad”.

“Hace falta fe y humildad para que crezca ese brote, ese don pequeño que llegará a la plenitud de los dones del Espíritu Santo. Necesitamos humildad para creer que el Padre, Señor del Cielo y de la Tierra ha ocultado estas cosas a los sabios, a los doctores y se las ha revelado a los humildes, como recuerda el Evangelio de hoy. Humildad es ser pequeño como un brote, un brote que crece cada día, un brote que necesita al Espíritu Santo para poder ir adelante hacia la plenitud de la propia vida”.

El Pontífice finalizó su homilía pidiendo “que el Señor nos de esta grandeza de custodiar lo pequeño hacia la plenitud del Espíritu. No olvidéis las raíces y aceptad las humillaciones”.

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 5 DICIEMBRE


Los cinco minutos de María
5 diciembre 



En su vida, la Virgen María no ha realizado cosas llamativas ni ha emprendido hazañas extraordinarias. Ella se santificó haciendo todas las cosas que hacían las mujeres de su tiempo.
Tampoco nosotros debemos buscar la santidad en cosas extraordinarias sino en hacer las cosas ordinarias de un modo extraordinario, por el amor con que las hacemos.

María, impúlsanos a realizar las tareas de cada día con mucho amor y bondad.


* P. Alfonso María

LA INMACULADA CONCEPCIÓN


La Inmaculada Concepción



En una pequeña gruta en el pueblito de Lourdes, en Francia, la Virgen se le apareció a una niña diciéndole: "Yo soy la Inmaculada Concepción". Era el año 1858…

Pero… ¿Qué significa la Inmaculada Concepción? Esta expresión alude a que la Virgen María fue preservada del pecado desde el primer instante de su existencia humana. Dios, por la Inmaculada Concepción de María, preparó para su Hijo una morada digna de Él.

La devoción popular por los fieles a su fiesta data del siglo VII en Oriente; en Irlanda desde el siglo IX y, en Inglaterra y en España, desde el siglo XI. El convencimiento de la verdad que encierra se remonta a los orígenes mismos del cristianismo, que considera a la Virgen como la "toda Santa".

El Papa Pío IX proclamó solemnemente esta verdad el 8 de diciembre de 1854. Instauró la fecha para la celebración de la fiesta de forma conjunta para toda la Iglesia "...declaramos, proclamamos y definimos que la doctrina que sostiene que la beatísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de la culpa original en el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Cristo Jesús Salvador del género humano, está revelada por Dios y debe ser por tanto firme y constantemente creída por todos los fieles..." (Pío IX, Bula Ineffabilis Deus)

Se instituyó entonces el dogma de la Inmaculada Concepción que dice que María "por un privilegio único, fue preservada de la mancha (el pecado) original desde el primer instante de su concepción".

La Concepción es el momento en el cual Dios crea el alma y la infunde en la materia orgánica procedente de los padres. La concepción es el momento en que comienza la vida humana.

María quedó preservada de toda carencia de gracia santificante desde que fue concebida en el vientre de su madre Santa Ana. Es decir María es la "llena de gracia" desde su concepción. Cuando hablamos de la Inmaculada Concepción no se trata de la concepción de Jesús quién, claro está, también fue concebido sin pecado.

Esta fiesta nos hace meditar sobre la inefable belleza del alma de María y, también, sobre la belleza de toda alma santificada por la gracia redentora de Cristo. Durante esta jornada los católicos acostumbran a asistir al oficio de la misa, como un domingo.

EL EVANGELIO DE HOY MARTES 5 DICIEMBRE 2017


Lecturas de hoy Martes de la 1ª semana de Adviento
 Hoy, martes, 5 de diciembre de 2017



Primera lectura
Lectura del libro de Isaías (11,1-10):

AQUEL día, brotará un renuevo del tronco de Jesé,
y de su raíz florecerá un vástago.
Sobre él se posará el espíritu del Señor:
espíritu de sabiduría y entendimiento,
espíritu de consejo y fortaleza,
espíritu de ciencia y temor del Señor.
Le inspirará el temor del Señor.
No juzgará por apariencias
ni sentenciará de oídas;
juzgará a los pobres con justicia,
sentenciará con rectitud a los sencillos de la tierra;
pero golpeará al violento con la vara de su boca,
y con el soplo de sus labios hará morir al malvado.
La justicia será ceñidor de su cintura,
y la lealtad, cinturón de sus caderas.
Habitará el lobo con el cordero,
el leopardo se tumbará con el cabrito,
el ternero y el león pacerán juntos:
un muchacho será su pastor.
La vaca pastará con el oso,
sus crías se tumbarán juntas;
el león como el buey, comerá paja.
El niño de pecho retozará junto al escondrijo de la serpiente,
y el recién destetado extiende la mano
hacia la madriguera del áspid.
Nadie causará daño ni estrago
por todo mi monte santo:
porque está lleno el país del conocimiento del Señor,
como las aguas colman el mar.
Aquel día, la raíz de Jesé
será elevada como enseña de los pueblos:
se volverán hacia ella las naciones
y será gloriosa su morada.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 71,1-2.7-8.12-13.17

R/. Que en sus días florezca la justicia
y la paz abunde eternamente.

V/. Dios mío, confía tu juicio al rey,
tu justicia al hijo de reyes,
para que rija a tu pueblo con justicia,
a tus humildes con rectitud. R/.

V/. En sus días florezca la justicia
y la paz hasta que falte la luna;
domine de mar a mar,
del Gran Río al confín de la tierra. R/.

V/. Él librará al pobre que clamaba,
al afligido que no tenía protector;
él se apiadará del pobre y del indigente,
y salvará la vida de los pobres. R/.

V/. Que su nombre sea eterno,
y su fama dure como el sol;
él sea la bendición de todos los pueblos,
y lo proclamen dichoso todas las razas de la tierra. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (10,21-24):

EN aquella hora Jesús se lleno de la alegría en el Espíritu Santo y dijo:
«Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, porque así te ha parecido bien.
Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; ni quién es el Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar».
Y, volviéndose a sus discípulos, les dijo aparte:
«¡Bienaventurados los ojos que ven lo que vosotros veis! Porque os digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que vosotros veis, y no lo vieron; y oír lo que vosotros oís, y no lo oyeron».

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy martes, 5 de diciembre de 2017
Ciudad Redonda


Queridos amigos y amigas:

¡Qué bien suena la voz de Isaías! El texto de este primer martes de Adviento llena de argumentos la ansiada llegada del Salvador. La era mesiánica es muy ambiciosa. Ojalá nuestras ambiciones fueran las que desgrana el profeta. Ambición de una paz universal. Ambición de una justicia desconocida. Ambición de una armonía increíble. Ambición de un rey ideal…

Nos perdemos en otras ambiciones, que nos dejan nublada la mente y seco el corazón.  Ambición de muestras de afecto y consideración. Ambición de protagonismo. Ambición de posesión de la verdad. Ambición de ser los primeros. Ambición de quedar bien. Ambiciones de poder y de tener… Ambiciones de esclavitud.

Necesitamos ambicionar los días de la era mesiánica. Días en que florezca la justicia del Mesías y abunde su paz. Días de principio para los pobres y desamparados. Días de fin para los injustos y violentos. Días de ciencia y discernimiento, de consejo y valor, de piedad y adoración –gratuita, claro- del Señor.

Estas ambiciones se las ha revelado el Padre a los sencillos de mirada profunda. A los humildes de espíritu. A quienes, sin hacer nada especial, se ganan la confianza del Padre, del Hijo y del Espíritu, porque son gente de confianza y esperanza sinceras. Buena Gente, que lleva la Buena Noticia de Jesús esgrafiada en el espejo del alma. Gente sencilla que le deja a Él guiar sus pasos, pequeños, quizá lentos, pero con rumbo certero hacia la Vida Nueva de los anhelos mesiánicos.

Ambicionad, anhelad, desead… el Día del Señor.