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jueves, 28 de abril de 2016

LOS CINCO MINUTOS DE DIOS: JUEVES 28 DE ABRIL 2016


LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
Abril 28


Interesa lo que eres, porque ante tu conciencia y ante Dios es eso precisamente lo que vales; tú ves tu conciencia y Dios penetra el fondo de tu corazón.
Pero también interesa lo que piensas, pues, según pienses, se irá formando tu interior; ya los antiguos sentenciaron: "dime lo que piensas y te diré quién eres".
Interesa también lo que sientes, pues las obras son fruto de los sentimientos, si bien los sentimientos proceden de las obras.
Interesa también lo que hablas, pues de la abundancia del corazón habla la boca; las palabras son los medios de comunicación de nuestra intimidad con los demás; no podemos comunicar una intimidad mezquina o raquítica; es preciso estar en disposición de poder comunicar algo positivo, una intimidad rica y enriquecedora, que lleva al bien y entusiasmo para la acción.
Todo lo que hablas, lo que piensas, lo que sientes, constituye tu yo, y todo tu yo debe estar al servicio de los demás.
“Los impíos llegarán atemorizados cuando se haga recuento de sus pecados y sus iniquidades se levantarán contra ellos para acusarlos” (Sab 4,20). “Díganse mutuamente la verdad; y dicten en sus puertas sentencias que establezcan la paz; no piensen en hacerse mal unos a otros” (Zac 8,16-17)


* P. Alfonso Milagro

EL EVANGELIO DE HOY JUEVES 28 DE ABRIL DEL 2016


EL EVANGELIO DE HOY JUEVES 28 DE ABRIL 2016


Texto del Evangelio (Jn 15,9-11): En aquel tiempo, Jesús habló así a sus discípulos: «Como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor. Os he dicho esto, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea colmado».

MEDITACIÓN DEL EVANGELIO DE HOY JUEVES 28 DE ABRIL 2016


«Como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros»
Rev. D. Lluís RAVENTÓS i Artés 
(Tarragona, España)




Hoy escuchamos nuevamente la íntima confidencia que Jesús nos hizo el Jueves Santo: «Como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros» (Jn 15,9). El amor del Padre al Hijo es inmenso, tierno, entrañable. Lo leemos en el libro de los Proverbios, cuando afirma que, mucho antes de comenzar las obras, «yo estaba allí, como arquitecto, y era yo todos los días su delicia, jugando en su presencia en todo tiempo» (Prov 8,30). Así nos ama a nosotros y, anunciándolo proféticamente en el mismo libro, añade que «jugando por el orbe de su tierra, mis delicias están con los hijos de los hombres» (Prov 8,31).

El Padre ama al Hijo, y Jesús no deja de decírnoslo: «El que me ha enviado está conmigo: no me ha dejado solo, porque yo hago siempre lo que le agrada a Él» (Jn 8,29). El Padre lo ha proclamado bien alto en el Jordán, cuando escuchamos: «Tú eres mi Hijo amado, en ti me he complacido» (Mc 1,11) y, más tarde, en el Tabor: «Éste es mi Hijo amado, escuchadle» (Mc 9,7).

Jesús ha respondido, «Abbá», ¡papá! Ahora nos revela, «como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros». Y, ¿qué haremos nosotros? Pues mantenernos en su amor, observar sus mandamientos, amar la Voluntad del Padre. ¿No es éste el ejemplo que Él nos da?: «Yo hago siempre lo que le agrada a Él».

Pero nosotros, que somos débiles, inconstantes, cobardes y —por qué no decirlo— incluso, malos, ¿perderemos, pues, para siempre su amistad? ¡No, Él no permitirá que seamos tentados por encima de nuestras fuerzas! Pero si alguna vez nos apartásemos de sus mandamientos, pidámosle la gracia de volver corriendo como el hijo pródigo a la casa del Padre y de acudir al sacramento de la Penitencia para recibir el perdón de nuestros pecados. «Yo también os he amado —nos dice Jesús—. Os he dicho esto, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea colmado» (Jn 15,9.11).

ORACIÓN A JESÚS EUCARISTÍA


ORACIÓN A JESÚS EUCARISTÍA


Oh, Jesús, Pan Vivo bajado del Cielo,
¡Cuán inmensa es tu bondad!
Para sostener nuestra fe
en la Presencia Real de tu Cuerpo y de tu Sangre;
de tu Alma y Divinidad
en el Santísimo Sacramento de la Eucaristía,
te dignaste cambiar totalmente, con un Milagro inaudito,
las especies consagradas del Pan 
¡En Carne y en Sangre!

Aumenta cada día nuestra fe en ti, Señor,
presente en el Santísimo Sacramento.
Haz que, ardiendo de amor por ti,
vengamos a buscar, solo a tus pies:
la fortaleza en los peligros, en las necesidades
y en las angustias.
Oh, divino prisionero de nuestros Tabernáculos,
Oh, inagotable Fuente de toda gracia:
Excita en nostros el hambre y la sed
del Alimento Eucarístico a fin de que,
según tu Palabra, gustando este Pan Celeste,
podamos disfrutar la verdadera vida
ahora y siempre.

Amén.


SOMOS LIBRES Y DIOS RESPETA ESA LIBERTAD


Somos libres y Dios respeta esa libertad
Estamos en los últimos días de la Pascua, si los días santos se nos fueron sin haber renovado el espíritu, nunca es tarde. 


Por: Ma Esther de Ariño | Fuente: Catholic.net 




Estamos en los últimos días de la Pascua.

Ya los días de la Pasión y la Muerte de Cristo se fueron. Llegó el glorioso Domingo de Resurrección y también se fue.

¿Qué nos ha quedado de todas estas solemnidades? ¡Mucho nos tiene que quedar!. Aunque año tras año se repita el vivir estos días santos con sus acontecimientos históricos, no por eso los vamos a impregnar de rutina o indiferencia.

Si tenemos fe y creemos ¿cómo no amar a quién dio su vida  para darnos el regalo único e inalcanzable por nosotros mismos de una vida eterna y gloriosa?

El hombre tiene un DON, el don del libre albedrío.



Somos libres para seguir o darle la espalda a ese Cristo que nos vino a traer la enseñanza de un camino seguro de Verdad y de Amor. Pero aunque dio su vida por nosotros no nos vino a forzar y nos deja en plena libertad de escoger. A si nos dice Martín Descalzo, citando a Evely:  Jesús no se impone, aunque se proponga siempre a si mismo. El nos deja libres. ¡Nada resulta tan fácil como  obrar cual si no le hubiésemos encontrado, como si no le hubiésemos conocido!. Dios se humilla. Dios está en medio de nosotros como uno que sirve. Dios se propone... Dios es un compañero fiel y, en cierto aspecto, silencioso. Resulta fácil tapar su voz. Todos nosotros tenemos el terrible poder de obligar a Dios a callarse.

Lo podemos callar con muchas cosas. La música estridente del  mundo del consumismo, del tener, del poder, de la ambición, de los placeres, del vicio, de la corrupción.

Pero no solo con estas cosas que suenan tan fuertes, sino de otras más tenues, más sutiles que nos parecen que si nos van a dejar oír la voz de Dios, pero que la enmudecen totalmente:  la tibieza, la desidia, la flojera, la frialdad, los respetos humanos, el descuido para todas las cosas del espíritu, el no buscar con afán conocerlo más profundamente para saber amar a ese Dios del que provenimos y al que tarde o temprano veremos un día cara a cara.

Somos libres y Dios respeta esa libertad que maneja nuestra voluntad. Sabe cómo somos, nos conoce... También sabe que nos acechan enemigos poderosos en el paso por la vida: el Maligno no descansa. El lo sabe muy bien porque hasta a Él, para ser igual a nosotros, fue tentado y por eso precisamente no nos deja solos…

Nos dio al Espíritu Santo para ayudarnos, tenemos la oración, el Sacramento de la Reconciliación y la Eucaristía, ¿qué mayores fuerzas o apoyos queremos para vencer?

Si los días santos, con el bullicio de las vacaciones se nos fueron sin haber sentido la renovación del espíritu, nunca es tarde.

Atemos nuestra LIBERTAD  A UN DESEO.

Empecemos hoy.  Dios nos llama, Dios nos ama y nos espera siempre. 

HOY ES LA FIESTA DE SANTA GIANNA BERETTA MOYA, 28 DE ABRIL


Hoy es la fiesta de Santa Gianna, patrona de las madres, médicos y niños por nacer
Por Abel Camasca



 (ACI).- El 28 de abril la Iglesia celebra a Santa Gianna, declarada patrona de madres, médicos y niños por nacer, a quien el Beato Pablo VI describió como “una madre que, para dar a luz a su bebé, sacrificó la suya propia en una inmolación deliberada".

Gianna Beretta nació en 1922 en Magenta, ciudad ina a Milán. Desde pequeña acompañaba a su madre a Misa todos los días. A los 15 años, después de un retiro según el método de San Ignacio de Loyola, tomó el propósito de “mil veces morir antes que cometer un pecado mortal”.

Fue muy devota de la Virgen, tanto así que al morir su madre le dijo a María: “confío en vos, dulce Madre, y tengo la certeza de que nunca me abandonaréis”. Solía hablar de la Madre de Dios en sus encuentros con las chicas de la Acción Católica y en las cartas a su novio que luego fue su esposo.


Se hizo médico y con un firme propósito: “No olvidemos que en el cuerpo de nuestro paciente existe un alma inmortal. Seamos honestos y médicos de fe”. Por ello alentaba a las embarazadas para que tuvieran a sus hijos como un regalo de Dios y a rechazar el aborto.

Después de discernir, vio que Dios la llamaba por la vida matrimonial y tuvo con su esposo tres hijos. Al comienzo del cuarto embarazo, tenía que pasar por una cirugía debido a un tumor ubicado en el útero, pero ella pidió que se preocuparan por la vida de la criatura.

La Santa rechazó someterse al aborto “terapéutico” que le proponían los médicos, y la extirpación del fibroma. Optó por no recurrir a esta práctica .

Fue intervenida y logran salvar a la bebé. Meses después, antes del parto, afirmó: “si hay que decidir entre mi vida y la del niño, no duden; elijan -lo exijo- la suya. Sálvenlo”.

Dio a luz a su hija el 21 de abril de 1962. Sin embargo, Santa Gianna no quedó bien y el 28 de abril con fuertes dolores y repitiendo “Jesús, te amo; Jesús te amo”, partió a la Casa del padre con 39 años de edad. Fue canonizada por San Juan Pablo II en el 2004.

SAN LUIS MARÍA GRIGNION DE MONTFORT, SANTO, 28 DE ABRIL


Luis María Grignion de Montfort, Santo
El santo de la verdadera devoción Mariana. 28 de abril


Por: María de Luján Torre | Fuente: Catholic.net 




El santo de la verdadera devoción Mariana

Martirologio Romano: San Luis María Grignion de Montfort, presbítero, que evangelizó las regiones occidentales de Francia, anunciando el misterio de la Sabiduría Eterna, y fundó dos congregaciones. Predicó y escribió acerca de la Cruz de Cristo y de la verdadera devoción hacia la Santísima Virgen, y, después de convertir a muchos, descansó de su peregrinación terrena en la aldea francesa de Saint-Laurent-sur-Sévre. († 1716)

Fecha de canonización: 20 de julio de 1947, durane el pontificado de Pio XII

Breve Biografía


La Divina Providencia preparó a este gran santo y lo dio al mundo al final del S. XVII hasta apenas comenzado el XVIII.

Nacido en 1673 en Francia, recibe su educación en uno de los Colegios de la Compañía de Jesús y en 1700 se ordena sacerdote.

Morirá en 1716, habiendo realizado en tan corta carrera cantidad de misiones populares, echado los cimientos de dos congregaciones religiosas (que no llegó a ver en vida), restaurado templos de la Virgen ruinosos o abandonados y, sobre todo, arrancando las almas de las garras del jansenismo para devolverlas al amor ardiente de Dios, mediante la contemplación tierna de Jesús Crucificado y la verdadera devoción a María Santísima.

El jansenismo apartaba a las almas de la intimidad con Dios, de la relación sencilla y confiada característica del espíritu de filiación que es fruto del Espíritu Santo y la presencia de María en la vida del cristiano, acentuando en forma desmedida la Majestad y Santidad Infinita de Dios y nuestra indignidad.

De ahí la obsesión por interminables preparaciones, exámenes de conciencia más que escrupulosos, vueltas y revueltas sobre sí mismo, como si uno tuviera que lograr cierto grado de perfección previa para recibir los Sacramentos... ¡que son los que, en realidad, nos curan y nos perfeccionan..!

La gracia sería (dentro de este esquema), más bien un premio al propio esfuerzo, tal como Jesús nos lo ilustra en la parábola del fariseo y el publicano, que muchos no comprenden todavía...

Y aún nosotros mismos, cada vez que tememos acercarnos al sacramento de la Confesión ‘’porque tengo demasiadas culpas...’’. ¿Y para qué está el Sacramento? Precisamente porque tenemos demasiadas culpas, necesitamos confesarnos con frecuencia y comulgar, porque sólo Jesucristo nos lava de nuestras culpas y nos fortalece para que las recaídas se vayan extinguiendo, poco a poco.

Luis María Grignion de Montfort reacciona con santa violencia ante el estrago que semejante postura causaba dentro de la Iglesia en ese momento, y ante la difusión de una falsa sabiduría en el ambiente intelectual cristiano, que desdibuja la radicalidad del Evangelio y huye del Camino de la Cruz.

Tanto en sus misiones populares como en sus escritos, planta firmemente a Cristo Crucificado (cumbre de la verdadera sabiduría, la sabiduría Divina), y la devoción a María como medio insustituible y necesario para que Cristo se forme realmente en cada alma bautizada.

El desarrollo de estas ideas lo realiza en su primera obra: ‘’El Amor de la Sabiduría Eterna’’ (1703-1704). El capítulo XVII de este libro es ya un anticipo de lo que explicará largamente acerca del papel de María Santísima en nuestra santificación, en el célebre ‘’Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen’’ (1712, aprox.). Valiosísimos consejos de orden práctico para vivir la dependencia total de María nos son dados en su otra obra: ‘’El Secreto de María’’, como resumen y complemento del ‘’Tratado...’’.

El Hijo de Dios, 2da. Persona de la Santísima Trinidad (o también ‘’Verbo’’, o ‘’Sabiduría Eterna’’), ha querido salvarnos y glorificar al Padre haciéndose hombre y muriendo en la Cruz. Y todo esto lo realizó Por María, Con María, En María y Para María, porque a Ella se entregó primero y para Ella en primer lugar derramó su Sangre Preciosa. No ha querido venir a nosotros directamente, sino a través de María.

Y así lo sigue haciendo, porque ha hecho de su Madre verdadera Madre nuestra, ‘’Mater Gratiae’’, Madre de la Gracia en nuestras almas. El Espíritu Santo realiza cada día el milagro de formar a Cristo en el bautizado en unión con María, tal como lo hizo desde el principio.