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lunes, 11 de septiembre de 2017

EL CARACOL Y EL ROSAL


El caracol y el rosal



Había una vez... ... Una amplia llanura donde pastaban las ovejas y las vacas. Y del otro lado de la extensa pradera, se hallaba el hermoso jardín rodeado de avellanos.

El centro del jardín era dominado por un rosal totalmente cubierto de flores durante todo el año. Y allí, en ese aromático mundo de color, vivía un caracol, con todo lo que representaba su mundo, a cuestas, pues sobre sus espaldas llevaba su casa y sus pertenencias.

Y se hablaba a sí mismo sobre su momento de ser útil en la vida: –¡Paciencia! –decía el caracol–. Ya llegará mi hora. Haré mucho más que dar rosas o avellanas, muchísimo más que dar leche como las vacas y las ovejas.

–Esperamos mucho de ti –dijo el rosal–. ¿Podría saberse cuándo me enseñarás lo que eres capaz de hacer?

–Necesito tiempo para pensar –dijo el caracol–; ustedes siempre están de prisa. No, así no se preparan las sorpresas.

Un año más tarde el caracol se hallaba tomando el sol casi en el mismo sitio que antes, mientras el rosal se afanaba en echar capullos y mantener la lozanía de sus rosas, siempre frescas, siempre nuevas. El caracol sacó medio cuerpo afuera, estiró sus cuernecillos y los encogió de nuevo.

–Nada ha cambiado –dijo–. No se advierte el más insignificante progreso. El rosal sigue con sus rosas, y eso es todo lo que hace.

Pasó el verano y vino el otoño, y el rosal continuó dando capullos y rosas hasta que llegó la nieve. El tiempo se hizo húmedo y hosco. El rosal se inclinó hacia la tierra; el caracol se escondió bajo el suelo.

Luego comenzó una nueva estación, y las rosas salieron al aire y el caracol hizo lo mismo.

–Ahora ya eres un rosal viejo –dijo el caracol–. Pronto tendrás que ir pensando en morirte. Ya has dado al mundo cuanto tenías dentro de ti. Si era o no de mucho valor, es cosa que no he tenido tiempo de pensar con calma. Pero está claro que no has hecho nada por tu desarrollo interno, pues en ese caso tendrías frutos muy distintos que ofrecernos. ¿Qué dices a esto? Pronto no serás más que un palo seco... ¿Te das cuenta de lo que quiero decirte?

–Me asustas –dijo el rosal–. Nunca he pensado en ello.

–Claro, nunca te has molestado en pensar en nada. ¿Te preguntaste alguna vez por qué florecías y cómo florecías, por qué lo hacías de esa manera y de no de otra?

–No –contestó el rosal–. Florecía de puro contento, porque no podía evitarlo. ¡El sol era tan cálido, el aire tan refrescante!... Me bebía el límpido rocío y la lluvia generosa; respiraba, estaba vivo. De la tierra, allá abajo, me subía la fuerza, que descendía también sobre mí desde lo alto. Sentía una felicidad que era siempre nueva, profunda siempre, y así tenía que florecer sin remedio. Esa era mi vida; no podía hacer otra cosa.

–Tu vida fue demasiado fácil –dijo el caracol (Sin detenerse a observarse a sí mismo).

–Cierto –dijo el rosal–. Me lo daban todo. Pero tú tuviste más suerte aún. Tú eres una de esas criaturas que piensan mucho, uno de esos seres de gran inteligencia que se proponen asombrar al mundo algún día... algún día.... ¿Pero, ... De qué te sirve el pasar los años pensando sin hacer nada útil por el mundo?

–No, no, de ningún modo –dijo el caracol–. El mundo no existe para mí. ¿Qué tengo yo que ver con el mundo? Bastante es que me ocupe de mí mismo y en mí mismo.

–¿Pero no deberíamos todos dar a los demás lo mejor de nosotros, no deberíamos ofrecerles cuanto pudiéramos? Es cierto que no te he dado sino rosas; pero tú, en cambio, que posees tantos dones, ¿qué has dado tú al mundo? ¿Qué puedes darle?

–¿Darle? ¿Darle yo al mundo? Yo lo escupo. ¿Para qué sirve el mundo? No significa nada para mí. Anda, sigue cultivando tus rosas; es para lo único que sirves. Deja que los avellanos produzcan sus frutos, deja que las vacas y las ovejas den su leche; cada uno tiene su público, y yo también tengo el mío dentro de mí mismo. ¡Me recojo en mi interior, y en él voy a quedarme! El mundo no me interesa.
Y con estas palabras, el caracol se metió dentro de su casa y la selló.

–¡Qué pena! –Dijo el rosal–. Yo no tengo modo de esconderme, por mucho que lo intente. Siempre he de volver otra vez, siempre he de mostrarme otra vez en mis rosas. Sus pétalos caen y los arrastra el viento, aunque cierta vez vi cómo una madre guardaba una de mis flores en su libro de oraciones, y cómo una bonita muchacha se prendía otra al pecho, y cómo un niño besaba otra en la primera alegría de su vida. Aquello me hizo bien, fue una verdadera bendición. Tales son mis recuerdos, mi vida.

Y el rosal continuó floreciendo en toda su inocencia, mientras el caracol dormía allá dentro de su casa. El mundo nada significaba para él.

Y pasaron los años. El caracol se había vuelto tierra en la tierra, y el rosal tierra en la tierra, y la memorable rosa del libro de oraciones había desaparecido... Pero en el jardín brotaban los rosales nuevos, y los nuevos caracoles seguían con la misma filosofía que aquél, se arrastraban dentro de sus casas y escupían al mundo, que no significaba nada para ellos.

Y a través del tiempo, la misma historia se continuó repitiendo... ¿Empezamos otra vez nuestra historia desde el principio? No vale la pena; siempre sería la misma.



© Hans Christian Andersen

ESTÁ ENTRE NOSOTROS


Está entre nosotros



Aunque las palabras de Jesús, recogidas por Mateo, son de gran importancia para la vida de las comunidades cristianas, pocas veces atraen la atención de comentaristas y predicadores. Esta es la promesa de Jesús: “Donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”.

Jesús no está pensando en celebraciones masivas como las de la Plaza de San Pedro en Roma. Aunque solo sean dos o tres, allí está él en medio de ellos. No es necesario que esté presente la jerarquía; no hace falta que sean muchos los reunidos.

Lo importante es que “estén reunidos”, no dispersos, ni enfrentados: que no vivan descalificándose unos a otros. Lo decisivo es que se reúnan “en su nombre”: que escuchen su llamada, que vivan identificados con su proyecto del reino de Dios. Que Jesús sea el centro de su pequeño grupo.

Esta presencia viva y real de Jesús es la que ha de animar, guiar y sostener a las pequeñas comunidades de sus seguidores. Es Jesús quien ha de alentar su oración, sus celebraciones, proyectos y actividades. Esta presencia es el “secreto” de toda comunidad cristiana viva.

Los cristianos no podemos reunirnos hoy en nuestros grupos y comunidades de cualquier manera: por costumbre, por inercia o para cumplir unas obligaciones religiosas. Seremos muchos o, tal vez, pocos. Pero lo importante es que nos reunamos en su nombre, atraídos por su persona y por su proyecto de hacer un mundo más humano.

Hemos de reavivar la conciencia de que somos comunidades de Jesús. Nos reunimos para escuchar su Evangelio, para mantener vivo su recuerdo, para contagiarnos de su Espíritu, para acoger en nosotros su alegría y su paz, para anunciar su Buena Noticia.

El futuro de la fe cristiana dependerá en buena parte de lo que hagamos los cristianos en nuestras comunidades concretas las próximas décadas. No basta lo que pueda hacer el Papa Francisco en el Vaticano. No podemos tampoco poner nuestra esperanza en el puñado de sacerdotes que puedan ordenarse los próximos años. Nuestra única esperanza es Jesucristo.

Somos nosotros los que hemos de centrar nuestras comunidades cristianas en la persona de Jesús como la única fuerza capaz de regenerar nuestra fe gastada y rutinaria. El único capaz de atraer a los hombres y mujeres de hoy. El único capaz de engendrar una fe nueva en estos tiempos de incredulidad. La renovación de las instancias centrales de la Iglesia es urgente. Los decretos de reformas, necesarios. Pero nada tan decisivo como el volver con radicalidad a Jesucristo.


©José Antonio Pagola

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY LUNES 11 SEPTIEMBRE 2017


Lecturas de hoy Lunes de la 23ª semana del Tiempo Ordinario
11 de septiembre




Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses (1,24–2,3):

Ahora me alegro de sufrir por vosotros: así completo en mi carne los dolores de Cristo, sufriendo por su cuerpo que es la Iglesia, de la cual Dios me ha nombrado ministro, asignándome la tarea de anunciaros a vosotros su mensaje completo: el misterio que Dios ha tenido escondido desde siglos y generaciones y que ahora ha revelado a sus santos. A éstos Dios ha querido dar a conocer la gloria y riqueza que este misterio encierra para los gentiles: es decir, que Cristo es para vosotros la esperanza de la gloria. Nosotros anunciamos a ese Cristo; amonestamos a todos, enseñamos a todos, con todos los recursos de la sabiduría, para que todos lleguen a la madurez en su vida en Cristo: ésta es mi tarea, en la que lucho denonadamente con la fuerza poderosa que él me da. Quiero que tengáis noticia del empeñado combate que sostengo por vosotros y los de Laodicea, y por todos los que no me conocen personalmente. Busco que tengan ánimos y estén compactos en el amor mutuo, para conseguir la plena convicción que da el comprender, y que capten el misterio de Dios. Este misterio es Cristo, en quien están encerrados todos los tesoros del saber y el conocer.

Palabra de Dios
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Salmo
Sal 61,6-7.9 

R/. De Dios viene mi salvación y mi gloria

Descansa sólo en Dios, alma mía, 
porque él es mi esperanza; 
sólo él es mi roca y mi salvación, 
mi alcázar: no vacilaré. R/.

Pueblo suyo, confiad en él, 
desahogad ante él vuestro corazón, 
que Dios es nuestro refugio. R/.

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Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (6,6-11):

Un sábado, entró Jesús en la sinagoga a enseñar. Había allí un hombre que tenía parálisis en el brazo derecho. Los escribas y los fariseos estaban al acecho para ver si curaba en sábado, y encontrar de qué acusarlo. 
Pero él, sabiendo lo que pensaban, dijo al hombre del brazo paralítico: «Levántate y ponte ahí en medio.» Él se levantó y se quedó en pie.
Jesús les dijo: «Os voy a hacer una pregunta: ¿Qué está permitido en sábado, hacer el bien o el mal, salvar a uno o dejarlo morir?»
Y, echando en torno una mirada a todos, le dijo al hombre: «Extiende el brazo.»
Él lo hizo, y su brazo quedó restablecido. Ellos se pusieron furiosos y discutían qué había que hacer con Jesús.

Palabra del Señor

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Queridos hermanos: 

La Palabra nos sirve de encuentro en este espacio desde el que se anuncia el misterio escondido desde siglos y revelado en Cristo, esperanza de la gloria. Él es el hombre libre que nos invita a recorrer su camino liberador. En el texto de Lucas de hoy, la curación del paralítico en sábado, contemplamos a quien es libre y libera, no por romper una norma o escandalizar, o dejarse llevar del “cambio por el cambio”. 

Contemplamos a Jesús, libre por el bien del hombre. La preocupación por la persona, la atención a la persona, la necesidad de la persona, es la prioridad para nuestro Dios. La liberación de todo ser humano es la prioridad de nuestro Dios. Esa liberación, que otros necesitan de manera más urgente, nos puede hacer también a nosotros libres, cuando nos implicamos en ella. 

De cualquier forma, es el Maestro, Jesús, un hombre libre , quien nos invita a buscar, encontrar y desarrollar su libertad . Una libertad a caro precio, el de su entrega voluntaria y total. ¡Señor, aumenta nuestra fe! Para que construyamos nuestra vida cristiana sobre la roca firme que tu Palabra segura nos ofrece. ¡Señor, aumenta nuestra fe! Para que la bondad que viene de ti se atesore en nuestro corazón y saquemos a relucir el bien. ¡Señor, aumenta nuestra fe! Para que las dificultades de la vida no puedan con nuestra firme decisión de llamarte Señor y hacer lo que tú nos digas. 


* Ciudadredonda

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 11 DE SEPTIEMBRE


Los cinco minutos de María
Setiembre 11



La vida de María fue la aceptación absoluta de la voluntad del Padre. Como Jesús, ella también pudo afirmar que su alimento era hacer la voluntad del Padre.

La vida de María es -como la de Jesús- un “amén” perenne, un “sí, Padre” indefectible.

No podríamos hallar modelo más perfecto para nuestra vida cristiana; cuando hayamos llegado a decir en todas las circunstancias de nuestra vida: “Sí, Padre”, estaremos ya en camino de perfección.

Virgen concebida sin pecado, que nos ofreces el rostro del hombre nuevo, redimido por Jesucristo, ayúdanos a decir sí al Padre en todos las circunstancias de nuestra vida.


* P. Alfonso Milagro

TEXTO COMPLETO DE LA RUEDA DE PRENSA DEL PAPA FRANCISCO EN EL VUELVO DE COLOMBIA A ROMA


TEXTO COMPLETO: Rueda de prensa del Papa Francisco en el vuelo de Colombia a Roma
 Foto: Álvaro de Juana (ACI Prensa)



VATICANO, 11 Sep. 17 / 08:01 am (ACI).- Como ya es habitual al finalizar sus viajes internacionales, el Papa Francisco ofreció una rueda de prensa en el vuelo de regreso de Cartagena a Roma, tras su intensa visita a Colombia realizada del 6 al 10 de septiembre.

En la conferencia de prensa el Santo Padre aborda diversos temas como la situación de Venezuela, la crisis de Corea del Norte, la realidad de los jóvenes inmigrantes en Estados Unidos, los desastres naturales, y comenta también cómo está luego del golpe que sufrió en el papamóvil en Cartagena.

A continuación el texto completo de la rueda de prensa:

Greg Burke, Director de la Oficina de Prensa del Vaticano: Gracias Santo Padre, por el tiempo que nos dedica hoy después de un viaje intenso, cansado, muy cansado para algunos, pero también un viaje fructífero. En varias ocasiones usted ha dado las gracias a la gente por lo que le han enseñado. También nosotros aprendemos muchas cosas en esta cultura del encuentro y le damos las gracias por ello.

Colombia en particular, con su pasado reciente, y no solo reciente, nos ha ofrecido algunos testimonios fuertes, algunos testimonios emocionantes de perdón y de reconciliación. Pero también nos ha ofrecido una lección continua de alegría y de esperanza, dos palabras que usted ha usado mucho en este viaje. Ahora quizás usted quiera decir algo y después vamos con las preguntas. Gracias

Papa Francisco: Buenas tardes y muchas gracias por vuestro trabajo. Estoy conmovido de la alegría, de la ternura, de la juventud, de la nobleza del pueblo colombiano. Un pueblo noble que no tiene miedo a expresarse como siente, no tiene miedo a escuchar y a hacer ver lo que siente. Así lo percibo yo.

Esta es la tercera vez que yo recuerde (que he estado en Colombia), pero hay un obispo que me ha dicho: ‘no, usted ha estado una cuarta vez”, pero solo para pequeñas reuniones. Una vez en la Ceja y las otras dos en Bogotá, o tres, pero, no conocía la Colombia profunda, la que se ve en las calles. Bien, yo agradezco el testimonio de alegría, de esperanza, de paciencia en el sufrimiento de este pueblo. Me ha hecho mucho bien. Gracias.

Greg Burke: Bien, Santo Padre. Primera pregunta de César Moreno de Radio Caracol.

César Moreno: Gracias, Su Santidad. Muy buenas noches. Primero que todo, quisiera agradecerle por parte de todos los medios colombianos que nos acompañan aquí en este viaje, y de todos los compañeros y amigos por haber usted ido a nuestra patria, por habernos dado tantos mensajes tan lindos, tan profundos, por tanto, cariño, por tanta cercanía que usted le demostró al pueblo colombiano, Su Santidad. Muchas gracias

Usted llegó, Santo Padre, a un país dividido. Dividido por cuenta de un proceso de paz. Entre los que aceptan y no aceptan ese proceso. ¿Qué hacer concretamente, qué pasos dar, para acercar a las partes divididas, para que a nuestros dirigentes dejen ese odio, dejen ese rencor?. Si Su Santidad volviera, pudiera volver, a nuestro país en unos años, ¿Cómo cree, como le gustaría ver a Colombia? Gracias.

Papa Francisco: A mí me gustaría que el lema al menos fuese: “Demos el segundo paso”. Que al menos fuera ese. Yo pensaba que eran más. Calculaba por los 60, pero me dijeron 54 años de guerrilla, más o menos. Y ahí se acumula mucho, mucho. Mucho odio, mucho rencor, mucha alma enferma. Y la enfermedad no es culpable. Viene. Te la arrastra un sarampión y te agarra ¡Ah, perdona!, hablo italiano. La enfermedad no es algo culpable, viene.

Con estas guerrillas que de verdad había hecho, sea la guerrilla, sean los paramilitares, sean aquellos del aire, y también la corrupción tantas veces en el país, han cometido pecados malos que han provocado esta enfermedad del odio, de…Pero se han dado pasos que dan esperanza, pasos en la negociación, pero ha sido el último. Se ha dado el cese del fuego del ELN, y lo agradezco mucho, lo agradezco mucho eso. Pero hay algo más que yo he percibido. El querer de ir adelante en este proceso va más allá de las negociaciones que se están haciendo o se deben hacer. 

Es una querencia espontánea, y allí está la fuerza del pueblo.  Yo tengo esperanza en esto. El pueblo quiere respirar, pero debemos ayudarlo con la cercanía, la oración, y sobre todo con la comprensión de cuánto dolor hay dentro de tanta gente.

Greg Burke: Ahora, Santo Padre José Mojica, de El Tiempo.

José Mojica: Santo Padre, un honor estar aquí, un honor estar aquí con usted. Mi nombre es José Mojica, soy periodista de El Tiempo, Casa editorial de Colombia, y le saludo en nombre también de mis colegas colombianos y de todos los medios de comunicación de mi país.

Colombia ha sufrido muchas décadas de violencia por cuenta de la guerra, por el conflicto armado, y también por el narcotráfico.

Sin embargo, los estragos de la corrupción en la política han sido tan perjudiciales como la misma guerra, y aunque no es nueva la corrupción, siempre hemos sabido que existe, ahora es más visible porque ya no tenemos las noticias de la guerra, del conflicto armado. ¿Qué hacer ante este flagelo, hasta dónde llevar a los corruptos, como castigarlos? Y, por último, ¿habría que excomulgar a los corruptos?

Papa Francisco: Me hace una pregunta que yo me la he planteado muchas veces. Yo me la he planteado de esta manera: ¿El corrupto tiene perdón? Yo me la planteé así. Y me la planteé cuando hubo un acto de… en la provincia de Catamarca, en la Argentina, un acto de maltrato, abuso, de violación de una chica. Y había gente metida ahí, muy ligada a los poderes políticos y económicos de esa provincia.

Yo escribí un pequeño libro que se llama “Pecado y corrupción”. Siempre. Todos somos pecadores y sabemos que el Señor está cerca nuestro. Que Él no se cansa de perdonar, pero la diferencia: ‘Dios nunca se cansa de perdonar’. Pero, el pecador, a veces se anima y pide perdón. El problema es que el corrupto se cansa de pedir perdón y olvida de como se pide perdón.

Esto es un problema grande. Es un estado de insensibilidad ante los valores, ante la destrucción, a la explotación de las personas. No es capaz de pedir perdón. Es como una condena aquí, es muy difícil ayudar a un corrupto, muy difícil, pero Dios puede hacerlo. Yo rezo por ello.

Greg Burke: Santo Padre ahora Hernán Reyes, de Telam.

Hernán Reyes: Santidad, del grupo de periodistas de lengua española. Usted ha hablado de este primer paso que ha dado Colombia. Hoy en la Misa ha dicho que no ha habido suficiente diálogo entre dos partes pero que ha sido necesario incorporar más actores. ¿Usted piensa que es posible replicar este modelo colombiano en otros conflictos en el mundo?

Papa Francisco: Integrar otras personas –que hoy en la homilía he hablado de esto hablando de la parte del Evangelio– integrar a las personas no es la primera vez.  En muchos conflictos han estado integradas otras personas. Un modo de ir adelante, un modo sapiencial de política.

Existe la sabiduría de pedir ayuda, pero creo que hoy he querido ponerlo en la homilía, que era un mensaje en la homilía, creo que estos recursos técnicos, digamos así, políticos, ayudan y piden a veces la intervención de las Naciones Unidas para salir de la crisis, pero solo un proceso de paz irá adelante si lo toma en mano el pueblo. Si un pueblo no lo toma en mano. Sí, podrá ir adelante un poco, se llegará a un compromiso.

Es lo que he querido que se escuche en esta visita. El protagonista de la pacificación o es el pueblo, o se llegará a un cierto punto. Pero cuando toma la iniciativa el pueblo es capaz de hacerlo bien. Yo veo que ese es el camino superior.

Elena Pinaris: Buenas tardes Santidad. Ante todo, queríamos preguntarle qué tal está. Hemos visto todos que se ha golpeado la cabeza. ¿Cómo está? ¿Se ha hecho daño?

Papa Francisco: Estoy bien. Me agaché para saludar a un niño, no vi el cristal y¡pum!

Pregunta: La pregunta es esta: mientras estamos en el vuelo, pasamos cerca del huracán Irma, que después de haber causado daños enormes y decenas de muertos en las islas del Caribe y Cuba, se teme que zonas de Florida puedan terminar bajo el agua. Seis millones de personas han debido dejar sus casas.

Después del huracán Harvey, han estado casi a la misma vez tres huracanes en la misma zona. Expertos aseguran que el calentamiento del océano es un factor que contribuye a hacer las tempestades y los huracanes estacionales más intensos. ¿Existe una responsabilidad moral de los líderes políticos, que desechan colaborar con las otras naciones para controlar las emisiones de gas de efecto invernadero porque dicen que el cambio climático sea obra del hombre?

Papa Francisco: Gracias. La última parte, para no olvidarle: quien niega esto debe ir a los científicos y preguntarles a ellos. Ellos hablan muy claro. Los científicos son precisos.  El otro día, cuando ha salido la noticia de ese barco ruso que ha ido de Noruega al Japón o el Polo Norte sin hielo, se deshiela, en la fotografía se veían trozos de hielo. Al Polo norte ahora se puede ir. Está muy claro, muy claro. Cuando ha salido esa noticia de una universidad, no me acuerdo de dónde, ha salido otra que decía: ‘tenemos solo 3 años para volver atrás, de lo contrario las consecuencias serán terribles’. Yo no sé si es verdad que son tres años o no, pero que si no volvemos atrás vamos para abajo es verdad.

Se ven los efectos del cambio climático, y los científicos dicen claramente el camino a seguir, y todos nosotros tenemos una responsabilidad. Todos, cada uno tiene una pequeña, o una grande. Una responsabilidad moral. No aceptar las opiniones o tomar decisiones. Tenemos que tomarlo en serio. Creo que es algo para no bromear.

Usted me preguntaba cuál era la responsabilidad moral. Cada uno tiene la suya.

Elena Pinaris: ¿Los políticos?

Papa Francisco: Los políticos tienen la suya. Cada uno la suya. Según la respuesta que dé.

Yo diría que cada uno tiene su propia responsabilidad moral, primero. Segundo, si uno está dudoso y piensa que esto no sea verdad, que pregunte a los científicos. Ellos son clarísimos. No son opiniones al aire. Son clarísimos, y luego que decida, y la historia juzgará las decisiones. Gracias.

Enzo Romeo: Buenas tardes, Santo Padre. Yo me uno a la pregunta que ha hecho antes la compañera. Porque usted muchas veces, en los discursos que ha hecho en Colombia, ha vuelto a llamar, de alguna manera, a la necesidad de hacer las paces con la creación. Respetar el medio ambiente como condición necesaria para que se pueda crear una paz social estable.

Los efectos del cambio climático, aquí en Italia –no sé si está informado- ha causado muchos muertos en Livorno. Muchos daños en Roma. Estamos todos preocupados por esta situación. ¿Por qué se tarda en el que se tome conciencia, sobre todo por parte de los gobiernos, que sin embargo parecen solícitos quizás en otros sectores, por ejemplo, en el armamentístico? Estamos viendo la crisis de Corea, también sobre esto me gustaría tener una opinión suya.

Papa Francisco: ¿Por qué? Me viene una frase del Antiguo Testamento, creo que de un salmo: ‘El hombre es un estúpido’, es un testarudo que no ve. El único animal creado que mete la pata sobre el mismo lugar es el hombre. El caballo etc. no. La soberbia, la suficiencia, de no, es así; y luego está el Dios bolsillo. No solo lo creado. Ttantas cosas, tantas decisiones, tantas contradicciones dependen del dinero.

Hoy, Cartagena. Yo he comenzado por una parte llamémosla pobre, de Cartagena, la otra parte, la parte turística: lujo, el lujo sin medida moral digamos, pero aquellos que van, ¿no se acuerdan de esto? Los analistas, sociopolíticos, no se acuerdan. El hombre es un estúpido, dice la Biblia. Es así, cuando no se ve, no se ve. Se mira solo una parte.

Y de Corea del Norte, te digo la verdad, no lo entiendo. De verdad, no entiendo el mundo de la geopolítica. Es muy fuerte para mí. Creo que, con lo que veo, hay una lucha de intereses que, se me escapa, no lo puedo explicar, de verdad. Pero lo otro importante: no se toma conciencia. Pienso en Cartagena hoy: ¿Esto es justo? ¿Se puede tomar conciencia?

Papa Francisco: La decana (Valentina). Me pusieron un ojo en compota

Valentina Alazraki: Lo siento. Santidad, Usted cada vez que se encuentra con los jóvenes en cualquier parte del mundo les dice siempre: ‘No se dejen robar la esperanza, no se dejen robar el futuro’. Por desgracia, en los Estados Unidos se ha abolida la ley de los “dreamers”, de los “soñadores”. Hablan de unos 800 mil chicos: tantos mexicanos, colombianos, de muchos países.

Usted no cree que con la abolición de esta ley los chicos pierden la alegría, la esperanza, el futuro. Y después, abusando de su gentileza y la de los colegas, si pudiera hacer una pequeña oración, un pequeño pensamiento para todas las víctimas del terremoto en México y del huracán Irma. Gracias.


Papa Francisco: Yo he escuchado de esta ley, no he podido leer los artículos, cómo se toma la decisión. No la conozco bien. Alejar a los jóvenes de la familia no es algo que de un buen fruto. Todo joven tiene su familia. Pienso que esta ley que creo que viene no del parlamento, sino del ejecutivo, si es así, no estoy seguro, tengo la esperanza de que se repiense un poco, porque he escuchado hablar al Presidente de los Estados Unidos que se presente como un hombre “pro life” (pro vida). Si es un buen hombre “pro life” entiende que la familia es la cuna de la vida y se debe defender la unidad. Me viene esto. Por eso tengo interés en estudiar bien la ley.

Verdaderamente, cuando los jóvenes se sienten, en general, sea este caso u otro caso, explotados, al final se sienten sin esperanza. ¿Y quien la roba?: la droga, otras dependencias, el suicidio, el suicidio juvenil es muy fuerte y viene cuando vienen sacados de la raíz.

Es muy importante la relación de un joven con las raíces. Los jóvenes desarraigados hoy, piden ayuda, quieren reencontrar la raíz, por eso yo insisto tanto en el diálogo entre ancianos y jóvenes. Que dialoguen con los padres, pero los ancianos. Porque allí están las raíces, un poco lejanas, para evitar los conflictos que puede haber con las raíces más próximas, la de los padres. Pero los jóvenes hoy tienen necesidad de reencontrar las raíces. Cualquier cosa que vaya contra la raíz les roba la esperanza.

De verdad, sobre esa ley no quiero expresarme porque no la he leído y no me gusta hablar de aquello que no he estudiado bien.

Y después, Valentina es mexicana, y México ha sufrido tanto. Yo pido a todos por solidaridad con la decana (Valentina), una oración por la patria, gracias.

Antonio Gasparoni, de ANSA: Santidad, en nombre del grupo italiano quiero hacerle una pregunta sobre la cuestión de los inmigrantes. En particular, sobre que recientemente la Iglesia italiana ha expresado, digamos así, una especie de comprensión sobre la nueva política del gobierno de restringir la salida de Libia en barcos.

Se ha escrito también que sobre esto tuvo usted un encuentro con el Presidente del Consejo, Gentiloni. Querríamos saber si efectivamente en este encuentro se ha hablado de este tema, y sobre todo qué piensa usted de esta política de cerrar las salidas, considerando también el hecho de que después los inmigrantes que se quedan en Libia, como ha sido también documentado por investigaciones, viven en condiciones deshumanas, en condiciones muy, muy precarias. Gracias.

Papa Francisco: El encuentro con el ministro Gentiloni ha sido un encuentro personal y no sobre este argumento, fue antes de este problema, que salió fuera después, algunas semanas después. Casi un mes después. Primero de este problema. Segundo, yo siento el deber y gratitud por Italia y Grecia porque han abierto el corazón a los inmigrantes.

Pero no basta con abrir el corazón, el problema del inmigrante es: primero un corazón abierto siempre, también es un mandamiento de Dios ¿no?: “Recibe, porque tú has sido esclavo en Egipto”. Pero un gobierno debe gestionar ese problema con la virtud propia del gobernador: la prudencia. ¿Qué significa? Primero: ¿Cuantos puestos tengo?

Segundo: No solo recibir, integrar, integrar. Yo he visto ejemplos, aquí en Italia, de integraciones preciosas. He ido a la universidad Roma Tre y me hicieron preguntas cuatro estudiantes. Una era la última. Yo la miraba y decía: ‘esta cara la conozco’. Era una que, menos de un año antes, ha venido con Lesbos con mi en el avión, ha aprendido la lengua, estudia biología, le han convalidado las materias y ha continuado. Ha aprendido la lengua. Esto se llama integrar, en otro vuelo, creo cuando volvíamos Suecia, he hablado de la política de integración de Suecia como un modelo. Pero también Suecia ha dicho con prudencia: este número yo no puedo. Porque existe el peligro de la no integración.

Tercero: es un problema humanitario, lo que usted decía.  La humanidad rinde consciencia de estos lager, las condiciones, que usted hablaba, el desierto. Yo he visto las fotografías. Primero de los explotadores. Usted hablaba del gobierno italiano, me da la impresión de que está haciendo de todo, en labor humanitaria, para resolver el problema que no puede asumir. Corazón siempre abierto, prudencia, integración y cercanía humanitaria.

Y hay una última cosa que quiero decir, sobre todo para África. Hay en el inconsciente nuestro un otro, un principio: África debe ser explotada. Hoy en Cartagena hemos visto un ejemplo de la explotación humana en cualquier caso. Un jefe de gobierno ha dicho una verdad sobre esto: los que huyen de la guerra son otro problema, pero hay muchos que huyen del hambre. Invirtamos allí para que crezcan, pero en el inconsciente colectivo está la cuestión de que cuando los países desarrollados van a África es para explotarla.

África es amiga y debe ser ayudada a crecer. Hoy otros problemas de guerra van por otro lado. No sé si con esto he clarificado.

I Media: Santidad, hoy usted ha hablado de Venezuela luego del ángelus. Usted ha pedido que se rechace todo tipo de violencia en la vida política. El jueves, después de la Misa en Bogotá, usted ha saludado a cinco obispos venezolanos.

Lo sabemos todos, la Santa Sede está y ha estado muy comprometida por un diálogo con ese país. Desde hace meses usted pide el fin de toda violencia. Pero el Presidente Maduro, por un lado, tiene palabras muy violentas contra los obispos, de otro lado dice que está con el Papa Francisco. ¿No sería posible tener palabras más fuertes y quizás más claras? Gracias Santidad

Papa Francisco: Creo que la Santa Sede ha hablado fuerte y claramente. Lo que dice el Presidente Maduro, que lo explique él. Yo no sé qué tiene en su mente, pero la Santa Sede ha hecho mucho enviando allí al grupo de trabajo de 4 expresidentes. Ha enviado a un nuncio de primer nivel. Después ha hablado con personas, ha hablado públicamente.

Yo muchas veces en el Ángelus he hablado de la situación buscando siempre una salida, ayudando, ofreciendo ayuda para salir. Parece que la cosa es muy difícil, y lo más doloroso es el problema humanitario, tanta gente que escapa o sufre. Debemos ayudar a resolverlo de todas maneras. Yo creo que la ONU debe hacerse sentir también allí para ayudar.

Greg Burke: Gracias Santidad, creo que debemos irnos.

Papa Francisco: ¿Por las turbulencias? Dicen que hay alguna turbulencia y tenemos que irnos. Muchas gracias por vuestro trabajo. Y una vez más quisiera agradecer el ejemplo del pueblo colombiano. Y querría terminar con una imagen. Lo que más me ha llegado de los colombianos en las cuatro ciudades ha sido la gente en las calles, saludándome.

Lo que más me ha llegado es que el papá, la mamá, alzaban a sus niños para hacérselo ver al Papa para que el Papa lo bendijera. Como diciendo: este es mi tesoro, esta es mi esperanza. Este es mi futuro. Yo te creo. Esto me ha llegado. La ternura, los ojos de esos padres, de esas madres. Precioso, precioso. Esto es un símbolo. Símbolo de esperanza, de futuro. Un pueblo que es capaz de hacer hijos y después los muestra, los hace ver así, como diciendo: este es mi tesoro, es un pueblo que tiene esperanza y tiene futuro. Muchas gracias.

LOS 10 GESTOS QUE MARCARON LA VISITA DEL PAPA FRANCISCO A COLOMBIA


Los 10 gestos que marcaron la visita del Papa Francisco a Colombia
Por María Ximena Rondón
Foto: Nelson Cárdenas




BOGOTÁ, 10 Sep. 17 / 07:35 pm (ACI).- La visita del Papa Francisco a Colombia estuvo marcada por intensos encuentros con las víctimas del conflicto armado, por su llamado a defender la vida humana, sus gestos de humildad y también por la apertura de corazón de los colombianos.

Aquí dejamos los diez gestos que marcaron esta visita apostólica que el Santo Padre realizó al país sudamericano del 6 al 10 de septiembre.

1.- La tierna bendición de una niña

Durante su visita al Hogar de San José en Medellín el 9 de septiembre, una niña se acercó hacia el Papa, lo abrazó y lo bendijo con la señal de la Cruz. 


2.- El humor del Papa tras el accidente que sufrió

El Santo Padre saludaba a la gente mientras iba en el papamóvil en Cartagena, pero este frenó bruscamente y el Papa se golpeó la cabeza. Según informaron fuentes oficiales del Vaticano, lo curó Lorenza Pérez, una mujer de 50 años que acoge y cocina para niños pobres en su casa.

Al salir de su vivienda, los periodistas le preguntaron al Papa cómo se sentía después del golpe y él respondió con humor: “me dieron una puñada”.





3.- Su encuentro con una mujer que perdió a toda su familia en un atentado

El 8 de septiembre, tras su regreso de Villavicencio, el Papa Francisco escuchó fuera de la Nunciatura Apostólica el testimonio de una mujer que perdió a toda su familia en un ataque perpetrado por la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y que le expresó su deseo de perdonarlos.

Cuando terminó de hablar, el Pontífice la abrazó y luego, visiblemente conmovido, repitió las palabras que ella pronunció: “Dios perdona en mí”. Luego afirmó que solo el Padre puede conseguir “la reconciliación concreta con la verdad, la justicia y la misericordia”.

El 8 de septiembre en Villavicencio el Papa Francisco presidió el Gran Encuentro de Oración por la Reconciliación nacional. Allí escuchó los desgarradores testimonios de cuatro víctimas del conflicto armado.

Después les dirigió estas palabras de ánimo, esperanza y perdón utilizando como ejemplo el Cristo Roto de Bojayá, que fue el testigo mudo de la masacre de más de 100 personas en una iglesia en Bojayá perpetrada en el 2002 durante un enfrentamiento entre los paramilitares y la guerrilla de las FARC.

“Cristo roto y amputado, para nosotros es ‘más Cristo’ aún, porque nos muestra una vez más que Él vino para sufrir por su pueblo y con su pueblo”, expresó. 


5.- No se dejen robar la alegría y la esperanza

Cuando llegó a la Nunciatura Apostólica en Bogotá el 6 de septiembre, el Santo Padre fue recibido por un grupo de jóvenes en situación de vulnerabilidad social y de indigencia a quienes les pidió que “no se dejen robar la alegría y la esperanza”.

“Hasta los más chicos pueden ser héroes y los más pobres. Vivieron engañados, se equivocan, se levantan, y son héroes y van adelante ¡Sigan adelante! ¡Sigan adelante así!”, les dijo.




6.- La beatificación de dos mártires colombianos

El Pontífice presidió la Misa de beatificación de los dos mártires colombianos Mons. Jesús Jaramillo, Obispo de Arauca, y el P. Pedro Ramírez, conocido como el Cura de Armero.

Ante medio millón de personas provenientes de una de las zonas más castigadas por el conflicto armado durante cinco décadas, el Papa destacó que estos dos nuevos beatos son la “expresión de un pueblo que quiere salir del pantano de la violencia y el rencor.


7.- La falta de vocaciones es “cuento chino”

En su encuentro con los sacerdotes, religiosos y seminaristas en la Plaza de la Macarena en Medellín el 8 de septiembre, el Papa Francisco afirmó que la falta de vocaciones en la Iglesia es un “cuento chino”.

“A mí que no me vengas con el cuento, de que: ‘No claro, no hay tantas vocaciones de especial consagración, porque con esta crisis que vivimos…’ eso ¿Sabes qué es? cuento chino, ¿Clarito? Aún en medio de esta crisis Dios sigue llamando”, expresó.


8.- Una exhortación para los obispos latinoamericanos

Durante su jornada en Bogotá, que tuvo lugar el 7 de septiembre, el Santo Padre se reunió con el Comité Directivo del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) y pronunció un discurso donde alertó a los obispos sobre el riesgo de la burocratización y el aburguesamiento en la Iglesia en América Latina.

“Si queremos servir desde el CELAM, a nuestra América Latina, lo tenemos que hacer con pasión. Hoy hace falta pasión”.

En ese sentido, Francisco invitó a los obispos a “poner el corazón en todo lo que hagamos, pasión de joven enamorado y de anciano sabio, pasión que transforma las ideas en utopías viables, pasión en el trabajo de nuestras manos, pasión que nos convierte en continuos peregrinos en nuestras Iglesias”.


9.- El llamado a defender y cuidar la vida humana

En su primera Misa celebrada el 7 de septiembre en el Parque Simón Bolívar en Bogotá, el Papa Francisco hizo un llamado a convertirse en una “red vigorosa” que trabaje por “la defensa y en el cuidado de la vida humana”.

El Santo Padre también hizo este llamado ese mismo día en su discurso a los obispos de Colombia en el Palacio Cardenalicio en Bogotá.




10.- La oración ante la imagen de la Virgen de Chiquinquirá, Patrona de Colombia

El 7 de septiembre, tras recibir las llaves de la ciudad de Bogotá de manos del alcalde, el Pontífice fue a la Catedral para rezar ante la patrona de Colombia, la Virgen de Chiquinquirá.

Esta imagen fue traída desde su santuario, que está ubicado en la ciudad de Chiquinquirá, en el departamento de Boyacá.

LOS MOMENTOS INOLVIDABLES DEL PASO DEL PAPA FRANCISCO EN CARTAGENA, COLOMBIA


Los momentos inolvidables del paso del Papa Francisco en Cartagena


CARTAGENA, 10 Sep. 17 / 07:12 pm (ACI).- En el último día de su estadía en Colombia, el Papa Francisco recorrió la ciudad de Cartagena donde visitó dos instituciones dedicadas a la caridad, la casa santuario de San Pedro Claver y celebró una multitudinaria Misa.

Aquí algunos momentos inolvidables que marcaron la jornada de la fase final del viaje del Pontífice.



1. Los niños que le colocaron el sombrero ‘vueltiao’ al Papa

A su llegada al aeropuerto de Cartagena, un grupo de niños vestidos con trajes típicos de la zona y elegidos por la Iglesia, se acercaron al Santo Padre para obsequiarle el tradicional sombrero ‘vueltiao’, que fue elaborado por expertos artesanos.


2. El tierno abrazo de una niña a su llegada al aeropuerto

Al descender del avión, el Papa recibió el tierno abrazo de una niña colombiana vestida con un traje típico de Cartagena. Esta se arrodilló frente al Pontífice para darle el abrazo.


3. El mural del Papa Francisco que preparó un barrio de Cartagena

El barrio San Francisco, en Cartagena, preparó un mural para la visita del Santo Padre.


4. Los felices pilotos de avión que transportaron al Papa a Cartagena

Para el trayecto desde el aeropuerto militar de Bogotá a Cartagena, el Papa voló en un avión de Avianca de última generación. El piloto y copiloto decidieron tomarse una fotografía para expresar la alegría de transportar al Pontífice.



5. La visita del Papa a la mujer que dedica su vida a alimentar al hambriento

El Papa visitó la casa de Lorenza Pérez, una mujer de 77 años que dedica su vida a cocinar y distribuir alimentos a los más necesitados desde hace más de 50 años en el barrio de San Francisco.



6. Los obsequios que recibió el Papa

Entre los objetos que recibió a su paso por Cartagena, el Pontífice recibió una estola blanca, un tradicional sombrero ‘vueltiao’, artesanías, un libro de viajes y una escultura de Cristo crucificado.


7. La habitación del Palacio Arzobispal donde descansó el Papa

Esta fue la sobria habitación donde el Papa descansó en horas de la tarde ante de dirigirse a la zona de Contecar para celebrar la Santa Misa.









8. Encuentro del Papa Francisco con los jesuitas de Cartagena

Al mediodía el Santo Padre mantuvo un encuentro con representantes de la Compañía de Jesús de Colombia en el claustro de Santo Domingo.




9. El Papa rezando ante los restos de San Pedro Claver

El Papa Francisco visitó la Casa Santuario de San Pedro Claver, el misionero y sacerdote jesuita que entregó su vida para aliviar el sufrimiento de los esclavos.


10. La colorida despedida del Papa en Colombia

Bailes típicos y coloridos trajes fueron los protagonistas de la despedida del Papa Francisco en Colombia. A las 7:00 p.m. el Santo Padre arribó el avión en dirección al aeropuerto de Roma, en Italia.