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sábado, 4 de julio de 2015

EL EVANGELIO DE HOY: SÁBADO 4 DE JULIO DEL 2015


Vino nuevo en odres nuevos
Tiempo Ordinario

Mateo 9, 14-17.Tiempo Ordinario. Cristo tiene el bálsamo que cura nuestra alma, la palabra que pacifica nuestro corazón. 


Por: P. Clemente González | Fuente: Catholic.net 



Del santo Evangelio según san Mateo 9, 14-17
Entonces se le acercan los discípulos de Juan y le dicen: «¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos, y tus discípulos no ayunan?» Jesús les dijo: «Pueden acaso los invitados a la boda ponerse tristes mientras el novio está con ellos? Días vendrán en que les será arrebatado el novio; entonces ayunarán. Nadie echa un remiendo de paño sin tundir en un vestido viejo, porque lo añadido tira del vestido, y se produce un desgarrón peor. Ni tampoco se echa vino nuevo en pellejos viejos; pues de otro modo, los pellejos revientan, el vino se derrama, y los pellejos se echan a perder; sino que el vino nuevo se echa en pellejos nuevos, y así ambos se conservan». 

Oración introductoria
¡Ven, Espíritu Santo! Ilumíname para experimentar tu presencia en esta oración. Ayúdame a dejar a un lado mis preocupaciones para darte el tiempo y la atención que mereces. Nada hay más importante en este momento, reorienta mi vida hacia Ti y alimenta mi amor por Ti en esta meditación.

Petición
Señor, concédeme amarte por encima de todas las cosas.

Meditación del Papa Francisco
Cuando Jesús reprende a estas personas, estos doctores de la ley, les llama al orden por no haber mantenido las personas con la Ley, sino de hacerlas esclavas de pequeñas leyes, de muchas pequeñas cosas que deben hacer con la libertad que Jesús nos trae en la nueva ley, la ley que Él ha sancionado con su sangre. Y ésta es la novedad del Evangelio, que es fiesta, es alegría y es libertad.
Pablo distingue entre: hijos de la ley e  hijos de la fe. A vino nuevo, odres nuevos. Y por esta razón la Iglesia nos pide, a todos nosotros, algunos cambios, nos pide dejar a un lado las estructuras perecederas: ¡No sirven! Y tomar otras nuevas, las del Evangelio. No podemos por ejemplo entender la mentalidad de estos doctores de la ley, estos teólogos fariseos: no se puede entender la mentalidad de ellos con el espíritu del Evangelio. El estilo del Evangelio es un estilo diverso, que lleva la ley a la plenitud. ¡Sí! Pero de un modo nuevo: es el vino nuevo, en odres nuevos.

Que el Señor nos de la gracia de no permanecer prisioneros, sino que nos de la gracia de la alegría y de la libertad que nos trae la novedad del Evangelio. (Cf Homilía de S.S. Francisco, 5 de septiembre de 2014, en Santa Marta).
Reflexión
A un observador de las cosas de este mundo parecería que el hombre debe esperar a llegar al Cielo para tener una vida sin preocupaciones. Si hay carestía de algo en el mundo, no es precisamente de preocupaciones. El que tiene hijos se preocupa por ellos, quien tiene ancianos a su cuidado se preocupa por ellos. El empresario se preocupa porque su empresa vaya adelante, el ama de casa se preocupa de que su hogar esté en orden y dispuesto, el estudiante se preocupa por aprobar sus exámenes. Todos tenemos nuestra ración cotidiana de preocupaciones.

Algunas sin embargo son muy pesadas, y nadie puede negar su importancia. Son enfermedades o situaciones familiares y sociales de muy difícil solución. El evangelio de hoy nos presenta un aspecto de la figura de Cristo que debe llenar de esperanza los corazones atribulados. Cristo como aquel que “tomó nuestras flaquezas y cargó con nuestras iniquidades”. Esto puede parecernos simple palabrería, pues el que tiene problemas no siempre encuentra una solución a ellos en la oración. Y surge la tentación de pensar que a Cristo le son indiferentes nuestras preocupaciones. Sin embargo es cierto que Cristo vino a cargar con nuestras flaquezas.

Tal vez no como nosotros lo esperamos, pero seguro que sí como Él quiso entregarse. Porque lo que Cristo nos ofrece quizás no sea la solución material a nuestras dificultades, pero no cabe duda que nadie como Él tiene el bálsamo que cura nuestra alma, el remedio que calma nuestro espíritu, la palabra que pacifica nuestro corazón.

Propósito
Promover, con una buena estrategia, la participación de mi familia en la Eucaristía del domingo.

 
Diálogo con Cristo
Jesús, la gran aspiración de mi vida es poder amarte por encima de todas las cosas. Dame valor para poder renunciar a todo lo que me aparte de Ti; dame generosidad para saber ayunar siempre de mí mismo, de manera que pueda llenarme de tu amor y de tu gracia. Esto es lo único que busco, lo único que quiero Señor.

EL INCENDIO - REFLEXIÓN


EL INCENDIO


Una vez se estaba incendiando un edificio de 9 pisos en el centro de una ciudad muy importante. Las personas del edificio al enterarse de que el edificio estaba en llamas rápidamente salieron de sus apartamentos, a excepción de un niño de 8 años de edad que dormía en el octavo piso, pues su papá había salido a comprar y su mamá estaba de viaje.

El fuego crecía cada vez más e iba subiendo piso por piso. Los bomberos intentaban apagarlo, sus esfuerzos eran cada vez imposibles El edificio estaba totalmente en llamas y los bomberos pidieron refuerzos a otras unidades de la ciudad.

El drama aumentó cuando los bomberos se dieron cuenta que había un niño en el octavo piso y el fuego crecía, iba ya por el quinto piso. De repente aparece el padre del niño preocupado por el niño, viendo este cuadro, los bomberos hacen un último intento, pero las escaleras no podían llegar hasta las paredes del edificio por haber fuego en todas ellas, entonces se escucha los llantos del niño, gritando 
- ¡Papi! ¡Tengo miedo!
El padre lo escucha y llorando le dice:
- ¡Hijo! No tengas miedo yo estoy aquí abajo, No tengas miedo. Pero el niño no lo miraba:
- Papi no te veo, solo veo humo y fuego.
Pero el padre sabe que está ahí en la ventana porque el fuego lo ilumina.
- Pero yo sí te veo, hijo.
- Hijo, ¿sabes qué debes de hacer?. Tírate, que aquí te agarramos todos los que estamos abajo, ¡TÍRATE!
El hijo le dice:
- Pero yo no te veo.
El Padre contesta.
- Sabes cómo lo debes de hacer, cierra los ojos y lánzate! El niño dice:
- Papi no te veo, pero allá voy!
Y cuando el niño se lanzó abajo, lo rescataron.
Entonces el Padre lo abraza, llora con el hijo, juntos pero muy contentos.

El hijo comprende que hay veces que al Padre no se le ve pero sus palabras son suficientes para confiar en él.

Así es nuestra vida, muchas veces hay muchos incendios, sentimos problemas parecidos a este niño y nuestro padre DIOS nos dice: ¡¡TÍRATE!! CONFÍA EN MÍ, y nosotros tenemos que lanzarnos aunque no veamos nada, ni sintamos nada, con FE tienes que salir adelante. ¡Porque sólo su palabra nos basta!

LABORIOSIDAD


Laboriosidad
El trabajo más que un valor, es una bendición.
Fuente: encuentra.com 




Trabajar es solo el primer paso, hacerlo bien y con cuidado en los pequeños detalles es cuando se convierte en un valor.

Alguna vez un cómico dijo "Tan terrible es el trabajo que hasta pagan por hacerlo", sin embargo el trabajo es un valor fundamental.

Cuando alguien se refiere a nosotros por “ser muy trabajadores” nos sentimos distinguidos y halagados: los demás ven en nosotros la capacidad de estar horas y horas en la escuela, en la casa o en la oficina haciendo “muchas cosas importantes”. Efectivamente esa puede ser la razón, pero existe la posibilidad de carecer de un sistema de trabajo que nos lleva a “trabajar” más tiempo de lo previsto. Esto se identifica con claridad cuando iniciamos varias tareas y sólo terminamos algunas, generalmente las menos importantes (las que más nos gustan o se nos facilitan), además de ir acumulando labores que después se convertirán en urgentes.



¿Qué significa la laboriosidad?

La laboriosidad significa hacer con cuidado y esmero las tareas, labores y deberes que son propios de nuestras circunstancias. El estudiante va a la escuela, el ama de casa se preocupa por los miles de detalles que implican que un hogar sea acogedor, los profesionistas dirigen su actividad a los servicios que prestan. Pero laboriosidad no significa únicamente "cumplir" nuestro trabajo. También implica el ayudar a quienes nos rodean en el trabajo, la escuela, e incluso durante nuestro tiempo de descanso; los padres velan por el bienestar de toda la familia y el cuidado material de sus bienes; los hijos además del estudio proporcionan ayuda en los quehaceres domésticos.

Podemos, fácilmente, dar una apariencia de laboriosidad cuando adquirimos demasiadas obligaciones para quedar bien, aún sabiendo que no podremos cumplir oportunamente; también puede tomarse como pretexto el pasar demasiado tiempo en la oficina o la escuela para dejar de hacer otras cosas, como evitar llegar temprano a casa y así no ayudar a la esposa o a los padres.

Al crear una imagen de mucha actividad pero con pocos resultados se le llama activismo, popularmente expresado con un “mucho ruido y pocas nueces”. Es entonces cuando se hace necesario analizar con valentía los verdaderos motivos por los que actuamos, para no engañarnos, ni pretender engañar a los demás cubriendo nuestra falta de responsabilidad.

La pereza es la manera común de entender la falta de laboriosidad; las máquinas cuando no se usan pueden quedar inservibles o funcionar de manera inadecuada, de igual forma sucede con las personas: quien con el pretexto de descansar de su intensa actividad -cualquier día y a cualquier hora- pasa demasiado tiempo en el sofá o en la cama viendo televisión “hasta que el cuerpo reclame movimiento”, poco a poco perderá su capacidad de esfuerzo hasta ser incapaz de permanecer mucho tiempo trabajando o estudiando en lo que no le gusta o no le llama la atención.


¿Qué se necesita para ser laborioso?

Para ser laborioso se necesita estar activo, hacer cosas que traigan un beneficio a nuestra persona, o mejor aún, a quienes nos rodean: dedicar tiempo a buena lectura, pintar, hacer pequeños arreglos en casa, ayudar a los hijos con sus deberes, ofrecerse a cortar el pasto… No hace falta pensar en grandes trabajos “extras”, sobre todo para los fines de semana, pues el descanso es necesario para reponer fuerzas y trabajar más y mejor. El descanso no significa “no hacer nada”, sino dedicarse a actividades que requieren menor esfuerzo y diferentes a las que usualmente realizamos.


Podemos establecer pequeñas acciones que poco a poco y con constancia, nos ayudarán a trabajar mejor y a cultivar el valor de la laboriosidad:

- Comenzar y terminar de trabajar en las horas previstas. Generalmente cuesta mucho trabajo, pero nos garantiza orden para poder cubrir más actividades.

- Establecer un horario y una agenda de actividades para casa, en donde se contempla el estudio, el descanso, el tiempo para cultivar las aficiones, el tiempo familiar y el de cumplir las obligaciones domésticas o encargos.

- Terminar en orden y de acuerdo a su importancia todo lo empezado: encargos, trabajos, reparaciones, etc.

- Cumplir con todos nuestros deberes, aunque no nos gusten o impliquen un poco más de esfuerzo.

- Tener ordenado y dispuesto nuestro material y equipo de trabajo antes de iniciar cualquier actividad. Evitando así poner pretextos para buscar lo necesario y la consabida pérdida de tiempo e interés.

- Esmerarnos por presentar nuestro trabajo limpio y ordenado.

Cuando nos decidimos a vivir el valor de la laboriosidad adquirimos la capacidad de esfuerzo, tan necesaria en estos tiempos para contrarrestar la idea ficticia de que la felicidad sólo es posible alcanzarla por el placer y comodidad, logrando trabajar mejor poniendo empeño en todo lo que se haga.

El trabajo es mucho más que un valor: es una bendición.

ORNAMENTOS DE LA SANTA MISA



Ornamentos de la Misa
Liturgia en la Misa

Descripción y significado de los elementos utilizados durante la misa. 


Por: Catholic.net | Fuente: Catholic.net 



La Eucaristía es la conmemoración del sacrificio de Cristo conforme la actualización cristiana del rito de la Pascua judía. En la Pascua judía se conmemora la salida de Egipto (leer Exodo 12), en la Pascua cristiana se conmemora la salvación por la muerte en la cruz de Jesús (la palabra "Pascua" viene de un término hebreo que significa "paso").
 
El libro que usa en padre para leer se llama "misal", el cual reposa sobre un "atril" en el altar. El misal recuerda el libro judío que contiene el Seder o ritual de la pascua, libro denominado Hagadá.
Lo mismo que en la cena judía de Pascua, en el altar católico durante la misa se colocan dos cirios.
La bata blanca del padre se llama "alba" y significa la pureza.
El padre se ajusta el alba con un cordón denominado "cíngulo", el cual representa el dominio de sí.
La especie de bufanda que se pone el sacerdote es la "estola", que representa el poder sacerdotal y que tiene origen en el manto de oración de los judíos; debe utilizarse cuando se administran sacramentos.
El manto que utiliza el celebrante sobre el alba es la casulla.
Los colores de la casulla y de la estola varían según la época del año (o sea, según el tiempo litúrgico) o la fiesta que se celebre:
  • Blanco: Representa alegría, se utiliza en la Fiesta del Señor, María, santos y los ángeles.
  • Rojo: Color del fuego y la sangre, usado en Pentecostés y fiestas de mártires.
  • Verde: Recuerda la esperanza, se usa en los domingos luego de Pentecostés.
  • Morado: el color de la penitencia, utilizado en Adviento, Cuaresma y en las misas de difuntos.
  • Negro: Color del dolor, del viernes santo.
La especie de pañuelo que se coloca sobre el cáliz es el "purificador".
El plato plano que se coloca sobre el cáliz es la patena.
El incienso que se quema es la continuación del uso judío de ese elemento, ordenado por Yavé desde los tiempos del Arca de la Alianza:
"Harás también un altar para quemar el incienso." (Ex 30, 1)

Y dice el libro primero de las Crónicas:

"Aarón fue separado juntamente con sus hijos para consagrar por siempre las cosas muy sagradas, para quemar incienso ante Yavé, para servirlo y para bendecir en su nombre por siempre." (1 Cr 23, 13)
La hostia, una vez consagrada por el sacerdote, es el cuerpo de Cristo; el vino, será la sangre de Cristo. Y no en forma figurada.
En la cena judía de Pascua se comía cordero, el cual cumplía la función de tomar sobre sí los pecados de los comensales. En la Pascua católica, se come con la hostia el cuerpo y sangre de Jesucristo (por eso el pan y el vino), el Cordero de Dios que toma sobre sí los pecados del mundo:

"Al día siguiente Juan vio a Jesús que venía a su encuentro, y exclamó: “Ahí viene el Cordero de Dios, el que carga con el pecado del mundo." (Jn 1, 29)

Es Jesús quien ordena comer su cuerpo y beber su sangre:

"Los judíos discutían entre sí: “¿Cómo puede éste darnos a comer carne?” Jesús les dijo: “En verdad les digo que si no comen la carne del Hijo del Hombre y no beben su sangre, no tienen vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi sangre vive de vida eterna, y yo lo resucitaré el último día. Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él." (Jn 6, 52-55)

El día en que Jesús instituye el sacerdocio con sus apóstoles, en la Ultima Cena, ordena celebrar la misa:

"Esto es mi cuerpo, que es entregado por ustedes. Hagan esto en memoria mía.” Hizo lo mismo con la copa después de cenar, diciendo: “Esta copa es la alianza nueva sellada con mi sangre, que es derramada por ustedes”.  (Lc 22, 19-20)

Se cumplió la profecía de Jeremías:

"Ya llega el día, dice Yavé, en que yo pactaré con el pueblo de Israel (y con el de Judá) una nueva alianza." (Jr 31, 31)

Por eso la misa también es la renovación de la Alianza.

Otros elementos son:
Corporal: Pieza cuadrada de tela sobre la que descansa la Eucaristía. Sobre ella se pone la patena y el cáliz durante la Misa. Antiguamente la Sagrada Hostia descansaba directamente sobre el corporal desde el ofertorio hasta la fracción. También se pone debajo de la custodia durante la Exposición del Santísimo.
Debe de ser de lino o cánamo y no de otro tejido. No debe llevar bordado mas que una pequeña cruz. Para guardarlo debe doblarse en nueve cuadrados iguales.

 
Caliz: Recipiente en forma de copa con ancha apertura. En la Liturgia cristiana, el cáliz es el vaso sagrado por excelencia, indispensable para el sacrificio de la Santa Misa ya que debe contener el vino que se convierte en la Sangre Preciosísima de Cristo.
El cáliz nos recuerda ciertos pasajes bíblicos en los cuales Jesús asocia a si mismo y de una nueva manera, el uso de una copa: los discípulos ¨tomarán de la copa que Jesús tomarᨠ(Mc 10: 38). En al Última Cena, la copa contenía vino que ¨es Su Sangre¨, y en Getsemaní Jesús ora para que si es posible, se aparte de él ¨la copa¨.
Su forma, materia y estilo han variado mucho en el curso de la historia. Los cálices solían ser de oro y tenían a veces un valor extraordinario. Debe, preferiblemente, para el cáliz metales preciosos. No puede ser hecho de ningún material que absorba líquidos. El pie o soporte puede ser de otra materia. El Cáliz debe consagrarse exclusiva y definitivamente para el uso sagrado en la Santa Misa.

Bolsa del Corporal:Donde se guarda el corporal una vez terminada la Santa Misa
Copón: Vaso con tapa en que se conservan las Sagradas Hostias, para poder llevarlas a los enfermos y emplearla en las ceremonias de culto. En la actualidad los copones suelen ser de menos estatura que los cálices para distinguirlos de estos.
Custodia: Recipiente sagrado donde se pone la Eucaristía de manera que se pueda ver para la adoración. También se le llama ostensorium, del latín ostendere, mostrar.
Hay gran variedad de tamaños y el estilos. Generalmente alrededor de la Eucaristía se representan rayos que simbolizan las gracias conferidas a los que adoran.
Gremial: Paño cuadrado que se ciñe el obispo durante ceremonias litúrgicas, por ejemplo en el lavatorio de los pies de la Misa del Jueves Santo. El gremial de seda y encaje para las misas pontificas ya no se usa. Uno de lino u otro material puede utilizarse.
Hijuela: Paño blanco que se coloca sobre la patena (paño circular), o sobre el cáliz (paño cuadrado).
Hisopo: Utensilio con que se esparce el agua bendita, consistente en un mango que lleva en su extremo un manojo de cerdas o una bola metálica hueca y agujereada para sostener el agua. Se usa con el acetre.
Acetre: Caldero de agua bendita que se usa para las aspersiones litúrgicas. El agua se recoge del acetre y se dispersa con el hisopo.
Incienso: Resinas aromáticas, en forma granulada o en polvo, que se queman en el incensario durante algunas liturgias. Su humo tiene fragancia. Cuando se bendicen son un sacramental. Quema incienso significa celo y fervor; su fragancia: virtud; el humo que se eleva: las oraciones que ascienden al cielo. Se usa en la Misa para el libro de los Evangelios, el altar, el pueblo de Dios, los ministros y el pan y el vino. Se usa también en la bendición con el Santísimo, en procesiones.
Incensario: Utencilio para incensar en las ceremonias litúrgicas.
Lavabo: Primera persona del sing. del futuro de ind. de lavare.
Luneta: Pieza de oro, o dorada, en que se encierra la Sagrada Hostia para ser expuesta. Ver también "custodia" y "luneta".
Mitra: Utilizada por los obispos en la liturgia, símbolo del episcopado. En el "Cæremoniale Romanum" aparecen tres tipos de mitras:
1- la "mitra pretiosa" para cuando se utiliza el Te Deum en el Oficio Divino, es la mas ornamentada.
2- "auriphrygiata", para el adviento y la cuaresma.
3- "simplex", para días de ayuno y penitencia, Viernes Santo y funerales.
Naveta: Recipiente, muchas veces en forma de pequeña nave, para el incienso que se utiliza en las ceremonias.
Palia: Lienzo para cubrir el cáliz
Patena: Plato redondo donde se pone la Sagrada Hostia. Debe ser de metal precioso como el cáliz y también debe ser consagrado exclusiva y definitivamente para el uso en la Santa Misa.
Pectoral: Cruz que llevan al pecho los obispos.
Purificador: Pequeño lienzo que utiliza el sacerdote en la Misa para purificar el cáliz.
Velo Humeral: Paño que cubre los hombros del ministro cuando lleva el Santísimo Sacramento en procesión o cuando da la bendición con El.
Velo del Cáliz: El que cubre el cáliz fuera del ofertorio y el canon de la misa. Es del mismo color litúrgico que los ornamentos.
Vinajeras: Las vasijas para el vino y el agua que se usan en la Santa Misa. Generalmente son de cristal y se colocan en una bandeja pequeña. Es permitido que sean de otro material (bronce, plata, oro e incluso de cerámica bien sellada) siempre y cuando puedan dignamente contener los líquidos.
Usualmente tienen asas y tapones. Son de diferentes estilos y tamaños. Tradicionalmente, para evitar confusión al utilizarlas, las vinajeras se gravaban las iniciales "V" y "A", por el latín vinum y aqua.
Las vinajeras junto con las hostias no consagradas pueden ser llevadas en procesión por dos fieles y presentadas al sacerdote durante el Ofertorio.
Viril: Pieza redonda, tradicionalmente de cristal transparente con borde de oro o dorado, en que se pone la Sagrada Hostia para sostenerla en la Custodia. También se usa un viril para guardar reliquias en un relicario. Ver también "luneta"

EL PAPA FRANCISCO EN LATINOAMÉRICA


El Papa en Latinoamérica


Programa del viaje del Papa Francisco a Ecuador, Bolivia y Paraguay que se desarrollará del 5 al 13 de julio de 2015


De Roma a ECUADOR
• El Papa saldrá el domingo 5 de julio a las 9.00 de la mañana del aeropuerto romano de Fiumicino y llegará al aeropuerto Mariscal Sucre de Quito, la capital de Ecuador, a las 15.00 (hora local), donde tendrá lugar la ceremonia de bienvenida.

• El lunes 6 se desplazará a Guayaquil para celebrar misa en el santuario de la Divina Misericordia, finalizada la cual almorzará en el Colegio Javier con la comunidad de los jesuitas.

• A su regreso a Quito efectuará una visita de cortesía al presidente ecuatoriano en el palacio presidencial y posteriormente visitará la catedral.

• El martes, 7, encontrará a primera hora de la mañana los obispos de Ecuador en el Centro de Congresos del Parque del Bicentenario donde celebrará la misa.

• Por la tarde en la Pontificia Universidad de Ecuador será el turno de los representantes de la escuela y la universidad.

• Más tarde tendrá lugar su encuentro con los representantes de la sociedad civil en la iglesia de San Francisco y después visitará en privado la Iglesia de la Compañía de Jesús.

• El miércoles, 8, se abrirá con la visita a la Casa de Reposo de las Misioneras de la Caridad.

• A continuación, en el santuario nacional mariano El Quinche encontrará al clero, a los religiosos, religiosas y seminaristas.
• Ese mismo día, el Santo Padre se desplazará en avión a Bolivia.


De Ecuador a BOLIVIA
• A su llegada al aeropuerto de El Alto en La Paz, pronunciará un discurso y, después de la ceremonia de bienvenida, se trasladará al Palacio del Gobierno para efectuar una visita de cortesía al presidente.

• Desde allí irá a la catedral de La Paz donde encontrará a las autoridades civiles, para viajar después en avión a Santa Cruz de la Sierra donde pernoctará.

• El jueves 9, celebrará misa en la plaza del Cristo Redentor y, por la tarde en la escuela Don Bosco, encontrará a los religiosos, religiosas y seminaristas.

• Después acudirá al Encuentro Mundial de los Movimientos Populares en el recinto ferial de la Expo.

• El viernes 10 visitará el centro de reeducación Santa Cruz-Palmasola y esa misma mañana se encontrará con los obispos de Bolivia en la iglesia parroquial de La Santa Cruz.

• El Papa se despedirá de Bolivia en el aeropuerto Viru Viru de Santa Cruz de la Sierra para emprender el vuelo a Paraguay donde aterrizará alrededor de las 15,00 (hora local) en el aeropuerto Silvio Pettirossi de Asunción.


De Bolivia a PARAGUAY
• A su llegada a Paraguay el Papa efectuará una visita de cortesía al presidente paraguayo en el Palacio de López, donde encontrará también a las autoridades y al cuerpo diplomático.

• El sábado 11 de julio visitará el Hospital General Pediátrico Niños de Acosta Ñu y posteriormente celebrará misa en la explanada del santuario mariano de Caacupé.

• Por la tarde verá a los representantes de la sociedad civil en el estadio León Condou de la escuela de San José.

• La jornada finalizará con la celebración de las vísperas con los obispos, sacerdotes, diáconos, religiosos, religiosas, seminaristas y movimientos católicos en la catedral metropolitana de Nuestra Señora de la Asunción.

• El domingo 12 se abrirá con la visita a la población del Bañado Norte donde se halla la capilla de San Juan Bautista y la celebración de la misa en el campo grande de Ñu Guazú.

• El Santo Padre se entrevistará después con los obispos de Paraguay en el centro cultural de la nunciatura apostólica donde almorzarán.

• Su último acto será el encuentro con los jóvenes en el paseo marítimo de Costanera.

• A las 19.00 (hora local) Francisco tomará el avión de regreso a Roma, donde llegará el lunes, 13 de julio, hacia las 13,45.


Fuente: Servicio Informativo Vaticano