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domingo, 2 de marzo de 2014

CUMPLEAÑOS


Cumpleaños

Mi cumpleaños y el de los demás son acontecimientos para celebrar la vida. De modo que con gozo de celebrar la vida digo: ¡Feliz Cumpleaños! 
Mi actitud de feliz cumpleaños hacia la vida es una manera de recordarme a mí mismo que la vida es para vivirla y que todos somos importantes. 

Cada día es una celebración cuando renazco a una conciencia de cuán sagrada es la vida y qué preciadas son todas las horas de vida. Honro a Dios al honrar todo lo que Dios ha creado. 

Hoy es un regalo de Dios. Acepto los regalos de mi Creador y me regocijo en todo momento. Sí, este es un feliz cumpleaños, veinticuatro horas adicionales para apreciarlas y vivirlas.

BUSCA DENTRO DE TI


Busca dentro de ti


Busca dentro de ti la solución de todos los problemas, 
hasta de aquellos que creas más exteriores y materiales.

Dentro de ti esta siempre el secreto, 
dentro de ti están todos los secretos
Aún para abrirte camino en la selva virgen, 
aún para levantar un muro, 
aún para tender un puente, 
has de buscar antes, en ti, el secreto.

Dentro de ti hay tendidos ya todos los puentes 
están cortadas dentro de ti las malezas y lianas 
que cierran los caminos.

Todas las arquitecturas están ya levantadas, 
dentro de ti.

Pregunta al arquitecto escondido.

Él te dará sus formulas.

Antes de ir a buscar el hacha de más filo, 
la piqueta más dura, la pala más resistente... 
entra en tu interior y pregunta... 
Y sabrás lo esencial de todos los problemas 
y se te enseñará lo mejor de todas las fórmulas, 
y se te dará la más sólida de todas las herramientas.

Y acertarás constantemente, 
puesto que dentro de ti 
llevas la luz misteriosa de todos los secretos

BASTA UN POCO DE ALEGRÍA


Basta un poco de alegría
Autor: Padre Eusebio Gómez Navarro OCD


  Cierto país padecía una crisis económica y había escasez. La gente estaba muy descontenta.

Vino un ángel y le preguntó a la gente qué necesitarían para estar contentos, porque él se lo concedería.

Unos le dijeron que les diera la capacidad de satisfacer todas las necesidades que se les presentaran y de tener los medios para ello. El ángel se lo concedió. Esa gente seguía adquiriendo todo, pero como sus aspiraciones y necesidades iban siempre en aumento, nunca estaban contentos.

Otros pidieron al ángel que les diera la libertad para disminuir sus necesidades. El ángel de lo concedió. Y esa gente vivió con austeridad pero eran felices.

Hay dos concepciones del desarrollo económico: producir y consumir indefinidamente para satisfacer necesidades que aumentan indefinidamente, o aprender a disminuir las “necesidades” innecesarias.


Segundo Galilea


Nacemos desnudos y sin oro ni plata. Desnudos vemos la luz del sol por primera vez, necesitados de alimento, vestidos y bebidas. Desnudos recibe la tierra a los que salieron de ella. Nadie puede encerrar con él en su sepulcro los límites de sus posesiones. Un pedazo de tierra es bastante a la hora de la muerte” 
(San Ambrosio).

Para conformarse con un pedazo de tierra, hay que tener dentro un pedazo de cielo: Dios. Es fácil dejarse seducir por las necesidades. Vivir en sencillez, en austeridad, es una gracia especial.

La felicidad no consiste en satisfacerse de cosas, de manjares exquisitos. Ya lo advierte el refrán: “más vale un día alegre con medio pan, que uno triste con un faisán”.

¿Cómo conformarse con poco, cómo sonreir permanentemente, cómo adquirir el buen humor? Puede ayudarnos a conseguirlo esta oración de santo Tomás Moro:

“Señor, dame una buena digestión
y, naturalmente, algo que digerir.
Dame la salud del cuerpo
y el buen humor necesario para mantenerla.
Dame un alma sana, Señor, 
que tenga siempre ante los ojos
lo que es bueno y puro
de modo que,
ante el pecado, no me escandalice,
sino que sepa encontrar
el modo de remediarlo.
Dame un alma
que no conozca el aburrimiento
los ronroneos, los suspiros, ni los lamentos.
Y no permitas que tome en serio
esa cosa entrometida
que se llama el “yo”.
Dame, Señor, el sentido del humor.
Dame el saber reírme de un chiste
para que sepa sacar
un poco de alegría a la vida
y pueda compartirla con los demás”


LA IGLESIA CATÓLICA


LA IGLESIA CATÓLICA

Jesucristo, el Señor Resucitado,
sigue presente entre nosotros por medio de su Iglesia,
su Cuerpo, su Sacramento;
la Iglesia, icono de la Trinidad;
la Iglesia, Madre, Esposa, Virgen;
la Iglesia, “experta en humanidad”;
la Iglesia, Misterio y Don, vivificada por el Espíritu,
administradora y dispensadora de los misterios de Dios y de toda gracia;
Católica en su alma, sin exclusividades,
sin formas cerradas ni un único modo de santidad;
Católica, con la riqueza, siempre fiel y renovada de la Tradición,
que no divide ni separa, sino que une en Comunión, que integra;
rica en su liturgia, hermosa por la vida de sus hijos,
embellecida por el Espíritu con la santidad de sus miembros,
los santos, llamados, con razón, “los mejores hijos de la Iglesia” .

Es la Iglesia, Corazón de Cristo para el mundo,
la que muestra y señala el horizonte último y esperanzador al hombre,
le acompaña en todo momento,
sostiene, por su alma católica, a todo cristiano, 
por la Comunión de los Santos, lazos invisibles del Espíritu.

Cuántas realidades en la Iglesia y en la evangelización dependen de la oración, y del ofrecer un enfermo en silencio su dolor, y de entregar al Padre el trabajo de cada día, en la casa, en el colegio, en la oficina, para la redención del mundo!

La Iglesia, Maestra del espíritu, Maestra y educadora, como lo es en su catequesis, en su enseñanza, en sus movimientos y grupos, en sus parroquias, en sus Institutos y Facultades; 
la Iglesia Madre como lo es en tantas personas que nos han acompañado, en tantos sacerdotes que nos han forjado y han sido transparencia del amor de Cristo.

La Iglesia, Misterio de Comunión, enriquecida por la gracia del Espíritu Santo 
en su jerarquía, en el ministerio sacerdotal y en los carismas, 
para la santidad y edificación de todos, para el bien común, 
con la gran bendición que es, para la Iglesia, el carisma principal y fundante del ministerio sacerdotal.

La Iglesia, Virgen y Esposa, mariana por excelencia, 
que encuentra en María, Madre de Dios, modelo de fe, su realización más plena y perfecta.
La Iglesia mira a la Virgen María, y reconoce en Ella la tierra virginal que “ha dado su fruto” (Sal 66), 
el fruto bendito de sus entrañas, nuestro Dios y Salvador.

Así, al celebrar el sacrificio eucarístico,
el Banquete pascual de Cristo Resucitado,
la entrega sacramental de su Cuerpo y Sangre,
le miramos únicamente a Él, nuestro Señor,
nuestro Salvador,
nuestro Sacerdote y Mediador en quien encontramos
“gracia que nos auxilie en tiempo oportuno”,
porque Él sigue presente en la historia de los hombres,
iluminando, sanando, plenificando, redimiendo,
por medio de la Iglesia,
por medio de los sacramentos de su Amor.

ORACIÓN PARA VIVIR EN PAZ EN LA FAMILIA


Oración Para vivir en paz en la Familia

Señor, Dios nuestro,
tu nos has elegido
paras ser tus santos 
y tus predilectos.
Revístenos de sentimientos 
de misericordia
de bondad, de humildad,
de dulzura, de paciencia.
Ayúdanos a comprendernos mutuamente cuando tenemos algún motivo de queja
lo mismo que tú Señor, 
nos has perdonado.
Sobre todo, danos esa caridad, 
que es vínculo de perfección. 
Que la paz de Cristo 
brille en nuestros corazones.
Esa paz que debe reinar 
en la unidad de 
tu cuerpo místico. 
Que todo cuando hagamos
en palabras o en obras
sea en nombre del Señor Jesús
por quien sean dadas las gracias
a ti Dios Padre y Señor Nuestro
Amén.

DECÁLOGO CUARESMAL DEL CRISTIANO



Autor: P. Dennis Doren LC | Fuente: Catholic.net
Decálogo cuaresmal del cristiano hoy
Sembrando Esperanza III. La conversión no tiene lugar nunca una vez para siempre, sino que es un proceso, un camino interior de toda nuestra vida.

Decálogo cuaresmal del cristiano hoy
¿SABES QUÉ ES LA CUARESMA? 

Un tiempo propicio para encontrar la paz del corazón, para retomar el camino de Dios, que es un camino de amor, armonía y paz. Paz que nace del saber que somos amados y perdonados por Dios y del saber que correspondemos a ese amor. 

La Cuaresma es una oportunidad para «volver a ser» cristianos, a través de un proceso constante de cambio interior y de avance en el conocimiento y en el amor de Cristo. 

La conversión no tiene lugar nunca una vez para siempre, sino que es un proceso, un camino interior de toda nuestra vida. Ciertamente este itinerario de conversión evangélica no puede limitarse a un período particular del año: es un camino de todos los días, que tiene que abarcar toda la existencia, cada día de nuestra vida. 

San Agustín dijo en una ocasión que nuestra vida es un ejercicio único del deseo de acercarnos a Dios, de ser capaces de dejar entrar a Dios en nuestro ser. «Toda la vida del cristiano fervoroso -dice- es un santo deseo». 

Si esto es así, en Cuaresma se nos invita aún más a «arrancar de nuestros deseos las raíces de la vanidad» para educar el corazón en el deseo, es decir, en el amor de Dios. Dios -dice San Agustín- es todo lo que deseamos» (Cf. «Tract. in Iohn.», 4). 

Y esperamos que realmente comencemos a desear a Dios, y de este modo desear la verdadera vida, el amor mismo y la verdad (Benedicto XVI, 27 de febrero de 2007). 

1. Amarás a Dios. Le amarás sin retóricas, como a tu padre, como a tu amigo. No tengas nunca una fe que no se traduzca en amor. Recuerda siempre que tu Dios no es una energía, un abstracto, la conclusión de un silogismo, sino Alguien que te ama y a quien tienes que amar... Y, al mismo tiempo que amas a Dios, huye de esos ídolos que nunca te amarán pero podrían dominarte: el poder, el confort, el dinero, el sentimentalismo, la violencia. 

2. No usarás en vano las palabras: Dios, familia, amor. No las uses jamás contra nadie, jamás para sacar jugo de ellas, jamás para tu propia conveniencia. 

3. Piensa siempre que el domingo está muy bien inventado, que tú no eres un animal de carga creado para sudar y morir. Impón a ese desgastante exceso de trabajo, que te acosa y te asedia, algunas pausas de silencio para encontrarte con la soledad, con la música, con la naturaleza, con tu propia alma, con Dios en definitiva. 

4. Recuerda siempre que lo mejor de ti lo heredaste de tu padre y de tu madre. 

5. No olvides que naciste carnívoro y agresivo y que, aunque algún filósofo dijo que el “hombre era Lobo para el hombre”, nosotros cristianos no lo somos, aunque te es más fácil matar que amar. Vive despierto para no hacer daño a nadie, demostremos que tenemos razón, libertad y voluntad para respetar a todos. 

6. No temas ni la amistad, ni el amor. Pero no caigas nunca en esa gran trampa de creer que el amor es recolectar placer para ti mismo, cuando es transmitir alegría a los demás. 

7. No robarás a nadie su derecho a ser libre. Recuerda que te dieron el alma para repartirla y que roba todo aquel que no la reparte, lo mismo que se estancan y se pudren los ríos que no corren. 

8. Recuerda que, de todas tus armas, la más peligrosa es la lengua. Rinde culto a la verdad, pero no olvides nunca dos cosas: que jamás acabarás de encontrarla completa y que en ningún caso debes imponerla a los demás. 

9. No desearás la mujer de tu prójimo, ni su casa, ni su coche, ni su sueldo. No dejes nunca que tu corazón se convierta en un cementerio de chatarra, en un cementerio de deseos innobles. 

10. No codiciarás los bienes ajenos ni tampoco los propios. Sólo de una cosa puedes ser avaro: de tu tiempo, de llenar la vida de los años -pocos o muchos- que te fueron concedidos. 

La Cuaresma avanza y todos, al inicio de estos 40 días, comenzamos con buenos propósitos para ser mejores y al final sentirnos amados por Dios y en su casa. ¿Ya has regresado?, ¿vas de camino?, ¿qué te falta?, ¿cuánto te falta por llegar?, ¿qué último esfuerzo debes hacer? Aún tenemos esta semana para decir al Señor, que SÍ QUEREMOS. 

EL EVANGELIO DE HOY: 02.03.2014

Autor: Catholic.net | Fuente: Catholic.net
Dios y las riquezas
Mateo 6, 24-34. Tiempo Ordinario. Jesús contrapone la actitud de quien se afana por las cosas materiales, con la de quien vive desprendido de todo.
 
Dios y las riquezas

Del santo Evangelio según san Mateo 6, 24-34

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Nadie puede servir a dos amos, porque odiará a uno y amará al otro, o bien obedecerá al primero y no le hará caso al segundo. En resumen, no pueden ustedes servir a Dios y al dinero. Por eso les digo que no se preocupen por su vida, pensando qué comerán o con qué se vestirán. ¿Acaso no vale más la vida que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Miren las aves del cielo, que ni siembran, ni cosechan, ni guardan en graneros y, sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿Acaso no valen ustedes más que ellas? ¿Quién de ustedes, a fuerza de preocuparse, puede prolongar su vida siquiera un momento?
¿Y por qué se preocupan del vestido? Miren cómo crecen los lirios del campo, que no trabajan ni hilan. Pues bien, Yo les aseguro que ni Salomón, en el esplendor de su gloria, se vestía como uno de ellos. Y si Dios viste así a la hierba del campo, que hoy florece y mañana es echada al horno, ¿no hará mucho más por ustedes, hombres de poca fe? No se inquieten, pues, pensando: ¿Qué comeremos o qué beberemos o con qué nos vestiremos? Los que no conocen a Dios se desviven por todas estas cosas; pero el Padre celestial ya sabe que ustedes tienen necesidad de ellas. Por consiguiente, busquen primero el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas se les darán por añadidura. No se preocupen por el día de mañana, porque el día de mañana traerá ya sus propias preocupaciones. A cada día le bastan sus propios problemas». 


Oración preparatoria

Padre providente, inicio mi oración dándote las gracias por tu amor. Te pido perdón porque no he sabido corresponderte. En esta oración quiero abandonarme, con espíritu filial, en tu providencia que siempre cuida de mí y de todas mis pequeñas y grandes necesidades.

Petición 

Dios mío, ayúdame a confiar siempre en Ti, en tu providencia.

Meditación del Papa Francisco

Ese es el camino de Dios: la humildad, el abajarse para servir. En cambio la avaricia te lleva en sentido contrario: tú, siendo un pobre hombre, te haces Dios por vanidad. ¡Es la idolatría! Por esta razón Jesús dice cosas tan duras, tan fuertes en contra de este apego al dinero. Nos dice que no se puede servir a dos señores: o a Dios o al dinero. Nos dice que no nos preocupemos, que el Señor sabe lo que necesitamos, nos invita al abandono confiado al Padre, que hace florecer los lirios del campo y alimenta a los pájaros. El hombre rico de la parábola sigue pensando solo en las riquezas, pero Dios le dice: "Necio, ¡esta noche se te va a reclamar la vida!" Este camino es contrario al camino de Dios, es una tontería, te aleja de la vida, destruye cada fraternidad humana. El Señor nos enseña cuál es el camino: no es el camino de la pobreza por la pobreza. ¡No! Es el camino de la pobreza como una herramienta, para que Dios sea Dios, ¡para que Él sea el único Señor! ¡No el ídolo de oro!
Y todos los bienes que tenemos, el Señor nos lo da para echar a andar el mundo, para llevar adelante a la humanidad, para ayudar, para ayudar a los demás. Que se mantenga hoy en nuestro corazón la palabra del Señor: "Estén atentos y manténganse alejados de toda avaricia, porque aunque uno viva en la abundancia, su vida no depende de lo que tiene" (S.S. Francisco, 21 de octubre de 2013, homilía en misa matutina en la capilla de Santa Marta).

Reflexión

Jesús contrapone la actitud de quien se afana por el dinero y las cosas de aquí abajo, con la de quien vive desprendido y confiado en la providencia de Dios. Aquellos al poner sus esperanzas e ilusiones en el mundo y sus cosas viven en el ansia y la intranquilidad. Esto es porque en último término los éxitos y satisfacciones, tan anhelados, vienen determinados por factores que no siempre pueden controlar. ¿Quién puede predecir el futuro siempre incierto?

Hay bienes tan frágiles como la salud, tan inexplicables como el amor o la amistad sincera. Aspectos, éstos últimos, que son decisivos para la felicidad humana. Además la fugacidad de la vida limita las satisfacciones que estos bienes nos reportan... Desde este punto de vista ¡qué pobres parecen estas aspiraciones! En cambio, los otros, logran superar esa visión materialista para alcanzar, una dimensión espiritual.

Seguir el consejo de Jesús no es fácil, pero reporta tranquilidad, paz y verdadera alegría interior. Saberse en las manos de un Padre bondadoso que nos invita a no preocuparnos de las cosas de este mundo, es una seguridad mejor fundada que las mejores predicciones de negocios. Esto no significa que debemos negar el valor a las cosas de este mundo, pues a todos nos son necesarias. Sin embargo, podemos discernir, con ayuda de Dios, dónde, cuando y cómo poner los cauces a todo ello. Si lo primero en nuestra vida son las cosas de Dios, seguimos viviendo en el mundo, pero todo lo que hagamos será con la intención de construir el Reino, de ayudar a los hermanos y de ganarlos para Cristo con nuestro testimonio, y no por afanes o lucros personales. Además, según la misma promesa, todos los demás bienes se nos darán por añadidura: ¡Lo ha prometido Cristo!

Propósito

Analizar la dificultad más grande de mi vida para ver en qué tengo que tener más confianza en Dios.

Diálogo con Cristo

Padre providente, tu doctrina es sencilla y clara, concreta y amorosa, no vale la pena desgastarse inútilmente por lo pasajero de este mundo, cuando hay un Reino que puedo empezar a gozar desde ahora. Las cosas no cambian por más que uno se preocupe por ellas, por eso te pido, Señor, tu gracia para vivir abandonado a tu Providencia, poniendo todos los medios a mi alcance para extender tu Reino.