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lunes, 20 de julio de 2015

EL EVANGELIO DE HOY: LUNES 20 DE JULIO DEL 2015


Escribas y fariseos piden una señal
Tiempo Ordinario


Mateo 12, 38-42. Tiempo Ordinario. ¡Cuántas veces nosotros también pedimos signos a Dios! Reclamamos una señal del cielo. 


Por: H. Benoit Terrenoir | Fuente: Catholic.net 



Del Evangelio según san Mateo 12, 38-42
Entonces algunos escribas y fariseos le dijeron: «Maestro, queremos que nos hagas ver un signo». El les respondió: «Esta generación malvada y adúltera reclama un signo, pero no se le dará otro que el del profeta Jonás. Porque así como Jonás estuvo tres días y tres noches en el vientre del pez, así estará el Hijo del hombre en el seno de la tierra tres días y tres noches. El día de Juicio, los hombres de Nínive se levantarán contra esta generación y la condenarán, porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás, y aquí hay alguien que es más que Jonás. El día del Juicio, la Reina del Sur se levantará contra esta generación y la condenará, porque ella vino de los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay alguien que es más que Salomón».

Oración preparatoria
Señor, por un momento dejo de lado mis ocupaciones. Quiero pasar estos minutos a solas contigo. Durante los tres años de tu vida pública, muchas veces te ibas de noche a rezar a tu Padre en algún lugar retirado y allí te pasabas la noche. Hoy quiero hacer lo mismo. Te confío todas mis intenciones, te entrego todos mis deseos, te doy todo mi ser. María, ¡ayúdame a rezar bien, a hacer una oración que le dé gusto a tu Hijo!

Petición
Señor, ¡ayúdame a aceptar siempre tu voluntad en mi vida!

Meditación del Papa Francisco
La vida es un camino hacia la plenitud de Jesucristo, cuando vendrá por segunda vez. Esta generación busca un signo, pero, dice el Señor, no se le dará ningún signo, como no sea el signo de Jonás, es decir, el signo de la Resurrección, de la Gloria, de esa escatología hacia la que nos dirigimos. Y estos doctores estaban encerrados en sí mismos, no abiertos al Dios de las sorpresas, no conocían el camino y menos esta escatología.
Así, cuando en el Sanedrín Jesús afirma ser el Hijo de Dios, se rasgaron las vestiduras, se escandalizaron diciendo que había blasfemado. El signo que Jesús les da era una blasfemia. Y por este motivo, Jesús dice: generación malvada.
Estos no han entendido que la ley que ellos custodian y aman era una pedagogía hacia Jesucristo. Si la ley no lleva a Jesucristo, si no nos acerca a Jesucristo, está muerta. Y por esto Jesús les reprende por estar cerrados, por no ser capaces de reconocer los signos de los tiempos, por no estar abiertos al Dios de las sorpresas.  (Cf Homilía de S.S. Francisco, 13 de octubre de 2014, en Santa Marta).
Reflexión 
Los fariseos reclaman un signo a Jesús. Pero Jesús no quiere satisfacer su curiosidad, se niega a darles un signo, excepto el de Jonás. ¡Cuántas veces nosotros también pedimos signos a Dios! Le decimos que no queremos ir a misa el domingo, que no nos interesa confesarnos, a no ser que nos lo pida de manera clara. Reclamamos una señal del cielo.

Cristo quiere purificar nuestra intención, nos pide hacer el salto de la fe, confiar en su palabra y entregarnos a su voluntad. Él, cuando estaba sufriendo en la Cruz, no vio ningún signo del Padre, no escuchó ninguna voz celeste que le decía “¡Ánimo! ¡Sólo te faltan unos minutos!”. Y, sin embargo, perseveró hasta el final.

Por otro lado, los signos no nos van a servir si no queremos seguir a Cristo. Los fariseos habían visto muchos milagros y no se dejaron convencer. Es también el caso de los hermanos del rico epulón en la parábola del pobre Lázaro (Lc 16, 27-31).


Cristo no quiere darnos signos, pero nos llama a ser signos de su amor en el mundo. El profeta Jonás fue un signo de conversión para los habitantes de Nínive. Se arrepintieron y cambiaron de vida al escuchar su predicación. Nuestra sociedad se parece a la de Nínive del Antiguo Testamento, poblada por pecadores y gente que no conoce a Dios. Cristo nos manda como sus embajadores en el mundo.

Propósito

Entrar en una iglesia y visitar a Cristo para renovarle nuestra adhesión a su voluntad.

Diálogo final
Señor, ¡soy todo tuyo! Tú me has dado todo lo que tengo y todo lo que soy, el don de la vida, de la gracia bautismal y de mi vocación particular. ¡Hazme entender tu misericordia, que tu amor sea el único signo que necesite para creer en ti!


«Desde mi angustia invoqué al Señor, y él me respondió; desde el seno del Abismo, pedí auxilio, y tú escuchaste mi voz. […] Cuando mi alma desfallecía, me acordé del Señor, y mi oración llegó hasta ti, hasta tu santo Templo. […] yo, en acción de gracias, te ofreceré sacrificios y cumpliré mis votos: ¡La salvación viene del Señor!» (Jonás 2, 3-10).

FRASES SOBRE LA VIDA


Frases sobre La Vida



La vida es una oportunidad, aprovéchala.
La vida es belleza, admírala.
La vida es beatitud, saboréala.
La vida es un sueño, hazlo realidad.

La vida es un reto, afróntalo.
La vida es un juego, juégalo.
La vida es preciosa, cuídala.
La vida es riqueza, consérvala.
La vida es un misterio, descúbrelo.

La vida es promesa, cúmplela.
La vida es amor, gózalo.
La vida es trsiteza, supérala.
La vida es un himno, cántalo.
La vida es una tragedia, domínala.

La vida es aventura, vívela.
La vida es felicidad, merécela.
La vida es es vida, defiéndela.

En el momento de la muerte, no se nos juzgará por la cantidad de trabajo que hayamos hecho, sino por el peso de amor que hayamos puesto en nuestro trabajo. Este amor debe resultar del sacrificio de
sí mismos y ha de sentirse hasta que haga daño.

Madre Teresa de Calcuta

NUESTRA ALEGRÍA


NUESTRA ALEGRÍA



La alegría debe ser uno de los ejes dominantes de nuestra vida. Una religiosa es como el sol en una comunidad. La alegría es el signo de una personalidad generosa. A veces es también un manto que encubre una vida de sacrificio y de generosidad. Una persona que tiene este don alcanza a menudo altas cimas. 

Hagamos que quienes sufren hallen en nosotros ángeles de consuelo. ¿Por qué el trabajo entre las chabolas ha sido bendecido por Dios? No es ciertamente en consideración de determinadas cualidades personales, sino a causa de la alegría que las hermanas reparten a su paso.

La gente del mundo carece de nuestra alegría. Menos aún la poseen quienes viven en las chabolas. Nuestra alegría es el mejor medio para predicar el cristianismo a los paganos.

Vinieron algunas personas a Calcuta y antes de regresar a sus puntos de origen, me pidieron que les dijese algo que pudiera servirles para vivir sus vidas de manera más provechosa. Les contesté: Sonríanse ustedes mismos unos a otros, sonrían a sus esposas, a sus maridos, a sus hijos, a todos, sin mirar de quién se trata. Que en cada uno pueda crecer día a día el amor recíproco hacia los demás. A este punto, uno de los presentes me preguntó: ¿Está usted casada? Contesté: Sí, a veces me cuesta sonreírle a Jesús, es verdad; a veces Jesús puede llegar a pedir mucho, pero es en tales ocasiones cuando Jesús nos pide más, cuando nuestra sonrisa resulta más hermosa. Esto es en realidad lo que Jesús nos pide que hagamos: que nos amemos unos a otros, una y otra vez, como el Padre lo amó a Él. Y ¿cómo amó el Padre a Cristo? Mediante el sacrificio: entregándolo a la muerte por nuestra salvación. 

Si queremos de veras conquistar al mundo, no podremos con bombas ni con armas de destrucción. Conquistemos el mundo con nuestro amor. Entretejamos nuestra vida con eslabones de sacrificio y de amor y nos resultará posible conquistar el mundo. 

HISTORIA DE LA DEVOCIÓN AL DIVINO NIÑO JESÚS EN BOGOTÁ - COLOMBIA


Historia de la Devoción al DIVINO NIÑO JESÚS EN BOGOTÁ - COLOMBIA.



En el año 1935 llegó el Padre Salesiano Juan del Rizzo al barrio "20 de julio", al sur de Bogotá, una región muy solitaria y abandonada en aquellos tiempos. Le habían prohibido emplear la Imagen del Niño de Praga porque una asociación muy antigua reclamaba para ella el derecho exclusivo de propagar esa imagen. 

El Padre del Rizzo estaba convencido de que a Dios le agrada mucho que honremos la infancia de Jesús, pues así lo ha demostrado con innumerables y numerosos milagros. ¿Si otros niños son tan inocentes y tan dignos de ser amados, cuánto más lo será el niño Jesús? Además recordaba muy bien la promesa hecha por Nuestro Señor a una santa: " Todo lo que quieres pedir pídelo por los méritos de mi infancia y nada te será negado si te conviene conseguirlo". Así que no desistió de propagar la devoción al Divino Niño pero dispuso adquirir una nueva imagen.

Se fue a un almacén de arte religioso llamado "Vaticano"  propiedad de un artista italiano, y le encargó una imagen bien hermosa del Divino Niño. Le prestaron una imagen bellísima, el padre la llevó para sus solitarios, desérticos y abandonados campos del "20 de julio". Ahora empezaría una nueva era de milagros en esta región.

Esta es un de las imágenes más hermosas y agradables que han hecho de nuestro Señor. Con los brazos abiertos como queriendo recibir a todos. Con una sonrisa imborrable de eterna amistad. Atrae la atención y el cariño desde la primera vez que uno le contempla. Allí a su alrededor se han obrado y se siguen obrando maravillosos favores, para quien no conozca los prodigios que obtiene la fe parecerían fábulas o cuentos inventados por la imaginación, pero que son muy ciertos para quienes recuerdan la promesa de Jesús " Según sea tu fe así serán las cosas que te sucederán".

El Padre Juan comenzó a narrar a las gentes los milagros que hace el Divino Niño Jesús a quienes le rezan con fe y a quienes ayudan a los pobres, y empezaron a presenciarse prodigios admirables: enfermos que obtenían la salud, gentes que conseguían buenos empleos o estudio para los niños, o casa o éxito en los negocios. 
Familias que recobraban la paz. Pecadores que se convertían. Y cada persona que obtenía un favor del Divino Niño Jesús se encargaba de propagar su devoción entre amigos y conocidos.

ORACIÓN AL DIVINO NIÑO JESÚS: ORACIÓN PARA OBTENER SERENIDAD

ORACIÓN AL DIVINO NIÑO JESÚS
Oración para obtener Serenidad.


Niño Jesús: tú eres el rey de la Paz; ayúdame a aceptar sin amarguras las cosas que no puedo cambiar.

Tú eres fortaleza del cristiano; dame valor para transformar aquello que en mi debe mejorar.

Tú eres la sabiduría eterna, enséñame en cada instante como debo obrar para agradar más a Dios y hacer mayor bien a las demás personas.

 Te lo suplico, por los méritos de tu infancia a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos. 

Amén.

¿POR QUÉ DECIMOS PALABROTAS CUANDO NOS ENFADAMOS?


¿Por qué decimos palabrotas cuando nos enfadamos?
Autoridad y Disciplina


cuando nos enfadamos, vamos perdiendo capacidad de discernimiento y se adopta comportamiento agresivo


Fuente: abc 



¿De qué depende que haya personas a las que le guste el color rojo más que el azul? ¿O que haya unas muy habladoras y otras muy taciturnas? La visión general de los científicos es que el comportamiento, los gustos y la forma de ser no nos llegan por sorteo, al menos no del todo. Sino que son resultado de la herencia de unos genes, a través de los cuales nuestros antepasados nos dejan algunos rasgos característicos, y de la influencia del medio ambiente que nos rodea sobre estos genes que hemos heredado. Tanto unos como otros, determinan la estructura y el funcionamiento del sistema nervioso, dirigido por el encéfalo, y del sistema endocrino, en el que las hormonas juegan un papel clave. Aparte, claro está, hay que contar con la enorme influencia del aprendizaje, la educación y el entorno social y cultural, que le dan forma al carácter de una persona como unas manos tallan una figura de barro en el torno del alfarero.
Sabiendo todo esto, y quizás convertidos en cartógrafos de un océano inmenso, los investigadores trazan mapas cerebrales e identifican áreas implicadas en comportamientos determinados. Se sabe que, de forma rutinaria, como por ejemplo cuando se lee un artículo en un periódico, varias zonas separadas del cerebro participan para llevar a cabo un mismo proceso mental. Por ejemplo, en el caso del periódico, hay regiones del cerebro que cooperan para descifrar la imagen que llega a la retina, mientras otras interpretan las letras y las palabras y luego construyen un sentido, que además puede traernos recuerdos o hacernos pensar. Pero a veces, esas regiones cerebrales no funcionan en armonía y, como si estuvieran en combate, unas se imponen a otras. Es el caso de lo que ocurre cuando nos enfadamos a lo largo de una discusión y podemos llegar a alzar la voz, a decir palabrotas o incluso a insultar a la otra persona. ¿Por qué ocurre esto?
«La ira o cualquier emoción intensa se experimenta en áreas subcorticales, y estas pueden bloquear la capacidad de integración, regulación y autocontrol del lóbulo prefrontal», explica la psicóloga Leticia Vázquez, de Psicólogos Eleva. Según dice, este lóbulo es la estructura cerebral más implicada en el autocontrol, donde «se regulan las sensaciones del cuerpo y las emociones, donde se integran los valores morales para decidir la mejor pauta de actuación (….) y donde más conciencia tenemos de nuestras emociones, sentimientos, recuerdos y creencias».
Es decir, cuando nos enfadamos, vamos perdiendo capacidad de discernimiento y se va haciendo más probable que adoptemos comportamientos agresivos, como alzar la voz, pegar algún golpe o soltar tacos o insultos. Y , tal como explica la psicóloga, nuestro centinela del autocontrol también se inactiva «cuando se consume alcohol u otras sustancias», por lo que estás más deshinibido puede facilitar no solo la pérdida de timidez sino también que recurramos a la violencia con más facilidad.

La ira: una respuesta defensiva

Una vez que se alcanza ese estado de enfado, tal como se explica en «Psicobiología de la violencia», editado por Luis Moya Albiol, «la ira o cólera reflejaría un estado de activación que implica patrones particulares del sistema nervioso autónomo (SNA) y del tono muscular, que darían lugar a una disminución en el umbral para la agresión». En esta situación se produce «un estado emocional que incluye malestar y consiste en sentimientos subjetivos que varían en intensidad, desde la irritación moderada o enfado hasta la furia intensa o furor».
Se considera que este tipo de violencia impulsiva, muy distinta de la premeditada, va asociada a la ira y al miedo, y que es una «respuesta defensiva que forma parte del repertorio adaptativo de la conducta humana», pero que puede llegar a «ser patológica cuando las respuestas agresivas son exageradas frente al estímulo que ha provocado la reacción».
Por fortuna, de forma habitual, «inhibimos muchos impulsos que podrían ser desaprobados por el entorno social, como son los derivados de la ira o la sexualidad inapropiada», según Leticia Vázquez. Esta capacidad de controlarse es inexistente en los primeros meses de vida y comienza a desarrollarse durante la infancia: «gradualmente el niño practica la tolerancia a la frustración y va desarrollando su capacidad de autocontrol».

El síndrome de Tourette

Pero esta capacidad de autocontol puede disminuir por causas tan variopintas como la aparición de lesiones en el lóbulo prefrontal, como ocurre en el caso de algunos tumores, o cuando se produce una infección con el virus de la rabia, que lleva a adoptar comportamientos violentos, ataques irracionales y una actitud de hipersexualidad. Además, ciertos desajustes hormonales y alteraciones en los ganglios basales parecen provocar el síndrome de Tourette, una dolencia que lleva a mostrar comportamientos que resultan agresivos. Por ejemplo, puede aparecer la coprolalia (tendencia patológica a decir obscenidades y que solo se puede controlar con mucha fuerza de voluntad), la ecolalia (tendencia a hacerle burla a otra persona), además de otros síntomas, como el trastorno de déficit de atención con hiperactividad.

En busca del «cerebro violento»

Para la Organización Mundial de la Salud, la violencia es un importante problema global de salud pública, puesto que «supone para los estados un elevado coste anual en atención sanitaria, procesos legales y pérdida de la productividad, llegando a alcanzar en algunos países el 5 por 100 del producto interior bruto». Por ello, la comunidad científica ha investigado sus bases psicológicas y biológicas de una actitud cuyo objetivo es «causar daño a otros individuos».
Por eso, algunos científicos, buscan rasgos relacionados con la inclinación de una persona a ser más o menos agresiva. Las personas impulsivas, las que tienen una baja actividad en un neurotransmisor conocido como serotonina y las que tienen ciertas variantes de algunos genes parecen estar más inclinados a ella.