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sábado, 31 de octubre de 2015

EL EVANGELIO DE HOY: SÁBADO 31 DE OCTUBRE DEL 2015


Todo el que se ensalce, será humillado
Parábolas


Lucas 14, 1.7-14. Tiempo Ordinario. Vivamos la humildad, dejando de pensar en nosotros mismos y dando preferencia al prójimo. 


Por: P. Juan Gralla | Fuente: Catholic.net 



Del santo Evangelio según san Lucas 14,1. 7-11
En aquel tiempo, entró Jesús un sábado en casa de uno de los principales fariseos para comer, y ellos le estaban espiando. Notando cómo los invitados elegían los primeros puestos, les dijo una parábola: Cuando seas convidado por alguien a una boda, no te pongas en el primer puesto, no sea que haya sido convidado por él otro más distinguido que tú, y viniendo el que os convidó a ti y a él, te diga: "Deja el sitio a éste", y entonces vayas a ocupar avergonzado el último puesto. Al contrario, cuando seas convidado, vete a sentarte en el último puesto, de manera que, cuando venga el que te convidó, te diga: "Amigo, sube más arriba." Y esto será un honor para ti delante de todos los que estén contigo a la mesa. Porque todo el que se ensalce, será humillado; y el que se humille, será ensalzado. Dijo también al que le había invitado: Cuando hagas una comida o una cena, no llames a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a los parientes , ni a los vecinos ricos, no sea que ellos, a su vez, te inviten y tengas ya tu recompensa. Cuando hagas una comida llama a los pobres, a los tullidos, a los cojos y a los ciegos, y tendrás la dicha de que no puedan pagarte, porque recibirás la recompensa en la resurreción de los justos. 

Oración introductoria
Padre, te suplico humildemente que me acompañes con tu presencia amorosa para que mi corazón se llene de lo único que necesita: fe, amor a mis hermanos y esperanza.

Petición
Jesús, que tenga la humildad de dejar a mis hermanos los mejores puestos por amor a ellos y a Dios.

Meditación del Papa Francisco
En este momento, tantos hermanos y hermanas nuestros son martirizados en el nombre de Jesús, están en este estado, tienen en este momento la alegría de haber sufrido ultrajes, incluso la muerte, en el nombre de Jesús.
Para huir del orgullo solo está el camino de abrir el corazón a la humildad, y a la humildad no se llega sin la humillación. Esta es una cosa que no se entiende naturalmente. Es una gracia que debemos pedir.
La gracia de la imitación de Jesús. Una imitación testimoniada por esos muchos hombres y mujeres que sufren humillaciones cada día por el bien de su familia y cierran la boca, no hablan, soportan por amor de Jesús.
Y esta es la santidad de la Iglesia, esta es alegría que da la humillación, no porque la humillación sea bonita, no, eso sería masoquismo, no: porque con esa humillación se imita a Jesús. Dos actitudes: la de la cerrazón que te lleva al odio, a la ira, a querer matar a los demás, y la de la apertura a Dios en el camino de Jesús, que te hace aceptar las humillaciones, incluso las fuertes, con esta alegría interior porque estás seguro de estar en el camino de Jesús. (Cf Homilía de S.S. Francisco, 17 de abril de 2015, en Santa Marta).
Reflexión
La humildad es una ley del Reino de los Cielos, una virtud que Cristo predica a lo largo de todo el Evangelio. En este pasaje de San Lucas, Cristo nos invita a dejar de pensar en nosotros mismos para poder pensar en los demás.

¿Por qué? Los que se ensalzan a sí mismos sólo piensan en sus propios intereses y en que la gente se fije en ellos y hablen de ellos. Eso se llama egoísmo, un fruto del pecado capital de la soberbia. Y un alma soberbia nunca entrará en el Reino de Dios, porque el soberbio no puede unirse a Dios.

¿Cuál es la motivación que da Jesús para la vivencia de la humildad? El amor a los demás, al prójimo. La razón es que yo, al dejar de ocupar los primeros puestos, o ceder el querer ser el más importante, estoy dejando el lugar de importancia a mi hermano o hermana. Se trata de un acto de caridad oculta, que sólo Dios ve y, ciertamente, será recompensado con creces. Esta es la actitud que Cristo nos invita a vivir hoy. A dejar a mis hermanos los mejores puestos por amor a ellos y a Dios. Cristo mismo nos dio el ejemplo, cuando lavó los pies a los discípulos, siendo que los discípulos eran los que debían lavar los pies a Cristo.

Propósito
Podemos vivir hoy la virtud de la humildad, dejando de pensar en nosotros mismos y dando nuestra preferencia al prójimo.

Diálogo con Cristo 
La situación del mundo y de la Iglesia reclama mi activa participación en este Año de la Fe. Es hora de ser audaz y confiar en que se puede transformar al mundo con la nueva evangelización, pero desde la humildad, no buscando ser el protagonista sino sólo un humilde discípulo y misionero de Cristo. Con tu gracia, Señor, lo puedo lograr.

EL LIMOSNERO


El limosnero 


 

Hubo una vez un limosnero que estaba tendido al lado de la calle. Vió a lo lejos venir a el rey con su corona y capa. "Le voy a pedir, de seguro me dará bastante" pensó el limosnero y cuando el rey pasó cerca le dijo : "Su majestad, ¿me podría por favor regalar una moneda?" aunque en su interior pensaba que el rey le iba a dar mucho.

El rey le miró y le dijo :" ¿Por qué no me das algo tú? ¿Acaso no soy yo tu rey?"...el mendigo no sabía que responder a la pregunta y dijo : "Pero su majestad...yo no tengo nada!". El rey respondió : "Algo debes de tener...busca!".

Entre su asombro y enojo el mendigo buscó entre sus cosas y supo que tenía una naranja, un bollo de pan y unos granos de arroz". Pensó que el pan y la naranja eran mucho para darle, así que en medio de su enojo tomó 5 granos de arroz y se los dió al rey. Complacido el rey dijo: "Ves como si tenías!" Y le dió 5 monedas de oro, una por cada grano de arroz. El mendigo dijo entonces: "Su majestad...creo que acá tengo otras cosas", pero el rey no hizo caso y dijo : "Solamente de lo que me has dado de corazón te puedo yo dar".

Es fácil en esta historia reconocer como el rey representa a Dios, y el mendigo a nosotros. Notemos que el mendigo aún en su pobreza es egoísta y no se desprende de lo que tiene aún cuando su rey se lo pide. A veces, Dios nos pide que le demos algo para así demostrarle que El es el más importante, muchas veces nos pide ser humildes, otras ser sinceros o no ser mentirosos. Nos negamos a darle a Dios lo que nos pide, pues creemos que no recibiremos nada a cambio sin pensar en que Dios devuelve 100 veces más.

Enviada por Enrique Albert

¿SABES CUÁL ES EL VALOR DE TU ALMA?


¿Sabes cuál es el valor de tu alma? 
Si fueras la única persona creada en todo el universo, Jesús tendría que derramar hasta la última gota de su Sangre Preciosísima para salvar tu alma inmortal. ¡Cuán preciosa y valiosa en verdad es tu alma ante los ojos de Dios Todopoderoso!


Por: Fr. Ed Broom | Fuente: catholicexchange.com 




Santo Tomas de Aquino afirma que todo el mundo creado no iguala el valor de una sola alma inmortal, así de valioso eres para Dios



Todo el dinero, posesiones, casas, montañas, océanos, animales, toda la creación en sí tiene mucho menos valor que tu alma inmortal. Tu alma inmortal tiene un valor infinito. Nadie en el mundo puede sondear plenamente las profundidades del valor de una sola alma inmortal.

¿Cómo sabemos esto? Jesús nos explica esto con mucha claridad: “¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, si pierde su vida? ¿Qué puede dar el hombre a cambio de su alma inmortal?” (Marcos 8,36)

San Ignacio de Loyola lanzó ese pasaje bíblico como una flecha de fuego al joven, orgulloso y autosuficiente Francisco Javier, desafiando el futuro patrono de las misiones para hacer los Ejercicios Espirituales. Xavier hizo los Ejercicios Espirituales que transformaron su vida.

Sin embargo, fue esa ardiente y penetrante flecha de la boca y Sagrado Corazón del Señor Jesús, que rompió la resistencia de Xavier- "¿De qué aprovechará al hombre si gana todo el mundo, y pierde su alma en el proceso?"

El Doctor Angélico, Santo Tomás de Aquino, reitera el mismo mensaje. Aquino afirma que todo en el mundo creado no iguala a una sola alma inmortal.


Por un momento, entra en la contemplación natural, en la belleza de la naturaleza. Los hermosos cielos azules, las nubes color blanco puro, las hojas multicolores que florecen en otoño, las montañas cubiertas de nieve blanca, el brillante y luminoso arco iris que cruza el horizonte, olas poderosas y eternas estrellándose contra la costa, el águila majestuosa volando en las alturas, y el cielo pintado con una multitud de luces chispeantes. Todas estas bellezas y fenómenos naturales son un mero atisbo de la majestuosa belleza y grandeza de un alma inmortal. Un alma inmortal trasciende en grandeza a cualquier belleza natural que a simple vista se puede contemplar. Por esa razón, una vez a Santa Catalina de Siena le fue concedida una visión de un alma en estado de gracia y ella cayó de rodillas en éxtasis, aturdida por su belleza deslumbrante.

Otra prueba de gran alcance para comprender el valor infinito de un alma inmortal es el celo apostólico que motivó a los santos en su trabajo, sacrificios, sufrimientos y su muerte. Los siguientes son algunos ejemplos de los santos y su hambre insaciable por la salvación de las almas que se encontraban extraviadas.

El Cura de Ars:

¿Por qué el Cura de Ars (San Juan María Vianney) pasaba de 13 a 18 horas en el confesionario día y la noche, en el frío del invierno y la humedad y calor abrasador del verano, confesando a los pecadores? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?

Por una simple razón: ¡el amor a Dios y el amor por lo que Dios más ama, la salvación de las almas inmortales! ¿Por qué iba a comer dos o tres papas al día, dormir tres horas batallando constantemente con el diablo en las noches y llorar lágrimas copiosas? Una sencilla razón: el amor a Dios y el amor por las almas inmortales. El patrón de los párrocos conocía profundamente el valor de un alma reconciliada con Dios por medio de la Sangre de Cristo aplicada cada absolución

San Pio de Pietrelcina

Una vez más, explícame por qué San Padre Pío de Pietrelcina, de buena gana aceptó los estigmas en 1918, mientras que estaba absorto en la oración. Sus manos y pies fueron perforados como los de su Amado y crucificado Señor y Salvador. El costado del Padre Pío fue traspasado, como lo fue el de Jesús traspasado el Viernes Santo por la lanza, del cual brotaron sangre y agua. Jesús prometió a este santo moderno que iba a tener esto estigmas durante cincuenta largos años y luego, al final de su vida desaparecerían. ¿Por qué el Padre Pío aceptó este dolor insoportable de los estigmas? Una vez se le preguntaron si le dolía, el santo respondió secamente que no eran decorativos. Padre Pío sufrió los estigmas imitando a su amado Salvador, al Señor Crucificado, pero también en reparación por los pecados y por la conversión de los pecadores. En otras palabras, San Pío ofreció de buena gana este sufrimiento por la salvación de las almas inmortales. ¡Él pagó un alto precio!

Los tres pastorcitos de Fátima

Más aún ¿por qué los tres pequeños pastores niños de Fátima (Lucía, Francisco y Jacinta) voluntariamente aceptaron sacrificios constantes que conllevaban un gran sufrimiento, a pesar de que no eran más que niños? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? La respuesta es la misma: su amor por el Sagrado Corazón de Jesús y por el Doloroso e Inmaculado Corazón de María y por amor a lo que Jesús y María más quieren en este mundo: las almas inmortales. La lista de los sacrificios a los que estos niños se sometieron a tan temprana edad hace tambalear la imaginación y muestra el poder del Espíritu Santo en la vida de las almas generosas.

Vamos a considerar simplemente los sacrificios de Jacinta Marto, la más joven de los tres videntes de Fátima. Lo que transformó radicalmente a los 3 niños, pero especialmente a Jacinta, fue la visión gráfica del Infierno, que recibieron el 13 de julio de 1917. Al ver las almas lanzadas a él sin ningún tipo de equilibrio, como las olas en el mar, al oír sus gritos desesperados que nunca serían aliviados, al ver horrible animales traspasando las almas (los demonios) causándoles un tormento eterno, provocó en la pequeña Jacinta una profunda conversión del corazón y de la vida. La pequeña Jacinta, pequeña de estatura pero gigante en el amor por las almas, estaba dispuesto a ofrecer todo lo que tenía para la salvación de las almas inmortales.

Una vez, en un día de verano abrasador, los tres de los niños estaban muriendo de sed, y Lucía fue a buscar agua con una jarra de un vecino. Pero tanto Jacinta como Francisco imploraron a Lucía verter el agua en el suelo para que pudieran sufrir la sed ¿Por qué? Una vez más, para ofrecerla por la salvación de las almas inmortales. Debido a esta extraordinaria generosidad y el amor de Jacinta, cuando el Beato Papa Juan Pablo II beatificó a la niña la llamó un "una pequeña alma víctima”.

En el Diario de la Divina Misericordia, Jesús reveló a Santa María Faustina Kowalska su amor por las almas. Sin embargo, Jesús señaló que el amor por la salvación de las almas se mide por la voluntad de sufrir por estas almas. Cuanto más se ama más se está dispuesto a sufrir por los que ama.

Tu vales la sangre de Jesús.

Por último, la Palabra de Dios nos enseña más conmovedoramente el valor de las almas, relacionándolo con la Preciosa Sangre que Jesús derramó por todos y cada uno de nosotros individualmente en el Calvario ese primer Viernes Santo.

“Ustedes saben que fueron rescatados de la vana conducta heredada de sus padres, no con bienes corruptibles, como el oro y la plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, el Cordero sin mancha y sin defecto” (1 Pedro 1, 17-19).

En resumen, tu alma individual fue salvada por la Sangre Preciosa que Nuestro Señor y Salvador Jesucristo derramó por nosotros en el Calvario ese primer Viernes Santo. De hecho si fueras la única persona creada en todo el universo, Jesús tendría que derramar hasta la última gota de su Sangre Preciosísima para salvar tu alma inmortal. ¡Cuán preciosa y valiosa en verdad es tu alma ante los ojos de Dios Todopoderoso!

PIDE Y SE TE DARÁ...


Pide y se te dará



Señor te pido me des:
energía para luchar,
grandeza de alma para amar.
nobleza para no ser indigno.

Rebeldía contra las malas pasiones,
sinceridad para no ser hipócrita,
ardor para vivir mi ideal cristiano,
dignidad para ser persona.

Perseverancia para estudiar con constancia,
alegría para saber vivir,
valor para confesar tu verdad,
espíritu de sacrificio para ser más fuerte.

Luz para conocer mis defectos,
entusiasmo para ser tu apóstol,
fortaleza para ser constante;
Aliento para perseverar en tu gracia,
valentía para dar testimonio de Vos,
amor para quererte con lealtad total.

Todo, Señor, aunque me duela,
porque te amo!  Amén.

MEDITACIÓN DE LA FESTIVIDAD DE TODOS LOS SANTOS: DOMINGO 1 DE NOVIEMBRE


Vivir el domingo: Festividad de Todos los Santos
Domingo 1 de Noviembre 2015


MATEO 5, 1-12

Al ver Jesús las multitudes subió al monte, se sentó y se le acercaron sus discípulos. Él tomó la palabra y se puso a enseñarles así:
Dichosos los que eligen ser pobres, porque sobre ésos reina Dios.
Dichosos los que sufren, porque ésos van a recibir el consuelo.
Dichosos los sometidos, porque ésos van a heredar la tierra.
Dichosos los que tienen hambre y sed de esa justicia, porque ésos van a ser saciados.
Dichosos los que prestan ayuda, porque ésos van a recibir ayuda.
Dichosos los limpios de corazón, porque ésos van a ver a Dios.
Dichosos los que trabajan por la paz, porque a ésos los va a llamar Dios hijos suyos.
Dichosos los que viven perseguidos por su fidelidad, porque sobre ésos reina Dios.
Dichosos vosotros cuando os insulten, os persigan y os calumnien de cualquier modo por causa mía.
Estad alegres y contentos, que grande es la recompensa que Dios os da.

CREER EN EL CIELO

En esta fiesta cristiana de «Todos los Santos», quiero decir cómo entiendo y trato de vivir algunos rasgos de mi fe en la vida eterna. Quienes conocen y siguen a Jesucristo me entenderán.

Creer en el cielo es para mí resistirme a aceptar que la vida de todos y de cada uno de nosotros es solo un pequeño paréntesis entre dos inmensos vacíos. Apoyándome en Jesús, intuyo, presiento, deseo y creo que Dios está conduciendo hacia su verdadera plenitud el deseo de vida, de justicia y de paz que se encierra en la creación y en el corazón da la humanidad.

Creer en el cielo es para mí rebelarme con todas mis fuerzas a que esa inmensa mayoría de hombres, mujeres y niños, que solo han conocido en esta vida miseria, hambre, humillación y sufrimientos, quede enterrada para siempre en el olvido. Confiando en Jesús, creo en una vida donde ya no habrá pobreza ni dolor, nadie estará triste, nadie tendrá que llorar. Por fin podré ver a los que vienen en las pateras llegar a su verdadera patria.

Creer en el cielo es para mí acercarme con esperanza a tantas personas sin salud, enfermos crónicos, minusválidos físicos y psíquicos, personas hundidas en la depresión y la angustia, cansadas de vivir y de luchar. Siguiendo a Jesús, creo que un día conocerán lo que es vivir con paz y salud total. Escucharán las palabras del Padre: Entra para siempre en el gozo de tu Señor.
No me resigno a que Dios sea para siempre un «Dios oculto», del que no podamos conocer jamás su mirada, su ternura y sus abrazos.

 No me puedo hacer a la idea de no encontrarme nunca con Jesús. No me resigno a que tantos esfuerzos por un mundo más humano y dichoso se pierdan en el vacío. Quiero que un día los últimos sean los primeros y que las prostitutas nos precedan. Quiero conocer a los verdaderos santos de todas las religiones y todos los ateísmos, los que vivieron amando en el anonimato y sin esperar nada.

Un día podremos escuchar estas increíbles palabras que el Apocalipsis pone en boca de Dios: «Al que tenga sed, yo le daré a beber gratis de la fuente de la vida». ¡Gratis! Sin merecerlo. Así saciará Dios la sed de vida que hay en nosotros.

José Antonio Pagola

TRECE COSAS QUE TAL VEZ NO SABÍAS DEL DIABLO Y SUS DEMONIOS, SEGÚN EL EXORCISTA FORTEA


13 cosas que tal vez no sabías del diablo y sus demonios, según exorcista Fortea
Por Abel Camasca



 (ACI).- El reconocido exorcista P. José Antonio Fortea en su “Summa Daemoniaca” menciona un gran conjunto de cuestiones relativas al demonio que es importante que todo cristiano lo tome en cuenta para el combate espiritual por alcanzar el cielo. Aquí 13 cosas que tal vez no sabías del diablo y sus demonios.

1.- El enemigo tiene varios nombres

En el Antiguo Testamento se le llama “Satán” que significaría “adversario, enemigo, opositor”. Asimismo, en el Nuevo Testamento se le nombra como “Diablo”, que viene del verbo griego “diaballo” (acusar). En cambio la palabra demonio, del griego “daimon” (genio), es usado para designar a seres espirituales malignos.

Lucifer es un nombre que no está en las Sagradas Escrituras y que significa “estrella de la mañana” o “el que lleva la luz”. Lo cual “recuerda la pena tan grande que es que siendo tan bello, cayera”, indica el P, Fortea. Sin embargo, el presbítero sigue la misma idea de otro renombrado exorcista, P. Gabriele Amorth, quien considera que Lucifer es el nombre propio del segundo demonio en importancia en la jerarquía demoníaca.

2.- La gran prueba

Todos los ángeles al ser creaos por Dios, sabían que Él era su creador, pero pasaron por una prueba “antes de la visión de la esencia de la Divinidad”. A modo de comparación, el sacerdote explica que sería como decir que “veían a Dios como una luz, que le oían como una voz majestuosa y santa, pero que su rostro seguía sin desvelarse”.

“En esa prueba unos obedecieron, otros desobedecieron. Los que desobedecieron de forma irreversible se transformaron en demonios. Ellos mismos se transformaron en lo que son. Nadie les hizo así”.

3.- La batalla en el cielo fue intelectual

Al respecto, el exorcista indica que los ángeles desobedientes empezaron a odiar a Dios y a verlo como una cadena que oprimía su libertad. La batalla entre Miguel y Lucifer, cada uno con sus ángeles, no fue con armas, ya que no tienen cuerpo, “las únicas armas que pueden blandir son los argumentos intelectuales”, explica.

“Unos se hicieron más soberbios, otros no tanto. Cada ángel rebelde fue deformándose más y más, cada uno en unos pecados específicos. Así como, por el contrario, los ángeles fieles se fueron santificando progresivamente. Unos ángeles se santificaron más en una virtud otros en otra… los ángeles fueron admitidos a la presencia divina, y a los demonios se les dejó que se alejaran”.

4.- La razón de su rebeldía

Sólo en este punto se toma como referencia el libro “Historia del Mundo Angélico”, también del P. Fortea. Allí sugiere, a modo de novela, que la prueba por la que habrían pasado los ángeles es la revelación que les hizo Dios sobre crear el mundo material con la humanidad, que Él se haría hombre para salvar a los pecadores y que nacería de una mujer, la cual sería la reina de los ángeles.


Lucifer no pudo soportar esta idea, creía que él debería engendrarlo al ser la “obra maestra” del Creador. Más adelante con otros ángeles acusaron que Dios estaba equivocado y se rebelaron por completo. Los ángeles que acataron la voluntad de Dios se postraron a adorar a su creador, aún sin ver todavía su esencia. Mientras que los rebeldes se alejaron del amor de Dios.

5.- Son seres espirituales

“Un demonio es un ser espiritual de naturaleza angélica condenado eternamente”. Es decir, no tienen cuerpo, no sienten inclinación a ningún pecado que se cometa con el cuerpo, pero pueden tentar a los hombres a pecar en esas materias. Comprenden esos pecados de un modo meramente intelectual y sus faltas son sólo espirituales.

En este sentido el exorcista precisa que Satán “sigue siendo un bellísimo ángel en su naturaleza, aunque repugnante en su aspecto moral… Su ser personal se ha deformado, pero su naturaleza permanece y permanecerá intacta haga lo que haga. Dado que ambas cosas son inseparables, él auténticamente es un monstruo, un ser deforme, alguien que produce repugnancia y aversión”.

6.- Entre los demonios también hay tiempo

Su tiempo no es material como el de los humanos, sino que es un tiempo propio de los espíritus, que es llamado “evo” (“aevum” en latín) y que es la sucesión de actos de entendimiento y voluntad en un ser espiritual.

El Creador, en cambio, vive en un eterno presente. “Sólo en Él no hay sucesión de tiempo de ninguna clase. En Él no ha transcurrido nunca ni un solo segundo, ni un solo antes ni después. La eternidad de Dios es cualitativamente distinta de la eternidad del tiempo material (con un principio, pero sin final) y de la eternidad del evo (también con un principio, también sin final)”, puntualiza Fortea.

7.- Sufren al considerar a Dios

Cada ángel caído “en el conocer encuentra placer, pero también sufrimiento. Sufre cada vez que ese conocimiento le lleva a considerar a Dios. Y el demonio percibe continuamente el orden y la gloria del Creador en todas las cosas. Hasta en las cosas aparentemente más neutras, él encuentra el reflejo y el recuerdo de los atributos divinos”.

Sin embargo, el exorcista plantea que “el demonio no está siempre en cada instante sufriendo. Muchas veces simplemente piensa. Sólo sufre en ciertos momentos, cuando se acuerda de Dios, cuando se vuelve a hacer consciente de su miserable estado, de su separación de Dios”.

8.- No conocen el futuro, ni pueden leer los pensamientos

Los demonios no ven el futuro, pero con su inteligencia muy superior a la del ser humano pueden deducir por sus causas algunas cosas que sucederán. No saben lo que uno decidirá porque “la libertad humana es el gran factor de indeterminación en sus previsiones”, sostiene el P. Fortea.

“Los demonios pueden tentarnos pero no pueden leer nuestros pensamientos. Aunque dada su gran inteligencia pueden conjeturar lo que pensamos. Al ser seres más inteligentes que nosotros, deducen muchas más cosas y con más seguridad con muy pocos signos externos que lo que deduciríamos nosotros. Pero siempre hay que recordar que ellos están fuera de nuestra alma, sólo Dios puede leer nuestra alma”.


9.- Cuidado con las tentaciones

“El demonio nos puede introducir pensamientos, imágenes o recuerdos, pero no puede introducirse en nuestra voluntad. Podemos ser tentados, pero al final hacemos lo que queremos. Ni todos los poderes del infierno pueden forzar a alguien a cometer ni el más pequeño pecado”, sostiene el sacerdote.

De igual manera puntualiza que “si uno es tentado y ora, la tentación desaparece. Es incompatible la tentación con la oración. La oración crea primero una barrera contra la tentación, pues nuestra voluntad y nuestra inteligencia se centran en Dios. Y si insistimos un poco más, el demonio no puede resistirla y huye”.

10.- Odian más a los ascetas

El exorcista Fortea afirma con seguridad que de todos los cristianos que están en la Iglesia, al que más odia el demonio es al que se dedica a la ascesis (disciplina, ayuno, meditación, oración, sacrificios, etc. para alcanzar la virtud).

“El demonio odia mucho más al asceta que a la jerarquía eclesiástica o a los mismos exorcistas. El exorcista expulsa a uno, dos, una docena de demonios... El hombre que se mortifica, quebranta de un modo mucho más poderoso la influencia demoníaca en este mundo por el mero hecho de sobrellevar sobre su cuerpo y su espíritu la pasión cotidiana de su vida crucificada”.

11.- El significado de la cruz para los demonios

El presbítero describe que “todos y cada uno de los demonios estaban allí, rodeando la Cruz, contemplando con delectación su triunfo”. No obstante, ellos no podían imaginar que era la mayor victoria del Reino de los Cielos que los dejó “sin habla” con la Resurrección.

“Dios Padre no había perdonado la Pasión ni a su mismo Hijo… La Pasión en la Cruz suponía la prueba palpable de que la Justicia Divina no era trasgredida en vano. Fue en ese momento cuando se hicieron plenamente conscientes todos los demonios de que su condenación no tendría indulto alguno por los siglos de los siglos”.

“Por eso ellos de estar contemplando la Cruz con la alegría de su victoria maligna, pasaron a entender que para ellos sería para siempre el recuerdo terrible de la Justicia Divina. Y por eso por encima de todo, los demonios odian la imagen de la cruz, más que la imagen de la Santísima Virgen María o la imagen de cualquier otro santo o la representación de otro misterio sagrado”.

12.- Los objetos que atormentan a los demonios

“La Iglesia con el poder que ha recibido de Cristo puede unir un efecto espiritual a un objeto”, explica el P. Fortea. Cuenta que en una ocasión no había agua durante un exorcismo y bendijo el contenido de una botella de limonada, pero el efecto que producía era mucho menor.

“Al cabo de unos minutos ordené en el nombre de Jesús al demonio que me dijera por qué era eso así. Se resistió, pero al final dijo que el agua era símbolo de pureza y limpieza. Si bien, dijo que aquel otro líquido bendito también le producía algún efecto, pero menos”.

Otros objetos que atormentan a los demonios son las reliquias de los santos y la cruz. Asimismo, las imágenes religiosas también los atormentan, más si están bendecidas, y con mayor fuerza “si en la bendición expresamente se pidió a Dios que repelieran a los demonios”.

13.- No es el 666

El exorcista afirma que identificar la figura bíblica del Anticristo con la del diablo es un error ya que el “666” que menciona el Apocalipsis es número de un ser humano. Por lo tanto es un hombre que propaga el odio, la guerra y el mal. “Nerón, Napoleón, y especialmente Hitler, son figura y bosquejo del Anticristo definitivo y perfecto”, señala.

“También nos aclara mucho la figura del Anticristo su mismo nombre ANTI-CRISTO. Es decir, se trata de la figura contraria a Cristo. Cristo era un hombre, el Anticristo también. Cristo extendió el amor, la paz, la misericordia. El Anticristo extenderá el odio, la guerra, la venganza”.