Páginas

miércoles, 6 de julio de 2016

PORQUE ES TARDE


Porque es tarde


Al fin de una jornada agitada de lucha y de trabajo, nada ayuda tanto a restaurar la paz en el alma como una oración llena de confianza en el Señor. En efecto, en él encontramos un refugio seguro, un guardián siempre vigilante, un pastor que nos acompaña con solícito cuidado.

Porque es tarde, Dios mío, porque anochece ya y se nubla el camino,
porque temo perder las huellas que he seguido, no me dejes tan solo y quédate conmigo.

Porque he sido rebelde y he buscado el peligro, y escudriñé curioso las cumbres y el abismo,
perdóname, Señor, y quédate conmigo.

Porque ardo en sed de ti y en hambre de tu trigo ven, siéntate a mi mesa, dígnate ser mi amigo.
¡Qué aprisa cae la tarde...! ¡Quédate conmigo! Amén.

Confiar en Dios que nos ama, es fundamental para aceptar, con ánimo sereno, los contratiempos y dificultades de cada día. Nunca tendrás pruebas superiores a tus fuerzas. El Señor correrá a darte una mano cuando te hundas. Basta que lo invoques con fe y todo redundará para tu mayor bien.


* Enviado por el P. Natalio

EL AMOR TODO LO CREE


El amor todo lo cree



1)  Para saber
“El amor todo lo cree”. El Papa Francisco comenta que no se trata de la fe en Dios, sino en la “confianza” que hemos de tener unos de otros. No significa sólo no sospechar que me están mintiendo, sino es más que eso. Esa confianza es una forma de amor y hace posible una relación de libertad. El amor deja en libertad, confía y renuncia a controlarlo todo, a poseerlo. Esa libertad hace espacios de autonomía y permite que la relación se enriquezca y no se vuelva un círculo cerrado.

2) Para pensar
Algunos de los mayores éxitos de la historia en la literatura norteamericana y una de sus novelas más importantes es “La Letra Escarlata”. Su origen fue gracias a la confianza que depositó la esposa en el autor.

Sucedió en los Estados Unidos, a mediados del siglo XIX, cuando Nathaniel Hawthorne llegó a su casa con una gran pena que le confió a su esposa: se sentía un fracasado pues lo habían echado de su trabajo en la aduana, y ya no sabía qué hacer.

Pero su esposa, llamada Sophia, lo sorprendió con una exclamación de alegría:
“¡Muy bien!, ¡Pues ahora puedes dedicarte a escribir tu libro!”, le dijo triunfante.

Su esposo no se reponía en su tristeza y pesimismo:
“Pero si me pongo a escribir, ¿de qué vamos a vivir mientras?”

Su esposa no se inquietó y, para su gran sorpresa, abrió un cajón y sacó una cantidad considerable de dinero. Nathaniel sorprendido le preguntó:
“¿De dónde sacaste eso?”

Sophia le respondió:
“Siempre supe que eras un hombre de talento. Sabía que algún día escribirías una obra maestra. De modo que cada semana, del dinero que me dabas para la casa, ahorraba un poco. Tenemos suficiente para un año entero. Y Tú, ahora, ¡a escribir!”

Así fue que gracias a sus palabras motivadoras en un acto de confianza por parte de su esposa querida logró que su esposo se sobrepusiera al fracaso. Su esposo, Nathaniel Hawthorne, escribió entonces “La Letra Escarlata”. Obra que fue publicada en 1850 y es considerada su obra cumbre. La primera edición mecanizada fue de 2500 volúmenes, y se agotó en diez días. Alcanzó una popularidad poco común hasta entonces.

La obra está ambientada en Nueva Inglaterra de principios del siglo XVII, y relata la historia de Hester, una mujer acusada de adulterio y condenada a llevar en su vestido una letra «A», de adúltera. Hester rechaza revelar la identidad del padre de su hija, y trata de vivir con dignidad en una sociedad injusta e hipócrita. Se tratan los temas del legalismo, el pecado y la culpa.

Pensemos qué confianza les tenemos a las personas cercanas y cómo se la mostramos.


3) Para vivir
La confianza, dice el Papa Francisco, hace posible la sinceridad y la transparencia, “porque cuando uno sabe que los demás confían en él y valoran la bondad básica de su ser, entonces sí se muestra tal cual es, sin ocultamientos”. Cuando alguien sabe que no le creen, que no lo aman de manera incondicional, no dirá sus caídas y debilidades o fingirá lo que no es.

Si en una familia se vive la confianza permitirá que brote la verdadera identidad de sus miembros y hará que se rechacen el engaño, la falsedad o la mentira.


* Pbro. José Martínez Colín

LOS CINCO MINUTOS DE DIOS, 6 DE JULIO


LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
Julio 6



El hombre no es un ser solitario; al contrario, es un ser esencialmente comunitario, viene de una comunidad, se inserta en una comunidad, vive en la comunidad y ha de ser útil a la comunidad.

Dios quiere que los hombres vivan juntos y juntos trabajen y sufran y gocen y se ayuden y se perfeccionen. Si la obra de Dios es unión entre los hombres, la obra del pecado es separación de Dios y de los hombres; separación de los hombres, porque primero se separan de Dios; separación de Dios, porque se separa de los hombres, así la unión entre los hombres se hace y fortifica en la unión con Dios.
Es el plan comunitario de Dios; ha creado al hombre social; ha hecho con él una sociedad de amor. Así se libera de la auto esclavitud del materialismo individualista, que es tiranía para los demás, y de la quiebra de su formidable anhelo pasional por dar sentido a la vida.

“La perfección del coloquio fraterno no está en el progreso técnico, sino más hondamente en la comunidad que entre las personas se establece, la cual exige el mutuo respeto de su plena dignidad espiritual” (GS 23)


* P. Alfonso Milagro

LA ORACIÓN : EL AMOR ES EL QUE HABLA


La oración: el amor es el que habla
Orar es dejar que hable el amor.¡Cuántas veces le tenemos miedo al amor, no dejamos que el amor hable!


Por: P. Pedro Barrajón, L.C. | Fuente: la-oracion.com 




Esta frase del libro de la vida de Santa Teresa nos ayuda a comprender lo que es la oración. Ella encuentra en Toledo a un Padre dominico conocido que no ve desde hace mucho tiempo. Le cuenta bajo secreto de confesión todo lo que le pasa a su alma y las penas sufridas por la reforma del Carmelo.

El religioso la escucha, la consuela y le pide que no deje de pedir por él. Teresa, agradecida, confía al Señor el alma de este sacerdote. Ella va al lugar a donde solía orar y allí se queda "muy recogida, con un estilo "abovado" que muchas veces, sin saber lo que digo, trato". Y añade: "que es el amor que habla" (Libro de la Vida, 34, 8).

Orar es dejar que hable el amor. ¡Cuántas veces le tenemos miedo al amor, no dejamos que el amor hable! Sino que preferimos que hable sólo nuestra razón o nuestra mera capacidad humana de entender las cosas. Muchas veces reprimimos el amor como si fuera muestra de debilidad como si también en la oración tuviéramos que demostrar los fuertes e inteligentes que somos. Sin embargo la oración, sin dejar impedirnos usar nuestro entendimiento, es el momento explayar el corazón, y de dejar que el Amor divino nos inunde y nos queme con sus rayos. En una sociedad más racionalista y secularizada, nos da vergüenza de liberar la parte más noble de nosotros mismos, nuestra capacidad de amar y ser amados. Y vivimos como mutilados, no respirando a pleno pulmón, caminando sólo al ritmo que nos permite nuestras convenciones humanas o nuestro miedo de amar demasiado.

Orar, "es el amor que habla". Santa Teresa cuenta que, dejando al religioso, comenzó a hablar con Dios con toda sencillez, como ella solía hacer, dejando que el amor hablase. No sólo el amor que su alma nutría hacia Dios, sino también "comprendiendo el amor que Dios le tiene a ella". La oración usa un lenguaje de amor. Y el lenguaje de amor es especial, es único, tiene su lógica, su gramática y su sintaxis. Lo entienden los que aman. Basta un gesto, una mirada, un movimiento, una sonrisa. Dejemos que el amor hable en nosotros. Dejemos que el Amor nos hable. Dejémonos conducir por el Espíritu Santo que es la persona de la Trinidad que es el Amor del Padre al Hijo y del Hijo al Padre.

Cuando aprendamos el lenguaje del amor que nos enseña el Espíritu Santo, lenguaje hecho de sencillez y espontaneidad, que cualquiera que tenga un corazón puede aprender, entonces comprenderemos que la oración no es sino un ejercicio de amor, es una expresión de amor, es un grito de amor, es una súplica de amor.

La mística Teresa continua diciendo que el Amor que Dios tiene al alma hace que ésta se olvide de sí y "le parece está en Él". Nada la separa de Él. La sencillez del amor logra el mejor estado de unión. Entonces el alma orante "habla desatinos". Comienza a usar el lenguaje más elevado y puro, el lenguaje del amor, porque, como diría San Juan de la Cruz, "ya sólo en amar es mi ejercicio" (Cántico Espiritual, 95).