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miércoles, 30 de abril de 2014

ORACIÓN A SAN JOSÉ OBRERO EN BUSCA DE UN TRABAJO


ORACIÓN A SAN JOSÉ OBRERO 
EN BUSCA DE UN TRABAJO


¡Oh bendito Patriarca san José!,
insigne protector de todo aquel que lo solicita,
modelo de hombre justo y paciente,
ejemplo de virtud y santidad;
varón dotado de un alma tan pura
y un enorme corazón bondadoso
que con fe aceptaste los designios de Dios,
y por amor fuiste el más fiel esposo
de la madre del Señor.


Glorioso san José obrero,
que con el sudor de tu frente
y tus fuertes manos trabajadoras,
proporcionaste sustento a tu Familia,
en esta ocasión acudo con plena confianza a ti
para que a través de tu Santa Esposa,
la Inmaculada Virgen María,
y por el amor dulce y paternal que demostraste
a nuestro Señor Jesucristo,
me asistas en esta gran necesidad
que hoy me desespera y agobia,
acudo a ti para que me ayudes a conseguir
un trabajo digno y bien remunerado,
que me permita cubrir las necesidades de mi hogar,
un trabajo que me fortalezca como ser humano,
me sirva de relación con Dios nuestro Creador
y que sea un medio propicio para mi santificación.


San José bondadoso,
intercede ante Dios para que pueda obtener
lo que humildemente y de corazón te solicito:


(hacer la petición)


San José obrero, santo mío
por tu poderosa mediación
alcánzame de mi Dios y Señor
lo que tan urgente necesito,
y enséñame a amarle y servirle
como tú siempre lo hiciste.


Bienaventurado san José
concédeme también tu perpetua protección,
a fin de que, animado por tu ejemplo y asistencia,
pueda vivir santamente y piadosamente morir,
y alcanzar la eterna beatitud de la Patria Celestial.

LA ESPERANZA Y EL GOZO DE LOS DOS PAPA SANTOS

Autor: SS Francisco | Fuente: Catholic.net
La esperanza y el gozo de los dos papas santos
La misericordia divina siempre espera, siempre perdona, porque siempre ama.
 
La esperanza y el gozo de los dos papas santos
Homilía del Papa Francisco en la misa de canonización del Papa Juan XXIII y Juan pablo II


En el centro de este domingo, con el que se termina la octava de pascua, y que san Juan Pablo II quiso dedicar a la Divina Misericordia, están las llagas gloriosas de Cristo resucitado.

Él ya las enseñó la primera vez que se apareció a los apóstoles la misma tarde del primer día de la semana, el día de la resurrección. Pero Tomás aquella tarde, como hemos escuchado, no estaba; y, cuando los demás le dijeron que habían visto al Señor, respondió que, mientras no viera y tocara aquellas llagas, no lo creería. Ocho días después, Jesús se apareció de nuevo en el cenáculo, en medio de los discípulos: Tomás también estaba; se dirigió a él y lo invitó a tocar sus llagas. Y entonces, aquel hombre sincero, aquel hombre acostumbrado a comprobar personalmente las cosas, se arrodilló delante de Jesús y dijo: «Señor mío y Dios mío» (Jn 20,28).

Las llagas de Jesús son un escándalo para la fe, pero son también la comprobación de la fe. Por eso, en el cuerpo de Cristo resucitado las llagas no desaparecen, permanecen, porque aquellas llagas son el signo permanente del amor de Dios por nosotros, y son indispensables para creer en Dios. No para creer que Dios existe, sino para creer que Dios es amor, misericordia, fidelidad. San Pedro, citando a Isaías, escribe a los cristianos: «Sus heridas nos han curado» (1 P 2,24; cf. Is 53,5).

San Juan XXIII y san Juan Pablo II tuvieron el valor de mirar las heridas de Jesús, de tocar sus manos llagadas y su costado traspasado. No se avergonzaron de la carne de Cristo, no se escandalizaron de él, de su cruz; no se avergonzaron de la carne del hermano (cf. Is 58,7), porque en cada persona que sufría veían a Jesús. Fueron dos hombres valerosos, llenos de la parresia del Espíritu Santo, y dieron testimonio ante la Iglesia y el mundo de la bondad de Dios, de su misericordia.

Fueron sacerdotes y obispos y papas del siglo XX. Conocieron sus tragedias, pero no se abrumaron. En ellos, Dios fue más fuerte; fue más fuerte la fe en Jesucristo Redentor del hombre y Señor de la historia; en ellos fue más fuerte la misericordia de Dios que se manifiesta en estas cinco llagas; más fuerte, la cercanía materna de María.

En estos dos hombres contemplativos de las llagas de Cristo y testigos de su misericordia había «una esperanza viva», junto a un «gozo inefable y radiante» (1 P 1,3.8). La esperanza y el gozo que Cristo resucitado da a sus discípulos, y de los que nada ni nadie les podrá privar. La esperanza y el gozo pascual, purificados en el crisol de la humillación, del vaciamiento, de la cercanía a los pecadores hasta el extremo, hasta la náusea a causa de la amargura de aquel cáliz. Ésta es la esperanza y el gozo que los dos papas santos recibieron como un don del Señor resucitado, y que a su vez dieron abundantemente al Pueblo de Dios, recibiendo de él un reconocimiento eterno.

Esta esperanza y esta alegría se respiraba en la primera comunidad de los creyentes, en Jerusalén, de la que hablan los Hechos de los Apóstoles (cf. 2,42-47), como hemos escuchado en la segunda Lectura. Es una comunidad en la que se vive la esencia del Evangelio, esto es, el amor, la misericordia, con simplicidad y fraternidad.

Y ésta es la imagen de la Iglesia que el Concilio Vaticano II tuvo ante sí. Juan XXIII yJuan Pablo II colaboraron con el Espíritu Santo para restaurar y actualizar la Iglesia según su fisionomía originaria, la fisionomía que le dieron los santos a lo largo de los siglos. No olvidemos que son precisamente los santos quienes llevan adelante y hacen crecer la Iglesia. En la convocatoria del Concilio, san Juan XXIII demostró una delicada docilidad al Espíritu Santo, se dejó conducir y fue para la Iglesia un pastor, un guía-guiado, guiado por el Espíritu. Éste fue su gran servicio a la Iglesia; por eso me gusta pensar en él como el Papa de la docilidad al Espíritu santo.

En este servicio al Pueblo de Dios, san Juan Pablo II fue el Papa de la familia. Él mismo, una vez, dijo que así le habría gustado ser recordado, como el Papa de la familia. Me gusta subrayarlo ahora que estamos viviendo un camino sinodal sobre la familia y con las familias, un camino que él, desde el Cielo, ciertamente acompaña y sostiene.

Que estos dos nuevos santos pastores del Pueblo de Dios intercedan por la Iglesia, para que, durante estos dos años de camino sinodal, sea dócil al Espíritu Santo en el servicio pastoral a la familia. Que ambos nos enseñen a no escandalizarnos de las llagas de Cristo, a adentrarnos en el misterio de la misericordia divina que siempre espera, siempre perdona, porque siempre ama. 

FLORECILLAS A LA VIRGEN MARÍA - MEDITACIONES DIARIAS DEL MES DE MAYO - 1 AL 10 DE MAYO



FLORECILLAS A LA VIRGEN MARÍA
MEDITACIONES DIARIAS PARA EL MES DE MAYO

Introducción

parte 1  

 La Iglesia ha dedicado el mes de mayo a María, a la dulce Reina de nuestras vidas, es por eso que comenzando con una simple oración le regalamos nuestro corazón:

Oh María, oh dulcísima, oh dueña mía!. Vengo a entregarte lo poco que poseo yo, pues sólo tuyo soy para que lo pongas en oblación ante el Trono de nuestro Señor. Te doy mi voluntad, para que no exista más y sea siempre la Voluntad del Padre Celestial.

Cada día del mes de mayo tiene que ser una flor para María. Por eso le regalaremos en cada jornada de su mes una meditación, una oración, una decena del Santo Rosario y una florecilla. De este modo iremos formando un ramo de flores para nuestra Reina del Cielo que nuestros ángeles custodios le llevarán en actitud de veneración. 


FLORECILLAS A MARIA
Flor del Jueves 1 de mayo del 2014: Santa María
Fiesta de San José Obrero, su castisimo esposo.


Meditación: “El nombre de la Virgen era María” (Lucas 1,27). Según la tradición cristiana a la Santísima Virgen le impusieron ese nombre por especial designio de Dios, significando en arameo Señora, en hebreo Hermosa y en egipcio Amada de Dios. 

Oración: ¡Oh hermosa Señora, nos alegramos en tu Hijo Resucitado ya que Dios te ha amado tanto para hacerte Hija del Padre, Esposa del Espíritu Santo y Madre de Su Hijo!. Amén.
Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).

Florecilla para este día: Hacer un especial examen de conciencia por la noche, antes de ir a dormir .

FLORECILLAS A MARIA
Flor del Viernes 2 de mayo del 2014: Lirio Perfecto de Dios

Meditación: “Hágase en mi según Tu Palabra”. “El que haga la Voluntad de Dios, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre” (Marcos 3,35). María cumplió como nadie la Voluntad de Dios. Esto vale más que todos los demás dones suyos, sean cualidades humanas o gracias espirituales. Del mismo modo, por cumplir la Voluntad del Padre, Jesús sufre Su Pasión y Muerte, alcanzándonos la Redención. 

Oración: ¡Oh María, Preciosísima, Cáliz de Amor!. Te ofrecemos nuestro corazón para que lo guardes junto a vos, uniéndolo al de tu Hijo Dios, como entrega de amor. Amén.
Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).

Florecilla para este día: Prontitud y alegría para el trabajo, empezando por levantarme sin pereza y agradeciendo a Dios por un nuevo día.



FLORECILLAS A MARIA
Flor del Sábado 3 de mayo del 2014: Madre de Dios
Fiesta de nuestra Señora del Valle.

Meditación: “Por ser su Hijo Dios, María es Madre de Dios” (Lucas 1,3-5). Dios nos amó tanto que no sólo nos entregó a Su Hijo sino que nos dio a Su Madre. “Cuando llegó la plenitud del tiempo, Dios envió a Su Hijo nacido de Mujer…para que recibiésemos la adopción de Hijos de Dios” (Gálatas 4,5). Este es el maravilloso final del Plan del Padre y el sublime oficio de María, hacernos hijos de Dios, uno en Dios.

Oración: ¡Oh María, te agradecemos el regalo que nos ha hecho nuestro Dios amado, ponernos en tus hermosas manos para hacernos santos. Amén.

Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).

Florecilla para este día: Examinar mi devoción a la Virgen y cómo la practico.





FLORECILLAS A MARIA
Flor del Domingo 4 de mayo del 2014: Madre de Cristo

Meditación: “De Ella nació Jesús, llamado el Cristo” (Mateo 1,16). Jesús significa Salvador, y es el Cristo, es decir el Ungido, el Mesías enviado por Dios para la Salvación de Su pueblo. Y Su Madre, Madre de Cristo, del Ungido, ha sido asociada a Su Empresa Redentora. Ella es Corredentora con su amor y su dolor. También Cristo nos llama a cada uno a participar en Su grandiosa Empresa de salvar a todos los hombres.

Oración: ¡Oh Madre de Dios, oh Madre del dolor!. Como Corredentora que sos, imprime en nuestro corazón las Llagas del Señor, para participar de la Fiesta de la Salvación. Amén.

Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).

Florecilla para este día: Examinar y renovar mi consagración a Cristo y a Su Sagrado Corazón.





FLORECILLAS A MARIA
Flor del Lunes 5 de mayo del 2014: Madre de la Divina Gracia
Fiesta de Nuestra Señora de la Gracia

Meditación: “Mujer, ahí tienes a tu hijo, después dijo al discípulo, he ahí a tu Madre” (Juan 19,26-27). Madre no sólo adoptiva sino que nos da la Vida, nos da a Cristo, más exactamente nos da la gracia santificante, la vida sobrenatural, algo físico y real que consiste en la unión con Cristo.

Oración: ¡Oh Madre de la Divina Gracia, que nos llevas a la Vida!. Muéstranos como Manantial de Gracia el camino hacia la verdadera Patria. Tu, llena de Gracia, sed la Salvación de nuestras pobres almas. Amén.
Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).

Florecilla para este día: Poner los medios para estar en gracia de Dios.



FLORECILLAS A MARIA
Flor del Martes 6 de mayo del 2014: Madre Inmaculada

Meditación: “Alégrate, la llena de Gracia, el Señor está contigo” (Lucas 1,28). Gracia plena, es María; siempre estuvo llena de Gracia, por lo que no tiene mancha de pecado. Nunca se halló privada de la Gracia sobrenatural y santificante de Dios, pues Ella sería el Vaso Puro que llevaría al mismo Dios. Así se presentó en Lourdes como la Inmaculada Concepción, título que por Dogma la misma Iglesia le había reconocido.

Oración: ¡Oh María, Gracia plena!. Permítenos que nos alegremos con vos ya que el Señor te eligió y nos regaló tu Corazón, para que pongamos en El el nuestro como ofrenda al Dios Eterno. Amén.

Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).

Florecilla para este día: Cómo debo guardar la pureza de pensamientos y de obras.




FLORECILLAS A MARIA
Flor del Miércoles 7 de mayo del 2014: Madre amable

Meditación: “Cómo se me concede que venga a mí la Madre de Mi Señor” (Lucas 1,43). María es diligente y amorosa, consuela, ayuda, fortalece, sirve…igual que su Hijo. “Amaos los unos a los otros como Yo os he amado”. A cada uno pedirá Dios cuenta de nuestros prójimos; nadie está tan aislado que pueda labrarse, abstrayéndose de toda otra alma, su propia salvación. Busquemos dar amor, consolando afligidos, visitando enfermos, corrigiendo con dulzura a los que se equivocan, siendo a semejanza de María con humildad y amor testimonios del Amor. “Ora y labora”.

Oración: ¡Oh tierno Corazón de María!. Haz que tus hijos demuestren a todos lo que es el Amor, lo que es el Señor en nosotros, para servir y siempre decirte si. Amén.
Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).

Florecilla para este día: Procurar ser amable con los demás.







FLORECILLAS A MARIA
Flor del Jueves 8 de mayo del 2014: Virgen prudentísima
Fiesta de Nuestra Señora de Luján

Meditación: “Se turbó, preguntándose qué podría ser éste saludo” (Lucas 1,29). Prudentísima porque turbada calló, porque obedeció, porque creyó y supo entregarse como esclava de Dios. ¡Qué modelo para nuestra locuacidad, nuestra poca fe y nuestro orgullo!. “Las vírgenes prudentes llenaron sus lámparas de aceite” (Mateo 25,4). María la llenó con fe. “Feliz porque haz creído”. La llenó con amor. “Mi Amado es mío y yo soy suya” (Cantar de los cantares 2,16). La llenó de esperanza. “Guardaba todas las Palabras de Jesús en su Corazón” (Lucas 2,51). 

Oración: ¡Oh Virgen de Luján que señalas el camino de nuestro peregrinar!. Haz que la prudencia de tu Corazón la cultivemos también hoy, para que nuestras lámparas se aviven con una ardiente llama de fe, el pabilo de la esperanza y el aceite del Amor, como verdaderos templos de Dios. Amén.

Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).


Florecilla para este día: Reflexionar sobre si cumplo lo que Dios quiere de mi, si hago Su Voluntad, o la mía.



FLORECILLAS A MARIA
Flor del Viernes 9 de mayo del 2014: Madre del buen consejo

Meditación: María nos aconsejó en las bodas de Caná, “Haced lo que El os diga” (Juan 2,5), y nos lo vuelve a dictar. ¿Qué quiere Cristo de mi?. ¿Lo podemos seguir cuando nos dice “deja todo y sígueme?”. 
“Hijo, ¿por qué nos haz hecho esto?” (Lucas 2,48). Cristo tenía que mostrarnos ante todo más el amor a Dios que el de la familia. ¡Pero cuántas veces abandonamos a nuestra Madre por amores, caprichos, vanidades y miedos!.

Oración: ¡Oh dulce consejera del alma, oh hermosa Esclava!. Entrega a Dios nuestra alma para que se haga santa, que abramos nuestros oídos y seamos hijos solícitos. Amén.
Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).

Florecilla para este día: Ser un verdadero Cristo al aconsejar a mi hermano.


 FLORECILLAS A MARIA
Flor del Sábado 10 de mayo del 2014: Virgen digna de alabanza

Meditación: “Bendita tú entre las mujeres” (Lucas 1,42). “Mi alma engrandece al Señor” (Lucas 1,46). Cuando cumplimos la profecía de llamarla Bienaventurada, hablamos de las maravillas que hizo en Ella el Todopoderoso. Unimos nuestra voz a la suya, alabando perpetuamente al Señor. Imitemos a María agradecida, a María serena, a María llena de sacrificio, a María alegre, a María confiada, a María llena de Gracia y fortaleza para cumplir así nuestra misión en la tierra.

Oración: ¡Oh Madre!, que te hiciste la más pequeña, siendo realmente excelsa, enséñame a amarte, a alabarte y a agradarte del mismo modo en que vos lo hiciste con el Señor, para que también nosotros lleguemos a El. Amén.
Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).

Florecilla para este día: Ser pequeños y humildes como María nos pide, para crecer en la Gracia.

BESAR EL ALMA


BESAR EL ALMA

El alma no crece en los árboles, sin embargo se nutre de nuestro entorno, como el cuerpo de la comida. El alma necesita ser alimentada con visiones hermosas, palabras que llenen ... o por quien sabe besar el alma.
Besar el alma es saber tener paciencia, comprensión, y nunca juzgar a nadie, simplemente aceptar las personas como son ...

Besar el alma es abrazarse cuando hay soledad, cuando se está triste ... sin decir nada, solo sostenerse con ese abrazo de apoyo.

Besar el alma, es sentarse juntos cuando no hay necesidad de hablar, cuando solo hace falta el silencio , al no hacer preguntas ...

Besar el alma, es sentir otras manos que dan apoyo fortaleciendo esa esperanza de vida y de compañía.

Besar el alma, es decir un te quiero con la mirada ...

Besar el alma.... es fácil , solo basta que decidamos bajar del pedestal del orgullo que muchas veces nos rodea y nos consume.

Besar el alma... cuantos de nosotros necesitamos de ese beso en el alma que nunca llega?

ESTA ES TU VIDA



Esta es tu vida.

Esta es tu vida.

Ten confianza en ti.

Usa el poder de escoger lo que deseas hacer y hazlo bien.

Usa el poder de amar lo que deseas en la vida y ámalo con fidelidad.

Usa el poder de caminar en un bosque y ser parte de la naturaleza.

Usa el poder de controlar tu propia vida.

Nadie puede hacerlo por ti.

Nada es demasiado bueno para ti. Tú te mereces lo mejor.

Usa el poder de hacer que tu vida sea sana, emocionante, completa y muy feliz.

Usa el poder de crear tus propios sueños y convertirlos en realidad.

Autora: Susan Polis Schutz

MUERTE, JUICIO, INFIERNO Y PARAÍSO

Autor: Guillermo Juan Morado | Fuente: Catholic.net
Muerte, juicio, infierno y paraíso
Los contenidos de la fe cristiana referidos a las realidades últimas tienen por finalidad sostener de manera fundada nuestra esperanza
 
Muerte, juicio, infierno y paraíso
Muerte, juicio, infierno y paraíso
Recuerdo una parroquia romana que, sobre la puerta que da acceso al templo, tiene instalado un cartel luminoso, en el que lucen distintos mensajes. Cuando uno pasa por delante, o cuando el autobús urbano se detiene ante los semáforos situados a la altura de esa iglesia, la mirada – casi sin proponérselo – tiende a posarse en el letrero de fondo negro y letras rojas que, con periodicidad variable, repite, para asombro del viandante, diversos puntos de la doctrina cristiana. Por una larga temporada podía leerse el siguiente anuncio: “I novissimi: morte, giudizio, inferno e paradiso” (los “novísimos” son cuatro: muerte, juicio, infierno y paraíso”).

Quizá convendría situar en algún punto de nuestras ciudades un cartel semejante que recordarle, a quien quisiera leerlo, los puntos centrales del Credo. Podría ser un primer paso para, después, remitir a alguna bibliografía más profunda; por ejemplo, al Catecismo de la Iglesia Católica. Y no por un proselitismo mal entendido, ni por ganar adeptos, sino simplemente por divulgación religioso-cultural, a fin de enseñar al que no sabe y contribuir a evitar, en lo posible, la frivolidad a la hora de opinar sobre los contenidos de la fe cristiana. Y es que la frivolidad es mala consejera en casi todo, y como escribía G. von Le Fort, el parloteo irreverente sobre “aquellas cosas que sólo deberían decirse de rodillas y con la devoción más profunda produce casi siempre embotamiento y daño”.

Por lo visto hay quien no distingue, o no quiere distinguir, entre fondo y forma, entre contenido esencial y representación simbólica. Lo seres humanos necesitamos imaginar de algún modo las realidades a las que remiten las palabras y los conceptos. Sin la imagen, la aprehensión de las cosas es puramente “nocional”; es decir, alejada de nuestra concreta experiencia vital y, por ello mismo, fría y lejana, incapaz de movilizar los afectos y de incidir en la conducta.

Resulta lógico que los cristianos elaboremos imágenes que nos ayuden a captar intuitivamente el significado de términos como “cielo” o “infierno”. La imagen puede variar, y de hecho varía, a lo largo de la historia. La razón del cambio, o de la movilidad, la encontramos en la historicidad de la experiencia y del conocer humanos. Si en otro tiempo el infierno, por poner un ejemplo, se representaba como una caldera ardiente, en la que los condenados eran atormentados por los demonios, hoy en día, sin que ello suponga ningún cambio esencial, la misma realidad es pensada como un estado de autoexclusión definitiva de la comunión con Dios y con los demás. Concebimos en términos personales y relacionales lo que, en otras épocas, se representaba con ayuda de conceptos figurativos, físicos y espaciales.

Se trata, ni más ni menos, del carácter analógico del lenguaje. Las palabras y los conceptos no agotan la realidad; únicamente son medios más o menos “adecuados” para poder conocerla y comprenderla. Si esta ley de la analogía tiene su aplicación en todo ámbito del lenguaje, mucho más debemos tenerla en cuenta a la hora de pensar lo que “ni ojo vio ni oído oyó”. Los contenidos de la fe cristiana referidos a las “realidades últimas” – a la muerte, al juicio, al infierno y al paraíso – no tienen por finalidad satisfacer nuestra curiosidad, sino sostener de manera fundada nuestra esperanza.

El lenguaje del Papa tiene la “movilidad” propia del lenguaje humano y, por tanto, del lenguaje en el que se expresa la fe. El problema está en algunos oyentes e intérpretes de su mensaje. De asuntos que conciernen a la religión parecen obstinarse en mantener – sin mayor profundización – las cuatro cosas que quizá (mal) aprendieron de pequeños, sin pararse a pensar, ya siendo adultos, acerca de su alcance y significado.

Se puede compartir o no la fe; creer o no creer. De todos modos, el Cristianismo merece respeto y no resulta apto para la frivolización. Permanecer “inmóviles” en los tópicos de la infancia – o de la ideología – es negarse a aprender. Y, de paso, imposibilitarse quizá para comprender a los que piensan y creen de modo distinto. 

AMIGO...


Amigo.

Te amo no sólo por lo que eres,
sino por lo que soy cuando estoy contigo.
Te amo no sólo por lo que has hecho de tí mismo,
sino por lo que estás haciendo de mí.
Te amo porque has hecho más de lo que cualquier
credo logró para hacerme bueno y más
de lo que los afanes de cualquier fe
hicieron para hacerme feliz.
Lo has hecho sin tocarme,
sin una palabra,
sin una señal.

Lo has hecho siendo tú mismo.
Quizá, después de todo,
eso es lo que significa ser Amigo.

EL EVANGELIO DE HOY: MIÉRCOLES 30 DE ABRIL DEL 2014

Autor: P. Ignacio Sarre | Fuente: Catholic.net
Dios mandó a su Hijo para salvar al mundo
Juan 3, 16-21. Pascua. No acabamos de darnos cuenta de lo que significa este amor de Dios, inmenso, gratuito, desinteresado, un amor hasta el extremo.
 
Dios mandó a su Hijo para salvar al mundo
Del santo Evangelio según san Juan 3, 16-21

Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. El que cree en él, no es juzgado; pero el que no cree, ya está juzgado, porque no ha creído en el Nombre del Hijo único de Dios. Y el juicio está en que vino la luz al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra el mal aborrece la luz y no va a la luz, para que no sean censuradas sus obras. Pero el que obra la verdad, va a la luz, para que quede de manifiesto que sus obras están hechas según Dios.»

Oración introductoria

Jesús, pongo toda mi libertad en tus manos para que Tú me guíes hacia esa luz que me aleje de las tinieblas. Dedico tiempo al radio, a la música, a la televisión, a los mensajes que me llegan por internet, etc., en vez de buscar con ahínco más y mejor tiempo para mi oración.

Petición

Dios mío, haz que me dé cuenta que lo primero que tengo que buscar en mi día y en mi corazón es tu luz, tu verdad, tu voz de suave y firme Pastor.

Meditación del Papa Francisco

Este es el camino de la historia del hombre: un camino para encontrar a Jesucristo, el Redentor, que da la vida por amor. En efecto, Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por medio de Él. Este árbol de la Cruz nos salva, a todos nosotros, de las consecuencias de ese otro árbol, donde comenzó la autosuficiencia, el orgullo, la soberbia de querer conocer –nosotros-, todo, según nuestra mentalidad, de acuerdo con nuestros criterios, incluso de acuerdo a la presunción de ser y de llegar a ser los únicos jueces del mundo. Esta es la historia del hombre: desde un árbol a otro.
En la cruz está la historia de Dios, para que podamos decir que Dios tiene una historia. Es un hecho que Dios ha querido asumir nuestra historia y caminar con nosotros: se ha abajado haciéndose hombre, mientras nosotros queremos alzarnos, y tomó la condición de siervo, haciéndose obediente hasta la muerte en la Cruz, para levantarnos:
¡Dios hace este camino por amor! No hay otra explicación: solo el amor hace estas cosas... (Cf. S.S. Francisco, 14 de septiembre de 2013, homilía en capilla de Santa Marta).

Reflexión

La oscuridad nos inquieta. La luz, en cambio, nos da seguridad.

En la oscuridad no sabemos dónde estamos. En la luz podemos encontrar un camino. En pocas líneas, el Evangelio nos presenta los dos grandes misterios de nuestra historia.

Por un lado, "tanto amó Dios al mundo". Sin que lo mereciéramos, nos entregó lo más amado. Aún más, se entregó a sí mismo para darnos la vida. Cristo vino al mundo para iluminar nuestra existencia.

Y en contraste, "vino la luz al mundo y los hombres amaron más las tinieblas que la luz". No acabamos de darnos cuenta de lo que significa este amor de Dios, inmenso, gratuito, desinteresado, un amor hasta el extremo.

El infinito amor de Dios se encuentra con el drama de nuestra libertad que a veces elige el mal, la oscuridad, aún a pesar de desear ardientemente estar en la luz. Pero precisamente, Cristo no ha venido para condenar sino para salvarnos. Viene a ser luz en un mundo entenebrecido por el pecado, quiere dar sentido a nuestro caminar.

Obrar en la verdad es la mejor manera de vivir en la luz. Y obrar en la verdad es vivir en el amor. Dejarnos penetrar por el amor de Dios "que entregó a su Hijo unigénito", y buscar corresponderle con nuestra entrega.

Propósito

Que mi testimonio de vida, coherente con la Palabra de Dios, ilumine el camino de los demás.

Diálogo con Cristo

Gracias, Señor, por darme la luz para saber tomar el camino que me lleve a la santidad. Ciertamente ese camino no es el más fácil, ni ante los ojos humanos el más bonito o agradable. Es más, hay un temor interno que no me deja abandonarme totalmente en tu providencia, un espíritu controlador que no logro dominar fácilmente. Pero qué maravilla saber que Tú, a pesar de mis apegos, me sigues amando, perdonando, realmente quiero corresponder a tanto amor. 

ORACIÓN INICIAL DEL MES DE MAYO, DEDICADO A LA VIRGEN MARÍA


ORACIÓN INICIAL DEL MES DE MAYO, 
DEDICADO A LA VIRGEN MARÍA.

¡Oh María!, durante el bello mes a Ti consagrado, todo resuena con tu nombre y alabanza.

Tu santuario resplandece con nuevo brillo, y nuestras manos te han elevado un trono de gracia y de amor, desde donde presides nuestras fiestas y escuchas nuestras oraciones y votos.

Para honrarte, hemos esparcido frescas flores a tus pies, y adornado tu frente con guirnaldas y coronas. Mas, ¡oh María!, no te das por satisfecha con estos homenajes. 

Hay flores cuya frescura y lozanía jamás pasan y coronas que no se marchitan. Éstas son las que Tú esperas de tus hijos, porque el más hermoso adorno de una madre es la piedad de sus hijos,
y la más bella corona que pueden depositar a sus pies, es la de sus virtudes.

Sí, los lirios que Tú nos pides son la inocencia de nuestros corazones. Nos esforzaremos, pues, durante el curso de este mes consagrado a tu gloria, ¡Oh Virgen Santa!, en conservar
nuestras almas puras y sin manchas, y en separar de nuestros pensamientos, deseos y miradas aun la sombra misma del mal.

La rosa, cuyo brillo agrada a tus ojos, es la caridad, el amor a Dios y a nuestros hermanos.

Nos amaremos, pues, los unos a los otros, como hijos de una misma familia, cuya Madre eres, viviendo todos en la dulzura de una concordia fraternal.

En este mes bendito, procuraremos cultivar en nuestros corazones la humildad, modesta flor que te es tan querida, y con tu auxilio llegaremos a ser puros, humildes, caritativos,
pacientes y esperanzados.

¡Oh María!, haz producir en el fondo de nuestros corazones todas estas amables virtudes; que ellas broten, florezcan y den al fin frutos de gracia, para poder ser algún día dignos hijos de la más Santa y la mejor de las Madres, Amén.

martes, 29 de abril de 2014

ORACIÓN A LA VIRGEN MARÍA


ORACIÓN A LA VIRGEN MARÍA

Madre: 

Mientras el sábado santo se libraba el combate entre la Luz y las tinieblas, 
el Espíritu Consolador invadía tu corazón, aliviando tu dolor, 
el Padre terminaba su obra maestra: Cristo Resucitado, 
y tú en silenciosa espera... 

¡Cuánto aprendo de tu silencio sonoro! 
Gracias, Madre, por permitirme entrar en el jardín de tu alma y acompañarte en tu dolor. 
No me cabe la menor duda de que fuiste tú la primera a quien buscó Jesús resucitado. 

¿Qué pasó en tu corazón cuando al tercer día brilló el Sol Naciente con toda su gloria? 
¿Cómo celebraron juntos aquél momento? Me imagino lo que sentiste. 

Déjame ver con tu mirada el rostro de tu Hijo Resucitado, 
alegrarme y regocijarme en Él como tú lo hiciste. 

A ti te constituyó en Madre de la Iglesia, 
que a mí me conceda resucitar con Él; 
que me haga un hombre nuevo, 
que piense en las cosas de arriba, 
y las busque por encima de todo 
Amen 

EL AMOR Y LOS MILAGROS


El amor y los milagros
Autor: Padre Eusebio Gómez Navarro OCD   


La vida está llena de milagros. Más aún, la vida es para hacer milagros. 
            El amor lo puede todo: hace ligeras las cargas pesadas, hace dulce lo sabroso, fácil lo difícil y posible lo que parece imposible. “El amor se arma de paz contra el poder, contra la razón, contra el honor, y dulcifica la amargura de todas las violencias, de todos los golpes, de todos los temores” (W. Shakespeare).

Todo es según el color del cristal con que miramos. Cuando se mira con amor, todo cambia en la vida: el paisaje, las personas, la monotonía... Cambia la realidad más difícil, pues “el amor, según yo he oído decir, mira con unos anteojos que hacen parecer oro al cobre, a la pobreza riqueza, y a las legañas perlas” (Miguel de Cervantes). La medida de llevar las empresas más difíciles es el amor. El amor pone alas en la vida. “No es verdad que el amor hace todas las cosas fáciles, sino que el amor te hace capaz de superar las más difíciles” (J. Eliot). De manera parecida se expresa el Kempis cuando dice: “Gran cosa es el amor; él solo hace ligero todo lo pesado y lleva con igualdad todo lo desigual. Pues lleva la carga sin carga, y hace dulce y sabroso todo lo amargo”. Para Dios, que es Amor, todo es posible. Quien ama se asemeja a Dios y todo lo puede conseguir, pues “nada hay difícil para quien ama” (Cicerón).

Las personas que aman tienen una virtud especial para ver todo lo bueno en el corazón de los otros y del mismo mundo. Dios, al terminar la creación, vio que todo era bueno. El amor llena el alma de libertad. “Ama y haz lo que quieras”, decía san Agustín. Porque si el amor es el que guía tu vida, realizarás grandes empresas. Si el amor guía a la humanidad, habrá paz, luz, alegría... “Los seres humanos que quieren tener una vida hermosa, no lo pueden lograr ni por nacimiento, ni por honores, ni por riqueza, ni por cualquier otra cosa, sino únicamente por amor” (Platón).

El amor acerca, une, asemeja... Mientras reina el buen entendimiento, desaparecen las sospechas y las rencillas. Para amar es necesario creer en el amor. Quien ama, confía. Todos los que creen en el amor, aman, y su vida es un canto al amor.

El amor da vida, libera, armoniza, ilumina, mientras que el odio engendra muerte, paraliza, confunde, oscurece. Todos deseamos recibir amor, pero no siempre estamos dispuestos a darlo. “El mejor medio para hacerse amar es amar; y ser amados es el medio para ver seguidos los propios ejemplos, escuchadas las propias palabras, eficaces los propios consejos, creídas las propias afirmaciones, adoptadas las propias creencias (C. de Foucauld).  A la larga o a la corta, el amor siempre resulta. Con el odio y la violencia no se consigue nada; por eso es bueno optar por el amor como fuente de vida. “Donde no hay amor, siembra amor y recogerás amor” (san Juan de la Cruz).

Una de las grandes tareas de los seres humanos es enseñar a amar y volver al amor a quienes lo hubieran perdido. Dios ha creado a la persona para amar, y todos deberíamos ser conscientes de que “en el fondo de todas las almas hay tesoros escondidos que sólo el amor puede descubrir” (E. Rod). El que lo descubre tiene la varita mágica de hacer milagros. Algo que está al alcance de todos, niños y grandes, pobres y ricos, guapos y feos.

LA IMPORTANCIA DE LAS PALABRAS DE ESTÍMULO



Importancia de las palabras de estímulo
Autor: Nido Qubein
Libro: Chocolate caliente para el alma.


Algunos de los mayores éxitos de la historia se produjeron después de una palabra de estímulo o de un acto de confianza por parte de una persona querida o un amigo fiel. Si no hubiera sido por una esposa confiada, Sophia, tal vez no habríamos tenido entre los grandes nombres de la literatura el de Nathaniel Hawthorne, Cuando Nathaniel, un hombre acongojado, fue a su casa a decirle a su esposa que era un fracaso y que lo habían echado de su trabajo en la aduana, ella lo sorprendió con una exclamación de alegría.

- ¡Ahora puedes escribir tu libro! - dijo triunfante.

- Sí - repuso el hombre con vacilante aplomo - y de qué vamos a vivir mientras lo escribo?

Para su gran sorpresa, ella abrió un cajón y sacó una cantidad considerable de dinero.
- De dónde sacaste eso? - exclamó él.

- Siempre supe que eras un hombre de talento - le dijo -. Sabía que algún día escribirías una obra maestra. De modo que cada semana, del dinero que me dabas para la casa, ahorraba un poco. Tenemos suficiente para un año entero.
De su confianza y su fe salió una de las novelas más importantes de la literatura norteamericana: La carta escarlata.

EL EVANGELIO DE HOY: MARTES 29 DE ABRIL DEL 2014

Autor: Misrael Cisneros | Fuente: Catholic.net
Jesús habla con Nicodemo
Juan 3, 7-15. Pascua. Tal vez se acordaría de aquellas palabras que escuchó de Jesús y que ahora comprendía con el corazón.
 
Jesús habla con Nicodemo
Del santo Evangelio según san Juan 3, 7-15

En aquel tiempo, Jesús dijo a Nicodemo: "No te asombres de que te haya dicho: Tienes que nacer de lo alto. El viento sopla donde quiere, y oyes su voz, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo el que nace del Espíritu". Respondió Nicodemo: "¿Cómo puede ser eso?" Jesús le respondió: "Tú eres maestro en Israel y ¿no sabes estas cosas? En verdad, en verdad te digo: nosotros hablamos de lo que sabemos y damos testimonio de lo que hemos visto, pero ustedes no aceptan nuestro testimonio. Si no creen al decirles cosas de la tierra, ¿cómo van a creer si les digo cosas del cielo? Nadie ha subido al cielo sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre. Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del hombre, para que todo el que crea tenga por él vida eterna".

Oración introductoria

Señor, creo en Ti. Humildemente te suplico que permitas que esta meditación me ayude a comprender que tu Palabra es mi luz y mi fortaleza, el alimento de mi alma, la fuente perenne de mi vida espiritual.

Petición

Señor, enséñame a renacer en la nueva familia de Dios: tu Iglesia.

Meditación del Papa Francisco

¿Qué misión tiene este pueblo? La de llevar al mundo la esperanza y la salvación de Dios: ser signo del amor de Dios que llama a todos a la amistad con Él; ser levadura que hace fermentar toda la masa, sal que da sabor y preserva de la corrupción, ser una luz que ilumina. En nuestro entorno, basta con abrir un periódico -como dije-, vemos que la presencia del mal existe, que el Diablo actúa. Pero quisiera decir en voz alta: ¡Dios es más fuerte! Vosotros, ¿creéis esto: que Dios es más fuerte? Pero lo decimos juntos, lo decimos todos juntos: ¡Dios es más fuerte! Y, ¿sabéis por qué es más fuerte? Porque Él es el Señor, el único Señor. Y desearía añadir que la realidad a veces oscura, marcada por el mal, puede cambiar si nosotros, los primeros, llevamos a ella la luz del Evangelio sobre todo con nuestra vida.
Si en un estadio, en una noche oscura, una persona enciende una luz, se vislumbra apenas; pero si los más de setenta mil espectadores encienden cada uno la propia luz, el estadio se ilumina. Hagamos que nuestra vida sea una luz de Cristo; juntos llevaremos la luz del Evangelio a toda la realidad. (S.S. Francisco, 12 de junio de 2013). 

Reflexión

Nicodemo, hombre culto y magistrado judío, ¿comprendió lo que Jesús le dijo? Nicodemo sabía por las escrituras que Moisés levantó una serpiente para librar a su pueblo del veneno de las serpientes, pero no llegaba a comprender que Cristo también sería levantado para librar, no ya a un pueblo concreto con un número determinado de personas, sino que libraría a todos los hombres de las picaduras del pecado. ¿Qué pensó Nicodemo cuando años después vio a Cristo en la cruz? Tal vez se acordaría de aquellas palabras que escuchó de Jesús y que no comprendió porque el Padre revela los secretos del reino a quienes Él se los quiere revelar, pero que ahora ante la figura de Cristo muerto, ya lo comprendería con el corazón y no por el conocimiento que le daba su ciencia.

Nosotros, cristianos del siglo XXI, esperanza de la Iglesia para este nuevo milenio, ya no se nos oculta nada sobre la pasión del Señor. La cruz, como decia el Papa en Dives in Misericordia, “es la inclinación más profunda de la Divinidad hacia el hombre.”

Acompañemos a Cristo resucitado en estas fiestas pascuales, pero recordando que Cristo tuvo que pasar antes sobre la cruz por amor a mí.

Diálogo con Cristo

Señor Jesús, por el bautismo somos ungidos en tu Espíritu. Sin embargo, la preocupación por lo material me domina con demasiada facilidad y no vivo de acuerdo a las grandes bendiciones que he recibido. Por eso confío en que esta oración me lleve a poner en primer lugar lo que Tú quieres, antes que mis planes.

Propósito

Hacer una visita a Cristo Eucaristía para renovar las promesas de mi bautismo. 

lunes, 28 de abril de 2014

SANTA GIANNA BERETTA MOLLA, ABRIL 28



SANTA GIANNA BERETTA MOLLA
ABRIL, 28

Juan Pablo II canonizó el 16 de Mayo del 2004 a la cirujana y pediatra Gianna Beretta Molla, quién entregó libremente su propia vida a los 39 años de edad, el 28 de abril de 1962, para salvar a su cuarto hijo, Gianna Emanuela, que estaba por nacer. Optó por no someterse a un tratamiento de cáncer que hubiese matado a la criatura.

Se le había recomendado un aborto. Al negarse, murió al desarrollar una peritonitis séptica muy dolorosa. Como médico, ella sabía muy bien la realidad de su condición, pero prefirió morir para dar vida a su hija.

Pablo VI describió a Gianna como "una madre que, para dar a luz a su bebé, sacrificó la suya propia en una inmolación deliberada".

Gianna Molla, de la Arquidiócesis de Milán, era miembro de la Acción Católica. Ella dijo de su trabajo: "Como el sacerdote toca a Jesús, así nosotros los médicos tocamos a Jesús en los cuerpos de nuestros pacientes."

Le gustaba esquiar, tocar el piano y escuchar conciertos. Su esposo Pietro Molla, ingeniero, vive en Milán, describió a su esposa como una persona completamente normal que constantemente decía que sus hijos eran su gozo, su orgullo y su tesoro. El Cardenal José Saraiva Martins, prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos dijo: "Ella vivió su matrimonio y maternidad con gozo, generosidad y absoluta fidelidad a su misión"

En el libro "Primo Piano: Gianna" (Gianna de cerca), Molla cita a su esposa: - "No se puede amar sin sufrir o sufrir sin amor". -"¡Miren a las madres que verdaderamente aman a sus hijos, cuantos sacrificios hacen! Están prestas para cualquier cosa, aun hasta dar sus propias vidas."

El cuerpo mortal reposa en el cementerio de Mésero, a 4 kilómetros de Magenta, Italia.

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Confío en vos, dulce Madre 
Gianna nació el 4 de octubre de 1922, en Magenta, ciudad vecina a Milán. Sus padres –rectos, justos y temorosos de Dios– junto con su hermana Amalia, la formaron espiritualmen te. A partir de su Primera Comunión, en Abril de 1928, Gianna acompañaba a su madre a Misa todos los días.

De carácter ameno y semblante sonriente, su rostro irradiaba equilibrio, amenidad, pureza y un corazón generoso, con una fe contagiante que atraía a todos a la Iglesia.

A los 15 años participó de un retiro espiritual según el método de San Ignacio de Loyola, que la llevó a hacer un firme propósito: “mil veces morir antes que cometer un pecado mortal”.

Al fallecer su madre, Gianna se encomendó a María Santísima con estas palabras: “Confío en vos, dulce Madre, y tengo la certeza de que nunca me abandonaréis”.

Santa Gianna Beretta Molla fue siempre muy devota de la Virgen. Prueba de ello son las constantes referencias que ella hace sobre la Virgen en los encuentros con las muchachas de la Acción Católica y en las cartas a su novio y más tarde esposo. Quiso prepararse para su matrimonio con Pietro con un triduo de oración: ella se dirigiría al Santuario de la Asunción en Magenta, él, Pietro, al de la Virgen del Buen Consejo en Ponte Nuovo. Así le escribió a Pietro el 4 de septiembre de 1955: «La Virgen unirá nuestras oraciones y deseos y, dado que la unión hace la fuerza, Jesús no podrá dejar de escucharnos y ayudarnos».

Durante el verano de 1957, mientras esperaba a Mariolina, la segunda hija, le escribió al marido: «Gracias, Pietro queridísimo, por tus oraciones. La Virgen te escuchará y tendremos así otra bella criatura como nuestro querido Pierluigi». Dos años después, mientras esperaba a Laura y estaba cansada por el embarazo, le escribía también a Pietro: “Confío en la Virgen y estoy segura de que también esta vez me ayudará”.

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Misión de médica, salud del cuerpo, salud del alma
En 1942, Gianna se matriculó en la Facultad de Medicina. Tenía un concepto preciso y sublime de esta profesión. Más que un trabajo, la medicina era para ella una misión: “No olvidemos que en el cuerpo de nuestro paciente existe un alma inmortal. Seamos honestos y médicos de fe”. A sus pacientes, la Dra. Gianna daba no solamente asistencia médica, sino también una verdadera ayuda espiritual, y muchas veces les auxiliaba para que recibieran el sacramento de la Confesión. Alentó a muchas madres próximas al parto transmitiéndoles la alegría de recibir al hijo como un don de Dios y a rechazar o desistir del aborto.

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La vocación del matrimonio
Persuadida de la importancia del apostolado, durante algunos años alimentó el deseo de ser misionera laica consagrándose a Dios en el servicio de la Evangelización. Vivió un tiempo en la incertidumbre del camino a elegir. Para decidir bien, rezaba mucho, pedía oraciones y consejos, pero también pasó por una gran perturbación interior con respecto a su proyecto de vida. En vez de ofuscarse, intensificó las oraciones para conocer mejor la voluntad del Creador. Cuando comprendió que la voluntad de Dios era que constituyera una familia, se orientó decididamente hacia el matrimonio consciente que “nuestra felicidad terrena y la eterna depende de vivir bien nuestra vocación”.

Un encuentro no casual, bendecido por Dios En la fiesta de la Inmaculada Concepción de 1954, se celebraba en Mesero la fiesta de la ordenación sacerdotal de Fray Lino Gara-vaglia, hoy obispo de las diócesis de Cesena e Sarsina (Italia). Tanto Pedro, el futuro novio, como Gianna fueron invitados a la Misa y el almuerzo. Al día siguiente, Pedro Molla escribía a Gianna “Me acuerdo de ti cuando, con tu sonrisa larga y gentil, saludabas a Fray Lino y a sus parientes. Me acuerdo de ti cuando hacías devotamente la Señal de la Cruz antes del café. Me acuerdo de ti todavía cuando estabas en oración durante la bendición del Santísimo Sacramento”. Gianna, que también tenía la certeza de haber tenido ese día un “óptimo encuentro”, le respondió “deseo hacerte feliz y ser la buena esposa que tu deseas: comprensiva y dispuesta a los sacrificios que la vida nos pedirá. Pienso en darme totalmente para formar una familia verdaderamente cristiana. Es verdad que tendremos que enfrentar dolores y sacrificios, pero si deseamos siempre uno el bien al otro, con la ayuda de Dios venceremos todos los obstáculos”.

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Heroíco amor maternal por amor de Dios 
Después de tres embarazos dolorosos, al comienzo del cuarto se hizo indispensable una cirugía debido a un tumor en el útero. Fidelísima a sus principios morales y religiosos, decidió, sin dudar, que el médico se preocupase, en primer lugar, no en la operación que salvaría su vida, sino en la salvación de la vida de la criatura. Así relata su marido esos momentos: “Con una incomparable fuerza de voluntad y con inmutable empeño, continuó su misión de madre hasta los últimos días de su embarazo. Rezaba o meditaba.

La sonrisa y la serenidad que infundían la belleza, la vivacidad y la salud de sus tres 'tesoros' eran casi siempre velados con una inquietud interior. Temía que su criatura naciese con sufrimientos. Rezaba para que no fuese así. Muchas y muchas veces, me pedía disculpas si me causaba preocupaciones. Me decía que nunca había tenido necesidad de tanta amabilidad y comprensión como ahora. Mientras se aproximaba el período del parto, afirmó explícitamente, con tono firme y al mismo tiempo sereno, con una mirada profunda que jamás olvidaré: “Si deben decidir entre la criatura y yo, no duden: prefieran a la criatura, yo lo exijo, ¡sálvenla! Yo hago la voluntad de Dios y Dios providenciará lo necesario para mis hijos”.

En septiembre de 1961, al cumplirse el segundo mes de embarazo, es presa del sufrimiento. El diagnóstico: un tumor en el útero. Se hace necesaria una intervención quirúrgica. Antes de ser intervenida, suplica al cirujano que salve, a toda costa, la vida que lleva en su seno, y se confía a la oración y a la Providencia. Se salva la vida de la criatura. Ella da gracias al Señor y pasa los siete meses antes del parto con incomparable fuerza de ánimo y con plena dedicación a sus deberes de madre y de médico. Se estremece al pensar que la criatura pueda nacer enferma, y pide al Señor que no suceda tal cosa. Algunos días antes del parto, confiando siempre en la Providencia, está dispuesta a dar su vida para salvar la de la criatura: «Si hay que decidir entre mi vida y la del niño, no dudéis; elegid -lo exijo- la suya. Salvadlo». La mañana del 21 de abril de 1962 da a luz a Gianna Emanuela.

El día 28 de abril, también por la mañana, entre indecibles dolores y repitiendo la jaculatoria «Jesús, te amo; Jesús, te amo», muere santamente. Tenía 39 años. Sus funerales fueron una gran manifestación llena de emoción profunda, de fe y de oración. La Sierva de Dios reposa en el cementerio de Mésero, a 4 kilómetros de Magenta.

El amor disipa todos los miedos
Gianna Beretta Molla es una señal del tiempo presente, una invitación a defender la vida, a respetarla con todas sus consecuencias.

Juan Pablo II el día de su canonización la llamó mensajera sencilla, pero muy significativa, del amor divino. Pocos días antes de su matrimonio, en una carta a su futuro esposo, escribió: "El amor es el sentimiento más hermoso que el Señor ha puesto en el alma de los hombres". A ejemplo de Cristo, que "habiendo amado a los suyos (…), los amó hasta el extremo" (Jn 13, 1), esta santa madre de familia se mantuvo heroicamente fiel al compromiso asumido el día de su matrimonio. El sacrificio extremo que coronó su vida testimonia que sólo se realiza a sí mismo quien tiene la valentía de entregarse totalmente a Dios y a los hermanos. Ojalá que nuestra época redescubra, a través del ejemplo de Gianna Beretta Molla, la belleza pura, casta y fecunda del amor conyugal, vivido como respuesta a la llamada divina.

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El milagro 
La protagonista del milagro, ocurrido el 9 de noviembre de 1977 en un hospital brasileño, fue una joven parturienta quien se curó de septicemia infección generalizada del organismo. Las religiosas del hospital habían pasado la noche encomendando su curación a la intercesión de Gianna, cuya figura les era conocida porque el promotor del hospital era un hermano de la beata, médico y misionero capuchino en ese país. El Papa aprobó el decreto que reconocía sus virtudes heroicas y la beatificó.

Beatificada 
En 1994, año de la familia, por Juan Pablo II, quien la propuso como modelo para todas las madres. El Papa elogió a Gianna, quién no eludió el sacrificio, confirmando así su virtud heroica.

Si hubiese estado aun en el mundo en el año en que fue beatificada, Gianna hubiese tenido setenta y dos años.

Canonización
El milagro atribuido a la intercesión de Gianna Molla que abrió paso a la canonización: Elisabete Arcolino Comparini, con tres meses de embarazo, perdió todo el líquido amniótico. Ella y su esposo le pidieron a la beata Molla y la niña nació bien en mayo del 2000. El nacimiento es científicamente inexplicable. La llamaron Gianna Maria.

Santa Gianna, ruega por nosotros y por las madres e hijos que corren peligro en este momento

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Sus Escritos

“Esta vez será un alumbramiento difícil, y tendrán que salvar a una o al otro – quiero que salven a mi bebé”.

Hoy hay mucha superficialidad en nuestro trabajo (médico). Nos ocupamos de cuerpos, y muchas veces incompetentemente… Debemos hacer bien nuestra parte. Estudiar nuestra ciencia. Debemos ser médicos honestos, llenos de fe. Debemos cuidar de nuestros pacientes con bondad y dulzura, recordando que éstos son nuestros hermanos y hermanas; tener delicadeza y respeto. No olvidar que también hay que servir al alma de la persona enferma.

"¡Si supieras que diferente se juzgan las cosas a la hora de la muerte!... Que vanas parecen ciertas cosas a las que les dábamos tanta importancia en el mundo"

Nosotros [los médicos] tenemos la ocasión que el sacerdote no tiene. Nuestra misión no acaba cuando la medicina no sirve ya de nada. Hay que llevar el alma a Dios y entonces nuestra palabra adquiere autoridad. Cada médico tiene que entregarlo [al enfermo] al Sacerdote. ¡Cuántos médicos católicos así son necesarios!

Cuanto más se siente el deseo de dar mucho, tanto más a menudo se necesita recurrir al manantial que es Dios.

El Señor me quiso mucho. Vos sos el hombre que deseaba encontrar, pero no te niego que más de una vez me pregunto: “¿seré yo digna de él?”. Si, de vos Pietro, porque me siento lisa y llanamente nada, tan incapaz que a pesar de desear enormemente hacerte feliz, temo no poder lograrlo. Y entonces rezo así al Señor: “Señor, vos que ves mis sentimientos y mi buena voluntad, socorreme y ayudame para que pueda ser la esposa y madre que Vos deseás que sea y que yo pienso que también Pietro desea”.DE LA CARTA A SU NOVIO (11 DE MARZO DE 1955)

Encarnarse, ¿qué quiere decir? Quiere decir hacer que la verdad sea visible en la propia persona, hacer que la verdad sea afable, ofreciendo en nosotras mismas un ejemplo atrayente y de ser posible heroico. Para el hombre es siempre necesario ver, palpar, sentir, no se deja fácilmente conquistar por una palabra. El decir algo, solamente, no arrastra, mostrar si. Si Jesús hubiera invitado a practicar la pobreza solo con su discurso de la montaña «Bienaventurados los pobres…» pocos habrían buscado la felicidad en la pobreza. Pero él nació pobre, vivió pobre y murió pobre, así su ejemplo atrajo a Francisco de Asís y a todo ese ejército de almas que quiso seguirlo en la pobreza. […] Encarnarse quiere decir hacer que la verdad se torne visible en nuestra persona, es decir manifestar mediante vuestra humanidad a Jesucristo y a la belleza de la vida vivida según el Evangelio. Debemos ser las testigos vivientes de la grandeza y de la belleza del cristianismo. DE UNA REUNIÓN DEL CENÁCULO DE LAS ASPIRANTES DE LA ACCIÓN CATÓLICA (12 DE DICIEMBRE DE 1946)

Una madre o una esposa que lleva en su corazón las siete espadas de los dolores morales, a los que agrega la cruz de una salud débil o de la miseria, en una familia numerosa, ¡esa mujer es una mártir, una santa, sin que deba sufrir otro tormento, solamente si sabe amar como puede amar! […] «Amemos la cruz» y recordemos que para cargarla no estamos solas, está con nosotras Jesús que nos ayuda y, tal como dice San Pablo, en Él que nos conforta todo podemos. DE LOS APUNTES PARA LA CONFERENCIA DE SAN VICENTE (1947 – 1948)

No debemos en el apostolado ponernos nosotros en primer lugar, proclamarnos nosotros mismos, sino que debemos en cambio desaparecer y dar siempre el primer lugar a Jesucristo. Miren a San Juan Bautista. Los fariseos acuden a él para preguntarle si es el Mesías, pero él les responde: «No, no soy yo; yo no soy digno siquiera de desatarle las correas de las sandalias, más miren, allí está el Mesías» y señala a una persona envuelta en un manto. Y noten algo, a los mismos que lo escuchaban, a sus fieles, los manda para que vayan hacia Él y les dice: «Es necesario que Él, el Cristo, crezca, y que yo disminuya» ¡Qué humildad, qué desinterés! DE UNA REUNIÓN DEL CENÁCULO DE LAS ASPIRANTES DE LA ACCIÓN CATÓLICA (18 DE NOVIEMBRE DE 1946)

A uno le gustaría estar siempre bien, escapar del dolor, gozar… Para la salvación de las almas no basta la oración, la palabra, es necesario unir algo de nosotros, alguna gota de nuestra sangre, un poco de nosotros mismos. Que Jesús sea nuestro modelo. Llevar con alegría día a día la cruz que Jesús nos manda, con alegría. DE LAS CONFIDENCIAS HECHAS A SU HERMANA, SOR VIRGINIA, DURANTE LOS ÚLTIMOS DÍAS DE VIDA

«Sonreír a Dios, de quien nos viene todo don. Sonreír al Padre con las oraciones más perfectas, al Espíritu Santo. Sonreír a Jesús, acercándonos a la Santa Misa, a la Comunión, a la Visita al Santísimo. Sonreír a quien personifica a Cristo, el Papa. Sonreír a quien personifica a Dios, el confesor, incluso cuando nos exhorta a renuncias tajantes. Sonreír a la Virgen Santa, ejemplo al que debemos sujetar nuestra vida de manera tal que, a quien nos mire, podamos suscitarle solo santos pensamientos. Sonreír a nuestro ángel custodio, porque nos fue dado por Dios para conducirnos al Paraíso. Sonreír a los padres, hermanos, hermanas, porque debemos ser llamas de alegría, incluso cuando nos impongan deberes que vayan en contra de nuestra soberbia.Sonreír siempre, perdonando las ofensas. Sonreír en la sociedad, evitando toda crítica y murmuración. Sonreír a todos aquellos que el Señor nos manda durante la jornada. El mundo busca la alegría pero no la encuentra, porque está lejos de Dios. Nosotros, que comprendimos que la alegría viene de Jesús, con Jesús en el corazón llevemos la alegría. Él será la fuerza que nos ayudará». DEL CUADERNO DE APUNTES DE LOS EJERCICIOS ESPIRITUALES DE 1938 (16-18 DE MARZO DE 1938)

Paraíso. No podemos imaginar cuán bello es, cuán grande es. En el Paraíso no sufriremos más; no habrá más personas antipáticas, enemigas; gozaremos inmensamente. En esta tierra estamos todos contentos cuando entra en nosotros una pequeña porción de gloria. En el Paraíso en cambio, la gloria nos rodeará, nos encontraremos en un mundo de paz, alegría y consolación. […] Propósito: pedirle al Señor que me conduzca al Paraíso. […] De esta manera rezaré y con la ayuda de Dios entraré en el Reino de los Cielos con todos los santos y las demás almas santas. DE LOS APUNTES DE LOS EJERCICIOS ESPIRITUALES DE 1938 (16-18 DE MARZO DE 1938)

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Extracto de la Homilia de S.S. Juan Pablo II en su canonización

"Mi paz os doy" (Jn 14, 27). En el tiempo pascual escuchamos a menudo esta promesa de Jesús a sus discípulos. La verdadera paz es fruto de la victoria de Cristo sobre el poder del mal, del pecado y de la muerte. Los que lo siguen fielmente se convierten en testigos y constructores de su paz.

7. Gianna Beretta Molla fue mensajera sencilla, pero muy significativa, del amor divino. Pocos días antes de su matrimonio, en una carta a su futuro esposo, escribió: "El amor es el sentimiento más hermoso que el Señor ha puesto en el alma de los hombres". A ejemplo de Cristo, que "habiendo amado a los suyos (...), los amó hasta el extremo" (Jn 13, 1), esta santa madre de familia se mantuvo heroicamente fiel al compromiso asumido el día de su matrimonio. El sacrificio extremo que coronó su vida testimonia que sólo se realiza a sí mismo quien tiene la valentía de entregarse totalmente a Dios y a los hermanos. Ojalá que nuestra época redescubra, a través del ejemplo de Gianna Beretta Molla, la belleza pura, casta y fecunda del amor conyugal, vivido como respuesta a la llamada divina. 8. "Que no se turbe vuestro corazón ni se acobarde" (Jn 14, 28). Las vicisitudes terrenas de estos seis nuevos santos nos estimulan a perseverar en nuestro camino, confiando en la ayuda de Dios y en la protección materna de María. Que desde el cielo velen ahora sobre nosotros y nos sostengan con su poderosa intercesión.



NOVENA A SANTA GIANNA MOLLA

Dios, Padre nuestro, 
te alabamos y te bendecimos 
porque en Santa Gianna Beretta Molla 
nos has concedido y dado a conocer 
a una mujer, testigo del Evangelio,
como joven, esposa, madre y médico. 
Te damos gracias también
porque por medio de la entrega de su vida 
nos enseñas a acoger y honrar a toda criatura humana.

Tú, Señor Jesús, 
has sido para ella referencia privilegiada: 
te ha sabido reconocer 
en la belleza de la naturaleza; 
cuando se preguntaba qué camino debía tomar en la vida, 
te buscaba y quería servirte del mejor modo posible; 
en el amor conyugal ha sido signo 
de tu amor por la Iglesia y por la humanidad; 
como tú, buen samaritano, se ha detenido 
junto a toda persona enferma, pequeña y débil; 
siguiendo tu ejemplo y por amor,
se ha dado totalmente, engendrando nueva vida.

Espíritu Santo, fuente de toda perfección, 
concédenos también a nosotros sabiduría, 
inteligencia y valor para que, 
siguiendo el ejemplo de santa Gianna y por su intercesión,
en la vida, personal, familiar y profesional, 
sepamos ponernos al servicio de todo hombre y de toda mujer 
para crecer así en el amor y en la santidad.

Amén.