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lunes, 3 de agosto de 2015

EL EVANGELIO DE HOY: LUNES 3 DE AGOSTO DEL 2015


Dadles vosotros de comer
Milagros


Mateo 14, 13-21. Tiempo Ordinario. Así ha querido Jesús darse a conocer a lo largo de los siglos, por medio del testimonio y la evangelización. 


Por: P. Clemente González | Fuente: Catholic.net 



Te adelantamos las Reflexiones del Evangelio de la 18a. Semana del Tiempo Ordinario   del lunes 3 al domingo 9 de agosto 2015.
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Del santo Evangelio según san Mateo 14, 13-21
En aquel tiempo, al enterarse Jesús de la muerte de Juan el Bautista, se marchó de allí en barca a un sitio tranquilo y apartado. Al saberlo la gente, lo siguió por tierra desde los pueblos. Al desembarcar vio Jesús el gentío, le dio lástima y curó a los enfermos. Como se hizo tarde, se acercaron los discípulos a decirle: Estamos en despoblado y es muy tarde, despide a la multitud para que vayan a las aldeas y se compren de comer. Jesús les replicó: No hace falta que vayan, dadles vosotros de comer. Ellos le replicaron: Si aquí no tenemos más que cinco panes y dos peces. Les dijo: "Traédmelos". Mandó a la gente que se recostara en la hierba y, tomando los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos; los discípulos se los dieron a la gente: Comieron todos hasta quedar satisfechos y recogieron doce cestos llenos de sobras. Comieron unos cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños.

Oración introductoria
Jesús, como esa gente vengo a tu encuentro, quiero hablar contigo y escuchar tus palabras en esta oración. ¿Qué quieres que haga hoy por Ti? No busco ningún interés personal, lo único que te pido es que multipliques tu gracia en mí para poder experimentar tu amor y tu cercanía para trasmitirlos a los demás.

Petición
Señor, no permitas que deje pasar nunca la oportunidad de servir a los demás.

Meditación del Papa Francisco
Cristo presente en medio de nosotros, en el signo del pan y del vino, exige que la fuerza del amor supere cada laceración, y al mismo tiempo que se convierta en comunión con el pobre, apoyado por el débil, atención fraterna a cuántos les cuesta sostener el peso de la vida cotidiana. 
Nos disgregamos cuando no somos dóciles a la Palabra del Señor, cuando no vivimos la fraternidad entre nosotros, cuando competimos para ocupar los primeros puestos, cuando no encontramos la valentía de testimoniar la caridad, cuando no somos capaces de ofrecer esperanza. La Eucaristía nos permite no disgregarnos porque es vínculo de comunión, es cumplimiento de la Alianza, signo viviente del amor de Cristo que se ha humillado e inmolado para que nosotros permaneciéramos unidos.  Participando en la Eucaristía y nutriéndonos de ella, estamos dentro de un camino que no admite divisiones. (Cf Homilía de S.S. Francisco,  4 de junio de 2015, en Santa Marta).
Reflexión
Los profesionales, las madres, los estudiantes, los trabajadores, los maestros, los padres, los hijos, en definitiva, todos los hombres buscan, consciente o inconscientemente, algo que les realice plenamente, algo que trascienda sus vidas, que les llene de paz interior.

Estos hombres y mujeres hambrientos y sedientos de Dios se acercan a las puertas de la fe. Y al cruzar el umbral se encuentran con otros hombres y mujeres, como ellos, a quienes Jesús les ha mandado; dadles vosotros de comer.

Así ha querido Jesús darse a conocer a lo largo de los siglos; por medio del testimonio y la evangelización de personas con una vocación especial: son los sacerdotes, las religiosas, las personas consagradas y los laicos.

Es el milagro de los que han recibido a Cristo como alimento. Unidos a Jesús por medio de la Iglesia, son capaces de saciar el hambre de miles de personas. Pero son pocos, muy pocos los que lleven a Cristo a los demás. En este tiempo, hay millones de personas que todavía no conocen a Jesús. Muchos de ellos sienten la necesidad de orientar sus vidas hacia Dios y no tienen quien les ayude. Cristo nos urge a colaborar con Él en la tarea de dar de comer a las almas hambrientas de trascendencia.

Diálogo con Cristo
Es mejor si este diálogo se hace espontáneamente, de corazón a Corazón
Señor, gracias por hacerme parte de la historia de la salvación. ¡Sí! Yo quiero ser ese pan partido que pueda ayudar a los demás a descubrir y experimentar tu amor. Que mi debilidad no me detenga, que sepa poner los problemas en tus manos y, confiadamente, hacer lo que tu santa voluntad permita.

Propósito
Por la noche voy a examinar mi actitud y mis reacciones ante las dificultades, para ver si corresponden al espíritu de un verdadero discípulo y misionero de Cristo.

EL PECADOR


EL PECADOR



Un hombre fue a confesarse con un sacerdote y le pidió que fuera su intercesor ante Dios, para ver si así dejaba sus pecados y su mala vida. El sacerdote así se lo prometió y así lo hizo; mas como al cabo de algún tiempo no paraba de quejarse de que seguía pecando y no le eran de provecho alguno aquellas oraciones, el sacerdote le dijo: 

- Ven y ayúdame a levantar aquel costal de trigo que se le ha caído a esa mula. 

Cogió el hombre por un lado y el sacerdote por otro, y cuanto más tiraba el pecador para arriba, más tiraba el sacerdote para abajo: 

- ¿Cómo lo vamos a levantar de esta manera? preguntó el hombre. 

- Pues igual haces tú -respondió el sacerdote- cuando pido a Dios que te libre de tus pecados, tú sigues tirando hacia abajo. 

Moraleja: Nuestra voluntad de querer cambiar es determinante en el proceso de santificación. La voluntad se ve fortalecida con la oración y los sacramentos. Estas constituyen nuestros mejores escudos para protegernos más eficientemente en el ambiente en que vivimos. ¡Vívelos para poder tener vida verdadera! 

SAN ALFONSO MARÍA DE LIGORIO, FUNDADOR Y OBISPO Y DOCTOR DE LA IGLESIA, 1 DE AGOSTO


San Alfonso María de Ligorio
Fundador, Obispo y Doctor de la Iglesia



Nació en Marianella junto a Nápoles el año 1696. Después de obtener el grado de doctor en ambos derechos y de ejercer la abogacía con gran delicadeza de conciencia, cursó la carrera eclesiástica, se ordenó sacerdote en 1726 y se dedicó a las misiones populares y al confesonario. 

Entre grandes dificultades fundó en 1732 la Congregación del Santísimo Redentor (Redentoristas), con el fin de dar nuevo aliento a la vida cristiana de los campesinos e iletrados. Además escribió libros de espiritualidad y de teología moral, materia en la que es considerado un verdadero maestro. Entre sus obras hay que destacar la Teología Moral y Las Glorias de María que tanto ha influido en la devoción a la Virgen. En torno al año 1760 fue consagrado obispo de Sant'Agata dei Goti, donde se prodigó a lo largo de trece años en un apostolado fecundo. Después renunció a su obispado y se fue con sus religiosos. Murió en Pagani, cerca de Nápoles, el 1 de agosto de 1787.


Oración: Oh Dios, que suscitas continuamente en tu Iglesia nuevos ejemplos de santidad, concédenos la gracia de imitar en el celo apostólico a tu obispo san Alfonso María de Ligorio, para que podamos compartir en el cielo su misma recompensa. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.


© Directorio Franciscano   

INVOCA A LA VIRGEN MARÍA


Invoca a María



Si se levanta la tempestad de las tentaciones, si caes en el escollo de las tristezas, eleva tus ojos a la Estrella del Mar… ¡Invoca a María!

Si te golpean las olas de la soberbia, de la maledicencia, de la envidia, mira a la estrella… ¡Invoca a María!

Si la cólera, la avaricia, la sensualidad de tus sentidos quieren hundir la barca de tu espíritu, que tus ojos vayan a esa estrella… ¡Invoca a María!

Si ante el recuerdo desconsolador de tus muchos pecados y de la severidad de Dios, te sientes ir hacia el abismo del desaliento o de la desesperación, lánzale una mirada a la estrella, e invoca a la Madre de Dios.

En medio de tus peligros, de tus angustia, de tus dudas, piensa en María… ¡Invoca a María!

El pensar en Ella y el invocarla, sean dos cosas que no se aparten nunca ni de tu corazón ni de tus labios.

Y para estar más seguro de su protección no te olvides de imitar sus ejemplos.

¡Siguiéndola no te pierdes en el camino!

¡Implorándola no te desesperarás!

¡Pensando en Ella no te descarriarás!

Si Ella te tiene de la mano no te puedes hundir. Bajo su manto nada hay que temer.

¡Bajo su guía no habrá cansancio, y con su favor llegarás felizmente al Puerto de la Patria Celestial!


San Bernardo

MUJER - HOMBRE: ¿CUÁL ES LA RELACIÓN ENTRE ELLOS SEGÚN LA IGLESIA CATÓLICA?


Mujer- Hombre: ¿Cuál es la relación entre ellos según la iglesia católica?

Fragmentos de verdad católica



El hombre como la mujer son personas humanas, en igual medida; la igualdad en la dignidad de las personas, lo cual se realiza como complementariedad física, psicológica y ontológica, y da lugar a una 



Por: Mons. Rafaello Martinelli | Fuente: Catholic.net 




¿Qué dice la iglesia acerca de la relación entre el hombre y la mujer?
- La Iglesia, iluminada por la fe en Jesucristo, afirma:
· el carácter personal del ser humano: o sea, que tanto el hombre como la mujer son personas humanas, en igual medida;
· la igualdad en la dignidad de las personas, lo cual se realiza como complementariedad física, psicológica y ontológica, y da lugar a una "unidualidad" relacional;
· la importancia y el sentido de la diferencia sexual;
· la existencia de uno con y para el otro;
· el carácter relacional, no competitivo ni de revancha;
· la colaboración activa, entre el hombre y la mujer, la cual parte del reconocimiento de la misma diferencia entre el hombre y la mujer;
· la presencia del pecado, el cual estropea mas no anula esta positiva relación y colaboración entre ellos.
 
¿Dónde encuentra la iglesia esta concepción?
La encuentra en la Sagrada Escritura que, rica, también, en sabiduría humana, la ha manifestado progresivamente gracias a la intervención de Dios en favor de la humanidad.
 ¿Cómo presenta el antiguo testamento la importancia del hombre y la mujer?
Presenta la importancia del hombre y de la mujer de varios modos.
Por ejemplo, el Antiguo Testamento:
· configura una historia de salvación que pone simultáneamente en juego la participación de lo masculino y femenino, la importancia del hombre y la mujer;
· utiliza un vocabulario nupcial: Dios se da a conocer como el Esposo que ama a Israel, su Esposa. Este vocabulario expresa la naturaleza misma de la relación que Dios establece con su pueblo, si bien esta relación es más amplia de lo que se puede experimentar en la relación nupcial humana;
· presenta un amor muy humano, que celebra la belleza de los cuerpos y la felicidad de la atracción recíproca en la que se expresa al mismo tiempo el amor divino por su pueblo (esto se puede ver por ejemplo en el libro del Cantar de los Cantares ).

¿Cómo presenta el nuevo testamento la relación entre el hombre y la mujer?
Confirma y completa lo que ya estaba presente en el Antiguo Testamento:
· Jesucristo, el Hijo de Dios hecho hombre, asume en su masculinidad todo aquello que el simbolismo veto testamentario había aplicado al amor de Dios por su pueblo, descrito como el amor de un esposo por su esposa;
· la Virgen María, como elegida hija de Sión, en su feminidad, recapitula y transfigura la condición de Israel/Esposa en espera del día de la salvación;
· la Esposa amada de Cristo-Esposo es la Iglesia;
· la revelación misma se concluye con la palabra de la Esposa y del Espíritu que suplican la llegada del Esposo: "Ven, Señor Jesús" (Ap 22, 20);
· el amor total e indisoluble del hombre y de la mujer, vivido en la vida de la gracia bautismal, se transforma en un sacramento, es decir, una realidad que manifiesta y comunica el amor de Cristo y la Iglesia;
· en la gracia de Cristo, que renueva sus corazones, el hombre y la mujer son capaces de liberarse del pecado y de conocer el gozo del don recíproco. Con la fuerza que da la Resurrección de Cristo, es posible la victoria de la fidelidad sobre la debilidad, sobre las heridas sufridas y sobre los pecados de la pareja;
· la rivalidad, la enemistad y la violencia que deforman la relación entre el hombre y la mujer, en Cristo son superables y superadas. La diferencia que existe entre ellos no se convierte en un motivo de discordia que deba superarse con la negación o la nivelación, sino en una posibilidad de colaboración que necesita cultivarse con el respeto recíproco de las diferencias.
Según la concepción cristiana, ¿cuál es la importancia de la sexualidad de la persona humana?
La sexualidad tiene una gran importancia, tanto desde el punto de vista antropológico como desde el punto de vista teológico:
- La dimensión antropológica de la sexualidad en la fe cristiana:
· es la humanidad sexuada la que es declarada explícitamente "imagen de Dios";
· la sexualidad caracteriza al hombre y a la mujer no sólo en el plano físico, sino también en el plano psicológico y espiritual, marcando cada una de sus expresiones;
· la sexualidad es un componente fundamental de la personalidad, de su modo de ser, de manifestarse, de comunicarse con los demás, de sentir, de expresar y de vivir el amor humano;
· la sexualidad expresa el carácter esponsal del cuerpo, en el cual se inscribe la masculinidad y la feminidad de la persona.
- La dimensión teológica de la sexualidad:
· La distinción hombre-mujer es querida y creada por Dios: "Creo Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios le creó, hombre y mujer los creó" (Gn 1, 26-27);
· La relación entre el hombre y la mujer es buena, pero ha sido herida por el pecado, por lo tanto necesita de ser sanada, y Cristo lo puede y lo quiere hacer.
 
¿Cuáles son los aspectos negativos que existen hoy en la relación entre la mujer y el hombre?
- Estos son algunos de los aspectos negativos que hoy se pueden relevar en la relación entre el hombre y la mujer:
· subordinación de uno con respecto al otro;
· antagonismo y rivalidad entre ellos;
· actitud de contestación;
· contraposición, desconfianza y defensiva;
· cancelación de las diferencias entre el hombre y la mujer, comenzando por aquellas biológico-sexuales, consideradas como simples efectos de un condicionamiento histórico-cultural.
 
 ¿Cuáles son las consecuencias que produce el oscurecimiento de esta diferencia o dualidad entre los sexos?
- Produce, a diversos niveles, consecuencias enormes, como por ejemplo:
· el poner en duda la familia misma, por su índole natural biparental, es decir, compuesta de padre y madre;
· la equiparación de la heterosexualidad a la homosexualidad;
· un modelo de sexualidad pluriforme;
· libertad para que cada persona pueda elegir su sexo según sus propios gustos;
· rechazo de las Sagradas Escrituras que, según eso, transmitirían una concepción patriarcal de Dios, alimentada por una cultura esencialmente machista;
- poca importancia al hecho de que el Hijo de Dios asumió la naturaleza humana en su forma masculina.
 
Según la concepción cristiana, ¿en qué consiste la originalidad de la mujer?
La mujer conserva la profunda intuición que lo mejor de su vida se realiza en las actividades orientadas al despertar del otro, a su crecimiento y protección. Indica la capacidad fundamental de cada ser humano de vivir para el otro y gracias al otro. Por lo tanto, la promoción de la mujer al interno de la sociedad debe ser comprendida y querida como una humanización de la persona, sea hombre o mujer, y de la sociedad misma, realizada gracias a los valores redescubiertos por las mujeres.
 
¿Cómo se expresa esta intuición?
Esta intuición está en relación con la capacidad física que posee la mujer de dar la vida. Ya vivida o en forma potencial, esta capacidad es una realidad que estructura, en profundidad, la personalidad femenina.
 
La capacidad biológica de dar vida, ¿qué le permite a la mujer?
- Le permite adquirir tempranamente la madurez, el sentido de la gravedad de la vida y la responsabilidad que esto implica.
- Desarrolla en ella el sentido y el respeto de lo concreto, que se opone a las abstracciones frecuentemente letales para la existencia de los individuos y de las sociedades.
- Finalmente, es la mujer que, aún en las situaciones más difíciles - y la historia pasada y presente es testigo - posee una capacidad única de resistir en la adversidad, de convertir en posible la vida aún en situaciones extremas, de conservar un sentido tenaz del futuro y, por último, de recordar incluso con las lágrimas el precio que posee cada vida humana.
 
¿La mujer es considerada solamente desde el punto de vista de la procreación biológica?
¡Desde luego que no! La misma existencia de la vocación cristiana a la virginidad niega radicalmente la pretensión de encerrar a las mujeres en un destino que sería solamente biológico.
 
¿Qué relación existe entre maternidad física y virginidad?
Existe una relación de complementariedad. Así como a la virginidad la maternidad física le recuerda que no existe vocación cristiana si no es está presente el don de sí mismo a los demás, de igual modo a la maternidad física la virginidad le recuerda su dimensión fundamentalmente espiritual: no es dando sólo vida física que se genera verdaderamente al otro. Lo que significa que la maternidad puede encontrar formas de realización plena también donde no existe generación física.
 
El papa Juan Pablo II habló de la genio della donna. ¿qué implica esta particularidad, en la vida de la sociedad?
- En primer lugar, implica que la mujer está presente activamente y con firmeza en el seno familia, sociedad primordial y en cierto modo soberana, donde la persona humana aprende a ser amada y a amar, a ser respetada y respetar, a conocer y amar a Dios. Sería sumamente provechoso para la sociedad el hacer posible a la madre - sin obstaculizar su libertad, sin discriminación psicológica o práctica, sin penalización en relación a sus compañeras - el dedicarse al cuidado y educación de los hijos según las diferentes necesidades de los mismos, de acuerdo a sus edades.
- Además implica que las mujeres estén presentes en el mundo del trabajo y de las organizaciones sociales y que tengan acceso a los puestos de responsabilidad que le ofrecen la posibilidad de inspirar las políticas de las naciones y de promover soluciones innovadoras a los problemas sociales y económicos.

 ¿Cómo hacer para que la mujer pueda armonizar familia y trabajo?
- El problema no es sólo jurídico, económico y organizativo. Sobre todo es un problema de mentalidad, cultura y respeto.
- Esto lleva:
· a una legislación y organización del trabajo en armonía con las exigencias de la misión de la mujer al interno de la familia;
· a una justa valorización de la tarea realizada por la mujer en la familia;
· al respeto de las características de las mujeres, diversas a las de los hombres;
· a la presencia de las mujeres en el mundo del trabajo y de la organización social y política.
 ¿Cuál es el rol de la mujer en la vida de la iglesia?
- Las mujeres son llamadas a ser modelos y testimonios insustituibles para todos los cristianos, de como la Esposa (la Iglesia) debe corresponder al amor del Esposo (Jesucristo).
- La figura de la Virgen María constituye en la Iglesia la referencia fundamental, cual modelo de actitudes, que si bien son típicas de todo bautizado, de hecho son características de la mujer, que las vive con particular intensidad y naturaleza.
 
¿Cuáles son las actitudes en las que María es modelo?
- María es modelo:
· en la escucha y acogida de la Palabra de Dios;
· en el agradecimiento y alabanza a Dios, por todos sus beneficios (cfr. 'Magnificat');
· en el reconocimiento de la infinita humildad de Dios, que se hace hombre en su Hijo, que muere en cruz por la salvación de la humanidad.
 
¿Quién es el más grande delante a Dios?
¡Quién mayormente imita a Cristo! Por lo tanto, quién es el más santo es también el más grande en la tierra y en el cielo! Y ésta es la mejor meta tanto para la mujer como para el hombre, sin distinciones.
 
El Primicerio
De la Basílica de los Santos Ambrosio y Carlos en Roma
Monseñor Raffaello Martinelli

EL PAN DE VIDA


El pan de vida



La gente necesita a Jesús y lo busca. Hay algo en él que los atrae, pero todavía no saben exactamente por qué lo buscan ni para qué. Según el evangelista, muchos lo hacen porque el día anterior les ha distribuido pan para saciar su hambre.

Jesús comienza a conversar con ellos. Hay cosas que conviene aclarar desde el principio. El pan material es muy importante. Él mismo les ha enseñado a pedir a Dios «el pan de cada día» para todos. Pero el ser humano necesita algo más. Jesús quiere ofrecerles un alimento que puede saciar para siempre su hambre de vida.

La gente intuye que Jesús les está abriendo un horizonte nuevo, pero no saben qué hacer, ni por dónde empezar. El evangelista resume sus interrogantes con estas palabras: «Y ¿qué obras tenemos que hacer para trabajar en lo que Dios quiere?». Hay en ellos un deseo sincero de acertar. Quieren trabajar en lo que Dios quiere, pero, acostumbrados a pensarlo todo desde la Ley, preguntan a Jesús qué obras, prácticas y observancias nuevas tienen que tener en cuenta.

La respuesta de Jesús toca el corazón del cristianismo: «la obra (¡en singular!) que Dios quiere es ésta: que creáis en el que él ha enviado». Dios sólo quiere que crean en Jesucristo pues es el gran regalo que él ha enviado al mundo. Ésta es la nueva exigencia. En esto han de trabajar. Lo demás es secundario.

Después de veinte siglos de cristianismo, ¿no necesitamos descubrir de nuevo que toda la fuerza y la originalidad de la Iglesia está en creer en Jesucristo y seguirlo? ¿No necesitamos pasar de la actitud de adeptos de una religión de "creencias" y de "prácticas" a vivir como discípulos de Jesús?

La fe cristiana no consiste primordialmente en ir cumpliendo correctamente un código de prácticas y observancias nuevas, superiores a las del antiguo testamento. No. La identidad cristiana está en aprender a vivir un estilo de vida que nace de la relación viva y confiada en Jesús el Cristo. Nos vamos haciendo cristianos en la medida en que aprendemos a pensar, sentir, amar, trabajar, sufrir y vivir como Jesús.

Ser cristiano exige hoy una experiencia de Jesús y una identificación con su proyecto que no se requería hace unos años para ser un buen practicante. Para subsistir en medio de la sociedad laica, las comunidades cristianas necesitan cuidar más que  nunca la adhesión y el contacto vital con Jesús el Cristo.


José Antonio Pagola

ME SIENTO UN NÁUFRAGO ESPIRITUAL


Me siento un náufrago espiritual
En este mar apático se nada y se nada, buscando una isla donde aferrarse, hasta que vemos a Dios a nuestro alrededor.
Por: Oscar Schmidt 




Si, a veces me siento como un náufrago nadando en un mar de incomprensión espiritual, tratando de encontrar aunque más no sea una isla pequeña donde descansar ¿A qué me refiero?

Rodeado de la vida mundana, no se advierte que los demás miren este mundo aunque no sea más que un poquito, con los ojos de Dios. Escucho hablar a la gente de cosas que suceden, y se advierte de inmediato la mano de Dios en ello. Pero, ¿cómo decirlo, si no hay peor sordo que el no quiere oír, ni peor ciego que el que no quiere ver? Miro a derecha, a izquierda, por delante y por detrás, y sólo veo gente que no tiene la más mínima voluntad de introducir a Dios en sus vidas. ¡Un verdadero mar de frialdad espiritual!. Miles de millones de almas viven totalmente ajenas a El. Mientras rezo en mi interior, y pienso en lo mal que se siente el Creador al ver semejante nivel de indiferencia, más y más me siento como un náufrago perdido en un mar de ignorancia y ceguera espiritual. Y ésta realidad me resulta visible en aquellos momentos en que, por Gracia de Dios, se abre mi corazón a ver la realidad con una mirada espiritual, porque el resto del tiempo entristezco al Señor con pensamientos y sentimientos del todo mundanos también.

En este mar apático se nada y se nada, buscando una isla donde aferrarse. Y esas islas aparecen, cuando cruzamos nuestro camino con alguien que ve a Dios en lo que ocurre a nuestro alrededor. ¡Y cómo nos aferramos a estas personas en esos momentos! Conversaciones vibrantes, plenas de amor a Dios, compartiendo tantas cosas que el mar-desierto espiritual que nos rodea ignora totalmente. Son momentos de descansar, de tomar fuerzas, de recordar que el Señor nunca nos deja desamparados. Y luego de gozar estos instantes de unión con esos hermanos en el amor a Jesús y María, a nadar nuevamente en el mar que nos rodea.

Creo que nuestra obligación, como hijos de Dios, es sobreponernos a éstas frustraciones del alma, y seguir luchando en medio de tan grande incomprensión. Debemos dar testimonio del amor por Dios, aunque nadie nos preste atención, a riesgo de que nos tomen por locos o aburridos, o pasados de moda, o el calificativo que sea. Imaginen que el pobre Jesús también nadó en este mar espiritual cuando vino a nosotros, y como siempre, la Palabra del Señor es el modelo de lo que debemos esperar de nuestras vidas, y también de cómo debemos reaccionar frente a la falta de amor del mundo.

Hoy nos sentimos náufragos, y también colaboramos con el naufragio general ante nuestra falta de amor por El. Pero, personalmente, creo que si cada uno de nosotros nada con fuerza en estas aguas, dando vigoroso testimonio del amor como único camino, se irán formando más y más islas a nuestro alrededor, hasta que se unan poco a poco.

Y esas islas, que son las almas de los que aman a Dios, unidas unas con otras formarán un continente espiritual, donde reine el Amor por nuestro Dios, donde se pueda pisar firme y confiado en tierras regadas por las lágrimas de quienes donaron sus vidas por el Salvador, a lo largo de los siglos.