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sábado, 6 de junio de 2015

8 CONSEJOS DE LOS SANTOS PARA AMAR LA EUCARISTÍA


8 consejos de los santos para amar la Eucaristía
Por Abel Camasca



REDACCIÓN CENTRAL, 04 Jun. 15 / 09:19 pm (ACI).- La Iglesia siempre ha destacado la presencia real del Señor en el Santísimo Sacramento y por varios siglos se ha animado el amor a este gran milagro de Dios. A continuación, 8 consejos de los santos sobre la Eucaristía.

1.- "La Eucaristía produce una transformación progresiva en el cristiano. Es el Sol de las familias y de las Comunidades". Santo Tomás de Aquino.

2.- "Señor, tú alegras mi mente de alegría espiritual. Cómo es glorioso tu cáliz que supera todos los placeres probados anteriormente”. San Agustín.

3.- "Cuando no puedo asistir a la Santa Misa, adoro el Cuerpo de Cristo con los ojos del espíritu en la oración, lo mismo que le adoro cuando le veo en la Misa”. San Francisco de Asís.

4.- "Tened por cierto el tiempo que empleéis con devoción delante de este divinísimo Sacramento, será el tiempo que más bien os reportará en esta vida y más os consolará en vuestra muerte y en la eternidad. Y sabed que acaso ganaréis más en un cuarto de hora de adoración en la presencia de Jesús Sacramentado que en todos los demás ejercicios espirituales del día”. San Alfonso María de Ligorio.

5.- "La oración, unida con ese divino sacrificio de la Misa, tiene una fuerza indecible; de modo que por este medio abunda el alma de celestiales favores como apoyada sobre su Amado". San Francisco de Sales.

6.- "La Santa Eucaristía es la perfecta expresión del amor de Jesucristo por el hombre, es la quinta esencia de todos los misterios de su vida”. Santa María Goretti.

7.- "Antes de la Comunión... suplica a esta bondadosa Madre que te preste su corazón para recibir en él a su Hijo con sus propias disposiciones”. San Luis María Griñón de Monfort.

8.- "Acabando de recibir al Señor, pues tenéis la misma persona delante, procurad cerrar los ojos del cuerpo y abrir los del alma, y miraros al corazón”. Santa Teresa de Jesús.

UN BÁCULO ROTO, LA CAMPANA JESUITA Y UNA SILLA, EL PAPA FRANCISCO EN SARAJEVO


Un báculo roto, la campana jesuita y una silla: Lo que no viste del Papa en Sarajevo
Por Andrea Gagliarducci


SARAJEVO, 06 Jun. 15 / 12:58 pm (ACI/EWTN Noticias).- Poco antes de la Misa, había una cierta agitación en la tienda que hacía las funciones de sacristía para el Papa en el Estadio de Koševo. Mons. Guido Marini, Ceremoniero Pontificio, en un cierto momento se ausentó. Después regresó y dio las últimas disposiciones. Algo normal en una organización en la que se mide hasta el último detalle. Pero cuando el Papa Francisco salió para la Misa, algo llamó la atención: su cruz pastoral, el báculo, llevaba en la empuñadura una especie de cinta adhesiva.

“La cruz pastoral se rompió poco antes de la celebración”, explicó a ACI Prensa el P. Federico Lombardi, director de la Sala de Prensa de la Santa Sede y vocero del Vaticano. “Ante esta situación, se buscó una segunda cruz para sustituirla. Al no encontrarla, se decidió ‘ajustar’ la cruz de la mejor manera posible”.

Lombardi, bromeando, negó después que el suceso fuera un mal presagio, al contrario, “puede ser un buen augurio”.

La Misa, en efecto, se desarrolló sin problemas, y el P. Lombardi, en la conferencia de prensa posterior, mostraba casi cierto alivio de que “todo se ha desarrollado según lo previsto”. El vocero informó de que “el estadio tiene una capacidad total para 60 mil puestos”, pero “la organización me ha dicho que fueron distribuidas unas 66 mil entradas”.

La Misa fue el momento más esperado de la jornada, y todos se emocionaron de alguna manera. Unos 600 buses, provenientes de todos los Balcanes (había serbios, croatas, eslovenos, bosnios, de Montenegro, de Macedonia, además de Bulgaria, Hungría e incluso una bandera de China), llevaron a los peregrinos hasta la Misa.

Sobre el acceso por el cual entró el Papa Francisco, habían colocado una campana de 320 kg, con dos jesuitas preparados para tocarla. Era una campana fundida en la fundición de Josip Trzec de Zagabria, un regalo de la compañía “Metal Product” y de la familia de Stjepan Safran.

La campana será colocada en la nueva iglesia de San Ignacio de Loyola en el barrio de Grbavica, en Sarajevo, que tendrá el nombre de San Francisco Javier, el famoso jesuita español y misionero.

Es a todos los efectos una campana jesuita, bendecida por el Papa, adornada con el escudo papal, hojas de roble, la trenza típica croata y el monograma característico de la Compañía de Jesús. Está hecha casi toda de plata y lleva escrito: “En honor de San Francisco Javier, patrono de las misiones, esta campana fue donada por Metal Product y por la familia de Stjepan Safran de Zagabria a la Parroquia San Ignacio de Loyola en Grbavica, Sarajevo. Esta campana fue fundida con motivo de la visita del Santo Padre Francisco a Sarajevo y a los católicos de Bosnia Herzegovina el 6 de junio. Fundida por Josep Trzec en Zagabria, 2015”.

También el material litúrgico (candelabros, la cruz procesional, y el púlpito y el altar) fueron donados por la parroquia de Sikara, en las cercanías de Tuzla. Las obras fueron hechas por el escultor Ilija Skocibusic, el pintor Ilija Skocibusic y el carpintero Kraljevic.

La sede (silla) de leño, la ‘cátedra’ desde la que el Papa celebró fue sin embargo grabada por dos artistas musulmanes, Salen Hajdarovac de 61 años y su hijo Edin de 33, procedentes de Zavidovici, y -contó a ACI Prensa Ifet Mustafic, responsable para el diálogo interreligioso de la Oficina del Ulema (comunidad de estudiantes legales del islam) de Sarajevo-, son los mismos que han trabajado las sillas y los muebles de la sede del Ulema en Sarajevo.

¿POR QUÉ LOS CATÓLICOS DECIMOS QUE MARÍA ES MADRE DE MISERICORDIA?



¿Por qué los Católicos decimos que María es Madre de Misericordia?
Mariología


María es Madre del amor en el perdón. Ella brota del amor misericordioso de Cristo y está al servicio de la Misericordia de Cristo


Por: Fr. Carlos Lledó López O.P. 



María es Madre del perdón en el amor, y del amor en el perdón. Brota del amor misericordioso de Cristo y María está al servicio de la Misericordia de Cristo. Es lo que recordamos y vivimos en el Rosario.
Cristo es el eterno amor misericordioso
Porque contempla la situación de la humanidad por el pecado original y ofrece la única solución posible: la redención centrada en la Pasión y muerte.
La misericordia es la constante de la vida de Jesucristo. Al paralítico le ofrece la solución de alma y de cuerpo: “Confía, hijo: tus pecados te son perdonados”(Mt.9,2). Igualmente a la mujer hemorroísa: “Hija, ten confianza; tu fe te ha sanado. Y quedó sana la mujer desde aquel momento” (Mt.9,22) En la Cruz nos ofrece la gran solución: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen (Lc.23,34) y abre las puertas del Cielo al buen ladrón suplicante: Hoy estarás conmigo en el paraíso” (Lc.23, 40-44).
María, objeto preferencial de misericordia
María diciendo orden al pecado original, no lo contrae de hecho porque es objeto preferencial de la misericordia de Cristo. Por ello, es privilegiada y excepcionalmente redimida. Es la Inmaculada Concepción.
María, objeto preferencial de la misericordia de Cristo, es también la llena de gracia, de toda la gracia que necesita para ser la Madre de Dios, Madre-Virgen.
Entonces... ¿Por qué María es madre de misericordia?
Tan sencillo como el hecho de que es la Madre de Cristo, quien es el manantial divino de la eterna misericordia. María es Madre de la misericordia desde el misterio de la Encarnación, la gran misericordia del Verbo que se hace hombre al calor del corazón de María por obra del Espíritu Santo.
María es Madre de Misericordia proyectando su amor sobre Cristo en la cruz con ternura de madre. Lo sigue proyectando sobre la Iglesia, Cuerpo de Cristo y por lo tanto, sobre nosotros, pecadores.
María es Madre de Misericordia que perdona a Pedro que niega su Hijo, también a Judas el traidor y a los que crucifican a Cristo. Pienso que Ella repite con su Hijo: “Padre, perdónalos…” María nos ofrece la Misericordia de Cristo y nos orienta hacia Él.
María es camino del perdón. Por eso, nos conduce al Confesionario, a la Eucaristía... El Rosario es camino de oración para alcanzar la misericordia de Cristo y experimentar el amor misericordioso de la Madre.
En María triunfa la Misericordia. Por eso, es privilegiadamente asunta al Cielo en cuerpo y alma, y coronada Reina y Madre de Misericordia.
*San Juan Pablo II nos dejó una gran enseñanza sobre Maria Madre de misericordia, en la Encíclica "Veritaris Splendor" aquí un pequeño extracto:
"El privilegio especial que Dios otorgó a la toda santa nos lleva a admirar las maravillas realizadas por la gracia en su vida. Y nos recuerda también que María fue siempre toda del Señor, y que ninguna imperfección disminuyó la perfecta armonía entre ella y Dios. Su vida terrena, por tanto, se caracterizó por el desarrollo constante y sublime de la fe, la esperanza y la caridad. Por ello, María es para los creyentes signo luminoso de la Misericordia divina y guía segura hacia las altas metas de la perfección evangélica y la santidad.
María es Madre de Misericordia porque Jesucristo, su Hijo, es enviado por el Padre como revelación de la Misericordia de Dios (cf. Jn 3, 16-18). El ha venido no para condenar sino para perdonar, para derramar misericordia (cf. Mt 9, 13). Y la misericordia más grande radica en su estar en medio de nosotros y en la llamada que nos ha dirigido para encontrarlo y proclamarlo, junto con Pedro, como «el Hijo de Dios vivo» (Mt 16, 16). Ningún pecado del hombre puede cancelar la Misericordia de Dios, ni impedirle poner en acto toda su fuerza victoriosa, con tal de que la invoquemos. Más aún, el mismo pecado hace resplandecer con mayor fuerza el amor del Padre que, para rescatar al esclavo, ha sacrificado a su Hijo: Su misericordia para nosotros es redención. Esta misericordia alcanza la plenitud con el don del Espíritu Santo, que genera y exige la vida nueva. Por numerosos y grandes que sean los obstáculos opuestos por la fragilidad y el pecado del hombre, el Espíritu, que renueva la faz de la tierra (cf. Sal 104 [103], 30), posibilita el milagro del cumplimiento perfecto del bien. Esta renovación, que capacita para hacer lo que es bueno, noble, bello, grato a Dios y conforme a su voluntad, es en cierto sentido el colofón del don de la misericordia, que libera de la esclavitud del mal y da la fuerza para no pecar más. Mediante el don de la vida nueva, Jesús nos hace partícipes de su amor y nos conduce al Padre en el Espíritu."
Aplicación
Nos acogemos a la misericordia maternal de María en nuestra debilidad, con el Rosario en el corazón, en los labios y en las manos. El Rosario marca el camino de la misericordia y lo aplica. Recemos el Rosario.

¡VAS POR DELANTE, SEÑOR! CORPUS CHRISTI


¡Vas por delante, Señor! Corpus Christi


Porque, conociendo la humanidad del hombre,
sabes que necesita de tu mano y de tus huellas
para no perder el norte de su existencia.

Que, sin Ti, está abocada  a la desilusión y al desencanto
a la tibieza, al pesimismo o al enfrentamiento.
Sales, en este día del Corpus Christi,
y empujado con la fuerza o el secreto del amor.

¡Inyecta, Señor, un poco de tu sangre en nuestro mundo!
Porque, nuestros cuerpos, se encuentran débiles
Porque, la sangre que corre por nuestras venas,
además de roja y viva queremos que sea divina
¡Danos un poco de tu Cuerpo, oh Cristo!

Porque, en las mesas de nuestra vida,
sobra el pan que se cuece en un simple horno
y nos falta ese otro Pan que se dora en el amor divino

¡VAS POR DELANTE, SEÑOR!
Sales en la custodia y rodeado de mis vasallos
Somos nosotros, Señor, tus amigos
los que, un día sí y otro también,
queremos llevarte como el mejor tesoro al mundo
Los que, envueltos en contradicciones,
somos miembros de tu Cuerpo
y anunciadores de tus buenos y santos misterios.

¡VAS POR DELANTE, SEÑOR!
Mira al enfermo que, desde el azotea de su sufrimiento,
te grita: ¡ten compasión de mi!
Detén tu mirada sobre el que, muerto aún estando vivo,
te pide un poco de esperanza en su caminar
No dejes de bendecir a los que, abriendo su corazón,
te dicen que, entre todo lo conocido,
Tú eres lo mejor y digno de ser adorado

¡VAS POR DELANTE, SEÑOR!
Gracias, Jesús, por compartir nuestras prisas
y ofrecernos un poco de calma
Gracias, Jesús, por no ser indiferente a nuestra vida
y colmarnos con tu gracia.
Gracias, Jesús, por contemplar nuestra situación
y regalarnos tantas caricias con serenas respuestas
Gracias, oh Cristo, porque tu Cuerpo y tu Sangre
nos redime, nos hace fuertes, decididos, valientes,
entusiastas, comprometidos….
y nos hace sentir hoy,  más que  nunca,
que merece la pena caminar y vivir contigo.
Amén.


Javier Leoz

VIVIR EL DOMINGO DE CORPUS CHRISTI - MEDITACIÓN


Vivir el domingo de Corpus Christi, ciclo B
MARCOS 14, 12-16 y 22-26

El primer día de los Ázimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual, le dijeron sus discípulos: - Dónde quieres que vayamos a prepararte la cena de Pascua? Él envió a dos de sus discípulos diciéndoles: - Id a la ciudad, os encontraréis con un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidlo, y donde entre decidle al dueño: "El Maestro pregunta dónde está su posada, donde va a celebrar la cena de Pascua con sus discípulos". El os mostrará un local grande, en alto, con divanes, preparado; preparádnosla allí. Salieron los discípulos, llegaron a la ciudad, encontraron las cosas como les había dicho y prepararon la cena de Pascua. Mientras comían cogió un pan, pronunció una bendición, lo partió y se lo dio a ellos, diciendo: - Tomad, esto es mi cuerpo. Y, cogiendo una copa, pronunció una acción de gracias, se la pasó y todos bebieron de ella. Y les dijo: - Esta es la sangre de la alianza mía, que se derrama por todos. Os aseguro que ya no beberé más del producto de la vid hasta el día aquel en que lo beba nuevo en el reino de Dios. Y después de cantar salieron para el Monte de los Olivos.

LA CENA DEL SEÑOR

Los estudios sociológicos lo destacan con datos contundentes: los cristianos de nuestras iglesias occidentales están abandonando la misa dominical. La celebración, tal como ha quedado configurada a lo largo de los siglos, ya no es capaz de nutrir su fe ni de vincularlos a la comunidad de Jesús.
Lo sorprendente es que estamos dejando que la misa «se pierda» sin que este hecho apenas provoque reacción alguna entre nosotros. ¿No es la eucaristía el centro de la vida cristiana? ¿Cómo podemos permanecer pasivos, sin capacidad de tomar iniciativa alguna? ¿Por qué la jerarquía permanece tan callada e inmóvil? ¿Por qué los creyentes no manifestamos nuestra preocupación con más fuerza y dolor?
La desafección por la misa está creciendo incluso entre quienes participan en ella de manera responsable e incondicional. Es la fidelidad ejemplar de estas minorías la que está sosteniendo a las comunidades, pero ¿podrá la misa seguir viva solo a base de medidas protectoras que aseguren el cumplimiento del rito actual?
Las preguntas son inevitables: ¿No necesita la Iglesia en su centro una experiencia más viva y encarnada de la cena del Señor que la que ofrece la liturgia actual? ¿Estamos tan seguros de estar haciendo hoy bien lo que Jesús quiso que hiciéramos en memoria suya?
¿Es la liturgia que nosotros venimos repitiendo desde siglos la que mejor puede ayudar en estos tiempos a los creyentes a vivir lo que vivió Jesús en aquella cena memorable donde se concentra, se recapitula y se manifiesta cómo y para qué vivió y murió? ¿Es la que más nos puede atraer a vivir como discípulos suyos al servicio de su proyecto del reino del Padre?
Hoy todo parece oponerse a la reforma de la misa. Sin embargo, cada vez será más necesaria si la Iglesia quiere vivir del contacto vital con Jesucristo. El camino será largo. La transformación será posible cuando la Iglesia sienta con más fuerza la necesidad de recordar a Jesús y vivir de su Espíritu. Por eso también ahora lo más responsable no es ausentarse de la misa, sino contribuir a la conversión a Jesucristo.

 José Antonio Pagola