Autor: Misael Cisneros | Fuente: Catholic.net La pecadora arrepentida | |||
Lucas 7,36-50 Tiempo Ordinario. ¿Quieres saber cuánto vales? No cuentes lo que tienes, mira solamente lo que amas. | |||
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jueves, 18 de septiembre de 2014
EL EVANGELIO DE HOY: JUEVES 18 DE SEPTIEMBRE DEL 2014
¿A QUIÉN HE DE TEMER?
¿A quién he de temer?
Un grupo de científicos y botánicos se encontraban explorando
remotas regiones de los Alpes en busca de nuevas especies de flores.
Un día notaron, a través de sus binoculares, una flor tan rara y tan bella que su valor a la ciencia era incalculable.
Sin embargo, la flor se hallaba en lo profundo de una cañada
que tenía despeñaderos a ambos lados.
Para agarrar la flor, alguien tenía que bajar por el despeñadero sostenido de una cuerda.
Por allí cerca había un muchacho curioso observando la escena. Los científicos le dijeron que le pagarían bien si se dejaba bajar
por el despeñadero para arrancar la flor que había en el fondo.
El muchacho echó un largo vistazo al profundo y vertiginoso precipicio y dijo: "Regreso en un minuto."
Al poco rato volvió, seguido de un hombre de pelo canoso.
Se acercó al botánico y le dijo:
"Bajaré por el despeñadero y les traeré la flor
con la condición de que este hombre sostenga la cuerda.
Es mi papá."
¡Ojalá que Dios nos dé la fe de ese muchacho!
¿Has aprendido a confiar en el Señor así? Si alguna otra persona sostiene la cuerda, no me atrevo a ir.
Pero puesto que es Jesús el que me mantiene firme, no puedo dudar. ¿Estás dispuesto a decir:
"Si mi Padre sostiene la cuerda no temeré"?
El temor se desvanece cuando confiamos en nuestro Padre.
A LA SOMBRA DE TU IDEAL
A la sombra de tu ideal
Un día Diógenes, el cínico , fue al mercado y puso un puesto, y encima, un letrero que decía :
" AQUÍ SE VENDE SABIDURÍA ".
Un Griego que leyó el letrero se echó a reír y dándole a su criado tres sestercios de sabiduría( sesenta centavos ), le dijo :
- Anda y dile a Diógenes que te venda tres sestercios de sabiduría,
Diógenes tomó el dinero y dijo al criado:
-Di a tu amo, que en todo lo que haga mire si no contradice a su ideal.
Agradó tanto la sentencia al amo, que la hizo esculpir en la puerta de su casa...
Yo te la he escrito estas líneas. Si la quieres no necesitas dinero.
Tómala y grábala en tu espíritu, y sea entonces tu vida, un eco de tu ideal.
Cuida que tus acciones no sean un a contradicción con tu manera de pensar.
Pon a la sombra de tu ideal toda la variada actividad de tu vida.
Esto es ser conciente con tus principios.
Esta es la verdadera sabiduría práctica.
Esto es vivir en el mundo de las conquistas espirituales y no en los campos fantásticos de las quimeras.
Sólo así llegarás a la altura de los triunfos. No lo olvides, sólo así...
Si sabes ser consecuente con tu ideal
ORACIÓN POR LOS SACERDOTES - JUEVES EUCARÍSTICOS
ORACIÓN POR LOS SACERDOTES
"Señor Jesús, Pastor Supremo del rebaño,
te rogamos que por el inmenso amor y misericordia
de Tu Sagrado Corazón,
atiendas todas las necesidades de tus sacerdotes.
Te pedimos que retomes en Tu Corazón
todos aquellos sacerdotes que se han alejado de tu camino,
que enciendas de nuevo el deseo de santidad
en los corazones de aquellos sacerdotes
que han caído en la tibieza,
y que continúes otorgando a tus sacerdotes fervientes
el deseo de una mayor santidad.
Unidos a tu Corazón y el Corazón de María,
te pedimos que envíes esta petición a Tu Padre celestial
en la unidad del Espíritu Santo. Amén."
JESUCRISTO !AYÚDAME!
Jesucristo ¡ayúdame!
En cada necesidad déjame acercarme a ti con humildad diciendo: Jesucristo ¡ayúdame!
En todas mis dudas, perturbaciones y tentaciones: Jesucristo ¡ayúdame!
En mis horas de soledad, cansancio y pruebas: Jesucristo ¡ayúdame!
Cuando mis planes y esperanzas fracasen; en los disgustos, problemas y pesadumbres: Jesucristo ¡ayúdame!
Cuando otros me fallen y solamente tu gracia me auxilie: Jesucristo ¡ayúdame!
Cuando acuda a ti en busca de tu amor como Padre y Salvador: Jesucristo ¡ayúdame!
Cuando mi corazón se sienta derrumbado por el fracaso y al ver que mis esfuerzos son inútiles: Jesucristo ¡ayúdame!
Cuando me sienta desesperado y mi cruz se haga mas pesada: Jesucristo ¡ayúdame!
Cuando me sienta solo y enfermo y mi cabeza y manos ya no funcionen: Jesucristo ¡ayúdame!
Siempre, siempre, a pesar de mis debilidades: Jesucristo ¡ayúdame!
y nunca me abandones, Jesús mío. Amén.
NOS HACE FALTA LA VIRTUD DE LA ESPERANZA, SEÑOR
Autor: Ma Esther De Ariño | Fuente: Catholic.net
Nos hace falta la virtud de la esperanza, Señor
La esperanza es la luz que puede romper las negras sombras cuando parece que todo está perdido.
Nos hace falta la virtud de la esperanza, Señor
Hoy es jueves, Señor, y vengo con el alma en sombras, sombras que se llegan a convertir en oscuridad si nos falta la virtud de la Esperanza....
Cuando eso sucede hay noches en las que parece que el tiempo se ha detenido y jamás veremos el amanecer... en ellas oímos el palpitar de nuestro corazón y cada latido nos duele.
Noches de negrura espiritual en las que todo parece agrandarse, nuestra pena, nuestra angustia y nuestro malestar.
Nos pesa la vida y en el silencio de esa noches nos parece que no hay pena como nuestra pena.
Pero...si hay un poco de esperanza en nuestro corazón, estamos salvados.
Sabemos de casos que esa gran "desesperanza" ha llegado a tal límite, a tal profundidad que no se ha encontrado otra solución que el buscar la "puerta falsa". Es el escape, el terminar con algo que pesa demasiado y el sentirse sumergido en las tinieblas de una noche "sin mañana"... sin esperanza. ¡Eso fue lo que les faltó a esas vidas, LA ESPERANZA.
La esperanza es un mañana mejor, la esperanza es la luz que puede romper las negras sombras cuando parece que todo está perdido.
Sin esperanza no se puede vivir.
Cuando hay Esperanza a pesar de la desilusión y del dolor, siempre habrá otro camino que no sea el de la desesperación y el total aniquilamiento del verdadero yo.
Es cierto que hay situaciones en la vida que son como la más oscura de las noches, noches en que las horas parecen no pasar...pero cuando hay fe, cuando sabemos que tenemos un Dios Padre que sabe de nuestro sufrimiento, cuando nos sabemos amados por El, a pesar de que nuestro sentimiento de soledad sea inmenso, si nos dejamos arropar y abandonar en sus brazos y en los de nuestra Madre María Santísima, la Esperanza, de saber que Dios nos ama, llegará con su luz que sabe consolar.
Quien se siente amado no puede caer en la desesperación y Dios nos ama.
La ESPERANZA, es una virtud que tenemos que cultivar como la flor más delicada y valiosa. Tres son las virtudes teologales : Fe, Esperanza y Caridad, cuyo objeto directo es Dios Sin ellas es muy difícil caminar por la vida y no podemos olvidar que la Esperanza siempre será la luz en nuestras noches cuando las penas y las dificultades las hagan muy oscuras.
Estos momentos ante Ti, Jesús, te pedimos que nos llenes de esperanza y que recordemos que el Papa Benedicto XVI ha dedicado una Carta encíclica «Spe salvi», para hablarnos de la esperanza: " (...) se nos ha dado la esperanza, una esperanza fiable, gracias a la cual podemos afrontar nuestro presente: el presente, aunque sea un presente fatigoso, se puede vivir y aceptar si lleva hacia una meta, si podemos estar seguros de esta meta y si esta meta es tan grande que justifique el esfuerzo del camino.
PAPA FRANCISCO DENUNCIA QUE ESTAMOS VIVIENDO UNA "TERCERA GUERRA MUNDIAL"
Autor: . | Fuente: ForumLibertas
El Papa Francisco denuncia que estamos viviendo una
“tercera Guerra Mundial”
Lo dijo en una visita a dos cementerios de ambos bandos en el norte de Italia en el centenario del inicio de la primera gran conflagración. Criticó las ansias de poder, las ideologías y el comercio de armas que empujan a los conflictos
El Papa Francisco advirtió este sábado, 13 de septiembre, de que en la actualidad puede hablarse de una tercera Guerra Mundial combatida "por partes", azuzada por intereses espurios como la codicia y permitida por una suerte de indiferencia cainita que ya consintió las atrocidades del pasado.
Esta es la síntesis de la encendida homilía que Bergoglio pronunció durante su visita a los cementerios de Fogliano Redipuglia, que albergan los restos de los miles de caídos en este frente del nordeste de Italia durante la Gran Guerra, de cuyo inicio se conmemora este año el primer centenario.
Serio, visiblemente emocionado y con un tono de voz creciente, el pontífice dijo que la guerra es "una locura" alimentada por conceptos como "la avaricia, la intolerancia y la ambición de poder" que a menudo encuentran justificación en la ideología y que lo destruye y lo trastorna todo.
Además criticó la indiferencia instalada en la sociedad, que ilustró con la respuesta con la que Caín negó ante Dios conocer el paradero de su hermano asesinado: "A mi qué me importa?". "Sobre la entrada a este cementerio se alza el lema desvergonzado de la guerra: "A mí qué me importa?". Todas estas personas, cuyos restos reposan aquí, tenían sus proyectos, sus sueños... (...) La humanidad dijo: "A mí qué me importa?", recordó.
Una situación que parece estar repitiéndose en la actualidad, momento en el que, según refirió el obispo de Roma, podría decirse que se vive una tercera Guerra Mundial combatida por etapas mediante crímenes, masacres y destrucciones de toda índole.
Este belicismo globalizado se debe a que en la "sombra" de la sociedad convergen lo que denominó como "planificadores del terror", o lo que es lo mismo, "intereses, estrategias geopolíticas, codicia de dinero y de poder" y una industria armamentística cuyo corazón está "corrompido" por "especular con la guerra".
El Papa instó a los fieles "con corazón de hijo, de hermano y de padre", a "llorar", es decir, a reaccionar ante el belicismo y a abandonar la postura de Caín, que tras asesinar a Abel no derramó ninguna lágrima.
Tal y como hiciera san Juan Pablo II en 1992, sus palabras de paz repicaron esta lluviosa mañana en los páramos de dicha región norteña de Italia que hace exactamente un siglo se cuartearon de trincheras convirtiéndose en uno de los frentes más encarnados del conflicto.
El Papa ha dado numerosas muestras de sensibilidad por los episodios bélicos que se suceden en el mundo y en sus distintas apariciones públicas no ha dudado en exigir el cese de las armas en zonas como Ucrania, Oriente Medio, Libia o la República Centroafricana.
Pero la primera Guerra Mundial permanece especialmente en su memoria por las "dolorosas historias" que le narró su abuelo, Giovanni Bergoglio, soldado en la batalla de Piave (en este mismo frente) y cuyo historial militar le fue entregado por parte de Roberta Pinotti, ministra de Defensa de Italia.
Para conmemorar esta trágica efeméride, el Papa llevó a cabo este viaje pastoral de apenas cinco horas en el que visitó los camposantos de ambas partes beligerantes.
En primer lugar rezó en solitario el cementerio austrohúngaro, donde yacen en suelo italiano 14.550 combatientes del Eje Central y por último acudió al sagrario militar de Redipuglia, que contiene los restos de 100.000 soldados de nacionalidad italiana.
Este último fue el escenario donde Francisco llevó a cabo su misa y su homilía, en la que participaron los cardenales de Viena y Zágreb, además de obispos de Austria, Croacia, Hungría y Friuli-Venecia Julia y de autoridades civiles y militares.
A ellos les fue entregada la conocida como "luz de San Francisco", una pequeña lámpara de cristal cedida por el monasterio de Asís y en la que aparece inscrito el salmo franciscano "donde haya tinieblas ponga yo la luz".
Esta lámpara, que constituye un símbolo por sí misma en el que el cristal representa la pureza y la llama la fuerza, deberá permanecer encendida en todas las conmemoraciones de la Gran Guerra que los obispos oficien en sus respectivas diócesis.
La guerra, “una locura de la cual la humanidad no ha aprendido la lección”
En la misma línea, concluido el rezo del Ángelus del domingo, 14 de septiembre, el Papa Francisco reiteró su llamada a la paz, y aseguró que la guerra es una locura de la cual la humanidad aún no ha aprendido la lección.
El Santo Padre expresó su satisfacción porque “mañana, en la República Centro Africana, oficialmente se dará inicio a la Misión anhelada por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para buscar la pacificación de este país y proteger a la población civil, que está sufriendo gravemente las consecuencias de los conflictos en curso”.
“Mientras les aseguro el compromiso y la oración de la Iglesia católica, animo el esfuerzo de la Comunidad Internacional, que sale en ayuda de los Centroafricanos de buena voluntad”.
El Santo Padre alentó “que lo antes posible la violencia ceda el paso al diálogo; que los despliegues opuestos dejen de lado los intereses particulares y se preocupen para que cada ciudadano, perteneciente a cualquier etnia y religión, pueda colaborar para la edificación del bien común”.
SAN JOSÉ DE CUPERTINO, RELIGIOSOS PRESBÍTERO, SEPTIEMBRE 18
Autor: . | Fuente: www.EvangelioDelDIA.org
José de Cupertino, Santo
Religioso Presbítero, Septiembre 18
José de Cupertino, Santo
Patrón de los estudiantes
Martirologio Romano: En Osimo, en la región Picena, en Italia, san José de Cupertino, presbítero de la Orden de Hermanos Menores Conventuales, célebre, en circunstancias difíciles, por su pobreza, humildad y caridad para con los necesitados de Dios (1663).
José nació en 1603 en el pequeño pueblo italiano llamado Cupertino. Sus padres eran sumamente pobres. El niño vino al mundo en un pobre cobertizo pegado a la casa, porque el papá, un humilde carpintero, no había podido pagar las cuotas que debía de su casa y se la habían embargado.-
A los 17 años pidió ser admitido de franciscano pero no fue admitido. Pidió que lo recibieran en los capuchinos y fue aceptado como hermano lego, pero después de ocho meses fue expulsado porque era en extremo distraído. Dejaba caer los platos cuando los llevaba para el comedor. Se le olvidaban los oficios que le habían puesto. Parecía que estaba siempre pensando en otras cosas. Por inútil lo mandaron para afuera.-
Al verse desechado, José buscó refugio en casa de un familiar suyo que era rico, pero él declaró que este joven "no era bueno para nada", y lo echó a la calle. Se vio entonces obligado a volver a la miseria y al desprecio de su casa. La mamá no sintió ni el menor placer al ver regresar a semejante "inútil", y para deshacerse de él le rogó insistentemente a un pariente que era franciscano, para que lo recibieran al muchacho como mandadero en el convento de los padres franciscanos.-
Sucedió entonces que en José se obró un cambio que nadie había imaginado. Lo recibieron los padres como obrero y lo pusieron a trabajar en el establo y empezó a desempeñarse con notable destreza en todos los oficios que le encomendaban. Pronto con su humildad y su amabilidad, con su espíritu de penitencia y su amor por la oración, se fue ganando la estimación y el aprecio de los religiosos, y en 1625, por votación unánime de todos los frailes de esa comunidad, fue admitido como religioso franciscano.-
Lo pusieron a estudiar para presentarse al sacerdocio, pero le sucedía que cuando iba a presentar exámenes se trababa todo y no era capaz de responder. Llegó uno de los exámenes finales y el pobre Fray José la única frase del evangelio que era capaz de explicar completamente bien era aquella que dice: "Bendito el fruto de tu vientre Jesús". Estaba asustadísimo pero al empezar el examen, el jefe de los examinadores dijo: "Voy a abrir el evangelio, y la primera frase que salga, será la que tiene que explicar". Y salió precisamente la única frase que el Cupertino se sabía perfectamente: "Bendito sea el fruto de tu vientre".-
Llegó al fin el examen definitivo en el cual se decidía quiénes sí serían ordenados. Y los primeros diez que examinó el obispo respondieron tan maravillosamente bien todas las preguntas, que el obispo suspendió el examen diciendo: ¿Para qué seguir examinando a los demás si todos se encuentran tan formidablemente preparados?" y por ahí estaba haciendo turno para que lo examinaran, el José de Cupertino, temblando de miedo por si lo iban a descalificar. Y se libró de semejante catástrofe por casualidad.-
Ordenado sacerdote en 1628, se dedicó a tratar de ganar almas por medio de la oración y de la penitencia. Sabía que no tenía cualidades especiales para predicar ni para enseñar, pero entonces suplía estas deficiencias ofreciendo grandes penitencias y muchas oraciones por los pecadores. Jamás comía carne ni bebía ninguna clase de licor. Ayunaba a pan y agua muchos días. Se dedicaba con gran esfuerzo y consagración a los trabajos manuales del convento (que era para lo único que se sentía capacitado).-
Desde el día de su ordenación sacerdotal su vida fue una serie no interrumpida de éxtasis, curaciones milagrosas y sucesos sobrenaturales en un grado tal que no se conocen en cantidad semejante con ningún otro santo. Bastaba que le hablaran de Dios o del cielo para que se volviera insensible a lo que sucedía a su alrededor. Ahora se explicaban por que de niño andaba tan distraído y con la boca abierta. Un domingo, fiesta del Buen Pastor, se encontró un corderito, se lo echó al hombro y al pensar en Jesús, Buen Pastor, se fue elevando por los aires con cordero y todo.-
Los animales sentían por él un especial cariño. Pasando por el campo, se ponía a rezar y las ovejas se iban reuniendo a su alrededor y escuchaban muy atentas sus oraciones. Las golondrinas en grandes bandadas volaban alrededor de su cabeza y lo acompañaban por cuadras y cuadras.-
Sabemos que la Iglesia Católica llama éxtasis a un estado de elevación del alma hacia lo sobrenatural, durante lo cual la persona se libra momentáneamente del influjo de los sentidos, para contemplar lo que pertenece a la divinidad. San José de Cupertino quedaba en éxtasis con mucha frecuencia durante la Santa Misa, cuando estaba rezando los salmos de la S. Biblia. Durante los 17 años que estuvo en el convento de Grotella sus compañeros de comunidad presenciaron 70 éxtasis de este santo. El más famoso sucedió cuando 10 obreros deseaban llevar una pesada cruz a una montaña y no lo lograban. Entonces Fray José se elevó por los aires con cruz y todo y la llevó hasta la cima del monte.-
El Papa Benedicto XIV que era rigurosísimo en no aceptar como milagro nada que no fuera en verdad milagro, estudió cuidadosamente la vida de José de Cupertino y declaró: "Todos estos hechos no se puede explicar sin una intervención muy especial de Dios".-
Los últimos años de su vida, José fue enviado por sus superiores a conventos muy alejados donde nadie pudiera hablar con él. La gente descubría donde estaba y corrían hacia allá. Entonces lo enviaban a otro convento más apartado aún. El sufrió meses de aridez y sequedad espiritual (como Jesús en Getsemaní) pero después a base de mucha oración y de continua meditación, retornaba otra vez a la paz de su alma. A los que le consultaban problemas espirituales les daba siempre un remedio: "Rezar, no cansarse nunca de rezar. Que Dios no es sordo ni el cielo es de bronce. Todo el que pide, recibe".-
Murió el 18 de septiembre de 1663 a la edad de 60 años.
Que Dios nos enseñe con estos hechos tan maravillosos, que Él siempre enaltece a los que son humildes y los llena de gracias y bendiciones.-