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lunes, 10 de julio de 2017

LAS VERDADERAS RIQUEZAS


Las verdaderas riquezas



Los años juveniles son para adquirir buenos hábitos. La única diferencia entre el adulto fracasado y el que ha tenido éxito está en la diferencia de sus hábitos. Los buenos hábitos son la clave de todo éxito. Por lo tanto capitaliza las auténticas riquezas que, como todo lo esencial, “son invisibles a los ojos”; y persevera en el esfuerzo, aun si no ves resultados inmediatos.

“Llevo todo lo mío conmigo”. Así contestó el filósofo Bías, uno de los Siete Sabios de Grecia, a sus conciudadanos de Priene, quienes, amenazados por el ejército de Ciro, abandonaron la ciudad cargados con todas sus riquezas y se admiraban al ver que el filósofo no hacía ningún preparativo. Les dio a entender así que las verdaderas riquezas son las de la sabiduría y de las virtudes adquiridas.

Tú tarea es formarte, no sólo cuando joven, sino siempre. La formación personal consiste en asimilar valores, habilidades, virtudes… que te permitan afrontar victoriosamente la vida en todos sus aspectos. Tu capital de buenos hábitos será la gran riqueza que nada ni nadie te podrá quitar. Emprende animosamente este camino de superación y madurez.


* Enviado por el P. Natalio

SAN CRISTÓBAL, MÁRTIR, 10 DE JULIO


Hoy 10 de julio es la fiesta de San Cristóbal, patrono de los transportistas




 (ACI).- San Cristóbal de Licia es un mártir importante en la historia del cristianismo de Oriente y Occidente que vivió durante el gobierno de Decio, tercer emperador romano, cerca del año 250 DC.

Su famosa leyenda, que es conocida sobre todo en Occidente y podría haberse extraído de la antigua mitología griega, cuenta que él portó a un chico, al que no conocía, a través de un río antes de que el niño le revelase que era Cristo.

Su nombre en griego fue “Christophoros” y significa “el portador de Cristo”. Desde el siglo IV fue representado con el niño Jesús sobre sus hombros y llevando un bastón con hojas.


Era creencia común que bastaba mirar su imagen para que el viajero se viese libre de todo peligro durante aquel día. Por ello es considerado patrón de peregrinos, viajeros, motoristas y transportistas en general.

Según la tradición fue un hombre de gran estatura y se desempeñó como soldado del Imperio Romano; también se dice que tenía un alma caritativa y trataba de ayudar a los cristianos cautivos.

Cristóbal fue bautizado en Antioquía y se dirigió sin demora a predicar a Licia y a Samos. Allí fue encarcelado por el rey Dagón, que estaba a las órdenes del emperador Decio, y tras resistirse abdicar de su fe con varios intentos de tortura, se ordenó degollarlo. Según Gualterio de Espira, la nación Siria y el mismo Dagón se convirtieron a Cristo gracias este santo.

San Cristóbal es un Santo muy popular, y poetas modernos como García Lorca y Antonio Machado, lo han cantado con inspiradas estrofas. Su estatua, siempre colosal y gigantesca, decora muchísimas catedrales, como la de Toledo.

EL VATICANO FRENA ABUSOS LITÚRGICOS EN LA MISA, QUE EL PAN Y EL VINO SEAN TALES


El Vaticano frena abusos litúrgicos en la misa, que el pan y el vino sean tales

Circular de la Congregación para el Culto Divino: es grave usar fruta, azúcar, miel y otras bebidas


Por: Doménico Agasso | Fuente: LaStampa.it 




Desde la cerveza en lugar de vino, hasta las hostias «consagradas» con una espolvoreadita de miel o azúcar para que sepa mejor, hay varios disparates en la celebración de las misas. Pero ahora la Iglesia frena los abusos litúrgicos. Hay que vigilar el origen y la calidad del pan y del vino usados en la Celebración. También hay que revisar la honestidad de los productores y cómo son tratados los productos en los lugares de venta. Hay que evitar que acaben en las estanterías de los supermercados con todo y ofertas especiales. Son algunas de las indicaciones que el Prefecto de la Congregación para el Culto Divino, el cardenal Robert Sarah, da «por encargo del Santo Padre Francisco» en una carta a los obispos. 

El problema es que si hasta ahora la tarea de confeccionar las hostias y el vino para la misa estaba en manos de algunas comunidades religiosas, «hoy estos se venden incluso en los supermercados, en otras tiendas y por internet». Y entonces, el cardenal ofrece precisas indicaciones a los religiosos, por ejemplo que se garantice que los productos eucarísticos tengan certificados específicos. El ordinario, subraya el Vaticano, debe «recordar a los sacerdotes, en particular a los párrocos y a los rectores de las iglesias, su responsabilidad a la hora de verificar quién provee el pan y el vino para la Celebración y la idoneidad de la materia». 

Después se recuerdan las disposiciones ya establecidas para el pan eucarístico, sobre todo en la forma de las hostias: debe ser pan ácimo, «exclusivamente de trigo y preparado recientemente, para que no haya peligro de descomposición». No se admite añadir azúcar, fruta o miel. Así como tampoco se admiten las hostias «completamente» sin gluten. En cambio son «materia válida —recuerda la circular del Dicasterio presidido por el cardenal Sarah— las hostias parcialmente sin gluten y tales que en ellas haya una cantidad de gluten suficiente para obtener la panificación sin añadir sustancias extrañas y sin recurrir a procedimientos que desnaturalicen el pan». Sí se puede usar «materia eucarística confeccionada con organismos genéticamente modificados». Y no hay que recordar, se supondría, «que las hostias deben ser confeccionadas por personas que no solamente se distingan por su honestidad, sino que también sean expertas en su preparación y que cuenten con los instrumentos adecuados». 

El vino nunca puede ser sustituido por otras bebidas: «Debe ser natural, del fruto de la vid, genuino, no alterado ni mezclado con otras sustancias extrañas», recuerda la circular del Culto Divino, que también exhorta a tener cuidado con su conservación para que «no se convierta en vinagre. Está absolutamente prohibido usar vino cuya autenticidad y origen sean dudosos: la Iglesia exige, de hecho, certeza con respecto a las condiciones necesarias para la validez de los sacramentos. No se admita, además, ningún pretexto a favor de otras bebidas de cualquier tipo, que no constituyen materia válida». 

Para los sacerdotes que han tenido problemas de alcoholismo, la misa debe ser celebrada con el mosto y no con el vino. 


En relación con el mosto, «el jugo de uva —advierte la circular— que debe ser fresco y ser conservado suspendiendo la fermentación mediante procedimientos que no alteren la naturaleza (por ejemplo congelamiento), es materia válida para la Eucaristía». 

Sarah sugiere que «una Conferencia episcopal puede encargar a una o más congregaciones religiosas, o a otro ente capaz, que lleve a cabo las revisiones necesarias sobre la producción, conservación y venta del pan y del vino para la Eucaristía en determinado país y en otros países a los que son exportados». Se recomienda además que «el pan y el vino destinados a la Eucaristía tengan un trato conveniente en los lugares de venta». 

Don Claudio Magnoli, nombrado por el Papa consultor de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos (además de responsable del servicio para la pastoral litúrgica de la arquidiócesis de Milán), explica que «después del Concilio de Trento hubo, a nivel teórico, una reflexión sobre la oportunidad de seguir utilizando pan y vino en la celebración de la Eucaristía. Efectivamente, en algunas partes del mundo falta la materia prima, a veces se sustituye en pan de trigo con otros tipos de cereales. Después de varias discusiones, la Iglesia ha establecido que no se puede cambiar la materia prima». 

Reglas claras, indica Magnoli, y no se trata de una imposición: «Que en los últimos años se hayan registrado algunos abusos es algo objetivo. En Holanda, por ejemplo, resulta que algunos sacerdotes han celebrado la misa con cerveza en lugar de vino. Jesús no dio un mandato absoluto, pero esa era la materia prima de la mesa común y tal debe permanecer. La hostia puede resultar un poco insípida, pero el sabor lo da Jesús; siempre se lo he explicado así a los chicos». 

Sin considerar los abusos, continúa Magnoli, «han también una preocupación preventiva relacionada con quienes producen la materia prima. Un poco por la crisis de vocaciones entre las monjas, que siempre se han ocupado de la preparación del pan para la Eucaristía, un poco porque en algunas partes del mundo algunos se encomiendan a empresas externas, se ha sentido la necesidad de recordar reglas precisas y correctas».


Carta de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos a los obispos sobre el pan y el vino para la Eucaristía , 08.07.2017

Carta circular a los Obispos sobre el pan y el vino para la Eucaristía

 1. La Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, por encargo del Santo Padre Francisco, se dirige a los Obispos diocesanos (y a quienes se les equiparan en el derecho) para recordar que les compete, sobre todo, a ellos proveer dignamente lo necesario para la celebración de la Cena del Señor (cf. Lc 22,8.13). Compete al Obispo, primer dispensador de los misterios de Dios, moderador, promotor y custodio de la vida litúrgica en la Iglesia a él confiada (cf. CIC can. 835 §1), vigilar la calidad del pan y del vino destinados a la Eucaristía y, por tanto, a aquellos que los preparan. Con el fin de ayudar, se recuerdan las disposiciones vigentes y se sugieren algunas indicaciones prácticas.

2. Mientras que hasta ahora, por lo general, algunas comunidades religiosas se ocupaban de preparar el pan y el vino para la celebración de la Eucaristía, hoy se venden también en los supermercados, en otros negocios y a través de internet. Este Dicasterio, para no dejar dudas acerca de la validez de la materia eucarística, sugiere a los Ordinarios dar indicaciones al respecto, por ejemplo, garantizando la materia eucarística mediante certificados apropiados.
Es el Ordinario el que debe recordar a los presbíteros, en particular a los párrocos y a los rectores de las iglesias, su responsabilidad para comprobar quién es la persona encargada de proveer el pan y el vino para la celebración, así como la idoneidad de la materia.
Además, corresponde al Ordinario informar y recordar a los productores del vino y del pan para la Eucaristía el respeto absoluto de las normas.
3. Las normas acerca de la materia eucarística, indicadas en el can. 924 del CIC y en los números 319 - 323 de la Institutio generalis Missalis Romani, han sido ya explicadas en la Instrucción Redemptionis Sacramentum de esta Congregación (25 de marzo de 2004):
a)      “El pan que se emplea en el santo Sacrificio de la Eucaristía debe ser ázimo, de sólo trigo y hecho recientemente, para que no haya ningún peligro de que se corrompa. Por consiguiente, no puede constituir la materia válida, para la realización del Sacrificio y del Sacramento eucarístico, el pan elaborado con otras sustancias, aunque sean cereales, ni aquel que lleva mezcla de una sustancia diversa del trigo, en tal cantidad que, según la valoración común, no se puede llamar pan de trigo. Es un abuso grave introducir, en la fabricación del pan para la Eucaristía, otras sustancias como frutas, azúcar o miel. Es claro que las hostias deben ser preparadas por personas que no sólo se distingan por su honestidad, sino que además sean expertas en la elaboración y dispongan de los instrumentos adecuados” (n. 48).
b)      “El vino que se utiliza en la celebración del santo Sacrificio eucarístico debe ser natural, del fruto de la vid, puro y sin corromper, sin mezcla de sustancias extrañas. [...] Téngase diligente cuidado de que el vino destinado a la Eucaristía se conserve en perfecto estado y no se avinagre. Está totalmente prohibido utilizar un vino del que se tiene duda en cuanto a su carácter genuino o a su procedencia, pues la Iglesia exige certeza sobre las condiciones necesarias para la validez de los sacramentos. No se debe admitir bajo ningún pretexto otras bebidas de cualquier género, que no constituyen una materia válida” (n. 50).
4. La Congregación para la Doctrina de la Fe, en la Carta circular a los Presidentes de las Conferencias Episcopales acerca del uso del pan con poca cantidad de gluten y del mosto como materia eucarística (24 de julio de 2003,  Prot. N. 89/78 – 17498), ha indicado las normas respecto a las personas que, por diversos y graves motivos, no pueden tomar pan preparado normalmente o vino normalmente fermentado:
a)      “Las hostias sin nada de gluten son materia inválida para la Eucaristía. Son materia válida las hostias con la mínima cantidad de gluten necesaria para obtener la panificación sin añadir sustancias extrañas ni recurrir a procedimientos que desnaturalicen el pan” (A. 1-2).
b)       “Es materia válida para la Eucaristía el mosto, esto es, el zumo de uva fresco o conservado, cuya fermentación haya sido suspendida por medio de procedimientos que no alteren su naturaleza (por ejemplo el congelamiento)” (A. 3).
c) “Es competencia del Ordinario conceder a los fieles y a los sacerdotes la licencia para usar pan con una mínima cantidad de gluten o mosto como materia para la Eucaristía. La licencia puede ser concedida habitualmente, mientras dure la situación que la ha motivado” (C. 1).
5. Además, dicha Congregación ha decidido que la eucarística preparada con organismos genéticamente modificados puede ser considerada materia válida (cf. Carta al Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos acerca de la materia eucarística preparada con organismos genéticamente modificados, 9 de diciembre de 2013, Prot. N. 89/78 – 44897).
6. Los que preparan el pan y producen el vino para la celebración deben ser conscientes que su obra está orientada al Sacrificio Eucarístico y esto pide su honestidad, responsabilidad y competencia.
 7. Para que se cumplan estas normas generales, los Ordinarios, si lo estiman oportuno, pueden ponerse de acuerdo como Conferencia Episcopal, dando indicaciones concretas. Vista la complejidad de situaciones y circunstancias, así como la falta de respeto en el ámbito sagrado, se advierte la necesidad práctica que, por encargo de la Autoridad competente, haya quien garantice efectivamente la genuinidad de la materia eucarística por parte de los fabricantes como de su conveniente distribución y venta.
Se sugiere, por ejemplo, que una Conferencia Episcopal pueda encargar a una o más Congregaciones religiosas u otra Entidad capaz de verificar las garantías necesarias sobre la producción, conservación y venta del pan y del vino para la Eucaristía en un determinado país y en los países en los que se exportan. Se recomienda también que el pan y el vino destinados a la Eucaristía sean convenientemente tratados en los lugares de venta.
En la sede de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, a 15 de junio de 2017, solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo.

Robert Card. Sarah
Prefecto
X Arthur Roche

Arzobispo Secretario

TRES LLAMADAS DE JESÚS


Tres llamadas de Jesús



El evangelio de Mateo ha recogido tres llamadas de Jesús que hemos de escuchar con atención sus seguidores, pues pueden transformar el clima de desaliento, cansancio y aburrimiento que a veces se respira en algunos sectores de nuestras comunidades.

- “Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados. Yo os aliviaré”. Es la primera llamada. Está dirigida a todos los que viven su religión como una carga pesada. No son pocos los cristianos que viven agobiados por su conciencia. No son grandes pecadores. Sencillamente, han sido educados para tener siempre presente su pecado y no conocen la alegría del perdón continuo de Dios. Si se encuentran con Jesús, se sentirán aliviados.

Hay también cristianos cansados de vivir su religión como una tradición gastada. Si se encuentran con Jesús, aprenderán a vivir a gusto con Dios. Descubrirán una alegría interior que hoy no conocen. Seguirán a Jesús, no por obligación sino por atracción.

- “Cargad con mi yugo porque es llevadero y mi carga ligera”. Es la segunda llamada. Jesús no agobia a nadie. Al contrario, libera lo mejor que hay en nosotros pues nos propone vivir haciendo la vida más humana, digna y sana. No es fácil encontrar un modo más apasionante de vivir.

Jesús libera de miedos y presiones, no los introduce; hace crecer nuestra libertad, no nuestras servidumbres; despierta en nosotros la confianza, nunca la tristeza; nos atrae hacia el amor, no hacia las leyes y preceptos. Nos invita a vivir haciendo el bien.

- “Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón y encontraréis descanso”. Es la tercera llamada. Hemos de aprender de Jesús a vivir como él. Jesús no complica nuestra vida. La hace más clara y más sencilla, más humilde y más sana. Ofrece descanso. No propone nunca a sus seguidores algo que él no haya vivido. Nos invita a seguirlo por el mismo camino que él ha recorrido. Por eso puede entender nuestras dificultades y nuestros esfuerzos, puede perdonar nuestras torpezas y errores, animándonos siempre a levantarnos.

Hemos de centrar nuestros esfuerzos en promover un contacto más vital con Jesús en tantos hombres y mujeres necesitados de aliento, descanso y paz. Me entristece ver que es precisamente su modo de entender y de vivir la religión lo que conduce a no pocos, casi inevitablemente, a no conocer la experiencia de confiar en Jesús. Pienso en tantas personas que, dentro y fuera de la Iglesia, viven “perdidos”, sin saber a qué puerta llamar. Sé que Jesús podría ser para ellos la gran noticia.


© José Antonio Pagola

NUESTRA FE NO ESTÁ MUERTA, ESTÁ DORMIDA


Nuestra fe no está muerta, está dormida
La clave está en atreverse a creer que el Señor está palpitante en cada orla de su manto


Por: Hermano Lázaro Clemente, fmp | Fuente: Catholic.net 




Tal como ocurriera con los dos sueños del Faraón que José discernió, las dos mujeres que Marcos nos presenta (Mc 5, 21-43), la hemorroísa y la hija de Jairo son en realidad “una sola persona”. Eres tú. Somos cada uno de nosotros. De ninguna de la dos nos ofrece San Marcos su nombre. Pongamos el nuestro, sintámonos aludidos, interpelados, por la Palabra.

Ambas mujeres tienen entre sí un triple nexo que nos permite identificarlas como un solo mensaje del Señor. Por una parte, San Marcos nos presenta “trenzadas” las dos sanaciones. Por otra, ambas “cuentan” 12 años. Pareciera que el Evangelista hubiera “subrayado” en rojo este detalle. Abundemos en él.

La mujer enferma lleva 12 años “perdiendo vida”. La sangre es signo de vida en el contexto bíblico. Curiosamente, 2000 años después, en las campañas de donación de sangre uno de los lemas es “donar sangre es donar vida”. Y así es.

Ella se ha gastado su fortuna en tratamientos que, a la postre, no sólo han resultado infructuosos, sino que han empeorado su estado. Aterricemos: en nuestra vida hay muchas heridas emocionales y situaciones dolorosas por las que vamos “perdiendo” alegría, paz, bondad, etc. Se nos va la “vida... en el Espíritu”, se nos van los frutos. Se nos va la vida, solemos decir ante un golpe de calor estival. Muchas veces nos acostumbramos a confiar demasiado en nuestro propios recursos y experiencia vital para salir del atolladero, porque nos cuesta pedir ayuda. Es como su tuviéramos frío y en lugar de buscar el calor del hermano, quisiéramos “reinventar” el fuego.

Hay diferencia entre ver y mirar, entre oír y escuchar. Tampoco es lo mismo apretujar que tocar. La multitud que apretuja al Maestro nos recuerda a nosotros mismos cuando estamos con el Señor sólo “emocionalmente”, cuando estamos en la Eucaristía “de cuerpo presente”, sin darnos cuenta de la Presencia. Cuando leemos mucho sobre el Evangelio, pero no terminamos de sumergirnos en el Evangelio. Cuando lamentamos lo mal que va el mundo en lugar de dar gracias a Dios “siempre y en todo lugar, porque es justo y necesario”.

Ella toca la orla del manto, es decir la parte de su túnica aparentemente más “alejada” de la mirada del Señor. La túnica representa la Iglesia misma, que “reviste” al Señor y le hace visible en el mundo. El testimonio de aquella mujer nos recuerda que el Amor del Señor nos puede sanar sólo con que “toquemos” levemente cualquiera de las piedras vivas que la formamos. Tocar es abrazar es expresar el amor fraterno. Es como la “caricia del Papa” que el Beato Juan XXIII regaló a los padres para sus niños, en el famoso discurso de la Luna la noche inaugural del Concilio.

La hija de Jairo representa nuestra vida en Cristo, nuestro primer amor con el Señor. La joven lleva casi 2000 años teniendo doce, porque la obra de Dios en cada uno de nosotros no envejece. Es como dicen los Padres Orientales de la Iglesia refiriéndose al corazón interior: Nuestra porción de vida eterna, el “lugar” genuino de nuestra semejanza con Dios.

Jairo, jefe de la sinagoga, representa a la Iglesia, que intercede al Señor por todos los hombres y por cada uno de sus hijos, seamos o no conscientes de ello. La niña, en efecto, no es consciente, no puede salir a pedir ayuda. Cuando los amigos de Jairo comentan a éste que ya no hace falta “molestar“ al Maestro, no es difícil aventurar la frase siguiente: “Jesús no ha llegado a tiempo, estaba atendiendo a esta otra señora”. Son los mismos parientes que alternan el llanto desconsolado por la joven difunta con la risa burlesca ante el diagnóstico del Señor: “La niña está dormida”. Ellos representan nuestros sentimientos desbocados, variables, cuando les falta el dominio de sí que los gobierne como el imán a las limaduras de hierro. Pero Jairo confía y deja en manos del Señor a su pequeña. San Marcos no nos dice su nombre, pero en el nombre de su padre está escrita la obra que va a hacer el Señor en ella, porque Jairo deriva de Yag´ir, que significa "Dios iluminará".

En efecto, nuestra fe no está muerta, está dormida. Los “parientes” ya tienen la siguiente pregunta preparada: Si está dormida, ¿por qué a nadie se le ocurrió despertarla? ¿Acaso Jairo o su esposa no hubieran podido tocarle en el brazo levemente? No, porque de ese sueño sólo puede despertarnos la Voz de Cristo. Por eso, cuando sentimos dormido el ánimo y deprimido el corazón sólo la escucha de la Palabra puede hacernos llegar el “Talitha kumi”. Es cierto que también podemos rechazar el diagnóstico del Médico y certificar nuestra desesperanza, como forenses de nosotros mismos. Aun así, a los tres días nos daremos cuenta con asombro de que nuestra “hija de Jairo” no sufre descomposición alguna. Nos daremos cuenta de que nuestra esperanza está viva, pero dormida. Está dormida, pero muy viva.

El lenguaje coloquial viene a iluminar esta realidad con pintoresca gracia: Tras una jornada de fatigoso trabajo solemos decir: “Estoy muerto de cansancio”. Y no nos damos cuenta de que un difunto no experimenta cansancio alguno, al contrario, goza de descanso perfecto. Saquémosle punta a la frase citada: Cuanto más grande es el cansancio experimentado más vivos estamos, más nos hemos apasionado en el trabajo. En clave de Evangelio, los caminos de Dios son distintos de los nuestros, porque cuanto más nos hemos desgastado por los hermanos, más vivos estamos, y más vivos nos sentimos. Cuanto más ha ardido nuestra zarza con el fuego del amor de Dios, más ligera navega la savia del Espíritu por nuestras ramas.

El tercer nexo entre las dos mujeres es que ambas tienen un encuentro personal con el Maestro. La mujer sanada es la única que le ha “tocado”. La orla del manto puede ser cualquier cosa, por pequeña que sea, de la que el Señor se sirve para mostrarnos su presencia en lo cotidiano. Para Blaise Pascal fueron unas notas de órgano, para la Madre Teresa la llamada de un mendigo. La clave está en atreverse a creer que el Señor está palpitante en cada orla de su manto. Ella lo creyó... y así fue.

Y en cuanto a la joven, muchos hablaban de ella, pero sólo Jesús le habló a ella. Y después de despertarla tuvo la emocionante delicadeza de pedir que le dieran de comer. Ahí ha dejado escrita una ulterior exhortación para nosotros: Cuando el Amor de Dios nos saca de nuestra postración, depresión y melancolía, hemos de alimentar a la hija de Jairo, hemos de robustecer nuestra dieta espiritual con los sacramentos, la Palabra, la vida fraterna, etc... Hemos, en suma, de vivir como hijos resucitados.

Hermano Lázaro Clemente, fmp

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 10 DE JULIO


Los cinco minutos de María
Julio 10




Según santa Catalina el demonio se define de esta manera: “Yo soy el que no ama”. Y Santo Tomás de Aquino dice que el infierno es el reino del odio y el cielo es el reino del amor.

Por eso el cielo está en el Corazón de María y su Corazón maternal es el reino del amor: ella es “la que siempre amó”.

Imítala, desterrando de tu corazón cuanto se opone al amor; fomenta en cambio en ti cuanto contribuya a la vivencia del amor.
Virgen amable, que yo llegue a amar con pureza de corazón.


* P. Alfonso Milagro