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domingo, 6 de noviembre de 2016

PARA ÉL TODOS ESTÁN VIVOS


Para Él todos están vivos. 



Jesús ha sido siempre muy sobrio al hablar de la vida nueva después de la resurrección. Sin embargo, cuando un grupo de aristócratas saduceos trata de ridiculizar la fe en la resurrección de los muertos, Jesús reacciona elevando la cuestión a su verdadero nivel y haciendo dos afirmaciones básicas. 

Antes que nada, Jesús rechaza la idea pueril de los saduceos que imaginan la vida de los resucitados como prolongación de esta vida que ahora conocemos. Es un error representarnos la vida resucitada por Dios a partir de nuestras experiencias actuales. 

Hay una diferencia radical entre nuestra vida terrestre y esa vida plena, sustentada directamente por el amor de Dios después de la muerte. Esa Vida es absolutamente "nueva". Por eso, la podemos esperar pero nunca describir o explicar. 

Las primeras generaciones cristianas mantuvieron esa actitud humilde y honesta ante el misterio de la "vida eterna". Pablo les dice a los creyentes de Corinto que se trata de algo que "el ojo nunca vio ni el oído oyó ni hombre alguno ha imaginado, algo que Dios ha preparado a los que lo aman".

Estas palabras nos sirven de advertencia sana y de orientación gozosa. Por una parte, el cielo es una "novedad" que está más allá de cualquier experiencia terrestre, pero, por otra, es una vida "preparada" por Dios para el cumplimiento pleno de nuestras aspiraciones más hondas. Lo propio de la fe no es satisfacer ingenuamente la curiosidad, sino alimentar el deseo, la expectación y la esperanza confiada en Dios. 

Esto es, precisamente, lo que busca Jesús apelando con toda sencillez a un hecho aceptado por los saduceos: a Dios se le llama en la tradición bíblica «Dios de Abrahán, Isaac y Jacob». A pesar de que estos patriarcas han muerto, Dios sigue siendo su Dios, su protector, su amigo. La muerte no ha podido destruir el amor y la fidelidad de Dios hacia ellos. 

Jesús saca su propia conclusión haciendo una afirmación decisiva para nuestra fe: «Dios no es un Dios de muertos, sino de vivos; porque para él todos están vivos». Dios es fuente inagotable de vida. La muerte no le va dejando a Dios sin sus hijos e hijas queridos. Cuando nosotros los lloramos porque los hemos perdido en esta tierra, Dios los contempla llenos de vida porque los ha acogido en su amor de Padre. 

Según Jesús, la unión de Dios con sus hijos no puede ser destruida por la muerte. Su amor es más fuerte que nuestra extinción biológica. Por eso, con fe humilde nos atrevemos a invocarlo: "Dios mío, en Ti confío. No quede yo defraudado" (salmo 25,1-2).



* José Antonio Pagola

EL CRISTIANISMO NO ES FILOSOFÍA DE VIDA SINO UN MENSAJE DE DIOS DICE EL PAPA


El cristianismo no es “filosofía de vida” sino un mensaje de Dios, dice el Papa
Por Miguel Pérez Pichel
 Foto: L'Osservatore Romano.



VATICANO, 06 Nov. 16 / (ACI).- En su mensaje previo al rezo del Ángelus, el Papa Francisco destacó que “si no hubiera referencia al Paraíso y a la vida eterna, el cristianismo se limitaría a ser una ética, una filosofía de vida”. Por el contrario, “el mensaje de la fe cristiana proviene del cielo, ha sido revelado por Dios y va más allá de este mundo”.

Bajo una intensa lluvia, una multitud de peregrinos se congregaron en la Plaza de San Pedro en el Vaticano, para escuchar las palabras del Santo Padre.

El Papa recordó cómo Jesús contestó a los saduceos, que no creían en la resurrección, que trataban de ponerle en apuros y ridiculizar le resurrección: “Presentan un caso paradójico y absurdo: una mujer que ha tenido siete maridos, todos ellos hermanos, y que uno tras otro fueron muriendo. Y entonces plantearon la pregunta maliciosa a Jesús: en la resurrección, ¿de quién será esposa esa mujer?”.


Sin embargo, “Jesús no cae en la trampa y reafirma la verdad de la resurrección, explicando que la existencia después de la muerte será muy diferente a la existencia en la tierra. Deja claro a sus interlocutores que no es posible aplicar las categorías de este mundo a la realidad del más allá, una realidad más grande que lo que vemos en esta vida”.

La respuesta de Jesús es muy clara: “los hijos de este mundo toman mujer o marido; pero los que alcancen a ser dignos de tener parte en aquel mundo y en la resurrección de entre los muertos, ni ellos tomarán mujer ni ellas marido”.

Con estas palabras, dijo el Papa, “Jesús quiere explicar que en este mundo vivimos una realidad provisional, que tiene un fin. Sin embargo, en el más allá, después de la resurrección, no vamos a tener la muerte como un horizonte, y viviremos todo, incluso los vínculos humanos, en la dimensión de Dios, en una dimensión transfigurada”.

“También el matrimonio, signo e instrumento del amor de Dios en este mundo, resplandecerá transformado a la luz plena de la comunión gloriosa de los santos en el Paraíso”.

“La vida de los resucitados será similar a la de los ángeles –continuó Francisco–, es decir, totalmente inmersa en la luz de Dios, enteramente dedicada a su alabanza, en una eternidad plena de alegría y de paz. ¡Pero, atención! La resurrección no es solo el hecho de resucitar tras la muerte, sino, que es un nuevo tipo de vida que ya se está experimentando en la actualidad; es la victoria sobre aquello que ya estamos disfrutando”.


Tras el rezo del Ángelus, el Papa Francisco hizo referencia a los 38 mártires proclamados beatos ayer en Albania, víctimas de la “durísima persecución del régimen ateo que dominó durante largo tiempo aquel país en el siglo pasado. Prefirieron sufrir la cárcel, la tortura y la muerte, por permanecer fieles a Cristo y a la Iglesia”.

“Su ejemplo nos ayuda a encontrar en el Señor la fuerza que nos sostiene en los momentos de dificultad, y que nos inspira actitudes de bondad, perdón y paz”, dijo.

POR QUÉ UN DIVORCIADO EN NUEVA UNIÓN NO DEBE COMULGAR?


¿Por qué un divorciado en nueva unión no debe comulgar?
Por Diego López Marina



 (ACI).- La magister María Mercedes van der Ree de Rojas, auditora del Tribunal Eclesiástico Interdiocesano de Lima (Perú), explicó en diálogo con ACI Prensa que un divorciado vuelto a casar no puede acercarse a la comunión o la confesión porque con su situación “está yendo en contra del principio de la Iglesia de la indisolubilidad del matrimonio”.

La especialista precisó que “una persona que ha estado casada antes en un matrimonio sacramental y vuelve a contraer un matrimonio civil se encuentra en una situación matrimonial irregular según el derecho canónico”. “Así lo especifica el Papa San Juan Pablo II en la exhortación apostólica ‘Familiaris Consortio’”.

Según el documento pontificio, la Iglesia, “fundándose en la Sagrada Escritura reafirma su práxis de no admitir a la comunión eucarística a los divorciados que se casan otra vez. Son ellos los que no pueden ser admitidos, dado que su estado y situación de vida contradicen objetivamente la unión de amor entre Cristo y la Iglesia, significada y actualizada en la Eucaristía”.

“Hay además otro motivo pastoral: si se admitieran estas personas a la Eucaristía, los fieles serían inducidos a error y confusión acerca de la doctrina de la Iglesia sobre la indisolubilidad del matrimonio”.

No obstante, la especialista indicó que “eso no significa que la persona esté excluida de la Iglesia, es decir, que no tiene una pena de excomunión. Es una persona que sigue teniendo, como cualquier otro fiel, los mismos derechos y los mismos deberes que tienen todos los católicos. Por ejemplo, tiene la obligación de educar a sus hijos en la fe, de bautizarlos, ir a Misa, de rezar”.


El Código de Derecho Canónico precisa, en el canon 1056, que “las propiedades esenciales del matrimonio son la unidad y la indisolubilidad, que en el matrimonio cristiano alcanzan una particular firmeza por razón del sacramento”.

Por su parte el Catecismo de la Iglesia Católica (CIC), en el numeral 1640, especifica que “el vínculo matrimonial es establecido por Dios mismo, de modo que el matrimonio celebrado y consumado entre bautizados no puede ser disuelto jamás”.

Ante esta situación la experta hizo la pregunta ¿qué es lo que debe de hacer una persona divorciada en nueva unión? Debido a que, en su experiencia, muchas veces se desconoce que también existe la nulidad matrimonial y que es accesible.

[Puede leer: ¿Qué hace que un matrimonio en la Iglesia Católica sea nulo?]

“En ocasiones, puede ser que el matrimonio que ha fracasado y que haya terminado en divorcio sea un matrimonio nulo. No es que todos los matrimonios que hayan acabado en divorcio, sean nulos, pero en muchos casos sí. El Papa habla de que existe un buen número de estos”, explicó la magíster.

Además, la especialista aseguró que la “Iglesia trata de ayudar a sus fieles, porque quiere todos estén en plena comunión con ella, de que puedan acercarse a los sacramentos y que tengan una vida plena”.

Se debe recordar que un matrimonio es nulo cuando existe alguna de las causales que permiten probar que entre un hombre y una mujer, por diversas razones, nunca existió matrimonio.

“Eso es lo que hace la Iglesia con las sentencias de nulidad. Por tal motivo puede declarar nulo un matrimonio a pesar de que defienda su indisolubilidad, porque un matrimonio contraído en forma válida y consumado entre bautizados no se puede disolver”, concluye la especialista.

Actualmente la magíster María Mercedes van der Ree dicta un curso virtual sobre nulidad matrimonial en Perú en la Facultad de Teología Pontificia y Civil de Lima (FTPCL).

Más información sobre el curso: derechocanonicoperu@gmail.com y http://www.ftpcl.edu.pe/curso-virtual-nulidad-matrimonial-canonica/

EL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 6 DE NOVIEMBRE DEL 2016


¡Qué más da!
Lucas 20, 27-38. Domingo XXXII. Tiempo ordinario. Ciclo C. ¡Dios de vivos!


Por: H. Balam Loza LC | Fuente: www.missionkits.org 



En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Jesús, te alabo con todo mi ser. Al ver la creación experimento la maravilla y la admiración. Al ver mi historia pasada veo tu mano providente en cada uno de los acontecimientos. Al contemplar tu amor por mí veo mi pequeñez y tu grandeza, experimentando un profundo sentimiento de amor. Y en este momento dejo a un lado todo y pongo en tus manos todo lo que soy y todo lo que tengo.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)


Del santo Evangelio según san Lucas 20, 27-38
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús algunos saduceos. Como los saduceos niegan la resurrección de los muertos, le preguntaron: “Maestro, Moisés nos dejó escrito que  si alguno tiene un hermano casado que muere sin haber tenido hijos, se case con la viuda para dar descendencia a su hermano. Hubo una vez siete hermanos. El mayor de los cuales se casó y murió sin dejar hijos. El segundo, el tercero y los demás, hasta el séptimo, tomaron por esposa a la viuda y todos murieron sin dejar sucesión. Por fin murió también la viuda. Ahora bien, cuando llegue la resurrección, ¿de cuál de ellos será esposa la mujer, pues los siete estuvieron casados con ella?”.
Jesús les dijo: “En esta vida, hombres y mujeres se casan, pero en la vida futura, los que sean juzgados dignos de ella y de la resurrección de los muertos, no se casarán ni podrán ya morir, porque serán como los ángeles e hijos de Dios, pues él los habrá resucitado.
Y que los muertos resucitan, el mismo Moisés lo indica en el episodio de la zarza, cuando llama al Señor, Dios de Abraham, Dios de Isaac, Dios de Jacob. Porque Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, pues para él todos viven”. 
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
¿Qué es el cielo? ¿Qué pasará cuando resucitemos? ¿Qué hay después de la muerte? Son preguntas que vienen a la mente en los momentos más difíciles. Cuando un pariente se va o cuando vemos que un amigo está sufriendo la pérdida de un ser querido es cuando nos planteamos estas preguntas;cuando nos preguntamos por el sentido de la propia vida.
Cuando paseamos por los cementerios mientras rezamos un rosario vemos muchas cosas. Vemos de todo. Vemos, tal vez, nombres de personas ilustres en grandes mausoleos de mármol; o la lápida pequeña de algún niño con pocos meses; incluso podemos descubrir entre el polvo alguna lápida en la que, el tiempo ha dejado su huella, borrando casi por completo algún nombre de alguna época lejana.
Y entonces podemos darnos cuenta que todo se borra con el tiempo. Podré ser una persona muy afamada o podré ser un humilde campesino. Puedo tener numerosas casas y riquezas o vivir pobremente. Pero… ¡Qué más da!, al final todo esto pasa. Y, ¿qué es lo importante? Cristo lo dice hoy en el Evangelio. Lo importante es ser hijo de Dios. Algo muy fácil y al mismo tiempo muy complicado. Vivir cada momento con la conciencia de que mi Padre me espera. Y me espera con los brazos abiertos.
«De que le sirve al hombre ganar el mundo entero si al final pierde su alma».
«Una vez los saduceos, que no creían en la vida eterna, presentaron una pregunta sobre el levirato.respecto a la mujer que se había casado con siete hermanos y luego al final murió: ¿cuál será el marido de esta mujer en el más allá? Una pregunta pensada precisamente para buscar poner en ridículo a Jesús.En el caso del levirato Jesús se centra en la plenitud escatológica: “En el cielo no habrá ni marido ni esposa, vivirán como ángeles de Dios”. Se centra en la plenitud de la luz que viene de esa plenitud escatológica.»
(Cf. Homilía de S.S. Francisco, 20 de mayo de 2016, en Santa Marta).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy domingo, iré un rato al cementerio para pedir por las almas de los difuntos. Además, aprovecharé para meditar en silencio la realidad de la muerte, la realidad de mi muerte, lo pasajero de lo superfluo y la importancia de vivir para llegar al cielo.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

TODAVÍA...


Todavía…



El paso fugaz del tiempo es percibido por todos. El tiempo es un bien muy valioso. Pero, la verdad es que tendemos a desperdiciarlo, en vez de aprovecharlo con prudencia. Es evidente que no debes emplear demasiado tiempo en tareas pequeñas y, por el contrario, poco tiempo en los asuntos importantes. Pide a Dios  le enseñe a valorar este regalo de un día más.

Todavía estás a tiempo de soñar. Todavía estás a tiempo de cambiar. Todavía estás a tiempo de crear, de crecer y de buscar. Todavía estás a tiempo de seguir un ideal. Todavía estás a tiempo de emprender un nuevo camino, de sembrar y cosechar. Todavía estás a tiempo de dar. Todavía estás a tiempo de madurar. Todavía estás a tiempo de perdonar, de probar y de amar. Todavía estás a tiempo de hacer realidad alguna de tus más apreciados sueños. Toda la fuerza para que esto suceda está en tu interior.

Responsabilidad, valor de las pequeñas tareas cotidianas, manifestaciones de bondad, superación del egoísmo, son líneas maestras de un serio programa espiritual que ayuda a crecer y madurar cada día. “Ser maduro es un aprendizaje constante y culmina cuando nos retiramos de esta fiesta que es la vida”. El Señor te acompañe con su bondad.


* Enviado por el P. Natalio 

10 COSAS QUE DEBES SABER SOBRE LA PUERTA SANTA


10 cosas que debes saber sobre la Puerta Santa
La Puerta Santa permite que una persona, en el marco del Año Santo, gane una indulgencia plenaria si cumple con los requisitos mínimos


Por: María Ximena Rondón | Fuente: ACI Prensa 




Han pasado casi once meses desde que el Papa Francisco dio inicio al Jubileo de la Misericordia abriendo la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro en el Vaticano, tras lo cual se abrieron otras en todo el mundo. A pocos días de culminar dicho Jubileo, no nos olvidemos de aprovechar este medio especial de encuentro con el Señor.

La Puerta Santa permite que una persona, en el marco del Año Santo, gane una indulgencia plenaria si cumple con los requisitos mínimos.

Pero incluso ahora algunos se preguntan ¿Qué es una Puerta Santa? Para responder a la pregunta ACI Prensa entrevistó al P. Donato Jiménez, sacerdote agustino recoleto y también profesor emérito de la Facultad de Teología Pontificia y Civil de Lima.

1.- ¿Qué es una Puerta Santa?

El P. Jiménez indicó que la puerta es un “símbolo humano” y ha estado presente desde siempre en todas las culturas. “El hombre tiene unas actitudes respecto a la puerta”: entrar y salir.



Por ejemplo: “todos le decimos a un amigo ‘Oye mi casa está abierta, cuando quieras llama a la puerta’ y a un enemigo le dices ‘no te quiero ver más por esta puerta’”.

En el caso de una Puerta Santa también se entra y se sale pero hay un elemento importante: se derraman unas bendiciones y gracias especiales cuando la cruzamos.

En un Jubileo, la Puerta Santa sirve para “indicar a los fieles que pasar por la puerta de la iglesia significa una actitud de acogida, de agradecimiento, de pedir perdón, de pedir nuevas gracias o saber con seguridad que vamos a recibir una bendición y eso es lo que significa”, explicó.

2.- ¿Qué significa pasar por la Puerta Santa?

Cada vez que cruzamos una Puerta Santa ganamos una gracia especial y esa es la indulgencia plenaria.

El sacerdote indicó que cruzarla supone una “renovación” y una “actitud de conversión y de arrepentimiento”. “La Puerta Santa significa todas esas cosas buenas y renovadas que tiene que poner el cristiano para cambiar de vida”, añade.

El presbítero señaló que cuando Cristo se refiere a sí mismo como la “puerta” significa que la persona encontrará en Él “la salvación, la seguridad, la acogida y el calor. Todas las condiciones para que esté seguro el redil dentro de la puerta y el que entre por ella está en libertad. Puede entrar y salir”.

3.- ¿Por qué la Puerta Santa solo se abre en un Jubileo?

El sacerdote indicó que en el Nuevo Testamento hay una palabra llamada “kairos” que hace referencia al tiempo más propicio en el que Dios concede todos sus bienes.

“Sabemos que Dios está listo para concedernos sus bienes en cualquier momento, pero hay un tiempo en especial donde Dios está más dispuesto a darnos lo que le pidamos. Este tiempo es el año del perdón, el Año de la Misericordia. El año de la circunstancia más ventajosa que puedes encontrar.”, explicó.

4.- ¿La Puerta Santa es un llamado para que la gente se acerque a Dios?

El P. Jiménez indicó que entrar por la Puerta Santa es entrar en la “acogida de Dios”, sobretodo en el “Dios de la misericordia”.

“Hay muchos cristianos fríos o que están alejados de la Iglesia. Con este Año Santo se les hace el llamado para que reflexionen: ‘Bueno soy un cristiano y tengo una relación con mi Padre Dios. Es cierto que tengo muchos pecados pero Dios es un Dios de perdón’”.

Así, prosiguió el sacerdote, cuando la persona se arrepiente se confiesa, cumple los requisitos previos y cruza la Puerta Santa obtiene la indulgencia plenaria, la manifestación de la “misericordia de Dios”.

“Entonces es el momento de aprovechar, Dios me hace llamadas por todas partes para que no nos alejemos del a Iglesia”, precisó.

5.- ¿Qué le pasa a una persona cuando cruza una Puerta Santa?

En primer lugar, el sacerdote dijo que cruzar una Puerta Santa “no es nada mágico”. Lo que la persona va a sentir “es aquello para lo que se ha preparado”.

“Es decir no es que la gente vaya a pasar la puerta y luego ya está se sale con una señal de la cruz, se santigua y ha cumplido. No. El que cruza la Puerta Santa tiene que hacerlo con espíritu de conversión y con un espíritu de renovación. Debe entrar confiado a Dios que es misericordioso”.

6.- ¿Por qué es importante la indulgencia plenaria?

“La indulgencia plenaria es una amnistía, es decir que Dios perdona todo: perdona todos los pecados, sean los que fueren y cuando sean”.

El P. Donato explicó que cuando uno se confiesa, se perdona el pecado pero permanece la culpa y las consecuencias.

Por ejemplo “yo robo un dinero que no es mío y lo gasto. Me arrepiento, voy a confesarme pero aún permanece la culpa de que yo ya no podré devolver el dinero”. La indulgencia plenaria borra esta culpa y las consecuencias, además de los pecados. El alma queda totalmente libre, como si la persona estuviera recién bautizada y si muere ya no tendrá que pasar por el purgatorio.

7.- ¿Qué condiciones se deben cumplir para cruzar la Puerta Santa y obtener la indulgencia?

El P. Donato dijo que antes de cruzar la Puerta Santa, y obtener la indulgencia, la persona debe confesarse, comulgar y rezar por las intenciones del Papa.

8.- ¿Cualquier persona puede abrir una puerta Santa?

No. El P. Donato Jiménez recalcó que la Puerta Santa sólo puede ser abierta por el Papa y por los obispos en los lugares que ellos designen.

9.- ¿Por qué no se abren las puertas de todos los templos?

Según el sacerdote, se eligen ciertos templos “sencillamente para llamar un poco más la atención”. Asimismo, indicó que una Puerta Santa no es algo “simple u ordinario” sino que es “extraordinario”.

Además, el P. Donato, comentó que las iglesias señaladas presentan una ocasión propicia para que la personas haga “una peregrinación”. Explicó que esta puede ser simplemente “salir de mi barrio e ir a esa iglesia que está a dos horas de mi casa”.

“Todo ese peregrinaje forma parte de la actitud de conversión y de deseo de recibir la gracia del creyente”, dijo.

10.- ¿Cómo se cruza una Puerta Santa?

Físicamente, se puede cruzar la Puerta Santa como “uno puede y según su devoción”. El P. Donato expresó que una persona puede pasar de rodillas, con la cabeza baja o “con una actitud que refleje que está pensando en ella”.

A nivel espiritual, la persona la cruza según su devoción y haciendo las oraciones que crea pertinentes. Añadió que hay otras personas que van con la intención de atravesar la Puerta Santa pero que no sienten nada, que no tienen la devoción o que no saben manifestarla. Sin embargo, ellos también “reciben la gracia de la indulgencia plenaria y del Jubileo siempre que cumplan con las condiciones anteriores”.

Si ya entendiste qué es una Puerta Santa ¿Qué estás esperando para cruzarla? Averigua cuántas hay en tu diócesis y comienza tu peregrinación espiritual.

Artículo originalmente publicado en ACI Prensa

AHORA CRISTO ES MÁS MÍO


Ahora Cristo es más mío
Porque no viniste a buscar a los justos, sino a los pecadores. Ahora es cuando más necesito el bálsamo de tu misericordia y la dulzura de tu Amor. 


Por: P. Fernando Pascual LC | Fuente: Catholic.net 




El corazón nos reprocha el egoísmo, la avaricia, la pereza, los grandes y pequeños pecados de cada día.

Sentimos pena por tanta miseria, sentimos dolor por haber negado a Dios, sentimos amargura por haber abandonado al hermano.

Pero sabemos que Dios es mucho más grande que nuestros corazones. No quiere acusarnos, porque no vino para juzgar, sino para salvar (cf. Jn 12,47).

Desea, casi suplica, que escuche sus palabras, que guarde sus mandamientos, que confíe en su Amor, que acoja su misericordia en mi vida y en la vida de cada ser humano. Me pide que invoque, humildemente, perdón.

No es Dios quien acusa, pues vino para buscar a quienes vivíamos lejos por culpa del pecado. “¿Quién condenará? ¿Acaso Cristo Jesús, el que murió; más aún, el que resucitó, el que está a la diestra de Dios, y que intercede por nosotros?” (Rm 8,34).

Necesito recordarlo, para aprender a vivir en el mundo de la bondad divina. “Clemente y compasivo es Yahveh, tardo a la cólera y lleno de amor; no se querella eternamente, ni para siempre guarda su rencor; no nos trata según nuestros pecados ni nos paga conforme a nuestras culpas” (Sal 103,8-10).
Si alguna vez vuelvo a ser herido por el pecado, si alguna vez el mal muerde mi corazón, es el momento para mirar a Jesús y decirle, desde lo más profundo de mi alma:

“Ahora eres más mío. Porque no viniste a buscar a los justos, sino a los pecadores. Ahora es cuando más necesito el bálsamo de tu misericordia y la dulzura de tu Amor. Ahora es cuando puedo dejarte tomarme entre tus brazos y llevarme al redil, a la fiesta que inicia cada vez que regresa a casa un hijo pobre, débil, herido, muy necesitado de la medicina de tu perdón”.

LOS CINCO MINUTOS DE DIOS, 6 DE NOVIEMBRE


LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
Noviembre 6



"Felices los hombres... felices los mansos... felices los que sufren... felices los pacíficos... felices los que tienen hambre y sed de justicia..."

Así fue desarrollando su magistral lección el Maestro de Nazaret. Si algún día los hombres nos decidiéramos a aceptar en serio esas enseñanzas del sermón del monte, la tierra se convertiría en un remanso de felicidad y de paz.

Nunca los poetas ni los filósofos o sociólogos trazaron un plan de acción tan humano como ése; nunca oyeron afirmaciones tan extrañas; pero tan consoladoras, y nunca se trazó un programa de acción y vida como éste programa del Evangelio.

Allí aprendieron los hombres que hay ciertos valores en la vida que están sobre el valor del dinero; que hay ciertas cosas que no son materiales y que pueden llenar el corazón humano.

Allí se convencieron los hombres de que deben preocuparse los unos por los otros.

“Cristo fue enviado por el Padre a evangelizar a los pobres y levantar a los oprimidos (Lc 4,18), para buscar y salvar lo que estaba perdido (Lc 19,10); así también la Iglesia abraza con su amor a todos los afligidos por la debilidad humana; más aún, reconoce en los pobres y en los que sufren la imagen de su Fundador; pobre y paciente, se esfuerza en remediar sus necesidades y procura servir en ellos a Cristo” (LG 8).



* P. Alfonso Milagro

LOS CINCO MINUTOS DE DIOS, 5 DE NOVIEMBRE


LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
Noviembre 5



La gran preocupación del hombre es cómo hacer para sacarse la cruz de los hombros.
Son inmensos los esfuerzos que está haciendo el hombre para evitar la carga de la cruz, del sufrimiento; se quiere tener una vida sin ninguna sombra de sufrimientos, sin dolores, sin problemas; pero en ese afán desmedido el hombre encuentra su penitencia.
Es que el hombre de hoy desconoce que al sufrimiento puede dotárselo de verdadero valor, lo desconoce y lo rechaza. En su esfuerzo por hallar una vida sin sufrimiento, halla sufrimientos sin vida, es decir, sin sentido, sin proyección, y eso es precisamente lo que lo amarga; que no pueda escaparse de sufrir y que no le vea ningún sentido a su sufrimiento.
Hablando en cristiano, diríamos que el que pretende encontrar un Cristo sin cruz, encontrará una cruz sin Cristo; y una cruz sin Cristo resulta abrumadora, amarga, insoportable de llevar sobre los hombros, imposible de llevar en el corazón.
“Caminando la Iglesia en medio de tentaciones y tribulaciones, se ve confortada con el poder de la gracia de Dios, que le ha sido prometida para que no desfallezca de la fidelidad perfecta por la debilidad de la carne; antes, al contrario, persevere como Esposa digna de su Señor y bajo la acción del espíritu Santo no cese de renovarse hasta que por la cruz llegue a aquella luz que no conoce el ocaso” (LG 9)


* P. Alfonso Milagro