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domingo, 13 de noviembre de 2016

DISFRUTA DE TU HOGAR



Disfruta de tu hogar 


La familia que reza unida permanece unida y reproduce el clima de la casa de Nazareth: Jesús está en el centro, se comparten con él alegrías y dolores, se ponen en sus manos las necesidades y proyectos, se obtienen de él la esperanza y la fuerza para el camino. Esa oración alcanza su culmen cuando la familia participa de la Misa del domingo. 

Siéntete cómodo en tu casa. Haz que sea y parezca simple. No la recargues de adornos innecesarios. Evita que el televisor haga las veces de «hogar» o chimenea, desplazándolo a un lugar menos visible o poniéndole puertas. Aprende a decorar y reparar las cosas con tus manos. Redescubre el rito de las comidas en familia y sin televisión. No seas esclavo del teléfono y/o celular. Invita a tus amigos a tu casa y hazles sentirse bienvenidos. ¿Por qué no les preparas tú mismo la comida? (Juan Yzuel).

La primera mujer, Eva,  salió de la costilla del hombre. No de los pies, para ser pisoteada. No de la cabeza, para ser superior... sino del lado, para ser igual. Debajo del brazo, para ser protegida y al lado del corazón, para ser amada. Que este símbolo ayude a los esposos a cultivar cada día una mejor convivencia, hecha de respeto y  tolerancia mutua.


* Enviado por el P. Natalio 

LEES HORÓSCOPOS PARA CONOCER EL FUTURO? EL PAPA TIENE UNA ADVERTENCIA PARA TI


¿Lees horóscopos para conocer el futuro? El Papa tiene una advertencia para ti
Por Álvaro de Juana





VATICANO, 13 Nov. 16 / (ACI).- En la Misa que presidió con motivo del Jubileo de las personas socialmente excluídas, el Papa Francisco ofreció una homilía en la que habló de la riqueza que son los pobres, aunque la sociedad no lo valore. Pero también realizó una dura advertencia hacia quienes buscan conocer el futuro y los designios de Dios a través de los horóscopos o predicadores extraños.

Al comentar el Evangelio del día, Francisco recordó las palabras de Jesús “no quedará piedra sobre piedra” y que también habla de que “habrá conflictos, hambre, convulsión en la tierra y en el cielo”. Pero “Jesús no nos quiere asustar, sino advertirnos de que todo lo que vemos pasa inexorablemente. Incluso los reinos más poderosos, los edificios más sagrados y las cosas más estables del mundo, no duran para siempre; tarde o temprano caerán”, dijo.


Es aquí donde advirtió contra los horóscopos y cierto tipo de predicadores: “Ante estas afirmaciones, la gente inmediatamente plantea dos preguntas al Maestro: ‘¿Cuándo va a ser eso? Y ¿cuál será la señal de que todo eso está para suceder?’.


“Siempre nos mueve la curiosidad: se quiere saber cuándo y recibir señales. Pero esta curiosidad a Jesús no le gusta”.

“Por el contrario, él nos insta a no dejarnos engañar por los predicadores apocalípticos. El que sigue a Jesús no hace caso a los profetas de desgracias, a la frivolidad de los horóscopos, a las predicciones que generan temores, distrayendo la atención de lo que sí importa. Entre las muchas voces que se oyen, el Señor nos invita a distinguir lo que viene de Él y lo que viene del falso espíritu”.

“Es importante distinguir la llamada llena de sabiduría que Dios nos dirige cada día del clamor de los que utilizan el nombre de Dios para asustar, alimentar divisiones y temores”, explicó.

Así pues, el Santo Padre invitó como Jesús a “no tener miedo ante las agitaciones de cada época” porque “Él pide que perseveren en el bien y pongan toda su confianza en Dios, que no defrauda”.

Y DÓNDE ESTABA DIOS?


¿Y donde estaba Dios...?
En quienes se levantan por encima del mal que les ha sucedido y muestran que son más grandes que los males que vivieron


Por: Fr. Nelson Medina, OP | Fuente: fraynelson.com 




Quien le escribe es un joven de 18 años que sabe muchas cosas traumáticas de la vida y está conociendo acerca del amor de Dios, sólo que en su caminar le nace una interrogante: ¿Dónde esta Dios cuando ocurre una violación o un asesinato? ¿Dónde esta Dios cuando se clama auxilio? ¿Por qué no manda angeles a detener a los abusadores de inocentes? ¿Acaso si se viola a un niño se lo está castigndo por algo que ha hecho?

Perdone la crudeza de la pregunta pero creo que las dudas se resuelven cuando están candentes, le pido por favor me responda y me ayude. Gracias.

Empecemos por la parte más sencilla, de en medio de este conjunto de preguntas tan complicadas: cuando el inocente sufre no sufre "por algo que haya hecho".

La pregunta supone que Dios debería evitar que se cometieran injusticias. Lo que uno puede decir es: ¿en dónde empiezan las injusticias en las que Dios debería intervenir? Si sucede la violación de un niño, o incluso antes de eso: ¡un aborto!, lo que uno piensa es: "Ahí Dios debería haber intervenido" Pero si un empresario paga salarios de hambre a miles de obreros, ¿no debería intervenir Dios también ahí? Si un país invade injustamente a otro país, ¿no sería otro caso que Dios debería impedir? ¿Y no sería también motivo suficiente cuando un hombre casado, de veinte años de matrimonio, sale a su primera "aventura," que en realidad es un adulterio, y que en realidad va a arruinar su vida, al de su esposa y al de sus hijos?

Por el camino de las "intervenciones" uno no llega muy lejos. O mejor dicho: uno llega a que Dios tendría que estar todo el tiempo suprimiendo la libertad que dio al hombre. Sería un Dios en perpetua contradicción consigo mismo.

Lo que Dios hace es muy distinto. Él no quita la libertad que dio pero tampoco renuncia a su propia libertad que es siempre sabia, poderosa y compasiva. Ejerciendo su propia libertad, Dios conduce la historia humana sin negar la obra de nuestra libertad. ¿Cómo? A partir de las consecuencias que puedan tener los actos perversos. Es decir: no todas las personas manejan del mismo modo el "después" de las cosas malas que les suceden. Hay personas, sin duda guiadas por Dios, que aprovechan los traumas de su niñez para hacer respetar los derechos de los niños. Hay personas que han conocido los horrores de la droga y hoy son los mejores terapistas y acompañantes de quienes quieren abandonar ese infierno. Hay personas que, siguiendo el ejemplo de Cristo, y sostenidos, sin duda, por el amor de Cristo, se levantan por encima del mal que les ha sucedido y muestran que son más grandes que las desgracias que los visitaron. ¡Ahí está Dios!

MEDITACIÓN DEL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 13 DE NOVIEMBRE 2016





PARA TIEMPOS DIFÍCILES

Los profundos cambios socioculturales que se están produciendo en nuestros días y la crisis religiosa que sacude las raíces del cristianismo en occidente, nos han de urgir más que nunca a buscar en Jesús la luz y la fuerza que necesitamos para leer y vivir estos tiempos de manera lúcida y responsable.

Llamada al realismo

En ningún momento augura Jesús a sus seguidores un camino fácil de éxito y gloria. Al contrario, les da a entender que su larga historia estará llena de dificultades y luchas. Es contrario al espíritu de Jesús cultivar el triunfalismo o alimentar la nostalgia de grandezas. Este camino que a nosotros nos parece extrañamente duro es el más acorde a una Iglesia fiel a su Señor.

No a la ingenuidad

En momentos de crisis, desconcierto y confusión no es extraño que se escuchen mensajes y revelaciones proponiendo caminos nuevos de salvación. Estas son las consignas de Jesús. En primer lugar, «que nadie os engañe»: no caer en la ingenuidad de dar crédito a mensajes ajenos al evangelio, ni fuera ni dentro de la Iglesia. Por tanto, «no vayáis tras ellos»: No seguir a quienes nos separan de Jesucristo, único fundamento y origen de nuestra fe.

Centrarnos en lo esencial

Cada generación cristiana tiene sus propios problemas, dificultades y búsquedas. No hemos de perder la calma, sino asumir nuestra propia responsabilidad. No se nos pide nada que esté por encima de nuestras fuerzas. Contamos con la ayuda del mismo Jesús: «Yo os daré palabras y sabiduría»… Incluso en un ambiente hostil de rechazo o desafecto, podemos practicar el evangelio y vivir con sensatez cristiana.

La hora del testimonio

Los tiempos difíciles no han de ser tiempos para los lamentos, la nostalgia o el desaliento. No es la hora de la resignación, la pasividad o la dimisión. La idea de Jesús es otra: en tiempos difíciles «tendréis ocasión de dar testimonio». Es ahora precisamente cuando hemos de reavivar entre nosotros la llamada a ser testigos humildes pero convincentes de Jesús, de su mensaje y de su proyecto.

Paciencia

Esta es la exhortación de Jesús para momentos duros: «Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas». El término original puede ser traducido indistintamente como «paciencia» o «perseverancia». Entre los cristianos hablamos poco de la paciencia, pero la necesitamos más que nunca. Es el momento de cultivar un estilo de vida cristiana, paciente y tenaz, que nos ayude a responder a nuevas situaciones y retos sin perder la paz ni la lucidez.



Evangelio Comentado por:
José Antonio Pagola
Lc 21,5-19

LECTURAS BÍBLICAS Y EL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 13 DE NOVIEMBRE 2016


XXXIII del Tiempo Ordinario – Ciclo C
Domingo 13 de Noviembre de 2016

“Pon tus Palabras en mi boca“


Primera lectura
Lectura de la profecía de Malaquias (3,19-20a):

Mirad que llega el día, ardiente como un horno: malvados y perversos serán la paja, y los quemaré el día que ha de venir –dice el Señor de los ejércitos–, y no quedará de ellos ni rama ni raíz. Pero a los que honran mi nombre los iluminará un sol de justicia que lleva la salud en las alas.

Palabra de Dios    

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Salmo
Salmo Responsorial: 97,5-6.7-9a.9bc

R/. El Señor llega para regir los pueblos con rectitud

Tañed la cítara para el Señor,
suenen los instrumentos:
con clarines y al son de trompetas,
aclamad al Rey y Señor. R/.

Retumbe el mar y cuanto contiene,
la tierra y cuantos la habitan;
aplaudan los ríos, aclamen los montes
al Señor, que llega para regir la tierra. R/.

Regirá el orbe con justicia
y los pueblos con rectitud. R/.

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Segunda lectura
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses (3,7-12):

Ya sabéis cómo tenéis que imitar nuestro ejemplo: no vivimos entre vosotros sin trabajar, nadie nos dio de balde el pan que comimos, sino que trabajamos y nos cansamos día y noche, a fin de no ser carga para nadie. No es que no tuviésemos derecho para hacerlo, pero quisimos daros un ejemplo que imitar. Cuando vivimos con vosotros os lo mandamos: El que no trabaja, que no coma. Porque nos hemos enterado de que algunos viven sin trabajar, muy ocupados en no hacer nada. Pues a esos les mandamos y recomendamos, por el Señor Jesucristo, que trabajen con tranquilidad para ganarse el pan.

Palabra de Dios

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Lectura del Santo Evangelio según san Lucas (21,5-19)

En aquel tiempo, algunos ponderaban la belleza del templo, por la calidad de la piedra y los exvotos.
Jesús les dijo: «Esto que contempláis, llegará un día en que no quedará piedra sobre piedra: todo será destruido.»
Ellos le preguntaron: «Maestro, ¿cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder?»
Él contestó: «Cuidado con que nadie os engañe. Porque muchos vendrán usurpando mi nombre, diciendo: “Yo soy”, o bien: “El momento está cerca”; no vayáis tras ellos. Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico. Porque eso tiene que ocurrir primero, pero el final no vendrá en seguida.»
Luego les dijo: «Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países epidemias y hambre. Habrá también espantos y grandes signos en el cielo. Pero antes de todo eso os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a la cárcel, y os harán comparecer ante reyes y gobernadores, por causa mía. Así tendréis ocasión de dar testimonio. Haced propósito de no preparar vuestra defensa, porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro. Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os traicionarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán por causa mía. Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas.»

Palabra del Señor

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LOS CINCO MINUTOS DE DIOS, 13 DE NOVIEMBRE


LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
Noviembre 13



El hombre no puede vivir sin fe; tiene que creer en algo y en alguien; de otro modo, se ahoga en sí mismo.
Pero, antes que nada, debe creer en Dios. Te ofrezco la sabida oración de la Fe:

"Creo, aunque todo te oculte a mi fe. Creo, aunque todo me grite que no. Porque he basado mi fe en un Dios inmutable, en un Dios que no cambia, en un Dios que es amor.

Creo, aunque todo parezca morir. Creo, aunque ya no quisiera vivir, porque he fundado mi vida en palabras sinceras, en palabras de amigo, en palabra de Dios.

Creo, aunque todo subleve mi ser. Creo, aunque sienta muy solo el dolor. Porque un cristiano que tiene al Señor por amigo, no vacila en la duda, se mantiene en la fe.

Creo, aunque veo a los hombres matar. Creo, aunque veo a los niños llorar. Porque aprendí con certeza que Él sale al encuentro, en las horas más duras, con su amor y su luz.

Creo, pero aumenta mi fe"
“Para dar esta respuesta de la fe es necesaria la gracia de Dios, que se adelanta y nos ayuda, junto con el auxilio del Espíritu; que mueve el corazón, lo dirige a Dios, abre los ojos del espíritu y concede a todos gusto en creer y aceptar la verdad” (DV 5)


* P. Alfonso Milagro

LA PACIENCIA DE DIOS


La paciencia de Dios
El mundo es redimido por la paciencia de Dios y destruido por la impaciencia de los hombres.


Por: P. Fernando Pascual LC | Fuente: Catholic.net 




Buscar el poder es una tentación que continuamente asecha al ser humano. Tener fuerza, tener dinero, recibir aplausos. Luego, cuando todo está en nuestras manos, cuando las voluntades han sido sometidas (ilusionadas, engañadas, asustadas), llega la hora de iniciar la utopía, de construir el mundo perfecto.

Y ese “mundo perfecto” inicia precisamente con lágrimas, con dolor, con la opresión del enemigo, con las críticas malévolas, con ese clima de miedo que reina en los sistemas totalitarios (del pasado y del presente).

El fracaso de las utopías humanas nos hace desconfiados. Querríamos, entonces, que Dios actuase, que impusiese entre los hombres la justicia. Desearíamos que enviase desde el cielo un rayo de fuerza, que acabase con los criminales, los terroristas, los explotadores, los pedófilos, los violadores, los que controlan el mundo mientras se mantienen indiferentes ante el hambre de millones de niños, ante el drama del aborto, ante la opresión de los justos y los pobres.

Dios, en cambio, responde con su Hijo. Sin violencia, sin truenos, sin acabar con el malvado. Jesús predica un mensaje de paz, de perdón, de esperanza. Cuando llega la hora de la lucha suprema, se muestra débil, manso, humilde, como un cordero. Ante los que no comprenden al Padre viene criticado como un blasfemo. Lo atan como a un malhechor, lo condenan a la muerte que se aplica a los criminales. Jesús calla, y el Padre detiene legiones de ángeles que contemplan horrorizados la muerte del Justo y la victoria, aparente, del maligno.

Pero la redención no viene del poder, sino del amor y de la paciencia redentora de Dios. Nos lo recordaba el Papa Benedicto XVI en la homilía de inicio de Pontificado, el 24 de abril de 2005:

“No es el poder lo que redime, sino el amor. Éste es el distintivo de Dios: Él mismo es amor. ¡Cuántas veces desearíamos que Dios se mostrara más fuerte! Que actuara duramente, derrotara el mal y creara un mundo mejor. Todas las ideologías del poder se justifican así, justifican la destrucción de lo que se opondría al progreso y a la liberación de la humanidad. Nosotros sufrimos por la paciencia de Dios. Y, no obstante, todos necesitamos su paciencia. El Dios, que se ha hecho cordero, nos dice que el mundo se salva por el Crucificado y no por los crucificadores. El mundo es redimido por la paciencia de Dios y destruido por la impaciencia de los hombres.

Estamos en el tiempo de la paciencia de Dios. Como cristianos podemos imitar su bondad, vivir en la confianza, aprender el arte difícil de la espera. Espera que significa renuncia a la venganza y perdón para con el enemigo.

No cambiaremos al mundo a base de golpes de violencia. La hora de la paciencia, la hora de la mansedumbre, es el único camino que nos acerca, de veras, a la construcción de un mundo nuevo. Un mundo en el que las lanzas se convertirán en azadas, los hombres ya no vivirán para el dinero, y el mensaje de Cristo llenará los corazones de esperanza y de mucho, mucho amor...

LOS CINCO MINUTOS DE DIOS, 12 DE NOVIEMBRE


LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
Noviembre 12



No todos los días son iguales, ¿verdad?
Pues bien, tú que corres, no te agites; tú que vives, no te angusties; tú que dudas, no vaciles.

Si corres, no te precipites; si vives, no te desorientes; si estás angustiado, no te oprimas.

Será preciso correr, vivir, angustiarse; la vida es todo eso; pero en todo momento habrá que tener presente la moderación; para todos es la regla de oro que debe regir nuestros actos.

Cristo dijo que Él es el camino, la verdad y la vida.
Si vas por ese camino, no te extraviarás; si aceptas y vives esa verdad, no caerás en el error; si penetras en esa vida, te alejarás de la muerte.

Él dijo también que es la luz del mundo; no te alejes de Él y caminarás seguro, bañado por su luz.

“Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la Vida” (Jn 8,12). “Observen una buena conducta en medio de los paganos, y así los mismos que los calumnian como a malhechores, al ver sus buenas obras tendrán que glorificar a Dios el día de la Visita” (1 Pe 2,12)


* P. Alfonso Milagro