Páginas

viernes, 25 de noviembre de 2016

EL EVANGELIO DE HOY VIERNES 25 DE DICIEMBRE 2016


Vivir el hoy en la clave de espera
Lucas 21, 29-33. Viernes XXXIV. Tiempo ordinario. Ciclo C. Mis palabras no pasarán.


Por: H. Adrián Olvera de la Cruz LC | Fuente: www.missionkits.org 



En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor, te agradezco por un nuevo día en el que me das la gracia de ser testigo de tu amor. Hoy, como ayer, me doy cuenta que sigo siendo débil y mis deseos de ser mejor para Ti no corresponden muchas veces a la realidad, sin embargo no me dejes olvidar que mi debilidad y mi flaqueza son siempre objeto de tu misericordia y de tu infinito amor.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)


Del santo Evangelio según san Lucas 21, 29-33
En aquel tiempo, Jesús propuso a sus discípulos esta comparación: "Fíjense en la higuera y en los demás árboles. Cuando ven que empiezan a dar fruto, saben que ya está cerca el verano. Así también, cuando vean que suceden las cosas que les he dicho, sepan que el Reino de Dios está cerca. Yo les aseguro que antes de que esta generación muera, todo esto se cumplirá. Podrán dejar de existir el cielo y la tierra, pero mis palabras no dejarán de cumplirse".
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
En nuestra vida siempre hay días, llamadas, momentos… que son muy importantes, y casi siempre van acompañados de una previa preparación. Qué me pondré… qué llevaré… cómo lo diré; qué haré… son palabras que salen casi espontáneamente de nuestra boca o que vienen repentinamente a nuestra mente.
Señor, hoy me dices que tu Reino está cerca pero… no lo veo, no lo escucho, no sé dónde buscar. No sé cómo preparar mi corazón  para ese momento que sé es infinitamente más importante que cualquier otro día, llamada o compromiso.
Busco los frutos en los árboles, en mi día a día y muchas veces no encuentro nada, Señor. Muchas veces me encuentro con árboles pero… están sin fruto; me encuentro con otoños que parecen no acabar… no sé cómo… qué puedo esperar.
Sin embargo, escucho muy dentro de mí que me dices: vuelva a mirar otra vez… que tu Reino aquí está, que los otoños pasan y si se ven más de cerca los arboles sin hojas… también tienen su belleza. Me dices que la preparación está en mí día a día. Que todos los días vienes a visitarme en cada Eucaristía y la mejor forma de prepararme es… el amor. En recibirlo y en darlo.
Me haces ver la vida con sus encantos y trabajos; con sus otoños y veranos, como una espera en la que la mejor forma de preparación es el amor.
Dame la gracia, Señor, de vivir el hoy en esa clave de espera; amando cada momento, cada acontecimiento, sea malo o bueno, pues eso pasará, pero tu amor siempre permanecerá.
«También en nuestros días no faltan las calamidades naturales y morales, y tampoco la adversidad y las desgracias de todo tipo. Todo pasa —nos recuerda el Señor—; sólo Él, su Palabra permanece como luz que guía, anima nuestros pasos y nos perdona siempre, porque está al lado nuestro. Sólo es necesario mirarlo y nos cambia el corazón. Que la Virgen María nos ayude a confiar en Jesús, el sólido fundamento de nuestra vida, y a perseverar con alegría en su amor.»
(Homilía de S.S. Francisco, 15 de noviembre de 2015).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Vivir mi día en clave de amor, es decir, tratando de hacer un acto de caridad hacia los demás para que mi corazón esté más dispuesto a recibirlo en la Eucaristía.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

CAER Y LEVANTARSE


¡Caer y levantarse!



“No se equivoca el hombre que ensaya distintos caminos para alcanzar sus metas, se equivoca aquel que por temor a equivocarse no actúa. No se equivoca el pájaro que ensayando el primer vuelo cae al suelo, se equivoca aquel que por temor a caerse renuncia a volar permaneciendo en el nido.

Una noche la gente oyó un ruido espantoso que provenía de la casa de Nasrudin. A la mañana siguiente y apenas se levantaron lo fueron a visitar y le preguntaron: "¿Qué fue todo ese ruido?". "Mi capa cayó al suelo". Respondió Nasrudín. Pero… "¿una capa puede hacer tal ruido?" Le cuestionaron: "Por supuesto, si usted está dentro de ella, como yo lo estaba".   

El error más grande lo cometes cuando, por temor a equivocarte, no te arriesgas para lograr tus objetivos. No se equivoca el río cuando, al encontrar una montaña en su camino, retrocede para seguir avanzando hacia el mar; se equivoca el agua que por temor a equivocarse, se estanca y se pudre en la laguna” (A.D.)


* Enviado por el P. Natalio 

DECÁLOGO DE LA CRÍTICA SANA


Decálogo de la crítica sana



No es fácil criticar a una persona con resultado positivo. Criticar es un verdadero arte y hay que aprenderlo. Sin embargo, con cuánta  frivolidad nos ponemos a criticar a todo tipo de gente: el padre critica al hijo y éste a su padre, el vecino al vecino, el profesor al alumno y éste a su profesor. Lee con atención:

- La crítica ha de hacerse siempre “cara a cara”.
- La crítica ha de hacerse a la persona interesada y en privado.  
- Nunca se debe criticar comparando con otra persona.
- Se deben criticar los hechos, jamás las intenciones. 
- La crítica debe ser específica, no generalizadora; objetiva, no exagerada.
- Hay que criticar una sola cosa cada vez. .
- No se debe, en principio, repetir las críticas una vez formuladas.
- Hay que saber elegir bien el momento para criticar.
- Nunca se debe criticar lo que no se ha comprobado bien.
- Antes de criticar hay que ponerse en las circunstancias del criticado. (L. Caballero).

Puedes corregir a tu hijo si todos los días le demuestras tu amor y oye algún elogio de tu parte. Bien sabes que criticar a un enemigo no aporta nada. Lógicamente, cuando se critica a quien se ama se critica con amor, con tanta delicadeza como al curar una herida. Que nunca tu crítica sea un simple desahogo de tus nervios.


* Enviado por el P. Natalio 

CON EL DIABLO NO SE DIALOGA ADVIERTE EL PAPA FRANCISCO


Con el diablo no se dialoga advierte el Papa Francisco
Por Miguel Pérez Pichel


 (ACI).- La condenación eterna consiste en alejarse del Señor. Así lo ha indicado el Papa Francisco en su homilía de la Misa celebrada en la Casa Santa Marta. Para evitarlo, el Santo Padre señala que hay que evitar dialogar con el diablo para evitar caer en su trampa de mentiras y engaños.

“Es un mentiroso –indicó–. Aún más: es el padre de la mentira, que genera mentiras. Es un estafador. Te hace creer que si comes de esta manzana serás como un Dios. Te la vende de ese modo y tú la compras, y al final te estafa, te engaña y te arruina la vida”.

El Pontífice se preguntó cómo podemos hacer para no dejarnos engañar por el diablo. “Jesús nos enseña cómo: no dialogar nunca con el diablo. Con el diablo no se dialoga. ¿Qué hizo Jesús con el diablo? Lo alejaba”.


De hecho, incluso en el desierto, Jesús “nunca utilizó su propia palabra, porque era muy consciente del peligro. En las tres respuestas que da al diablo se defiende con la Palabra de Dios, la Palabra de la Biblia”.

Por otro lado, Francisco explicó en qué consiste el infierno. “La condenación eterna no es una sala de tortura. Eso es una descripción de esta segunda muerte”. La condenación eterna “es una muerte”. “Los que no serán recibidos en el Reino de Dios es porque no se han acercado al Señor. Son aquellos que avanzan por su propio camino, alejándose del Señor, pasando de largo del Señor. Esos desaparecen por sí solos. La condenación eterna consiste en ese constante desviarse de Dios”. Alejarse para siempre “del Dios que da la felicidad, del Dios que te quiere tanto”.

Si “abrimos nuestros corazones”, como nos pide Jesús, y no andamos a nuestro aire, tendremos “la alegría de la salvación, el Cielo y la tierra nuevos”.

“La esperanza que abre los corazones al encuentro con Jesús. Esto es lo que esperamos: el encuentro con Jesús. ¡Es bello, muy bello! Él nos pide ser humildes y que digamos: ‘Señor’. Sólo esa palabra, y Él hará el resto”.


Evangelio comentado por el Papa Francisco:

Lucas 21:29-33
29 Les añadió una parábola: «Mirad la higuera y todos los árboles.
30 Cuando ya echan brotes, al verlos, sabéis que el verano está ya cerca.
31 Así también vosotros, cuando veáis que sucede esto, sabed que el Reino de Dios está cerca.
32 Yo os aseguro que no pasará esta generación hasta que todo esto suceda.
33 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.

ADVIENTO: 7 RESPUESTAS A LAS PREGUNTAS MÁS COMUNES


Adviento: 7 respuestas a las preguntas más comunes


 (ACI).- Muchos fieles cuentan con una comprensión intuitiva y basada en la experiencia del Adviento, pero ¿qué dicen los documentos de la Iglesia sobre este tiempo de preparación para la Navidad?

Estas son algunas de las preguntas y respuestas más comunes acerca del Adviento, que este año comienza el domingo 27 de noviembre.

1. ¿Cuál es el propósito del Adviento?

El Adviento es un tiempo en el calendario litúrgico de la Iglesia, específicamente, del calendario de la Iglesia Latina, que es la más grande en comunión con el Papa. Otras iglesias católicas –así como muchas no católicas– tienen su propia celebración del Adviento.

Según las Normas Generales para el Año Litúrgico y el calendario, esta fiesta tiene un carácter doble: en primer lugar es una temporada para prepararnos para la Navidad, cuando se recuerda la primera venida de Cristo; y en segundo lugar, una estación que apela directamente a la mente y el corazón para esperar la segunda venida de Cristo al final de los tiempos.

El Adviento es, entonces, un período de espera devota y alegre (Norma 39) que trae a la mente las dos venidas de Cristo.

2. ¿Cuándo comienza y termina el Adviento?

El primer domingo de Adviento es el primer día del Nuevo Año Litúrgico, que este año será el 27 de noviembre. Los tres domingos de Adviento restantes serán el 4, 11 y 18 de diciembre. La duración de este tiempo de preparación puede variar de 21 a 28 días, dado que se celebran los cuatro domingos más próximos a la festividad de Navidad.


3.- ¿Por qué no se canta ni se recita el gloria?

En Adviento, no se recita el gloria porque es una de las maneras de expresar concretamente que, mientras dura nuestro peregrinar, falta algo para que el gozo sea completo.

Cuando el Señor se haga presente en medio de su pueblo, habrá llegado la Iglesia a su fiesta completa, significada por Solemnidad de la fiesta de la Navidad, cuando se cante nuevamente el gloria.

El Misal Romano señala que el gloria se recita o se canta los domingos fuera de los tiempos de Adviento y Cuaresma.

Las excepciones a esta regla durante el Adviento son la Solemnidad de la Inmaculada Concepción, el 8 de diciembre; y la fiesta de la Virgen de Guadalupe el 12 de diciembre.

4. ¿Cuál es el color que distingue a este tiempo?

El color normal del Adviento es el morado. El numeral 346 de la Instrucción General del Misal Romano (IGMR) dispone que “el color morado se usa en los Tiempos de Adviento y de Cuaresma. Puede usarse también en los Oficios y Misas de difuntos”.

En muchos lugares, hay una notable excepción para el tercer domingo de Adviento, conocido como el domingo de Gaudete: “El color rosado puede usarse, donde se acostumbre, en los domingos Gaudete (III de Adviento) y Laetare (IV de Cuaresma)” (IGMR, 346).

5. ¿Es el Adviento un tiempo penitencial?

A menudo pensamos en el Adviento como una temporada penitencial porque el color litúrgico es el morado, como en la Cuaresma. Sin embargo, según el canon 1250 del Código de Derecho Canónico: “los días y tiempos penitenciales en la Iglesia universal son todos los viernes de todo el año y la temporada de Cuaresma”.

Aunque las autoridades locales pueden establecer días penitenciales adicionales, este es un listado completo de los días y tiempos penitenciales de la Iglesia Latina en su conjunto, y el Adviento no es uno de ellos.

6. ¿Cómo se decoran las iglesias?

El numeral 305 de la Instrucción General del Misal Romano señala que “durante el tiempo de Adviento el altar puede adornarse con flores, con tal moderación, que convenga a la índole de este tiempo, pero sin que se anticipe a la alegría plena del Nacimiento del Señor”.

“Los arreglos florales sean siempre moderados, y colóquense más bien cerca de él, que sobre la mesa del altar”.

7. ¿Qué expresiones de piedad popular podemos usar en este tiempo?

Hay una variedad de expresiones de piedad popular que la Iglesia ha reconocido para su uso durante el Adviento. Entre ellas se encuentra la Corona de Adviento, procesiones, solemnidad de la Inmaculada Concepción el 8 de diciembre, novena de Navidad, el Nacimiento, etc.

Se puede leer acerca de estas devociones en el Directorio sobre la Piedad Popular y la Liturgia (comenzando en el N°96),

Bonus: ¿Cómo debe ser la música?

El numeral 305 de la Instrucción General del Misal Romano señala que “en Adviento el uso del órgano y de otros instrumentos musicales debe ser marcado por una moderación adecuada al carácter de esta época del año, sin expresar con anticipación la alegría plena de la Natividad del Señor”.

Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en National Catholic Register.

LOS CINCO MINUTOS DE DIOS, 25 DE NOVIEMBRE


LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
Noviembre 25



¿Qué importa que el ave esté atada por una cadena o por un hilo, si al fin está atada y no puede volar por los espacios?
Piensa que tú puedes sentirte atado. No te tranquilices si ves que tu atadura es solamente un hilo; preocúpate por el hecho de sentirte atado, de no sentirte libre.
Tus defectos no serán muy graves, muy serios, muy escandalosos para los demás, pero son defectos, y por ello te impiden volar a la altura de la perfección.
Son defectos y, por lo tanto, no hacen que seas malo, pero impiden que seas mejor; y, si es muy bueno no ser malo, es muy malo no ser mejor.
No sabe cuánto bien hace el que no hace el mal; pero tampoco sabe cuánto mal hace el que no hace el bien.
Rompe todas tus cadenas, pero desata también –o corta- todos tus hilos; siéntete libre y lánzate a las alturas, hacia Dios.
“Con el temor del Señor, nada falta, y ya no es necesario buscar otra ayuda. El temor del Señor es como un paraíso exuberante y protege más que cualquier gloria” (Eclo 40,26-27). El temor de Dios es el que te moverá a perfeccionarte cada día más.


* P. Alfonso Milagro