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domingo, 21 de agosto de 2016

ESTÁS DISPONIBLE PARA AYUDAR?


¿Estás disponible para ayudar?


El verdadero amor se realiza en actitudes muy concretas, como ayudar, escuchar, perdonar, comprender, tener paciencia, etc. Hoy te propongo, para que reflexiones, una actitud que brota del auténtico amor: la disponibilidad. Encontré estos pensamientos muy acertados que, sin duda, te iluminarán y animarán a estar disponible.

“Eres una persona disponible, si los otros pueden contar contigo cuando te necesitan. Si nunca estás disponible para los demás, porque estás ocupado en "cosas importantes", te falta descubrir que lo más importante son las personas. No es fácil estar siempre disponibles para los demás, porque no nos gusta que dispongan de nosotros. Si nadie puede disponer de ti, ¿para qué sirve tu presencia en el mundo? Tu disponibilidad es una actitud de amor servicial, que nos permite a nosotros acercarnos a ti sin temor de ser rechazados o dominados. ¡Qué bien te hace contar con la disponibilidad incondicional de algún amigo! ¿A  cuántos  brindas tú esa seguridad y esa alegría?”

Estar disponible es una actitud de madurez de quienes han superado etapas de egoísmo y han aprendido a olvidarse de sí mismos para estar al lado de los demás para ayudar, apoyar, consolar, servir… Cuando una mujer se convierte en madre, adquiere de pronto, si no lo ha aprendido antes, la capacidad de donarse totalmente. Por eso será que amamos tanto a nuestras madres, porque nos han brindado siempre seguridad y alegría.


* Enviado por el P. Natalio

LOS CINCO MINUTOS DE DIOS, 21 DE AGOSTO


LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
Agosto 21


Te propongo esta antigua oración:

“Señor, que no tenga yo a ningún hombre por enemigo, y que sea amigo de lo que es eterno.

Que ame, busque y logre sólo lo que es bueno.

Que desee la felicidad de todos los hombres y que no envidie a ninguno.

Que no me regocije con la desventura del que me ha hecho mal.

Que hasta donde alcancen mis fuerzas preste la ayuda necesaria a todos los necesitados.

Que pueda con palabras amables y consoladoras aliviar las penas de los que sufren.

Que cuando yo haya dicho o hecho algo malo, no espere que los demás me lo hagan conocer, sino que yo mismo me lo reproche hasta corregirme de ello.

Que me acostumbre a mostrarme amable y nunca irritado con los demás, cualquiera sea la circunstancia en que me encuentre”.

“Que cada uno se revista de sentimientos de humildad para con los demás, porque Dios se opone a los orgullosos y da su ayuda a los humildes. Humíllense bajo la mano poderosa de Dios, para que Él los eleve en el momento oportuno. Descarguen en Él todas sus inquietudes, ya que Él se ocupa de ustedes” (1 Pe 5,6-79.


* P. Alfonso Milagro