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domingo, 31 de julio de 2016

SAN IGNACIO DE LOYOLA, FUNDADOR DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS, 31 DE JULIO


Hoy 31 de julio es fiesta de San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús


 (ACI).- El 31 de julio es la fiesta de San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús, conocida como los jesuitas, orden que desempeñó un importante papel en la contrarreforma. El santo maestro de los discernimientos de espíritus es además patrono de los ejercicios espirituales, de los retiros y de los soldados.

El proceso de conversión de San Ignacio se inició al leer el libro “Vida de Cristo”, así como “Flos sanctórum”. Al reflexionar sobre estas lecturas y la vida de los santos se cuestionaba a sí mismo: "¿Y si yo hiciera lo mismo que San Francisco o que Santo Domingo?".

San Juan Pablo II señalaba que “Ignacio supo obedecer cuando, en pleno restablecimiento de sus heridas, la voz de Dios resonó con fuerza en su corazón. Fue sensible a la inspiración del Espíritu Santo".

"Ad Maiorem Dei Gloriam", que quiere decir en latín "Para mayor gloria de Dios" era el lema con que más se le identifica al santo, así como “Ruégale a Dios por todos los que como tú deseamos extender el Reino de Cristo, y hacer amar más a nuestro Divino Salvador”.

Una de las grandes obras dejadas por San Ignacio es el libro “Ejercicios espirituales”. El Papa Pío XI indicó en una oportunidad que el método ignaciano de oración "guía al hombre por el camino de la propia abnegación y del dominio de los malos hábitos a las más altas cumbres de la contemplación y el amor divino".

El Papa Francisco, el primer Pontífice jesuita en la historia de la Iglesia, al celebrar la fiesta de su fundador en el 2013 reflexionó y recordó a sus hermanos de la Compañía el lema que los identifica "Iesus Hominum Salvator", que los llama a tener siempre como centro a Cristo y a la Iglesia, a quienes deben servir.

San Ignacio falleció el 31 de julio de 1556. Paulo V lo beatificó en 1609 y fue canonizado por Gregorio XV en 1622. En la ciudad de Roma (Italia) se veneran los restos del santo en la Iglesia del Gesù.

EL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 31 DE JULIO 2016 - CUIDADO CON LA AVARICIA



Cuidado con la avaricia
Tiempo Ordinario


Lucas 12, 13-21. Tiempo Ordinario. Confiemos en Dios, que mirándonos con amor nos dará muy por encima de lo que pidamos e imaginemos. 


Por: Catholic.net | Fuente: Catholic.net 



Del santo Evangelio según san Lucas 12, 13-21
Uno de la gente le dijo: «Maestro, di a mi hermano que reparta la herencia conmigo». El le respondió: «¡Hombre! ¿quién me ha constituido juez o repartidor entre vosotros?» Y les dijo: «Mirad y guardaos de toda codicia, porque, aun en la abundancia, la vida de uno no está asegurada por sus bienes». Les dijo una parábola: «Los campos de cierto hombre rico dieron mucho fruto; y pensaba entre sí, diciendo: "¿Qué haré, pues no tengo donde reunir mi cosecha?" Y dijo: "Voy a hacer esto: Voy a demoler mis graneros, y edificaré otros más grandes y reuniré allí todo mi trigo y mis bienes, y diré a mi alma: Alma, tienes muchos bienes en reserva para muchos años. Descansa, come, bebe, banquetea." Pero Dios le dijo: "¡Necio! Esta misma noche te reclamarán el alma; las cosas que preparaste, ¿para quién serán?" Así es el que atesora riquezas para sí, y no se enriquece en orden a Dios».

Oración introductoria
Padre, te pedimos que valoremos que la vida es el periodo de tiempo, corto, que tenemos para decidir nuestra eternidad, y para amar.

Petición
Espíritu Santo, fortaléceme para saber distinguir lo que vale para la eternidad y sepa confiar en tu Providencia divina.

Meditación por el Papa Francisco

En la Liturgia resuena la palabra provocadora de Eclesiastés: "vanidad de vanidades... todo es vanidad". Los jóvenes son particularmente sensibles al vacío de significado y de los valores que a menudo les rodean. Y lamentablemente pagan las consecuencias. Sin embargo el encuentro con Jesús vivo, en su gran familia que es la Iglesia, llena el corazón de alegría, porque lo llevan de verdadera vida, de un bien profundo, que no pasa y no se marchita: lo hemos visto sobre los rostros de los jóvenes en Río.
Pero esta experiencia debe afrontar la vanidad cotidiana, el veneno del vacío que se insinúa en nuestras sociedades basadas en el beneficio y en el haber, que engañan a los jóvenes con el consumismo. El Evangelio de este domingo nos llama la atención precisamente sobre lo absurdo de basar la propia felicidad en el haber. El rico se dice a sí mismo: "Alma mía, tienes bienes almacenados para muchos años; descansa, como, bebe y date buena vida". Pero Dios le dijo: "Insensato, esta misma noche vas a morir. ¿Y para quién será lo que has amontonado?". Queridos hermanos y hermanas la verdadera riqueza es el amor de Dios, compartido con los hermanos. Ese amor que viene de Dios y hace que lo compartamos y nos ayudamos entre nosotros. Quién experimenta esto no teme a la muerte, y recibe la paz del corazón. Confiamos esta intención, esta intención de recibir el amor de Dios y compartirlo con los hermanos, a la intercesión de la Virgen María. (Ángelus de S.S. Francisco, 4 de agosto de 2013).
Reflexión
Este Evangelio es engañador para quien lo lee superficialmente: ¿es malo tener grandes cosechas? ¿es malo construir graneros donde guardarlas? Nada de eso. Cristo elogiará siempre a los hombres sagaces y prudentes.

El problema está en el alma. El desdichado protagonista de la parábola invita al alma a descansar, a dejar todo esfuerzo porque tiene todo lo suficiente para vivir. Cristo está refiriéndose en estas líneas a la eterna tentación de todo pueblo y toda persona que alcanza cierto nivel de bienestar: creer que ya no necesita de Dios por tener cubiertas las necesidades corporales.

Cuando el hombre tiene pan, placeres, seguridad social y pasatiempos apetecibles, no siente la necesidad de Dios y tampoco cree que el demonio actúe, pues a él no le toca. Pero también los hay que gozan de su avanzada sociedad occidental, que tienen su casa, su coche, su salario que les permite vivir holgadamente, pero eso sí, no olvidan que el alma necesita trabajar y hacer obras buenas, y además, comparten lo que tienen poniéndolo al servicio del Evangelio y de sus hermanos. Por buenos que ya seamos, por muchas conquistas que hayamos logrado con nuestras oraciones, sufrimiento y esfuerzos no es suficiente si seguimos en la tierra y no estamos exentos de sucumbir a la tentación.

La vida es el periodo de tiempo, corto, que tenemos para decidir nuestra eternidad, y para amar. Cada día mueren millones de personas, un día será el tuyo y el mío. Un día todo esto habrá acabado y tenemos en nuestras manos que ese día sea el mejor de nuestra vida. Hemos de trabajar sin descanso, pensando en el día que todo será descanso. Puede que la idea del cielo no nos incentive demasiado, que prefiramos un premio terrenal, que creamos que el cielo es una levitación aburrida..., no desconfiemos, cuentan de aquel pobre vagabundo que pidió a un rey una moneda y éste le miró con cariño y le lavó, le vistió con las mejores galas y lo llevó a palacio. No nos quedemos con la moneda de la felicidad terrenal, confiemos en nuestro Rey que mirándonos con amor nos dará muy por encima de lo que pidamos e imaginemos. Todo lo que deseamos y mucho más está en el cielo, pues ¡vamos a llenarlo!, vamos a dedicar nuestra vida a hacer felices a los hombres, a llevarles al cielo.

Propòsito
Si de Dios recibimos dones tan grandes, también nosotros debemos dar: en ámbito espiritual debemos dar bondad, amistad y amor. Pero también debemos dar en el ámbito material, compartir el pan.

Diálogo con Cristo 
Acumular, comprar, buscar el placer… es el afán prioritario de nuestra cultura. Señor Jesús, frecuentemente me encuentro contemplando las cosas buenas de este mundo, pero no como medios sino como un fin. Necesito tener claras mis prioridades: Tú, primero, y luego todo lo demás, según me lleven hacia Ti. Dame la sabiduría para saber que la vida es corta y debo vivirla sólo para Ti.

SALMO 89 - SEÑOR, TÚ HAS SIDO NUESTRO REFUGIO


Salmo 89


R/. Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación.

Tú reduces el hombre a polvo, diciendo: 
«Retornad, hijos de Adán.»
Mil años en tu presencia son un ayer, que pasó; 
una vela nocturna. R/.

Los siembras año por año, 
como hierba que se renueva: 
que florece y se renueva por la mañana, 
y por la tarde la siegan y se seca. R/.

Enséñanos a calcular nuestros años, 
para que adquiramos un corazón sensato. 
Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo? 
Ten compasión de tus siervos. R/.

Por la mañana sácianos de tu misericordia, 
y toda nuestra vida será alegría y júbilo. 
Baje a nosotros la bondad del Señor 
y haga prósperas las obras de nuestras manos. R/.

ENCUENTRO CON DIOS


Encuentro con Dios


Nada hay más decisivo en la vida del hombre que el encuentro con Dios. No hay bienes materiales en este mundo que puedan sofocar en tu interior la nostalgia de Dios. Escucha esas voces profundas de vida más plena, desbordante de sentido. Enfréntate con ese anhelo de Dios que no podrán acallar todos los ruidos del mundo.

El conocido escritor ruso, León Tolstoi, describía así su reencuentro con la fe: “Hace cinco años la fe vino a mí. Creí en la enseñanza de Jesús y toda mi vida experimentó una repentina transformación. Lo que antes había deseado, ya no lo deseé más y comencé a desear lo que nunca había deseado. Lo que antes me parecía verdadero ahora era falso, y lo falso del pasado lo reconocí como verdadero”. Claro y preciso testimonio de lo que acontece cuando uno se encuentra con Jesús.

Jesús es capaz de cambiar nuestra vida y darle la paz y alegría que anhelamos. Tú también puedes tener una experiencia similar, una experiencia fecunda y transformante llena de luz, de energía y felicidad. Busca al Señor de corazón, escucha su voz, y decídete valientemente encontrarlo y quedarte con él. Ponte ahora mismo en camino. “Habla, Señor, que tu servidor escucha”. (APC).


* Enviado por el P. Natalio

PANAMÁ: LA NUEVA SEDE DE LA JMJ 2019








Iglesia en Panamá: El Papa nos eligió entre los pequeños para ser sede de JMJ 2019



PANAMÁ, 31 Jul. 16 /  (ACI).- El Papa Francisco anunció que Panamá será la sede de la próxima Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) 2019, algo que la Iglesia en ese país ha considerado una bendición “entre los pequeños”.

En un video difundido minutos después del anuncio del Santo Padre, realizado tras la Misa de clausura de la JMJ Cracovia 2016, el 31 de julio, el Arzobispo de Panamá, Mons. José Domingo Ulloa Mendieta, aseguró que “Panamá ha sido bendecida por el Papa Francisco”.

“Entre los pequeños nos ha elegido para ser la sede de la próxima Jornada de la Juventud 2019”, destacó.

Panamá, en el extremo sur de América Central, tiene una población de poco más de 4 millones de personas, para una superficie de 78.569 kilómetros cuadrados.

Alrededor del 75% de los panameños se declara católico.

A fines de junio de este año, se inauguró la ampliación del Canal de Panamá, que une el Océano Atlántico con el Océano Pacífico desde 1914. Recordando este evento, Mons. Ulloa Mendieta señaló que “Panamá amplió su canal y ahora abre sus brazos para acoger a la juventud del mundo”.

La Conferencia Episcopal Panameña realizó también varias publicaciones en su página en la red social Facebook y en Twitter, invitando a los jóvenes a participar en la próxima JMJ, asegurando que “¡Panamá te espera!”.

LA AVARICIA ES COSA DE NECIOS - MEDITACIÓN DEL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 31 JULIO 2016


La avaricia es cosa de necios



El protagonista de la pequeña parábola del "rico insensato" es un  terrateniente como aquellos que conoció Jesús en Galilea. Hombres poderosos que explotaban sin piedad a los campesinos, pensando sólo en aumentar su bienestar. La gente los temía y envidiaba: sin duda eran los más afortunados. Para Jesús, son los más insensatos.

Sorprendido por una cosecha que desborda sus expectativas, el rico propietario se ve obligado a reflexionar: «¿Qué haré?». Habla consigo mismo. En su horizonte no aparece nadie más. No parece tener esposa, hijos, amigos ni vecinos. No piensa en los campesinos que trabajan sus tierras. Sólo le preocupa su bienestar y su riqueza: mi cosecha, mis graneros, mis bienes, mi vida...

El rico no se da cuenta de que vive encerrado en sí mismo, prisionero de una lógica que lo deshumaniza vaciándolo de toda dignidad. Sólo vive para acumular, almacenar y aumentar su bienestar material: «Construiré graneros más grandes, y almacenaré allí todo el grano y el resto de mi cosecha. Y entonces me diré a mí mismo: Hombre, tienes bienes acumulados para muchos años; túmbate, come y date buena vida».

De pronto, de manera inesperada, Jesús le hace intervenir al mismo Dios. Su grito interrumpe los sueños e ilusiones del rico: «Necio, esta noche te van a exigir la vida. Lo que has acumulado, ¿de quién será?». Ésta es la sentencia de Dios: la vida de este rico es un fracaso y una insensatez.

Agranda sus graneros, pero no sabe ensanchar el horizonte de su vida. Acrecienta su riqueza, pero empequeñece y empobrece su vida. Acumula bienes, pero no conoce la amistad, el amor generoso, la alegría ni la solidaridad. No sabe dar ni compartir, sólo acaparar. ¿Qué hay de humano en esta vida?

La crisis económica que estamos sufriendo es una "crisis de ambición": los países ricos, los grandes bancos, los poderosos de la tierra... hemos querido vivir por encima de nuestras posibilidades, soñando con acumular bienestar sin límite alguno y olvidando cada vez más a los que se hunden en la pobreza y el hambre. Pero, de pronto nuestra seguridad se ha venido abajo.

Esta crisis no es una más. Es un "signo de los tiempos" que hemos de leer a la luz del evangelio. No es difícil escuchar la voz de Dios en el fondo de nuestras conciencias: "Basta ya de tanta insensatez y tanta insolidaridad cruel". Nunca superaremos nuestras crisis económicas sin luchar por un cambio profundo de nuestro estilo de vida: hemos de vivir de manera más austera; hemos de compartir más nuestro bienestar.


* José Antonio Pagola

EL BAUTISMO, EN NOMBRE DE QUIÉN?


El bautismo ¿en el nombre de quien?
La frase: en el nombre de Jesús, no es una referencia a alguna fórmula bautismal, sino es una referencia a la autoridad por la cual se confiere el sacramento. 


Por: Joel Adán Domínguez Gallo | Fuente: Apolog?ca Siloe 




Varios grupos evangélicos unicitarios -rechazan el dogma de la Santísima Trinidad- afirman que el bautismo debe ser en el nombre de Jesucristo, esto no lo dicen estudiando conceptos teológicos ni antropológicos, ni mucho menos algo de historia, sino para afirmar que ellos son la iglesia primitiva y engañar a los demás, para ello usan el Libro de los Hechos donde se menciona el bautismo en el nombre de Jesucristo, ahora pasemos a explicar por que se menciona así.

Por si usted no lo sabía, muchísimas culturas en el mundo utilizan una especie de baño sagrado, o sea bautismo, por ejemplo:

El agua se utilizaba como símbolo de purificación en muchas religiones desde fechas muy lejanas. En el mundo antiguo, las aguas del Ganges en India, del Éufrates en Babilonia, y del Nilo en Egipto se utilizaban para baños sagrados.

El baño sagrado era también conocido en cultos mistéricos helénos. La ley judía establecía la utilización del agua como limpieza ritual (Lev. 11,25-40; 15,5-7); y Elisha ordenó al dirigente sirio Naaman que se sumergiera en el río Jordán para ser limpiado de lepra.

Antes del siglo I d.C., se pedía a los conversos al judaísmo que se bañaran (o bautizaran) ellos mismos como signo de aceptación de la alianza (tebilath gerim).

Algunos de los profetas consideraron más tarde que los exiliados judíos que volvían a casa cruzarían el río Jordán y serían rociados con su agua para ser limpiados de sus pecados antes del establecimiento del reino de Dios (Ez. 36,25).

En esta tradición, el contemporáneo de más edad que Jesús, Juan Bautista, urgió a los judíos a bautizarse en el Jordán para la remisión de sus pecados (Mc. 1,4).

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Por tanto el bautismo no es un ritual solo cristiano, cuando el escritor del Libro de los Hechos (San Lucas) menciona el bautismo en "nombre de Jesucristo" no lo hace mencionando la fórmula bautismal, sino que intenta diferenciar el bautismo cristiano del bautismo de las demás culturas, (entre ellos el bautismo de Juan el bautista), indicando que se lo hace con la autoridad otorgada por Jesús a sus apóstoles.

La frase "en el nombre de Jesús" o "en el nombre del Señor Jesús" no es una referencia a alguna fórmula bautismal, sino es una referencia a la autoridad. Es similar a un policía diciendo: "¡Deténgase en el nombre de la Ley!". Entendemos que en el "nombre de la Ley" significa con la autoridad con que la Ley ha revestido a ese policía. Sucede lo mismo con el bautismo "en el nombre de Jesús". Bautizar en el nombre de Jesús es bautizar en la autoridad de Jesús.

En realidad "en el nombre de Jesucristo" no es fórmula bautismal, sino aquello que se acaba de mencionar, ¿por qué? Por que si fuera fórmula bautismal seria expresado siempre de una sola manera en todos los casos del Libro de los Hechos, y vemos que no es así:

HECH 2,38…en el nombre de Jesucristo

HECH 8,16…en el nombre de Jesús

HECH 10,48…en el nombre del Señor Jesús

HECH 19,5…en el nombre del Señor Jesús

Los hermanos que hacen uso de esta supuesta fórmula bautismal, mencionan el siguiente texto:

HECH 4,12…Por que no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres por el que podamos ser salvos

Esta bien, pero aquí no menciona nada en absoluto sobre el bautismo. Cuando Jesús hace un mandato, no hay por que cambiar nada en absoluto, el dijo:

Mt 28,19… por tanto, ir y hacer discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Y esa es la forma correcta de bautizar: la que nos enseñó Jesus.

¿Que dice la historia?

Según los escritos apostólicos de los primeros siglos, el bautismo no era un mero acto simbólico de arrepentimiento o conversión, entre los principales documentos encontramos la Didajé o Didaché del siglo I y San Ireneo del siglo II, pero veamos que dicen:

Didajé Cáp. VII…En cuanto al bautismo, he aquí como hay que administrarle: Después de haber enseñado los anteriores preceptos (evangelizar), bautizad en el agua viva, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Si no pudiere ser en el agua viva,(por inmersión) puedes utilizar otra; si no pudieres hacerlo con agua fría, puedes servirte de agua caliente; si no tuvieres a mano ni una ni otra, echa tres veces agua sobre la cabeza, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Antes del bautismo, debe procurarse que el que lo administra, el que va a ser bautizado, y otras personas, si pudiere ser, ayunen.

Este documento apostólico del siglo I en el año 60, representaba para los primeros cristianos lo que hoy conocemos como el catecismo de la iglesia, en este tramo extraído se nota que no era necesario por inmersión, y se utiliza también el método de aspersión, también menciona que de ser posible ayunen antes del bautismo así como el presbítero (sacerdote) y claro un niño no puede ayunar, por eso es "si pudieren".

Este documento también con esto nos hace ver que las sectas unicitarias no son la restauración de la iglesia primitiva, como ellos afirman.

San Ireneo (Siglo II):

"He aquí lo que nos asegura la Fe, tal como los presbíteros, discípulos de los apóstoles nos la transmitieron. Lo primero de todo, recomienda que nos acordemos de que hemos recibido el bautismo para el perdón de los pecados en el nombre del Padre y en el nombre de Jesucristo y del Espíritu Santo"

Vemos claramente que la Iglesia primitiva practicaba el bautismo con la misma fórmula que seguimos usando, en nuestros días, aquellos que cumplimos con lo que Jesús nos ordena hacer.

COMER EN FAMILIA, FORMA HIJOS SEGUROS Y EDUCADOS


Comer en familia
Si quieren formar hijos seguros, libres de todo mal, educados y valiosos, vuelvan a comer en familia


Por: Alfonso Llano Escobar, S.J. | Fuente: es.catholic.net 




Comer, como tantas otras necesidades de nuestro cuerpo, se puede satisfacer de varias maneras: a solas, como mera necesidad fisiológica; socialmente, ajustándose a las normas de la urbanidad; finalmente, en familia, como cristianos, como conviene a hijos de Dios que saben y confiesan que el Padre del cielo es quien nos da el pan nuestro de cada día.

Comer es una necesidad de nuestro organismo. La auténtica tradición judeocristiana le encontrará a la necesidad orgánica de comer una forma que satisface los tres niveles: el orgánico, el social y el cristiano: comer en familia.

Es casi un sacramento, vale decir, una forma de hacer presente a Jesús resucitado en medio de nosotros. Comer en familia, al menos una vez al día, eleva esa necesidad material de comer a un acto social y cristiano; se convierte en una sinfonía de arpegios y melodías prácticamente celestiales.

Comer en familia: no se trata ya de un acto privado y egoísta de engullir rápidamente alimentos como quien en contados minutos llena el tanque de su automóvil, sino de poner en artística ejecución a la orquesta más humana y divina que haya creado Dios: la familia.

El comedor era y debería volver a serlo, el lugar más importante de la casa. El centro del hogar, que recoge bajo un mismo techo y alimenta con un mismo pan a los miembros todos de una familia.

La vida moderna, con sus distancias entre oficina, colegio y hogar; sus múltiples faenas y ruidos, su caótica escala de intereses, acaba con el comedor, con la comida en familia y, lamentablemente, va acabando hasta con la familia.

Cada hogar, si quiere volver a ser tal, deberá imponerse el deber de sentarse todos los días a la mesa, por lo menos, una vez al día y, ciertamente, en fin de semana. Todos sentados al tiempo, sin afanes, radio, televisión ni computadora prendidos, sin partidos de fútbol, prensa ni revista que distraigan la atención ni el ritmo de la vida en familia. Todos sentados a la mesa aprendiendo cultura y urbanidad, oyendo las tradiciones familiares, y oyéndose mutuamente lo que cada uno hace, sufre y goza.

Allí, sentados a la mesa, se deben hacer las deliberaciones y tomar las grandes y pequeñas decisiones de familia. Así, los hijos aprenden a deliberar y decidir, y a caer en la cuenta de que son importantes en la familia.

La vida en familia da seguridad a los hijos, los aparta de los vicios y las malas compañías, les ayuda a despejar sus dudas religiosas y morales, les compensa las fatigas del día. Recuerden como fuimos educados los que ya peinamos canas. Comimos juntos y crecimos juntos. Al calor de los "viejos" bebimos tradiciones, cultura y amor.

Comimos y oramos juntos antes de lanzarnos a la vida, como hombres, a cumplir la misión que nos asignó el Señor. Jamás se nos ocurrió la fuga hacia el licor, la droga, la calle o la perdición. El hogar, el dulce hogar, nos educó y nos defendió.

Padres de familia: si quieren formar hijas e hijos seguros, libres de todo mal, educados y valiosos, vuelvan a comer en familia.

LOS CINCO MINUTOS DE DIOS, JULIO 31


LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
Julio 31



¡Qué poco cuesta ser agradecido y, sin embargo, cuánto se estima la gratitud!

Esa propina que dejas sobre la mesa del restaurante sin decir palabra, sabría mejor si añadieras una sola palabrita y fácil de pronunciar: “¡Gracias!”. Esas monedas que depositas en la mano del que te lustra los zapatos, serían recibidas con mayor alegría si las acompañaras de una palabra que diera a conocer a ese hombre a tus pies que su trabajo es dignificador y que por ello le estás agradecido.

Esa carta que recibes, esa verdura que compras, ese llamado telefónico que atiendes, ese servicio que te presta un empleado público, esa información que te dan en la estación terminal… todo eso y muchas otras cosas, si estuvieran salpicadas de la palabrita “¡Gracias!” y de una amable sonrisa, sincera, cálida, no dejarían de llegar hasta el corazón de los demás y los volvería más abiertos, más dispuestos a la ayuda del prójimo, más solícitos.

Si cada día dijeras “¡Gracias!” a Dios por darte un nuevo día y por hacerte gozar de salud y de tantas otras cosas, la vida de tu espíritu sería más intensa y la vivirías con otra proyección.

“Cristo sanó a los diez leprosos de su enfermedad; solamente uno de ellos volvió para agradecer a Dios la salud recibida; Cristo tomó la palabra y dijo: ¿Cómo, no quedaron purificados los diez? Los otros nueve, ¿dónde están? ¿Ninguno volvió a dar gracias a Dios, sino este extranjero? Y agregó: Levántate y vete, tu fe te ha salvado” (Lc 17, 11-19).


* P. Alfonso Milagro