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jueves, 8 de mayo de 2014

OCHO MENTIRAS DE MI MAMÁ


OCHO MENTIRAS DE MI MAMÁ

Esta historia comienza cuando era niño… nací pobre. 

1.- A menudo no teníamos suficiente qué comer. 
Cuando teníamos algún alimento, Mamá solía darme su porción de arroz. 
Mientras pasaba su arroz a mi tazón, solía decir:
“Cómete este arroz, hijo, yo no tengo hambre”. 
Aquella fue la primera mentira de Mamá.

2.- Al crecer, Mamá renunció a su tiempo libre para pescar en un río cercano a nuestra casa; ella esperaba que de los peces que pescase, me podría dar proveer de un alimento más nutritivo para mi crecimiento. 

Una vez, cuando sólo había pescado dos peces, hizo sopa de pescado. 
Mientras tomaba la sopa, Mamá se sentó a mi lado y comió lo que quedaba en el hueso del pez que me había comido; mi corazón se estremeció al verla. 

Una vez que le pasé el otro pescado, lo rehusó y dijo:
“Cómete el pescado, hijo, a mí en realidad no me gusta el pescado”. 
Esa fue la segunda mentira de Mamá.

3.- Cuando, para poder pagar mi educación, Mamá fue a una fábrica de fósforos para traer a casa algunas cajetillas usadas, las que llenaba con cerillas nuevas. 
Esto la ayudaba a ganar algún dinero para cubrir nuestras necesidades. 

Una noche invernal me desperté y hallé a Mamá llenando las cajetillas a la luz de una vela. 
Así que le dije: “Mamá, vete a dormir; es tarde, puedes seguir trabajando mañana en la mañana”. 
Mamá sonrió y dijo: “Vete a dormir, hijo, no estoy cansada”. 
Esa fue la tercera mentira de Mamá.

4.- Cuando tuve que hacer mi examen final, Mamá me acompañó. 
Después del amanecer, ella me esperó por horas en el calor del día. 
Cuando sonó la campana, corrí a encontrarme con ella…
Mamá me abrazó y me dio un vaso de té que había preparado un termo.
El té no era tan fuerte como el amor de Mamá. 
Viéndola cubierta de sudor, de una vez le pasé mi vaso y le pedí que tomase también. 

Mamá dijo: “Toma tú, hijo, que yo no tengo sed.” 
Esa fue la cuarta mentira de Mamá.

5.- Tras la muerte de Papá, Mamá tuvo que desempeñar el papel de ambos. 
Mantuvo su empleo anterior; tenía que satisfacer sola nuestras necesidades. 

Nuestra vida familiar se tornó más complicada, pasábamos hambre. 
Viendo empeorar nuestra condición familiar, mi bondadoso tío, quien vivía cerca a nuestra casa, vino a ayudarnos a resolver nuestros problemas grandes y pequeños. 

Nuestros otros vecinos vieron que estábamos en pobreza por lo que aconsejaban a Mamá que se volviera a casar. 

Pero ella rehusó casarse de nuevo diciendo: “No necesito amor”. 
Esa fue la quinta mentira de Mamá.

6.- Al terminar mis estudios y obtener un empleo, llegó el tiempo para que mi anciana madre se jubilase pero ella siguió yendo al mercado cada mañana para vender algunos vegetales. 

Yo le seguía enviando dinero pero ella era persistente y aún me enviaba de vuelta el dinero diciendo:
“Tengo suficiente”. 
Esa fue la sexta mentira de Mamá.

7.- Seguí mis estudios de maestría a tiempo parcial. 
Financiado por la corporación estadounidenses para la cual trabajaba, tuve éxito en mis estudios. 
Con un gran aumento en mi salario, decidí traer a Mamá a disfrutar la vida en los Estados Unidos pero ella no quiso molestar a su hijo. 
Me dijo: “No estoy acostumbrada a vivir por lo alto”. 
Esa fue la séptima mentira de Mamá.

8.- En su vejez, Mamá fue atacada por el cáncer y tuvo que ser hospitalizada. 

Como ahora vivía al otro lado del océano, fui a casa a ver a Mamá, quien se hallaba encamada tras una operación. 
Mamá intentó sonreír pero yo estaba quebrantado por verla tan delgada y frágil. 
Pero Mamá dijo: “No llores, hijo, no me duele”. 

Esa fue la octava mentira de Mamá… y diciéndola, falleció.

Creo que no exagero si creo que también sería aplicable en muchos casos, al progenitor masculino. 
Lo cierto es que el autor del pensamiento nos presenta, dentro de un contexto de mucha necesidad de su niñez, los “pecados” de su progenitora… que más justamente deberíamos llamar sus “sacrificios”.  

Creo que cada uno de ustedes podrá identificar y atribuir algunas de estas “mentiras” a sus madres/padres y tal vez sería lo más adecuado que pudiésemos honrarles ahora que están vivos… Adelante y que el Señor les bendiga.

¡MUCHAS FELICIDADES A TODOS LOS AMIGOS ARGENTINOS EN EL DÍA DE SU PATRONA! VIRGEN DE LUJÁN



¡MUCHAS FELICIDADES A TODOS LOS AMIGOS ARGENTINOS EN EL DÍA DE SU PATRONA!

Hoy queremos felicitar especialmente a todos los amigos argentinos en el día de su patrona, la Virgen de Luján, así como a todas las amigas que llevan el nombre de esta advocación mariana. Y rezamos con ustedes esta oración tomada de la consagración de Argentina a la Virgen de Luján, realizada por san Juan Pablo II en 1987: 

¡Madre de Cristo y Madre de la Iglesia!

Te acogemos en nuestro corazón,
como herencia preciosa que Jesús nos confió desde la cruz.
Y en cuanto discípulos de tu Hijo,
nos confiamos sin reservas a tu solicitud
porque eres la Madre del Redentor y Madre de los redimidos.

Te encomiendo y te consagro, Virgen de Luján,
la patria argentina, pacificada y reconciliada,
las esperanzas y anhelos de este pueblo,
la Iglesia con sus Pastores y sus fieles,
las familias para que crezcan en santidad,
los jóvenes para que encuentren la plenitud de su vocación,
humana y cristiana, en una sociedad que cultive sin desfallecimiento los valores del espíritu.

Te encomiendo a todos los que sufren,
a los pobres, a los enfermos, a los marginados;
a los que la violencia separó para siempre de nuestra compañía,
pero permanecen presentes ante el Señor de la historia
y son hijos tuyos, Virgen de Luján, Madre de la Vida.
Haz que Argentina entera sea fiel al Evangelio,
y abra de par en par su corazón a Cristo, 
el Redentor del hombre,
la Esperanza de la humanidad. Amén

DECISIONES EN LA OSCURIDAD


Decisiones en la oscuridad


Cierta vez durante el verano 
un grupo de excursionistas viajó a la playa, 
llegando ya cuando había oscurecido 
debido a muchos retrasos. 

Debían caminar 2 km por la playa hasta el campamento, 
pero no llevaban linternas, 
aún así decidieron caminar el trecho 
en medio de la oscuridad.

Llevaban ya cierto trecho recorrido
cuando encontraron la saliente de un río,
pero no podían apreciar que tanto debían atravesar 
ni qué tan hondo era. 

No sabían que hacer, 
y aún teniendo una radio no se comunicaron, 
y se aventuraron a cruzar a ciegas. 

Pero el río era muy profundo y
con una corriente muy fuerte, 
así que perdieron sus bolsos y todo lo que llevaban y 
apenas llegaron al otro lado. 

Continuaron finalmente hasta llegar al campamento. 

Al día siguiente volvieron a ver 
si había quedado algo de sus cosas,
y vieron que apenas unos metros arriba
de donde cruzaron había unos troncos 
que hacían de puente.

Muchas veces, 
nos sucede esto mismo. 

Y tomamos decisiones en medio de problemas,
dificultades, problemas o angustias,
y lo peor es que no pedimos guía ni ayuda. 

Por este motivo, 
nos suceden cosas de las cuales luego nos arrepentimos, 
generalmente culpando a Dios por ellas.

La mayoría de las veces suele haber un "puente" 
que Dios nos facilita, sin embargo, 
por todo lo que nos rodea solemos no verlo.

Si estás pasando por una situación difícil 
no tomes decisiones a la ligera, 
y pide a Dios que te de la luz para poder ver lo correcto. 

Te aseguro que Dios se encargará 
de mostrarte donde está el puente para cruzar el río.

DEJAR A DIOS SER DIOS


Dejar a Dios ser Dios
Autor: Padre Eusebio Gómez Navarro OCD



  Hay almas que, en vez de dejar actuar a Dios, antes estorban a Dios por su indiscreto obrar, hechas semejantes a los niños que queriendo sus madres llevarlos en brazos, ellos van pateando y llorando, porfiando en ir ellos por su pie, para que no se pueda andar nada, y si se anduviera, sea al paso del niño.

San Juan de la Cruz


El camino espiritual consiste en dejar a Dios que obre, que actúe, es decir, en no estorbar a Dios. Cuando el ser humano no pone cortapisas a Dios, sino que se mantiene en una pasividad activa, Dios transforma todo su ser para que corra hacia Él y llegue a su plenitud, quedando la persona semejante a Dios y actuando como El lo hace.

El tiempo es oro y lo es también en la vida espiritual. Hay muchos jóvenes y adultos que se han decidido a caminar con Dios; pero quieren ir a su aire, a su paso, a su antojo, queriéndoles Dios llevar en brazos, al paso de Dios, no adelantan nada porque son como los niños que quieren ir ellos caminando a pie, pateando y porfiando. No se dejan llevar por Dios. ¡Cuánto tiempo se desperdicia en este patear y porfiar! ¡Cuántas energías se gastan!.

La Subida al Monte Carmelo, a Dios es muy fácil cuando uno se abandona y permite que Él actúe. La iniciativa y la obra principal la hace el Creador; Él es el principal agente y el principal amante que está empeñado e interesado en que la persona se libere, se vacíe totalmente, para poder quedar sólo Él. Quien deja actuar a Dios, quien no lo estorba, camina al paso de Dios.

EL EVANGELIO DE HOY: JUEVES 8 DE MAYO DEL 2014

Autor: Juan José Hernández | Fuente: Catholic.net
Si comes de este pan, vivirás para siempre
Juan 6, 44-51. Pascua. Jesús mismo es este alimento de nuestra alma, del hombre interior, que necesitamos, porque también el alma debe alimentarse.
 
Si comes de este pan, vivirás para siempre
Del santo Evangelio según san Juan 6, 44-51

«Nadie puede venir a mí, si el Padre que me ha enviado no lo atrae; y yo le resucitaré el último día. Está escrito en los profetas: Serán todos enseñados por Dios. Todo el que escucha al Padre y aprende, viene a mí. No es que alguien haya visto al Padre; sino aquel que ha venido de Dios, ése ha visto al Padre. En verdad, en verdad os digo: el que cree, tiene vida eterna. Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron el maná en el desierto y murieron; este es el pan que baja del cielo, para que quien lo coma no muera. Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo le voy a dar, es mi carne por la vida del mundo».

Oración introductoria

Dios mío, Tú te entregas a mí en el don de la Eucaristía. Ayúdame a profundizar en la experiencia de tu amor misericordioso para crecer en la nueva vida que tu Hijo nos trajo.

Petición

Señor, permíteme acercarme a la comunión con gran amor.

Meditación del Papa Francisco

Esta es la explicación fundamental: porque Jesús resucitó, nosotros resucitaremos. Tenemos esperanza en la resurrección porque Él nos ha abierto la puerta, nos ha abierto la puerta a la resurrección. Esta transformación en espera, en camino a la resurrección, esta transfiguración de nuestro cuerpo se prepara en esta vida mediante el encuentro con Cristo Resucitado en los Sacramentos, especialmente en la Eucaristía. Nosotros que en esta vida nos nutrimos de su Cuerpo y de su Sangre, resucitaremos como Él, con Él y por medio de Él. Como Jesús resucitó con su propio cuerpo, pero no volvió a una vida terrena, así nosotros resucitaremos con nuestros cuerpos que serán transfigurados en cuerpos gloriosos.
Esto no es mentira, ¿eh? ¡Esto es verdad! Nosotros creemos que Jesús ha resucitado, que Jesús está vivo en este momento. ¿Creéis que Jesús está vivo, que está vivo? ¡Ah, no creéis! ¿Creéis o no creéis? Y si Jesús está vivo, ¿pensáis que Jesús nos dejará morir y nunca nos resucitará? ¡No! ¡Él nos espera! Y como Él está resucitado, la fuerza de su resurrección nos resucitará a nosotros. (S.S. Francisco, 4 de diciembre de 2013).

Reflexión 

El pan de la vida que Jesús nos da es verdadero alimento. Así como el alimento corporal nos da fuerza para el trabajo externo, también este alimento nos da la fuerza para actuar según el Evangelio. Por medio de la Eucaristía, Jesús quiere que demos frutos en nuestra vida especialmente en nuestra vivencia de la caridad al prójimo.

Propósito

Buscar unirme al sacrificio de amor de Cristo por medio de algún acto de caridad concreto durante el día.

Diálogo con Cristo

Jesús tú me ofreces en el Pan de la Eucaristía el alimento fundamental para mi vida espiritual. Gracias por este don inmerecido. Quiere madurar en mi fe, crecer en mi esperanza y amor. Sé que esto lo puedo lograr fortaleciendo mi amistad contigo en este sacramento. Te quiero recibir con un amor sincero.


La eucaristía es el misterio de nuestra unión profunda con Cristo (Madre Teresa de Calcuta)




  • Preguntas o comentarios al autor
  • Juan José Hernández 

    FLORECILLAS A MARÍA: 8 DE MAYO



    FLORECILLAS A MARIA
    Flor del 8 de mayo : Virgen prudentísima
    Fiesta de Nuestra Señora de Luján

    Meditación: “Se turbó, preguntándose qué podría ser éste saludo” (Lucas 1,29). Prudentísima porque turbada calló, porque obedeció, porque creyó y supo entregarse como esclava de Dios. ¡Qué modelo para nuestra locuacidad, nuestra poca fe y nuestro orgullo!. “Las vírgenes prudentes llenaron sus lámparas de aceite” (Mateo 25,4). María la llenó con fe. “Feliz porque haz creído”. La llenó con amor. “Mi Amado es mío y yo soy suya” (Cantar de los cantares 2,16). La llenó de esperanza. “Guardaba todas las Palabras de Jesús en su Corazón” (Lucas 2,51). 

    Oración: ¡Oh Virgen de Luján que señalas el camino de nuestro peregrinar!. Haz que la prudencia de tu Corazón la cultivemos también hoy, para que nuestras lámparas se aviven con una ardiente llama de fe, el pabilo de la esperanza y el aceite del Amor, como verdaderos templos de Dios. Amén.

    Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).


    Florecilla para este día: Reflexionar sobre si cumplo lo que Dios quiere de mi, si hago Su Voluntad, o la mía.

    JESÚS RESUCITÓ, ESTÁ PARTIENDO EL PAN PARA TI



    Autor: Ma Esther de Ariño | Fuente: Catholic.net
    Jesús resucitó, está partiendo el pan para ti
    Junto a nosotros, es El, "sus manos están partiendo el pan" y la gracia se hace viva en nuestros corazones.

    Jesús resucitó, está partiendo el pan para ti

    Seguimos en el camino de la Pascua, y quiero recordar el pasaje del domingo pasado, donde dos de los seguidores de Cristo regresan a su pueblo. Emaús es una pequeña aldea de Judea, dista unos once o doce kilómetros de Jerusalén. Está atardeciendo. Van llenos de amargura y decepción. Saben que Cristo, el Maestro ha muerto. Han oído algo que han dicho unas mujeres de su Comunidad pero no quieren prestar oídos; piensan: si hubiera resucitado lo hubiéramos visto. 

    María Magdalena con su amor vivo y esperanzado lo ha visto ya, ellos tendrán que "calentar el corazón" como nos dice San Lucas. 

    Mientras ellos van conversando de todo lo sucedido, un caminante se les ha unido y les va hablando con voz cálida y persuasiva: -" Oh, insensatos y tardos de corazón para creer todo lo que dijeron los profetas ¿no era preciso que Cristo padeciera eso y entrara así en la gloria?. Y empezando por Moisés y continuando por todos los profetas, les explicó todo lo que había sobre él en todas las escrituras" ( Lucas 24, 25-27). 

    Lo oían y estaban embelesados pero no lo reconocían. Como nos dice Evely: -" Jesús no se impone, aunque se proponga siempre así mismo. El nos deja libres. ¡Nada resulta tan fácil como obrar cual si no lo hubiésemos encontrado, como si no lo hubiésemos oído, como si no lo hubiésemos reconocido!". No queremos saber que camina en nuestro mismo camino y siempre junto a nosotros. No vaya a se que sus palabras y su mirada nos haga sus prisioneros. 

    Pero hay veces que es una enfermedad, un accidente, una pena, un momento especial en nuestras vidas que hacen que lo veamos, que la venda caiga de nuestros ojos, y ahí está, frente a nosotros, junto a nosotros, es El, "sus manos están partiendo el pan" y la gracia se hace viva en nuestros corazones. 

    Y los apóstoles que están cenando con el caminante, al reconocerlo se levantan, corren y regresan a Jerusalén. No guardan para sí su alegría, tienen que comunicarla y repartirla. Así nosotros, si el compañero de nuestro diario vivir es Jesús, no podemos esconder ni guardar para nosotros solos esa gran verdad, hemos de proclamarla para que todos los hombres estemos conscientes de esa maravillosa compañía. 

    El sabe lo testarudos que somos lo difícil que le es al hombre creer en lo que no ve. Más aún, en lo que no palpa. Y cuando se vuelve a aparecer al resto de los apóstoles adivina sus pensamientos y les dice:- " ¿ Por qué os turbáis y por qué sube a vuestro corazón esos pensamientos?. Ved mis manos y mis pies. Si soy yo. Palpadme y ved, los espíritus no tienen carne y huesos como veis que tengo yo" ( Lc, 24, 38-43).Y les va mostrando sus manos donde están sus heridas aún abiertas. Abre su túnica y ven su carne rota por larga y profunda herida, allí donde late el corazón. No hay misterios ni fantasías. Es El, y con una sonrisa tierna les dice:-" ¿Tenéis algo de comer?. 

    Tomás no estaba con ellos en ese grandioso momento. Sobre esto Evely nos comenta:-" Tomás es un auténtico hombre moderno, un existencialista que no cree mas que en lo que toca, un hombre que vive sin ilusiones, un pesimista audaz que quiere enfrentarse con el mal, pero que no se atreve a creer en el bien. Para él lo peor es siempre lo más seguro". Y cuando Jesús le dice:-" Tomás trae tu dedo y mételo en las llagas de mis manos, trae tu mano y métela en mi costado"(Jn 2O,27). Tomás toca, palpa y deslumbrado y aplastado, cae de rodillas y dice :-" Señor mío y Dios mío". Y Jesús responde ante esta bellísima oración:-" Tomás porque has visto has creído, dichosos los que han creído sin ver". 

    No nos empeñemos en "tocar y ver". Amémosle, que es mucho más sólido nuestro amor que nuestras manos. La humildad y profundidad de nuestra fe hará que haya una llama ardiente en nuestro corazón porque sabemos, porque creemos que Cristo es el compañero fiel en todo los instante de nuestra vida. 

    NUESTRA SEÑORA DE LUJÁN, ADVOCACIÓN MARIANA, 8 DE MAYO

    Historia de Nuestra Señora de Luján

    Hacia el año 1630, un cierto portugués, de nombre Antonio Faría de Sá, hacendado de Sumampa,jurisdicción  de Córdoba del Tucumán, pidió a un amigo suyo, Juan Andrea, marino, que le trajese del Brasil una imagen de la Concepción de María Santísima con el propósito de venerarla en la Capilla que estaba fabricando en su estancia. Juan Andrea cumplió el encargo y le trajo no una, sino dos imágenes de Nuestra Señora, que llegaron al puerto de Buenos Aires. Una, según el pedido, era de la Purísima Concepción; la otra, del título de la Madre de Dios con el niño Jesús dormido entre los brazos. Desde luego entendieron los arrieros tal disposición del Cielo de que la imagen de la Virgen encerrada en tal cajón debía quedarse en aquel paraje y así siguieron con la otra a su destino.
    Ambas imágenes fueron colocadas en dos cajoncillos y subidas a una carreta. Al llegar a las orillas del Río Luján, en la estancia de Rosendo, los troperos se detuvieron allí para pasar la noche. Al día siguiente, una clara mañana de Mayo, queriendo proseguir el camino no pudieron mover la carreta. Admirados de la novedad pasaron a individualizar la causa y declaró el conductor del convoy: “Aquí vienen dos cajones con dos bultos de la Virgen, que traigo recomendados para una capilla de Sumampa”. Cuando abrieron el cajón, hallaron una bella imagen de Nuestra Señora de la Concepción, de media vara de alto y con las manos juntas ante el pecho. Luego de venerar la Santa Imagen la llevaron en procesión a la casa de Rosendo y sus dueños le levantaron un humilde altar. Fue entonces cuando un joven negro llamado Manuel- dijo: “Sáquese de la carreta uno de los cajones y observemos si camina”. Así se hizo, pero en vano. “Truéquense los cajones”, replicó él mismo. Entonces ocurrió que al cambiar los cajones y al tirar los bueyes la carreta se movió sin dificultad.
    La Ermita de la Virgen
    La Imagen de Nuestra Señora estuvo por algún tiempo guardada y venerada en la pequeña habitación de la casa de campo del Rosendo, adornada ahí con todo el decoro y respeto posible. Pero muy pronto los dueños de la estancia quisieron levantar a la milagrosa Imagen una Capilla que estaría lista hacia mediados de 1633. Fue abierta a los numerosos peregrinos que allí acudían, atraídos por las gracias que la Virgen Santísima dispensaba a sus devotos. Su construcción sería muy rústica y no pasaría de un modesto rancho, con paredes de barro, techo de paja y piso natural de tierra y por todo lujo un revoque de blanqueo; y el pequeño altar tendría una sencillez primitiva y un poco arriba del mismo estaría colocada la Santa Imagen. La Capilla o Ermita de los Rosendo no tendría más de cinco varas de largo por tres de ancho.
    El mercedario Pedro de Santa María relata: “la Santa Imagen estuvo en lo de dicho Rosendo, en un Oratorio muy corto y muy venerada la Imagen de todo el Pago. Y dicho Rosendo dedicó un negro llamado Manuel al culto de la Imagen, quien cuidaba de la lámpara de dicha Señora, que incesantemente ardía”.
    Ana de Matos
    Hacia el año 1671, Ana de Matos, mujer acaudalada de Buenos Aires, que conocía de cerca el milagro deLuján, dolorida por el abandono en que quedaba la Santa Imagen, se acercó al Cura de la Catedral, Presbítero Juan de Oramas, medio hermano del Pbro. Diego Rosendo de Trigueros, para pedírsela o comprársela. Debido a la soledad de los campos y sin materiales convenientes no fue fácil construir una Capilla por lo que se procuró un modesto Oratorio, junto a la casa de Doña Matos. Al cuidado del culto fue puesto el Negro Manuel, su fiel servidor. Hacia el año 1677 empezó la obra de la Nueva Capilla construida con material de ladrillos cocidos y se concluyó hacia 1685 celebrando la colocación de la Imagen en su nicho.
    El traslado, desde la antigua ermita hasta la casa de doña Matos se cumplió cerca del 8 de diciembre, como preparación a una nueva celebración de la Purísima Concepción. Participaron el Obispo de Buenos Aires Cristóbal de la Mancha y Velazco (1646-1673) y el Gobernador Martínez de Salazar. El 2 de octubre de 1682 doña Ana dona tierras a la Santa Imagen de Luján en estos términos: “Porque tengo mucho amor a la advocación de Nuestra Señora de la Limpia Concepción y a su Santa Imagen hago gracia y donación a dicha Imagen de todo el sitio que necesitare para la fábrica de su capilla…”. Hace la donación con la condición de que la Imagen ha de estar perpetuamente en dichas tierras; así se convertía en oficial y pública la Capilla de Nuestra Señora al pasar al dominio de la Iglesia la posesión de ese lugar sagrado y también daba origen y fundamento a la verdadera fundación de la actual ciudad de Luján.

    Doña Ana de Matos murió el 25 de enero de 1698
    El Negro Manuel
    Rosendo dedicó a un negro llamado Manuel al culto de la Imagen quien había sido testigo del milagro. Hacia el año 1638 contrae matrimonio con una mujer criolla, llamada Beatriz, esclava de la familia González Filiano. El matrimonio fue celebrado en la humilde Ermita de la Concepción del río Luján. Beatriz fue una fiel compañera del negro Manuel y lo secundó plenamente en el empeño por mantener vivo el culto a la Santísima Virgen en la apartada Ermita de Rosendo. Beatriz falleció antes de 1670.
    Del Negro Manuel, dicen las crónicas hacia el año 1648, que era de “una rara calidez y simplicidad” y que cumplió fielmente el encargo que recibiera de su primitivo amo, el conductor de las Santas Imágenes, al decirle “que era de la Virgen y que no tenía otro amo a quien servir que a la Virgen Santísima”. Por su fe en Dios el negro Manuel “con el sebo de las velas que ardían en presencia de la Santa Imagen de María
    Santísima obraba prodigiosas curaciones en varios enfermos que de partes diferentes concurrían a la Capilla”: Tales curaciones las cumplía el negro esclavo sin llamar la atención de nadie, más que de la gente sencilla y devota de la Santa Virgen.
    Hacia 1681, cuando todavía la Santa Imagen de la Virgen se hallaba en el Oratorio de Doña Matos y se estaba levantando la Capilla, ocurren hechos milagrosos sobre el negro Manuel que hallaba a la Virgen Santísima llena de rocío muchas mañanas, y con abrojos en el vestuario, y que empezaba él a decirle que qué necesidad tenía de salirse de su nicho, siendo poderosa para obrar cualquier maravilla, sin salirse de él. Y también esta otra frase que se le apropia “¿Cómo es que sos tan amiga de los pecadores, que salís en busca de ellos, cuando ves que te tratan tan mal?
    Su muerte acaeció probablemente en 1686. “Murió el Negro Manuel en santidad, por cuyo mérito es tradición que logró su cuerpo sepultura detrás del Altar Mayor del Santuario, descansando a los pies de su bien amada Imagen de Nuestra Señora de Luján."
    “El negro Manuel vestido de un costal a raíz de las carnes, y criando barba larga a manera de ermitaño, ayudó no poco a la prosecución de la obra de la Capilla, y después continuó en servicio de la gran Señora hasta la ancianidad decrépita. Hallándose en la última enfermedad dijo un día que su Ama le había revelado que había de Morir en viernes y que el Sábado siguiente lo llevaría a la gloria. En efecto, su muerte aconteció el día mismo que había dicho.”
    El Padre Montalbo
    Por los años 1684 sucedió que el Padre Pedro Montalbo enfermó gravemente de unos ahogos asmáticos que en poco tiempo le redujeron a tísico confirmado. Fue entonces cuando decidió ir a visitar a Nuestra Señora con ánimo de vivir o morir en su compañía.
    Poco antes de llegar a la vivienda de doña Matos, era tan mal el estado en el que se encontraba que lo dieron por muerto.Lo llevaron como pudieron y el negro Manuel le ungió en el pecho con el sebo de la
    lámpara y de esa manera volvió en sí. Luego le dijo que creyese que se iba a sanar perfectamente de su enfermedad, porque su Ama (así llamaba a la Virgen) lo quería como su primer Capellán, y que así había de suceder.
    Luego, Manuel, tomó de los abrojos que solía guardar al despearlos del vestuario de la Imagen los mezcló con un poca de barro que sacudía de sus fimbrias, y realizó un cocimiento. Se lo dio de beber al Padre Pedro en nombre de la Santísima Virgen y con solo este remedio quedó libre de sus ahogos y enteramente sano. En agradecimiento don Pedro se quedó como Capellán de la Virgen y la sirvió diez años continuos con singular devoción y esmero, asumiendo la construcción de la capilla.
    El nuevo Capellán prosiguió la obra con tal empeño que en 1685 la Imagen fue colocada en la nueva Capilla, conocida como la Capilla de Montalbo, ubicada en lo que es hoy la intersección de las calles San Martin y 9 de julio, a metros de la actual Basílica. Murió el 1 de febrero de 1701. En sede vacante, el Cabildo Eclesiástico de Buenos Aires creó el 23 de octubre de 1730, la parroquia de Nuestra Señora de Luján. Como primer párroco fue nombrado el doctor José de Andújar, quien ya actuaba como colaborador en esta Capellanía. Permaneció hasta 1738, año en que pasó a la Catedral de Buenos Aires.
    Don Juan De Lezica y Torrezuri
    El Alférez real Don Juan de Lezica y Torrezuri, toda una personalidad. Desde 1750, en que ejerció el cargo de Regidor del Cabildo de Buenos Aires, hasta 1776 en que desempeñó las funciones de Juez Comisario de la Real Audiencia, Lezica había ejercido empleos de dignidad. Habiendo recorrido casi toda América, se radicó finalmente en La Paz (Bolivia). Después de haber sido feliz en sus negocios y expediciones, enfermó y se vino a Buenos Aires. Desahuciadopor los médicos, recordó los prodigios de la Virgen de Luján. A Ella acudió con confianza. Recuperó su salud (1737). Curado ya, Lezica volvió a sus negocios. Once años después, nuevamente enfermo, retornó a Luján. Otra vez la Virgen lo curó. Comprendió ahora que tenía una misión de gratitud quecumplir. El entonces Capellán Pbro. Carlos Vejarano le expuso la necesidad de erigir un templo a la Santa Imagen, la que en ese momento se encontraba en un galpón que reemplazaba la Capilla de Montalbo,venida abajo. Lezica se ofreció para ello.
    Enterado el Obispo de Buenos Aires, Mons. Marcelino y Agramonte de las cualidades y habilidades de este Alférez Real, lo nombró Director Administrador de la obra del nuevo templo, con el título, loshonores y preeminencias que las Bulas pontificias y las leyes españolas le acordaban como Fundador,bienhechor y síndico del Santuario de Nuestra Señora de Luján. Luego de vencer inmunerables dificultades de orden legal, Lezica, asesorado por los arquitectos D. Antonio Mazella y D. Joaquín Marini, comenzó la construcción del nuevo Santuario el 24 de agosto de 1754, cavándose sus cimientos hasta la tosca, y fue argamasado en su mayor parte con cal de Córdoba y una arena gruesa y especial que la tradición atribuye a un milagro de la Virgen que fuese encontrada en las inmediaciones, cuando los maestros de obra se hubieron convencido de que era imposible hacer la mezcla con la tierra de esos parajes.
    Construcción de la gran Basílica
    El 25 de mayo de 1889, el P. Jorge María Salvaire tomaba posesión como Párroco de Luján y Capellánde la Virgen. Después de vencer muchas dificultades, el 4 de mayo de 1890, trazados ya los planos y elegido el estilo gótico,dieron comienzo las obras de la actual Basílica.
    La aprobación alentadora del Arzobispo, que asumió toda la responsabilidad, lo orientaba a no gastar en la construcción, más de lo que entrara. El entusiasmo creado, propalado por la revista La Perla del Plata-, que había sido fundada el 6 de enero de ese mismo año, fue tal que, sin aportes estatales, con la sola contribución de los fieles, los cimientos se hundieron en la tierra y los nuevos muros empezaron a aflorar y crecer.
    Planos, dependencias varias -hornos de ladrillos, herrerías, taller de piedras, carpintería, etc. Todo fueprevisto y montado.Cuando la Comisión objetó los planos por lo grandioso de la construcción, dijo el Arzobispo Aneiros.
    La Virgen quiere este templo. Y el Pueblo argentino, cuando sabe de qué se trata, es muy generoso.Sabiendo que se trata de elevar a su Madre del Cielo una iglesia digna de Ella, se mostrará generoso. Tres años después, en 1897, León XIII creó el Obispado de La Plata -Monseñores Espinosa y Terrero- continuaron estimulando la colosal empresa. En 1904, en un marco de fervorosa solemnidad, la Sagrada Imagen de Luján fue trasladada desde el Santuario de Lezica al nuevo Camarín. En 1910, Mons. Terrero bendijo solemnemente las naves de la Basílica, habilitándolas para las celebraciones culturales mientras se continuaba la construcción del resto. El grandioso órgano de la Basílica, construido en la casa Cavaillé-Coll de París, de 49 registros reales, fue inaugurado a mediados de 1911.
    Tricentenario del milagro
    La aprobación alentadora del Arzobispo, que asumió toda la responsabilidad, lo orientaba a no
    gastar en la construcción, más de lo que entrara. El entusiasmo creado, propalado por la revista -La Perla del Plata-, que había sido fundada el 6 de enero de ese mismo año, fue tal que, sin aportes estatales, con la sola contribución de los fieles, los cimientos se hundieron en la tierra y los nuevos muros empezaron a aflorar y crecer.
    Con entusiasmo inigualable y en un clima indescriptible de fervor y devoción marianos en todos los niveles, fueron celebrados los trescientos años del Milagro de Luján.Todo el año 1930 fue dedicado a rememorar y agradecer el evento religioso de 1630.
    Pero se eligió mes de octubre como tiempo más apropiado. Se consagró una semana entera de solemnidades y celebraciones.
    Las notas y tañidos del sonoro campanario constantemente invitaban a fiesta. Se abrió la -Gran Semana Lujanense del Tricentenario-, domingo 5 de octubre, con la proclamación de Nuestra Señora de Luján como Patrona de las tres Repúblicas del Plata: Argentina, Paraguay y Uruguay.
    A principios de 1930, Monseñor Francisco Alberti, Obispo diocesano de La Plata y de Luján, había solicitado en nombre de todo el Episcopado Argentino, Uruguayo y Paraguayo al Papa Pío XI, que se dignara declarar oficialmente a la Virgen de Luján Patrona de las tres Repúblicas.El 5 de octubre el mismo Obispo platense,en ausencia del Arzobispo de Buenos Aires, Monseñor Bottaro, postrado por la enfermedad, asumió la representación de todos los Arzobispos, Obispos de los tres países y proclamó ( por bula de Pío XI, del 8 de setiembre de 1930), a la Virgen de Luján como Patrona Celestial ante Dios.
    Enfrente de la Basílica, colmando la Plaza Belgrano, Monseñor De Andrea, Obispo Titular de Temnos,enardeció a la multitud con su verbo cálido y vibrante y luego, Monseñor Dionisio Napal, tomó el juramento multitudinario, aceptando a María de Luján como Patrona y Celestial Protectora del Pueblo Argentino. Imponente fue el gesto y el grito.A indicación de Mons. Napal, con la mirada fija en la Basílica y con el brazo derecho en alto, resonó por tres veces el sí juramos de fidelidad a Dios y a la Virgen. Las campanas (fabricadas en Milán), se echaron a vuelo, y la banda entonó los himnos patrios de las tres Repúblicas. Junto al trono de la Madre, los venerables Pastores de las Iglesias Argentina, Uruguaya y Paraguaya, para depositar
    allí los anhelos y votos de sus pueblos. El Nuncio Apostólico, Mons. Felipe Cortesi, Delegado Papal para estas solemnidades, celebró el Pontifical. Mons. Aragone, Arzobispo de Montevideo, ocupó la Cátedra Sagrada. Actuó en la parte coral la Sociedad Polifónica Romana, bajo la dirección de Monseñor Rafael Casimiro Casimiri.

    La visita del Legado Pontificio a Luján, el 15 de octubre de 1934, Cardenal Eugenio Pacelli, rubricó un día glorioso en los anales de preclaros peregrinos. "Nuestra Señora de Luján fue declarada Patrona Oficial del XXXII Congreso Eucarístico Internacional". A la Virgen de Luján le fue dedicado el sábado 13 de octubre.
    Misión de Buenos Aires
    En 1960 la Capital Federal, con el Gran Buenos Aires, vivieron días extraordinarios de gracia y misericordia celestiales. Dos mil misioneros argentinos y extranjeros, por mandato de los Obispos se lanzaron con entusiasmo a sembrar la semilla del Evangelio. Pero no fueron solos. 
    El 28 de septiembre salió de la Basílica de Luján la auténtica Imagen de Nuestra Señora en plan de Misionera. Rodríguez, Morón, Lomas de Zamora, Avellaneda, Quilmes la recibieron con entusiasmo exultante entre aplausos, cantos, bandas de música, lágrimas de emoción... Era la primera vez que llegaba por esos pueblos, semejante Misionera que convocaba multitudes y las dirigía al encuentro y reconciliación con Jesucristo Redentor y Salvador de los hombres. 
    De la periferia, saliendo de Avellaneda, la Santa Imagen se dirigió lentamente en blanco carruaje a la Capital Federal. Imponentes eran las multitudes que en cada barriada la aguardaban.
    Según los diarios de entonces en algunos momentos del paso de la Virgen por los barrios, pareció que las casas quedaban deshabitadas. Sus moradores se habían volcado prácticamente en los balconesy aceras. Por un momento, estuvieron suspendidas todas las actividades. Peluquerías, bares, talleres mecánicos y carnicerías estaban desiertos. Sus dependientes, clientes y servidores, con sus ropas de trabajo, quisieron verla pasar y se ubicaron en el borde de las aceras. 
    Otra multitud que colmaba la Plaza de Mayo esperaba a la Virgen cuando llegaba a la Catedral Metropolitana . Monseñor Serafini hizo entrega de la S. Imagen al Cardenal Caggiano, Arzobispo de Buenos Aires. El Intendente de la Ciudad pronunció un discurso de bienvenida. Con este acto empezó propiamente la gran Misión llamada de Buenos Aires.
    La Imagen continuó después visitando parroquias, estratégicamente elegidas, hasta el mes de noviembre. El poder de convocación que tiene la Virgen es verdaderamente asombroso. Así se manifestó en todas partes. Terminada la Gran Misión se pasó a vivir las jornadas del 1º Congreso Mariano Internacional. En los jardines de Palermo se levantó un altar, que fue el epicentro de los principales actos del Congreso. 
    El 14 de noviembre la S. Imagen de Luján, recibida por una inusitada multitud de su propia Ciudad, reingresaba a su querida Basílica.
    Visita del Beato Juan Pablo II a la Basílica de Luján
    "Vengo a orar por todos aquellos que han perdido la vida: por las víctimas de ambas partes; por las familias que sufren, como lo hice igualmente en Gran Bretaña. Vengo a orar por la paz, por una digna y justasolución del conflicto armado"
    En la estación de ferrocarril, el Santo Padre fue recibido por el Obispo de Mercedes, Mons. Emilio Ogñenovich. Al aparecer el Santo Padre sobre la Avenida Ntra. Sra. De Luján se estremeció la multitud y comenzaron a agitarse las banderas y banderines entre vítores y aplausos. Luego, Juan Pablo II fue a postrarse ante la Sagrada Imagen de Luján, bajada expresamente desde su Templete dorado para ser colocada al lado del altar Papal.
    Su Santidad oró ante Ella. Luego se acercó a la bendita Imagen y le colocó el estuche abierto que contenía laRosa de Oro que, con admiración inesperada de todos, como obsequio y distinción excepcional el Santo Padre ofrendaba a Nuestra Señora de Luján.
    Homilía de Cardenal Jorge Mario Bergoglio (Papa Francisco) en Luján 2012
    Hoy terminamos esta peregrinación a la Casa de la Virgen y como hacemos en cada visita, nos quedamos en silencio ante su Imagen. La tenemos cerca, nos recibe en la entrada de su Casa este año, ésta Casa que están terminando de poner linda. Por eso estamos tan agradecidos a todos aquellos que han puesto su esfuerzo para esto. Pero lo más importante es que tenemos esta necesidad de rezar y contarle a nuestra Madre todo lo que compartimos en nuestra vida, y lo que compartimos con tantos peregrinos en el camino. Ahora, al escuchar el Evangelio que nos cuenta ese momento sagrado en el que Jesús nos deja a su Madre para que nos proteja, miramos la cruz y nos aferramos a su compañía, la compañía de la Virgen y la de Jesús. Nuestros caminos están protegidos por ellos dos. Nuestra fe está en ellos, nuestra fe está aquí, esta es la Casa de la fe de nuestra Patria! Por eso ahora rezamos y sentimos como late nuestro corazón porque estamos en la Casa de nuestra Madre, en la Casa de la fe de nuestra Patria. 
    Y hoy, en la Casa de nuestra Madre le venimos a hacer un pedido: que nos enseñe a trabajar por la justicia. ¿Saben ustedes a quién se le ocurrió hacer este pedido? A ustedes mismos. Sí, porque en las oraciones que escriben cuando visitan Luján fue apareciendo esta oración que hoy es el lema: “Madre, enseñanos a trabajar por la justicia”. Es un lema que late en el corazón de los peregrinos de la Virgen y que se ha hecho oración. Peregrinos que somos los hijos de esta querida patria nuestra. Luján es la Casa de todos los hijos de la Virgen y por eso estamos haciéndole este pedido: que nos enseñe a trabajar por la justicia,  y que nos enseñe a trabajar por ser personas justas en la vida. 
    Posiblemente este pedido, hecho aquí en Luján, haya surgido del corazón de tantos peregrinos después de haber sido recibidos y escuchados. Porque aquí en Luján, a cada peregrino se lo recibe y se lo escucha. Y ser recibidos y escuchados es un gran acto de justicia; y gracias a esto estamos en paz, rezando y nos brotan cosas muy sinceras en el corazón, en la oración con la Virgen. Y por eso surge esta necesidad de ser más hermanos, ocuparnos más y mejor unos de otros. Esto ya es ser justos. Aquí en Luján aprendemos a ser personas justas, porque con el corazón sereno y perdonado, nos llenamos  del amor de Dios, por eso la mirada es mucho más profunda. Es mirar la vida desde Dios, es mirar la vida con Dios, que es El justo, el gran Justo.
    Cuánto bien nos hace venir a Luján para aprender a ser buenos hijos, buenos hermanos, que se ocupan por el bien de los otros. Por eso aquí hacemos este pedido para todos nosotros, para toda nuestra Patria. Es el mejor lugar para hacerlo. Que aprendamos todos a trabajar por la justicia y para esto, que siempre tengamos el corazón abierto, el corazón grande que nos anime a hacer este pedido.
    Que a nadie le falte esa actitud del corazón, la de tener que aprender cada día  a ser más justos en la vida. Que se nos enseñe dónde habrá que poner una mirada más abierta y disponible, menos egoísta o interesada, que se nos enseñe a que no hagamos la nuestra, a que no se diga de cada uno de nosotros: “Este hace la suya”, sino hacer una mirada, una gran mirada que nos haga hermanos, que nos preocupemos siempre por los demás.
    ¿Y cómo puede ayudar la Virgen a trabajar por la justicia? Lo vamos a pensar juntos durante esta Misa y mirándola a Ella, en la puerta de la Basílica o mirando la Basílica. Ustedes vinieron en peregrinación ofreciendo sus vidas por los otros, rezando por tantas necesidades, las de ustedes o esas que les pidieron que “trajeran” en el corazón hasta aquí los amigos, los vecinos, los familiares… Ya que vas a Lujan, llevá una intención mía, pedile a la Virgen por esto… Al llegar al Santuario vivimos esto tan lindo de ser recibidos, y esto es lo que nos llena el corazón, nos da esperanza y así es como podemos continuar la vida: con la bendición de Jesús y de su Madre.
    Y de esta manera, con Jesús y con su Madre, es como podemos trabajar por la justicia. Porque cuando nos reconocemos hijos y hermanos, es cuando en nuestro corazón nace esa actitud generosa por la vida y es cuando buscamos lo mejor y más grande para los otros. Jesús en la Cruz nos entrega su vida y le pide a la Virgen que nos cuide. Jesús llegó a la Cruz para que ese gesto fuera reconciliador, hablara de justicia a todos. ¡El nos hizo justos, El nos justificó con su vida, con su muerte y su resurrección…!  ¡Y si hoy podemos tener la frente alta, la frente de ser bautizados, la frente de decir “somos hijos de Dios” es porque El nos justificó, El nos hizo justos, El no se miró así mismo sino que nos miró a nosotros!. Hagamos lo mismo: miremos a los demás y ayudémonos a crecer por la justicia.
    A la Virgen le pedimos fuerza para trabajar por la justicia. Le pedimos serenidad cuando haya dificultades. Le pedimos que seamos hermanos para poder compartir el camino. Y le pedimos a ella, que es Madre, que no nos falte el silencio de la oración: no vamos a poder ser justos si no lo rezamos, que no vamos a poder ser justos si no lo pedimos. Por eso le pedimos que no nos falte el silencio de la oración y las ganas de peregrinar para ofrecer la vida por los otros. Que ella nos conceda ésta gracia.
    Que así sea.
    Luján, 7 de octubre de 2012