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miércoles, 19 de noviembre de 2014

EL EVANGELIO DE HOY: MIÉRCOLES 19 DE NOVIEMBRE DEL 2014


Parábola de los talentos
Parábolas

Lucas 19, 11-28. Tiempo Ordinario. Ser fieles en lo pequeño para serlo también en lo grande. 


Por: P. Juan Gralla | Fuente: Catholic.net



Del santo Evangelio según san Lucas 19, 11-28
En aquel tiempo, dijo Jesús una parábola, pues estaba Él cerca de Jerusalén, y creían ellos que el Reino de Dios aparecería de un momento a otro. Dijo pues: Un hombre noble marchó a un país lejano, para recibir la investidura real y volverse. Habiendo llamado a diez siervos suyos, les dio diez minas y les dijo: "Negociad hasta que vuelva." Pero sus ciudadanos le odiaban y enviaron detrás de él una embajada que dijese: "No queremos que ése reine sobre nosotros." Y sucedió que, cuando regresó, después de recibir la investidura real, mandó llamar a aquellos siervos suyos, a los que había dado el dinero, para saber lo que había ganado cada uno. Se presentó el primero y dijo: "Señor, tu mina ha producido diez minas." Le respondió: "¡Muy bien, siervo bueno! ; ya que has sido fiel en lo mínimo, toma el gobierno de diez ciudades."
Vino el segundo y dijo: "Tu mina, Señor, ha producido cinco minas." Dijo a éste: "Ponte tú también al mando de cinco ciudades." Vino el otro y dijo: "Señor, aquí tienes tu mina, que he tenido guardada en un lienzo; pues tenía miedo de ti, que eres un hombre severo; que tomas lo que no pusiste, y cosechas lo que no sembraste." Dícele: "Por tu propia boca te juzgo, siervo malo; sabías que yo soy un hombre severo, que tomo lo que no puse y cosecho lo que no sembré; pues ¿por qué no colocaste mi dinero en el banco? Y así, al volver yo, lo habría cobrado con los intereses." Y dijo a los presentes: "Quitadle la mina y dádsela al que tiene las diez minas." Dijéronle: "Señor, tiene ya diez minas." "Os digo que a todo el que tiene, se le dará; pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará." "Pero a aquellos enemigos míos, los que no quisieron que yo reinara sobre ellos, traedlos aquí y matadlos delante de mí." Y habiendo dicho esto, marchaba por delante subiendo a Jerusalén.


Oración introductoria
Señor, inicio mi oración dándote las gracias por todos los dones que me has concedido, ayúdame a saber duplicarlos para corresponderte con generosidad. No permitas que el miedo o la mediocridad me separen del camino que me puede llevar a la santidad.

Petición
Jesucristo, enséñame a ser perseverante en el buen uso de mis talentos, para servirte a Ti y a los demás.

Meditación del Papa san Juan Pablo II
El hombre no es un testigo inerte del ingreso de Dios en la historia. Jesús nos invita a "buscar" activamente "el reino de Dios y su justicia" y a considerar esta búsqueda como nuestra preocupación principal. A los que "creían que el reino de Dios aparecería de un momento a otro", les recomienda una actitud activa en vez de una espera pasiva, contándoles la parábola de las diez monedas encomendadas para hacerlas fructificar. Por su parte, el apóstol san Pablo declara que "el reino de Dios no es cuestión de comida o bebida, sino -ante todo- de justicia" e insta a los fieles a poner sus miembros al servicio de la justicia con vistas a la santificación.
            Así pues, la persona humana está llamada a cooperar con sus manos, su mente y su corazón al establecimiento del reino de Dios en el mundo. Esto es verdad de manera especial con respecto a los que están llamados al apostolado y que son, como dice san Pablo, "cooperadores del reino de Dios", pero también es verdad con respecto a toda persona humana» (S.S. san Juan Pablo II, 6 de diciembre de 2000).

Reflexión
Esta meditación está dedicada a los pequeños de la casa; a los niños. Porque nos ayuda a valorar la importancia que tiene este periodo de la vida para los planes de Dios.

Un niño no tiene que dirigir una empresa, pero tiene una tarea escolar que debe cumplir. No sabe qué es la Constitución de su país, pero tiene unos padres a los que debe obedecer. Porque, de lo que aprenda ahora, aunque sean cosas pequeñas, dependerá todo su futuro.

Así dice la parábola de los talentos (o las minas). Si un niño es capaz de sacar adelante sus compromisos de niño será una garantía para cuando sea adulto. Porque cuando sea mayor, se le pondrá al frente de "diez ciudades" y las gobernará con la misma fidelidad con la que hoy hace su cama, ayuda a las tareas del hogar, mantiene su habitación limpia y ordenada, etc.

Por tanto, no hay que despreciar las cosas pequeñas. Todo es importante en esta vida. Y las personas no cambian de la noche a la mañana, sino que se forjan día a día. El niño que no reza las oraciones de la noche a la Virgen o no va todos los domingos a Misa, ¿cómo puede esperar que lo hará cuando sea adulto?

Propósito
Diariamente, antes de dormir, hacer un balance sobre el uso que hice de los dones que Dios me ha dado.

Diálogo con Cristo
Jesús, no quiero ser un espectador pasivo, sino un colaborador infatigable de tuyo. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad y hacer multiplicar todos los dones que me has confiado. Tengo mucho que dar, pero mucho más que ganar, si uso mis talentos para ayudar a los demás.

TÚ ERES

TÚ ERES...


Tú eres...

VALIENTE... cuando te sobrepones a tus temores y enseñas a otros a hacer lo mismo.

SABIO... cuando conoces los límites de tu sabiduría.

AMOROSO... cuando tu propio dolor no te ciega para ver el dolor de otro.

HONORABLE... cuando te das cuenta que tu honor es para honrar a otros.

GENEROSO... cuando puedes tomar tan dulcemente como cuando das.

HUMILDE... cuando no sabes cuán humilde eres.

LIBRE... cuando tienes control de ti mismo y no deseas controlar a otros..

VIVO...  cuando la esperanza del mañana significa más que tu error de ayer.

CRECIENDO... cuando sabes quién eres, pero no quién serás mañana.

PIADOSO... cuando perdonas en los demás las faltas que condenas para ti mismo.

FELIZ... cuando ves una flor y agradeces el milagro.

HERMOSO... cuando no necesitas un espejo para aseverarlo.

RICO... cuando no necesitas más de lo que tienes.

FUERTE... cuando a tu pena le enseñas a sonreír.

TÚ ERES TÚ... cuando estás en paz contigo mismo.

LA CESTA DE LA VIDA


LA CESTA DE LA VIDA



Querido Dios, ¿Cómo estás? 

Te escribo para saludarte y para pedirte unos productos para la cesta de mi vida, pues los básicos con que me enviaste al mundo, se me han ido agotando a lo largo de estos años. 

Por ejemplo, la paciencia se me acabó por completo, igual que la prudencia y la tolerancia. 

Ya me quedan poquitas esperanzas y el frasquito de fe, está casi vacío. La imaginación también está escaseando. 

También debes saber que hay cosas de la cesta que ya no necesito, como la dependencia y esa facilidad para tener "berrinches", que tantas molestias y problemas me han ocasionado. 

Así que quisiera pedirte nuevos productos. Para empezar me gustaría que rellenaras los frascos de paciencia y tolerancia hasta el tope, y mándame por favor el curso intensivo "Cómo ser más prudente" , volúmenes 1, 2 y 3. ¡Ah! No olvides el tomo especial sobre la lealtad. 

Envíame varias bolsas grandes de madurez que tanta falta me hace. También quisiera un saco de sonrisas, de esas que alegran el día a cualquiera. 

Te pido que me mandes dos piedras grandes y pesadas para atarlas a mis pies y tenerlos siempre sobre la tierra. 

Si tienes por ahí guardada una brújula para orientarme y tomar el camino correcto, te lo agradecería. 

Regálame imaginación otra vez; pero no demasiada, porque debo confesar que en ocasiones tomé grandes cantidades y me pasé del límite. 

Nuevas ilusiones y una triple ración de fe y esperanza también me vendrían fenomenal para seguir adelante. 

Te pido una paleta de colores para pintar mi vida cuando la vea gris. Me sería muy útil un cubo de basura para tirar todo lo que me hace daño. 

Por favor mándame un bote de "Betadine" y una cajita de tiritas para sanar mi corazón, porque ha tropezado bastante y tiene muchos raspones. 

Te pido unos discos duros, porque tengo el cerebro lleno de información y necesito espacio para guardar más. 

Te pido zanahorias para tener buena vista y no dejar pasar las oportunidades por no verlas. 

Necesito un reloj grande, muy grande, para que cada vez que lo vea me acuerde de que el tiempo no se detiene, sino que corre y no debo desperdiciarlo. 

Podrías mandarme muchísima fuerza y seguridad en mí mismo. Sé que voy a necesitarlas para soportar tiempos difíciles y para levantarme cuando caiga. También quisiera un bote de pastillas de las que hacen que crezca la fuerza de voluntad y el empeño, para que me vaya bien en la vida y te pido unas tres o cuatro toneladas de "ganas de vivir", para cumplir mis sueños. 

Necesito una pluma con mucha tinta, para escribir todos mis logros y mis fracasos, para no olvidarlos y poder compartirlos. 

Del amor no te hablo, porque si me concedes todos estos ingredientes, tendré lo necesario para verlo en cada uno de mis actos. 

Pero más que nada, te pido que me des mucha vida para lograr todo lo que tengo en mente y para que el día que me vaya contigo, tenga mucho que llevarte y veas que no desperdicié el tiempo aquí en la Tierra. 

Gracias por lo que me puedas dar y te agradezco el doble todo lo que me mandaste la primera vez.

VIRGEN DE LA DIVINA PROVIDENCIA, ADVOCACIÓN MARIANA, 19 DE NOVIEMBRE


Santísima Virgen de la Divina Providencia
Advocación Mariana, 19 de noviembre
Fuente: Corazones.org



Patrona de Puerto Rico

La devoción a la Virgen de la Divina Providencia se origina en el siglo XIII en Italia, de donde llegó poco tiempo después a España, en donde se construyó un santuario en Tarragona, Cataluña.

Se dice que el nombre de Divina Providencia, le fue asignado a la Virgen por San Felipe Benicio, quinto superior de los Siervos de María, quien en una ocación en la que él y sus frailes no tenían nada que comer, invocó la protección de su Patrona, al poco tiempo se oyó toques en la puerta del convento, encontrando al abrila dos canastas llenas de alimentos.

La imagen original venerada por los Siervos de María y otras órdenes religiosas italianas, es un hermoso óleo en el que aparece la Virgen con el Divino Niño dormido plácidamente en sus brazos. Se cuenta que el título "de la Divina Providencia", se debe a San Felipe Benicio, quinto superior de los Siervos de María, quien al invocar la protección de la Virgen un día en que sus frailes no tenían nada que comer, encontró a la puerta del convento dos cestas repletas de alimentos sin que se pudiese conocer su procedencia.

La imagen mandada a hacer por Don Gil Esteve fue tallada en Barcelona según el gusto de la época. Es una hermosa imagen sentada, "de ropaje, (es decir, hecha para ser vestida), y estuvo expuesta al culto en la catedral durante 67 años, hasta que en 1920 fue sustituida por otra magnífica talla, toda de madera, que es la imagen de Nuestra Señora de la Divina Providencia más familiar y conocida por las comunidades puertorriqueñas.

María se inclina sobre el Niño, que en total actitud de confianza duerme plácidamente en su regazo. Las manos de la Virgen se unen en oración mientras sostiene suavemente la mano izquierda del Divino Infante. El conjunto sugiere ternura, abandono, devoción y paz.

El Papa Pablo VI declaró a Nuestra Señora Madre de la Divina Providencia, como patrona principal de la isla de Puerto Rico mediante un decreto firmado el 19 de noviembre de 1969. En ese documento se decretó también que la solemnidad de la Virgen debía trasladarse del dos de enero, aniversario de su llegada a la isla, al 19 de noviembre, día en que fue descubierta la isla de Borinquen. Se quiso unir así los dos grandes afectos de los puertorriqueños; el amor por su preciosa isla y el amor por la Madre de Dios.

La talla más antigua, que data del 1853, fue la elegida para ser coronada solemnemente durante la reunión del Consejo Episcopal Latino Americano celebrada en San Juan de Puerto Rico el 5 de noviembre de 1976. La víspera del acontecimiento esta imagen fue vilmente quemada en la Parroquia de Santa Teresita de Santurce. Pero eso no detuvo la solemne coronación, que ocurrió en medio de la emoción y las lágrimas de millares de sus hijos y la presencia de cardenales, arzobispos y obispos venidos de toda Latinoamérica.

La imagen quemada fue enviada a España para ser restaurada. Actualmente espera la construcción del proyectado gran santuario nacional para ser allí colocada

ORACIÓN A LA VIRGEN DE LA DIVINA PROVIDENCIA - 19 DE NOVIEMBRE


Oración a la virgen de la Divina Providencia

Omnipotente y sempiterno Dios que nos has concedido a tus siervos el don de conocer la gloria de la eterna Trinidad en la confesión de la verdadera fe, y la de adorar la unidad en el poder de tu majestad; te rogamos que por la firmeza de esta misma fe, nos libres siempre de todas las adversidades. Por Cristo Nuestro Señor.
Amén

Oh divina Providencia!

¡Concédeme tu clemencia
y tu infinita bondad!
Arrodillada a tus plantas a ti caridad portento.
Te pido para los míos casa, vestido y sustento.
Concédeles la salud, llévalos por buen camino.
Que sea siempre la virtud la que los guíe en su destino.
Tú eres toda mi esperanza.
Tú eres el consuelo mío.
En la que mi mente alcanza, en ti creo, en ti espero, y en ti confío.
Tu divina Providencia se extiende a cada momento.
Para que nunca nos falte: casa, vestido y sustento.
Amén.

CATEQUESIS DEL PAPA FRANCISCO, PARA EL DÍA DE HOY MIÉRCOLES 19 DE NOVIEMBRE DEL 2014


Cada paso hacia la santidad hace a las personas mejores,
 dijo el Papa en su catequesis




2014-11-19 Radio Vaticana

(RV).- El Papa Francisco celebró esta mañana, como cada miércoles, su tradicional audiencia general en la Plaza de San Pedro, ante la presencia de varios miles de fieles y peregrinos procedentes de numerosos países, deseosos de escuchar su catequesis y de recibir su bendición apostólica. 

En su catequesis el Papa Bergoglio se refirió al significado de la vocación universal a la santidad y al modo de realizarla.

Francisco aclaró ante todo que no obtenemos la santidad por nuestras capacidades o cualidades personales, puesto que se trata de un don de Dios. De ahí que la santidad sea un descubrirse en plena comunión con Él, en la plenitud de su vida y de su amor.

También recordó que nadie está excluido de la llamada a la santidad, que constituye el carácter distintivo de todo cristiano, y que debemos vivirla en el amor y en el testimonio diario.

Asimismo puso de manifiesto que esta llamada a la santidad no es una carga pesada, sino una invitación a vivir con alegría y amor cada momento de nuestra vida, transformándolo en un don para quienes nos rodean. Porque como dijo el Papa: “Cada paso hacia la santidad hace a las personas mejores, libres de egoísmo y abiertas a los hermanos y a sus necesidades”.

Al saludar a los peregrinos procedentes de América Latina y de España, el Obispo de Roma invitó a acoger con alegría la invitación a la santidad, sosteniéndose recíprocamente en este camino que no se recorre en solitario, sino en comunión con aquel único cuerpo que es la Iglesia.