Autor: P. Sergio A. Cordova LC | Fuente: Catholic.net No te olvides de lo principal | |
Mateo 16, 21-27. Tiempo Ordinario. "¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero, si al final pierde su alma?" | |
Desde entonces comenzó Jesús a manifestar a sus discípulos que él debía ir a Jerusalén y sufrir mucho de parte de los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, y ser matado y resucitar al tercer día. Tomándole aparte Pedro, se puso a reprenderle diciendo: «¡Lejos de ti, Señor! ¡De ningún modo te sucederá eso!» Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: «¡Quítate de mi vista, Satanás! ¡Escándalo eres para mí, porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres! Entonces dijo Jesús a sus discípulos: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame. Porque quien quiera salvar su vida, la perderá, pero quien pierda su vida por mí, la encontrará. Pues ¿de qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, si arruina su vida? O ¿qué puede dar el hombre a cambio de su vida? «Porque el Hijo del hombre ha de venir en la gloria de su Padre, con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno según su conducta. Oración preparatoria Jesús, hoy comienzo mi oración pidiendo perdón por las veces en que te he traicionado, por miedo, por debilidad, por indiferencia. Confío en que esta oración me lleve a convertirme hoy un poco más a tu amor y a vivir con más generosidad. Petición Señor, dame tu gracia para seguirte fielmente, sin temor ni egoísmo. Meditación del Papa Benedicto XVI El relato del evangelista Mateo nos dice en primer lugar que el reconocimiento de la identidad de Jesús pronunciado por Simón en nombre de los Doce no proviene "de la carne y de la sangre", es decir, de su capacidad humana, sino de una particular revelación de Dios Padre. En cambio, inmediatamente después, cuando Jesús anuncia su pasión, muerte y resurrección, Simón Pedro reacciona precisamente a partir de la "carne y sangre": Él "se puso a increparlo: [Señor] eso no puede pasarte". Y Jesús, a su vez, le replicó: "Aléjate de mí, Satanás. Eres para mí piedra de tropiezo...". El discípulo que, por un don de Dios, puede llegar a ser roca firme, se manifiesta en su debilidad humana como lo que es: una piedra en el camino, una piedra con la que se puede tropezar. (Benedicto XVI, 29 de junio de 2012). Reflexión Se cuenta que el famoso escritor católico francés, Julien Green (1900-1998), dimitió de uno de los escaños más ambicionados de la nación, la Academia de Francia. Y así justificó su decisión en una carta escrita a su amigo Tassani un año antes de morir: “He dejado la Academia porque me era ya insoportable y no tenía nada que hacer allí, y me siento ahora mucho más libre. ¿Acaso llegaremos al Paraíso bordados de medallas y de títulos? Afortunadamente, no”. Muchas veces, absortos por tantas preocupaciones e inquietudes, nos olvidamos de las cosas verdaderamente esenciales de la vida y perdemos a menudo la brújula y el sentido de nuestra existencia. Hacemos muchas cosas y nos afanamos en una y mil actividades sin reparar en el porqué o para qué de todo aquello. Nos sucede lo que le ocurrió a un brillante general –también francés– que, estando en una reunión familiar, relataba dramáticas hazañas de su expedición en Marruecos. De pronto, una sobrinita, que seguía llena de admiración los relatos de su tío, le pone una de sus manitas sobre las rodillas, y le pregunta: "Tío, has hecho cosas maravillosas por Francia. Y por Dios, ¿qué has hecho?" El gran general se quedó sin palabras ante la pregunta inocente de una pequeña y pasó toda aquella tarde pensativo. ¡No había hecho absolutamente nada por Dios! Al poco tiempo dejó la carrera militar y se consagró al servicio de Dios y de los demás. Había nacido un gran misionero y un futuro santo: Charles de Foucauld. En el Evangelio de hoy, nuestro Señor nos dirige una pregunta sumamente importante y trascendental; más aún, de la respuesta que demos a ese interrogante depende el sentido y el futuro de nuestra misma existencia: "¿De qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero, si al final pierde su alma? ¿O qué podrá dar para recobrarla?". Es ésta una de las preguntas que atraviesan de polo a polo la historia de la humanidad y ante la cual nadie puede quedar indiferente. ¿Qué has hecho tú por Cristo hasta el día de hoy?... Se cuenta que el gran general romano Julio César, cuando desembarcó con su ejército en Cádiz, reparó en una estatua de Alejandro Magno y que, al verla, se conmovió y se echó a llorar amargamente. Sus generales quedaron consternados. Y César, mirando su asombro, les dijo: "Lloro porque, a mi edad, Alejandro era ya señor de la mayor parte del mundo, y yo todavía no he hecho nada". Y tú, ¿qué has hecho por Dios a tu edad? Por favor, no sigas leyendo sin dar una respuesta adecuada a esta pregunta. Sé valiente y afróntala ante tu propia conciencia. ¿Sabías que la vida de muchos santos y misioneros ha dependido de la respuesta que han dado a esta pregunta? Cristo te cuestiona hoy a ti, directamente, querido amigo, amiga: ¿De qué te va a servir ganar el mundo entero con placeres, poderes, lujos y vanidades, con dineros, bailes y fiestas superficiales si al final pierdes tu alma o te quedas sin lo más importante y esencial? Y para ti, ¿qué es lo más importante? Te voy a contar otra breve historia. Una pobre mujer, con su hijo pequeño en brazos, pasaba delante de una caverna, cuando escuchó una voz misteriosa que desde dentro le decía: "Entra y toma todo lo que quieras, pero no te olvides de lo principal. Una vez que salgas, la puerta se cerrará para siempre. Por lo tanto, aprovecha la oportunidad, pero no te olvides de lo más importante..." La mujer entró toda temblorosa en la caverna y encontró allí mucho oro y diamantes. Entonces, fascinada por las joyas, puso al niño en el suelo y empezó a recoger, ansiosamente, todo lo que cabía en su delantal. De pronto, la voz misteriosa habló nuevamente: "Te quedan sólo cinco minutos". La mujer, afanada, continuaba recogiendo lo más que podía. Al fin, cargada de oro y de piedras preciosas, corrió y llegó presurosa a la entrada de la cueva cuando la puerta ya se estaba cerrando. En menos de un segundo se cerró. Y en ese momento se acordó de que su hijo se había quedado dentro... ¡La cueva estaba ya sellada para siempre! El gozo de la riqueza desapareció enseguida y la angustia y la desesperación la hicieron llorar amargamente. Lo mismo nos sucede a la mayoría de nosotros. ¡Tenemos unos cuantos años para vivir en este mundo, y casi siempre dejamos de lado lo principal! ¿Qué es lo principal en esta vida? Dios, tu vida de gracia, tus valores morales y espirituales, la familia, los hijos y la total armonía con Dios y con tu prójimo. Las riquezas y los placeres materiales nos suelen fascinar tanto; el trabajo y otras obligaciones secundarias nos absorben tan en demasía que lo principal siempre se queda a un lado... ¡Así agotamos nuestra vida y olvidamos lo esencial! Propósito Nunca te olvides de la enseñanza que nuestro Señor te da el día de hoy: "¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero, si al final pierde su alma?". Recuerda que la vida pasa demasiado rápido y que la muerte nos llega de sorpresa, inesperadamente. Cuando la puerta de esta vida se cierra para nosotros, de nada valdrán las lamentaciones.... Piensa en esto por un momento y no pases de largo ante esta llamada de Dios.....¡¡Pon, desde ahora mismo, manos a la obra!! |
Páginas
▼
domingo, 31 de agosto de 2014
EL EVANGELIO DE HOY: DOMINGO 31 DE AGOSTO DEL 2014
EL ARTE DE HABLAR - LA VIRTUD DE CALLAR
El arte de Hablar - La virtud de callar
HABLAR es fácil, pero CALLAR requiere prudencia y dominio.
HABLAR oportunamente, es acierto.
HABLAR frente al enemigo, es civismo.
HABLAR ante la injusticia, es valentía.
HABLAR para rectificar, es un deber.
HABLAR para defender, es compasión.
HABLAR ante un dolor, es consolar.
HABLAR para ayudar a otros, es caridad.
HABLAR con sinceridad, es rectitud.
HABLAR de si mismo, es vanidad.
HABLAR restituyéndote fama, es honradez.
HABLAR disipando falsos, es conciencia.
HABLAR de defectos, es lastimar.
HABLAR debiendo callar, es necedad.
HABLAR por hablar, es tontería.
CALLAR cuando acusan, es heroísmo.
CALLAR cuando insultan, es amor.
CALLAR las propias penas, es sacrificio.
CALLAR de si mismo, es humildad.
CALLAR miserias humanas, es caridad.
CALLAR a tiempo, es prudencia.
CALLAR en el dolor, es penitencia.
CALLAR palabras inútiles, es virtud.
CALLAR cuando hieren, es santidad.
CALLAR para defender, es nobleza.
CALLAR defectos ajenos, es benevolencia.
CALLAR debiendo hablar, es cobardía.
Debemos aprender primero a CALLAR para luego poder HABLAR
Recuerda siempre:
Que tus palabras sean más importantes que el silencio que rompes.
¡AH! SI YO CAMBIARA
Autor: P. Dennis Doren LC | Fuente: Catholic.net
¡Ah! Si yo cambiara
Ha llegado el momento del cambio; no de tu sociedad, tu familia, tu escuela o tu trabajo, sino de ti.
¡Ah! Si yo cambiara
Todos queremos un mundo mejor; siempre estamos a la expectativa, nos alegran las buenas noticias y estamos ávidos de ellas. Las malas noticias nos producen malestar y miramos a nuestro alrededor a la caza despiadada de los culpables; todos vamos detrás de un mundo más humano, más justo, más tolerante y comprensivo; qué diferente sería todo. Por eso ha llegado el momento del cambio; no del cambio de tu sociedad, de tu familia, de tu escuela o universidad, ni de tu trabajo, sino de ti.
Tú eres el único que puede cambiar, para luego cambiar tu entorno. Con Cristo Resucitado todo ha cambiado y renacen en nuestro corazón las ganas de vivir, nuestra vida así se ve con alegría, armonía y sencillez. Aprovecha esta experiencia, te llenará de satisfacción, pero recuerda, el cambio real comienza desde ti. No pares nunca…
Si yo cambiara mi manera de pensar hacia los otros... los comprendería.
Si yo encontrara lo positivo en todos... con qué alegría me comunicaría con ellos.
Si yo cambiara mi manera de actuar ante los demás... los haría felices.
Si yo aceptara a todos como son... sufriría menos.
Si yo deseara siempre el bienestar de los demás... sería feliz.
Si yo criticara menos y amara más... cuántos amigos ganaría.
Si yo comprendiera plenamente mis errores y defectos y tratara de cambiarlos... cuánto mejoraría mi hogar y mi ambiente.
Si yo cambiara el tener más por el ser más... sería mejor persona.
Si yo cambiara de ser Yo, a ser Nosotros... comenzaría la civilización del Amor.
Si yo cambiara los ídolos: poder, dinero, sexo, ambición, egoísmo y vanidad definitivamente por: Libertad, Bondad, Verdad, Justicia, Compasión, Belleza y Amor... comenzaría a vivir la verdadera felicidad.
Si yo cambiara el querer dominar a los demás por el autodominio... aprendería a amar en libertad.
Si yo dejara de mirar lo que hacen los demás... tendría más tiempo para hacer más cosas.
Si yo cambiara el fijarme cuánto dan los otros para ver cuánto más puedo dar yo... erradicaría de mí la avaricia y haría este mundo más justo y equitativo.
Si yo cambiara el creer que sé todo... me daría la posibilidad de aprender más.
Si yo cambiara el identificarme con mis posesiones: títulos, dinero, status, posición familiar... me daría cuenta que lo más importante de mí es que yo soy un ser que ama.
Si yo cambiara todos mis miedos por amor... sería definitivamente libre.
Si yo cambiara el competir con los otros por el competir conmigo mismo... sería cada vez mejor.
Si yo dejara de envidiar lo ajeno... usaría todas mis energías para lograr lo mío.
Si yo cambiara el querer colgarme de lo que hacen otros por el desarrollar mi propia creatividad... haría cosas maravillosas.
Si yo cambiara el esperar cosas de los demás... no esperaría nada y recibiría como regalo todo lo que me dan.
Si yo amara el mundo... lo cambiaría.
Si yo cambiara... ¡cambiaría el mundo!
No dejes que la inercia en tu vida y tus buenas intenciones no realizadas paralicen tu corazón. Comienza a cambiar desde dentro. Así verás cómo tus percepciones y modos de enfrentar la vida no han sido lo suficientemente plenos; comprende que la decisión que tomaste, influenciada por tus amigos, no era lo más conveniente. Comienza hoy el cambio y verás qué serás feliz.
EL PAPA FRANCISCO CELEBRARÁ UNA MISA POR LA FIESTA DE LA VIRGEN DE GUADALUPE
El Papa Francisco
celebrará una misa por la fiesta de la Virgen de Guadalupe
El papa Francisco celebrará una solemne misa por la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, patrona de toda América, el próximo 12 de diciembre, en la Basílica de San Pedro. Lo ha confirmado el secretario de la Pontificia Comisión para América Latina (CAL), Guzmán Carriquiry Lecour, en una entrevista publicada en el Osservatore Romano el pasado 27 de agosto.
"La ‘Morenita’ guía nuestros pasos. El próximo 12 de diciembre, día de su fiesta litúrgica, colaboraremos en la preparación de un gran evento: la Misa que el papa Francisco presidirá en la Basílica de San Pedro”, afirmó Carriquiry en la entrevista al diario vaticano.
Por otro lado, hablando de iniciativas futuras del dicasterio, Carriquiry indica que están pensando promover, junto al Consejo Pontificio Cor Unum "una jornada de comunión y solidaridad tras cinco años del terremoto de Haití".
Asimismo, explica que del 13 al 15 de marzo del 2015 habrá un congreso importante en Bogotá, organizado por el Celam y en colaboración con la Pontificia Comisión, "en el que más de ochenta obispos de todos los países latinoamericanos se reunirán para individuar juntos las vías de aplicación creativa de la exhortación apostólica Evangelii gaudium" .
Además, el secretario de la Pontificia Comisión para América Latina explica que están contentos de que dicho dicasterio sea cada vez más, en el ámbito de la Curia romana, una referencia acogedora y de ánimo para los latinoamericanos, comenzando por muchos obispos que les visitan. "Vamos a publicar un documento sobre la evangelización y la pastoral de los jóvenes en América Latina, que será enviado muy pronto a los obispos; y hemos publicado recientemente las actas del encuentro-peregrinación que el pasado mes de noviembre ha reunido en el santuario de Nuestra Señora de Guadalupe más de ochenta obispos de todo el continente, junto con muchos otros participantes de América del Norte", ha precisado en la entrevista.
Finalmente, hace referencia a unas palabras de Benedicto XVI en el avión que lo traía de vuelta de Brasil: "Estoy convencido -dijo refiriéndose al continente latinoamericano- que aquí se decide, al menos en parte y en una parte fundamental, el futuro de la Iglesia Católica". Con el Papa Francisco -añade Carriquiry- está también en juego el futuro de América Latina.
SAN RAMÓN NONATO, CARDENAL, 31 DE AGOSTO
Autor: . | Fuente: Archidiócesis de Madrid
Ramón Nonato, Santo
Cardenal, 31 de agosto
Ramón Nonato, Santo
Religioso, cardenal, Patrón de las parturientas
Martirologio Romano: En Cardona, de Cataluña, san Ramón Nonato, que fue uno de los primeros socios de san Pedro Nolasco en la Orden de la Bienaventurada Virgen María de la Merced, y es tradición que, por el nombre de Cristo, sufrió mucho para la redención de los cautivos (c. 1240).
Fecha de canonización: Fue canonizado en 1657 por el Papa Alajandro VII
Nació en los mismos comienzos del siglo XIII.
Su nombre deja boquiabierto a quien lo oye o lo lee por primera vez. Nonnato -Nonato por más breve- sugiere a un santo sólo potencial; como si la palabra fuera un slogan publicitario que estuviera invitando a quien lo lee o escucha a que se decidiera a iniciar una programa que acabara con la santidad del guión preestablecido. De hecho, significa no-nacido. ¿Pretenderá decir el extraño nombre que, por no haber nacido todavía el santo que rellene el expediente completo de sus cualidades y virtudes, está como esperando la Iglesia a que haya uno que se decida de una vez a reproducirlas? Eso sería, lógicamente, confundir la santidad como algo que brota de la voluntad y decisión humana, cuando ella es en verdad el resultado de la acción del Espíritu Santo con quien se coopera libremente. Sería sencillamente pelagianismo.
El calificativo -que ha pasado ya a ser nombre- le viene a Ramón por el hecho de haber sido sacado del claustro materno, por medio de una intervención quirúrgica, cuando ya había muerto su madre. Por eso no nació como nacen normalmente los niños, lo extrajeron. Fue en Portell, en Lérida, cuando se iniciaba el siglo XIII.
La buena y alta situación de su padre le posibilitó crecer en buen ambiente y formación, aunque sin el cariño y los cuidados de una madre. Cuentan de su primera juventud la devoción especialísima a la santísima Virgen que le llevaba con frecuencia a visitar la ermita de san Nicolás donde pasaba ratos mientras sus rebaños pastaban. Luego su padre quiso irlo incorporando poco a poco a las tareas de administración de sus posesiones y esa fue la razón por la que se le encuentra en Barcelona en el intento de aprender letras y números. Allí tuvo ocasión de trabar amistad con Pedro Nolasco -que por aquel entonces era comerciante- y de compartir mutuamente los deseos de fidelidad a la fe cristiana vivida con radicalidad, llegando incluso a considerar la posibilidad de entrar en el estado clerical.
Como el padre disfruta de un gran sentido práctico, lo reincorpora al terruño de Portell y le encarga la explotación de varias de sus fincas. Pero, sigue diciendo la antigua crónica, que la misma Virgen María le comunica su deseo de que ingrese en la recién fundada Orden de la Merced y allí está de nuevo en Barcelona puesto a disposición completa en las manos de su antes amigo Pedro Nolasco.
Noviciado, profesión, ordenación sacerdotal y ministerio en el hospital de santa Eulalia se suceden con la normalidad propia de quien tiene prisa para cumplir el cuarto voto mercedario consistente en redimir a los cautivos y servir de rehén en su lugar si procede.
En el norte del continente negro predica, consuela, cura, fortalece, atiende y transmite paciencia a los cautivos de los piratas berberiscos; comprende bien su situación y se hace cargo de que están rodeados de todos los peligros para su fe. Incluso él mismo tuvo que soportar cárcel y la tortura de que sellaran sus labios por ocho meses con un candado para impedirle la predicación.
A su vuelta a España entre el clamor de las multitudes, lo nombra Cardenal de la Iglesia el papa Gregorio IX, reconociendo sus méritos y virtud de la caridad practicada de modo heroico; pero no le dio tiempo a llegar a Roma por morir, antes de cumplir los cuarenta años, cuando se disponía a hacerlo.
Por el empeño de hacerse cargo de su cuerpo tanto los frailes mercedarios como los nobles señores de Cardona, decidieron de común acuerdo darle sepultura allá donde lo decidiera una mula ciega que lo llevó a lomos hasta que quiso pararse ante la ermita de San Nicolás, de Portell.
Desaparecieron las reliquias, irrecuperables ya para la veneración, en el año 1936.
Lo que no ha sido relegado al olvido por sus paisanos es la figura del santo y su acción caritativa. Esa devoción secular que se refleja incluso en las fiestas y en el folklore. No digamos nada sobre la devoción que le profean todas las parturientas que lo tienen como especial patrón para su trance.
Se divulgó por el mundo la pintura que lo muestra con la Custodia en la mano derecha expresando así la fuente de su caridad con los hombres.