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domingo, 18 de mayo de 2014

PENSAMIENTO MARIANO 28


PENSAMIENTO MARIANO

Oigamos a María para que nos enseñe, como hizo con su Hijo Jesús, a ser mansos y humildes de corazón, y de esta manera poder dar gloria a nuestro Padre que está en los cielos.

 Madre Teresa de Calcuta

APRENDER DE NUESTROS FRACAZOS


APRENDER DE NUESTROS FRACASOS


Una de las primeras cosas que debemos tener en cuenta para SER personas exitosas es... ¡aprender de "nuestros fracasos"!

Aunque en algunas personas éstos han sido más frecuentes que en otras, todos hemos tenido fracasos más de una oportunidad, podemos hablar de líderes políticos que alcanzaron el triunfo después de haber fallado o fracasado en diversas ocasiones pero lo que les ayudó a conquistar sus aspiraciones fue que supieron asimilar con madurez la adversidad comprendiendo que los fracasos son peldaños que conducen al verdadero éxito.

Fracaso no significa que todavía no hemos logrado nada, significa que hemos aprendido algo.

Fracaso no significa que hemos actuado como necios, significa que hemos tenido mucha fe.

Fracaso no significa falta de capacidad, significa que debemos hacer las cosas de distinta manera.

Fracaso no significa que somos inferiores, significa que no somos perfectos.

Fracaso no significa que hemos perdido nuestra vida, significa que tenemos buenas razones para comenzar de nuevo.

Fracaso no significa que debemos echarnos atrás, significa que debemos luchar con mayor ahínco.

Fracaso no significa que jamás lograremos nuestras metas, significa que tardaremos un poco más en alcanzarlas.

Fracaso no significa que Dios nos ha abandonado, significa que Dios tiene una idea mejor para ti.

No te acuerdes sólo del Señor y de la Virgen María en situaciones de adversidad. Tenlos también presentes en todas las circunstancias de tu vida, las de éxito también.

Que el Señor te bendiga abundantemente.



TÚ VALES MUCHO



TÚ VALES MUCHO


¿Por qué llorar mientras voy andando, si otros ríen y no tienen pies?

¿No crees que sería bueno hacer un inventario de los bienes que has recibido para así vivir con mayor alegría y optimismo?

¿Por qué vivir pensando en el 10 % de las cosas que nos hacen sufrir, y no recordar el 90 % de las cosas que nos suceden bien?

En tu cuerpo hay 800 mil millones de células trabajando continuamente y obrando todas en tu favor y en perfecta armonía.

En tu cerebro tienes 13 mil millones de neuronas trabajando tan sabiamente a tu favor, que si las quisieras reemplazar por la máquina computadora más perfecta del mundo, esa máquina electrónica ocuparía el sitio de un edificio de setenta pisos de alto.

En tus ojos, Dios ha depositado 100 millones de receptores que te permiten gozar de la magia de los colores, de la luz, de la simpatía de las personas y de la majestad de la naturaleza.

En tus oídos hay 24 mil millones de filamentos que vibran con el viento, con el reír de los niños, con la suave música de las orquestas, con el trepidar 
de las aguas espumantes y al escuchar las palabras amables de las personas que estimas.

Eres una persona humana, y el ser humano es el único animal que puede hablar, para calmar al airado, animar al abatido, estimular al cobarde y decir... Te amo.

Te puedes mover, no eres un árbol amarrado a una pequeña porción de tierra. Puedes pasear, correr, bailar y hacer deporte. Para ello tienes 500 
músculos, 200 huesos y 7.000 nervios, sincronizados para obedecerte y llevarte a donde quieras.

Tus pulmones son los mejores filtros del mundo. A través de 600 millones de alvéolos purifican el aire que reciben y libran a tu cuerpo de desperdicios dañinos.

Tienes un corazón que es una maravilla de la naturaleza. Bombea hora tras hora, 36 millones de latidos al año, año tras año, despierto o dormido, impulsando la sangre a través de 100 mil kilómetros de venas y arterias, que llevan... Más de 2 millones de litros de sangre al año.

Tu sangre es un formidable tesoro. Son apenas 4 litros pero allí hay 22 millones de células sanguíneas, y en cada célula hay muchas moléculas y en 
cada molécula hay un átomo que oscila más de 10 millones de veces por segundo.

Cada día mueren 2 millones de tus células y son reemplazadas por 2 millones más, en una resurrección que ha continuado desde el día que naciste.

En tu cerebro hay 4 millones de estructuras sensibles al dolor, 500 mil detectores táctiles, y 200 mil detectores de temperatura...

... Ahora pregúntate: ¿Crees que no vale la pena tu vida?

Lo triste es que dedicamos mucho tiempo pensando en lo que nos hace falta y casi nunca nos detenemos a recordar y agradecer lo muchísimo bueno que 
poseemos.

No solo con respecto a tu cuerpo, aplícalo también a los dones que posees, la familia que te ha tocado, las amistades de las cuales eres dichoso en poseer, las comodidades que disfrutas y hasta las oportunidades que se te han presentado. ¡No veas solo lo que te hace falta, agradece lo que ya tienes!

Has cuentas de tus bienes, y de tus alegrías también. No pierdas tiempo haciendo cuentas de tus males.

Colecciona pensamientos alegres y optimistas, y no se te olvide alejar de tu mente esos cuervos llamados "pensamientos pesimistas" y "recuerdos tristes".

Y sabes por qué?...  ¡¡¡ Porque vales muchísimo !!!

EL LIBRO DE TU VIDA



EL LIBRO DE TU VIDA


Hoy cierras un volumen más del libro de tu vida, pues acaba el año. Cuando comenzaste este libro todo era tuyo, te lo puso Dios en las manos, podías hacer de él lo que quisieras: un poema, una pesadilla, una blasfemia, un sistema, una oración... Podías... Hoy ya no puedes; no es tuyo, ya lo has escrito, ahora es de Dios. Te lo va a leer Dios el mismo día en que mueras con todos sus detalles. Ya no puedes corregirlo. Ha pasado al dominio de la eternidad. 

Piensa por unos momentos en esta última noche del año. Toma tu viejo libro y hojéalo despacio, deja pasar sus páginas por tus manos y por tu conciencia. Ten el gusto de verte a ti mismo. Lee todo. Repite aquellas páginas de tu vida en las que pusiste tu mejor estilo. 

No te olvides de que uno de tus mejores maestros eres tú mismo. Lee también aquellas páginas que quisieras no haber escrito nunca. No, no intentes arrancarlas. ES INÚTIL, TEN VALOR PARA LEERLAS. SON TUYAS, NO PUEDES ARRANCARLAS; pero puedes anularlas cuando escribas tu siguiente libro. Si lo haces, Dios pasará éstas de corrido cuando lea tu próximo libro en el último día. 

Lee tu libro viejo en la última noche del año. Hay en él trozos de ti mismo, es un drama apasionado en el que el primer personaje eres tú. Tú en la escena con Dios, con tu familia, con tu trabajo, con la sociedad. Tú lo has escrito con el instrumento asombroso de tu libre albedrío sobre la superficie inmensa y movediza del mundo. Es un libro misterioso que en su mayor parte, LA MÁS INTERESANTE, no pueden leerlo más que Dios y tú. 

Si tienes ganas de besarlo, bésalo; si quieres llorar, llora; llora fuerte sobre tu libro viejo en esta última noche del año. Pero sobre todo, reza sobre tu libro viejo. Tómalo entre tus manos, levántalo hacia el cielo y dile a Dios sólo dos cosas: ¡Gracias! y ¡Perdón!... Después dáselo a Cristo. 

No importa cómo esté, aunque tenga páginas negras. Cristo sabe perdonar. Esta noche te ha de dar Dios otro libro completamente blanco y nuevo. Es todo tuyo. Vas a poder escribir en él lo que quieras. 

Pon el nombre de Dios en la primera página. Después dile que no te deje escribirlo solo. Dile que te lleve siempre de la mano... y del corazón...

ORACIÓN PARA REZAR AL DESPERTARSE EN LA MAÑANA


Oración para rezar al despertarse
 en la mañana


Señor mío y Dios mío, Padre bueno, creador del cielo y de la tierra.
sin yo merecerlo me regalas un nuevo día de vida ¡Muchas gracias!
Tú sabes que soy pequeño, y que sin tu ayuda caigo a cada paso.
!no me sueltes la mano!

Ayúdame a descubrir, que todos los hombres son tus hijos
y por tanto mis hermanos.

Enséñame a disfrutar de la vida, a vivir con alegría
y a ayudar a los demás. Amén.

ORACIONES AL ÁNGEL DE LA GUARDA ANTES DE DORMIR


Oraciones para rezar antes de dormir
 al Ángel de la Guarda


Ángel de mi guarda

Ángel de mi guarda, dulce compañia
no me dejes sólo ni de noche ni de día
hasta que descanse en los brazos de
Jesús, José y María.


Al Ángel de la Guarda

Ángel de Dios, que eres mi custodio, ya
que la bondad divina me ha encomendado
a tí, ilumíname, guárdame, rígeme, gobiérname.
Amén


FLORECILLAS A MARÍA: 18 DE MAYO

FLORECILLA A MARÍA
Flor del  18 de mayo: María, para Dios toda la gloria

Meditación: Cuando Jesús comenzó su predicación la gente lo aclamó Profeta, Varón de Dios y aún lo quisieron hacer rey. María se conservaba oculta, en su soledad Ella no atraía sobre sí la fama ni la gloria como Madre de tal Hijo. Así debemos ser nosotros, sólo dispuestos a procurarle Gloria a Dios, porque todo lo bueno, aunque provenga a través nuestro, viene de Dios. Por ello no son nuestras victorias, sino sólo victorias del Señor. Demos Gloria a Dios con nuestros trabajos y obras, permanezcamos ignorados frente a los hombres. Recordemos “…vanidad de vanidades, todo es vanidad” (Eclesiastés 1,2-3). Estemos presentes como María en el Calvario, donde no hay palmas ni laureles, sino injurias y vilipendios para compartirlos con Jesús.

Oración: ¡Oh María Madre de la modestia!. Haz que nuestra alma no permanezca ciega por nuestras vanidades y miserias, que rinda sólo alabanza al Buen Dios que todo lo alcanza y que seamos a Su semejanza. Amén.

Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).
Florecilla para este día: Meditar sobre nuestra tendencia a hacer obras buenas buscando el reconocimiento y halago de los demás, en lugar de sólo pretender ser contemplados por los Ojos de Dios.

¿ESTÁS TRISTE? ¿QUIZÁS PREOCUPADO?

Autor: Juan Rafael Pacheco | Fuente: Catholic.net
¿Estás triste? ¿Quizás preocupado?
¿Qué sucedería si por un solo día aceptáramos que Dios maneje nuestros problemas, y Dios se hace cargo de ellos?
 
¿Estás triste? ¿Quizás preocupado?


Las preocupaciones son el pan nuestro de cada día. Muchas vienen de situaciones muy reales que enfrentamos en el diario vivir. Otras, sin embargo, surgen de la nada, por así decirlo.

¿Qué sucedería si por un solo día aceptáramos que Dios maneje nuestros problemas, y Dios se hace cargo de esa gerencia?

Llevemos este experimento a la práctica. Supongamos que recibimos el siguiente correo de parte de Dios:

“Hoy, yo, Dios, estaré manejando todos tus problemas. Si enfrentas una situación que no puedes manejar, no intentes resolverla. Colócala en la bandeja “Algo que sólo Dios puede hacer.” Me encargaré del asunto en mi tiempo, no en el tuyo. Una vez lo hagas, no te aferres más al problema, o pretendas retirarlo, pues tan sólo retrasarás la solución. Si crees que puedes solucionarlo, consúltalo conmigo. Asegúrate que tomarás la decisión adecuada.

Yo no duermo nunca. No hay razón que pierdas tu sueño a causa de las preocupaciones. Descansa en mí. Para contactarme, estoy a la distancia de una oración, de un diálogo, que eso es la oración. ¡Basta con que lo conversemos!

Piensa bien lo siguiente: sé feliz con lo que tienes.

Si te desesperas y peleas cuando estás metido en un gran tapón, recuerda que hay gente para quien tan sólo manejar es un privilegio.

¿Tuviste un mal día en el trabajo? Piensa en todos esos que están años sin poder conseguir uno.

¿Tienes el corazón roto por una relación sentimental deteriorada? Son muchos los que no saben qué es amar y que jamás han sido amados.

¿Luchas la que parece ser una batalla perdida con el hijo que te causa problemas? ¡Cuánto desearían tener ese reto los padres y madres que no han logrado tener un hijo!

¿A tu edad te faltan fuerzas para enfrentar una terrible pérdida, y te preguntas cuál es el propósito de esta prueba? Se agradecido. Existieron muchos que no vivieron hasta tu edad para averiguarlo.

¿Te encuentras en un momento en que eres objeto de la amargura, ignorancia, pequeñez o envidia de la gente? Las cosas podrían ser peores. ¡Tú podrías ser uno de ellos!

¿El amigo ese te ha dado la espalda cuando más lo necesitas? ¡Cristo, el amigo que nunca falla, está a tu lado, ahí mismito, pidiendo tan sólo que le abras tu corazón!

¿Por qué te confundes y te agitas y te deprimes ante los problemas? Déjame al cuidado de todas tus cosas. Todo te irá mejor. Lo que más daño te hace es tu propio razonar y tus propias ideas y el querer resolver tus cosas a tu manera.

Confía en mí. Ahora bien, no seas como el paciente que pide al médico que lo cure y luego le indica el modo de hacerlo. Déjate llevar en mis brazos, no tengas miedo. Yo te amo.

Si crees que las cosas empeoran o se complican a pesar de tu oración, sigue confiando. Cierra los ojos del alma y confía. Continúa diciéndome a toda hora: yo confío en ti.”

Hasta ahí el correo de Dios. Prepara tu respuesta y envíasela lo más pronto posible. Si ya sabes lo que tienes que hacer y no lo haces, entonces estás peor que antes. Espero ese no sea tu caso.

Bendiciones y paz.



  • Preguntas o comentarios al autor
  • Juan Rafael Pacheco
     

    EL EVANGELIO DE HOY: DOMINGO 18 DE MAYO DEL 2014

    Autor: Padre Alberto Ramírez Mozqueda. | Fuente: Catholic.net
    Entrevista al Cristo de los caminos
    Juan 14, 1-12. Pascua. Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida...y conociéndome a mí, ya han conocido al Padre.
     
    Entrevista al Cristo de los caminos
    Del santo Evangelio según san Juan 14, 1-12

    No se turbe vuestro corazón. Creéis en Dios: creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas mansiones; si no, os lo habría dicho; porque voy a prepararos un lugar. Y cuando haya ido y os haya preparado un lugar, volveré y os tomaré conmigo, para que donde esté yo estéis también vosotros. Y adonde yo voy sabéis el camino." Le dice Tomás: "Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?" Le dice Jesús: "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí. Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre; desde ahora lo conocéis y lo habéis visto." Le dice Felipe: "Señor, muéstranos al Padre y nos basta." Le dice Jesús: "¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros y no me conoces Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: "Muéstranos al Padre"? ¿No crees que yo estoy en el Padre y el Padre está en mí? Las palabras que os digo, no las digo por mi cuenta; el Padre que permanece en mí es el que realiza las obras. Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Al menos, creedlo por las obras. En verdad, en verdad os digo: el que crea en mí, hará él también las obras que yo hago, y hará mayores aún, porque yo voy al Padre.

    Oración preparatoria

    Dios mío, al iniciar esta meditación, te pido me concedas la gracia de confiar siempre en Ti. Que al igual que Tomás y Felipe te comente en mi oración mis preocupaciones, mis dudas, mis temores, pero que luego sepa callar para escucharte y así salir fortalecido en mi fe: una fe que me permita no sólo creer en Ti, sino también comunicarte a los demás.

    Petición

    Señor, dame la gracia de abrazar el Evangelio como mi guía en mi toma de decisiones.

    Meditación del Papa Francisco

    Cuando el hombre piensa que, alejándose de Dios, se encontrará a sí mismo, su existencia fracasa. La salvación comienza con la apertura a algo que nos precede, a un don originario que afirma la vida y protege la existencia. Sólo abriéndonos a este origen y reconociéndolo, es posible ser transformados, dejando que la salvación obre en nosotros y haga fecunda la vida, llena de buenos frutos. La salvación mediante la fe consiste en reconocer el primado del don de Dios, como bien resume san Pablo: “En efecto, por gracia estáis salvados, mediante la fe. Y esto no viene de vosotros: es don de Dios”.
    20. La nueva lógica de la fe está centrada en Cristo. La fe en Cristo nos salva porque en él la vida se abre radicalmente a un Amor que nos precede y nos transforma desde dentro, que obra en nosotros y con nosotros.(S.S. Francisco, encíclica Lumen fidei, n. 19-20). 

    Reflexión

    Imaginemos una plática con Jesús...:

    Jesús amablemente nos atendió, y nuestra entrevista giró sobre aquellos momentos que se vivieron en la intimidad en la última cena, al despedirse Jesús de sus apóstoles. Quisimos preguntarle en primer lugar su estado de ánimo en esos momentos y si sus apóstoles estaban plenamente conscientes de lo que se les decía y de lo que le ocurriría pocas horas después.

    Y nos dijo que "mis sentimientos en esos momentos eran encontrados", pues sentía que mi misión estaba a punto de concluir en su primera etapa y yo deseaba quedarme con los míos, con los que mi Padre me había encomendado, los quería tener como las gallinas resguardan a sus pollitos del frío de la noche y de los animales peligrosos. Pero al mismo tiempo yo sabía que tenía que regresar a mi Padre, a mi Buen Padre Dios, esto por muchas razones, en primer lugar porque ahí estaba mi lugar, cerca del Padre, era el lugar propio, pero también para preparar el lugarcito para todos los míos, para los que aceptaran a través del tiempo acogerse a mi cuidado. Se los dije claramente a mis amigos: "En casa de mi Padre hay muchas habitaciones... y voy a prepararles un lugar... pero volveré y los llevaré conmigo, para que donde yo esté, estén también ustedes".

    Eran mis amigos, habían sido tan buenos conmigo, que me daba pena dejarles solos, por eso les prometí a mi Espíritu y les pedí que se mantuvieran unidos hasta que yo volviera.

    Desafortunadamente, aunque estaban plenamente concientes, aunque me escuchaban no con los oídos sino con el corazón, de todas maneras no podían entenderme gran cosa, según colegí por la pregunta de Tomás y Felipe. Y sobre si estaban sabidos de lo que me ocurriría un poco después, yo creo que ni lo soñaron. Yo se los dije muchas veces y de alguna forma se daban cuenta del peligro que yo corría, pero no pensaron que estuviera tan cercano y sobre todo que era cosa de muerte y no de vida.

    Precisamente íbamos a preguntarle a Jesús si los apóstoles entendían aquello de que se iba, pero que volvería y se quedaría con los suyos para siempre. Él me respondió cariñosamente: Cuando yo les hablé de que me iba, Tomasito, el intrépido Tomasito se atrevió a declarar que no sabían ni siquiera a dónde me dirigía y que por lo tanto no sabrían nunca el camino para seguirme. No podía enojarme con ellos, por eso les dije algo muy cierto: Yo soy el camino, la verdad y la vida y me vi en la necesidad de aclarar que nadie podía ir al Padre si no era precisamente a través de mí, ya que conociéndome a mí, ya habían conocido al Padre.

    Eso que nos dices es muy interesante, y requeriría de muchas explicaciones, porque hoy muchas gentes se presentan como el "camino" que hay que recorrer, pero caminos de perdición, como los que ofrecen droga, o comercian con ella, y la ofrecen como la curación de todos los males y el descubrimientos de mundos desconocidos pero color de rosa o de multicolores sensaciones. Otras muchas personas se presentan como la verdad, aunque a decir verdad, hablan de "su" verdad, de la interpretación de las cosas a su modo, como las pobres mujeres que dicen que dado que su cuerpo es suyo y les pertenece totalmente, podrán tener la libertad de disponer de una vida que se ha alojado en su propio cuerpo en el momento que ellas no lo quieran, porque será un intruso al que no se le pidió venir. Pero precisamente por eso no hay muchas gentes que se declaren la "vida", porque ahora la verdad es que muchos están a favor de la muerte, algo por cierto inexistente, "la santa muerte", a la que pretenden darle culto, ignorando rotundamente que la muerte ya fue vencida precisamente por Cristo con su propia muerte y resurrección.

    Pero nos distrajimos y no le habíamos preguntado a Jesús en qué paró aquella intervención de Tomás y Felipe. Jesús nos respondió cordialmente: Felipe, al considerar que yo me iba al Padre, a su casa y a preparar las habitaciones para los míos, me pidió: "Señor, muéstranos al Padre y con eso nos basta". Yo quería morirme de pena al comprender que tres años pasados cerca de aquellas gentes no habían bastado para hacerles comprender que "quien me ve a mí ve al Padre", y que las obras que yo realizaba diariamente las hacía en nombre del Padre y que las palabras que yo pronunciaba las pronunciaba precisamente en el nombre de mi Padre Dios. No acertaron al comprender que mi Padre está en mí yo en el Padre, que formamos una sola cosa y que el Espíritu Santo está constantemente con nosotros uniéndonos y fundiéndonos en un mutuo y claro amor.

    Tuve que declararles también que "el que creyera en mí, haría las obras que yo hice y las haría aún mayores, porque yo me iba al Padre". Y pude constatar que después de veinte siglos, eso sigue siendo verdad, pues mis discípulos hacen obras mayores que las mías, cuando confían plenamente en mí. Y el ejemplo más cercano está en mi siervo Juan Pablo II que a su muerte logró congregar a más de 3 millones de personas.

    Por último, me atreví a preguntarle a Jesús sobre el bautismo, sobre los cristianos, sobre los sacerdotes, y sobre todo el sacerdocio de los fieles. La verdad es que no acerté a formular la pregunta pero Jesús me entendió al instante y me contestó: “La Iglesia congregada por mi Espíritu, tiene por misión llevar mi Palabra, mi mensaje y mi Salvación a todas las gentes. La puerta seré yo y siempre yo. Tendré pastores que me auxilien en el pastoreo, pero la puerta de salvación sólo puedo serlo yo en persona. De entre los creyentes ya bautizados, yo me elijo cada tiempo a hombres comunes, normales, comunes y corrientes para guiar y conducir a mi pueblo.

    No todos los hombres pueden ser sacerdotes y pararse frente a un altar, invocar al Espíritu Santo y hacerme presente entre los hombres. Pero también es verdad que todos los bautizados que hacen mi voluntad y ayudan a sus hermanos, aunque no digan Misa, están ejerciendo su sacerdocio bautismal, piensa por ejemplo en el obrero que hace pieza sobre pieza por ocho horas continuas, piensa en los albañiles que construyen miles y miles de casas y por las noches tienen que venir a dormir a verdaderos cucuruchos, piensa en el anciano que lo dio todo por formar a sus hijos, que al final lo echaron a dormir al parque más cercano, piensa en la madre de familia que por horas y horas se pasa la vida frente a la estufa o la plancha o los pantalones de los chavos que hay que dejar relucientes, aunque contra su voluntad deshilachados porque así los prefieren ellos.

    Pero piensa también en los enfermos que en sus sufrimientos también están ejerciendo su sacerdocio y su misa. Por cierto cuentan de San Juan XXIII, el Papa sonriente, que estaba aquejado de una enfermedad intestinal e incurable, que siempre sonreía y sonreía, aunque sus entrañas ya estuvieran carcomidas. Cuando le anunciaron la gravedad de su enfermedad y de que se tenía que ir a camita, les dijo a sus ayudantes: "También la cama es un altar y yo ahora soy la víctima en ese altar. Mis enfermitos, cuando saben entregar su enfermedad, sus dolores, sus sufrimientos y su soledad, están sentados en un rico tesoro que les alcanzará hasta la vida eterna si saben asociar su dolor a mi dolor en la Cruz".

    Propósito

    Voy a escribir una nota, o enviar un correo electrónico, a esa persona que se ha alejado de la Iglesia, con la esperanza de que este saludo, en nombre de Cristo, pueda convertirse en una semilla de fe en su vida.