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miércoles, 11 de mayo de 2016

MEDITACIÓN Y EL EVANGELIO DE HOY MIÉRCOLES 11 DE MAYO 2016


EL EVANGELIO DE HOY 
Texto del Evangelio (Jn 17,11b-19): 

En aquel tiempo, Jesús, alzando los ojos al cielo, dijo: «Padre santo, cuida en tu nombre a los que me has dado, para que sean uno como nosotros. Cuando estaba yo con ellos, yo cuidaba en tu nombre a los que me habías dado. He velado por ellos y ninguno se ha perdido, salvo el hijo de perdición, para que se cumpliera la Escritura. 

»Pero ahora voy a ti, y digo estas cosas en el mundo para que tengan en sí mismos mi alegría colmada. Yo les he dado tu Palabra, y el mundo los ha odiado, porque no son del mundo, como yo no soy del mundo. No te pido que los retires del mundo, sino que los guardes del Maligno. Ellos no son del mundo, como yo no soy del mundo. Santifícalos en la verdad: tu Palabra es verdad. Como tú me has enviado al mundo, yo también los he enviado al mundo. Y por ellos me santifico a mí mismo, para que ellos también sean santificados en la verdad».

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«Que tengan en sí mismos mi alegría colmada»
Fr. Thomas LANE 
(Emmitsburg, Maryland, Estados Unidos)

Hoy vivimos en un mundo que no sabe cómo ser verdaderamente feliz con la felicidad de Jesús, un mundo que busca la felicidad de Jesús en todos los lugares equivocados y de la forma más equivocada posible. Buscar la felicidad sin Jesús sólo puede conducir a una infelicidad aún más profunda. Fijémonos en las telenovelas, en las que siempre se trata de alguien con problemas. Estas series de la TV nos muestran las miserias de una vida sin Dios. 

Pero nosotros queremos vivir el día de hoy con la alegría de Jesús. Él ruega a su Padre en el Evangelio de hoy «y digo estas cosas en el mundo para que tengan en sí mismos mi alegría colmada» (Jn 17,13). Notemos que Jesús quiere que en nosotros su alegría sea completa. Desea que nos colmemos de su alegría. Lo que no significa que no tengamos nuestra cruz, ya que «el mundo los ha odiado, porque no son del mundo» (Jn 17,14), pero Jesús espera de nosotros que vivamos con su alegría sin importar lo que el mundo pueda pensar de nosotros. La alegría de Jesús nos debe impregnar hasta lo más íntimo de nuestro ser, evitando que el estruendo superficial de un mundo sin Dios pueda penetrarnos. 

Vivamos pues, hoy, con la alegría de Jesús. ¿Cómo podemos conseguir más y más de esta alegría del Señor Jesús? Obviamente, del propio Jesús. Jesucristo es el único que puede darnos la verdadera felicidad que falta en el mundo, como lo testimonian esas citadas series televisivas. Jesús dijo, «si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y lo conseguiréis» (Jn 15,7). Dediquemos cada día, por tanto, un poco de nuestro tiempo a la oración con las palabras de Dios en las Escrituras; alimentémonos y consumamos las palabras de Jesús en la Sagrada Escritura; dejemos que sean nuestro alimento, para saciarnos con la su alegría: «Al inicio del ser cristiano no hay una decisión ética o una gran idea, sino el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida» (Benedicto XVI).

MAYO, MES DE MARÍA - DÍA 11 - MADRE SIN MANCHA


Mayo, Mes de María
Décimo primer día: Explicación de las letanías




Mater inviolada

Madre sin mancha. Las comparaciones que se emplean para explicar la integridad milagrosa de María, a la que se compara comúnmente a un espejo, que nos perturbada en lo absoluto por los rayos del sol que lo penetran, siendo insuficientes y por debajo del misterio de una Virgen Madre, no se puede sino admirar en un respetuoso silencio, la manera extraordinaria en la que el Hijo de Dios quiso ser concebido y nacer. ¿Le fue más difícil salir del seno de su Madre sin violar su pureza que salir de su tumba sin remover la piedra, sin quebrar el sello?

Mater intemerata

Madre sin corrupción. En efecto, ¿no convenía que María, que había estado unida a su divino hijo en los decretos eternos de la Providencia, fuese impecable por la gracia, como Jesucristo lo fue por su naturaleza? ¿Y no convenía que la Madre de un Dios no haya debido ni podido estar un instante bajo el imperio del pecado? Igualmente, San Agustín quería que no se hiciese mención de María cuando se hablara del pecado. No podemos hacer nada mejor que compartir los sentimientos de ese gran doctor; y reconociendo a María como Madre de Dios, reconozcámosla como una Madre que estuvo exenta de toda corrupción.

Ejemplo

El P. de Smet, misionero de la compañía de Jesús, en medio de las naciones salvajes de América del Norte, abordaba, hace algunos años, a la poblada de los Pottowatomies, que viven sobre las márgenes de los Osages. Como se descargaba sus efectos, se llevó a bordo a un muchacho que estaba peligrosamente enfermo. Se hacía tarde ya, y debido al equipaje, el misionero no podía ir a la cabaña que el gran jefe le había preparado. Seguí, pues, sobre el barco. Ahora bien, durante la noche, el joven enfermo sufrió mucho. Los suspiros que le arrancaba el dolor impulsaron al P. de Smet a entrar en su cuarto, con el fin de aliviarlo o de consolarlo. Esta intención caritativa del misionero conmueve al muchacho, que le abre su corazón. “Soy católico, dijo, incluso recibí una educación del todo cristiana de uno de mis tíos, que era un eclesiástico lleno de celo. Practiqué mucho tiempo la piedad y, en especial, siempre tuve una especial devoción por la Madre de Dios. Hace seis años que viajo por las montañas, en medio de una tribu salvaje, sin haber encontrado ningún sacerdote y, sin embargo, nunca olvidé a María. “Sin duda es ella la que me conduce ante usted, hijo mío, respondió el venerable misionero; ella quiere verificar en su persona las palabras de San Bernardo; que nunca se la ha invocado en vano. Créame, aproveche de esta gracia que le ha concedido. Hace tiempo que no ha purificado su conciencia, tal vez tenga reproches que hacerse. Comience s confesión”. El muchacho accedió de buena gana a la invitación del ministro caritativo; se confesó en medio de grandes sentimientos de piedad y recibió también la Extremaunción. El P. de Smet supo después que había muerto al día siguiente de su llegada.

Si nos encontramos frente a grandes dificultades cuando cumplimos nuestro deber, recurramos a María


Traducido del francés por José Gálvez Krüger para ACI Prensa

EL BIEN MÁS PRECIADO


El bien más preciado



Cuenta una historia europea que hace muchos años atrás un joven y una muchacha, enamorados decidieron casarse. Dinero ellos casi no tenían, pero ninguno de los dos se unía por eso. La confianza mutua era la esperanza de un bello futuro, siempre y cuando se tuvieren uno al otro.

Así, pusieron una fecha para unirse en cuerpo y alma. Antes del casamiento, la muchacha le hizo un pedido al novio:
- No puedo ni imaginar que un día podamos separarnos, pero puede ser que con el tiempo uno se canse del otro, o que te hastíes de mí, y me mandes a mi país. Quiero que tú me prometas que si alguna vez eso acontece, me dejarás llevar conmigo el bien más preciado que yo tenga entonces.

El novio sonrió, encontrando sin sentido lo que ella decía, más ella no quedo satisfecha hasta que él, lo puso por escrito y lo firmó. Se casaron.

Decididos a mejorar sus vidas, ambos trabajaron mucho y fueron recompensados, cada nuevo suceso los hacia más decididos a salir de la pobreza, y trabajaban cada día más.  El tiempo pasó y el matrimonio prosperó. Conquistaron una situación estable, y cada vez más confortable, y finalmente se hicieron ricos.

Se mudaron a una amplia casa, hicieron nuevos amigos y se rodearon de los placeres que da la riqueza. Se dedicaron a sus negocios y a sus compromisos sociales, pensaban más en esas cosas que en ellos mismos.  Discutían sobre qué comprar, cuánto gastar, cómo aumentar su patrimonio, pero estaban cada vez más distanciados entre sí.

Cierto día cuando preparaban una fiesta para amigos importantes, discutieron por una tontería y comenzaron a levantarse la voz, a gritarse y llegaron las inevitables acusaciones.
- Tú no estás conmigo, le gritó el marido, solo piensas en ti, en ropas y joyas.  Búscate lo más preciado como te prometí y regresa a la casa de tus padres. No hay motivos para continuar juntos.

La mujer empalideció, y lo encaró con una mirada muy apenada, como si acabase de descubrir una cosa nunca sospechada.
- Muy bien, dijo ella por lo bajo, quiero irme ya, pero vamos a estar juntos esta noche para recibir a los amigos que ya fueron invitados.

Él estuvo de acuerdo. La noche llegó. Comenzó la fiesta con todo el lujo y la abundancia que la riqueza permitía. En la madrugada el marido se adormeció exhausto. Ella entonces, hizo que lo llevaran a la casa de los padres de ella, con cuidado y lo pusieran en la cama.

Cuando él despertó a la mañana siguiente no entendía que había acontecido. No sabía dónde estaba, y cuando se sentó en la cama para mirar alrededor la mujer se le aproximó y le dijo con cariño:

- Querido marido, tú me prometiste que si algún día me enviabas de regreso, yo podría llevarme conmigo el bien más preciado que tuviese en ese momento. Pues bien, tú siempre serás mi bien más preciado, te quiero a ti más que a todo en la vida y ni la muerte nos podrá separar.

Se envolvieron en un abrazo de ternura, y regresaron a la casa, más apasionados y enamorados que nunca...

Moraleja:
La ambición y las ansias de poder muchas veces nos perturba la visión y nos hace ver en forma distorsionada.
Trata de no olvidar los verdaderos valores de la vida y de no buscar cosas que tengan un valor pasajero.
Lo importante es que diariamente hagamos un análisis y coloquemos en una balanza nuestros bienes más preciados, para así darles su verdadero valor.
Es el amor el bien más preciado que poseemos, no lo dejemos ir, no lo perdamos por olvidarnos de cuidarlo o por estar confundidos en creer que existen cosas más placenteras y más duraderas.
El amor siempre permanecerá en nosotros y hará de cada uno una persona digna de ser también el bien más preciado.

LA ROSA ROJA



La rosa roja



Había una vez una rosa roja muy bella, se sentía de maravilla al saber que era la rosa más bella del jardín.  Sin embargo, se daba cuenta de que la gente la veía de lejos. Se dio cuenta de que al lado de ella siempre había un sapo grande y oscuro y que era por eso que nadie se acercaba a verla de cerca.

Indignada ante lo descubierto le ordenó al sapo que se fuera de inmediato; el sapo muy obediente dijo:
- Está bien, si así lo quieres.

Poco tiempo después el sapo pasó por donde estaba la rosa: y se sorprendió al ver la rosa totalmente marchita, sin hojas y sin pétalos. Le dijo entonces:
- Vaya que te ves mal. ¿Qué te pasó?

La rosa contestó:
- Es que desde que te fuiste las hormigas me han comido día a día, y nunca pude volver a ser igual.

El sapo solo contestó:
- Pues claro, cuando yo estaba aquí me comía a esas hormigas y por eso siempre eras la más bella del jardín.

Moraleja:
Muchas veces despreciamos a los demás por creer que somos más que ellos, más bellos o simplemente que no nos "sirven" para nada. Dios no hace a nadie para que esté sobrando en este mundo, todos tenemos algo que aprender de los demás o algo que enseñar, y nadie debe despreciar a nadie. No vaya a ser que esa persona nos haga un bien del cual ni siquiera estemos conscientes.

FUNDADOR DE SACERDOTES OBREROS Y MÁRTIR DE LA SALLE SERÁN DECLARADOS SANTOS POR PAPA FRANCISCO


Fundador de sacerdotes “obreros” y mártir de La Salle serán declarados santos



 (ACI/EWTN Noticias).- El Beato Ludovico Pavoni, sacerdote italiano y fundador de la Congregación de los Hijos de María Inmaculada; junto al Beato francés Salomón Leclercq, mártir y miembro de los Hermanos de las Escuelas Cristianas (La Salle), serán declarados santos luego que el Papa Francisco reconociera los milagros atribuidos a su intercesión, informó este martes la Santa Sede.

El Santo Padre recibió ayer al Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, Cardenal Angelo Amato y autorizó la promulgación de los decretos sobre los milagros atribuidos a ambos beatos. Además, se reconocieron las virtudes heroicas del Siervo de Dios Rafael Manuel Almansa Riaño, sacerdote colombiano, profeso de la Orden de los Frailes Menores.


Ludovico Pavoni nació en Brescia (Italia) el 11 de septiembre de 1784. Fue el mayor de cinco hermanos. Ordenado presbítero en 1807, fue considerado un sacerdote brillante y gozó de la estima de su obispo, quien le confió varias tareas, entre ellas un instituto para adolescentes y jóvenes pobres o abandonados.

En 30 años el P. Ludovico mejora un método educativo y de instrucción de vanguardia, que anticipó las modernas escuelas profesionales. Además fundó la Congregación de los Hijos de María Inmaculada, los considerados “sacerdotes obreros”. Su imaginación apostólica sorprende a las autoridades. El futuro santo parte a la Casa del Padre a los 65 años en 1849.

Mártir de la revolución francesa

El Beato Salomón Leclercq (cuyo nombre de bautizo fue Guillaume-Nicolas-Louis Leclercq), nació en Francia el 15 de noviembre de 1745. Miembro de los Hermanos de las Escuelas Cristianas (La Salle), vivió la revolución francesa y los ataques laicistas contra la Iglesia.

La persecución religiosa golpeó duramente también a varios miembros de su congregación, pues las leyes consideraban ilegales las estructuras ilegales y exige a los religiosos no cumplir con sus votos bajo pena de muerte. El futuro santo es el primer lasallista en sufrir el martirio el 2 de septiembre de 1792 en el jardín del convento carmelita en París, convertido en prisión por los revolucionarios. Tenía 46 años.

COMUNIDAD: CAMINO COMPARTIDO


Comunidad: camino compartido


Soy parte de grupos humanos y mis tareas contribuyen a lograr los objetivos que dan sentido a la empresa. Por lo tanto es importante que aprecie y respete a todos —incluso a los más humildes— porque todos llevan adelante la organización. Y que sienta la alegría y la responsabilidad de aportar lo que me corresponde para mi propia satisfacción y la de mis compañeros. 

Decir comunidad es decir camino compartido, multitud de manos que se unen, para hacer entre todos la marcha más liviana; abrazo de miradas que se buscan, para buscar unidas la mirada de Aquel que, por nosotros, dio la vida. Decir comunidad es hablar de proyecto común, sueños compartidos, camino acompañado. Es pensar en el otro, y en lo mejor para el otro, y pensar juntos en lo mejor de nosotros para todos los otros. Decir comunidad, es darse fuerzas entre todos. Es animarse a crecer juntos poco a poco. Decir comunidad es hablar de apertura y entrega, servicio a los demás, aprender a brindarse con generosidad. Es compartir la vida de Dios, fuente de vida, de esperanza y de amor.

El amor que pide Jesús debe llevarme a evitar en la convivencia cotidiana las faltas de aceptación e incomprensiones. El Señor me quiere ver fraterno, bondadoso, pacífico, cordial… No es fácil, pero lo puedo, si lo pido cada día: “Señor, ayúdame a ser hoy comprensivo, compasivo y paciente con todos”. Que pases un día feliz de buena convivencia.


* Enviado por el P. Natalio

LOS CINCO MINUTOS DE DIOS, MIÉRCOLES 11 DE MAYO


LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
Mayo 11


"Felices los que tienen alma de pobres, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos".  Es la primera bienaventuranza que Cristo proclamó en el Sermón de la Montaña.

Pobre de espíritu es el sencillo, el humilde, el que no se paga de sí mismo, el que está convencido de que depende de los demás, de que él solo no puede enfrentar la vida, que necesita de los otros; por eso es pobre, porque no tiene en sí cuanto necesita, sino que lo espera de los demás.
El orgulloso piensa que él y solo él se satisface, se basta y se sobra; por eso es rico: se tiene a sí mismo.

Pero solamente al pobre de espíritu, al que tiene alma de pobre o es pobre de espíritu se le promete el Reino de los Cielos; el orgulloso conquista a los hombres, el humilde conquista a Dios; el orgulloso será dueño de la tierra y sus riquezas; el humilde tendrá como herencia el cielo y sus bienes.
¿Qué prefieres?

“Porque tu fuerza no está en el número, ni tu dominio en los fuertes, sino que tú eres el Dios de los humildes, el defensor de los desvalidos, el apoyo de los débiles, el refugio de los abandonados y el salvador de los desesperanzados” (Jdt 9,11). Nunca es más grande el hombre, que de rodillas. No dudes en doblarlas ante tu Dios. En tus rodillas está tu fuerza y la debilidad de Dios.


* P. Alfonso Milagro