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domingo, 1 de mayo de 2016

EL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 1 DE MAYO 2016 - DÍA DEL TRABAJO - SAN JOSÉ OBRERO


La tristeza de una despedida
La tristeza de una despedida

Juan 14, 23-29. Pascua. Cristo se irá. Sí. Pero se quedará para siempre con nosotros. No sólo en la Iglesia y en la Eucaristía. ¡También dentro de nosotros! 


Por: P . Sergio Córdova LC | Fuente: Catholic.net 



Del santo Evangelio según san Juan 14, 23 - 29
Jesús le respondió: "Si alguno me ama, guardará mi Palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él. El que no me ama no guarda mis palabras.Y la palabra que escucháis no es mía, sino del Padre que me ha enviado. Os he dicho estas cosas estando entre vosotros. Pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, os lo enseñará todo y os recordará todo lo que yo os he dicho. Os dejo la paz, mi paz os doy; no os la doy como la da el mundo. No se turbe vuestro corazón ni se acobarde. Habéis oído que os he dicho: "Me voy y volveré a vosotros. "Si me amarais, os alegraríais de que me fuera al Padre, porque el Padre es más grande que yo. Y os lo digo ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis.

Oración introductoria
Señor, creo en tu Palabra, envía a tu Espíritu Consolador a guiar mi oración. Necesito de tu gracia para salir de mi mediocridad, mi cobardía y mi egoísmo, que endurecen mi corazón y me hacen perder la paz.

Petición
Jesús, ¡ven y haz en mí tu morada! Concédeme escuchar tu voz en el silencio de mi conciencia.

Meditación del Papa Benedicto XVI
En toda la historia de la salvación, en la que Dios se ha hecho cercano a nosotros y espera pacientemente nuestros tiempos, incluyendo nuestras infidelidades, alienta nuestros esfuerzos y nos guía. En la oración aprendemos a ver los signos de este plan misericordioso en el camino de la Iglesia. Así, crecemos en el amor de Dios, abriendo la puerta a fin de que la Santísima Trinidad venga a morar en nosotros, ilumine, caliente, guíe nuestra existencia. "Si alguno me ama, guardará mi Palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él", dice Jesús, prometiendo a sus discípulos el don del Espíritu Santo, que enseñará todo. San Ireneo dijo una vez que en la Encarnación el Espíritu Santo se ha habituado a estar en el hombre. En la oración, nosotros debemos habituarnos a estar con Dios. Esto es muy importante, que aprendamos a estar con Dios, y así veremos lo hermoso que es estar con Él, que es la redención. (Benedicto XVI, 20 de junio de 2012).
Siempre existe la tentación de la desobediencia, que se manifiesta en el deseo de organizar nuestra vida al margen de la voluntad de Dios. Esta es la enemistad que insidia continuamente la vida de los hombres para oponerlos al diseño de Dios.(Homilía de S.S. Francisco, 8 de diciembre  de 2015).

Reflexión
Las despedidas son, por lo general, tristes y dolorosas. A todos nos hacen sufrir porque sentimos una honda y extraña división interior. Una parte de nuestro ser se queda allí, en esa tierra de la que partimos, con nuestros amigos y seres queridos; y la otra se viene con nosotros, pero con el corazón lleno de recuerdos, de las alegrías y bellos momentos que compartimos juntos, de nostalgias.. y tal vez también de dolor y de lágrimas.

Santa Teresa de Jesús nos cuenta en el libro de su "Vida" que, el día en que dejó a su padre y la casa paterna para irse al convento, sintió que se le desconyuntaban los huesos y el alma se le partía en dos. ¡Y si eso les pasa a los santos!...

Pero Teresa era una mujer de carne y hueso, y con un corazón muy sensible, igual o mucho más que el nuestro. Los santos no son bichos raros o extraterrestres, sino seres humanos como nosotros.

El mismo Jesús, al hacerse hombre, quiso compartir con nosotros los mismos sentimientos, experiencias y flaquezas de nuestra condición humana. También Él gozó de la dulzura de la amistad, del consuelo del amor y del afecto familiar. También Él sintió el desgarrón de su corazón –sensibilísimo— cuando tuvo que despedirse de su Madre, y dejarla sola, para marcharse de casa a comenzar su vida pública.

Y experimentó también el mismo dolor y pesar al despedirse de sus discípulos, sus amigos íntimos, antes de su pasión. En el capítulo 13 de su evangelio, nos refiere san Juan con incontenible emoción que "antes de la fiesta de la Pascua, viendo Jesús que llegaba su hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin" (Jn 13, 1). El "fin" tomado en sentido temporal y en intensidad: "hasta el colmo, hasta el extremo". Así comienza el evangelista la narración de la Última Cena, su despedida.

¿Qué sentimos nosotros cuando estamos en una comida "de despedida"? ¿Cuando, reunida toda la familia y los amigos, al final de la misma tendremos que decir adiós a las personas que nos son más entrañables para marchar lejos, por un tiempo indefinido, y quién sabe hasta cuándo volveremos a verlos, si los vemos? ¿Has tenido alguna experiencia como ésta? Y, ¿qué podríamos decir cuando este adiós es ya para siempre, sin retorno?....

Escuchemos la confidencia íntima que Juan Ramón Jiménez nos ofrece en este poema: “"...Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros/ cantando;/ y se quedará mi huerto, con su verde árbol,/ y con su pozo blanco./ Todas las tardes el cielo será azul y plácido;/ y tocarán, como esta tarde están tocando,/ las campanas del campanario./ Se morirán aquellos que me amaron;/ y el pueblo se hará nuevo cada año;/ y en el rincón aquel de mi huerto florido y encalado,/ mi espíritu errará, nostálgico.../ Y yo me iré; y estaré solo, sin hogar, sin árbol/ verde, sin pozo blanco,/ sin cielo azul y plácido.../ Y se quedarán los pájaros cantando..."

Tal vez nos suene muy nostálico. Pero también esto es una despedida. Al menos, también está compuesta por estos ingredientes, aunque no son los únicos.

Pues bien, en este Evangelio de hoy también se nos habla de una despedida. Las palabras que hemos escuchado están tomadas del discurso de Jesús en la Última Cena. Es cierto que estamos celebrando ya la Pascua de la resurrección del Señor. Sí. Pero también es verdad que pronto se irá el Señor, de modo definitivo, de la vista de los apóstoles, para subir al cielo. Y tendrá que dejarlos, esta vez sí, ya para siempre. ¿Qué palabras tan entrañables, de cariño y de amistad sincera, tendría que decirles? ¿Cuáles serían sus últimos consejos y recomendaciones?...

Nuestro Señor se va. Pero se quedará espiritualmente presente entre los suyos por medio de su amor y de su Eucaristía. No obstante, no le parece suficiente, y quiere darnos todavía más. Ya nos dejó el testamento de su amor divino y de su redención, nos dio toda su Sangre preciosa sobre el altar de la cruz, nos regaló a su Madre santísima en el Calvario, nos dejó su Evangelio, fundó su Iglesia y los sacramentos… ¿Qué más podía regalarnos?

¡Su Espíritu Santificador! El próximo domingo celebraremos la fiesta de la Ascensión. Y el domingo siguiente vendrá el Espíritu Santo el día de Pentecostés. Así nacerá la Iglesia. Será su solemne “inicio” en el tiempo, y durará hasta el fin del mundo. Por eso, nuestro Señor nos prometió el Espíritu Santo, el Espíritu “que procede del Padre y del Hijo” –como rezamos en el Credo— y que es el amor recíproco entre el Padre y el Hijo, el Amor que es persona divina, la tercera Persona de la Trinidad Santísima.

Cristo se irá. Se tiene que ir. Es más, nos asegura que "nos conviene que Él se vaya", porque sólo así podrá venir el Paráclito, el Consolador, "que el Padre enviará en Su nombre. Será Él quien nos lo enseñe todo y nos vaya recordando todo lo que Jesús nos ha dicho". Gracias al Espíritu Santo existe la Iglesia y los sacramentos. Gracias al Santificador tenemos fe, amor y las demás virtudes, porque "la caridad de Dios ha sido derramada en nosotros por el Espíritu Santo que se nos ha dado" (Rom 5, 5).

Cristo se irá. Sí. Pero se quedará para siempre con nosotros. No sólo en la Iglesia y en la Eucaristía. ¡También dentro de nosotros! Así nos lo prometió Él mismo: "El que me ama, guardará mi palabra y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos en él nuestra morada". ¡Qué palabras tan profundamente consoladoras! ¿Existe en alguna parte del universo un amor más grande y más intenso que éste de Dios, que viene incluso a morar dentro de nuestro mismo ser? Tenemos a Dios dentro de nosotros. Entonces, todo está arreglado: ¡adiós soledad, adiós tristeza, adiós lágrimas! ¡Lo tenemos todo! Él está con nosotros, Él nos consuela, Él nos acompaña, Él nos sanará.

Diálogo con Cristo
Señor, gracias por este momento especial en que puedo experimentar tu cercanía, tu amistad sincera y personal. Quiero habituarme a estar contigo y a vivir amándote, así podré transmitir tu Buena Nueva a todas las personas con las que me encuentre hoy, especialmente aquellas que me son más cercanas.

Propósito

Ojalá vivamos esta verdad fundamental y entrañable de nuestra fe cristiana. ¡Éste es el secreto de nuestra verdadera felicidad!

Preguntas o comentarios al autor   P. Sergio Cordova LC

REGINA COELI: PAPA FRANCISCO INVITA A REZAR ESTA ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO


Regina Coeli: Papa Francisco invita a rezar esta oración al Espíritu Santo



 (ACI/EWTN Noticias).- Previo al rezo del Regina Coeli este 1 de mayo, sexto Domingo de Pascua, el Papa Francisco explicó a los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro, la misión encomendada al Espíritu Santo y, por ello, enseñó una breve oración dirigida al Paráclito para recitarla todos los días antes de leer el Evangelio.

Desde el balcón del Palacio Apostólico, el Santo Padre señaló que uno de los aspectos de la misión del Espíritu Santo es ayudar a recordar las palabras de Jesús para ponerlas en práctica. Por ello, “cuando ustedes leen todos los días – como les he aconsejado – un pasaje del Evangelio, pedir al Espíritu Santo: ‘Que yo entienda y que yo recuerde estas palabras de Jesús’. Y luego leer el pasaje, todos los días… Pero antes aquella oración al Espíritu, que está en nuestro corazón: ‘Que yo recuerde y que yo entienda’”.

Francisco hizo esta invitación al reflexionar sobre el Evangelio dominical que “nos vuelve a llevar al Cenáculo”, donde Jesús, antes de enfrentar su Pasión y muerte en la cruz, “promete a los Apóstoles el don del Espíritu Santo, que tendrá la tarea de enseñar y de recordar sus palabras a la comunidad de los discípulos”.

“Lo dice el mismo Jesús: ‘El Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi Nombre, les enseñará todo y les recordará lo que les he dicho’. Enseñar y recordar. Y esto es aquello que hace el Espíritu Santo en nuestros corazones”, reiteró el Papa.

“En el momento en el que está por regresar al Padre –indicó nuevamente el Pontífice-, Jesús preanuncia la venida del Espíritu que ante todo enseñará a los discípulos a comprender cada vez más plenamente el Evangelio, a acogerlo en su existencia y a hacerlo vivo y operante con el testimonio”.

“Mientras está por confiar a los Apóstoles -que justamente quiere decir ‘enviados’- la misión de llevar el anuncio del Evangelio por todo el mundo, Jesús promete que no se quedarán solos: el  Espíritu Santo, el Paráclito, estará con ellos, a su lado, es más, estará en ellos, para defenderlos y sostenerlos. Jesús regresa al Padre pero continúa acompañando y enseñando a sus discípulos mediante el don del Espíritu Santo”, explicó.

Luego dijo que “el segundo aspecto de la misión del Espíritu Santo consiste en el ayudar a los Apóstoles a recordar las palabras de Jesús. El Espíritu tiene la tarea de despertar la memoria, recordar las palabras de Jesús. El divino Maestro ha comunicado ya todo aquello que pretendía confiar a los Apóstoles: con Él, Verbo encarnado, la revelación es completa”.

“El Espíritu hará recordar las enseñanzas de Jesús en las diversas circunstancias concretas de la vida, para poderlas poner en práctica. Es precisamente lo que sucede todavía hoy en la Iglesia, guiada por la luz y la fuerza del Espíritu Santo, para que pueda llevar a todos el don de la salvación, o sea el amor y la misericordia de Dios”, señaló.

“¡No estamos solos: Jesús está cerca de nosotros, en medio de nosotros, dentro de nosotros!”, aseguró Francisco, y explicó que la nueva presencia de Cristo “en la historia ocurre mediante el don del Espíritu Santo, por medio del cual es posible instaurar una relación viva con Él, el Crucificado Resucitado”.

El Papa dijo que “el Espíritu, difundido en nosotros con los sacramentos del Bautismo y de la Confirmación, actúa  en nuestra vida. Él nos guía en la forma de pensar, de actuar, de distinguir qué cosa es buena y qué cosa es mala; nos ayuda a practicar la caridad de Jesús, su donarse a los  demás, especialmente a los más necesitados”.

“¡No estamos solos! Y la señal de la presencia del Espíritu Santo es también la paz que Jesús dona a sus discípulos: ‘Les doy mi paz’”, señaló el Pontífice.

Explicó que la paz de Jesús “es diferente de aquella que los hombres se desean e intentan realizar. La paz de Jesús brota de la victoria sobre el pecado, sobre el egoísmo que nos impide amarnos como hermanos. Es don de Dios y señal de su presencia. Todo discípulo, llamado hoy a seguir a Jesús cargando la cruz, recibe en sí la paz del Crucificado Resucitado en la seguridad de su victoria y en la espera de su definitiva venida”.

Finalmente, pidió a la Virgen María que “nos ayude a acoger con docilidad el Espíritu Santo como Maestro interior y como Memoria viva de Cristo en el camino cotidiano”.

OCHO DATOS POCO CONOCIDOS SOBRE SAN JOSÉ, PATRONO DE LOS TRABAJADORES


8 datos poco conocidos sobre San José, 
patrono de los trabajadores

 (ACI).- El 1 de mayo es el Día Mundial de Trabajo que coincide con la fiesta de San José Obrero, patrono de los trabajadores y padre adoptivo de nuestro Señor Jesucristo. En la siguiente lista se presentan 8 datos que quizá no conozca acerca de San José:


1) No hay palabras suyas en las Sagradas Escrituras

¡Él protegió a la Inmaculada Madre de Dios y ayudó a criar al Señor del Universo! Sin embargo, no hay ninguna cita de él en los Evangelios. Más bien, fue un silencioso y humilde servidor de Dios que desempeñó su rol cabalmente.

2) Fue muy poco mencionado en el Nuevo Testamento

San José se menciona en Mateo, Lucas, una vez en Juan (alguien llama a Jesús "el hijo de José") y eso es todo. Él no es mencionado en Marcos o en el resto del Nuevo Testamento.

3) Su salida de la historia de los Evangelios no es explicada en la Biblia

Es una figura importante en los relatos de la Natividad del Señor en Mateo y Lucas, y es incluido en los pasajes que relatan el momento en que Jesús se perdió a los 12 años y fue encontrado en el templo. Pero eso es lo último que oímos de él.


María aparece varias veces durante el ministerio de Jesús, pero José se fue sin dejar rastro. Entonces, ¿qué le pasó? Varias tradiciones explican esta diferencia diciendo que José murió alrededor del cumpleaños número 20 de Jesús.

4) ¿Viudo y anciano?

La Escritura no nos dice la edad de San José cuando se casó con María o sobre su vida anterior. Sin embargo, por mucho tiempo se le representó como un hombre de edad avanzada, aparentemente basándose en un texto del llamado protoevangelio de Santiago, un evangelio apócrifo del que se desprende que San José habría estado casado anteriormente, tuvo hijos de ese matrimonio y quedó viudo.

Según esa tradición San José sabía que María había hecho voto de virginidad y fue elegido para casarse con ella para protegerla, en parte porque era viejo y no estaría interesado en tener una nueva familia. Esta idea fue rebatida a lo largo de la historia por grandes santos como San Agustín.

5) Su veneración se remonta al menos al siglo IX

Uno de los primeros títulos que utilizaron para honrarlo fue “nutritor Domini”, que significa "guardián del Señor".

6) Tiene dos celebraciones

La solemnidad de San José es el 19 de marzo y la fiesta de San José obrero (Día Internacional del trabajo) es el 1 de mayo. También está incluido en la Fiesta de la Sagrada Familia (30 de diciembre) y sin duda forma parte de la historia de la Navidad.

7) Tiene múltiples “patronazgos”

Es el patrón de la Iglesia Universal, la buena muerte, las familias, los padres, las mujeres embarazadas, viajeros, inmigrantes, artesanos, ingenieros y trabajadores. Es también el patrón de las Américas, Canadá, China, Croacia, México, Corea, Austria, Bélgica, Perú, Filipinas y Vietnam.

8) La ‘Josefología’

Entre las subdisciplinas de la teología, son conocidas la cristología y mariología. Pero, ¿sabías que también existe la Josefología?

San José ha sido una figura de interés teológico durante siglos. Sin embargo, a partir del siglo XX algunas personas empezaron a recoger opiniones de la Iglesia acerca de él y lo convirtieron en una subdisciplina. 

En la década de 1950, se abrieron tres centros dedicados al estudio de San José: en España, Italia y Canadá.



Traducido por Diego López Marina. 

ORACIÓN A SAN JOSÉ OBRERO


Oración a San José obrero

Nos dirigimos a ti, Oh bendito San José, nuestro protector en la tierra, como quien conoce el valor del trabajo y la respuesta a nuestro llamado. A través de tu Santa Esposa, la Inmaculada Virgen Madre de Dios, y sabiendo el amor paternal que tuviste a nuestro Señor Jesús, te pedimos nos asistas en nuestras necesidades y fortalezcas en nuestros trabajos.

Por la promesa de realizar dignamente nuestras tareas diarias, líbranos de caer en el pecado, de la avaricia, de un corazón corrupto. Se tú el solícito guardián de nuestro trabajo, nuestro defensor y fortaleza contra la injusticia y el error.

Seguimos tu ejemplo y buscamos tu auxilio. Socórrenos en todos nuestros esfuerzos, para así poder obtener contigo el descanso eterno en el Cielo. Amén.

HOY ES FIESTA DE SAN JOSÉ OBRERO, PATRONO DE LOS TRABAJADORES, 1 DE MAYO


Hoy es Fiesta de San José Obrero, Patrono de los trabajadores
¡Feliz Fiesta de San José Obrero!


 (ACI).- El 1 de mayo la Iglesia celebra la Fiesta de San José Obrero, patrono de los trabajadores, fecha que coincide con el Día Mundial de Trabajo. Esta celebración litúrgica fue instituida en 1955 por el Siervo de Dios, Papa Pío XII, ante un grupo de obreros reunidos en la Plaza de San Pedro en el Vaticano.

El Santo Padre pidió en esa oportunidad que “el humilde obrero de Nazaret, además de encarnar delante de Dios y de la Iglesia la dignidad del obrero manual, sea también el próvido guardián de vosotros y de vuestras familias”.

Pío XII quiso que el Santo Custodio de la Sagrada Familia, “sea para todos los obreros del mundo, especial protector ante Dios, y escudo para tutela y defensa en las penalidades y en los riesgos del trabajo”.


Por su parte, San Juan Pablo II en su encíclica a los trabajadores “Laborem exercens” destacó que “mediante el trabajo el hombre no sólo transforma la naturaleza adaptándola a las propias necesidades, sino que se realiza a sí mismo como hombre, es más, en un cierto sentido ‘se hace más hombre’”.

Posteriormente, en el Jubileo de los Trabajadores en el 2000, el Papa de la Familia dijo: “Queridos trabajadores, empresarios, cooperadores, agentes financieros y comerciantes, unid vuestros brazos, vuestra mente y vuestro corazón para contribuir a construir una sociedad que respete al hombre y su trabajo”.

“El hombre vale más por lo que es que por lo que tiene. Cuanto se realiza al servicio de una justicia mayor, de una fraternidad más vasta y de un orden más humano en las relaciones sociales, cuenta más que cualquier tipo de progreso en el campo técnico”, añadió”.

QUIERO TENER TACTO


Quiero tener tacto



QUIERO TENER TACTO
Para buscar a Dios y no perderlo
Para distinguir el error de la verdad
Para no andar por caminos equivocados

QUIERO TENER TACTO

Como el de María, vivo e inquieto
Como el de María, humano y divino
Como el de María, sereno  y humillado
Como el de María, obediente y activo

QUIERO TENER TACTO

Sin dejar la tierra, tocar el cielo
Sin dejar el cielo, no olvidar la tierra
Sin dejar de ser hombre, no olvidar a Dios
Sin dejar a Dios, sentirme plenamente hombre

QUIERO TENER TACTO

Para comprender y ser comprendido
Para vivir y ayudar a vivir
Para levantarme y ayudar a levantar
Para creer y ayudar a creer

QUIERO TENER TACTO

Como el de María, para bendecir a Dios
Como el de María, para sentir a Jesús
Como el de María, para disfrutar al Espíritu
Como el de María, para acariciar la cruz

QUIERO TENER TACTO

Y, si por lo que sea, sólo tengo para las cosas del mundo
te pido, María, que des otra sensibilidad a mis manos.
Amén.


 Ave María

J.Leoz

ORACIÓN POR NUESTRAS MADRES


ORACIÓN POR NUESTRAS MADRES 



Te damos gracias por nuestras madres, a las que Tu les has confiado el cuidado precioso de la vida humana desde su inicio.

Tú has dado a la mujer la capacidad de participar contigo en la creación de nueva vida. Haz que cada mujer puede llegar a comprender el pleno significado de esta bendición.

Mira a cada madre que está esperando un hijo, fortalece su fe en Tu paternal cuidado y amor para con ella y para su hijo en camino. Dale valentía en tiempos de miedo o dolor, comprensión en los momentos de incertidumbre y duda, y esperanza en tiempos de problemas. Concédele alegría en el nacimiento de su hijo.

Bendice a las madres a quienes les has dado el gran privilegio y la responsabilidad de ser formadoras de un niño o una niña.

Haz que todas ellas puedan fomentar la fe de sus hijos, siguiendo el ejemplo de María, la Madre de Tu Hijo.

Ayuda a todas las "madres espirituales", quienes están al cuidado de los hijos de  otros y asumen su tarea con amor maternal, que puedan descubrir que engendrar vida es mucho más que dar a luz.

Te pedimos que envíes el Espíritu Santo Consolador a las madres que han perdido hijos, que están enfermos o separados de sus familias, que se encuentran en peligro o problemas de cualquier tipo. Muéstrales Tu misericordia y dales fortaleza y serenidad.

Colma de tu paz a las madres que ya no están con nosotros, que disfruten en Tu presencia del fruto de sus esfuerzos en la tierra.

María, Madre del Cielo, intercede por todas las madres, sé su guía y consuelo. Alcánzales de Dios la Gracia para esta vida y la alegría eterna en la Gloria.

MAYO, MES DE MARÍA, DÍA 1 - MEDITACIÓN EL MES DE MARÍA


MAYO, MES DE MARÍA
Primer día: El mes de María



El mismo sentimiento que había inspirado a los servidores de María a honrarla cada día mediante diversas prácticas, cada semana con la devoción del sábado, cada mes por la celebración de alguno de sus misterios, los ha llevado, en los últimos tiempos a consagrarle cada año un mes entero. Y para ello han elegido el más bello de los meses,  mes en el que no había ninguna fiesta particular. La Iglesia ha alentado esta devoción hacia la Santísima Virgen. Por dos rescriptos, del 21 de marzo de 1815 y del 18 de junio de 1822, Pío VII concede las indulgencias siguientes, aplicables a las almas del Purgatorio.

una indulgencia plenaria a perpetuidad, a ser ganada una vez en el mes de mayo, el mismo día de la comunión, por todos los fieles católicos, que, todos los días de este mes, honren especialmente a la Santísima Virgen, sea en público, sea en privado, mediante homenajes, ejercicios piadosos o actos d virtud.
Una indulgencia parcial de trescientos días para cada día del mes en que se haya rendido a María un homenaje público o particular.
Los Anales de la propagación de la fe, refieren del año 1846, que muchos misioneros, que se encontraban sobre un navío en pleno mar, tuvieron la feliz idea de comenzar ahí sus ejercicios del mes de Maria. Había preparado ya a tres marineros que no habían hecho su Primera Comunión, y esperaban ganar para Cristo y su religión a los otros marineros y en especial al capitán, que no tenían ni fe ni ley. Ya los marineros habían asistido atentamente a la Santa Misa, lo que causo una impresión profunda en el capitán. Permitió, en consecuencia, que se comenzara a solemnizar el mes de María. Todas las tardes, cada vez que el tiempo lo permitía, se recitaba algunas decenas del rosario y las oraciones de la tarde seguidas de cánticos. Asistieron todos, pero sólo cinco quisieron confesarse. Sin embargo, la virtud de la intercesión de la Santísima Virgen se hacía ya sentir, porque el capitán daba signos indudables que su corazón estaba vivamente impresionado y que un violento combate se libraba en su alma. Los misioneros hicieron una novena para obtener su conversión. Y de pronto, cuando se comenzó los ejercicios, el capitán pidió hacer una confesión general, que hizo con gran compunción. Pronto, todos los marineros siguieron el ejemplo de su jefe; se reconciliaron con dios y se aproximaron en grupo a Santa Mesa. Regresando, el capitán se colgó del cuello de su confesor, agradeciéndole con estas palabras: “Mi corazón no puede estar más felíz”.

Tomado del Mes de María para el uso de personas ocupadas (París 1901)

Traducido del francés por José Gálvez para ACI Prensa


HOY EMPEZAMOS MAYO, EL MES DEDICADO A MARÍA


Hoy empezamos mayo, el mes dedicado a María


 (ACI).- Mayo es el mes que la Iglesia Universal dedica a la Madre de Dios, la Bienaventurada Virgen María. Este tiempo es una oportunidad para renovar el amor de todos los bautizados hacia la Mujer que Dios desde la eternidad escogió para darlo a luz y cuidarlo.

La Santísima Virgen María es por siempre la Reina del Cielo y de la Tierra, no hay santidad sin María porque toda Ella lleva a Cristo.


María la más humilde entre las mujeres es precisamente el modelo de toda mujer, como señaló el Papa Francisco en abril de 2014 en un mensaje a más de 20 mil jóvenes reunidos en Buenos Aires, Argentina.

“Hay un solo modelo para ustedes, María: La mujer de la fidelidad, la que no entendía lo que le pasaba pero obedeció. La que en cuanto supo lo que su prima necesitaba, se fue corriendo, la Virgen de la Prontitud. La que se escapó como refugiada en un país extranjero para salvar la vida de su hijo”, afirmó el Papa.

LOS CINCO MINUTOS DE DIOS: DOMINGO 1 DE MAYO DEL 2016


LOS  CINCO MINUTOS DE DIOS
1 de mayo



¿Te gusta mucho hablar de ti mismo? ¿Por qué será? Quizá porque estás convencido de que vales mucho y quieres que los demás también reconozcan tu valer; y esto es vanidad y orgullo. 
Quizá porque piensas que los demás no reconocen tus méritos; y si los demás no los reconocen quizá sea porque en realidad esos méritos no son tan reales como a ti te parecen. 

¿A los demás les gusta oírte hablar de tí mismo? Si no les agrada, ¿por qué será? ¿No será porque cuando hablas de ti mismo, lo haces disminuyendo a los demás? O, si no los disminuyes, ¿no será porque ni siquiera los tienes en cuenta? Y ésa es una manera muy sutil de disminuirlos; y. si los disminuyes de una u otra forma, ¿puedes extrañarte de que no les guste oírte hablar de ti mismo? 
Si realmente vales, si tienes méritos y cualidades, no te preocupes, no es necesario que hables de tí; ya verán lo que eres y lo que vales; si no lo ven, no por eso disminuirá tu mérito o se perderá tu valer. Basta que te vea Dios y que te valore Dios. 

"Conviértete al Señor y deja tus pecados, suplica ante su faz y quita los obstáculos: vuélvete al Altísimo y apártate de la injusticia, odia con toda el alma la abominación" (Eccli, 17, 25-26). Dios es quien te sacará de las tinieblas, para guiarte a la luz de la salvación.


 Alfonso Milagro