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DA SIN QUE TE PIDAN


Da sin que te pidan


Uno de los santos más entrañables en la historia de la iglesia es San Francisco de Asís. Todos sabemos de él algo importante: su humildad y su alegría de vivir. Cuentan de él y de la comunidad en la que vivía, que en Cuaresma realizaban tremendos ayunos. Una noche, cuando todos los frailes se encontraban retirados en las celdas del convento, escuchó los gemidos de un hermano; se levantó y fue donde estaba el hermano que lloraba. Se acercó y le preguntó: 

- Hermano, ¿qué te pasa? El fraile respondió: 

- Lloro porque me muero de hambre

Francisco ni corto ni perezoso, despertó a todos los hermanos y les explicó que el ayuno está muy bien, pero que no pueden dejar que un hermano se muera de hambre. Pero como no está bien que dejen al hermano comer solo, para que éste no pase vergüenza, todos deben acompañarle. Así que los hizo levantarse a todos y se dirigieron al comedor. Y la comida se convirtió en una fiesta. Es verdad que en la mesa no había más que un pan y unos pocos rábanos, pero, eso sí, estaban bien regados por la alegría común. Está bien dar de comer al hambriento; está mucho mejor compartir todos juntos la humilde alegría que tenemos.

Es verdad que uno se pone a pensar que repartir un pan hoy, me reporta un sano gozo cristiano, pero nos inunda la desesperación de cómo vamos a realizarlo mañana.

Es evidente que nadie, nunca, será capaz de curar todo el mal del mundo, pero yo me atrevo a decirte: si importante es compartir el pan, más importante lo es si éste lo acompañamos con alegría.

"Quien tenga pan, que lo reparta; quien tenga pan y una sonrisa, que distribuya los dos. Quien tenga sólo una sonrisa, que no se sienta pobre e impotente: que reparta sonrisa y amor". Esto lo dice José Luis Martín Descalzo.

No pierdas en tu vida la capacidad de amar, no pierdas en tu vida la capacidad de apreciar el amor; porque el planeta Tierra es redondo como el dinero, bueno, el de antes, y todo ello te indica que el mundo da muchas vueltas y todo corre muy aprisa; hoy eres tú el que da el pan, mañana puede ser que seas tú quien lo está recibiendo. Pero si hay algo que no cambia e irá donde vaya tu destino, será la sonrisa y el amor con que tú das lo que recibes. Porque el hambre volverá mañana, pero el recuerdo de haber sido querido por alguien permanecerá floreciendo en el alma.

El hambre del buen fraile seguro que volvió, pero de lo que nunca se olvidará será del gesto de amor que tuvieron sus hermanos al compartir con él la mesa a esas horas de la noche.

NARANJAS PARA EL PERSONAL



Naranjas para el personal


José trabajaba en una empresa desde hace dos años.

Siempre fue muy serio, dedicado y cumplidor de sus obligaciones.

Llegaba puntual y estaba orgulloso que en 2 años nunca recibió una
amonestación.

Cierto día buscó al Gerente para hacerle un reclamo:
-Señor, trabajo en la empresa hace dos años con bastante esmero y estoy  a gusto con mi puesto, pero siento que he sido postergado.

Mire; Fernando ingresó a un puesto igual al mío hace sólo 6 meses y ya  ha sido promovido a Supervisor.

-¡Uhmm!-mostrando preocupación- le dice el gerente. Mientras resolvemos esto, quisiera pedirte que me ayudes a resolver un problema.
Quiero dar fruta al personal para la sobremesa del almuerzo de hoy.
En la bodega de la esquina venden fruta. Por favor, averigua si tienen naranjas.

José se esmeró en cumplir con el encargo y en 5 minutos estaba de 
vuelta.

-Bueno José, ¿qué averiguaste? 

-Señor, tienen naranjas para la venta.

-¿Y cuánto cuestan?
-¡Ah!............... No pregunté por eso.

-Ok, ¿pero viste si tenían suficientes naranjas para todo el personal?
(preguntaba serio).

-Tampoco pregunté por eso señor.

-¿Hay alguna fruta que pueda sustituir la naranja?

-No sé señor, pero creo...

-Bueno, siéntate un momento.

El Gerente tomó el teléfono y mandó llamar a Fernando.

Cuando se presentó, le dio las mismas instrucciones que le diera a José  y en 10 minutos estaba de vuelta.

Cuando retornó el Gerente pregunta:

-Bien Fernando, qué noticias me tienes?

-Señor, tienen naranjas, lo suficiente para atender a todo el personal,  y si prefiere también tienen plátano, papaya, melón y mango.

La naranja está a 1,5 pesos el kilo, el plátano a 2,2, el mango a 0,9 
el kilo, la papaya y el melón a 2,8 pesos el kilo.

Me dicen que si la compra es por cantidad, nos darán un descuento del  8%.

He dejado separada la naranja pero si usted escoge otra fruta debo 
regresar para confirmar el pedido.

-Muchas gracias Fernando, pero espera un momento..

Se dirige a José, que aún seguía esperando estupefacto y le dice:

-José, qué me decías?

Nada señor, eso es todo, muchísimas gracias, con su permiso..

DEJA QUE HABLE EL SILENCIO


Autor: Antonio Gil-Terrón Puchades 
Deja que hable el silencio
Quienes huyen de la soledad de algún modo están huyendo de sí mismos


Mientras que a unos les ahoga la soledad, hay otros que la necesitan como el oxígeno para respirar. Mientras unos buscan el bullicio de la fiesta y la algarabía, otros encuentran en el silencio la paz deseada. Al final de lo que se trata de estar a gusto con uno mismo, y dejar que hable el silencio; sin prisas, ni inoportunas interrupciones. 

Hay personas que temen encontrarse a solas consigo mismas, y que tan solo el pensar en tal situación les incomoda, cuando no, les aterroriza. 

Difícilmente podemos gustar a los demás, si no somos capaces de gustarnos a nosotros mismos. Difícilmente podemos amar a los demás y ser amados, si no somos capaces de amarnos a nosotros mismos.

Quienes huyen de la soledad de algún modo están huyendo de sí mismos.

Cuando tenemos a una persona delante, más allá de la imagen que percibimos de ésta con nuestros sentidos corporales, será la bondad o maldad, la belleza o fealdad del alma que se esconde tras la máscara física de su cuerpo, las que captaremos; y no porque tengamos un poder especial sobrenatural para hacerlo, sino porque será esa misma persona la que inconscientemente nos esté enviando su "imagen", que tampoco tendrá por qué ser la real, sino corresponderá a la imagen que esa persona tenga de sí misma.

En la mayoría de casos, las personas que temen encontrarse a solas, es porque no se gustan, y no se gustan porque nunca se han dado la oportunidad de conocerse a sí mismas.

Conócete a ti mismo y amate, y a partir de ese momento comenzarás a ser amado y valorado por los demás; aunque eso ya habrá dejado de tener importancia para ti. 

Busca diariamente tus ratos de soledad y deja que te hable el silencio. Con el tiempo descubrirás que nunca estuviste solo; con el tiempo descubrirás el universo que llevas en tu interior. Deja volar tu alma, libre como cuando eras niño, antes que el mundo te hiciese mayor.

Deja que hable el silencio… escucha su voz.

EL EVANGELIO DE HOY: LUNES 14 DE JULIO DEL 2014

Autor: Jaime Rodríguez | Fuente: Catholic.net
No he venido a traer paz, sino espada.
Mateo 10,34 11,1. Tiempo Ordinario. Sólo Cristo es el que puede darnos la verdadera felicidad y la paz.
 
No he venido a traer paz, sino espada.
Del santo Evangelio según san Mateo 10, 34. 11,1 


«No penséis que he venido a traer paz a la tierra. No he venido a traer paz, sino espada. Sí, he venido a enfrentar al hombre con su padre, a la hija con su madre, a la nuera con su suegra; y enemigos de cada cual serán los que conviven con él. El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí. El que no toma su cruz y me sigue detrás no es digno de mí. El que encuentre su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí, la encontrará. Quien a vosotros recibe, a mí me recibe, y quien me recibe a mí, recibe a Aquel que me ha enviado. Quien reciba a un profeta por ser profeta, recompensa de profeta recibirá, y quien reciba a un justo por ser justo, recompensa de justo recibirá. Y todo aquel que dé de beber tan sólo un vaso de agua fresca a uno de estos pequeños, por ser discípulo, os aseguro que no perderá su recompensa. Y sucedió que, cuando acabó Jesús de dar instrucciones a sus doce discípulos, partió de allí para enseñar y predicar en sus ciudades. 

Oración introductoria

Señor, gracias por este momento de oración. Concédeme la luz para salir de esa falsa paz en la que acomodo mi vida, evitando el compromiso auténtico de mi fe. Espíritu Santo, lléname de tu gracia para poder profundizar en lo que me quieres decir hoy por medio del Evangelio.

Petición

Señor, concédeme que mi entrega a la Iglesia esté marcada siempre por el sello de la generosidad y de la alegría.

Meditación del Papa Francisco

Ser generosos con Dios, a no vivir la fe solitariamente —como si fuera posible vivir la fe aisladamente—, sino a comunicarla, a irradiar la alegría del Evangelio con la palabra y el testimonio de vida allá donde nos encontremos. En cualquier lugar donde estemos, irradiar esa vida del Evangelio. Nos enseña a ver el rostro de Jesús reflejado en el otro, a vencer la indiferencia y el individualismo, que corroe las comunidades cristianas y corroe nuestro propio corazón, y nos enseña a acoger a todos sin prejuicios, sin discriminación, sin reticencia, con auténtico amor, dándoles lo mejor de nosotros mismos y, sobre todo, compartiendo con ellos lo más valioso que tenemos, que no son nuestras obras o nuestras organizaciones, no. Lo más valioso que tenemos es Cristo y su Evangelio. (S.S. Francisco, 12 de mayo de 2013).

Reflexión

Hoy como ayer, Jesús tiene pocos amigos. Y humanamente hablando ser profeta de "desdichas" no es el mejor modo para atraer a las personas. Por lo general tomamos estas amonestaciones como un tipo de "mal agüero", y terminamos por culpar del mal que nos sucede, justo Aquel que buscaba advertirnos de las posibles desgracias en nuestra vida. Son profecías desagradables, porque nos anuncian cosas incómodas, que no corresponden a lo que deseábamos para nosotros mismos. Pero no escuchar estos consejos, es una actitud ridícula, porque es como esforzarse por no ver la señal que nos indica el camino que buscábamos desde hace tanto tiempo y con tanta ansiedad.

A lo mejor también nosotros escapamos de las advertencias de Dios. O como niños caprichosos después del regaño del papá, decimos: "está bien, discúlpame, haré lo que me has dicho", y luego nos comportamos a nuestro modo. Pero cuando repetimos por enésima vez el mismo error, somos nosotros los que sufrimos las consecuencias de nuestra tozudez. El mensaje de Jesús, cuando es aceptado en su totalidad cambia la mentalidad del mundo. Porque sólo Cristo es el que puede donarnos la verdadera felicidad sobre esta tierra.

Propósito

Renunciar a algo que me guste mucho, para ofrecerlo por alguien que necesite encontrase con Dios.

Diálogo con Cristo

Señor, bien sabes que quiero ser santo pero que fácilmente olvido que la santidad se fragua en la renuncia, la abnegación, la generosidad, el desinterés, el olvido personal, para favorecer el bien de los demás. Permite comprobar que hay mayor felicidad en el dar que en el recibir y ayúdame a edificar mi santidad en la vivencia cotidiana de las virtudes que engrandecen mi amor a Ti y a mi prójimo, a ése más próximo, que luego olvido.