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lunes, 9 de noviembre de 2015

EL EVANGELIO DE HOY: LUNES 9 DE NOVIEMBRE DEL 2015


No conviertan en mercado la casa de mi Padre
Tiempo Ordinario


Juan 2, 13-22. Dedicación Basílica Letrán. Hoy sigue habiendo mercaderes en el Templo. ¿Qué está en mis manos hacer? 


Por: P. Juan Gralla | Fuente: Catholic.net 



Te adelantamos las Reflexiones del Evangelio de la Semana 32o. del Tiempo Ordinario, del domingo 8 al sábado 14 de noviembre 2015.
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Del santo Evangelio según san Juan 2, 13-22
Cuando se acercaba la Pascua de los judíos, Jesús llegó a Jerusalén y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas, palomas, y a los cambistas con sus mesas. Entonces hizo un látigo de cordeles y los echó del templo, con todo y sus ovejas y bueyes; a los cambistas les volcó las mesas y les tiró al suelo las monedas; y a los que vendían palomas les dijo: "Quiten todo de aquí y no conviertan en un mercado la casa de mi Padre". En esos momentos, sus discípulos se acordaronde lo que estaba escrito: El celo de tu casa me devora. Después intervinieron los judíos para preguntarle: "¿Qué señal nos das de que tienes autoridad para actuar así?" Jesús les respondió: "Destruyan este templo y en tres días lo reconstruiré". Replicaron los judíos: "Cuarenta y seis años se ha llevado la construcción del templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?" Pero Él hablaba del templo de su cuerpo. Por eso, cuando resucitó Jesús de entre los muertos, se acordaron sus discípulos de que había dicho aquello y creyeron en la Escritura y en las palabras que Jesús había dicho.

Oración introductoria
Padre mío, te pido guíes mi oración para que aumente mi fe y mi celo por estar siempre dispuesto a defender la verdad que me has revelado en la Sagrada Escritura. Sé que siempre me escuchas, dame la capacidad de percibir tu voz, Señor y Dios mío.

Petición
Señor, concédeme corresponder a tu inmenso amor siendo siempre fiel a tu Palabra.

Meditación del Papa Francisco
El templo es un lugar donde la comunidad va a rezar, a alabar al Señor, a darle gracias, pero sobre todo a adorar: en el templo se adora al Señor. Y este es el punto importante. También, esto es válido para las ceremonias litúrgicas, ¿qué es más importante? Lo más importante es la adoración: toda la comunidad reunida mira al altar donde se celebra el sacrificio y adora. Pero, yo creo - humildemente lo digo - que nosotros cristianos quizá hemos perdido un poco el sentido de la adoración y pensamos: vamos al templo, nos reunimos como hermanos - ¡es bueno, es bonito! - pero el centro está donde está Dios. Y nosotros adoramos a Dios.
¿Nuestros templos, son lugares de adoración, favorecen la adoración? ¿Nuestras celebraciones favorecen la adoración? Jesús echa a los mercaderes que habían tomado el tempo por un lugar de comercio más que de adoración. (Cf. S.S. Francisco, 22 de noviembre de 2013, homilía en Santa Marta).
Reflexión

No deja de sorprendernos ver a Jesús enfurecido, sacando a los mercaderes del Templo a latigazos. Tenía que defender algo sagrado: la casa de su Padre. Es lógico que se enfade por una situación como esa. ¿Qué haríamos nosotros si entrásemos en la casa de nuestros padres y aquello se hubiera convertido en un mercado persa? Si no hiciéramos nada, ¡menudos hijos seríamos!
Lo más probable es que siguiéramos el ejemplo de Cristo. Porque Jesús amaba a su Padre infinitamente y no podía consentir aquel abuso. El amor apasionado le impulsaba a actuar de aquel modo.

Hoy sigue habiendo "mercaderes en el Templo". Sabemos que cada hombre es "templo del Espíritu Santo" y hay muchos hombres y mujeres cuyos templos están siendo profanados con todo tipo de abusos morales y físicos. Este panorama debería "quemarnos" las entrañas y suscitar en nosotros una pasión por lo que es sagrado: cada ser humano.

¡Cuántos atropellos a su dignidad! Cada aborto, cada violación, cada acto de esclavitud es una verdadera profanación.

Propósito
Nosotros, como cristianos, deberíamos salir en defensa de todos esos hermanos nuestros que sufren, pues ahí está también Cristo sufriendo. ¿Qué está en mis manos?

Diálogo con Cristo
Espíritu Santo, te pido la sabiduría y la fortaleza para saber defender a la Iglesia. Que nunca acepte la mediocridad o la indiferencia. Frecuentemente dejo que la apatía o la flojera disminuyan mis ganas de trabajar, por eso te pido que enciendas en mí el fuego de tu amor para ser un apóstol, empezando por mi propia familia.

CONFIANZA EN SU AMOR


CONFIANZA EN SU AMOR






Me tocó luchar muchísimo para lograr que Dios me diera al primero de mis dos hijos, y después de 4 años pude lograrlo sintiéndome la mujer más feliz del mundo. Cuando mi hijo tenía 2 años recién cumplidos, decidí realizarme una cirugía oftálmica para dejar de usar lentes de contacto; nunca imaginé que el corte que realizó la cirujana ocasionaría una hemorragia expulsiva que terminó con mi ojo y casi con mi vida. Me hundí en una depresión por meses; casi me cuesta mi familia; mi ojo quedó impresionantemente destruido, sentía vergüenza ver a mi hijo, esposo y a los padres de familia de la Estancia Infantil donde laboro, ellos no me habían conocido así, ¡qué vergüenza! ¡Tal vez podría asustar a los bebés!

Me volví contra Dios; le pregunté miles de veces el porqué, para qué me había dado un hijo que jamás estaría orgulloso de su mamá. En el Kinder se burlarían de él, pues su mamá tenía un ojo azul y otro negro. Cambié mucho, sentía rencor con la vida, con todo y con todos; me costó muchísimo luchar para sobrevivir y salir adelante.

Una noche, a los 2 meses de lo sucedido, mi hijo tuvo un grave accidente en su ojo derecho (el mismo ojo en el que yo sufrí el accidente); se encajó un palo para piñata, brincó de la cama y cayó con toda su fuerza sobre el palo y en su ojito; esa noche fue un caos total, localicé a mi actual médico tratante (excelente médico) a las 10:00 p.m. y después de un minucioso chequeo, me dio la triste noticia de que tenía que operarlo ya que su cornea había sufrido un grave daño.

Me citó una semana después mientras le recetó medicamento para el dolor. 
Durante la semana sentí que definitivamente Dios se había olvidado de mí, pero un día me armé de valor y con el corazón en la mano le pedí que me escuchara, que era importante lo que le diría; cerré mis ojos y le dije: "Señor mío, te pido, te suplico, te imploro que tomes el ojo que me queda, te lo ofrezco Señor, cerraré mis ojos y al abrirlos déjame ciega, toma el único ojo que me queda, pero sana a mi hijo. Contaré hasta 3 y Tú que todo lo puedes, ¡hazlo!" Y así lo hice; 1, 2, 3 ¡y nada! Yo seguía viendo.

Mi fe se fue al suelo nuevamente; al pasar la semana acudimos a la cita con el médico y al revisar él a mi niño de nuevo, no sabía cuál ojo había sido el dañado, ya que ninguno tenía rastro de nada... ¡Ese fue mi Padre Celestial! 
Comprendí que Dios sí me había tomado la palabra pero anticipadamente y este ojo que me dejó fue para poder ver a mis hijos crecer. 

Sé que Dios Nuestro Señor es incondicional y no necesita intercambiar algo para darnos otro algo, pero comprenderlo de esta manera me ayudó a sanar mi corazón.

Más tarde sin esperarlo, nació mi hija Estefanía. ¿Qué más le puedo pedir a la vida? Recientemente he pasado por otro momento muy duro de mi vida, me he sometido a una nueva cirugía oftálmica (con duración de 3 horas y media), para extraer mi órgano ocular e implantar una prótesis; no es fácil hacerse a la idea de traer un "plástico" con un ojo dibujado. He estado preparándome psicológicamente para esto, es muy difícil aceptar estas cosas de la vida, pero en fin, Dios sabe el porqué de ellas; deseo expresar que me siento plenamente agradecida con Él por darme toda la Fe y Confianza en su amor que es eterno y de su piedad y misericordia divina e infinita.

Historia real de Nancy D. Sánchez

CUANDO SOLAMENTE ME QUEDAS TÚ


Cuando solamente me quedas Tú




Ya no camino en la incerteza. Está abierta la puerta de la esperanza, aprendo a desprenderme de las falsas seguridades humanas.


Por: P. Fernando Pascual LC | Fuente: Catholic.net 




Necesitamos ayuda y consuelo. Los buscamos entre los hombres, sin resultados, en muchas ocasiones.

La vida golpea continuamente. Ayer fue un compañero que nos cerró la puerta. Hoy es un “amigo” que no quiere saber nada de nuestro problema. Mañana... da miedo pensar cuál será la próxima sorpresa.

Sé, sin embargo, que hay Alguien que me apoya siempre, que está a mi lado, que me ofrece su brazo, que me levanta en las caídas, que me consuela plenamente.

Dios es fiel. Lo sé desde que leí el Evangelio, desde que escuché las palabras de ternura del Hijo del Padre. Su presencia, sus milagros, su agonía, su triunfo, son también míos.

Ya no camino en la incerteza. Está abierta la gran puerta de la esperanza. Tengo un Consolador que no me deja. Puedo confiar y seguir adelante.

Cuando solamente me quedas Tú, aprendo a desprenderme de las falsas “seguridades” humanas. He comprendido lo débil que es el corazón humano, su terrible capacidad de cobardías y traiciones.


En cambio, Tú eres fiel y bueno. Tú eres el verdadero Amigo que das la vida, también por el débil, por el pecador, por el necesitado.

Jesús, llega el momento de dar un paso hacia el abandono. Me pongo en tus manos, como tantos hombres y mujeres del pasado y del presente.

Ya no hay noche en mi corazón. Camino apoyado en Ti, Buen Pastor que me sostienes entre tus brazos...

HOY CELEBRAMOS LA DEDICACIÓN DE LA BASÍLICA DE LETRÁN - 9 DE NOVIEMBRE


La fiesta de hoy
DEDICACIÓN O CONSAGRACIÓN
DE LA BASÍLICA DE LETRÁN
9 de Noviembre 



Hoy celebra la Iglesia la fiesta de la dedicación o consagración de la basílica de Letrán, que es la catedral de Roma. En la Iglesia tiene importancia, porque al celebrar la catedral de Roma, quiere que estimemos no sólo todas las catedrales sino también todos los templos de nuestras comunidades cristianas católicas.

La basílica de Letrán comienza en los tiempos del emperador Constantino. Este emperador, con la influencia de su madre santa Elena, el año 313 había promulgado un decreto dando plena libertad a los cristianos para manifestar externamente su fe. La esposa de Constantino, Fausta que era cristiana, poseía en Roma un gran palacio que había pertenecido a la familia Laterani. Deseando celebrar el papa Melquíades un sínodo con muchos obispos, Fausta le cedió este palacio para el evento. Al poco tiempo murió Fausta y el emperador Constantino regaló este palacio al Papa, que ya era Silvestre I.

Además el emperador, en los grandes jardines que tenía el palacio, mandó construir una gran basílica para que fuese sede del papa y catedral de Roma. La consagración fue el 9 de Noviembre del año 324. El nombre del “Divino Salvador” proviene, dicen unos que porque con ese nombre se consagró. Otros dicen que procede de cuando en el año 787 se volvió a consagrar y una imagen del Divino Redentor sangró por los golpes de un judío. Se la conoce más con el título de san Juan, porque había dos altares importantes dedicados a san Juan Bautista y al Evangelista y sobre todo por el hermoso baptisterio en honor de san Juan Bautista.

Con esta basílica cambió el concepto de templo cristiano, ya que los templos paganos en Roma eran pequeños, pues no eran para reunión de la gente, sino sólo para morada de los dioses o ídolos. Algo parecido pasaba en el templo de Jerusalén, pues en lo más sagrado sólo estaba el “arca de la alianza”, símbolo de la presencia de Dios y sólo entraba un sacerdote. Toda la gente con sus ofrendas estaba en los patios. En cambio en los templos cristianos, además de la presencia de Dios y de la presencia real de Jesús en la Eucaristía, se reúne el pueblo cristiano para orar. Por eso no se pudieron cristianizar los templos paganos, sino que se usaron las basílicas. Estas eran unos edificios grandes, que servían para ventas, tribunales o política: actos grandes  presididos por el rey. De ahí su nombre, pues rey en griego se llama “basileus”.

El evangelio de este día habla de la expulsión de los comerciantes en el templo por parte de Jesús. El comercio allí se veía como normal, pues al tener la gente que ofrecer  animales, se les facilitaba la venta allí mismo y podían pagarlo mejor con la moneda del templo. El hecho es que Jesús ve que la ofrenda a Dios se ha convertido en un negocio y que todo ello es un gran impedimento para que la gente sencilla pueda acercarse a Dios por medio de la oración.

Así al Dios de Israel, que ama a su pueblo, y sobre todo a los pobres y sencillos, le han convertido en un dios lejano y exigente, que parece estar más con los ricos que pueden dar ofrendas mejores. Por eso Jesús tuvo esa reacción fuerte: para poder dejar un poco más claro que el Reino de Dios es de amor y de un culto y oración más interior, muy diferente de todo ese tinglado y negocio que habían montado aquellos sacerdotes y jefes que sólo se preocupaban por enriquecerse.

De hecho el templo no es totalmente necesario para estar con Dios, ya que lo importante es adorarle “en espíritu y verdad”. También nosotros somos templo de Dios, pues en aquel que ama a Dios habita la Santísima Trinidad. Pero el templo externo es muy conveniente, porque necesitamos expresar nuestra fe de una forma externa. El templo además representa a Jesucristo, que es la “imagen del Padre”; y en la mayoría de los templos habita Jesús, hombre y Dios, de una manera real en la Eucaristía. Por eso al estimar el templo, procuramos que sea artístico y hermoso, y lo adornamos, para sentirnos a gusto cuando estamos juntos y para demostrar nuestro amor a Jesucristo, a su madre, la Virgen María, y a algunos de sus siervos que están en el cielo.


P. Silverio Velasco

CONTRASTE - MEDITACIÓN DEL EVANGELIO DEL DOMINGO 8 DE NOVIEMBRE DEL 2015


Lectura del santo Evangelio según San Marcos 12, 38-44

En aquel tiempo enseñaba Jesús a la multitud y les decía:
–¡Cuidado con los letrados! Les encanta pasearse con amplio ropaje y que les hagan reverencias en la plaza, buscan los asientos de honor en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; y devoran los bienes de las viudas con pretexto de largos rezos. Esos recibirán una sentencia más rigurosa.
Estando Jesús sentado enfrente del cepillo del templo, observaba a la gente que iba echando dinero: muchos ricos echaban en cantidad; se acercó una viuda pobre y echó dos reales. Llamando a sus discípulos les dijo:
–Os aseguro que esa pobre viuda ha echado en el cepillo más que nadie. Porque los demás han echado de lo que les sobra, pero esta, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir.

Palabra del Señor

Evangelio Comentado por:
José Antonio Pagola
Mc, 12, 38-44

CONTRASTE

El contraste entre las dos escenas es total. En la primera, Jesús pone a la gente en guardia frente a los escribas del templo. Su religión es falsa: la utilizan para buscar su propia gloria y explotar a los más débiles. No hay que admirarlos ni seguir su ejemplo. En la segunda, Jesús observa el gesto de una pobre viuda y llama a sus discípulos. De esta mujer pueden aprender algo que nunca les enseñarán los escribas: una fe total en Dios y una generosidad sin límites.

La crítica de Jesús a los escribas es dura. En vez de orientar al pueblo hacia Dios buscando su gloria, atraen la atención de la gente hacia sí mismos buscando su propio honor. Les gusta«pasearse con amplios ropajes» buscando saludos y reverencias de la gente. En la liturgia de las sinagogas y en los banquetes buscan «los asientos de honor» y «los primeros puestos».

Pero hay algo que, sin duda, le duele a Jesús más que este comportamiento fatuo y pueril de ser contemplados, saludados y reverenciados. Mientras aparentan una piedad profunda en sus «largos rezos» en público, se aprovechan de su prestigio religioso para vivir a costa de las viudas, los seres más débiles e indefensos de Israel según la tradición bíblica.

Precisamente, una de estas viudas va a poner en evidencia la religión corrupta de estos dirigentes religiosos. Su gesto ha pasado desapercibido a todos, pero no a Jesús. La pobre mujer solo ha echado en el arca de las ofrendas dos pequeñas monedas, pero Jesús llama enseguida a sus discípulos pues difícilmente encontrarán en el ambiente del templo un corazón más religioso y más solidario con los necesitados.

Esta viuda no anda buscando honores ni prestigio alguno; actúa de manera callada y humilde. No piensa en explotar a nadie; al contrario, da todo lo que tiene porque otros lo pueden necesitar. Según Jesús, ha dado más que nadie, pues no da lo que le sobra, sino «todo lo que tiene para vivir».

No nos equivoquemos. Estas personas sencillas, pero de corazón grande y generoso, que saben amar sin reservas, son lo mejor que tenemos en la Iglesia. Ellas son las que hacen el mundo más humano, las que creen de verdad en Dios, las que mantienen vivo el Espíritu de Jesús en medio de otras actitudes religiosas falsas e interesadas. De estas personas hemos de aprender a seguir a Jesús. Son las que más se le parecen.

VISITAR A LOS ENCARCELADOS, UNA OBRA DE MISERICORDIA

Visitar a los encarcelados. Una obra de misericordia
Una simple visita que haga sentir el amor de Dios a la persona que esta presa


Por: H. Jesus Talavera, L.C. | Fuente: Catholic.net 



Muchas veces al acercarme al Evangelio me he llevado muchas sorpresas. Hoy, al leer el relato del juicio final, ha sido un caso de ellos. En concreto, la parte que dice: "Venid benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros desde la creación del mundo […] porque estaba en la cárcel, y vinisteis a verme" (Mt 25,34-36). De ahí ha nacido esta pregunta: ¿Es posible que Jesús se encuentre en un preso?
La respuesta la da el mismo Evangelio: "En verdad os digo que cuanto hicisteis a unos de estos hermanos míos más pequeños a mí me lo hicisteis" (Mt 25,40). Si el preso es inocente, Cristo está de un modo muy especial en él. Pero si es culpable, ¿se encuentra también en una persona "mala" o "injusta"? Sí, también ahí esta Jesús.
Y está porque Él mismo está preso dentro de los culpables. De alguna manera, Cristo se identifica con cada uno de nosotros, independientemente de quiénes seamos, cuánto bien o cuánto mal hayamos hecho. Quiere hablarnos por medio de nuestra conciencia, despertar nuestros corazones y hacernos ver que Él habita en nosotros. Solo espera que le demos una oportunidad.
Quien vive encarcelado tras haber cometido un delito toca fondo sobre las verdades de la vida, reflexiona sobre su pasado y descubre que sus acciones y actitudes no fueron las más correctas, y desea muchas veces enmendarse o encontrar la esperanza de ser perdonado. Necesita de misericordia, quiere encontrarse con Jesús (aunque muchas veces no lo sepa).
Es aquí cuando entra la misión de todo católico según una de las obras de misericordia: visitar al encarcelado. Una simple visita que haga sentir el amor de Dios a la persona que esta presa. Una visita que puede saciar ese "tengo sed" (Jn 19,28) de Jesús Crucificado y puede tornarse en una "llave" para sacar a Jesús de la cárcel del olvido.
Jesucristo mismo nos da el ejemplo de acompañar y comprender a quien sufre el encarcelamiento no solo físico, sino también el espiritual: comía con los que eran prisioneros del pecado, con publicanos y prostitutas (Mt 9,11); ofrece el perdón al buen ladrón (Lc 23,42); y prepara un banquete a quien se había alejado de él para vivir preso del pecado (Lc 15,22).
Por eso, en este año del Jubileo de la Misericordia, convocado por el Papa Francisco, acerquémonos a nuestros hermanos que sufren en las cárceles, llevemos el testimonio del perdón y el amor del Señor a quienes no lo conocen, seamos ese vultus misericordiae (rostro de misericordia) que tanto necesitan las almas.
Demos la oportunidad de que Jesús actúe en ellos y en nosotros: en ellos para que comprendan la libertad de tener un corazón en el que Cristo vive; y en nosotros, para que no seamos ajenos al sufrimiento del Señor y podamos descubrirle en cada uno de nuestros hermanos. Y así, "seremos bienaventurados de ser misericordiosos, pues recibiremos misericordia" (cf. Mt 5,7).

LA MUERTE DE UN POLÍTICO


La muerte de un político



Un día, mientras caminaba por la calle, un dirigente de un importante partido político es trágicamente atropellado por un camión y muere. Su alma llega al paraíso y se encuentra, en la entrada, a San Pedro en persona.

- "Bienvenido al paraíso", le dice San Pedro: - "Antes de que te acomodes, parece que hay un problema. Verás, muy raramente un alto político ha llegado aquí y no estamos seguros de qué hacer contigo. Lo que haremos será hacerte pasar un día en el infierno y otro en el paraíso, y luego podrás elegir dónde pasar la eternidad".

Y con esto, San Pedro acompaña al político al ascensor y baja, baja hasta el infierno. Las puertas se abren y se encuentra justo en medio de un verde campo de golf. A lo lejos hay un club y, de pie, delante de él, están todos sus amigos políticos que habían trabajado con él, todos vestidos con traje de noche y muy contentos. Corren a saludarlo, lo abrazan y recuerdan los buenos tiempos en los que se enriquecían a costa del pueblo. Juegan un agradable partido de golf y luego, por la noche, cenan juntos en el Restaurante Gourmet del club, con langosta como plato principal y los atienden hermosísimas meseras.

Se encuentra también al Diablo, que de hecho es un tipo muy simpático y se divierte mucho contando chistes y bailando. Se está divirtiendo tanto que, antes de que se dé cuenta, es ya hora de irse. Todos le dan un apretón de manos y lo despiden mientras sube al ascensor.

El ascensor sube, sube, sube, y se reabre la puerta del paraíso donde San Pedro lo está esperando. "Ahora es el momento de pasar a la antesala del paraíso".

Así que el político (inescrupuloso, ciertamente), pasa las 24 horas sucesivas saltando de nube en nube, tocando el arpa y cantando en la antesala del paraíso. Antes de que se dé cuenta, las 24 horas ya han pasado y San Pedro va a buscarlo.

- "Ya has pasado un día en el infierno y otro en la antesala del paraíso, ahora debes elegir tu eternidad".

El hombre reflexiona un momento y luego responde: - "Bueno, el paraíso ha sido precioso y todos son muy amables. Aunque sólo conocí la antesala. Sin embargo, creo que he estado mejor en el infierno. Además allá están casi todos mis amigos".

Así que San Pedro lo acompaña hasta el ascensor y otra vez baja, baja, baja, hasta el infierno. Cuando las puertas del ascensor se abren, se encuentra en medio de una tierra sombría y desierta, cubierta de excrementos y desperdicios. Ve a todos sus amigos atormentados por los demonios en medio de llamas devoradoras que los calcinan. El Diablo lo alcanza y le pone un brazo en el cuello.

- "No entiendo -balbucea el político-. Ayer estuve aquí y había lindas mujeres, un campo de golf y un club, comimos langosta y caviar, bailamos y nos divertimos mucho. Ahora todo lo que hay es un terreno desértico lleno de fuego, inmundicias y tormentos sin fin...".

El Diablo lo mira, sonríe y maliciosamente le responde:

- "Ayer estábamos en campaña. ¡Hoy..., ya votaste por nosotros...! ¡Malvenido, infeliz!".