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jueves, 20 de febrero de 2014

EUCARISTÍA, AMOR DE CRISTO HASTA EL EXTREMO


Autor: P. Mariano de Blas LC | Fuente: Catholic.net
Eucaristía, amor de Cristo hasta el extremo

Cristo se ha quedado solo para ti en la Eucaristía, como si tú 

solo lo visitaras, allí esta a todas horas, solo para ti.
Eucaristía, amor de Cristo hasta el extremo


Habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo los amó hasta el extremo. Los suyos entonces eran los que le veían: Juan y Pedro y los demás compañeros. Hoy los suyos somos tú y yo, todos nosotros; por lo tanto: “Habiendo amado a los suyos, es decir, a los que hoy están en el mundo, los ama hasta el extremo.

Esto es la Eucaristía: el amor de Cristo hasta el extremo para ti, para mí, durante toda la vida. Porque la Eucaristía es poner a tu disposición toda la omnipotencia, bondad, amor y misericordia de Dios, todos los días y todas las horas de tu vida. En cada sagrario del mundo Cristo está para ti todos los días de tu vida. Según sus mismas palabras: “Yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo”. Al decir con vosotros, es decir contigo, conmigo.

El sol no te alumbra o calienta menos a ti cuando alumbra o calienta a muchos. Si tú solo disfrutas del sol, o hay millones de gentes bajo sus rayos, el sol te calienta lo mismo... te calienta con toda su fuerza.

Así, Cristo se ha quedado solo para ti en la Eucaristía, como si tú solo lo visitaras, tú solo comulgaras, tú solo asistieras a la misa. Allí esta, pues, Cristo, medicina de tus males; pero pide como el leproso: “Señor, si quieres, puedes curarme”. Pide como Bartimeo: ”Hijo de David, ten compasión de mí”. Pide como el ladrón: “ Señor, acuérdate de mí, cuando estés en tu Reino”. Allí esta a todas horas, solo para ti, el único bien verdadero, el único bien perdurable, el único amigo sincero, el único amigo fiel; el único que nos tiende la mano y nos ayuda y nos ama en la juventud, en la edad madura, en la la vejez, en la tumba y en la eternidad. Cada uno tiene sus problemas, fallos, miedos, soberbia... tráelos aquí; verás cómo se solucionan. Cristo tiene soluciones.

¿Quieres, necesitas consuelo, fortaleza, santidad, alguna gracia en especial? Sólo pídela con fe, y no tengas miedo de pedir milagros, porque todo es posible para el que cree.

Jesús ha querido quedarse en el Sagrario para darnos una ayuda permanente.




  • Preguntas o comentarios al autor
  • P. Mariano de Blas LC 

    BENDITOS SEAN..


    Benditos sean


    Benditos sean los que tienden la mano para ayudar, los que intentan comprender, los que anhelan compartir.

    Benditos sean lo que para dar su opinión no necesitan subirse a ningún podio, los que se hacen tiempo para escuchar y los que saben que siempre hay algo por aprender.

    Benditos sean aquellos que tratan de pulir y de borrar sus mezquindades y no simplemente de ocultarlas.

    Benditos sean los buenos amigos y el culto a la amistad.

    Benditos sean los que llenan las noches de filosofía, los que riegan los caminos hacia la utopía con batallas épicas y los que a cada historia de amor la cargan de locuras.

    Benditos sean los que disfrutan del sol y de la luna, del cielo abierto y de la noche cerrada, de escalar la montaña y de zambullirse en el mar.

    Benditos sean los que pueden eludir la costra y ver la esencia, los que pueden gozar de la poesía que tiene este mundo maravilloso.

    Benditos sean los que no abandonan sus principios ni sus raíces, pero que no se cierran a los cambios ni renuncian a intentar volar.

    Benditos sean los que sueñan despiertos, sobre todo si sueñan mejorar el mundo que los rodea, y benditos los que del sueño saltan a la acción.

    Benditos los que leen lo que otros escriben, los que escuchan atentamente a quienes tienen necesidad de hablar y los que pierden, a conciencia, para que gane un ser querido.

    Benditos sean los que odian el egoísmo, el dolor, y la apatía ante la injusticia.
    Benditos sean los que creen que nunca se llega al ideal pero luchan con pasión infatigable por sus ideales.

    Benditos sean los que entienden que el amanecer en la playa, el pan recién horneado, la música y las caricias son partes de una fiesta que merecemos todos.

    Benditos sean los que piden perdón, los que dicen gracias y los que no se olvidan de decir por favor.

    Benditos sean los que aspiran que el mundo tenga lugar suficiente tanto para la hormiga laboriosa como para la cigarra, con su tan necesario arte.

    Benditos sean los que quieren abolir las quejas, los que quieren que asciendan mucho los de abajo y desciendan un poco los de arriba, benditos los que quieren que la muerte muera.

    Benditos sean los que no subsisten sollozando, mientras esperan el milagro, sino que se proponen forjar algo milagroso.

    Benditos sean los que se arriesgan por las causas perdidas, por conquistar corazones y por el bien de los amigos.

    Benditos sean los que se arriesgan a mostrar sus sentimientos.

    Benditos sean los que se arriesgan.

    Benditos sean los que aman la vida.

    Benditos sean todos los lugares donde hemos estado, los lugares donde quiero llevarte, los lugares donde estaremos juntos.

    Bendito sea el camino que me llevó a conocer tu sonrisa, puerta de tu alma.

    Benditos sean tus ojos, porque es bueno que lo sepas, aun en la soledad más profunda me acompaña tu mirada.

    MADUREZ


    Madurez


    Tú eres un ser humano, eres "Mi Milagro", y eres fuerte, capaz, inteligente y lleno de dones y talentos. Usa tus dones y talentos, entusiásmate con ellos, conócete, encuéntrate, acéptate, anímate. No te lamentes nunca, no te atormentes, no te quejes, no te deprimas. ¿Cómo puedes temer si eres "Mi Milagro?"

    Te hice perfecto. Solo en ti está aceptar el camino de la felicidad y enfrentarlo y seguir siempre adelante, hasta el fin. Aprovecha tu capacidad y no la destruyas con tonterías.

    Te hice libre y …

    Te di el poder de amar
    Te di el poder de dar
    Te di el poder de perseverar
    Te di el poder de alabar
    Te di el poder de crear
    Te di el poder de crecer
    Te di el poder de bendecir
    Te di el poder de actuar
    Te di el poder de curar
    Te di el poder de vivir
    Te di el poder de determinar
    Te di el poder de pensar
    Te di el poder de elegir tu propio destino usando tu voluntad. Usa sabiamente ese poder de eleccion y...

    Elige amar en lugar de odiar
    Elige dar un lugar de quitar
    Elige perseverar en lugar de renunciar
    Elige reír en lugar de llorar
    Elige alabar en lugar de criticar
    Elige crecer en lugar de consumirte
    Elige crear en lugar de destruir
    Elige bendecir en lugar de blasfemar
    Elige actuar en lugar de aplazar
    Elige curar en lugar de herir
    Elige vivir en lugar de morir
    Elige determinar en lugar de titubear
    Elige pensar en lugar de soñar
    Y aprende a sentir mi presencia en cada acto. Deja atrás el miedo y los sentimientos de derrota. Llámame, búscame, acuérdate de mí. No olvides que eres "Mi Milagro". Yo estoy siempre a tu lado.

    EL EVANGELIO DE HOY: 20.02.2014

    Autor: Luis Jesús Rodríguez, L.C | Fuente: Catholic.net
    ¿Quién es Cristo para mí?
    Marcos 8, 27-33. Tiempo Ordinario. Señor, yo, como Pedro, creo que Tú eres el Hijo de Dios, que has venido para redimirme y para mostrarme el camino.
     
    ¿Quién es Cristo para mí?
    Del santo Evangelio según san Marcos 8, 27-33


    Salió Jesús con sus discípulos hacia los pueblos de Cesarea de Filipo, y por el camino hizo esta pregunta a sus discípulos: «¿Quién dicen los hombres que soy yo?» Ellos le dijeron: «Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que uno de los profetas». Y él les preguntaba: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?» Pedro le contesta: «Tú eres el Cristo». Y les mandó enérgicamente que a nadie hablaran acerca de él.
    Y comenzó a enseñarles que el Hijo del hombre debía sufrir mucho y ser reprobado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser matado y resucitar a los tres días. Hablaba de esto abiertamente. Tomándole aparte, Pedro, se puso a reprenderle. Pero él, volviéndose y mirando a sus discípulos, reprendió a Pedro, diciéndole: «¡Quítate de mi vista, Satanás! porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres».


    Oración introductoria

    Señor, yo, como Pedro, creo que Tú eres el Hijo de Dios, que has venido para redimirme y para mostrarme el camino que debo seguir para llegar a Ti. Aumenta mi fe para que no desfallezca en el camino a pesar de las dificultades. Te ofrezco esta oración por aquellas personas que no tienen fe o teniéndola viven alejados de Ti por el pecado.

    Petición

    Señor, que te reconozca siempre como mi Dios y quiera vivir cerca de Ti.

    Meditación del Papa Francisco

    El Evangelio habla de la confesión de Pedro: "Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo" una confesión que no viene de él, sino del Padre celestial. [...]
    El papel, el servicio eclesial de Pedro tiene su fundamento en la confesión de fe en Jesús, el Hijo de Dios vivo, en virtud de una gracia donada de lo alto. En la segunda parte del Evangelio de hoy vemos el peligro de pensar de manera mundana. Cuando Jesús habla de su muerte y resurrección, del camino de Dios, que no se corresponde con el camino humano del poder, afloran en Pedro la carne y la sangre: "Se puso a increparlo: ¡Lejos de ti tal cosa, Señor! Y Jesús tiene palabras duras con él:-Aléjate de mí, Satanás. Eres para mí piedra de tropiezo-".
    Cuando dejamos que prevalezcan nuestras ideas, nuestros sentimientos, la lógica del poder humano, y no nos dejamos instruir y guiar por la fe, por Dios, nos convertimos en piedras de tropiezo. La fe en Cristo es la luz de nuestra vida de cristianos y de ministros de la Iglesia. (S.S. Francisco, 29 de junio del 2013). 

    Reflexión 

    La respuesta a la pregunta de Cristo de quién es Él, no me puede dejar indiferente y es una pregunta que sólo yo puedo responder satisfactoriamente. La respuesta debe condicionar toda mi vida para que sea coherente. Esta respuesta sólo la puedo dar en la oración dialogando con Jesucristo. Una vez respondida, entonces puedo anunciar con convicción lo que Cristo significa para mí, que soy cristiano.

    Propósito

    Reflexionar a lo largo del día si Cristo es realmente mi Dios, o tengo otros dioses que me hacen feliz.

    Diálogo con Cristo

    Señor, que no sea sordo a tu voz. Gracias por el don de la fe. Pudiste haberme creado fuera de la fe en Ti, y sin embargo, por puro amor y no por mérito mío, me diste la gracia de ser cristiano. Haz que mi fe en Ti quiera difundirla entre los hombre con quienes me encuentre como un verdadero regalo que vale la pena compartir.


    "No somos plenamente hijos de Dios, sino que hemos de llegar a serlo más y más mediante nuestra comunión cada vez más profunda con Cristo. Ser hijos equivale a seguir a Jesús" (Benedicto XVI, Jesús de Nazaret, Madrid 2007, p. 172)



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  • Luis Jesús Rodríguez, L.C