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viernes, 6 de febrero de 2015

LA GENTE NECESITA UNA IGLESIA Y NO UNA ONG, PAPA FRANCISCO


Papa Francisco: La gente necesita una Iglesia que muestre la ternura de Dios y no una ONG






VATICANO, 05 Feb. 15 / 01:00 pm (ACI/EWTN Noticias).- “¡Cuánta gente necesita que sus heridas sean curadas! Ésta es la misión de la Iglesia (…), decir que Dios es bueno, que Dios perdona todo”, expresó el Papa Francisco en la Misa de la Casa Santa Marta, donde llamó a no dejar que la ayuda a los pobres convierta a la Iglesia en una ONG, en una “bella organización”, pero sin celo apostólico.

Según informó Radio Vaticana, en su homilía el Santo Padre recordó que la Iglesia debe anunciar el Evangelio en pobreza y el discípulo que lo anuncia debe tener como único objetivo aliviar las miserias de los más pobres, sin olvidar jamás que este servicio es obra del Espíritu Santo y no de fuerzas humanas.

Curar, levantar, liberar, echar a los demonios, expresó el Papa; y luego reconocer con sobriedad “he sido un obrero del Reino”. Esto es lo que debe hacer y decir de sí mismo un ministro de Cristo cuando pasa a curar a los tantos heridos que esperan en los pasillos de la Iglesia, que es un “hospital de campo”.

En ese sentido, el Pontífice reflexionó sobre el pasaje del Evangelio donde Jesús envía a sus discípulos de dos en dos a predicar, curar a los enfermos y echar a los “espíritus impuros”.

Francisco recordó que Cristo pide a sus discípulos no llevar “ni pan, ni bolsa, ni dinero en la cintura”, porque el Evangelio “debe ser anunciado en pobreza”, porque “la salvación no es una teología de la prosperidad”. Es solamente y nada más que el “buen anuncio” de liberación llevado a todo oprimido.

“Ésta es la misión de la Iglesia: la Iglesia que sana, que cura. Algunas veces, he hablado de la Iglesia como hospital de campo. Es verdad: ¡cuántos heridos hay, cuántos heridos! ¡Cuánta gente necesita que sus heridas sean curadas! Ésta es la misión de la Iglesia: curar las heridas del corazón, abrir puertas, liberar, decir que Dios es bueno, que Dios perdona todo, que Dios es Padre, que Dios es tierno, que Dios nos espera siempre”, expresó.

Asimismo, el Papa advirtió del riesgo de tergiversar la misión de la Iglesia al momento de atender a los pobres.

“Es verdad, nosotros debemos buscar ayuda y crear organizaciones que ayuden en esto: aquello sí, porque el Señor nos da los dones para esto. Pero cuando olvidamos esta misión, olvidamos la pobreza, olvidamos el celo apostólico y ponemos la esperanza en estos medios, la Iglesia lentamente cae en una ONG y se transforma en una bella organización: potente, pero no evangélica, porque falta aquel espíritu, aquella pobreza, aquella fuerza para curar”, señaló.

Finalmente, el Papa indicó que cuando los discípulos vuelven felices de su misión, Jesús los lleva a descansar un poco, pero “no les dijo: ‘pero ustedes son grandes, en la próxima salida organicen mejor las cosas…’ Solamente les dice: ‘Cuando hayan hecho todo lo que deben hacer, díganse a sí mismos: somos siervos inútiles’. Éste es el apóstol”.

“¿Y cuál sería la gloria más grande para un apóstol? ‘Ha sido un obrero del Reino, un trabajador del Reino’. Ésta es la gloria más grande, porque va en este camino del anuncio de Jesús: va a curar, a custodiar, a proclamar este buen anuncio y este año de gracia. A hacer que el pueblo encuentre al Padre, a llevar la paz al corazón de la gente”, señaló.

EL EVANGELIO DE HOY: VIERNES 6 DE FEBRERO DEL 2014


Muerte de Juan el Bautista
Tiempo Ordinario

Marcos 6, 14-29. Tiempo Ordinario. No ser dobles como Herodes, elegir el bien en lugar del mal. 


Por: P. Juan Pablo Menéndez | Fuente: Catholic.net



Del santo Evangelio según san Marcos 6, 14-29
Se enteró el rey Herodes, pues su nombre se había hecho célebre. Algunos decían: «Juan el Bautista ha resucitado de entre los muertos y por eso actúan en él fuerzas milagrosas». Otros decían: «Es Elías»; otros: «Es un profeta como los demás profetas». Al enterarse Herodes, dijo: «Aquel Juan, a quien yo decapité, ése ha resucitado». Es que Herodes era el que había enviado a prender a Juan y le había encadenado en la cárcel por causa de Herodías, la mujer de su hermano Filipo, con quien Herodes se había casado. Porque Juan decía a Herodes: «No te está permitido tener la mujer de tu hermano». Herodías le aborrecía y quería matarle, pero no podía, pues Herodes temía a Juan, sabiendo que era hombre justo y santo, y le protegía; y al oírle, quedaba muy perplejo, y le escuchaba con gusto. Y llegó el día oportuno, cuando Herodes, en su cumpleaños, dio un banquete a sus magnates, a los tribunos y a los principales de Galilea. Entró la hija de la misma Herodías, danzó, y gustó mucho a Herodes y a los comensales. El rey, entonces, dijo a la muchacha: «Pídeme lo que quieras y te lo daré». Y le juró: «Te daré lo que me pidas, hasta la mitad de mi reino». Salió la muchacha y preguntó a su madre: «¿Qué voy a pedir?» Y ella le dijo: «La cabeza de Juan el Bautista». Entrando al punto apresuradamente adonde estaba el rey, le pidió: «Quiero que ahora mismo me des, en una bandeja, la cabeza de Juan el Bautista». El rey se llenó de tristeza, pero no quiso desairarla a causa del juramento y de los comensales. Y al instante mandó el rey a uno de su guardia, con orden de traerle la cabeza de Juan. Se fue y le decapitó en la cárcel y trajo su cabeza en una bandeja, y se la dio a la muchacha, y la muchacha se la dio a su madre. Al enterarse sus discípulos, vinieron a recoger el cadáver y le dieron sepultura.

Oración introductoria
Espíritu Santo santificador, creo, espero y confío en ti. Que esta oración me ayude a conocer la verdad y me fortalezca para no caer en las tentaciones del mundo que invitan al camino fácil, pero sin sentido.

Petición
Jesús, ayúdame a formar una conciencia recta y madura, abierta siempre al bien y a las inspiraciones del Espíritu Santo.

Meditación del Papa Francisco
Juan el Bautista comenzó su predicación en el periodo del emperador Tiberio, en el año 27-28 d.c., y la clara invitación que dirige a las personas que acudían a escucharlo, es preparar el camino para acoger al Señor, para enderezar las sendas torcidas de la vida a través de un cambio radical del corazón. Pero el Bautista no se limita a predicar la penitencia, la conversión, sino que, reconociendo a Jesús como el "Cordero de Dios" que vino a quitar el pecado del mundo, tiene la profunda humildad de mostrar a Jesús como el verdadero Mensajero de Dios, haciéndose a un lado para que Cristo pueda crecer, ser escuchado y seguido. Como nota final, el Bautista testifica con la sangre su fidelidad a los mandamientos de Dios, o sin ceder o darle la espalda, cumpliendo hasta el final su misión. San Beda, monje del siglo IX, en sus Homilías dice: San Juan por (Cristo) dio su vida, a pesar de que no recibió la orden de renegar de Jesucristo, le fue ordenado solo callar la verdad. Y no calló la verdad y por eso murió por Cristo, quien es la Verdad. Justamente, por el amor a la verdad, no reduce su compromiso y no tiene temor a dirigir palabras fuertes a aquellos que habían perdido el camino de Dios. (Benedicto XVI, 29 de agosto de 2012)..

Reflexión
Imagina por un momento que tu hermano de repente se casa con la mujer de tu mejor amigo. ¿Qué harías? Supongo que se lo echarías en cara diciéndole que no puede hacer eso, que está en contra de tus principios cristianos, además, si ella ya está casada, estará pecando de adulterio.

Algo parecido le ha sucedido a San Juan Bautista. En su caso no es su mejor amigo, sino el "rey" de Galilea. ¡Qué ejemplo daría a todos sus súbditos! Pues bien, Juan no sintió vergüenza al hacerle ver el mal que estaba haciendo y todas las consecuencias que tenía. Por eso el Rey lo mandó encarcelar. Aunque lo escuchaba con agrado.

¿Qué cara debía tener Herodes, cuando hacía esto? Le tenía miedo al pueblo, y además admiraba a Juan. Parece que su vida era doble. Por un lado tenía que hacer callar a su conciencia que le reclamaba el mal hecho, pero por otro le hacía mucho bien el escuchar al hombre de Dios. Dos caras de una misma moneda. Todo se deshizo cuando lo mandó matar por "no quedar mal con todos los comensales, y a causa del juramento que había hecho". Su fama no podía decaer en esos momentos tan importantes para su vida, por eso prefirió el mal ante el bien que le reclamaba su conciencia y todo el pueblo: la libertad del Bautista.

No queramos ser dobles como le sucedió a Herodes. Llamemos a cada cosa por su nombre y hagámosle caso a nuestra conciencia cuando nos dice que hagamos algo o evitemos el mal.

Propósito
Examinar mi estilo de vida para evaluar que tipo de testimonio cristiano doy a los demás.

Diálogo con Cristo
Señor, quiero seguir siempre a mi conciencia. Ser una persona de principios y no una veleta que se acomode a las exigencias pasajeras del entorno social. Qué ridículo suena la debilidad de Herodes pero qué real y cercana es esta situación, porque el mantener Tu voluntad como norma suprema de mi vida, dejando a un lado la vanidad y el respeto humano, es difícil pero posible porque tu gracia me fortalece, ¡nunca dejes que me aparte de tu verdad!

NO TENGO TIEMPO


No tengo tiempo
La solución entonces es procurarse una formación que se adapte a las propias necesidades, pero no renunciar a la formación
Por: Alfonso Aguiló | Fuente: Conoze.com




Un hombre trabaja serrando árboles en un bosque. Pone mucho empeño y, sin embargo, está angustiado por el bajo rendimiento que obtiene de su prolongado esfuerzo. Cada día le lleva más tiempo acabar su tarea, de modo que le sorprende la noche cuando aún le quedan bastantes troncos por serrar.

En su afán por trabajar cada día más, no se da cuenta de que esa lentitud se debe a que tiene muy gastado el filo de la sierra. Un buen día se le acerca un compañero y le pregunta:

- Oye, ¿cuánto tiempo llevas con este árbol?

- Más de dos horas.

- Es raro que lleves tanto tiempo si trabajas a ese ritmo..., ¿por qué no descansas un momento y afilas la sierra?

- No puedo parar, llevo mucho retraso.

- Pero luego irás más deprisa y pronto recuperarás los pocos minutos que supone afilar la sierra.

- Lo siento, pero tengo mucho trabajo pendiente y no puedo perder ni un minuto.

Y así concluyó aquella conversación.

Algo muy parecido a este diálogo se repite con frecuencia en el interior de muchas personas preocupadas por problemas que afectan seriamente a sus vidas. Se plantean que quizá deben mejorar su preparación profesional, que deben aumentar su cultura, que tienen que formarse, que necesitan una renovación personal que les saque de su fatigosa y rutinaria monotonía...; pero al final concluyen que no tienen tiempo, que tienen tanto trabajo que no pueden perder ni un minuto en teorías.

Es cierto que en muchos casos la formación que a uno le ofrecen o le han ofrecido parece muy teórica y que no resuelve los problemas que tiene la gente. La solución entonces es procurarse una formación que no sea tan teórica y se adapte a las propias necesidades, pero no renunciar a la formación.

El riesgo de caer en agotadoras disquisiciones teóricas no debe hacernos desdeñar la buena y sana teoría de las cosas. Es preciso encontrar un equilibrio, porque muchas veces, cuando alguien dice que la teoría no le interesa, que ya se la sabe, lo que probablemente le suceda es que esté confundiendo la teoría con una vaga y soporífera verborrea, puesto que no hay nada más práctico que una buena teoría. Y a bastantes que aseguran no querer ni oír hablar de teorías lo que quizá les falle es precisamente la teoría (en el buen sentido del término). O, visto de otra manera, lo que les pierde es una teoría de segundo grado: lo que les pierde es la teoría del desprecio por la teoría.

Atender con esmero a la propia formación es decisivo para la mejora del carácter y, en general, para alcanzar una vida lograda. El problema es que casi todas las actividades encaminadas a mejorar nuestra formación son de esas actividades importantes pero no urgentes que, por no apremiarnos en el día a día, muchas personas suelen dejarlas para un hipotético momento futuro que luego nunca llega.

BEATIFICARAN A MÁRTIRES MISIONEROS FRANCISCANOS ASESINADOS POR SENDERO LUMINOSO EN PERÚ


Michal Tomaszek y Zbigniew Strazalkowski, Beatos
Sacerdotes y Mártires, 9 de agosto


Por: Catholic.net | Fuente: Catholic.net



Sacerdotes y Mártires

Martirologio Romano: En distintas localidades de la diócesis de Chimbote, Perú, beatos Michal Tomaszek y Zbigniew Strzalkowski sacerdotes profesos polacos de la Orden de los Hermanos Menores Conventuales, y Alessandro Dordi  sacerdote diocesano italiano, asesinados por odio a la fe. ( 1991)
Decreto martirio: en la mañana del 3 de febrero de 2015, S.S. Francisco recibió en audiencia al cardenal Angelo Amato S.D.B, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos y autorizó a ese dicasterio a promulgar el decreto de martirio de estos Siervos. Al momento no se conoce la fecha en que se realizará la ceremonia de beatificación.
Breve Biografía

Tras completar sus estudios teológicos en el Seminario Mayor de Cracovia, y mostrando un óptimo dominio del español, los padres franciscanos polacos Michael (Miguel) Tomaszek y Zbigniew Strzalkowski partieron en misión hacia los Andes peruanos junto al padre Jaroslaw Wysoczanski [1], dedicándose a la "difícil tarea" de la atención de la pobre parroquia de Pariacoto y de otros pueblos de la zona (Yaután, Cochabamba y Pampa Grande).
El P. Jaroslaw relata: "Fue grande la alegría por nuestra llegada, éramos conscientes que nos habían esperado mucho tiempo, ya que durante muchos años nadie había anunciado la Buena Nueva de Jesús en la región. Nuestro plan pastoral era formar comunidades cristianas y crear una escuela para catequistas.  En nuestras visitas pastorales éramos recibidos con fervor y entusiasmo. Éramos conscientes de las difíciles condiciones de vida en estas comunidades que están a más de 2.000 metros sobre el nivel del mar, con muy malos caminos, casi todos ellos sin pavimentar, la mayoría tan sólo son accesibles a caballo o mula. A veces el viaje podría tomar doce o más horas".
Por desgracia, no era un buen momento para el Perú: las semillas del terrorismo se había sembrado y producido tanto odio.
El contexto: obispo amenazado
El obispo de Chimbote, Luis Bambarén Gastelumendi, estaba amenazado por los terroristas comunistas. Como cuenta un reportaje en LaRepublica.pe "casi semanalmente recibía escritos y en su andar por la ciudad pesquera observaba pintadas rojas en las paredes de las casas. Sabía del inminente riesgo para él y los sacerdotes que predicaban su fe en diferentes puntos de la región. Hasta que una amenaza más llegó, pero esta vez mucho más específica: "Si no renuncia mataremos dos sacerdotes por semana", decía un mensaje escrito a mano que incluía otras tantas frases de odio que caracterizaba a Sendero Luminoso".
"Ante esta nueva arremetida, monseñor Bambarén, presuroso, no dudó en convocar a los padres de todas las parroquias bajo su influencia para informarles y advertirles de las amenazas. "Les doy libertad para que puedan alejarse de sus zonas: pueden retirarse a Lima o a sus países", recuerda haber dicho en una reunión con los sacerdotes. Presentes estaban los padres polacos Michael Tomaszek y Zbigniew Strzalkowski y el italiano Alessandro Dordi. Aquella vez, los dos primeros que trabajaban en el poblado andino de Pariacoto y el último en Santa manifestaron su intención de no mudarse".
El martirio
Llevaban ya tres años viviendo en aquellas zonas pobres y rurales de la diócesis de Chimbote, cuando la tarde del 9 de agosto de 1991 el pueblo se llenó de pintadas de Sendero Luminoso. Los frailes franciscanos sabían que eso significaba un inminente asalto, pero continuaron con su trabajo: el coro, el catecismo, la visita a un niño enfermo... Al anochecer, Fray Zbigniew empezó la exposición del Santísimo Sacramento, que duró hasta que llegó Fray Miguel con su camioneta para decir misa. Concluida la misa, cerraron las puertas del templo.
Poco después llegaron unos encapuchados, que entraron a la fuerza, les ataron las manos y se los llevaron. Dejaron a los novicios porque Strzalkowski les convenció. Probablemente les salvó así su vida. Pocos minutos después eran asesinados cerca del cementerio junto a los alcaldes de Pariacoto y Pueblo Viejo. A la vuelta, los criminales se encontraron con el primer edil de Cochabamba y lo mataron también.
Los terroristas no podían dejar de adoctrinar a sus víctimas antes de matarlas. En el camino desde la iglesia al lugar del fusilamiento los encapuchados expusieron su batería de eslóganes: sus Biblias y rosarios, dijeron, engañaban al pueblo; eran culpables, les dijeron, de "infectar a las personas mediante la distribución de alimentos de la imperialista Caritas" y de adormecer "el ímpetu revolucionario con la predicación de la paz". Tanto hablar de "paz" disuadía a los jóvenes de unirse al grupo terrorista.
Cuenta José Luis Restán que "el propio líder de Sendero, Abimael Guzmán, reconoció posteriormente en una conversación en la cárcel con el entonces obispo de Chimbote, Luis Bambarén, que los misioneros habían sido "ejecutados" porque con su actividad caritativa y su predicación impedían a los jóvenes sumarse a la causa de la revolución".
Michal Tomaszek
Michał Tomaszek nació el 23 de septiembre de 1960 en Łękawica y fue bautizado un mes más tarde en la Parroquia de San Miguel allí. Él ya era monaguillo cuando recibió su primera comunión en 1969. Su padre murió ese mismo año. A los 15 años, ingresó en el seminario menor de los Franciscanos Conventuales en Legnica. Permaneció allí hasta 1980, cuando comenzó el noviciado en Smardzewice. El 4 de octubre de 1980, la fiesta de San Francisco de Asís, vestía el hábito franciscano, por primera vez y un año después profesó los votos temporales.
Después de tomar los votos temporales, el Hermano Michał estudió filosofía y teología en el seminario franciscano conventual en Cracovia, donde defendió su tesis sobre la teología moral, dos años después de haber hecho su profesión solemne.
Fue ordenado sacerdote el 23 de mayo de 1987, cuando tenía 27 años de edad. Los dos años posteriores laboró como coadjutor en la iglesia parroquial de Piensk. Lleno de emoción y entusiasmo, Michał partió como misionero hacia Perú el 25 de julio de 1989, la festividad de Santiago Apóstol.  El hispanizó su nombre a Miguel.
Zbigniew Strzalkowski
Zbigniew nació en Tarnów el 3 de julio de 1958, y fue bautizado en la catedral una semana más tarde. En 1967 recibió su primera comunión. Después de la escuela primaria, Zbigniew fue a la escuela técnica en su ciudad natal y comenzó a trabajar a los 20 años. Un año más tarde ingresó en el noviciado de los frailes Franciscanos Conventuales. De 1980 a 1986 estudió filosofía y teología en Cracovia. El 8 de diciembre de 1984, solemnidad de la Inmaculada Concepción, profesó votos solemnes y el 7 de junio de 1986, a los 28 años, fue ordenado sacerdote en Breslavia.
Durante dos años trabajó como Vice-Rector del Seminario de los Franciscanos Conventuales en Legnica. Luego, el 30 de noviembre de 1988, la fiesta de san Andrés, viajó a Perú para trabajar como misionero.
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NOTA
[1] En la fecha del martiro el P. Jaroslaw Wysoczanski habia vuelto a Polonia por unos días por el matrimonio de su hermana.

¿POR QUÉ TANTOS TRISTES?


¿Por qué tantos tristes?
La enfermedad más terrible y extendida se llama tristeza y desesperación.
Por: P. Mariano de Blas LC | Fuente: Catholic.net




El mundo está lleno de gente triste, desesperanzada, gente amargada. Y uno se pregunta: ¿Por qué? Muchos responden: ¿Es que es posible vivir de otra manera? ¿Hay alguna razón para vivir alegres?

Yo nada más digo: ¿ No tenemos por ahí un Dios, un Padre amoroso que se preocupa de nosotros? ¿Para qué lo queremos? ¿No tenemos una Madre en el cielo, la Virgen de Guadalupe, que es la mejor Madre, y que sabe cuidar de sus hijos? Me pregunto: ¿Para qué la queremos? Y ¿no tenemos una fe y no tenemos una Iglesia y no tenemos tantos buenos libros y tantas oportunidades? ¿No tiene estrellas el cielo?

¿Para qué queremos los días, la salud? ¿Para qué queremos los amigos, para qué queremos tantas cosas buenas que hay en el mundo? ¿Por qué empeñarnos en llevar los ojos mirando hacia la tierra, los ojos cerrados a tanta bondad, a tanta hermosura, que debieran hacernos profundamente felices?

La enfermedad más terrible y extendida se llama tristeza y desesperación.