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viernes, 17 de marzo de 2017

PADRE, ALGUNA VEZ TE ENAMORASTE?


Padre, ¿alguna vez te enamoraste?
Leandro Bonnin, 




Cada tanto, el tema del Celibato sacerdotal se pone “de moda”, ya sea en ambientes eclesiales o en otros más mundanos, a tal punto que incluso en los sitios webs de los diarios, en los programas televisivos de chimentos o en los matutinos radiales se habla de él.

Para abordar la cuestión, suelen llamar a muchos para opinar: a psicólogos, a sociólogos, a historiadores de las religiones, a ex-sacerdotes, sin que falte la opinión de las vedettes de turno o del presentador del programa… Pero casi nunca nos preguntan a nosotros, a los que hemos optado por el celibato, ni suele oírse la voz de un cura que esté encantado con su vida célibe.

Por este motivo, muchos cristianos, incluso con cierta formación, desarrollan ideas equivocadas sobre el celibato sacerdotal. Llegan a ver en el mismo únicamente una norma eclesiástica que se impone desde afuera, una prohibición, una censura a lo más normal para un hombre, para un varón. ¿Qué tiene de malo el amor? ¿Acaso no es el centro de mensaje cristiano? En la mente de muchos aparece asociada la palabra “celibato” a “negación del amor". “Prohibido amar".

Dado este contexto, no es extraño que sobre todo los niños y los jóvenes, cuando tienen oportunidad y con su habitual desparpajo, nos planteen su interés del siguiente modo: ¿qué pasa si te enamorás? O, incluso, ¿alguna vez te enamoraste?

Los documentos de la Iglesia han mostrado con belleza y profundidad la falacia de oponer celibato y amor. Yo, con el paso de los años, he ido encontrando mi propia respuesta, que se ha hecho más y más clara y que hoy creo poder expresar con más soltura y hasta con cierta elegancia.

Es la respuesta que comparto aquí, y que estoy seguro puede ser asumida por cientos de miles de curas y religiosas. Lo cuento más o menos así:


Desde niño siempre soñé con encontrar y tener:

a) Una hermosa y buena esposa a quien amar para toda la vida.

b) Muchos, muchos hijos a quienes querer y ayudar a ser felices.

En definitiva: soñaba con una familia, fundada en un amor definitivo, perpetuo.



Pero entonces, ¿por qué me “metí de cura", en esta institución en la que “no te dejan casarte"?

Me “metí de cura", y elegí ser célibe, por una única razón: por el llamado de Jesús.

Porque el día en que supe que tenía que ser sacerdote, en ese preciso momento, supe también que Jesús quería que le entreguara toda mi vida, todo lo que soy, todo mi futuro, todos mis sueños. Y esto, no por un tiempo, sino para siempre.

Yo no soy célibe, entonces, porque “la Iglesia no me deja casarme".

Ni mucho menos me metí de cura porque no me “gustaban las mujeres", o porque “me dejó una novia", o porque “nadie me daba ni la hora”

No. Me “metí de cura” por AMOR. Porque descubrí que un Amor infinito me precedía, y ese Amor conquistó mi pobre corazón humano. Me enamoré del amor, y elegí -decidí- amar con la totalidad.


Por eso entré en el Seminario -con certezas firmes, que se fueron iluminando cada vez más y solidificando mejor-, y por eso, día tras día, volví a elegir lo mismo que el primer día.

En el Seminario, lejos de presentarnos una realidad ficticia, de ocultarnos las posibles dificultades, o hablarnos mal del matrimonio y de la familia -todo lo contrario-, me dijeron bien clarito, una y otra vez: “el Celibato es un don maravilloso, pero también es exigente. Si estás seguro, adelante. Pero si no estás seguro, estás a tiempo“

Me enseñaron que para ser feliz siendo célibe (porque no se trata de aguantar, sino de ser plenos) debía cuidar mi amor por el Señor. Que si mi amor por Jesucristo se mantenía vivo -como en un matrimonio-, si permanecía enamorado de Él, podía ser enormemente feliz, incluso teniendo que renunciar a grandes bienes.

Me enseñaron -y acá viene lo más paradójico y maravilloso de la vida célibe, lo que yo al principio no había imaginado y hoy disfruto- que si vivía mi celibato como expresión de amor, si me abría a la acción de la Gracia y del llamado que se perpetúa en el tiempo, se iban a colmar de modo sobreabundante todos mis anhelos:

a) Iba a ser, verdaderamente esposo, como Jesús es esposo de la Iglesia.

b) Iba a ser, verdaderamente padre, de muchos, muchísimos hijos, a quienes querer y ayudar a ser felices.

Iba a tener una gran familia, fundada en un amor definitivo.


Y así lo vivo hoy.

Con la certeza de que no me “vendieron un buzón“, ni me “metieron el perro“, diciéndome vaguedades o con falsos misticismos.

Pero todo es cuestión de Amor. En los días de mi sacerdocio donde el amor por Jesús y mi intimidad con Él han permanecido fuertes, el gozo es inabarcable. Increíble e inexpresablemente intenso. Una alegría del Cielo, como sugiere la etimología de “celibato”

Y sólo en los días donde yo no supe ser perseverante en la búsqueda de su Rostro, donde me aislé de la Gracia, donde anduve sin poner mi norte y mi rumbo en Él, apareció la tristeza, como aparece en un hombre casado cuando va descuidando el amor por su cónyuge.

Por eso las personas célibes, en la medida en que podemos vivir de este modo, no somos “dignas de lástima". No somos “pobrecitos” de la vida, ni fracasados existenciales.

No somos más que una persona casada, pero tampoco menos, porque el más o el menos no se mide por el estado de vida ni por la vocación, sino por la Fidelidad.

Pero quizá alguno dirá: ¿no hace el celibato incompleta la vida de una persona? ¿Cómo se puede ser padre, ser pastor, se maestro, permaneciendo “fuera” de experiencias tan esenciales de la vida como son el matrimonio y la familia?

El tiempo y la vida pastoral me han demostrado que el celibato, lejos de alejarme de la realidad de las personas o de impedirme conocerla y comprenderla, me permite observarla y abordarla desde un ángulo y con un enfoque enormemente enriquecedor. Es cierto que esto lleva algunos años de escucha y estudio que exceden los del Seminario, pero finalmente puedo decir que en muchas ocasiones me puedo sentir un “experto en humanidad” y con una mirada sobre la realidad humana mucho más realista. La vivencia del celibato acarrea consigo en la mayoría de las ocasiones una apertura del corazón por parte de los fieles más sincera, más espontánea y más fecunda que si no lo fuera.

Por el gran don del celibato al que fui llamado, por tanta alegría escondida y misteriosa fluyendo de esta fuente, hoy quiero nuevamente dar gracias al Señor. Y quiero darle gracias a Dios por su Fidelidad, en la cual mi fidelidad y la fidelidad de todos los consagrados es posible.

Y dar gracias también a tantos consagrados y sacerdotes que me han mostrado, mucho antes de que yo fuera capaz de darme cuenta, que hay una felicidad infinita en ser totalmente del Señor.

Con María, como María, desde el Corazón Inmaculado de María.

SEÑOR... ENSÉÑANOS A ORAR


Señor… enséñanos a orar



“Señor, enséñanos a orar lo mismo que Juan enseñó  a sus discípulos”  Lucas 11:1

Sé que aún en materia de oración, todavía no se orar.  Yo no puedo considerarme un experto guerrero de oración ni un profundo intercesor, porque sé que mientras más aprendo en el mundo de la oración más convencido estoy que aún necesito ser enseñado.  Hoy recuerdo la paráfrasis que San Francisco de Asís hizo del Padre Nuestro y quiero aprender de ella.

San Francisco oró así:
“Padre Nuestro, el más Santo, nuestro Creador y Redentor, Nuestro Salvador y Consolador, que estás en los cielos con todos los ángeles y los santos dándole a ellos luz y dándote a conocer, ya que tú eres luz y declarándoles que tú los amas. Ya que tú eres amor: habitando en ellos y dándoles la plenitud de gozo.  Ya que tú eres el Señor, Supremo, eterno y bueno y todo lo bueno viene de ti.

Santificado sea tu nombre para que nosotros podamos crecer y conocerte más y más y así apreciar la extensión de tus favores y la magnitud de tus promesas, la sublimidad de tu majestad, así como la profundidad de tus juicios. Qué tu Reino  venga para que tú reines en nosotros por tu gracia y nos atraigas a tu Reino, donde nosotros te veremos claramente, te amemos perfectamente  y estemos felices en tu compañía y nos gocemos en ti por siempre. 

Qué tu voluntad sea hecha en la tierra como en el cielo y así nosotros podamos amarte con todo nuestro corazón. Siempre teniendo en ti nuestra mente. Con toda nuestra alma determinando ver tu gloria en todo y con todas nuestras fuerzas, sirviéndote a ti solo.

Que podamos amar a nuestros vecinos como a nosotros mismos y animarles a ellos a amarte a ti. Que podamos compartir con ellos en los gozos y en las tristezas. Danos el pan nuestro de cada día, tu amado hijo, nuestro Señor Jesucristo. Que podamos recordar y apreciar cuanto él nos amó. Que podamos recordar y apreciar todo lo que Él dijo y cuanto Él sufrió. Perdónanos nuestras ofensas en tu inmensurable misericordia, por virtud de la pasión de tu hijo.

Así como nosotros perdonamos a nuestros deudores ya que si nosotros no perdonamos perfectamente no podremos recibir ese perdón tampoco. Señor, ayúdanos a olvidar perfectamente lo que nos ha herido y a perdonar a nuestros enemigos y orar fervientemente por ellos no retornando mal por mal pero sirviendo a todos. Amén.


Serafìn Contreras Galeano

EL EVANGELIO DE HOY VIERNES 17 DE MARZO DEL 2017


Justo aun entre injustos
San Mateo 21, 33-43.45-46. II Viernes de Cuaresma


Por: H. Iván Yoed González Aréchiga LC | Fuente: www.missionkits.org 



En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Dios, creador mío, Tú eres la única fuente del amor, de la esperanza, de la caridad. Quiero poner en tus manos mi corazón, mi persona, para que en ella florezcan estas virtudes.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)


Del santo Evangelio según san Mateo 21, 33-43.45-46
En aquel tiempo, Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo esta parábola: “Había una vez un propietario que plantó un viñedo, lo rodeó con una cerca, cavó un lagar en él, construyó una torre para el vigilante y luego la alquiló a unos viñadores y se fue de viaje.
Llegando el tiempo de la vendimia, envió a sus criados para pedir su parte de los frutos a los viñadores; pero éstos se apoderaron de los criados, golpearon a uno, mataron a otro, y a otro lo apedrearon. Envió de nuevo a otros criados, en mayor número que los primeros, y los trataron del mismo modo.
Por último, les mandó a su propio hijo, pensando: “A mi hijo lo respetarán”. Pero cuando los viñadores lo vieron, se dijeron unos a otros: “Éste es el heredero. Vamos a matarlo y nos quedaremos con su herencia”. Le echaron mano, lo sacaron del viñedo y lo mataron.
Ahora díganme: Cuando vuelva el dueño del viñedo, ¿qué hará con esos viñadores? Ellos le respondieron: Dará muerte terrible a esos desalmados y arrendará el viñedo a otros viñadores, que le entreguen los frutos a su tiempo”.
Entonces Jesús les dijo: ¿No han leído nunca en la Escritura: La piedra que desecharon los constructores, es ahora la piedra angular. Esto es obra del Señor y es un prodigio admirable?
Por esta razón les digo que les será quitado a ustedes el Reino de Dios y se le dará a un pueblo que produzca sus frutos.
Al oír estas palabras, los sumos sacerdotes y los fariseos comprendieron que Jesús las decía por ellos y quisieron aprehenderlo, pero tuvieron miedo a la multitud, pues era tenido por un profeta.
Palabra del Señor
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
Dios constantemente envía criados a este mundo. Ahora bien, ¿los profetas fueron profetas porque Dios los predispuso a esta vocación?, ¿o fueron profetas porque lo lograron por propia voluntad? La respuesta son ambas. Misterio que se palpa en la experiencia del cristiano. Ni con el simple querer se alcanzaría el ser profeta, ni con la simple gracia me tornaría profeta. Gracia y libertad. Libertad y gracia.
El primer criado fiel que fue asesinado por los labradores murió libremente. Y, aunque esto es una parábola, Señor, cuánto es realidad también en este mundo, que hasta podría decir, que yo conozco el nombre de los criados.
No existe nada más doloroso que hacer el bien en medio de injusticias. Siendo justo sin triunfar en esta vida, mientras otros «triunfan» sin ser justos. Es difícil, pero es así, Señor. O quizá he acaso perdido el sentido moral de mi vida. Quizá he olvidado que el bien que yo obro no es menor aunque se encuentre en medio de males. Que el mal que yo obro no es menor aunque se encuentre en medio de bienes. Lo mismo el mal entre males o el bien entre bienes. Que mi obrar es uno y uno solo delante de Dios. ¿Quién murió en una cruz sin haberla merecido?, ¿cuál era su motivación?
Quizá la consciencia de lo que significa ser persona, individuo, autor de mis actos, criatura libre, responsable ha desaparecido en mí. Porque así fuesen mil criados justos los que hubiesen muerto a manos de los labradores, no habrían dejado de ser justos. Ni las muertes suyas habrían dejado de ser una injusticia. Ni siquiera cuando el silencio de la corrupción no hablase más de aquel delito cometido. El bien habrá permanecido bien. El mal habrá permanecido mal.
Vivir de cara a Ti, Señor, ése es mi deseo. No de cara a los hombres, no a mi entorno, no a la opinión pública. Pues, aunque es verdad que debo considerar todo esto y mucho más, no son ellos los que rigen mi actuar. No son ellos mi fuente, tampoco mi fin, son personas como yo, que están llamadas a ir a Ti. Sólo existe una verdad, sólo un camino para hacer el bien -y ése eres Tú, Señor.
Soy un criado, fui llamado, fui creado para custodiar tu viña, para proclamar tu nombre. Pero eso no sucederá sin que yo acoja con mi libertad esta sublime vocación.
¿Seré capaz? Sólo hay una respuesta: libertad y gracia; gracia y libertad. Confío en Ti. Confías en mí.
El Señor planta una viña, la rodea de una cerca, cava un lagar y edifica una torre. Esto el Señor lo ha hecho siempre con tanto amor y con tanta ternura. Él recuerda siempre a este pueblo cuando le era fiel, cuando lo seguía en el desierto, cuando buscaba su rostro. Pero después la situación se volvió al revés y el pueblo se adueñó de este don de Dios. Nosotros somos nosotros, somos libres. Ese pueblo no piensa, no recuerda que fueron las manos, el corazón de Dios quien lo hizo, y así se convierte en un pueblo sin memoria, un pueblo sin profecía, un pueblo sin esperanza. Es, por lo tanto, a los dirigentes de este pueblo a quienes Jesús se dirige con esta parábola: un pueblo sin memoria ha perdido la memoria del don, del regalo; y atribuye a sí mismo lo que es: Nosotros podemos.
(Homilía de S.S. Francisco, 30 de mayo de 2016, en santa Marta).

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy es el día para cambiar aquello que sé que debo cambiar, aunque vaya a ser difícil por el entorno en que me encuentro. Pongo en tus manos este propósito, Señor.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

LO QUE ME TIENTA


Lo que me tienta



Ayúdame a hacer silencio, Señor, quiero escuchar tu voz. Toma mi mano, guíame al desierto. Que nos encontremos a solas, Tú y yo.

Necesito contemplar tu rostro, me hace falta el calor de tu voz, caminar juntos" callar, para que hables Tú.

Quiero revisar mi vida, descubrir en qué tengo que cambiar, afianzar lo que anda bien, sorprenderme con lo nuevo que me pides.

Me pongo en tus manos, ayúdame a dejar a un lado las prisas, las preocupaciones que llenan mi cabeza.

Barre mis dudas e inseguridades, quiero compartir mi vida y revisarla a tu lado. Ver dónde aprieta el zapato para urgir el cambio.

Me tienta el activismo. Me tienta la seguridad, hay que hacer, hacer y hacer. Y me olvido del silencio, dedico poco tiempo a la oración. ¿Leer tu Palabra en la Biblia?... para cuando haya tiempo.

Me tienta la incoherencia. Hablar mucho y hacer poco. Mostrar apariencia de buen cristiano, pero dentro, donde sólo Tú y yo nos conocemos, tenemos mucho que cambiar.

Me tienta ser el centro del mundo. Que los demás giren a mi alrededor. Que me sirvan en lugar de servir. Me tienta la idolatría. Fabricarme un ídolo con mis proyectos, mis convicciones, mis certezas y conveniencias, y ponerle tu nombre de Dios.

Me tienta la falta de compromiso. Es más fácil pasar de largo que bajarse del caballo y actuar como el buen samaritano. ¡Hay tantos caídos a mi lado, Señor, y yo me hago el distraído!

Me tienta la falta de sensibilidad, no tener compasión, acostumbrarme a que otros sufran y tener excusas, razones, explicaciones que no tienen nada de Evangelio pero que me conforman un rato, Señor, porque en el fondo no puedo engañarte.

Me tienta separar la fe y la vida. Leer el diario, ver las noticias sin indignarme evangélicamente por la ausencia de justicia y la falta de solidaridad.

Me tienta el mirar la realidad sin la mirada del Reino. Me tienta el alejarme de la política, la economía, la participación social, "que se metan otros" yo, cristiano sólo el Domingo. Misa y gracias.

Me tienta el tener tiempo para todo menos para lo importante. La familia, los hijos, la oración al cuadragésimo lugar. Hay cosas más importantes. ¿Las hay?

Me tienta, Señor, el desaliento, lo difícil que a veces se presentan las cosas. Me tienta la desesperanza, la falta de utopía. Me tienta el dejarlo para mañana, cuando hay que empezar a cambiar hoy.

Me tienta creer que te escucho cuando escucho mi voz. ¡Enséñame a discernir! Dame luz para distinguir tu rostro.

Llévame al desierto de la oración, Señor, despójame de lo que me ata, sacude mis certezas y pon a prueba mi amor. Para empezar de nuevo, humilde, sencillo, con fuerza y Espíritu para vivir fiel a Ti. Amén.


© Web católico de Javier

LA CORAZA DE SAN PATRICIO


La Coraza de San Patricio


Cristo conmigo,
Cristo ante mí,
Cristo tras de mí,
Cristo en mí,
Cristo bajo mí,
Cristo sobre mí,
Cristo a mi derecha,
Cristo a mi izquierda,
Cristo cuando me acuesto,
Cristo cuando me siento,
Cristo cuando me levanto,
Cristo en el corazón de todo hombre
que piensa en mí,
Cristo en la boca de todo hombre
que hable de mí,
Cristo en todo ojo que me ve,
Cristo en todo oído que me escucha.

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 17 DE MARZO


Los cinco minutos de María
Marzo 17



En algunas estampas se nos presenta a la Virgen María con el pecho resplandeciente y las manos juntas, como guardando la intimidad de su Corazón, el secreto de la presencia de la Trinidad en lo más profundo de su ser.

María fue el más sagrado templo donde habitaba el Espíritu Santo y con eso te está presentando la manera como debes vivir tu vida; vive tu intimidad con Dios aún en medio de la agitación de la vida moderna; guarda celosamente la presencia en ti de ese Dios uno y trino, que vive en ti por la gracia y se ha convertido en tu propia vida.

No te olvides nunca de que, por la gracia, te has convertido en un templo sagrado de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Madre de la Iglesia por el hecho de ser Madre de Dios, por conquista de martirio, por aclamación de tus hijos, que nunca olvidemos que nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo.


* P. Alfonso Milagro

SAN PATRICIO, APÓSTOL DE IRLANDA, 17 DE MARZO


Hoy 17 de marzo es fiesta de San Patricio, el Patrono de Irlanda que cambió la historia de Nueva York



 (ACI).- "Yo era como una piedra en una profunda mina; y aquel que es poderoso vino, y en su misericordia, me levantó y me puso sobre una pared”, decía San Patricio, Patrono de Irlanda cuya fiesta se celebra el 17 de marzo. La devoción por el Santo de los irlandeses en Nueva York (Estados Unidos) hizo que esta ciudad se torne todos los años de color verde.

San Patricio nació en Gran Bretaña hacia el 385. Siendo joven fue llevado cautivo a Irlanda. Cuando recobró la libertad siguió el camino del sacerdocio y más adelante llegó a ser Obispo en Irlanda.


En su lenguaje sencillo para evangelizar, solía explicar que así como las tres hojitas de un trébol hacen una hoja, de igual modo el Padre, Hijo y Espíritu Santo forman un solo Dios verdadero.


Sus opositores fueron los magos druidas que creían en dioses paganos y los herejes pelagianos. Sin embargo, San Patricio siguió firme construyendo abadías e iglesias cristianas.

Se dice que un Sábado Santo, cuando San Patricio encendió el fuego pascual, los druidas se lanzaron a apagarlo, pero no lo lograron. Entonces uno de ellos exclamó: "El fuego de la religión que Patricio ha encendido, se extenderá por toda la isla". Esto se cumplió porque convirtió al cristianismo a toda Irlanda.

El Santo formó un clero local, consagró sacerdotes y Obispos.

Al final de su vida escribió las “Confesiones” donde dejó como legado algo cómo se sentía y actuaba en la misión que Dios le había encomendado.

Logró la reforma de las leyes civiles de Irlanda y la legislación fue hecha con los principios católicos. Partió a la Casa del Padre en el año 461 y fue sepultado en Saúl, región de Stragford Lough, donde edificó su primera iglesia.


En Nueva York, una de las tradiciones más antiguas es el desfile por el día de San Patricio o “Saint Patrick’s day” que data desde la época colonial. Los irlandeses, parte del ejército británico, solían vestirse de verde y entonaban canciones típicas al son de gaitas.

Esto ha permanecido en el tiempo y hoy es una de las celebraciones más grandes de la ciudad estadounidense. El color representativo sigue siendo el verde y se mantiene el gran desfile de marcha militar que pasa por la Catedral de San Patricio de Nueva York.


San Patricio y sus enemigos



Sus acérrimos opositores fueron los druidas, representantes de los dioses paganos. También sufrió mucho a manos de los herejes pelagianos, que para arruinar su obra recurrieron inclusive a la calumnia. Para defenderse, Patricio escribió su Confessio. Por fortuna poseemos una colección bastante nutrida de esos escritos, que nos muestra algo de él mismo, como sentía y actuaba.

Circulaba entre los paganos un extraño vaticinio, una profecía, respecto al santo, que Muirchu, su historiador nos transmite textualmente así: "Cabeza de azuela (referencia a la forma aplanada de la cabeza tonsurada) vendrá con sus seguidores de cabezas chatas, y su casa (casulla o casuela, es decir casa pequeña) tendrá un agujero para que saque su cabeza. Desde su mesa clamará contra la impiedad hacia el oriente de su casa. Y todos sus familiares responderán, Amén, Amén". Los augurios agregaban esto todavía: "Por lo tanto, cuando sucedan todas estas cosas, nuestro reino, que es un reinado de idolatría, se derrumbará".

En la evangelización, San Patricio puso mucha atención en la conversión de los jefes, aunque parece ser que el mismo rey Laoghaire no se convirtió al cristianismo, pero si, varios miembros de su familia.

Consiguió el amparo de muchos jefes poderosos, en medio de muchas dificultades y constantes peligros, incluso el riesgo de perder la vida (más de cinco veces) en su trato con aquellos bárbaros. Pero se notaba que había una intervención milagrosa de Dios que lo libraba de la muerte todas las veces que los enemigos de la religión trataban de matarlo. En un incidente que ocurrió en misión, su cochero Odhran, quizás por algún presentimiento, insistió en reemplazar al santo en el manejo de los caballos que tiraban del coche, por consiguiente fue Odhram quien recibió el golpe mortal de una lanza que estaba destinada a quitarle la vida a San Patricio.

No obstante los contratiempos, el trabajo de la evangelización de Irlanda, siguieron firme. En varios sitios de Irlanda, construyó abadías, que después llegaron a ser famosas y alrededor de ellas nacieron las futuras ciudades. En Leitrim, al norte de Tara, derribó al ídolo de Crom Cruach y fue uno de los lugares donde edificó una de las iglesias cristianas. En la región de Connaught, realizó cosas notables. En la población de Tirechan se conservó para la posteridad la historia de la conversión de Ethne y Fedelm, hijas del rey Laoghaire. También existen las narraciones de las heroicas predicaciones de San Patricio en Ulster, en Leinster y en Munster.

Por su santidad, manifiesta en su carácter su lenguaje sencillo al evangelizar y por el don de hacer milagros, San Patricio logró muchas victorias sobre sus oponentes paganos y hechiceros. Ese triunfo le sirvió para que los pobladores de Irlanda se abrieran a la predicación del cristianismo. De hecho hacen referencias en los textos del Senchus Mor (el antiguo código de las leyes irlandesas) a cierto acuerdo concertado en Tara entre los paganos y el santo y su discípulo San Benigno (Benen). Dicen esos libros que "Patricio convocó a los hombres del Erin para que se reunieran todos en un sitio a fin de conferenciar con él. Cuando estuvieron reunidos, se les predicó el Evangelio de Cristo para que todos lo escucharan. Y sucedió que, en cuanto los hombres del Erin escucharon el Evangelio y conocieron como este daba frutos en el gran poder de Patricio demostrado desde su arribo y al ver al rey Laoghaire y a sus druidas asombrados por las grandes maravillas y los milagros que obraba, todos se inclinaron para mostrar su obediencia a la voluntad de Dios y a Patricio".

Hay muchas fantasías sobre las confrontaciones de San Patricio con los magos druidas pero también hay relatos que tienen un trasfondo sin duda histórico. Dicen que un Sábado Santo, cuando nuestro santo encendió el fuego pascual, se lanzaron con toda su furia a apagarlo, pero por más que trataron no lo lograron. Entonces uno de ellos exclamó: "El fuego de la religión que Patricio ha encendido, se extenderá por toda la isla". Y se alejaron. La frase del mago se ha cumplido; la religión católica se extendió de tal manera por toda Irlanda, que hoy sigue siendo un país católico, iluminado por la luz de la religión de Cristo, y que a su vez ha dado muchos misioneros a la Iglesia.


Vida de Santidad



Solo llegaremos a comprender el hondo sentimiento humano que tenía el santo y el profundo amor a Dios que lo animaba, si estudiamos detenidamente sus escritos contenidos en las "Confesiones", la Lorica y la carta a Coroticus de San Patricio. Conoceremos el secreto de la extraordinaria impresión que causaba a los que lo conocían personalmente. Patricio era un hombre muy sencillo, con un gran espíritu de humildad. Decía que su trabajo misionero era la simple actuación de un mandamiento divino y que su aversión contra los pelagianos se debía al absoluto valor teológico que él atribuía a la gracia. Era profundamente afectuoso, por lo que vemos en sus escritos referirse tantas veces al inmenso dolor que le produjo separarse de su familia de sangre y de su casa, a la que le unía un gran cariño. Era muy sensible, le hacía sufrir mucho que digan que trabajaba en la misión que había emprendido para buscar provecho propio, por eso insistía tanto en el desinterés que lo animaban a seguir trabajando.

De sus Confesiones: "Incontables dones me fueron concedidos con el llanto y con las lágrimas. Contrarié a mis gentes y también, contra mi voluntad, a no pocos de mis mayores; pero como Dios era mi guía, yo no consentí en ceder ante ellos de ninguna manera. No fue por mérito propio, sino porque Dios me había conquistado y reinaba en mí. Fue El quien se resistió a los ruegos de los que me amaban, de suerte que me aparté de ellos para morar entre los paganos de Irlanda, a fin de predicarles el Evangelio y soportar una cantidad grande de insultos por parte de los incrédulos, que me hacían continuos reproches y que aun desataban persecuciones contra mí, en tanto que yo sacrificaba mi libertad en su provecho. Pero si acaso se me considera digno, estoy pronto a dar hasta mi vida en nombre de Dios, sin vacilaciones y con gozo. Es mi vida la que me propongo pasar aquí hasta que se extinga, si el Señor me concede esa gracia".


La santidad da frutos

El buen éxito de la misión de San Patricio se debe ante todo a su fe por la que se disponía a cualquier sacrificio y a la inteligente organización que supo crear en esa isla, carente de ciudades y dividida en muchas tribus o clanes, dirigidos por un jefe independiente cada una. El supo adaptarse a las condiciones sociales del lugar, formando un clero local, consagró obispos y sacerdotes y fundo monasterios y pequeñas comunidades cristianas dentro del mismo clan, sin rechazar usos ni costumbres tradicionales. Tuvo la feliz idea de que el obispo de cada región fuera al mismo tiempo el Abad o superior del monasterio más importante del lugar, así cada obispo era un fervoroso religioso y tenía la ayuda de sus monjes para enseñar la religión al pueblo. Las vocaciones que consiguió para el sacerdocio y la vida religiosa fueron muchísimas.

La obra de evangelización pudo progresar rápidamente gracias también a que San Patricio atrajo muchos discípulos fieles, como Benigno quién estaba destinado a sucederle. Siempre fue muy fiel a la Iglesia y, a pesar de la distancia, el santo se mantenía en contacto con Roma. En el año 444 se fundó la iglesia catedral de Armagh (hoy Armoc), la sede principal de Irlanda, dato que está asentado en los "Anales de Ulster". Es probable que no haya pasado mucho tiempo antes que Armagh se convirtiera en un gran centro de educación y administración.

San Patricio, en el transcurso de 30 años de apostolado, convirtió al cristianismo a "toda Irlanda". El propio santo alude, más de una vez, a las "multitudes", a los "muchos miles" que bautizó y confirmó. "Ahí", dice San Patricio, "donde jamás se había tenido conocimiento de Dios; allá, en Irlanda, donde se adoraba a los ídolos y se cometían toda suerte de abominaciones, ¿cómo ha sido posible formar un pueblo del Señor, donde las gentes puedan llamarse hijos de Dios? Ahí se ha visto que hijos e hijas de los reyezuelos escoceses, se transformen en monjes y en vírgenes de Cristo". Sin embargo, como es lógico pensar, el paganismo y el vicio no habían desaparecido por completo. En las "Confesiones", que fueron escritas hacia el fin de su vida, dice el santo: "A diario estoy a la espera de una muerte violenta, de ser robado, de que me secuestren para servir como esclavo, o de cualquier otra calamidad semejante". Pero más adelante agrega: "Me he puesto en manos del Dios de misericordia, del Todopoderoso Señor que gobierna toda cosa y, como dijo el profeta: 'Deja tus cuidados con el Señor y El proveerá la manera de aliviarlos". En esta confianza estaba, sin duda su incansable valor y la firme decisión de San Patricio a lo largo de su heroica carrera. Su fortaleza de no permitir a los enemigos del catolicismo que propagaran por allí sus herejías, fue una de las razones para que Irlanda se haya conservado tan católica.

La obra del incansable misionero dio muchos frutos con el tiempo: Lo vemos en el maravilloso florecimiento de santos irlandeses. Logró reformar las leyes civiles de Irlanda, consiguió que la legislación fuera hecha de acuerdo con los principios católicos, lo cual ha contribuido a que esa nación se haya conservado firme en la fe por más de 15 siglos, a pesar de todas las persecuciones.

Según un cronista de Britania, Nennius, San Patricio subió a una montaña a rezar y hacer ayuno y "desde aquella colina, Patricio bendijo al pueblo de Irlanda y, el objeto que perseguía al subir a la cima, era el de orar por todos y el de ver el fruto de sus trabajos…Después, en edad bien avanzada, fue a recoger su recompensa y a gozar de ella eternamente. Amén". Patricio murió y fue sepultado en el año 461, en Saúl, región de Stragford Lough, donde había edificado su primera iglesia.


LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 16 DE MARZO


Los cinco minutos de María
Marzo 16


Es emocionante leer la confianza y la amistad con la que algunos santos trataron a la Santísima Virgen; su devoción a la celestial Señora era tan íntima y tan sincera, que los llevó a penetrar en la intimidad del Corazón de María.

Nuestra devoción a la dulce Madre del cielo ha de romper los esquemas que nos impiden, o al menos dificultan, llegar a una relación íntima de amor y de trato con ella; nada puede interponerse entre el hijo y la madre, nada puede haber o suceder que el hijo de María la sienta como su Madre, la ame como tal y la trate como tal.
Se dijo que la madre es la mejor amiga de su hijo, que eso suceda y se dé entre la Virgen y nosotros.

Madre de Jesús, tú que eres también Madre de todos los redimidos, y la amiga entrañable de tus hijos, ayúdanos a cultivar la amistad y la fraternidad.


* P. Alfonso Milagro

DOMINGO 19 DE MARZO: DÍA DE ORACIÓN Y SOLIDARIDAD POR LOS DAMNIFICADOS DEL PERÚ


Domingo 19 de marzo: Día de oración y solidaridad por los damnificados del Perú





LIMA, 16 Mar. 17 / 04:16 pm (ACI).- Los obispos de la Conferencia Episcopal Peruana (CEP) hicieron un especial llamado para que el domingo 19 de marzo sea un día de oración y solidaridad con todos los damnificados por las lluvias e inundaciones que golpean estos días al Perú.

Las lluvias y las inundaciones han afectado a los departamentos de Lima, Ica, Huancavelica, Arequipa, Piura, Tumbes y Chiclayo, según datos de Cáritas del Perú.

Hasta el momento los desbordes y las intensas lluvias han dejado 43 muertos y 72 heridos. Según el Instituto Nacional de Defensa Civil (INDECI), el fenómeno ya afectó a más de 546.000 personas y destruyó 6.500 viviendas, 27 escuelas y un centro de salud.

Ante estos graves hechos, señala un comunicado dado a conocer este jueves, la CEP expresó su “solidaridad y cercanía con todos los hermanos y hermanas que sufren a consecuencia de estos fenómenos naturales, tanto por la muerte de algún ser querido como por la pérdida de todo lo que tenían para vivir”.

Debido a la emergencia actual, los prelados alentaron a todos los peruanos a colaborar “con ayuda material que ha de ser entregada en las zonas más golpeadas de nuestra Patria”.

Asimismo, han invitado a que “este domingo 19 de marzo sea un día de oración y del mismo modo para que nuestros fieles, de todas las parroquias y centros religiosos de nuestra Patria, puedan expresar su generosidad y su amor a Jesucristo en el hermano que sufre”.

Los obispos exhortaron a mantener la “fe que ilumina y fortalece, conservemos la esperanza que alimenta la solidaridad, abramos las puertas de la caridad para que el alivio de tantos necesitados sea pronto y oportuno”.

“Elevamos nuestra oración al Señor y le pedimos por la intercesión de la Virgen María su misericordia y su bondad”, concluyeron.

Ayuda a Piura, una de las zonas más afectadas

Cáritas Piura y Tumbes, con el apoyo de Cáritas del Perú, así como las Parroquias de la Arquidiócesis siguen realizando su cruzada de ayuda a los damnificados.

La ayuda que brindan es básicamente de tres tipos: alimentos, refacción de viviendas y ayuda para evacuar aguas estancadas. Hasta la fecha han distribuido 1500 paquetes de alimentos esenciales.

Para colaborar como voluntario los interesados pueden comunicarse con el teléfono + 51 073 311203; o escribir al correo electrónico: cpiura.administracion@caritas.org.pe


Las donaciones pueden hacerse en las siguientes cuentas a nombre del Arzobispado de Piura:

Banco de Crédito del Perú (soles) - 475-1781584-0-75

Banco de Crédito del Perú (dólares) - 475-1535423-1-11

Caja Piura (soles) - 110-01-2606701

EL NIÑO CAUSA DESASTRES EN PERÚ Y CÁRITAS LANZA CAMPAÑA DE EMERGENCIA


#PrayforPeru: El Niño causa desastres en Perú y Cáritas lanza campaña de emergencia






LIMA, 16 Mar. 17 / 11:31 am (ACI).- Cáritas del Perú lanzó la campaña “Emergencia por huaycos e inundaciones” para ayudar a las decenas de miles de damnificados que han ocasionado las lluvias y desbordes de ríos en diferentes partes del país, sobre todo en la costa norte a raíz del fenómeno de El Niño.

“Desde el pasado 14 de enero, intensas lluvias ocasionaron huaycos (deslizamiento de tierra y rocas) e inundaciones afectando viviendas, vías de comunicación, puentes peatonales e instituciones educativas, causando daños en la vida y la salud de las personas en los departamentos de Lima, Ica, Huancavelica, Arequipa, Piura, Tumbes y Chiclayo”, señaló Cáritas en su sitio web.


Hasta el momento hay 43 muertos, 72 heridos. Según el Instituto Nacional de Defensa Civil (INDECI), el fenómeno ya afectó a más de 546.000 personas y destruyó 6.500 viviendas, 27 escuelas y un centro de salud.

Por ello, Cáritas del Perú “hace un llamado de solidaridad (…) a fin de aliviar las necesidades más urgentes de los damnificados en Lima, Ica, Arequipa, Lambayeque, Piura y Tumbes”.

Indicó que la ayuda “será canalizada a través de las Cáritas Diocesanas de Chosica, Cañete, Ica, Arequipa, Chulucanas, Piura- Tumbes y Chiclayo quienes están realizando un trabajo activo en las zonas de emergencia”.

En ese sentido, pidieron a la población “donar alimentos no perecibles, agua envasada, artículos de higiene personal, calaminas, materiales de construcción y carpas”.

Asimismo, se pueden hacer aportes económicos a las siguientes cuentas:

BANCO DE CRÉDITO DEL PERÚ

CÁRITAS DEL PERÚ - CAMPAÑA NACIONAL

Cta. Cte.Soles:  193-2236439-0-91

Interbancario CCI:  00219300223643909118


Cta. Cte. Dólares: 193-2238776-1-07

Interbancario CCI:  00219300223877610719

Código SWIFT:  BCPLPEPL

Para más información se puede ingresar al sitio web www.caritas.org.pe