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viernes, 15 de enero de 2016

LOS CINCO MINUTOS DE DIOS - DÍA 15 DE ENERO DEL 2016


LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
Enero 15



El dolor tiene su aspecto amargo, pero también lo tiene dulce; todo depende del lado que nosotros miremos.
Es duro trabajar muchos días sembrando la semilla y cuidándola; pero es agradable recoger la cosecha; es duro pasar horas estudiando, pero es agradable recibir el título y la aprobación; es duro realizar esfuerzos y más esfuerzos para construir la casa, pero es agradable poseer luego su propio hogar; es duro realizar cualquier esfuerzo, pero es luego muy agradable gozar del fruto de los esfuerzos realizados.

Para llegar a ser bueno de veras, hay que hacer también grandes esfuerzos, conseguir duras victorias, pero luego podemos gozar de la alegría de llegar a ser lo que debemos ser. No nos desalienten los esfuerzos que hay que realizar; aliéntennos más bien los resultados conseguidos por esos esfuerzos.
Dios permitirá éxitos y fracasos; pero no nos pide nuestra acción apostólica; lo demás corre por su cuenta. “Ni el que planta ni el que riega es algo, sino Dios que hace crecer” (1 Cor 3,7)


* P. Alfonso Milagro

EL EVANGELIO DE HOY: VIERNES 15 DE ENERO DEL 2016


Levántate, toma tu camilla y anda
Milagros


Marcos 2, 1-12. Tiempo Ordinario. Pedían la curación de su cuerpo y Jesús además, le curó el alma. 


Por: Vicente David Yanes | Fuente: Catholic.net 



Del santo Evangelio según san Marcos 2, 1-12
Entró de nuevo en Cafarnaúm; al poco tiempo había corrido la voz de que estaba en casa. Se agolparon tantos que ni siquiera ante la puerta había ya sitio, y él les anunciaba la Palabra. Y le vienen a traer a un paralítico llevado entre cuatro. Al no poder presentárselo a causa de la multitud, abrieron el techo encima de donde él estaba y, a través de la abertura que hicieron, descolgaron la camilla donde yacía el paralítico. Viendo Jesús la fe de ellos, dice al paralítico: «Hijo, tus pecados te son perdonados». Estaban allí sentados algunos escribas que pensaban en sus corazones: «¿Por qué éste habla así? Está blasfemando. ¿Quién puede perdonar pecados, sino Dios sólo?» Pero, al instante, conociendo Jesús en su espíritu lo que ellos pensaban en su interior, les dice: «¿Por qué pensáis así en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: "Tus pecados te son perdonados", o decir: "Levántate, toma tu camilla y anda?" Pues para que sepáis que el Hijo del hombre tiene en la tierra poder de perdonar pecados - dice al paralítico -: "A ti te digo, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa."» Se levantó y, al instante, tomando la camilla, salió a la vista de todos, de modo que quedaban todos asombrados y glorificaban a Dios, diciendo: «Jamás vimos cosa parecida». 

Oración introductoria
Padre y Señor mío, bien conoces mi fragilidad y lo difícil que me es guardar silencio y apartarme de las distracciones durante mi meditación. Permite que tu Espíritu Santo me lleve ante Ti, como lo logró el paralítico, y que sepa ser dócil a tu gracia.

Petición
Señor, ¡sáname!, para que sea tu discípulo y misionero.

Meditación del Papa Benedicto XVI
La misericordia es algo difícil de entender. Alguien podría preguntar: Pero, padre, ¿la misericordia no borra los pecados? No, lo que borra los pecados es el perdón de Dios. La misericordia es la forma como Dios perdona. Porque Jesús podía decir: 'Yo te perdono. ¡Vete!', como le ha dicho a aquel paralítico que le habían bajado desde el techo: ¡Tus pecados te son perdonados! Aquí dice: ¡Vete en paz! Jesús va más allá. Le aconseja de no volver a pecar. Aquí se ve la actitud misericordiosa de Jesús: defiende al pecador de sus enemigos; defiende al pecador de una condena justa. También nosotros, cuántos de nosotros, tal vez deberíamos ir al infierno, ¿cuántos de nosotros? Y esa condena es justa... y Él perdona más allá. ¿Cómo? Con esta misericordia.
La misericordia va más allá y transforma la vida de una persona de tal manera que el pecado sea dejado de lado. Es como el cielo: Nosotros miramos al cielo, tantas estrellas, tantas estrellas; pero cuando llega el sol, por la mañana, con tanta luz, las estrellas no se ven. Y así es la misericordia de Dios: una gran luz de amor, de ternura. Dios no perdona con un decreto, sino con una caricia, acariciando nuestras heridas del pecado. Porque Él está involucrado en el perdón, está involucrado en nuestra salvación. Y así Jesús hace de confesor: no la humilla, no le dice: 'Qué has hecho, dime ¿Y cuándo lo has hecho? ¿Y cómo lo has hecho? ¿Y con quién lo has hecho?' ¡No! 'Vamos, vamos y de ahora en adelante ¡no peques más!'. Es grande la misericordia de Dios, es grande la misericordia de Jesús. ¡Nos perdona acariciándonos! (Cf Homilía de S.S. Francisco, 7 de abril de 2014, en Santa Marta).
Reflexión
"El interés tiene pies". "Querer es poder". "El que quiere azul celeste que le cueste". Estas tres sentencias de la filosofía popular fueron aplicadas con éxito por los parientes del paralítico. Jesús estaba en una casa "atrapado" por las multitudes: imposible el acceso por los caminos convencionales. Así que: ¡fuera techo!

Los familiares del paralítico buscaban la salud para el cuerpo de un pariente. Jesús le dio más y le otorgó también la del alma, mucho más valiosa.

Propósito
En mi oración, pedir a Dios que aumente mi fe.

Diálogo con Cristo
Sólo Tú puedes devolver a nuestras vidas el estado de gracia. Sólo Tú curas nuestras heridas con el bálsamo de tu amor. ¡Qué afortunados somos, pues no tenemos que desmantelar tejados para obtener tu perdón!

Nosotros mismos podemos acudir sin que nadie tenga que llevarnos...

HOJAS DEL CALENDARIO


Hojas del Calendario




Acostumbro tener un calendario del cual día a día arranco la hoja del día anterior.

Algo bastante simple, excepto cuando dejé de hacerlo por un par de meses, y al tratar de arrancar todas las hojas atrasadas no pude hacerlo, pues una a la vez es fácil, pero todas juntas es muy diferente.

Lo mismo sucede con nosotros cuando no nos perdonamos día a día, o cuando guardamos rencores o sufrimientos.

Muchas veces nosotros mismos no nos perdonamos errores y decidimos cargarlos en silencio, haciendo cada vez más difícil la tarea de arrancarlos de nuestras vidas.

Pero no acumules más hojas de tu vida; decide hoy arrancarlas de ti y ser libre, pues para eso fuiste hecho.

No acumules tus penas y camina hacia adelante cada dia, junto a quien ya pagó por todas y cada una de faltas en una cruz. 

LECTURAS BÍBLICAS PARA EL SEGUNDO DOMINGO DE TIEMPO ORDINARIO, 17 DE ENERO 2016 - CICLO C

2º Domingo del Tiempo Ordinario – Ciclo C
Domingo 17 de Enero de 2016

“Haced lo que él diga”


Primera lectura
Lectura del Profeta Isaías 62, 1-5

Por amor de Sión no callaré, por amor de Jerusalén no descansaré, hasta que rompa la aurora de su justicia y su salvación llamee como antorcha. Los pueblos verán tu justicia, y los reyes, tu gloria; te pondrán un nombre nuevo, pronunciado por la boca del Señor. Serás corona fúlgida en la mano del Señor y diadema real en la palma de tu Dios. Ya no te llamarán «abandonada», ni a tu tierra «devastada»; a ti te llamarán «Mi favorita», y a tu tierra «Desposada»; Porque el Señor te prefiere a ti y tu tierra tendrá marido. Como un joven se casa con su novia, así te desposa el que te construyó; la alegría que encuentra el marido con su esposa, la encontrará tu Dios contigo.

Palabra de Dios    

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Salmo

Salmo Responsorial: 95, 1-2a. 2b-3. 7-8a. 9-10a y c

R/. Contad a todos los pueblos las maravillas del Señor

Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, toda la tierra;
cantad al Señor, bendecid su nombre. R/

Proclamad día tras día su victoria,
contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones. R/

Familias de los pueblos, aclamad al Señor,
aclamad la gloria y el poder del Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor. R/

Postraos ante el Señor en el atrio sagrado,
tiemble en su presencia la tierra toda.
Decid a los pueblos: «El Señor es rey,
él gobierna a los pueblos rectamente». R/

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Segunda lectura
Lectura de los Hechos de los Apóstoles 10, 34-38

Hermanos:

Hay diversidad de dones, pero un mismo Espíritu; hay diversidad de servicios, pero un mismo Señor;  y hay diversidad de funciones, pero un mismo Dios que obra todo en todos. En cada uno se manifiesta el Espíritu para el bien común. Y así uno recibe del Espíritu el hablar con sabiduría; otro, el hablar con inteligencia, según el mismo Espíritu. Hay quien, por el mismo Espíritu, recibe el don de la fe; y otro, por el mismo Espíritu, don de curar. A éste le han concedido hacer milagros; a aquél, profetizar. A otro, distinguir los buenos y malos espíritus. A uno, el lenguaje arcano; a otro, el don de interpretarlo. El mismo y único Espíritu obra todo esto, repartiendo a cada uno en particular como a él le parece.

Palabra de Dios

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Lectura del santo Evangelio según San Juan 2, 1-12

En aquel tiempo, había una boda en Caná de Galilea y la madre de Jesús estaba allí; Jesús y sus discípulos estaban también invitados a la boda.
Faltó el vino y la madre de Jesús le dijo:
–No les queda vino.
Jesús le contestó:
–Mujer, déjame, todavía no ha llegado mi hora.
Su madre dijo a los sirvientes:
–Haced lo que él diga.
Había allí colocadas seis tinajas de piedra, para las purificaciones de los judíos, de unos cien litros cada una.
Jesús les dijo:
–Llenad las tinajas de agua.
Y las llenaron hasta arriba.
Entonces les mandó:
–Sacad ahora, y llevádselo al mayordomo.
Ellos se lo llevaron.
El mayordomo probó el agua convertida en vino sin saber de dónde venía (los sirvientes sí lo sabían, pues habían sacado el agua), y entonces llamó al novio y le dijo:
–Todo el mundo pone primero el vino bueno y cuando ya están bebidos, el peor; tú en cambio has guardado el vino bueno hasta ahora.
Así, en Caná de Galilea Jesús comenzó sus signos, manifestó su gloria y creció la fe de sus discípulos en él.
Después bajó a Cafarnaúm con su madre y sus hermanos y sus discípulos, pero no se quedaron allí muchos días.

Palabra del Señor


Evangelio Comentado por:
José Antonio Pagola
Jn 2, 1-12

LENGUAJE DE GESTOS

El evangelista Juan no dice que Jesús hizo «milagros» o «prodigios». Él los llama «signos» porque son gestos que apuntan hacia algo más profundo de lo que pueden ver nuestros ojos. En concreto, los signos que Jesús realiza, orientan hacia su persona y nos descubren su fuerza salvadora.

Lo sucedido en Caná de Galilea es el comienzo de todos los signos. El prototipo de los que Jesús irá llevando a cabo a lo largo de su vida. En esa «transformación del agua en vino» se nos propone la clave para captar el tipo de transformación salvadora que opera Jesús y el que, en su nombre, han de ofrecer sus seguidores.

Todo ocurre en el marco de una boda, la fiesta humana por excelencia, el símbolo más expresivo del amor, la mejor imagen de la tradición bíblica para evocar la comunión definitiva de Dios con el ser humano. La salvación de Jesucristo ha de ser vivida y ofrecida por sus seguidores como una fiesta que da plenitud a las fiestas humanas cuando estas quedan vacías, «sin vino» y sin capacidad de llenar nuestro deseo de felicidad total.

El relato sugiere algo más. El agua solo puede ser saboreada como vino cuando, siguiendo las palabras de Jesús, es «sacada» de seis grandes tinajas de piedra, utilizadas por los judíos para sus purificaciones. La religión de la ley escrita en tablas de piedra está exhausta; no hay agua capaz de purificar al ser humano. Esa religión ha de ser liberada por el amor y la vida que comunica Jesús.

No se puede evangelizar de cualquier manera. Para comunicar la fuerza transformadora de Jesús no bastan las palabras, son necesarios los gestos. Evangelizar no es solo hablar, predicar o enseñar; menos aún, juzgar, amenazar o condenar. Es necesario actualizar, con fidelidad creativa, los signos que Jesús hacía para introducir la alegría de Dios haciendo más dichosa la vida dura de aquellos campesinos.

A muchos contemporáneos la palabra de la Iglesia los deja indiferentes. Nuestras celebraciones los aburren. Necesitan conocer más signos cercanos y amistosos por parte de la Iglesia para descubrir en los cristianos la capacidad de Jesús para aliviar el sufrimiento y la dureza de la vida.

¿Quién querrá escuchar hoy lo que ya no se presenta como noticia gozosa, especialmente si se hace invocando el evangelio con tono autoritario y amenazador? Jesucristo es esperado por muchos como una fuerza y un estímulo para existir, y un camino para vivir de manera más sensata y gozosa. Si solo conocen una «religión aguada» y no pueden saborear algo de la alegría festiva que Jesús contagiaba, muchos seguirán alejándose.



LA MÍSTICA DEL TIEMPO ORDINARIO


La mística del Tiempo Ordinario
Ninguna lágrima ni sonrisa se pierden; por el contrario, humanizan la existencia


Por: Ángel Moreno de Buenafuente | Fuente: www.revistaecclesia.com 



La celebración reciente de la Navidad nos ha regalado las claves para vivir cada día la belleza de lo doméstico y cotidiano. Los adornos perecederos de los belenes, que nos han acompañado y transmitido un clima de hogar cálido, nos revelan cómo lo más ordinario tiene virtualidad para convertirse en referencia entrañable.
Si al levantarme cada mañana, en vez de sentir el tedio, la pereza, la desgana, la inercia, el miedo a una nueva jornada, el peso del trabajo, la dureza de las relaciones interpersonales, acierto a traer a la memoria el canto del salmista: “Oh Dios, Tú eres mi Dios, por ti madrugo”, todo será diferente, y alcanzará una posibilidad de ofrenda amorosa, agradecida, y la jornada se convertirá en oportunidad para construir, en colaboración con el Hacedor de todas las cosas, un mundo más habitable.
Si cada mañana, cuando te dispones a ir a trabajar, al poner los pies en la calle, según dónde vivas, ante el impacto del tráfico o de la soledad, del frío o del aire contaminado, te atreves a encarar la jornada como gesto solidario con tantos que quizá no pueden levantarse, o no tienen dónde poner sus manos y sentir la dignidad de quien ejerce una tarea profesional, sentirás la bendición que significa ganar el pan de cada día y te llenarás de compasión.
No te enfeudes en tus problemas, ni te evadas en tu individualismo; la humanidad necesita el mensaje de los que interpretan todo acontecimiento de manera trascendente y no perecen en la limitación material de los hechos, sino que todo los mueve a la solidaridad con los próximos y con los lejanos. Ninguna lágrima ni sonrisa se pierden; por el contrario, humanizan la existencia.
La esperanza es un regalo de la fe, y si lo ordinario puede introducirnos en una estancia sobria, discreta, cabe que hasta algo penosa, por la virtud teologal que se desprende del acontecimiento celebrado en Navidad -el Verbo de Dios hecho hombre-, todo queda abierto a la providencia y a la presencia del Misterio, hasta en lo más doméstico e íntimo que suceda.
La casa de Nazaret se convierte en este tiempo en escuela y en enseñanza para saber trascender el silencio, la soledad, el trabajo, la convivencia familiar, las relaciones sociales, el tiempo hacendoso, en proyecto fecundo, en crecimiento personal, en experiencia de madurez, en necesidad de misericordia, en sabiduría acrisolada.
Mira la naturaleza: ella te enseña a permanecer y a esperar el ciclo del retorno del tiempo de la flor y de la cosecha. Ahora es tiempo de siembra, y de espera agradecida. No sucumbas por dejarte conducir por los que solo valoran la historia de manera presentista, sin horizonte.

¿DUDAR DE LA FE?


¿Dudar de la fe?
¿Cómo es posible que Dios exista, y Dios prometa, y Dios premie, cuando vemos y experimentamos todo lo contrario? 


Por: Pedro García, misionero claretiano | Fuente: Catholic.net 



El Catecismo de la Iglesia Católica nos propone un punto de meditación sobre la fe que, más que una lección, parece una arenga. Viene a decirnos:
- ¡Vivan la fe, que es vivir ya la felicidad de la vida eterna! ¡No tengan miedo a las dudas de la fe, que se hace más fuerte cuanto es más probada! ¡Miren a la Virgen María, la más valiente porque fue la más probada en su fe!...

¿Es cierto eso de que en el Cielo no veremos más de lo que ahora creemos? Segurísimo. Y si ahora creemos y poseemos en fe lo que entonces veremos cara a cara cuando contemplemos a Dios tal como el Él, la diferencia entre esta vida y la venidera no es más que accidental: es cuestión solamente de detalle...

Lo que ahora vemos en espejo, resulta que ya lo poseemos dentro de nosotros. Somos tan ricos como lo seremos en el Cielo, como nos sigue diciendo el gran Catecismo:
- Por lo mismo, la fe es ya el comienzo de la vida eterna. Es como si poseyéramos ya las cosas maravillosas de que nuestra fe nos asegura que gozaremos un día.

¿No hay para entusiasmarse? ¿No hay para defender la fe hasta con las uñas y los dientes, si fuera preciso?...

Pero el Catecismo de la Iglesia Católica nos advierte prudentemente:
- La fe puede ser puesta a prueba. El mundo en que vivimos parece con frecuencia muy lejos de lo que la fe nos asegura; las experiencias del mal y del sufrimiento, de las injusticias y de la muerte parecen contradecir la buena nueva, pueden estremecer la fe y llegar a ser para ella una tentación.

No necesitamos discurrir mucho para dar la razón a estas palabras del Catecismo. Lo vemos cada día en muchos hermanos que sufren, y nosotros mismos experimentamos a veces esta duda y esta tentación. Son muchos los que se dicen:
- ¿Cómo es posible todo eso tan bonito de la vida futura, cuando vemos en el mundo tanto mal, y nosotros mismos somos víctimas de tantas dificultades? ¿Cómo es posible que Dios exista, y Dios prometa, y Dios premie, cuando vemos y experimentamos todo lo contrario? ¿No será todo una ilusión? ¿Cómo me puede amar Dios, si la realidad de cada día más parece una persecución que una providencia?...

San Vicente de Paúl sentía esta tentación contra la fe. Cuando le asaltaba la duda, se decía enérgico:
- ¡Creo! ¡Creo!...
Y acompañó sus palabras con un gesto expresivo. Escribió en un papel el Credo. Lo plegó, lo cosió dentro del bolsillo, y cuando el asaltaban las dudas, echaba la mano al bolsillo, apretaba el papelito misterioso, y, como decimos con nuestro lenguaje vulgar, el demonio de la duda tenía que huir con el rabo entre las patas...

Mirando la Biblia, contemplamos en el Antiguo Testamento al padre de todos los creyentes, a Abraham, del que nos dice San Pablo que creyó contra toda esperanza.

Si del Antiguo pasamos al Nuevo Testamento, nos sigue diciendo el Catecismo de la Iglesia Católica, contemplamos a María. ¡Quien lo iba a decir! María, la bendita Madre del Señor, fue también quien sufrió la prueba más terrible. Las sombras en la noche de la fe llegaron en María a una densidad aterradora.
- ¿El Hijo de mis entrañas, mi Jesús, del que me dijo el Angel que sería el Hijo del Altísimo, está ahora muerto y encerrado en un sepulcro, abandonado de sus discípulos, con sólo cuatros amigos y amigas impotentes a su alrededor?... Y, sin embargo, es Él, el Hijo de Dios, y yo espero verlo resucitado, aunque todas las apariencias estén en contra de su palabra...

Esto se decía María, modelo nuestro inigualable en la peregrinación de la fe.
Creyó ahora en el Calvario, igual que había creído que iba a ser madre permaneciendo virgen...

Nunca vio nada, y mereció de Dios por Isabel el mayor elogio de la fe:
- ¡Dichosa tú que has creído!...

Algunos desaprensivos dicen que Jesús puso al mismo nivel nuestro a María su Madre cuando elogió la fe de los creyentes, y cuando contestó a la mujer que bendecía los pechos que lo amamantaron. Muy al contrario, entonces Jesús tributó a María la máxima alabanza y la puso sobre todos los creyentes, pues nadie como María escuchó la Palabra y respondió tan fielmente como Ella. María fue doblemente Madre de Jesús: porque lo concibió en su seno y lo amamantó, y porque guardó la Palabra como nadie.

Hoy el católico, al ver criticada y perseguida su Iglesia, y triunfantes a su alrededor facciones llenas de errores, se halla en esa situación de María. ¿Habrá Cristo abandonado su Iglesia?... ¡Calma! Jesús aparenta estar muerto, pero está más vivo que nunca...

Ante los dos ejemplos de Abraham y María, seguidos por tantos que han sufrido pruebas mucho más duras que las nuestras, acaba diciéndonos el Catecismo de la Iglesia Católica con palabras de la carta a los Hebreos:
- Sacudamos todo lastre y el pecado que nos asedia, y corramos con fortaleza la prueba que se nos propone, fijos los ojos en Jesús, el que inicia y consuma nuestra fe.

Cuando hablamos de la tentación de la fe, no podemos menos de hablar así, valientemente, en plan de arenga, para entusiasmarnos. La conquista de la fe es a base de lucha, y sólo quien combate bien es condecorado..

CIC, 163-165. 1Cor. 13,12. 1Jn.3,2. 2Cor. 5,7. 1Cor. 13,12. Rom. 4,18. Mc. 3,31-35. Luc. 11,27-28. Hbr. 12,2.

SIETE MANERAS DE CRIAR HIJOS INFELICES


7 maneras de criar hijos infelices 
¿Qué padre o madre –en su sano juicio– no buscan a toda costa la felicidad de sus hijos? Y sin embargo, su comportamiento denota muchas veces lo contrario. 


Por: P. Adolfo Güémez, L.C. | Fuente: Catholic.net 




El título de este artículo ya es de por sí ridículo. ¿Qué padre o madre –en su sano juicio– no buscan a toda costa la felicidad de sus hijos? Y sin embargo, su comportamiento denota muchas veces lo contrario.


Voy a mencionar 7 conductas que sin duda harán que el futuro de tus hijos sea infeliz:


1. Dales todo lo que te pidan: los hijos son caprichosos por naturaleza. Siempre lo han
sido. Exigen lo que quieren, y si no… ¡ya saben que palito tirar para que sus papás se
derrumben a sus pies! El problema no son ellos. El problema son los padres, que antes eran capaces de resistir a sus presiones, pero que hoy se doblan ante esos pequeños tiranos con más facilidad que un popote.

2. Evítales toda frustración: el instinto de un papá o mamá es el de proteger a sus hijos de todo peligro. Y eso está bien. Pero una cosa es la protección, y otra la sobreprotección. Cuando se busca que los niños simplemente no tengan ningún contratiempo, estás haciéndoles vivir en un mundo ilusorio. Y tarde o temprano tú no estarás ahí cuando les toque conocer el de verdad. A los niños hay que educarlos. Y esto significa también enseñarles a superar las dificultades, a defenderse de las agresiones, a proteger a los débiles, a compartir con el que no tiene, aunque conlleve una renuncia. No seas fácil en resolverles todos sus problemas. Deja que aprendan. Como dice el viejo proverbio: «No les des el pescado, mejor enséñales a pescar».

3. Sé el primero en romper las reglas: en toda casa deben de existir reglas. Y los primeros obligados a cumplirlas deben ser los padres. Cuando le pides a tu hijo algo que tú mismo no eres capaz de hacer, estás dañando tu propia autoridad. Y viceversa, si eres el primero que cumples lo que dices, entonces generarás una gran admiración y emulación de parte de ellos.


4. Muéstrate perfecto: claro que tú también te equivocas, pero no por eso eres peor persona. Aprovecha tus errores para enseñarles a tus hijos lo que no deben de hacer. El peor error es esconder con vergüenza los propios errores.

5. Llénalos de cosas: vivimos en un mundo materialista, y esto nos influye fuertemente.
Creemos que el cariño se demuestra sobre todo con regalos. ¡Nada más equivocado! El verdadero amor es incondicional, y si tú, para expresar amor o sentirte querido siempre lo haces con regalos, entonces tus hijos crecerán pensando que para amar antes tienen que recibir algo. Acostúmbralos a descubrir que hay personas y acciones por las que vale la pena darlo todo, aunque uno no reciba nada a cambio.

6. Confundir inteligencia con madurez: es muy fácil escuchar a papás que dicen: «Es que mi hijo es muy inteligente. Por eso siempre me saca lo que quiere». No puedes permitirte esto. Aunque a veces pareciera que piensan más rápido que tú, que tienen preguntas que no sabes, que sacan conclusiones asombrosas, no confundas esto con la madurez, que es la capacidad de ser responsables, de actuar de acuerdo a la palabra dada. Una pregunta difícil no los hace superiores a ti.

7. Trata a Dios como si sólo existiera los domingos: si tu relación con Dios se limita a la misa dominical y poco más, viviendo el resto de la semana como si no existiera, entonces estrás generando una dicotomía muy fuerte en su alma. Los niños saben que Dios es lo más importante. Que está vivo. Que toca todos los aspectos de la vida. Es por esto que deben ver esto reflejado también en ti: en la manera en que das gracias, en que encomiendas tu día, enque bendices los alimentos, en que te confiesas, comulgas, etc.

SOR LUCÍA, LA ÚLTIMA VIDENTE DE FÁTIMA, UN PASO MÁS CERCA DE LA BEATIFICACIÓN


Sor Lucía, la última vidente de Fátima, un paso más cerca de la beatificación


 (ACI).- El sitio web del Santuario de la Virgen de Fátima (Portugal) informó que la fase diocesana del proceso de beatificación de Sor Lucía de Jesús, la última de los tres pastorcitos videntes de la Madre de Dios, terminará a fines de este año.

“No tengo certezas, pero estamos trabajando para que se reconozca la complejidad que envuelve la historia de vida de Lucía (…) Este año terminaremos el proceso que tendrá que ser traducido al italiano conforme a las exigencias de la Congregación para la Causa de los Santos”, explicó Sor Ángela Coelho, vice postuladora de la causa de beatificación.

Sobre la decisión que se tome en Roma para la beatificación de la vidente, la religiosa señaló que este proceso “no deberá ser resuelto hasta el centenario de las apariciones” que se celebrará en 2017.

Asimismo, indicó que aparte de investigar las cartas de Sor Lucía, el proceso incluye el testimonio de personas que la conocieron o con las que vivió.

“Son más de 70 mil cartas recibidas y respondidas por la hermana Lucía a partir de la década de los 80. Estas provienen de todas partes del mundo y sus autores van desde ciudadanos anónimos hasta Papas, pasando por cardenales, embajadores y otros”, explicó.



Para la vice postuladora, este también “es un proceso complejo debido al tiempo en que ella vivió: dos guerras mundiales, la Guerra Civil Española, la ascensión y caída de la Unión Soviética y las preocupaciones que tenía”.

“Creo que, en su celda, esta religiosa llevaba los dolores del mundo en el siglo XX, además de los dolores personales”, manifestó Sor Ángela.

Además, resaltó que “toda la atención que le dedicamos y la seriedad y la consideración con que hacemos este trabajo son fundamentales” y dijo que “el tiempo que estamos aplicando en el proceso beneficia a Lucía, pero también beneficia al mensaje de Fátima”.

En este proceso están colaborando 15 teólogos de varias nacionalidades que se han dedicado a estudiar de la correspondencia de la vidente y que procuran “superar algunos obstáculos para facilitarle el trabajo a Roma”.

"Este cuidado que siempre hemos tenido está ligado a una afirmación inequívoca: es una santa y la Iglesia tiene que darse cuenta de esto y debe tener esa certeza para beatificarla", dijo.

Aparte del proceso de beatificación de Sor. Lucía, hay una gran expectativa sobre el proceso de canonización de los otros dos videntes: los beatos Francisco y Jacinta. Se espera que concluya en Roma para la conmemoración el centenario de las apariciones.

En abril de 2015 el Obispo de Leiría-Fátima, Mons. Antonio Augusto dos Santos Marto, afirmó que el Papa Francisco irá a Portugal para esas celebraciones.

Sor Lucía falleció en 2005 y su proceso de beatificación se inició en 2008, luego que el Papa Benedicto XVI diera luz verde para no ceñirse a la norma que exige el transcurso de cinco años después de la muerte de la persona, algo similar al caso de la Madre Teresa de Calcuta.