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martes, 2 de junio de 2015

NARDOS AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS: MARTES 2 DE JUNIO

Nardo del 2 de Junio
¡Oh Sagrado Corazón, Llama ardiente!

Meditación: El Corazón de mi Jesús tanto amó, que en llama de fuego se presentó para purificar, para salvar, para amar…¡Pero quién lo ha de mirar!. Si muchos lo llegamos hasta a despreciar, a no buscar, a ignorar, pues no queremos que nos venga a señalar las miserias y tibiezas que nuestro pobre corazón encierra. Seamos ardientes amantes de Cristo, consumidos por el Fuego de Su Amor, para poder así limpiar nuestro corazón y llegar a servir a nuestro Dulce Señor.

Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús!

¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.

Florecilla: Hagamos una buena confesión, ofreciéndosela al Sagrado Corazón de Jesús.

Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.

EL EVANGELIO DE HOY: MARTES 2 DE JUNIO DEL 2015




Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios
Tiempo Ordinario


Marcos 12, 13-17 Tiempo Ordinario. Las ideas no detienen la caridad de Cristo, los discursos no sofocan la realidad de su amor. 



Por: Omar Benjamín López | Fuente: Catholic.net




Del santo Evangelio según san Marcos 12, 13-17
En aquel tiempo mandaron a Jesús unos fariseos y herodianos, para cazarle en alguna palabra. Vienen y le dicen: Maestro, sabemos que eres veraz y que no te importa por nadie, porque no miras la condición de las personas, sino que enseñas con franqueza el camino de Dios: ¿Es lícito pagar tributo al César o no? ¿Pagamos o dejamos de pagar? Mas Él, dándose cuenta de su hipocresía, les dijo: ¿Por qué me tentáis? Traedme un denario, que lo vea. Se lo trajeron y les dice: ¿De quién es esta imagen y la inscripción? Ellos le dijeron: Del César. Jesús les dijo: Lo del César, devolvédselo al César, y lo de Dios, a Dios. Y se maravillaban de Él.

Oración introductoria
Señor, Padre mío, este momento de oración es tuyo. Ayúdame a darte la calidad y cantidad de tiempo que te pertenece. Déjame sentir tu presencia amorosa, aunque no soy digno de ello, para que descubra el camino que me puede llevar a la santidad.

Petición
Jesús, que sepa corresponder a la gracia de tu amor.

Meditación del Papa Francisco
Usted me pregunta también cómo entender la originalidad de la fe cristiana, ya que esta se basa precisamente en la encarnación del Hijo de Dios, en comparación con otras creencias que giran entorno a la absoluta trascendencia de Dios. La originalidad, diría yo, radica en el hecho de que la fe nos hace partícipes, en Jesús, en la relación que Él tiene con Dios, que es Abbá y, de este modo, en la relación que Él tiene con todos los demás hombres, incluidos los enemigos, en signo del amor.
En otras palabras, la filiación de Jesús, como ella se presenta a la fe cristiana, no se reveló para marcar una separación insuperable entre Jesús y todos los demás: sino para decirnos que, en Él, todos estamos llamados a ser hijos del único Padre y hermanos entre nosotros. La singularidad de Jesús es para la comunicación, y no para la exclusión. Por cierto, de aquello se deduce también -y no es poca cosa-, aquella distinción entre la esfera religiosa y la esfera política, que está consagrado en el "dar a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César", afirmada claramente por Jesús y en la que, con gran trabajo, se ha construido la historia de Occidente.
La Iglesia, por lo tanto, está llamada a diseminar la levadura y la sal del Evangelio, y por lo tanto, el amor y la misericordia de Dios que llega a todos los hombres, apuntando a la meta ultraterrena y definitiva de nuestro destino, mientras que a la sociedad civil y política le toca la difícil tarea de articular y encarnar en la justicia y en la solidaridad, en el derecho y en la paz, una vida cada vez más humana» (S.S. Francisco, carta del papa al director del diario La Repubblica, 11 septiembre de 2013).
Reflexión
¿Qué es lo que está permitido hacer al hombre en cada momento? ¿El bien o el mal? ¿Acaso no hay tiempo para volver a amar? ¿Puede el católico guardase el amor al prójimo por las circunstancias que le rodean? Antes se litigaba sobre el sábado. Hoy en cambios vamos por lo fundamental, el amor. En el amor está la curación de todos los verdaderos males que existen en el mundo. En el amor se encuentra la felicidad que errantes buscamos todos los hombres. En el amor está la salvación. Y allí es donde radica la parte oscura de la felicidad... ¿se es capaz hoy de amar? No basta con decirlo, pensarlo e incluso desearlo. Hay algo más. Hace falta actuar.

Las ideas no detienen la caridad de Cristo; los discursos no sofocan la realidad del amor; las buenas intenciones no estancan la curación de un enfermo. Todos los enfermos sabemos lo que significa estar sano. Lo sabemos justamente porque estamos enfermos, fríos y sin amor. Necesitamos el calor que derrita nuestro hielo. Un calor que ha traído Cristo "para que el mundo arda".

Sólo que aún falta un requisito esencial: extender la mano. Quien no acerca la mano al fuego, jamás se quemará. Quien no se acerca a Cristo, no sufre con quien sufre y no extiende la mano al que lo necesita... Jamás quedará sano. Y Jesús vuelve a pedirnos que la extendamos, aunque sea sábado. ¿Acaso no la hemos extendido tantas veces para alejarlo? ...y hemos tirado la piedra y escondido la mano. Y hoy Jesús ha querido venir para hacernos de nuevo la invitación. No hagamos que se retire por el hecho de que no hemos querido extender la mano... al amigo, al necesitado y al prójimo.

Propósito
Pedir a Dios la sabiduría y la fuerza de voluntad para orientar todos mis esfuerzos a cumplir su voluntad.

Diálogo con Cristo
El catolicismo no es una religión para robots, ni para quien cree que ya no importa su decisión ni esfuerzo, porque ya está predeterminado su destino. Gracias, Padre bueno, por darme la inteligencia, la voluntad y la libertad para saber escoger siempre la mejor parte, aquella que me lleve a cumplir tu voluntad.

HACER EXAMEN DE CONCIENCIA



Hacer examen de conciencia 




""COMETE TRES VECES EL MISMO PECADO Y ACABARÁ POR CREER QUE ES LÍCITO""

Hay gente que termina creyendo que lo que hace mal es lícito, simplemente porque al haberlo hecho tantas veces, su conciencia ya no le recrimina nada. 

En muchos aspectos de la vida, la actual sociedad ha perdido la conciencia de pecado, terminando por pensar que lo que hace mal es normal. 
Esta grave insensibilidad moral es un terrible circulo vicioso: porque se ha perdido la conciencia de pecado se transgrede más y porque así se actúa, se pierde la conciencia de pecado. 

Cada vez se hace más necesaria la recta formación y la justa sensibilidad de las conciencias. 
No se trata de despertar escrúpulos o de suscitar manías, sino de detectar con clarividencia donde está el mal y procurar evitarlo o remediarlo, mediante una adecuada información y formación moral. 

Una conciencia insensible ante el mal también lo será ante el bien. 
Los valores de la veracidad, de la justicia y de la fraternidad no podrán ser cultivados por aquéllos que han perdido la conciencia de pecado, porque quien no hace nada por evitar el mal, muy difícilmente puede tener sensibilidad para obrar el bien. 


CADA DÍA ES UN REGALO DE DIOS


Cada día es un regalo de Dios
La vida es una sorpresa, Dios nos sale al encuentro en cada recodo del camino.


Por: P Idar Hidalgo | Fuente: Catholic.net




Cada día es una maravillosa oportunidad de dar gracias a Dios por todo lo que se nos da tan gratuita, tan regalado, tan como Don.

Muchas ocasiones vemos la vida como una cadena de sufrimiento, y por momentos se nos hace que vivimos encadenados al desorden, al pecado, al sufrimiento, sin embargo, deteniendo un poco la existencia, en la contemplación del amor de Dios, nos damos cuenta que cada situación vivida es una oportunidad o una prueba que nos prepara para dar respuesta a la siguiente oportunidad, por eso me parece importante ver la vida como un continuo nacer para recuperar el sentido de sorpresa, es decir: ¡Que maravilloso es vivir la luz del sol!

Que milagro respirar en este instante. La vida es una permanente sorpresa, Dios nos sale al encuentro en cada recodo del camino, con dones espirituales y materiales.

Este sentido de nacer cada día para agradecer a Dios, en ningún momento significa olvidar la experiencia, es decir esa historia vivida, experimentada y disfrutada. Para poder dar una respuesta a Dios en el día de hoy, Dios en su infinita bondad me preparó el día de ayer, por eso he de nacer cada día sin olvidar.

Nacer para descubrir el encanto del presente providente de Dios, sin olvidar la misericordia de nuestro padre Dios que nos ha llamado desde toda la eternidad a vivir con Él.

Nacer cada día a la Providencia de Dios, sin olvidar su eterna Misericordia.