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viernes, 6 de enero de 2017

EL EVANGELIO DE HOY VIERNES 6 DE ENERO 2017 - EPIFANÍA DEL SEÑOR



Ponerse en camino, buscar la estrella
Mateo 2, 1-12, evangelio, meditado, reyes, magos, Epifanía, Señor,


Mateo 2, 1-12. Día de Reyes, Epifanía del Señor. Ciclo A.


Por: H. Balam Loza, LC | Fuente: www.missionkits.org 



En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
«Pueblos todos, batid palmas, aclamad a Dios con gritos de júbilo (…) tocad para Dios tocad; tocad para nuestro Rey, tocad» (Salmo 47). Señor, Tú eres grande, Tú eres mi Dios, Tú eres mi todo. Vengo con gran alegría a cantar para Ti. Te ofrezco todo lo que soy y todo lo que tengo, todo lo debo a Ti. Te alabo, te bendigo, te doy gracias.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)


Del santo Evangelio según san Mateo 2, 1-12
Jesús nació en Belén de Judá, en tiempos del rey Herodes. Unos magos de Oriente llegaron entonces a Jerusalén y preguntaron: "¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque vimos surgir su estrella y hemos venido a adorarlo".
Al enterarse de esto, el rey Herodes se sobresaltó y toda Jerusalén con él. Convocó entonces a los sumos sacerdotes y a los escribas del pueblo y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías. Ellos le contestaron: "En Belén de Judá, porque así lo ha escrito el profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres en manera alguna la menor entre las ciudades ilustres de Judá, pues de ti saldrá un jefe, que será el pastor de mi pueblo, Israel".
Entonces Herodes llamó en secreto a los magos, para que le precisaran el tiempo en que se les había aparecido la estrella y los mandó a Belén, diciéndoles: "Vayan a averiguar cuidadosamente qué hay de ese niño, y cuando lo encuentren, avísenme para que yo también vaya a adorarlo".
Después de oír al rey, los magos se pusieron en camino, y de pronto la estrella que habían visto surgir, comenzó a guiarlos, hasta que se detuvo encima de donde estaba el niño. Al ver de nuevo la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa y vieron al niño con María, su madre, y postrándose, lo adoraron. Después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. Advertidos durante el sueño de que no volvieran a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
La vida del hombre es un peregrinar a Dios; así como estos magos el hombre busca a Dios. Pero ¿dónde está Dios? ¿Dónde lo podremos encontrar? ¿Cuál es el camino que debemos seguir? El hombre camina, el hombre busca la verdad y va a ella. Y en la vida uno se encuentra con muchas dificultades; a veces parece que no vemos la luz, a veces tenemos que volver a atrás y rehacer el camino. A veces, en fin, tenemos que seguir andando aunque nuestro destino parezca muy difícil, aunque pensemos que por más que luchemos no llegaremos.
Sólo quien se pone en camino tiene la esperanza de llegar, sólo quien busca a Dios lo encuentra. Pero lo más hermoso de la peregrinación del hombre es que Dios mismo es quien le sale al encuentro, pero necesita que nosotros decidamos buscarlo, quiere que nosotros caminemos, busca que nosotros lo encontremos. Pero ¿cuál es el rostro de Dios? ¿El rostro del poder, del dinero, del dominio? No, Jesús no nace en medio de la riqueza ni quiere dominar porque quiere mostrarnos que el amor y la misericordia son el verdadero rostro de Dios.
«Los Magos que vienen de Oriente son sólo los primeros de una larga lista de hombres y mujeres que en su vida han buscado constantemente con los ojos la estrella de Dios, que han buscado al Dios que está cerca de nosotros, seres humanos, y que nos indican el camino» (Benedicto XVI, JMJ Colonia). El camino de la santidad es seguir la estrella y ofrecerle a Dios toda nuestra vida.
«Cristo acaba de nacer, aún no sabe hablar y todas las gentes --representadas por los Magos-- ya pueden encontrarlo, reconocerlo, adorarlo. Dicen los Magos: “Vimos su estrella en Oriente y hemos venido a adorarlo”. Y Herodes oyó esto apenas los Magos llegaron a Jerusalén. Estos Magos eran hombres prestigiosos, de regiones lejanas y culturas diversas, y se habían encaminado hacia la tierra de Israel para adorar al rey que había nacido. Desde siempre la Iglesia ha visto en ellos la imagen de la entera humanidad, y con la celebración de hoy, de la fiesta de la Epifanía, casi quiere guiar respetuosamente a todo hombre y a toda mujer de este mundo hacia el Niño que ha nacido para la salvación de todos.»
(Homilía de S.S. Francisco,  6 de  enero de 2016).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy voy a hacer un momento de oración delante de la Eucaristía, para escuchar que es lo que Él me pide para este nuevo año y para agradecerle las gracias de este periodo navideño.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!       
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

7 COSAS SOBRE LA EPIFANÍA Y LOS REYES MAGOS


7 cosas que tal vez no sabías de la Epifanía y los famosos Reyes Magos




(ACI).- “Al entrar en la casa, encontraron al niño con María, su madre, y postrándose, le rindieron homenaje. Luego, abriendo sus cofres, le ofrecieron dones, oro, incienso y mirra”, dice San Mateo (2,1-18) en el pasaje que se refiere a los tres magos. Aquí 7 cosas que tal vez no sabías de los sabios de oriente y la Epifanía.

1. La Iglesia celebra tres Epifanías

La fiesta de los reyes magos o “bajada de reyes” es comúnmente llamada Epifanía, palabra que en griego significa manifestación, en el sentido de que Dios se revela y se da a conocer.

No obstante, la Iglesia celebra como Epifanías tres manifestaciones de la vida de Jesús: la Epifanía ante los magos de oriente (manifestación a los paganos), Epifanía del Bautismo del Señor (manifestación a los judíos) y la Epifanía de las bodas de Caná (manifestación a sus discípulos).

2. Es la segunda fiesta más antigua

La Fiesta de la Epifanía es una de las más antiguas de los cristianos, muy probablemente la segunda después de la Santa Pascua. Se inició en oriente y luego pasó a occidente por el siglo cuarto.

Se dice que en un principio los cristianos conmemoraban las tres epifanías en una misma fecha. En algunas iglesias orientales incluso le dieron a esta fiesta un carácter celebrativo del nacimiento de Cristo, pero este sentido se fue aminorando cuando se insertó la festividad romana de la Navidad por el siglo cuarto.

En la Edad Media la Epifanía poco a poco pasó a conocerse más como la fiesta de los Reyes Magos. Actualmente la Iglesia Católica celebra las tres epifanías en diferentes tiempos del calendario litúrgico.

3. Un santo definió la fecha

Estudios sostienen que la Epifanía se fijó para el 6 de enero debido a que en este día se celebraba el nacimiento de Aión, dios patrono de la metrópoli de Alejandría, que al parecer estaba relacionado con el dios sol. Asimismo, también porque desde tiempos antiguos en Egipto, se celebraba el solsticio de invierno el 6 de enero.

San Eusebio de Cesarea y San Jerónimo en el siglo cuarto, al igual que San Epifanio en el siglo sexto dicen que los reyes arribaron a ver al Niño antes que Jesús cumpliese los dos años.

Sin embargo, San Agustín (siglos cuarto y quinto) en sus sermones de la Epifanía afirmó que llegaron el día 13 después del nacimiento del Señor. Es decir, el 6 de enero del calendario actual.

4. Reyes por tradición

San Mateo, el único que habla de los magos en la Biblia, explica que fueron de “oriente”, una zona que para los judíos eran los territorios de Arabia, Persia o Caldea. Por otro lado, los orientales llamaban “magos” a los doctores.

“Mago” en lengua persa significaba “sacerdote” y justamente los magos (“magoi” en griego) eran una casta de sacerdotes persas o babilonios. Ellos no conocían la revelación divina como los judíos, pero estudiaban las estrellas en su deseo de buscar a Dios.

La tradición les llamó “reyes” a los magos en referencia al Salmo 72 (10 -11) que dice: “Los reyes de occidente y de las islas le pagarán tributo. Los reyes de Arabia y de Etiopía le ofrecerán regalos. Ante él se postrarán todos los reyes y le servirán todas las naciones”.

5. Pudieron ser más de tres

San León Magno y San Máximo de Turín, siglos cuarto y quinto respectivamente, hablan de tres magos probablemente no por basarse en alguna tradición, sino tal vez por los tres regalos que describe el evangelista.

En los primeros siglos hay representaciones pictóricas en los que aparecen dos, cuatro, seis y hasta ocho magos. No obstante, el fresco más antiguo de la adoración de los magos data del siglo segundo y se encuentra en un arco de la capilla griega de las catacumbas romanas de Priscila y allí aparecen tres.

6. El origen de sus nombres, fisonomías y regalos

Los nombres de los magos no aparecen en las Sagradas Escrituras, pero la tradición les ha dado ciertos nombres. En un manuscrito de París a fines del siglo siete aparece que se llamaban Bitisarea, Melchor y Gataspa, pero en el siglo nueve se empezó a propagar que eran Gaspar, Melchor y Baltazar.

Melchor es graficado generalmente como un anciano blanco con barba en representación de la zona Europea y ofrece al Niño el oro por la realeza de Cristo. Gaspar representa a la zona asiática y porta el incienso por la divinidad de Jesús. Mientras que Baltazar es negro por los provenientes de África y regala al Salvador la mirra, sustancia que se utilizaba para embalsamar cadáveres y símbolo de la humanidad del Señor.

En la época que se les empezó a pintar con estas características no se tenía conocimiento de América. Además, los tres hacen referencia a las edades del ser humano: juventud (Gaspar), madurez (Baltazar) y vejez (Melchor).

7. La estrella habría sido una conjunción de planetas

Sobre la estrella de Belén que vieron los Reyes Magos se han construido varias hipótesis. Antes se decía que fue un cometa, pero estudios astronómicos indican que al parecer se debió a la conjunción de los planetas Saturno y Júpiter en la constelación de Piscis.

En este sentido, los Reyes Magos posiblemente deciden viajar en busca del Mesías porque, en la antigua astrología, Júpiter era considerado como la estrella del Príncipe del mundo; la constelación de Piscis, como el signo del final de los tiempos; y el planeta Saturno en Oriente, como la estrella de Palestina.

En suma, se presume que los “sabios de Oriente” entendieron que el Señor del final de los tiempos se aparecería ese año en Palestina.

Es probable que los Reyes Magos supieran algunas profecías mesiánicas de los judíos y por eso llegaron a Jerusalén, al palacio de Herodes, preguntando por el rey de los judíos.

ORACIÓN PARA CELEBRAR EN FAMILIA LA EPIFANÍA DEL SEÑOR


Oración para celebrar en familia la Epifanía del Señor


 (ACI).- En el marco de la Fiesta de la Epifanía del Señor que se celebra el 6 de enero en Roma y muchas diócesis del mundo, aquí una oración para rezar en familia, comunidad, grupo o de manera personal.

Todos alrededor del pesebre o nacimiento dicen: “En el Nombre del Padre y del Hijo Y del espíritu Santo. Amén”.


Himno
Reyes que venís por ellas,
no busquéis estrellas ya,
porque donde el sol está
no tienen luz las estrellas.

Mirando sus luces bellas,
no sigáis la vuestra ya,
porque donde el sol está
no tienen luz las estrellas.

Aquí parad, que aquí está
quien luz a los cielos da:
Dios es el puerto más cierto,
y si habéis hallado puerto
no busquéis estrellas ya.

No busquéis la estrella ahora:
que su luz ha oscurecido
este Sol recién nacido
en esta Virgen Aurora.


Ya no hallaréis luz en ellas,
el Niño os alumbra ya,
porque donde el sol está
no tienen luz las estrellas.

Aunque eclipsarse pretende,
no reparéis en su llanto,
porque nunca llueve tanto
como cuando el sol se enciende.

Aquellas lágrimas bellas
la estrella oscurecen ya,
porque donde el sol está
no tienen luz las estrellas. Amén.


Lectura Bíblica: Mt. 2, 1-12

“Cuando nació Jesús, en Belén de Judea, bajo el reinado de Herodes, unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén y preguntaron: «¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque vimos su estrella en Oriente y hemos venido a adorarlo».

Al enterarse, el rey Herodes quedó desconcertado y con él toda Jerusalén. Entonces reunió a todos los sumos sacerdotes y a los escribas del pueblo, para preguntarles en qué lugar debía nacer el Mesías.

En Belén de Judea, –le respondieron–, porque así está escrito por el Profeta: "Y tú, Belén, tierra de Judá, ciertamente no eres la menor entre las principales ciudades de Judá, porque de ti surgirá un jefe que será el Pastor de mi pueblo, Israel"».

Herodes mandó llamar secretamente a los magos y después de averiguar con precisión la fecha en que había aparecido la estrella, los envió a Belén, diciéndoles: «Vayan e infórmense cuidadosamente acerca del niño, y cuando lo hayan encontrado, avísenme para que yo también vaya a rendirle homenaje».

Después de oír al rey, ellos partieron. La estrella que habían visto en Oriente los precedía, hasta que se detuvo en el lugar donde estaba el niño. Cuando vieron la estrella se llenaron de alegría, y al entrar en la casa, encontraron al niño con María, su madre, y postrándose, le rindieron homenaje. Luego, abriendo sus cofres, le ofrecieron dones, oro, incienso y mirra. Y como recibieron en sueños la advertencia de no regresar al palacio de Herodes, volvieron a su tierra por otro camino".

Si se desea, en este momento tres miembros de la familia colocan las imágenes de los reyes magos en el pesebre junto al Niño Jesús.


Reflexión de San Juan Pablo II

“En esta fiesta de la Epifanía del Señor, el evangelio de san Mateo habla de una misteriosa estrella, que guió a los Magos primero hasta Jerusalén y después hasta Belén, donde adoraron al Niño Jesús (cf. Mt 2, 2. 7. 9. 10).

La estrella que conduce a los Magos hacia Cristo evoca la rica simbología de la luz, muy presente en la Navidad. Dios es luz, y el Verbo hecho hombre es "luz del mundo" (Jn 8, 12), luz que guía el camino de las gentes”.


Oración
Señor Jesús: que a imitación de los Magos de Oriente
vayamos también nosotros frecuentemente
a adorarte en tu Casa que es el Templo
y no vayamos jamás con las manos vacías.

Que te llevemos el oro de nuestras ofrendas,
el incienso de nuestra oración fervorosa,
y la mirra de los sacrificios que hacemos para permanecer fieles a Ti,
y que te encontremos siempre junto a tu Madre Santísima María,
a quien queremos honrar y venerar siempre
como Madre Tuya y Madre nuestra.
Amén.

Se pueden añadir también algunas peticiones y para concluir se reza un Padrenuestro, un Avemaría y tres veces el Gloria.

Todos concluyen diciendo: “En el Nombre del Padre y del Hijo Y del espíritu Santo. Amén”.

LA LUZ QUE SIGUIERON REYES MAGOS DEBE ILUMINAR NUESTRAS VIDAS


El Papa en el Ángelus: La luz que siguieron Reyes Magos debe iluminar nuestras vidas
Por Miguel Pérez Pichel
 Foto: L'Osservatore Romano



VATICANO, 06 Ene. 17 / 07:17 am (ACI).- Finalizada la Misa de la Solemnidad de la Epifanía del Señor, el Papa Francisco presidió el rezo del Ángelus en la Plaza de San Pedro del Vaticano, donde señaló que la Epifanía es “la manifestación del Señor que brilla como luz para todas las gentes”, y afirmó que la estrella que siguieron los reyes magos hasta Belén “es el símbolo de esa luz que brilla en el mundo y que quiere iluminar la vida de cada uno, la estrella que siguieron los magos hasta Belén”.

Ante los 35.000 fieles reunidos –según información de la Gendarmería Vaticana–, el Pontífice exhortó a aprender a elegir qué “estrellas” seguir en nuestras vidas, y a diferencias cuáles nos llevan a Dios y cuáles no, porque “también en nuestra vida hay varias estrellas, luces que brillan y que nos orientan. De nosotros depende decidir cuál seguimos”.

Advirtió que “están las luces intermitentes que vienen y van, como las pequeñas satisfacciones de la vida: aunque sean buenas, no bastan, porque duran poco y no nos dan la paz que buscamos”. También “están las luces deslumbrantes del dinero y del éxito, que lo prometen todo rápido: son seductoras, pero con su intensidad nos ciegan y nos hacen pasar del sueño de gloria a la oscuridad más profunda”.


“Los magos, en cambio, nos invitan a seguir una luz estable y amable, que no caduca porque no es de este mundo: viene del cielo y brilla en el corazón”.

“Esta luz sincera es la luz del Señor, o mejor dicho: es el Señor”, indicó Francisco. “Él es nuestra luz: una luz que no se apaga, sino que nos acompaña y nos entrega una alegría única. Esta luz es para todos y nos llama a cada uno, de forma que podemos sentir en nosotros la invitación del profeta Isaías: ‘Levántate, revístete de luz’. Al comienzo de cada día podemos acoger esa invitación: ‘Levántate, vístete de luz’, ve detrás de tantas estrellas candentes del mundo, de la estrella luminosa de Jesús. Sigámosla y tendremos alegría, la alegría que sintieron los magos”.

Además, el Papa Francisco destacó la alegría de dejarse iluminar por la luz del Señor, la luz “que disipa las tinieblas”: “Quien ha encontrado a Jesús ha experimentado el milagro de la luz que disipa las tinieblas y conoce esta luz que ilumina y brilla. Quisiera, con gran respeto, invitar a todos a no tener miedo de esta luz y abrirse al Señor. Sobre todo, quisiera decir los que han perdido la fuerza de buscar, a los que, prisioneros de la oscuridad de la vida, han perdido el deseo: ‘Coraje, la luz de Jesús vence las tinieblas más oscuras’”.

“¿Cómo podemos encontrar esta luz divina?”, se preguntó el Santo Padre. “Sigamos el ejemplo de los magos, a los que el Evangelio describe como siempre en movimiento –se contestó–, Quien quiere la luz, de hecho, sale de sí mismo y la busca, no se cierra en su interior, no se detiene a ver qué sucede su alrededor: pone en juego su vida”.

“La vida cristiana –continuó– es un camino continuo, hecho de esperanza y de búsqueda, un camino que, como aquel que siguieron los magos, prosigue también cuando la estrella desaparece momentáneamente de la vista”.

Sin embargo, el Papa Francisco advirtió de los riesgos, “las trampas”, que se encuentran a lo largo del camino: “En este camino hay también trampas que se deben evitar: las charlas superficiales y mundanas, que frenan el paso; los caprichos paralizantes del egoísmo; los agujeros del pesimismo que bloquean la esperanza. Estos obstáculos bloquearon a los escribas, de los que habla el Evangelio de hoy. Sabían dónde se encontraba la luz, pero no se movieron. Su conocimiento era vano: no basta con saber que Dios ha nacido si no se hace con Él la Navidad en el corazón”.

“Los magos lo hicieron: encontraron al Niño, ‘se postraros y lo adoraron’. No se limitaron a mirarlo, no dijeron una oración de circunstancia, sino que lo adoraron: entraron en una comunión personal de amor con Jesús. Después le entregaron oro, incienso y mirra, sus bienes más preciosos. Aprendamos de los magos a no dedicar a Jesús sólo nuestro tiempo libre, o algo de nuestro pensamiento de vez en cuando, de lo contrario no tendremos su luz. Al igual que los magos, pongámonos en camino, revistámonos de luz siguiendo la estrella de Jesús y adoremos al Señor con todo nuestro ser”.

PAPA FRANCISCO: REYES MAGOS EXPRESAN LA NOSTALGIA DE DIOS QUE HAY EN TODO CREYENTE


Papa Francisco: Reyes Magos expresan la nostalgia de Dios que hay en todo creyente
Por Miguel Pérez Pichel
Foto: Lucía Ballester (ACI Prensa)



VATICANO, 06 Ene. 17 / 06:19 am (ACI).- El motivo de la larga travesía de los reyes magos hasta Belén es “adorar al rey nacido. Ver y adorar, dos acciones que se destacan en el relato evangélico: vimos una estrella y queremos adorar”, afirmó el Papa Francisco en su homilía de la Misa de la Solemnidad de la Epifanía del Señor, y en la que señaló que estos sabios venidos de Oriente expresan así “la nostalgia de Dios” que tiene todo hombre.

Desde la Basílica de San Pedro, el Pontífice dijo que los magos, de este modo, “expresan el retrato del hombre creyente, del hombre que tiene nostalgia de Dios; del que añora su casa, la patria celeste. Reflejan la imagen de todos los hombres que en su vida no han dejado que se les anestesie el corazón”.

El Pontífice explicó que fue esa nostalgia “la que empujó al anciano Simeón a ir todos los días al templo, con la certeza de saber que su vida no terminaría sin poder acunar al Salvador. Fue esta nostalgia la que empujó al hijo pródigo a salir de una actitud de derrota y buscar los brazos de su padre. Fue esta nostalgia la que el pastor sintió en su corazón cuando dejó a las noventa y nueve ovejas en busca de la que estaba perdida, y fue también la que experimentó María Magdalena la mañana del domingo para salir corriendo al sepulcro y encontrar a su Maestro resucitado”.

“La nostalgia de Dios nos saca de nuestros encierros deterministas, esos que nos llevan a pensar que nada puede cambiar”, subrayó.

Francisco destacó el papel de la estrella de Belén en todos los acontecimientos que se iban a desencadenar.

“Estos hombres vieron una estrella que los puso en movimiento. El descubrimiento de algo inusual que sucedió en el cielo logró desencadenar un sinfín de acontecimientos. No era una estrella que brilló de manera exclusiva para ellos, ni tampoco tenían un ADN especial para descubrirla. Como bien supo decir un padre de la Iglesia, ‘los magos no se pusieron en camino porque hubieran visto la estrella, sino que vieron la estrella porque se habían puesto en camino’”, señaló.

Estos hombres, añadió el Papa, “tenían el corazón abierto al horizonte y lograron ver lo que el cielo les mostraba porque había en ellos una inquietud que los empujaba: estaban abiertos a una novedad”.

"En los reyes magos, como en otros creyentes, surgió la nostalgia de Dios, esa “santa nostalgia de Dios brota en el corazón creyente pues sabe que el Evangelio no es un acontecimiento del pasado sino del presente. La santa nostalgia de Dios nos permite tener los ojos abiertos frente a todos los intentos reductivos y empobrecedores de la vida. La santa nostalgia de Dios es la memoria creyente que se rebela frente a tantos profetas de desventura. Esa nostalgia es la que mantiene viva la esperanza de la comunidad creyente la cual, semana a semana, implora diciendo: ‘Ven, Señor Jesús’”.

“La nostalgia de Dios es la actitud que rompe aburridos conformismos e impulsa a comprometernos por ese cambio que anhelamos y necesitamos. La nostalgia de Dios tiene su raíz en el pasado pero no se queda allí: va en busca del futuro”.

Al igual que los magos, “el creyente ‘nostalgioso’ busca a Dios, empujado por su fe, en los lugares más recónditos de la historia, porque sabe en su corazón que allí lo espera su Señor”, y va a los sitios no evangelizados para poder encontrarse con Cristo, no con una postura de superioridad, sino “como un mendicante que no puede ignorar los ojos de aquel para el cual la Buena Nueva es todavía un terreno a explorar”.

El Santo Padre puso en contraposición la actitud abierta de los reyes magos con la actitud cerrada del rey Herodes, quien a pesar de encontrarse a una poca distancia de Belén, no fue capaz de ver lo que estaba ocurriendo.

“Los hombres de Oriente fueron a adorar, y fueron a hacerlo al lugar propio de un rey: el Palacio. Allí llegaron ellos con su búsqueda, era el lugar indicado: pues es propio de un rey nacer en un palacio, y tener su corte y súbditos”, indicó Francisco.


“Y fue precisamente ahí donde comenzó el camino más largo que tuvieron que andar esos hombres venidos de lejos. Ahí comenzó la osadía más difícil y complicada. Descubrir que lo que ellos buscaban no estaba en el palacio sino que se encontraba en otro lugar, no sólo geográfico sino existencial. Allí no veían la estrella que los conducía a descubrir un Dios que quiere ser amado, y eso sólo es posible bajo el signo de la libertad y no de la tiranía; descubrir que la mirada de este Rey desconocido –pero deseado– no humilla, no esclaviza, no encierra”.

“Descubrir que la mirada de Dios levanta, perdona, sana. Descubrir que Dios ha querido nacer allí donde no lo esperamos, donde quizá no lo queremos. O donde tantas veces lo negamos. Descubrir que en la mirada de Dios hay espacio para los heridos, los cansados, los maltratados y abandonados: que su fuerza y su poder se llama misericordia. Qué lejos se encuentra, para algunos, Jerusalén de Belén”.

El Papa señaló que “Herodes no puede adorar porque no quiso”, porque se rendía culto a sí mismo y buscaba que lo adorasen. “Los sacerdotes tampoco pudieron adorar porque sabían mucho, conocían las profecías, pero no estaban dispuestos ni a caminar ni a cambiar”, añadió.

Finamente, dijo que en Belén “había promesa de novedad” y los reyes magos “pudieron adorar porque se animaron a caminar y postrándose ante el pequeño, postrándose ante el pobre, postrándose ante el indefenso, postrándose ante el extraño y desconocido Niño de Belén descubrieron la Gloria de Dios”.

PRIMER VIERNES DEL MES DE ENERO - SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS


PRIMER VIERNES DEL MES DE ENERO
DEDICADO AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS



BREVE CONSIDERACIÓN.- Jesús habla a su sierva Margarita María de Alacoque, y en ella a los herederos de su vocación y de su espíritu, los Hijos de los Sagrados Corazones:

“No encontrarás, hija mía, un padre que, lleno de amor por su hijo único, le haya dado las pruebas de cariño que Yo te he dado a ti del mío…Tú serás un dichoso compuesto de mi amor y de mis misericordias, pues te he elegido como un paraíso de descanso en la tierra…!Oh, no imaginas cuánto gozo en sentirme Señor de tu alma y Soberano de tu corazón. El mío divino, al apoderarse del tuyo, te dará una paz que nadie podrá arrebatarte.”




ORACIÓN
Ofrecimiento del alma al Divino Corazón de Jesús.


¡Oh Corazón Sagrado¡, yo me entrego a Ti y te consagro mi entendimiento, memoria y voluntad, deseando que todo cuanto haga y padezca sea por tu gloria; que todo cuanto vea y oiga me lleve a amarte; que todas mis palabras sean otros tantos actos de adoración y de alabanza; te suplico, Corazón adorable, me concedas que en todas las aspiraciones te llame a Ti y te atraiga a mi conciencia enferma, y que en cada respiración te ofrezca como divina ofrenda al Eterno Padre, para darle gracias por todo lo que debo a su largueza.

¡Oh Corazón lleno de bondad, a quien pertenezco, de quien dependo y por quien vivo¡ Abrásame, poséeme, transfórmame en Ti; haz que todos mis movimientos y esfuerzos sean para estrecharte más y más contigo, y protesto que prefiero sufrir mil muerte antes que separarme de Ti o herirte con la menor infidelidad.

(Santa Margarita María de Alacoque)


PRIMERA PROMESA:
“A los amantes de mi Sagrado Corazón les daré abundantes gracias, propias de su estado”.

En homenaje de gratitud por esta promesa, y para pedir su realización en nosotros, recitamos las letanías al Sagrado Corazón de Jesús.

LETANÍAS AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros
Jesucristo óyenos.
Jesucristo, escúchanos.
Dios Padre celestial, ten misericordia de nosotros.
Dios Hijo Redentor del mundo, ten misericordia de nosotros.
Dios Espíritu Santo, ten misericordia de nosotros.

Trinidad Santa, que eres un solo Dios, ten piedad de nosotros.

(A todas las invocaciones que siguen se responde: “Ten misericordia de nosotros”)


Corazón de Jesús, Hijo del Padre Eterno,
Corazón de Jesús, formado en el seno de la Virgen Madre por el Espíritu Santo,
Corazón de Jesús, al Verbo de Dios substancialmente unido,
Corazón de Jesús, de majestad infinita,
Corazón de Jesús, Templo santo de Dios,
Corazón de Jesús, Tabernáculo del Altísimo,
Corazón de Jesús, Casa de Dios y puerta del cielo,
Corazón de Jesús, Horno ardiente de caridad,
Corazón de Jesús, Santuario de justicia y de amor,
Corazón de Jesús, lleno de bondad y de amor,
Corazón de Jesús, Abismo de todas las virtudes,
Corazón de Jesús, digno de toda alabanza,
Corazón de Jesús, Rey y centro de todos los corazones,
Corazón de Jesús, en que están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y de la ciencia,
Corazón de Jesús, en que mora toda la plenitud de la divinidad,
Corazón de Jesús, en que el Padre se agradó,
Corazón de Jesús, de cuya plenitud todos nosotros hemos recibido,
Corazón de Jesús, deseo de los eternos collados,
Corazón de Jesús, paciente y muy misericordioso,
Corazón de Jesús, liberal con todos los que te invocan,
Corazón de Jesús, fuente de vida y de santidad,
Corazón de Jesús, propiciación por nuestros pecados,
Corazón de Jesús, colmado de oprobios,
Corazón de Jesús, desgarrado por nuestros pecados,
Corazón de Jesús, hecho obediente hasta la muerte,
Corazón de Jesús, con lanza traspasado,
Corazón de Jesús, fuente de todo consuelo,
Corazón de Jesús, vida y resurrección nuestra,
Corazón de Jesús, paz y reconciliación nuestra,
Corazón de Jesús, víctima por nuestros pecados,
Corazón de Jesús, salvación de los que en Ti esperan,
Corazón de Jesús, esperanza de los que en Ti mueren,
Corazón de Jesús, delicias de todos los Santos,
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo: perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo: escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo: ten misericordia de nosotros.
V.- Jesús manso y humilde de corazón.
R.- Haz nuestro corazón conforme al tuyo.

Oremos: Oh Dios todopoderoso y eterno: mira el Corazón de tu amantísimo Hijo y las alabanzas y satisfacciones que en nombre de los pecadores te tributa; y concede aplacado el perdón a éstos que piden tu misericordia en el nombre de tu mismo Hijo Jesucristo. Quien contigo vive y reina en los siglos de los siglos. Amén.

Un Padrenuestro y Avemaría por los agonizantes y pecadores.



Una Palabra de Santa Margarita María de Alacoque a sus asociados: Entrad en el Corazón Divino de Jesús como en un horno de caridad, para purificarte ahí de todas las manchas, y para morir, en ese altar, a vuestra vida imperfecta y de pecado... Su gracia te hará revivir y su amor te transformará en Jesús, pero acercate íntimamente a su Corazón.

ACTO DE CONSAGRACIÓN
SE SOR MARÍA DEL DIVINO CORAZÓN

Amabilísimo Jesús, yo me consagro de nuevo y sin reserva a tu Divino Corazón. Te consagro mi cuerpo con todos sus sentidos, mi alma con todas sus potencias y mi ser todo entero. Te consagro mis pensamientos, palabras, obras, todos mis sufrimientos y trabajos, todas mis esperanzas, consuelos y alegrías. Especialmente te consagro mi pobre corazón para que no ame sino a Ti y se consuma como víctima en las llamas de tu amor. Acepta, !oh Corazón divino!, el deseo que tengo de consolarte y de pertenecerte para simpre. Toma de tal manera posesión de mí, que yo no tenga otra libertad que la de amarte, ni otra vida que sufrir y morir por Ti. Pongo en Ti toda mi confianza, una confianza sin límites, y espero de tu misericordia infinita perdón de todos mis pecados. Deposito en tus manos todos mis intereses, principalmente el de mi salvación eterna.

Prometo amarte y honrarte hasta el último momento de mi vida, y ayudado de tu divina gracia, prometo propagar con celo ardiente el culto de tu Sacratísimo Corazón. !Oh divino Corazón de Jesús!, dispón de mí como te agrade, no quiero más recompensa que tu mayor gloria y tu santo amor. Concédeme la gracia de hacer mi morada en tu Sacratísimo Corazón; allí es donde quiero pasar los días de mi vida y exhalar mi último suspiro.

Haz también de mi  corazón tu morada y el lugar de tu reposo, para quedarnos así íntimamente unidos, hasta que un día pueda yo alabarte, amarte y poseerte por toda la eternidad y cantar para siempre las misericordias de tu dulcísimo Corazón. Amén


Corazón Divino de Jesús, ten misericordia de nosotros (Tres veces)

Corazón Inmaculado de María, ruega por nosotros.

San José, Ruega por nosotros.

Santa Margarita María de Alacoque, ruega por nosotros.


LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 6 DE ENERO


Los cinco minutos de María
Enero 6



El Espíritu de Dios condujo a María a través de las promesas del Antiguo Testamento, a la realidad de la redención. La iluminó para comprender, desde la fe, la historia y las profecías del pueblo de Israel. Proclamó y celebró, en el Magníficat, la misericordia de Dios hacia los humildes y los pobres y exaltó la fidelidad de Dios a las promesas hechas a los Patriarcas. Por eso la Iglesia la llama “Reina de los profetas”.
Como María, el cristiano que se deja conducir por las mociones del Espíritu Santo y dirigir por sus luces llegará a una eminente santidad y la luz de la fe lo iluminará para conocer las cosas de Dios y gustar de ellas.
El Espíritu Santo obró en María la mayor obra humana y divina: la encarnación del Hijo de Dios. También en nosotros, por medio de María, obra la maravilla de nuestra santificación.
No hay alabanza digna de ti, Virgen inmaculada, porque en tu seno has llevado al que ni el cielo puede contener.


* P. Alfonso Milagro