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jueves, 18 de diciembre de 2014

EL EVANGELIO DE HOY: JUEVES 18 DE DICIEMBRE DEL 2014


Anuncio del Ángel a José
Mateo 1, 18-24. Adviento. José estaba siguiendo un buen proyecto de vida pero Dios reservaba para él otro plan más grande.
Por: Francisco Javier Valencia | Fuente: Catholic.net




Del santo Evangelio según san Mateo 1, 18-24
La concepción de Jesucristo fue de esta manera: Su madre, María, estaba desposada con José y, antes de empezar a estar juntos ellos, se encontró encinta por obra del Espíritu Santo. Su marido José, como era justo y no quería ponerla en evidencia, resolvió repudiarla en secreto. Así lo tenía planeado, cuando el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque Él salvará a su pueblo de sus pecados». Todo esto sucedió para que se cumpliese el oráculo del Señor por medio del profeta: Ved que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre Emmanuel, que traducido significa: «Dios con nosotros». Despertado José del sueño, hizo como el Ángel del Señor le había mandado, y tomó consigo a su mujer. 

Oración introductoria
Jesús, el misterio de la Encarnación es un maravilloso misterio de humildad y de amor. Todos los protagonistas me dan una lección de vida que quiero llegar a vivir. Permite que esta oración abra mi mente y mi corazón para tener esa docilidad de san José y la humildad de María.

Petición
Señor, dame el espíritu generoso y obediente de san José para vivir mi vocación cristiana con esa misma magnanimidad.

Meditación del Papa Francisco
Renunciar a la cosa más preciosa, a la persona más amada. Pero como en el caso de Abram, el Señor interviene: ha encontrado la fe que buscaba y abre un camino diverso, un camino de amor y felicidad: 'José -le dice- no temas de tomar contigo a María, tu esposa. De hecho el niño que ha sido generado en ella proviene del Espíritu Santo'.
Este evangelio nos muestra toda la grandeza de ánimo de José. Él estaba siguiendo un buen proyecto de vida pero Dios reservaba para él otro plan, una misión más grande.
José era un hombre que siempre sabía escuchar la voz de Dios, era profundamente sensible a su secreta voluntad, un hombre atento a los mensajes que le llegaban desde lo más profundo del corazón. (Papa Francisco, 22 de diciembre de 2013)

Reflexión
¡Qué grande Madre tenemos! Una de las cosas que más atraen en este pasaje evangélico es la confianza que tenía María en Dios. Y es que Ella se sentía una muchacha como todas pero, con unos deseos inmensos de amar a Dios y de ser amada por Él.

Podemos experimentar por un momento los sentimientos de María después del anuncio del ángel, y pensar que no fue nada sencillo para ella. ¿A quién se lo contaría primero? ¿A sus padres, a José o tal vez a su mejor amiga? ¿qué iban a pensar de ella si se los contaba? El evangelio nos dice que José decidió repudiarla en secreto. Ante esta primera dificultad se encontró María, pero como la verdad no se impone por la fuerza, ella respondió libremente con un si sostenido. Entre tanto, dejó que las cosas siguieran su curso mientras Dios actuaba callada y silenciosamente. A su ritmo.

Ella lo confía todo a Dios. Deja actuar a Dios y Dios actúa Ella. ¿No había escuchado acaso en la sinagoga: “confía tus caminos al Señor espera en Él y Él actuará?” María lo meditaba en su corazón. Dios amó tanto la confianza y cercanía de su humilde Sierva que se valió de Ella para obrar maravillas. Porque la confianza de un alma a la Misericordia de Dios es el mayor homenaje a su amor; y la desconfianza, el pecado que más duele al corazón de Cristo.

Propósito
Crear y fomentar, en todo lugar y momento, un ambiente de acogida y benedicencia.

Diálogo con Cristo 
Jesucristo, ayúdame a edificar mi propia santificación en la entrega generosa, en la búsqueda de tu gloria y en una esforzada abnegación de mí mismo, especialmente en el seno de mi propia familia, siguiendo el ejemplo de san José, quien ante una crisis, su primera reacción fue la caridad.

NOVENA DE NAVIDAD: DÍA 3 - 18 DE DICIEMBRE


NOVENA DE NAVIDAD
TEMA: EL RESPETO

Autor: Aciprensa | Fuente: Aciprensa
Día 3. 


1.- Oración para comenzar

Benignísimo Dios de infinita caridad que nos haz amado tanto y que nos diste en tu Hijo la mejor prenda de tu amor, para que, encarnado y hecho nuestro hermano en las entrañas de la Virgen, naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio; te damos gracias por tan inmenso beneficio. En retorno te ofrecemos, Señor, el esfuerzo sincero para hacer de este mundo tuyo y nuestro, un mundo más justo, más fiel al gran mandamiento de amarnos como hermanos. Concédenos, Señor, tu ayuda para poderlo realizar. Te pedimos que esta Navidad, fiesta de paz y alegría, sea para nuestra comunidad un estímulo a fin de que, viviendo como hermanos, busquemos más y más los caminos de la verdad, la justicia, el amor y la paz. Amén.

Padre Nuestro...


2.- Oración para la familia

Señor haz de nuestro hogar un sitio de tu amor. Que no haya injuria porque Tú nos das comprensión. Que no haya amargura porque Tú nos bendices. Que no haya egoísmo porque Tú nos alientas. Que no haya rencor porque Tú nos das el perdón. Que no haya abandono porque Tú estas con nosotros. Que sepamos marchar hacia ti en tu diario vivir. Que cada mañana amanezca un día más de entrega y sacrificio. Que cada noche nos encuentre con más amor. Haz Señor con nuestras vidas, que quisiste unir, una página llena de ti. Haz Señor de nuestros hijos lo que anhelas, ayúdanos a educarlos, orientarlos por tu camino. Que nos esforcemos en el apoyo mutuo. Que hagamos del amor un motivo para amarte más. Que cuando amanezca el gran día de ir a tu encuentro nos conceda el hallarnos unidos para siempre en ti. Amén.


3.- Oración a la Virgen

Soberana María, te pedimos por todas las familias de nuestro país; haz que cada hogar de nuestra patria y del mundo sea fuente de comprensión, de ternura, de verdadera vida familiar. Que estas fiestas de Navidad, que nos reúnen alrededor del pesebre donde nació tu Hijo, nos unan también en el amor, nos hagan olvidar las ofensas y nos den sencillez para reconocer los errores que hayamos cometido.

Madre de Dios y Madre Nuestra, intercede por nosotros. Amén.


4.- Oración a San José

Santísimo San José esposo de María y padre adoptivo del Señor, tú fuiste escogido para hacer las veces de padre en el hogar de Nazaret. Ayuda a los padres de familia; que ellos sean siempre en su hogar imagen del padre celestial, a ejemplo tuyo; que cumplan cabalmente la gran responsabilidad de educar y formar a sus hijos, entregándoles, con un esfuerzo continuo, lo mejor de sí mismos. Ayuda a los hijos a entender y apreciar el abnegado esfuerzo de sus padres. San José modelo de esposos y padres intercede por nosotros. Amén.

Padre Nuestro...


5.- Meditación del día

Tercer día dedicado al RESPETO.

Una cualidad del amor que nos mueve a aceptar a los otros tal como son.

Gracias al respeto valoramos la gran dignidad de toda persona humana hecha a imagen y semejanza de Dios, aunque esa persona esté equivocada.

El respeto es fuente de armonía porque nos anima a valorar las diferencias, como lo hace un pintor con los colores o un músico con las notas o ritmos.

Un amor respetuoso nos impide juzgar a los demás, manipularlos o querer moldearlos a nuestro tamaño.

Siempre que pienso en el respeto veo a Jesús conversando amablemente con la mujer samaritana, tal como lo narra San Juan en el capítulo cuatro de su evangelio.

Es un diálogo sin reproches, sin condenas y en el que brilla la luz de una delicada tolerancia

Jesús no aprueba que la mujer no conviva con su marido, pero en lugar de juzgarla la felicita por su sinceridad. Actúa como buen pastor y nos enseña a ser respetuosos si de verdad queremos entendernos con los demás.


6.- Oración al niño Dios

Señor, Navidad es el recuerdo de tu nacimiento entre nosotros, es la presencia de tu amor en nuestra familia y en nuestra sociedad. Navidad es certeza de que el Dios del cielo y de la tierra es nuestro padre, que tú, Divino Niño, eres nuestro hermano.

Que esta reunión junto a tu pesebre nos aumente la fe en tu bondad, nos comprometa a vivir verdaderamente como hermanos, nos dé valor para matar el odio y sembrar la justicia y la paz. Oh Divino Niño, enséñanos a comprender que donde hay amor y justicia, allí estas tú y allí también es navidad. Amén.

Gloria al Padre...


7.- Gozos

Oh sapiencia suma del Dios soberano que a nivel de un niño te hayas rebajado. Oh Divino Infante ven para enseñarnos la prudencia que hace verdaderos sabios.

Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almás! ¡Ven no tardes tanto!

Niño del pesebre nuestro Dios y Hermano, tú sabes y entiendes del dolor humano; que cuando suframos dolores y angustias siempre recordemos que nos has salvado.

Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almás! ¡Ven no tardes tanto!

Oh lumbre de oriente sol de eternos rayos que entre las tinieblas tú esplendor veamos, Niño tan precioso, dicha del cristiano, luzca la sonrisa de tús dulces labios.

Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almás! ¡Ven no tardes tanto!

Rey de las naciones Emmanuel preclaro de Israel anhelo pastor del rebaño. Niño que apacientas con suave cayado, ya la oveja arisca ya el cordero manso.

Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almás! ¡Ven no tardes tanto!

Ábrase los cielos y llueva de lo alto rocío, como riego santo. Ven hermoso niño ven Dios humanado luce hermosa estrella, brota flor del campo.

Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almás! ¡Ven no tardes tanto!

Tú te hiciste Niño en una familia llena de ternura y calor humano. Vivan los hogares aquí congregados el gran compromiso del amor cristiano.

Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almás! ¡Ven no tardes tanto!

Del débil auxilio, del doliente amparo, consuelo del triste, luz de desterrado. Vida de mi vida, mi sueño adorado, mi constante amigo mi divino hermano.

Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almás! ¡Ven no tardes tanto!

Ven ante mis ojos de ti enamorados, bese ya tús plantas bese ya tús manos. Prosternado en tierra te tiendo los brazos y aún más que mis frases te dice mi llanto.

Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almás! ¡Ven no tardes tanto!

Haz de nuestra patria una gran familia; siembra en nuestro suelo tú amor y tú paz. Danos fe en la vida, danos esperanza y un sincero amor que nos una más.

Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almás! ¡Ven no tardes tanto!

Ven Salvador nuestro por quien suspiramos ven a nuestras almás, ven no tardes tanto.

BREVES LECTURAS PARA LOS DÍAS DE SEMANA, PARA VISITAR AL SANTÍSIMO SACRAMENTO


VISITA AL SANTÍSIMO
BREVES LECTURAS PARA LOS DÍAS DE LA SEMANA


Lunes. AMOR A JESÚS

HABLA JESÚS. Por ti, joven, por ti estoy en el Sagrario. Por ti la noche antes de morir, y viendo que iba a dejar a los hombres según mi presencia visible, encontré un medio para quedarme siempre con ellos, aunque de una manera invisible a los ojos del cuerpo.

Instituí a este efecto la Sagrada Eucaristía convirtiendo el pan y vino en mi verdadero Cuerpo y Sangre, mandando a mis Apóstoles y a todos los Sacerdotes que vinieran después al mundo, que hicieran lo mismo que Yo acababa de hacer.

Y aquí estoy en el Sagrario, noche y día, para ser tu Amigo y Compañero, para favorecerte; pero tú, ¿piensas mucho en Mí?



Martes. INGRATITUD DEL HOMBRE

HABLA JESÚS. La mayor parte de las personas no tienen para Mí el más insignificante detalle de urbanidad, y son muchas las que no se dignan hacerme ni una visita. Y ¡tanto como Yo deseo su bien! Las veo pasar por delante de mis iglesias y no me dirigen ni un saludo, ni una palabra, ni un recuerdo. ¡Como si Yo no estuviera en el Sagrario! ¡Como si no hubiera hecho nada por la salvación de todos! Por lo menos tú, joven de mi alma, no me olvides; ven a visitarme todos los días; que no te domine la ingratitud. Te espero aquí. ¿Me dejarás solo?



MIÉRCOLES- AMARGAS QUEJAS

HABLA JESÚS: Si un hombre cualquiera de la tierra te hubiera hecho muchos menos beneficios de los que Yo te he hecho, le manifestarías tu agradecimiento, le visitarías algunas veces, te considerarías obligado a prestarle algunas atenciones. ¿Por qué no lo haces conmigo?¿No sabes que Yo soy tu Dios, tu Creador, tu Padre, tu Amigo tu Bienhechor? ¿No sabes que por tu amor, sí, sólo por tu amor, estoy en el Sagrario? Por lo menos tú, joven, ven a visitarme. Dime, ¿me amas? ¿Cómo te has portado hoy? ¿No te gusta estar aquí un rato haciéndome compañía? Ven, ven, que yo te diré lo que has de hacer y lo que has de evitar para agradarme y alcanzar la santidad.




JUEVES. LOS PELIGROS

HABLA JESÚS. Cuando estaba yo con mis Apóstoles en el huerto de Getsemaní, y sabiendo los peligros que les aguardaban, les dije: Velad y orad para que no caigáis en la tentación. Lo mismo te digo, querido joven. Te encuentras en medio de muchos peligros; vigila, apártate de ellos, reza bien tus oraciones.

No seas temerario; no te expongas voluntariamente a ningún peligro de pecar, porque caerías miserablemente. Si conoces que una cosa es mala o que no te conviene para tu alma, déjala. ¿Beberías una copa de vino dulce temiendo que está envenenada? Así son muchas ocasiones de pecado...


VIERNES. EL PECADO

HABLA JESÚS. Hijo Mío, ¿por qué pecas? ¿No conoces la enormidad del pecado y cuánto me ofende e injuria? Si alguna vez llegas a pecar mortalmente es como si me azotases, coronases de espinas y clavases de nuevo en la Cruz. ¿Lo has pensado bien?

Al pecar, te entregas a tu enemigo y enemigo mío el demonio. Al cometer un pecado mortal, al consentir voluntariamente un pecado impuro, al dejar sin causa grave la Misa en el día de obligación, pierdes mi amistad, pierdes el derecho al Cielo. Al cometer un pecado mortal, te abres tú mismo las puertas del infierno. ¡Infeliz!  Haz aquí a mis pies el propósito de no cometer nunca un pecado mortal.



SÁBADO. EL GRAN CASTIGO

HABLA JESÚS. Yo soy bueno y quiero la salvación de todos los hombres, y doy a todos mi gracia para que no se condenen. El que va al infierno, es porque quiere.

¿Has pensado seriamente en lo que es el Infierno? ¿Sabes lo que es estar para siempre apartado de MI, lejos de MI, padeciendo las penas del Infierno? Yo te aseguro que, si pensases en él, no pecarías.

Tú que eres tan delicado y que cualquier cosa te molesta y no la puedes sufrir, ¿cómo sufrirás las penas del infierno, que nunca, nunca han de tener fin? Piénsalo unos momentos a mis pies y forma propósito de llevar una vida del todo cristiana.



DOMINGO. EL CIELO

HABLA JESÚS. Ahora no puedes comprender lo que es el Cielo, lo que es estar conmigo en aquella gloria, que tengo preparada para los que me aman y huyen del pecado.

Estás tú acostumbrado a ver las cosas de la tierra, y te figuras el Cielo como lo que ves en este mundo. Y el Cielo es diferente, muy diferente de las cosas de aquí abajo. Si supieras lo que es ver a Dios, gozar de Dios, estar conmigo, con tu Madre la Virgen María, con los Ángeles y Santos...

Los ojos no han visto jamás cosa semejante; y por más que pienses y discurras, nunca podrás imaginarte la felicidad del Cielo.

Allí no hay dolores, tristezas ni tribulaciones de ninguna clase; allí la muerte no tiene entrada; allí se poseen todos los bienes sin ningún mal y sin miedo de perder jamás aquella gloria.

¿No comprendes que vale la pena de abstenerse de las cosas malas de este mundo para poseer el Cielo? ¿No conoces que es una locura, por una tontería de este mundo, perder el Cielo, y perderlo para siempre?

Dime, joven, dime: ¿qué piensas hacer? Mira que el demonio se vale de todos los ardides para condenarte. Vigila, pues, alerta, y procura que no te engañe.

Sea alabado en todo momento el Santísimo y Divinísimo Sacramento.



Oración al Santísimo (de San Alfonso María Ligorio)

Señor mío Jesucristo, que por amor a los hombre estás noche y día en este sacramento, lleno de piedad y de amor, esperando, llamando y recibiendo a cuantos vienen a visitarte: creo que estás presente en el sacramento del altar. Te adoro desde el abismo de mi nada y te doy gracias por todas las mercedes que me has hecho, y especialmente por haberte dado tu mismo en este sacramento, por haberme concedido por mi abogada a tu amantísima Madre y haberme llamado a visitarte en este iglesia.

Adoro ahora a tu Santísimo corazón y deseo adorarlo por tres fines: el primero, en acción de gracias por este insigne beneficio; en segundo lugar, para resarcirte de todas las injurias que recibes de tus enemigos en este sacramento; y finalmente, deseando adorarte con esta visita en todos los lugares de la tierra donde estás sacramentado con menos culto y abandono.

ALABANZAS DE DESAGRAVIO A JESÚS EUCARISTÍA




ALABANZAS DE DESAGRAVIO A JESÚS EUCARISTÍA


Bendito sea Dios.
Bendito sea su santo Nombre.
Bendito sea Jesucristo, Dios y Hombre verdadero.
Bendito sea el nombre de Jesús.
Bendito sea su sacratísimo Corazón.
Bendita sea su preciosísima sangre.
Bendito sea Jesús en el santísimo Sacramento del altar.
Bendito sea el Espíritu Santo Paráclito.
Bendita sea la excelsa Madre de Dios, María santísima.
Bendita sea su santa e inmaculada Concepción.
Bendita sea su gloriosa Asunción.
Bendito sea el nombre de María, Virgen y Madre.
Bendito sea san José, su castísimo esposo.
Bendito sea Dios en sus ángeles y en sus santos.
Amen.

EL NUDO DEL AMOR


EL NUDO DEL AMOR


En una junta de padres de familia de cierta escuela, la directora resaltaba el apoyo que los padres deben darle a los hijos. También pedía que se hicieran presentes el máximo de tiempo posible. Ella entendía que, aunque la mayoría de los padres y madres de aquella comunidad fueran trabajadores, deberían encontrar un poco de tiempo para dedicar y entender a los niños. 

Sin embargo, la directora se sorprendió cuando uno de los padres se levantó y explicó, en forma humilde, que él no tenia tiempo de hablar con su hijo durante la semana. Cuando salía para trabajar era muy temprano y su hijo todavía estaba durmiendo. Cuando regresaba del trabajo era muy tarde y el niño ya no estaba despierto. Explicó, además, que tenía que trabajar de esa forma para proveer el sustento de la familia.

Dijo también que el no tener tiempo para su hijo lo angustiaba mucho e intentaba redimirse yendo a besarlo todas las noches cuando llegaba a su casa y, para que su hijo supiera de su presencia, él hacía un nudo en la punta de la sabana que lo cubría. Eso sucedía religiosamente todas las noches cuando iba a besarlo. Cuando el hijo despertaba y veía el nudo, sabía, a través de él, que su papá había estado allí y lo había besado. El nudo era el medio de comunicación entre ellos.

La directora se emocionó con aquella singular historia y se sorprendió aún más cuando constató que el hijo de ese padre era uno de los mejores alumnos de la escuela.

El hecho nos hace reflexionar sobre las muchas formas en que las personas pueden hacerse presentes y comunicarse entre sí. Aquel padre encontró su forma, que era simple pero eficiente. Y lo más importante es que su hijo percibía, a través del nudo afectivo, lo que su papá le estaba diciendo.

Algunas veces nos preocupamos tanto con la forma de decir las cosas que nos olvidamos de lo principal, que es la comunicación a través del sentimiento.

Simples detalles como un beso y un nudo en la punta de una sábana, significaban, para aquel hijo, muchísimo más que regalos o disculpas vacías. Es válido que nos preocupemos por las personas, pero es más importante que ellas lo sepan, que puedan sentirlo.

Para que exista la comunicación es necesario que las personas "escuchen" el lenguaje de nuestro corazón, pues, en materia de afecto, los sentimientos siempre hablan más alto que las palabras. Es por ese motivo que un beso, revestido del más puro afecto, cura el dolor de cabeza, el raspón en la rodilla, el miedo a la oscuridad.

Las personas tal vez no entiendan el significado de muchas palabras, pero saben registrar un gesto de amor. Aunque ese gesto sea solamente un nudo.

LA MÚSICA DE DIOS



LA MÚSICA DE DIOS

Un organista de una iglesia estaba practicando una pieza de Felix Mendelssohn y no estaba tocando muy bien. Frustrado, recogió su partitura de música y se dispuso a irse. No había notado a un extraño que se había sentado en un banco de atrás.

Cuando el organista se dio la vuelta para irse, el extraño se le acercó y le preguntó si él podía tocar la pieza. El organista respondió bruscamente: «Nunca dejo que nadie toque este órgano.». Finalmente, después de dos peticiones amables más, el músico gruñón le dio permiso con renuencia.
El extraño se sentó y llenó el santuario de una hermosa e impecable música. Cuando terminó, el organista preguntó: «¿Quién es usted?» El hombre contestó: «Yo soy Felix Mendelssohn.» El organista por poco impide al creador de la canción que tocara su propia música.

Hay veces en que nosotros también tratamos de tocar los acordes de nuestra vida e impedimos a nuestro Creador que haga una música hermosa.

Igual que el obstinado organista, quitamos las manos de las teclas con renuencia. Como pueblo Suyo, somos «creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano» (Efesios 2:10). Pero nuestras vidas no producirán una música hermosa a menos que le dejemos obrar a través de nosotros.

Dios tiene una sinfonía escrita para nuestras vidas. Dejémosle que haga su voluntad en nosotros.

LA CAPACIDAD DE DIOS NO ESTÁ LIMITADA POR NUESTRA INCAPACIDAD.

LA LEYENDA DEL NIÑO JESÚS DE PRAGA


La leyenda del Niño Jesús de Praga
Un buen día Fray José está barriendo el suelo del monasterio y de repente se le presenta un hermoso niño...
Por: María Pilar Mijares Bejerano | Fuente: Archicofradía del Niño Jesús de Praga de Cádiz (España)




Todas las cosas tienen un poco de leyenda y también la imagen del Milagroso Niño Jesús de Praga tiene la suya y muy bella por cierto.

Allá por el final de la Edad Media, entre Córdoba y Sevilla, al sur de las márgenes del Guadalquivir, hay un monasterio famoso, lleno de monjes con largas barbas y ásperas vestiduras. Después de un incursión de los moros que pueblan la zona, queda reducido a ruinas, y solo cuatro monjes se salvaron de la catástrofe. Entre ellos está FRAY JOSÉ DE LA SANTA CASA, un lego con corazón de santo y cabeza y manos de artista, pero sobre todo con un amor desbordante a la Santa Infancia de Jesús. En cualquier oficio que la obediencia le mandase, se le encontraba infaliblemente entretenido, pensando y hablando con el Niño Jesús.

Un buen día Fray José está barriendo el suelo del monasterio y de repente se le presenta un hermoso niño que le dice: -¡Qué bien barres, fray José, y que brillante dejas el suelo! ¿Serías capaz de recitar el Ave María?. -Si. -Pues entonces, dila.

Fray José deja a un lado la escoba, se recoge, junta las manos y con los ojos bajos, comienza la salutación angélica. Al llegar a las palabras "et benedictus fructus ventris tui" (y bendito el fruto de tu vientre), el niño le interrumpe y le dice: ¡ESE SOY YO!, y enseguida desaparece.

Fray José grita extasiado:-¡Vuelve Pequeño Jesús, porque de otro modo moriré del deseo de verte!. Pero Jesús no vino. Y Fray José, seguía llamandolo día tras día, en la celda, en el huerto, en la cocina... en todas partes. Al fin un día sintió que la voz de Jesús le respondía: -"Volveré, pero cuida de tener todo preparado para que a mi llegada hagas de mi una estatua de cera en todo igual a como soy". Fray José corrió a contarselo al padre prior, pidiéndole cera, un cuchillo y un pincel. El Superior se lo concedió y Fray José se entregó con ilusión a modelar una estatua de cera del Niño que había visto. Hacía una y la deshacía, para hacer otra, pues nunca estaba conforme, y cada una que hacía le salía más bella que la anterior, y así pasaba el tiempo, esperando que regresase su Amado Jesusito.

Y por fin llegó el día en el que rodeado de ángeles, se le presenta el Niño Jesús, y Fray José en extásis, pero con la mayor naturalidad pone los ojos en el Divino modelo y copia al Niño que se tiene delante. Cuando termina y observa que su estatua es igual al Sagrado Modelo, estalla en risas y llantos de alegría, cae de rodillas delante de ella y posando la cabeza sobre las manos juntas, muere. Y los mismos ángeles que acompañaron a su Niño Jesús, recogieron su espíritu y lo llevaron al Paraíso. Los religiosos enterraron piadosamente el cuerpo del santo lego y con particular devoción colocaron la imagen de cera del Niño Jesús en el oratorio del monasterio.

Aquella misma noche Fray José se apareció en sueños al Padre Prior, comunicándole lo siguiente: "Esta estatua, hecha indignamente por mi, no es para el monasterio. Dentro de un año vendrá Doña Isabel Manríquez de Lara, a quien se la daréis, quien a su vez se la entregará a su hija como regalo de bodas, quien la llevará a Bohemia y de la capital de aquel reino será llamado -Niño Jesús de Praga- entre los pueblos y naciones. La gracia, la paz y la misericordia descenderán a la tierra por El escogida para habitar en ella, el pueblo de aquel reino será su pueblo, y El será su PEQUEÑO REY".

Y efectivamente al año en punto, Doña Isabel Manríquez de Lara, en un viaje de recreo por la zona, topó con las ruinas del monasterio, y el prior, ya único superviviente le entregó la imagen del Niño Jesús, contándole su fascinante historia. La dama llena de alegría, retornó a su castillo de Sierra Morena, muy cerca de Córdoba. Y aquí la leyenda deja paso a la Historia...

CARTA AL NIÑO DIOS


Carta al Niño Dios
Quiero adelantarme a los pastores y a los Reyes Magos. Quiero llegar aquí cada mañana el primero.
Por: P. Guillermo Serra, LC | Fuente: la-oracion.com



Querido Niño Jesús:

Te tengo aquí presente en este rato de adoración. Pienso en ti y te pienso. Sí, parece lo mismo pero en realidad no lo es. Muchas veces pienso en ti, me acuerdo de ti, pero no te pienso. Es como decir que falta algo de camino para que de mi mente llegues a mi corazón. Bueno, en realidad estoy enamorado de ti, pero mucho menos de lo que tú lo estás de mí. Y ese es el camino que quiero recorrer. En el fondo tú ya estás en mi corazón y yo, quizás, ni siquiera he llegado al mío porque me falta tanto amor.

Te agradezco

Hoy quiero agradecerte este esfuerzo de salir de tu cielo para venir a nuestra tierra, a mi tierra de cada día. Tanto tiempo peregrinos en busca de la Tierra Prometida y ahora en ti descubro esa promesa, ese amor, esa ternura: Dios con nosotros, Dios conmigo, Dios para mí, en una cueva, en Belén.

Te tengo en la Eucaristía. Te miro y me miras. No sé quién tiene más admiración, si yo de ti o tú de mí. Me amas y te amo. Naciste ya hecho Eucaristía, hecho pan para comerte, tanta fue tu ternura. Naciste en Belén, que quiere decir "Casa del Pan". Y con razón María te quería comer a besos. Eucaristía anticipada por aquella que te dio la vida.

¿Qué me dices, qué te digo?

Esto es lo que me dices hoy: hay que dar la vida, hacerse alimento para los demás. Cada día dejarse comer, ser Eucaristía para los hombres mis hermanos, tus hermanos. En tu cueva encuentro el ejemplo para lograrlo: la humildad del lugar, el silencio de la noche, la pobreza que elegiste, la mejor compañía: María y José. ¡Qué bien se está aquí contigo! Es una auténtica transfiguración: tu gloria se dibuja en tu pequeñez, tu amor en la sencillez y tu fuerza en tu debilidad. Tres virtudes que deben resonar en mi vida pero la verdad, ¡qué pronto se me olvidan!

Por eso quiero mirarte y aprender de ti como un espejo de amor. Que tu sonrisa me haga sonreír. Que tu sueño me dé paz, que tu silencio me haga aprender a escuchar.

Quiero adelantarme a los pastores y a los Reyes Magos. Quiero llegar aquí cada mañana el primero. Suena egoísta pero es que necesito verte, tocarte, olerte y besarte. Eres carne de mi carne, uno como yo, ¡eres real! Quiero que esta experiencia me acompañe durante el día. ¡He tocado, he visto, he abrazado el Verbo de Dios! ¡Ha dormido en mis brazos y ha llorado junto a mí y por mí!

Ser consuelo de tu corazón es mi mayor deseo. Verte dormir mi mayor paz. Ojalá pudiese vivir mi sacerdocio consolándote y diciéndote: "descansa, ahora me toca a mí". Pero en el fondo sé que tu corazón siempre está velando y soy yo el que es cuidado por ti. Al menos déjame intentarlo, déjame ser consuelo para tu corazón.

¿Qué te puedo regalar?

Con la emoción de verte entre nosotros, Jesús, no te he traído un regalo. ¡Qué despiste! Otros llegarán al rato con regalos preciosos del lejano oriente o con humildes ofrendas de pastor. Y yo, ¿qué te puedo regalar? Mi vida es tuya, ya lo sabes. Te la entregué hace más de 20 años. Soy pobre, aunque no tanto como tú. Algo debe quedarme, seguramente mi corazón te puede ofrecer un mayor amor, un esfuerzo más delicado en mi servicio, un desprendimiento más generoso cada día para encontrarme contigo, superando cansancio, tristeza, miedos y apegos. Sí, creo que este será mi regalo. Te dejaré aquí mi corazón para que te dé calor, te consuele, te entretenga y te alegre. Así cada día tendré que volver temprano en la mañana para alimentarme de tu amor, de tu mirada y de tu bondad. Con tu corazón en el mío caminaré más rápido, haré más bien al mundo, me amaré mejor y amaré a más personas.

Nos unimos en la Eucaristía

La Eucaristía que celebro cada día será nuestro encuentro, nuestro regalo, nuestro alimento y nuestro recuerdo. Nos uniremos y ya no tendremos dos corazones, sino que el mío se fundirá en el tuyo, mi voluntad en la tuya, mi mirada la de tus ojos, mi ternura la de tu amor.

Belén, casa del Pan, cueva silenciosa del milagro de Dios entre los hombres. Eucaristía anticipada hecha vida, ternura y gozo. En tu humilde morada dejo mi corazón en el pesebre.

Despedida

Me retiro antes de que lleguen los pastores. Me voy sin mi corazón pero sí con el tuyo. Qué gran regalo he recibido a cambio de lo poco que te dejo. Tu amor en mi pecho y el mío en tu pesebre. Descansa, duerme tranquilo. Mañana regreso de nuevo. Tu sacerdote por siempre, P. Guillermo Serra, L.C.

NB: no pienses que no me he dado cuenta, ¡tienes la madre más hermosa del mundo!