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miércoles, 21 de mayo de 2014

EL EVANGELIO DE HOY: JUEVES 22 DE MAYO DEL 2014

Autor: Víctor Alejandro Ramírez | Fuente: Catholic.net
Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor
Juan. 15,9-11. Pascua. Significa seguir sus pasos. Pasos que a veces implican serenidad y otras veces nos conducen al Calvario.
 
Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor
Del santo Evangelio según san Juan 15,9-11

Como el Padre me amó, también yo os he amado a vosotros; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor. Os he dicho esto, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea colmado.

Oración introductoria

Gracias Dios mío por tu amor de Padre, que es para mí una fuente constante de consuelo y de luz. Te pido por todas aquellas personas que por diversos motivos se han alejado de Ti, para que en medio de las dificultades puedan ver tu rostro y hacer la experiencia de tu amor. Ayúdame a reflejar con mis actos el gozo de tenerte junto a mí.

Petición

Señor ayúdame a compartir con mis hermanos un poco del amor y del gozo que has depositado en mi corazón de forma que mi vida sea para ellos un camino que les conduzca hacia Ti.

Meditación del Papa Francisco

Jesús no quiere ni cristianos egoístas —que siguen el propio yo, no hablan con Dios— ni cristianos débiles —cristianos que no tienen voluntad, cristianos "telemandados", incapaces de creatividad, que buscan siempre conectarse a la voluntad de otro y no son libres—. Jesús nos quiere libres, ¿y esta libertad dónde se hace? Se hace en el diálogo con Dios en la propia conciencia. Si un cristiano no sabe hablar con Dios, no sabe oír a Dios en la propia conciencia, no es libre, no es libre.
Por ello debemos aprender a oír más nuestra conciencia. Pero ¡cuidado! Esto no significa seguir al propio yo, hacer lo que me interesa, lo que me conviene, lo que me apetece... ¡No es esto! La conciencia es el espacio interior de la escucha de la verdad, del bien, de la escucha de Dios; es el lugar interior de mi relación con Él, que habla a mi corazón y me ayuda a discernir, a comprender el camino que debo recorrer, y una vez tomada la decisión, a seguir adelante, a permanecer fiel. (S.S. Francisco, 30 de junio de 2013).

Reflexión 

Las obras de los católicos no son sólo exteriores, son fruto del amor interior a un Dios que ha querido dejarnos escrita su voluntad para conducirnos hacia Él y para hacernos objetivamente felices. Busquemos siempre cumplir nuestro deber motivados por el amor. La coherencia entre lo que creemos y lo que vivimos es un testimonio importante para quien ha dejado de experimentar el amor de Dios y la paz de quien cumple su voluntad.

Propósito

Leer reflexivamente la parte del catecismo de la Iglesia Católica que explica el sentido de los mandamientos de la ley de Dios.

Oración con Cristo

Gracias Señor por tu amor y gracias por dejarme indicado con tus mandamientos el camino que debo seguir para agradarte y para llegar al cielo que me tienes preparado. Ayúdame a poner amor en todo lo que hago incluso en las cosas más pequeñas de cada día. Señor quiero siempre cumplir tus mandamientos para permanecer en tu amor que es fuente del verdadero gozo.


¿Queréis alabar a Dios? Vivid de acuerdo con lo que pronuncian vuestros labios. Vosotros mismos seréis la mejor alabanza que podáis tributarle, si es buena vuestra conducta (San Agustín, Sermones, El cantico del amor)



  • Preguntas o comentarios al autor
  • Víctor Alejandro Ramírez 

    LAS ROSAS DE SANTA RITA DE CASIA - 22 DE MAYO


    LAS ROSAS DE SANTA RITA DE CASIA
    ORIGEN DE ESTA DEVOCIÓN 

    Las Rosas de Santa Rita de Casia deben su origen al hecho de que Santa Rita, estando ya gravemente enferma en su convento de Casia y próxima a la muerte fue visitada por una pariente suya quien, al despedirse. juzgando que seria ya la última vez que habría de verla le preguntó si podía servirle en algo, a lo que Rita contestó: quiero que cuando llegues a Roca Porrena vayas al huerto de mi casa, cortes una rosa y me la traigas tan luego la obtengas.

    Como era el tiempo de invierno y en aquel año de 1457 se estaba distinguiendo por la intensidad de su crudeza, la mujer creyó que Rita deliraba ya por su enfermedad y juzgando un desatino el encargo de la enferma, regresó a la villa sin acordarse para nada de la rosa; pero pasando junto al huerto de la casa de Rita, bien haya sido por curiosidad o por impulso sobrenatural, entró en él y vio con asombro que de la rama de un rosal medio cubierto por la nieve, pendía una rosa fresca y lozana; loca de alegría, la corta retorna a Casia y entrega a Rita la rosa deseada, que se conservó largo tiempo fresca despidiendo un intenso perfume.

    Este hecho originó el que las Religiosas Agustinas de Casia acostumbrasen cubrir con rosas la urna en que yace el cuerpo incorrupto de Santa Rita, especialmente el 22 de mayo, aniversario de su piadosa muerte. Estas rosas eran distribuidas todos los años entre los bienhechores y amigos de Convento, los cuales las conservaban como preciosas reliquias. El Señor, que se complace en honrar a sus santos y en glorificar a sus siervos, quiso que, mediante las rosas que habían adornado el sepulcro de Santa Rita se verificaran curaciones milagrosas. Con este motivo se extendió muy pronto por todas partes la noticia de las rosas de la Santa, como también los muchos y extraordinarios favores, alcanzados por el contacto de estas rosas.

    BENDICIÓN DE LAS ROSAS
    En la actualidad y desde hace mucho tiempo, se bendicen las rosas solemnemente el 22 de mayo, con las oraciones consignadas en el ritual de la Orden Agustiniana, distribuyéndolas entre los fieles devotos. Son innumerables las gracias y favores obtenidos por intercesión de Santa Rita mediante el uso o contacto de estas rosas benditas. Consta que en el proceso de canonización de la Santa se presentaron muchos enfermos curados, quienes declararon haber recobrado la salud con las rosas de Santa Rita.

    FINALIDAD DE ESTA DEVOCIÓN
    El Ritual Agustiniano dice que estas rosas se usan para recobrar la salud de las enfermedades y para recibir la ayuda de Dios en cualquier necesidad. Como todos los Sacramentales, tiene la eficacia de la oración de la Iglesia y la de la fe de los fieles que las emplean.

    MODO DE USARLAS (más común)
    Para conseguir de Santa Rita una gracia, en especial la curación de alguna enfermedad, prepárese un té con los pétalos de las rosas benditas y récese durante nueve días seguidos un Padre Nuestro con Ave María y Gloria, considerando los sufrimientos que padeció Santa Rita durante su vida, en especial los que soportó a través de los quince años que llevó la espina de la Cruz en su frente.

    Y a continuación las siguientes preces:

    Antífona: Nadie que espera en Dios queda frustrado en sus esperanzas. Nada hay imposible a la fe con la oración.
    Creo, Señor, pero auxilia mi fe y enséñame a orar.

    Versículo: Señalaste, Señor, a tu sierva Santa Rita.

    Responso: Con el sello de tu caridad y pasión.

    ORACIÓN
    Dios y Señor, que a la bienaventurada Santa Rita te dignaste dar tan abundante, gracia y que, por haberte imitado en el amor a sus enemigos, le concediste llevase en su corazón y en su frente las insignias de tu pasión; te rogamos nos concedas por su intercesión y por sus merecimientos, amar a nuestros enemigos, y con la espina de la compunción y del dolor contemplar los dolores de vuestra santísima Pasión: que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

    ORACIÓN PARA PEDIR UN FAVOR A SANTA RITA DE CASIA - 22 DE MAYO


    ORACIÓN PARA PEDIR UN FAVOR 
    A SANTA RITA DE CASIA

    Santa de lo Imposible. Oh Santa Patrona de los necesitados, Santa Rita, cuyas plegarias ante el Divino Señor son casi irresistibles, quien por la generosidad en otorgar favores has sido llamada Mediadora de los sin esperanza e incluso de lo Imposible; Santa Rita, tan humilde, tan pura, tan mortificada, tan paciente y de tan compadecido amor por Jesús Crucificado que podrías obtener de El cualquier cosa que le pidas. A cuenta de esto recurrimos confiados a ti, esperando, si no siempre alivio, al menos consuelo. Se favorable a nuestra petición, mostrando el poder de Dios a nombre de este/a suplicante, se generosa con nosotros, como lo has sido en tantos casos maravillosos, para la mas grande gloria de Dios, por la divulgación de tu propia devoción, y por el consuelo de aquellos que confían en ti. Prometemos, si nuestra petición es concedida, glorificar tu nombre, informando del favor concedido, para bendecir y cantar tus alabanzas por siempre. Confiando entonces en los méritos y poder ante el Sagrado Corazón de Jesús, te rogamos:

    (Mencione ahora su petición)

    Obten para nosotros nuestra petición:


    Por los singulares méritos de tu infancia, 
    Por la perfecta unión con la Divina Voluntad, 
    Por los heroicos sufrimientos durante tu vida de casada, 
    Por el consuelo que experimentaste con la conversión de tu esposo, 
    Por el sacrificio de tus niños antes de verlos ofender gravemente a Dios, 
    Por tu milagrosa entrada al Convento, 
    Por las austeras penitencias y las sangrientas ofrendas tres veces al día. 
    Por el sufrimiento causado por la herida que recibiste con la espina del Salvador Crucificado; 
    Por el amor divino que consumió tu Corazón, 
    Por la notable devoción al Sagrado Sacramento, con el cual exististe por cuatro años, 
    Por la felicidad con la cual partiste de tus pruebas para reunirte con el Divino Esposo, 
    Por el ejemplo perfecto que diste a la gente de cada estado de vida. 
    Santa de lo Imposible


    Oremos
    Oh Dios, Quien en tu infinita ternura has sido bondadoso para escuchar la plegaria de Tu sierva, Santa Rita, y otorgas a su suplica lo que es imposible a la vista, conocimiento y esfuerzos, en recompensa de su compadecido amor y firme confianza en Tu promesa, ten piedad en nuestra adversidad y socorrenos en nuestras calamidades, que el no creyente pueda saber que Tu eres la recompensa del humilde, la defensa de los sin esperanza, y la fuerza de aquellos que confían en Ti, a través de Jesucristo, nuestro Señor. Amen

    ORACIÓN A MARÍA AUXILIADORA


    Oración a la Virgen María Auxiliadora


    Que tu Bendición santísima permanezca en mi noche y día,
    en la alegría y en la tristeza,
    en el trabajo y en el descanso,
    en la salud y en la enfermedad,
    en la vida y en la muerte y durante la eternidad.

    OH Bendición de María Auxiliadora,
    dichoso quien te la pide, recibe y guarda,
    y después de obtenerla aquí en la tierra
    la lleve a su último suspiro como prenda de vida eterna.
    Nuestro Auxilio esta en el nombre del Señor que hizo el cielo y la tierra.

    Virgencita María Auxiliadora,
    acompañame en mis viajes, en mis trabajos,
    y protégeme de males y enfermedades.

    María Auxiliadora,
    Dame tu santísima Bendición, Tu y Tu Santo Hijo,
    para mi y para cada uno de mis familiares,
    en este día y todos los días de mi vida,

    Amen.


    ORACIÓN PARA IRRADIAR A CRISTO


    ORACIÓN PARA IRRADIAR A CRISTO
    (JOHN HENRY NEWMAN)

    Amado Señor,

    Ayúdame a esparcir tu fragancia donde quiera que vaya.

    Inunda mi alma de espíritu y vida.

    Penetra y posee todo mi ser hasta tal punto que toda mi vida solo sea una emanación de la tuya.

    Brilla a través de mí, y mora en mi de tal manera que todas las almas que entren en contacto conmigo puedan sentir tu presencia en mi alma.

    Haz que me miren y ya no me vean a mí sino solamente a ti, oh Señor.

    Quédate conmigo y entonces comenzaré a brillar como brillas Tú; a brillar para servir de luz a los demás a través de mí.

    La luz, oh Señor, irradiará toda de Ti; no de mí; serás Tu, quien ilumine a los demás a través de mí.

    Permíteme pues alabarte de la manera que más te gusta, brillando para quienes me rodean.

    Haz que predique sin predicar, no con palabras sino con mi ejemplo, por la fuerza contagiosa, por la influencia de lo que hago, por la evidente plenitud del amor que te tiene mi corazón. Amén.

    CREO EN TI... SEÑOR



    CREO EN TI...SEÑOR

    Cuando llega la dificultad y las pruebas, en los momentos de angustia, de duda o enfermedad, es bueno decir al Señor que seguimos creyendo en El.

    Señor, Tu siempre me has dado
    La fuerza necesaria,
    y, aunque débil,
    Creo en Ti.

    Señor, Tu siempre me has dado 
    La paz de cada día,
    y, aunque angustiado,
    Creo en Ti.

    Señor, Tu siempre me has guardado
    En la prueba,
    Y, aunque estoy en ella,
    Creo en Ti.

    Señor, Tu siempre has alumbrado
    Mis tinieblas,
    Y, aunque no tengo luz,
    Creo en Ti.

    GOZAR DEL REGALO DE DIOS



    Gozar el regalo de Dios
    Autor:  Padre Guillermo Ortiz SJ.


    Antes de buscar más cosas, voy a gozar primero de lo que tengo, 
    dijo Pereira, y se sentó tranquilo mirando el patio.

    Tenés muchos problemas, le dijo Mario. ¿Vas a gozar de los problemas?

    Tengo problemas, confirmó Pereira, pero también tengo cosas que son muy importantes para gozar. Tengo la vida, la salud. Tengo una familia. Tengo amor en mi vida. Y todo esto es un regalo de Dios –sentenció Pereira. Yo veo la mano de Dios en todo esto, porque yo apenas puedo cuidar un poco la vida y la salud, pero si dependieran de mí ¿cómo haría yo para darme vida, para hacer que funcione el corazón, los riñones? Estas cosas yo tengo que gozarlas porque las tengo. Gozarlas y compartirlas con los demás, como por ejemplo ahora, porque me suspendieron del trabajo tengo tiempo para estar con un amigo aunque sólo te pueda convidar un mate.

    Te tengo a vos como amigo, estas cosas que recibo de Dios, este amor gratuito me da mucha confianza en Dios, me hacen tener fe, en que Dios no dejará sola a mi familia. Fijate de qué modo confió Jesús en su Padre, y el Padre Dios le devolvió la vida, pero esa vida sí que vale la pena, porque es la resurrección.


    Gracias Señor por la vida que nos das y por ofrecernos también la resurrección.

    PLANTAR PARA EL FUTURO



    Plantar para el futuro
    Autor:  Padre Justo López Melús


    La virtud del agradecimiento es una de las virtudes más olvidadas. Cuesta caer en la cuenta. Vivimos confortablemente y no pensamos en los sudores de los que prepararon los materiales y construyeron la casa. Saboreamos los alimentos, y nos olvidamos de los que sembraron y segaron, de los que plantaron y regaron. Vemos un jubilado y nos olvidamos de lo que trabajó. «Nadie da gracias al cauce seco del río por su pasado».

    Un anciano estaba plantando mangos en su jardín. Un vecino le preguntó: «¿Qué haces? ¿Esperas llegar a comer mangos de esos árboles?». «No, no pienso vivir tanto. Pero otros lo harán. Se me ocurrió el otro día que toda mi vida he disfrutado comiendo mangos plantados por otras personas, y así les muestro mi gratitud. En mi larga vida he recibido muchas cosas de los demás. Es justo que contribuya a que otros reciban algo de mí».

    ORACIÓN A LA SANTÍSIMA TRINIDAD


    ORACIÓN A LA SANTÍSIMA TRINIDAD
      Beata Isabel de la Trinidad


    ¡Oh Dios mío, trinidad adorable, ayúdame a olvidarme por entero para establecerme en ti!

    ¡Oh mi Cristo amado, crucificado por amor! Siento mi impotencia y te pido que me revistas de ti mismo, que identifiques mi alma con todos lo movimientos de tu alma; que me sustituyas, para que mi vida no sea más que una irradiación de tu propia vida. Ven a mí como adorador, como reparador y como salvador...

    ¡Oh fuego consumidor, Espíritu de amor! Ven a mí, para que se haga en mi alma una como encarnación del Verbo; que yo sea para él una humanidad sobreañadida en la que él renueve todo su misterio.

    Y tú, ¡oh Padre!, inclínate sobre tu criatura; no veas en ella más que a tu amado en el que has puesto todas tus complacencias.

    ¡Oh mis tres, mi todo, mi dicha, soledad infinita, inmensidad en que me pierdo! Me entrego a vos como una presa; sepultaos en mi para que yo me sepulte en vos, en espera de ir a contemplar en vuestra luz el abismo de vuestras grandezas.


    ¿POR QUÉ DIOS SE DEMORA EN CONTESTAR?



    Autor: P. John Bartunek, L.C. | Fuente: la-oracion.com
    ¿Por qué Dios se demora en contestar?
    El ruego de una madre. Después de todo, estoy pidiendo algo que no sólo es razonable, sino bueno y necesario para ellos.



    El dolor y el sufrimiento que una madre pasa en una prueba familiar es palpable. Desearía poder dar una respuesta fácil. 

    Desafortunadamente, temo que no va a gustar mucho mi respuesta porque es muy difícil y creo que por eso su alma está buscando certezas. 

    ¿Por qué Dios no responde a mis plegarias de la manera que yo quiero que lo haga? 

    Después de todo, usted está pidiendo algo que no sólo es razonable, sino bueno y, tal parece, necesario. Entonces, ¿por qué Dios se demora? Permítame contestar a esa pregunta con otra pregunta: ¿Qué tan firmemente cree usted que Dios ama a sus hijos, incluso mucho más que usted? Sabemos que Él los ama – no porque el amor de usted sea insignificante, sino porque su amor es infinito. El amor que usted tiene por sus hijos, tan fuerte y apasionado, es sólo un reflejo del amor infinito que Dios tiene por ellos. Al mismo tiempo, Dios es todopoderoso. Entonces, por la fe sabemos que si Dios está permitiendo esta cruz, Él tiene sus motivos y les dará una serie de gloriosos domingos de resurrección a partir de lo que parece esta sucesión sin fin de viernes santos. 

    En tiempos de crisis, debemos ejercitar nuestra fe de manera premeditada. Además, deliberadamente y con valor, debemos acordarnos que el propósito último de Dios es llevar a cada persona hacia una comunión cada vez más profunda con Él. Esta comunión comienza y crece aquí en la tierra, pero alcanza su plenitud sólo en el cielo. Las batallas, luchas, penas y, muchas veces, los sufrimientos terribles que enfrentamos en nuestra peregrinación terrenal son inevitables en un mundo caído; pero Dios, lejos de estar ausente en medio de ellos, los ha transformado en canales de gracia, en gimnasios de virtud y puentes hacia una mayor sabiduría, compasión y madurez espiritual. 

    Ayudas prácticas 

    Usted siente que su fe está siendo probada por su situación actual. Esto debe ponerla de rodillas más frecuentemente – y tal parece que eso es lo que Dios le está pidiendo al empujarla fuera de su zona de confort espiritual. Él está purificando su fe y una fe más pura la llevará hacia una mayor unión con el Sagrado Corazón. Como el apóstol Santiago lo explica: Considerad como un gran gozo, hermanos míos, el estar rodeados por toda clase de pruebas, sabiendo que la calidad probada de vuestra fe produce la paciencia en el sufrimiento; pero la paciencia ha de ser acompañada de obras perfectas para que seáis perfectos e íntegros sin que dejéis nada que desear. (Santiago 1,2-4) 

    En este período de sufrimiento, puede encontrar ánimo leyendo algunos escritos espirituales. Usted no está sola en esta prueba, es miembro del Cuerpo Místico de Cristo. Inspirarse en las vidas de los santos, y de otros cristianos, quienes han sobrellevado sufrimientos tremendos en su camino hacia la santidad le dará ánimo, la guiará y la edificará. Lea, por ejemplo Mártires del siglo veinte, de Robert Royals o Ven, sé mi luz, de la Madre Teresa de Calcuta o He Leadeth Me del Padre Walter Ciszek, S.J. Debemos, a propósito, llenar nuestra imaginación con recordatorios de que Dios trabaja a través del sufrimiento, de otra manera nuestra fe y nuestra esperanza disminuirán y caeremos en el espiral cegador de la frustración y el desánimo donde somos vulnerables del más mortífero de los pecados: el orgullo. 

    Cuando el amor de una madre se siente impotente 

    ¿Qué puede decirles a sus hijos, qué puede usted hacer por ellos para que su fe no decaiga? 

    La respuesta a esta pregunta va a gustarle menos que la que le di anteriormente. Permítame comenzar citando palabras de Nuestro Señor a san Pedro al final del Evangelio de Juan, cuando Pedro le preguntó a Jesús sobre qué le iba a pasar al otro discípulo (san Juan): ¿Señor, y éste, ¿qué? San Pedro quería saber que era lo que le esperaba al discípulo más joven, quizá debido a que lo quería tanto y estaba preocupado por él y Jesús responde de manera cortante Si yo quiero que se quede hasta que yo venga ¿qué te importa? Tú, sígueme (Juan 21,22). Jesús frenó la preocupación y ansiedad de Pedro diciéndole que permaneciera concentrado en su propio apostolado y confiara en que Jesús se haría cargo del resto. 

    Su corazón de madre anhela consolar a sus hijos, salvarlos del sufrimiento, rodearlos de luz, afecto y éxito. Esto es correcto, es saludable y es verdad, y aun así, al final no puede usted determinar cómo responderán ellos a la gracia de Dios. Por más que usted quiera asegurar que ellos conserven la fe, busquen a Dios y crezcan en santidad, no puede hacerlo, sólo puede hacer lo que a usted le toca. Al final, cada uno de sus hijos es responsable de su propia relación con Dios, cada uno de ellos es responsable de cómo enfrenta la crisis actual, cada uno es libre para crecer en paciencia, humildad, sabiduría y valor, o para rebelarse contra Dios, quien nos ama tanto que rehúsa evitarnos las dificultades...Pues a quien ama el Señor, le corrige; y azota a todos los hijos que acoge. (Hebreos 12,6). 

    Aprendiendo a dejar ir y a dejar a Dios 

    Cuando sus hijos eran pequeños, usted podía controlar más directamente lo que los rodeaba e incluso sus reacciones. Entonces dependían más de usted. Pero ahora sólo puede influir en ellos y sus circunstancias de manera indirecta. Aceptar tranquilamente las limitaciones de su influencia dará gran gloria a Dios, porque elevará su confianza en Él a un nuevo nivel. Y si, en medio de esta prueba, alguno de sus hijos se revela contra Dios, usted debe conservar su paz interior a través de la oración y la confianza, mientras ofrece a Dios el sufrimiento que pueda experimentar. Después de todo, aun si en ellos hubiera una rebelión violenta, éste no es el final de la historia – la historia sólo termina el día del Juicio. 

    Recuerde, Dios ama a sus hijos aún mas de lo que usted los ama y Él honrara su amor de madre por ellos mucho más de lo que puede imaginar, siempre y cuando sea un amor puro, y su amor por Dios y su confianza en Él permanezcan en el primer lugar. Así que continúe haciendo lo que pueda para dar apoyo y valor a sus hijos y para ayudarlos a llevar sus cruces, a través de sus oraciones, su ejemplo y cualquier palabra y obra que las circunstancias le permitan. 

    Pero –cuantas veces sea necesario- renuncie en su corazón y en su mente al control que le gustaría tener. Salvarlos no depende de usted, sólo puede ser un instrumento de la gracia de Dios hasta donde Él lo permita. 

    Dios es Dios, nosotros no somos Dios, y con Dios de nuestro lado ¿quién contra nosotros? (Romanos 8,31). Sabemos que en todas las cosas interviene Dios para bien de los que le aman; de aquellos que han sido llamados según su designio (Romanos 8,28). Ésa es nuestra seguridad, nuestra esperanza, nuestra roca y nuestro refugio. 

    FLORECILLAS A MARÍA: 21 DE MAYO

    FLORECILLAS A MARÍA
    Flor del 21 de mayo: María en la Resurrección

    Meditación: María en la soledad, María en el dolor esperaba en la Resurrección la promesa del Señor. Ella era dueña de toda fortaleza, con su Corazón enllagado esperaba el cumplimiento de lo por su Hijo anunciado. No tenia una fe débil, como la de los apóstoles, Ella creía que su Hijo resucitaría. En el dolor, la esperanza…en el dolor, la fe…en el dolor, sólo buscarlo a El. Oh alma mía, si alguna vez te agobia el peso de la cruz, confía en las delicias de la Divina Bondad, que Ella te consolará, te abrazará, te hará esperar segura de que Dios jamás te abandonará y te la hará más llevadera, anticipando los regalos eternos que se nos reservan en el Paraíso.

    Oración: ¡María fortaleza de toda agonía, María esperanza mía!, fortaléceme en la fe y en la esperanza también, seguro de que al Rey me haréis ver. Amén.

    Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).

    Florecilla para este día: Meditar y hallar el dolor y el temor de este día, y entregarlo a María confiado en que será Ella la que intercederá ante su Hijo para que El se haga cargo de nuestra vida.

    EL EVANGELIO DE HOY: MIÉRCOLES 21 DE MAYO DEL 2014

    Autor: H. Joel Castañeda Ochoa | Fuente: Catholic.net
    Despedida y palabras de aliento
    Juan 14, 27-31. Pascua. Cristo nos trae una paz profunda, aquella capaz de dar una tranquilidad profunda en mi corazón .
     
    Despedida y palabras de aliento
    Del santo Evangelio según san Juan 14, 27-31

    Os dejo la paz, mi paz os doy; no os la doy como la da el mundo. No se turbe vuestro corazón ni se acobarde. Habéis oído que os he dicho: "Me voy y volveré a vosotros." Si me amarais, os alegraríais de que me fuera al Padre, porque el Padre es más grande que yo. Y os lo digo ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis. Ya no hablaré muchas cosas con vosotros, porque llega el Príncipe de este mundo. En mí no tiene ningún poder; pero ha de saber el mundo que amo al Padre y que obro según el Padre me ha ordenado. Levantaos. Vámonos de aquí».

    Oración introductoria

    Jesucristo, ahora que voy a iniciar esta meditación, te quiero pedir la gracia necesaria de experimentar un amor tan grande como el que tuvieron los primeros apóstoles, en el cenáculo. Concédeme amarte de tal manera que también yo busque la voluntad del Padre, para que crea en tus palabras, porque en verdad tú obras en unión con el Padre.

    Petición

    ¡Señor, que cada vez logre escuchar con mayor atención tu mensaje de paz y que lo viva en lo más personal e íntimo del corazón!

    Meditación del Papa Francisco

    Nosotros pensamos siempre en Jesús cuando predicaba, cuando sanaba, cuando caminaba, iba por las calles, también durante la Última Cena... Pero no estamos acostumbrados a pensar en Jesús sonriente, alegre. Jesús estaba lleno de alegría: lleno de alegría. En esa intimidad con su Padre: ´Exultó de alegría en el Espíritu y alabó al Padre´- es precisamente el misterio interno de Jesús, esa relación con el Padre en el Espíritu. Es su alegría interna, su alegría interior que Él nos da.
    Esta alegría es la verdadera paz: no es una paz estática, quieta, tranquila. No, la paz cristina es una paz alegre, porque nuestro Señor es alegre. Es alegre cuando habla del Padre: ama tanto al Padre que no puede hablar del Padre sin alegría. Nuestro Dios es alegre. Y Jesús ha querido que su esposa, la Iglesia, también sea alegre.
    No se puede pensar en una Iglesia sin alegría y la alegría de la Iglesia es precisamente esta: anunciar el nombre de Jesús. Decir: "Él es el Señor. Mi esposo es el Señor. Es Dios. Él me salva, Él camina con nosotros". Y esta es la alegría de la Iglesia, que en esta alegría de esposa se hace madre. Pablo VI decía: la alegría de la Iglesia es precisamente evangelizar, ir adelante y hablar de su Esposo. Y también transmitir esta alegría a los hijos que ella hace nacer, que ella hace crecer. (Cf. S.S. Francisco, 3 de diciembre de 2013, homilía en capilla de Santa Marta).

    Reflexión 

    Cristo viene a traernos un mensaje de paz, pero nos advierte desde el inicio que no es la paz que da el mundo. En efecto para el mundo la paz se concibe muchas veces en no estar en guerra, en no tener alguien que venga a disturbar dentro del ambiente en el que nos encontramos. Cristo en cambio habla de una paz más profunda, de aquella capaz de dar una tranquilidad profunda. Dice que no nos inquietemos en el corazón porque él ha vencido al mundo; en efecto la paz surge de la consciencia de que con Cristo nos mantendremos salvos en el alma.

    Y la sabiduría de Cristo está en que el mensaje de paz nos lo da antes de anunciarnos la venida del príncipe de este mundo, es decir la del demonio como enemigo del alma y de la verdad. Por lo mismo Jesús nos invita a confiar, porque ello implicará algunas persecuciones, algunas críticas por ser seguidores de Cristo. Pero el demonio en sí no tiene ningún poder sobre Cristo.

    Que hermoso momento para darnos ese mensaje de paz; justo antes de subir al Padre y de enviarnos al consolador. Así la paz se convierte en parte de su testamento, porque está a punto de partir al Padre y quiere que estemos tranquilos, llenos de confianza en las enseñanzas que nos ha dejado a lo largo de su predicación, pues la vivencia de las mismas serán el origen de la paz, porque en el confronto con la vivencia según el mundo, tal vez traerán dificultades, pero la paz que inunda el corazón es mucho más profunda que la que pueda ofrecer la mentalidad del mundo, el mundo que es en primer lugar el egoísmo que llevamos dentro y no tanto la materialidad que nos rodea.


    Cristo trae la paz para nosotros como seguidores de él, nos da su mensaje en un momento de grande intimidad, pero a la vez tenemos que ser conscientes que si nos da ese regalo es para transmitirlo a los demás, por tanto como cristianos nos convertimos en verdaderos propagadores de la paz. El mundo y quienes nos rodean esperan que nosotros cristianos vivamos de acuerdo a los criterios de nuestro Señor y en la medida en que demos a los demás esa paz se dirá entonces como se dijo de los primeros cristianos: "Mirad cómo se aman y cómo están dispuestos a dar la vida unos por otros."

    Propósito

    En el día de hoy buscaré transmitir serenidad a quienes me rodean, teniendo presente que Cristo está a mi lado y quiere que de verdad tenga paz en mi corazón.

    Diálogo con Cristo

    Señor Jesús, muchas veces me has permitido experimentar la paz del alma, de verdad que no te has dejado ganar en generosidad. Otras veces me he visto sumido en la angustia y desesperación por no actuar de cara a ti, por no buscar tu voluntad, sino mis propios caprichos y maneras de pensar. Te pido la gracia de tenerte siempre presente, dame la fe necesaria para tenerte siempre a mi lado y para no buscar otra paz distinta a la tuya, por muy buena que parezca.


    La paz en la tierra, suprema aspiración de toda la humanidad a través de la historia, es indudable que no puede establecerse ni consolidarse si no se respeta fielmente el orden establecido por Dios.
    Juan XXIII, Pacem in terris, 11 de abril de 1963




  • Preguntas o comentarios al autor
  • H. Joel Castañeda Ochoa 

    PENSAMIENTO MARIANO 29


    PENSAMIENTO MARIANO

    Recurramos a María y como hijuelos suyos echémonos en su regazo en todo tiempo y necesidad con firmísima confianza: invoquémosla, honrémosla, imitémosla, y tengamos para tan dulce Madre un afecto verdaderamente filial. 

    San Francisco de Sales.