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viernes, 20 de noviembre de 2015

EL EVANGELIO DE HOY: VIERNES 20 DE NOVIEMBRE DEL 2015



Mi casa es casa de oración
Tiempo Ordinario


Lucas 19, 45-48. Tiempo Ordinario. A la Iglesia hemos de acudir con la confianza de un niño pero con un corazón que ore y busque el encuentro con Dios. 


Por: P. Clemente González | Fuente: Catholic.net 



Del santo Evangelio según san Lucas 19, 45-48
Entrando en el Templo, comenzó a echar fuera a los que vendían, diciéndoles: «Está escrito: Mi casa será casa de oración. ¡Pero vosotros la habéis hecho una cueva de bandidos!» Enseñaba todos los días en el Templo. Por su parte, los sumos sacerdotes, los escribas y también los notables del pueblo buscaban matarle, pero no encontraban qué podrían hacer, porque todo el pueblo le oía pendiente de sus labios.

Oración introductoria
Señor, así como purificaste el templo de Jerusalén, te suplico vengas hoy a este encuentro en la oración para que me muestres qué tengo que expulsar de mi vida para quedar purificado, reconciliado, digno de Ti, porque anhelo que vengas hacer en mí tu morada.

Petición
Espíritu Santo, ilumina mi entendimiento para conocer la voluntad divina sobre mí.

Meditación del Papa Francisco
Los explotadores, los comerciantes en el templo, explotan también el lugar sagrado de Dios para hacer negocios: cambian las monedas, venden los animales para el sacrificio, también entre ellos se vuelven como un sindicato para defender.
Esto no solo era tolerado, sino también permitido por los sacerdotes del templo. Son los que hacen de la religión un negocio. En la Biblia está la historia de los hijos de un sacerdote que empujaban a la gente a dar ofrendas y ganaban mucho, también de los pobres. Y Jesús dice: Mi casa será llamada casa de oración. Vosotros, sin embargo, la habéis convertido en una cueva de ladrones.
De este modo, la gente que iba en peregrinación allí a pedir la bendición del Señor, a hacer un sacrificio, era explotada. Los sacerdotes allí no enseñaban a rezar, no les daban catequesis… Era una cueva de ladrones. No sé si nos hará bien pensar si con nosotros ocurre algo parecido. No lo sé. Es utilizar las cosas de Dios por el propio beneficio. (Cf Homilía de S.S. Francisco, 29 de mayo de 2015, en Santa Marta).
Reflexión
El pasaje de hoy nos muestra una cara de Jesús muy sorprendente. Tras haber llorado por Jerusalén, parece contradictorio contemplar un primer momento de ternura y otro de dureza casi seguidos en el tiempo.

Los sumos sacerdotes, los escribas y notables del pueblo saben muy bien de qué se trata todo esto y quieren quitarlo de en medio, que no les paralice ni boicotee sus negocios.

Parece que Jesús se enfada con mercaderes y vendedores, y en parte es así. Pero su enfado no viene por su profesión, su enfado no va dirigido a los de fuera del templo, va dirigido a los de dentro. Esto que parece una apreciación sin importancia la tiene y mucha, pues el mensaje que Jesús quiere transmitir va encaminado a cada uno de nosotros. Sí, a cada uno de los cristianos que vamos a visitar el templo, a cada uno de los sacerdotes y religiosos que sirven de manera especial al Señor y a cada uno de los que llevan la iglesia con una responsabilidad mayor y de dirección. El mensaje es único: " mi casa es casa de oración ". ¿Qué querrá decirnos Jesús con esto? Quizás esté pensando en las personas que muchas veces usamos la iglesia como medio para nuestros intereses, quizás esté pensando en cada hijo suyo que frecuenta los sacramentos y no se acaba de convencer de que lo importante verdaderamente es servir sin ser visto, sin sacar tajada, sin que nadie lo note.

A la Iglesia hemos de acudir de puntillas, con la confianza de un niño pero con un corazón que ore, que busque el encuentro verdadero con Dios, y no con los hermanos que pueden terminar en negociaciones ajenas al dueño de la casa. La Iglesia indudablemente es un misterio, y está llena de humanidad, y cuenta con fallos humanos.

Con nuestra vida sincera y sencilla y nuestra actitud orante formamos también esa otra Iglesia, que es la que vale: la Iglesia de los Santos, la Iglesia que es camino de Salvación, la Iglesia compañera nuestra en la gran aventura de encontrarnos con Dios.

Propósito
Acudir a la Iglesia con la confianza de un niño, pero con un corazón que ore, que busque el encuentro verdadero con Dios.

Diálogo con Cristo 
¡Gracias Padre, Señor del cielo y de la tierra, por este momento de oración! ¡Gracias por el don de tu amistad, de tu gracia y de tu misericordia! No quiero escatimar esfuerzo alguno por crecer en mi vida de oración, con tu gracia, lo podré lograr.

LECTURAS BÍBLICAS DEL DOMINGO 22 DE NOVIEMBRE 2015 - JESUCRISTO, REY DEL UNIVERSO - CICLO B

Jesucristo, Rey del Universo – Ciclo B
Domingo 22 de Noviembre de 2015

“El reino nace entre espinas y no entre laureles”

Odres Nuevos Evangelio 22 noviembre color



Primera lectura

Lectura del Profeta Daniel 7, 13-14

Mientras miraba, en la visión nocturna vi venir en las nubes del cielo como un hijo de hombre que se acercó al anciano y se presentó ante él.
Le dieron poder real y dominio; todos los pueblos, naciones y lenguas lo respetarán. Su dominio es eterno y no pasa, su reino no tendrá fin.

Palabra de Dios    

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Salmo

Salmo Responsorial: 92, 1ab. 1c-2. 5

R/. El Señor reina, vestido de majestad.

El Señor reina, vestido de majestad,
el Señor, vestido y ceñido de poder.
Así está firme el orbe y no vacila. R/

Tu trono está firme desde siempre,
y tú eres eterno. R/

Tus mandatos son fieles y seguros,
la santidad es el adorno de tu casa,
Señor, por días sin término. R/



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Segunda lectura

Lectura del Libro del Apocalipsis 1, 5-8

A Jesucristo, el Testigo fiel, el Primogénito de entre los muertos, el Príncipe de los reyes de la tierra.
A aquel que nos amó, nos ha liberado de nuestros pecados por su sangre, nos ha convertido en un reino y hecho sacerdotes de Dios, su Padre. A Él, la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén. ¡Mirad! Él viene en las nubes. Todo ojo lo verá; también los que le atravesaron. Todos los pueblos de la tierra se lamentarán por su causa. Sí. Amén. Dice Dios: «Yo soy el Alfa y la Omega, el que es, el que era y el que viene, el Todopoderoso.»

Palabra de Dios


Lectura del santo Evangelio según San Juan 18, 33-37

En aquel tiempo, preguntó Pilato a Jesús:
–¿Eres tú el rey de los judíos?
Jesús le contestó:
–¿Dices eso por tu cuenta o te lo han dicho otros de mí?
Pilato replicó:
–¿Acaso soy yo judío? Tu gente y los sumos sacerdotes te han entregado a mí: ¿Qué has hecho?
Jesús le contestó:
–Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mi guardia habría luchado para que no cayera en manos de los judíos. Pero mi reino no es de aquí.
Pilato le dijo:
–Conque, ¿tú eres rey?
Jesús le contestó:
–Tú lo dices: Soy Rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo; para ser testigo de la verdad. Todo el que es de la verdad, escucha mi voz.

Palabra del Señor

Evangelio Comentado por:
José Antonio Pagola
Jn, 18, 33-37

EXAMEN ANTE EL TESTIGO DE LA VERDAD

Dentro del proceso en el que se va a decidir la ejecución de Jesús, el evangelio de Juan ofrece un sorprendente diálogo privado entre Pilato, representante del imperio más poderoso de la Tierra y Jesús, un reo maniatado que se presenta como testigo de la verdad.

Precisamente Pilato quiere, al parecer, saber la verdad que se encierra en aquel extraño personaje que tiene ante su trono: «¿Eres tú el rey de los judíos?». Jesús va a responder exponiendo su verdad en dos afirmaciones fundamentales, muy queridas al evangelista Juan.

«Mi reino no es de este mundo». Jesús no es rey al estilo que Pilato puede imaginar. No pretende ocupar el trono de Israel ni disputar a Tiberio su poder imperial. Jesús no pertenece a ese sistema en el que se mueve el prefecto de Roma, sostenido por la injusticia y la mentira. No se apoya en la fuerza de las armas. Tiene un fundamento completamente diferente. Su realeza proviene del amor de Dios al mundo.

Pero añade a continuación algo muy importante: «Soy rey… y he venido al mundo para ser testigo de la verdad». Es en este mundo donde quiere ejercer su realeza, pero de una forma sorprendente. No viene a gobernar como Tiberio sino a ser «testigo de la verdad» introduciendo el amor y la justicia de Dios en la historia humana.

Esta verdad que Jesús trae consigo no es una doctrina teórica. Es una llamada que puede transformar la vida de las personas. Lo había dicho Jesús: «Si os mantenéis fieles a mi Palabra… conoceréis la verdad y la verdad os hará libres». Ser fieles al Evangelio de Jesús es una experiencia única pues lleva a conocer una verdad liberadora, capaz de hacer nuestra vida más humana.

Jesucristo es la única verdad de la que nos está permitido vivir a los cristianos.

· ¿No necesitamos en la Iglesia de Jesús hacer un examen de conciencia colectivo ante el «Testigo de la Verdad»?

· ¿Atrevernos a discernir con humildad qué hay de verdad y qué hay de mentira en nuestro seguimiento a Jesús?

· ¿Dónde hay verdad liberadora y dónde mentira que nos esclaviza?

· ¿No necesitamos dar pasos hacia mayores niveles de verdad humana y evangélica en nuestras vidas, nuestras comunidades y nuestras instituciones?

ES LA HORA


ES LA HORA 



Es la hora, en esta historia nuestra de cada día, de ser testigos de Cristo por eso testigos de la Vida.

Testigos del que lo dio todo en un madero por un amor entrañable a todos los hombres, pero sobre todo el hombre en el dolor.

Testigos del que fue levantado del sepulcro y se puso en pie marcando un rumbo claro y gritándonos que al amor “ni la misma muerte lo puede matar”.

Testigos de que hay alguien que abrazado por el Padre, nos abraza también a nosotros porque nos ama.

Testigos de que alguien nos quiere, que nos ira, se involucra y acompaña nuestro andar, muchas veces a los tumbos.

Jesús resucitado nos llama a ser testigos que comuniquen la experiencia de la Buena Nueva del Evangelio: esa manera nueva de ver las cosas desde los ojos de Jesús.

Testigos que muestran una nueva manera de pensar, de sentir, amar, actuar, como lo hizo Jesús.

Testigos que se animan a un nuevo estilo de vida que se convierte en cuestionamiento de otros estilos de vida que terminan siendo estilos de muerte.


Mons. Eduardo García

HAY VIDA MÁS ALLÁ DEL WHATSAPP


Hay vida más allá del WhatsApp




Luego de un tiempo de esfuerzo tuve que darme por vencido y volver a instalar WhatsApp en mi celular. Saturado al recibir demasiados mensajes innecesarios e inoportunos y por leer toda la basura que manda gente más desocupada que uno, a mediados de agosto decidí borrar la bendita aplicación, convertida en un motivo de molestia permanente.

El hecho de que cualquier persona que tenga el número celular de uno se sienta con derecho a escribirle a cualquier hora para decirle cualquier cosa, o para incluirlo en un grupo que a usted no le interesa, me resultaba muy molesto. Si a eso se suma la ansiedad que causamos o que sentimos cuando no hay respuesta inmediata a ese mensaje que ya tiene doble chulo azul, la situación se vuelve aún más crítica.

Para acabar de completar, la adicción a WhatsApp no solo lo convierte a uno en una persona menos productiva sino que puede transformarlo en un perfecto antisocial que no se relaciona cara a cara con nadie y en un maleducado que nunca levanta la mirada por estar tecleando frenéticamente con sus pulgares.

Sin embargo, aunque tuve que dar marcha atrás –sobre todo por razones de trabajo– este breve autoexilio digital me dejó varias enseñanzas. En primer lugar, las semanas que estuve alejado de WhatsApp me sirvieron para recuperar buena parte de mi tranquilidad cotidiana. Los valiosos minutos que antes dedicaba a revisar periódicamente el teléfono para ver si me habían entrado mensajes los pude destinar a otras actividades más gratas o más fructíferas.

También me di cuenta de que en un alto porcentaje los chats, lejos de ser imprescindibles, terminan convertidos en una perdedera de tiempo. Asuntos que para su trámite requieren treinta minutos por WhatsApp se pueden resolver en treinta segundos con una simple llamada.

Además, las cuestiones de veras importantes no llegan por un chat y muchas de las que llegan por esa vía pierden su intensidad o su verdadero significado. La vida real no está en las redes sociales, sino en las miradas, en el contacto, en el aliento, en la voz, en las sonrisas, en los gestos, en los suspiros, en los abrazos o en las lágrimas; no en unas figuritas amarillas que hoy por hoy se les mandan por igual al compañero de trabajo, a la familia, a la novia o al señor que cuida el perro.

No es lo mismo decir “te quiero” en persona –o incluso por teléfono– que enviar corazoncitos o caritas felices por WhatsApp. No nos digamos mentiras: ninguna colección de ‘emojis’ va a reemplazar jamás el impacto de unos ojos aguados ni la emoción de una voz entrecortada por la alegría o el dolor.

No puedo negar que WhatsApp es una plataforma muy útil, sobre todo para comunicarse desde y hacia otro país, pero sería interesante saber qué porcentaje de los 54.000 millones de mensajes que se envían a diario valen la pena o cuántos de sus más de 800 millones de usuarios están dejando pasar la vida sin darse cuenta, por estar pegados a la pantalla del celular.


Vladdo en El Tiempo

EL PAPA ES UNIVERDAL


El Papa es «universal»
Entre menos interpretaciones, definiciones y hermenéutica se propongan sobre Papa Francisco, más eficaz será el servicio que cada católico puede ofrecer a su ministerio


Por: Un análisis de Luis Badilla de «Il Sismografo» | Fuente: vaticaninsider.lastampa.it 




Recordar y subrayar que Papa Francisco es «jesuita y latinoamericano», en particular durante los primeros meses del Pontificado, no solo era justo y oportuno, sino también necesario. Se trataba de «contarle» al pueblo de Dios y al mundo quién era el nuevo Sucesor de Pedro. Pero hacer que estas dos connotaciones del Papa se conviertan en una especie de «absolutos» que desplegar en cualquier ocasión se está volviendo contraproducente y, tal vez, sería oportuno reflexionar sobre algunas observaciones que se escuchan cada vez más.

1) La primera, más bien descontada, recuerda que el Papa, en definitiva, es «universal», y que desde el momento de su elección, de cierta manera, se «separa», en cuanto Obispo de Roma y por servir a la Iglesia que debe guiar, de cualquier connotación anterior. Claro, Francisco sigue y seguirá, por siempre, siendo «jesuita y latinoamericano», pero si esto es presentado, subrayado, desplegado como una letanía de formulario acaba por enjaular justamente a aquel que (el Pontífice) no puede ni debe ser enjaulado. Enjaular al Papa es la peor manera de ponerse al servicio de su misión, aunque sea por buenas intenciones.

2) Subrayar que el Papa es jesuita-ignaciano o latinoamericano-sudamericano puede ayudar a comprender determinados pasajes del Pontificado (gestos, decisiones y magisterio) pero de ninguna manera estas connotaciones describen el total, complejo y multiforme ministerio petrino. Insistir en el uso y en la proposición de estas connotaciones, a menudo sin que sea necesario, acaba creando la sensación de estar frente a reivindicaciones indebidas sobre el ministerio universal del Santo Padre; reivindicaciones que después no tienen nada que ver con la realidad, puesto que el Papa no guía a la Iglesia en cuanto jesuita o latinoamericano. No son los jesuitas ni mucho menos América Latina los que guían a la Iglesia. Dar esta imagen no solo no es exacto, sino que también es dañino para la vida de la Iglesia y del mismo Pontificado.

3) Está claro, y hay muchos momentos del Pontificado que lo demuestran, que para Francisco es importante su ser jesuita y latinoamericano, como muchos otros Papas para los cuales era importante ser europeos; pero también es evidente que para él, como para sus predecesores, tales definiciones biográficas no son algo que condicione el ejercicio del propio ministerio de manera reducida o excluyente. Los que presentan constantemente al Papa como «jesuita y latinoamericano», y lo hacen más allá de las medidas del sentido común y de lo objetivamente necesario, «sitúan» a Papa Francisco en una posición reducida y excluyente, privando la realidad del Pontificado de otras connotaciones singulares e importantes.

4) Entre menos definiciones, menos interpretaciones y menos hermenéutica se propongan sobre Papa Francisco, más eficaz será el servicio que cada católico puede ofrecer a su ministerio. El Papa es una fuerza gigantesca de fe, libertad y parresía, reconocida por sus críticos más feroces, como no se veía desde hace muchos años y no solo en la Iglesia católica. Cualquier «narración» o «interpretación» ‘de parte’ sobre el Papa, aunque autorizada, acaba por atrapar esta fuerza que tanto la Iglesia como el mundo necesitan. Insistir en lo contrario provocará una percepción dramática y falsa: que el Papa, es, justamente, ‘de parte’. Y aún más: acabará también obscureciendo uno de sus carisma excepcionales: hacerse escuchar por todos sin intermediarios. Francisco no es un oráculo y, por lo tanto, no se necesitan pitonisas. Tomemos nota todos de esta verdad.

TRECE SANTOS PARA REZAR POR LA PAZ Y RECONCILIACIÓN EN FRANCIA Y EL MUNDO ENTERO


Trece santos para rezar por la paz y reconciliación en Francia y el mundo
Por Abel Camasca



(ACI).- Francia, el país donde hace unos días murieron más de 120 personas en los atentados perpetrados por los terroristas del Estado Islámico, ha dado a la Iglesia un gran número de santos que destacaron por su gran caridad.

Presentamos 13 de estos santos franceses -de los más de 150 que figuran en el santoral católico- a quienes se puede acudir para rezar pidiendo su intercesión por la paz en Francia y en todo el mundo.

Sobre el orden cronológico de esta lista cabe resaltar que desde la reforma protestante (siglo XVI), tiempo en que algunos sectores de Francia empezaron a alejarse históricamente de la fe, Dios ha suscitado santos franceses casi consecutivamente que defendieron a la Iglesia.

Por otro lado, justo en los momentos de mayor crisis moral, social, política y religiosa, el Señor puso en medio del pueblo francés santos que impulsaron con más fuerza la educación cristiana y el cuidado de los fieles en las parroquias, bajo el cuidado cercano de la Virgen María.

1- San Bernardo de Claraval (1090-1153), Doctor de la Iglesia, aconsejaba acudir siempre a la Madre de Dios y más en los momentos de gran dificultad. “Si caes en el escollo de las tristezas, eleva tus ojos a la Estrella del Mar, ¡invoca a María!”, exclamaba.



2 y 3- San Francisco de Sales (1567-1622) es considerado el Santo de la amabilidad y en su vida tuvo que afrontar diversos ataques de los protestantes, así como insultos y maltratos de la gente.

No obstante, con su paciencia ante las dificultades se fue ganando la simpatía y el cariño de la gente sencilla. “Yo he repetido con frecuencia que la mejor manera de predicar contra los herejes es el amor, aun sin decir una sola palabra de refutación contra sus doctrinas”, explicó una vez a su discípula Santa Juana de Chantal (1572-1641).

4- San Vicente de Paul (1581-1660), siendo ya sacerdote, iba en un barco que fue atacado por los turcos musulmanes y cayó prisionero. Se dice que fue vendido como esclavo y que logró escapar. Esta experiencia lo marcó en su vida y más adelante llegó a decir que “la caridad es el centro que une a la comunidad con Dios y a todos sus miembros entre sí; contribuye a la unión de los corazones y los vincula indisolublemente a Dios".

5- Santa Margarita de Alacoque (1647-1690), vidente del Sagrado Corazón de Jesús. Los primeros viernes de cada mes aparecía un su cuerpo de manera misteriosa una llaga similar a la del costado de Cristo. Solía recomendar “tener a todo el mundo por amigo y a nadie por enemigo, en cuanto según Dios sea posible”.

6- San Juan Bautista de La Salle (1651-1719), sabiendo de la importancia de la educación para el progreso integral de las personas, trabajó mucho por formar a los de escasos recursos, llegando a ser patrono de los maestros. En una de sus meditaciones animó a sus formadores diciendo que “vuestra actuación haga ver que amáis a los que Dios os encomendó con el mismo amor con que Cristo amó a su Iglesia”.

7- San Luis María Grignion de Montfort (1673-1716), en su Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen, al hablar de los últimos tiempos afirma que “María estará allí por orden del Altísimo para extender su imperio sobre el de los impíos, idólatras y mahometanos. ¿Cuándo y cómo sucederá esto?... Dios sólo lo sabe; a nosotros sólo nos toca callar, orar, suspirar y esperar”.

8- San Juan María Vianney (1786-1859), el famoso Santo Cura de Ars, creció con la gran crisis de la Revolución Francesa. Sin embargo, esto no lo desanimó, sino que llegó a ser un gran párroco y en una ocasión enfatizó que “la mayor desgracia para nosotros los párrocos es que el alma se endurezca”.

9- San Marcelino Champagnat (1789-1840) un día fue a visitar a un joven enfermo y cayó en la cuenta que el pobre muchacho no conocía nada de religión. Lo preparó a bien morir y se propuso buscar compañeros que le ayuden en la instrucción cristiana de la juventud.

En una carta dirigida a sus seguidores les dijo: “Recemos a Dios para que nos haga conocer su santa voluntad; y llamémonos siempre sus siervos inútiles”.

10- Santa Bernardita Soubirus (1844-1879) fue la vidente de la Virgen de Lourdes y recibió los mensajes de la Madre de Dios que pedía la conversión del mundo. Ella que había visto la gruta de la cual brota un agua milagrosa, al final de su vida, cuando una hermana le dijo que iba a orar para que el Señor le mandara consolación, respondió: “No, no, no consolación, solo fortaleza y paciencia”.

11- Santa Teresa de Lisieux (1873-1897), Doctora de la Iglesia y Patrona de las misiones, decía que “la santidad no consiste en tal o cual práctica, sino en una disposición del corazón (del alma) que nos hace humildes y pequeños en los brazos de Dios, conscientes de nuestra nonada y confiados hasta la audacia en la bondad del Padre".

12 y 13- San Luis Martin (1823-1894) y Santa Celia Guérin (1831-1877) son los padres de Santa Teresita y los últimos en ser canonizados por el Papa Francisco en el 2015. Cierta vez, cuando un vecino los demandó por una disputa en la cual hasta el juez los encontró inocentes, Santa Celia escribió a su hija Paulina diciéndole: “Debemos aceptar las contradicciones pacientemente”.