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viernes, 27 de diciembre de 2013

¿QUÉ NOS TRAERÁ EL AÑO QUE COMIENZA?



¿Que nos traerá el año que comienza?

Lo que quiera Señor pero te pedimos:

FE: para mirarte en todo.

ESPERANZA: para no desfallecer.

CARIDAD: para amarte cada vez mas y hacerte amar por los que nos rodean.

Dadnos  paciencia, humildad, desprendimiento y generosidad.

Dadnos Señor lo que Tu sabes que nos conviene y no sabemos pedir.

Que tengamos un corazón alerta, el oído atento, las manos y la mente activos y que nos hallemos siempre dispuestos a hacer tu voluntad.

Derrama Señor tu gracia sobre todos los que amamos y concede tu paz al mundo entero.

Así sea….

ORACIÓN DE AÑO NUEVO


Oración de Año Nuevo
Autor:  Padres Columbanos


Señor Dios, dueño del tiempo y de la eternidad. Tuyo es el hoy y el mañana, el pasado y el futuro. 

Al empezar un año mas, detengo mi vida ante el nuevo calendario, aun sin estrenar, y te presento estos días que solo Tu sabes si llegare a vivirlos.

Hoy te pido para mi y los míos la paz y la alegría, la fuerza y la prudencia, la claridad y la sabiduría. 

Quiero vivir cada día con optimismo y bondad, llevando a todas partes un corazón lleno de compresión y paz.

Cierra tus oídos a toda falsedad; mis labios o palabras mentirosas, egoístas, mordaces o hirientes.

Abre, en cambio, mi ser a todo lo que es bueno. Que mi espíritu se llene solo de bendiciones y las derrame a mi paso.

Cólmame de bondad y de alegría para que cuantos conviven conmigo o se acerquen a mi, encuentren en mi vida un poquito de Ti. Dame un año feliz, y enséñame a repartir felicidad.

Amen.

CON EL TIEMPO APRENDES

CON EL TIEMPO APRENDES


Con el tiempo aprendes que estar con alguien porque te ofrece un buen futuro significa que tarde o temprano querrás volver a tu pasado. 

Con el tiempo comprendes que sólo quien es capaz de amarte con tus defectos, sin pretender cambiarte, puede brindarte toda la felicidad que deseas. 

Con el tiempo te das cuenta de que si estás al lado de esa persona sólo por acompañar tu soledad, irremediablemente acabarás deseando no volver a verla. 

Con el tiempo te das cuenta de que los amigos verdaderos valen mucho más que cualquier cantidad de dinero. 

Con el tiempo entiendes que los verdaderos amigos son contados, y que el que no lucha por ellos tarde o temprano se verá rodeado solo de amistades falsas. 

Con el tiempo aprendes que las palabras dichas en un momento de ira pueden seguir lastimando a quien heriste, durante toda la vida. 
Con el tiempo aprendes que disculpar cualquiera lo hace, pero perdonar es sólo de almas grandes... 

Con el tiempo comprendes que si has herido a un amigo duramente, muy probablemente la amistad jamás volverá a ser igual. 

Con el tiempo te das cuenta que aunque seas feliz con tus amigos, algún día llorarás por aquellos que dejaste ir. 

Con el tiempo te das cuenta de que cada experiencia vivida con cada persona, es irrepetible. 

Con el tiempo te das cuenta de que el que humilla o desprecia a un ser humano, tarde o temprano sufrirá las mismas humillaciones o desprecios multiplicados. 

Con el tiempo aprendes a construir todos tus caminos en el hoy, porque el terreno del mañana, es demasiado incierto para hacer planes. 

Con el tiempo comprendes que apresurar las cosas o forzarlas a que pasen ocasionará que al final no sean como esperabas. 

Con el tiempo te das cuenta de que en realidad lo mejor no era el futuro, sino el momento que estabas viviendo justo en ese instante. 

Con el tiempo verás que aunque seas feliz con los que están a tu lado, añorarás terriblemente a los que ayer estaban contigo y ahora se han marchado. 

Con el tiempo aprenderás que intentar perdonar o pedir perdón, decir que amas, decir que extrañas, decir que necesitas, decir que quieres ser amigo... ante una tumba..., ya no tiene ningún sentido... 
Pero desafortunadamente...SÓLO CON EL TIEMPO.... 

Y RECUERDA ESTAS PALABRAS: 

"EL HOMBRE SE HACE VIEJO MUY PRONTO Y SABIO MUY TARDE" JUSTAMENTE CUANDO YA NO HAY TIEMPO..... INTENTA APRENDER MIENTRAS TENGAS TIEMPO.

ORACIÓN POR LOS ENFERMOS


Oración por los enfermos


Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia; escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos, y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu Hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén.

JUGAR AL DOMINÓ


JUGAR AL DOMINÓ


¿Alguna vez has jugado al dominó? Cuando yo era muchacho, jugar al dominó era uno de mis pasatiempos favoritos. Hace algún tiempo, mientras visitaba a una familia, vi a un joven muchacho y a su abuelo jugando a ese juego. Al pensar en los días de mi niñez me vino a la mente un torrente de recuerdos.

Lo extraño del juego de dominó es que se gana perdiendo. Para ganar, tienes que perder tus fichas. El que primero se deshace de sus fichas gana el juego. Tienes que dar para obtener, perder para ganar, ser reducido a nada para llegar a la cima.

No es como el béisbol, el tenis u otros juegos, en los que el mayor número de carreras, puntos o anotaciones determina al ganador. ¡No! En el dominó, el que triunfa es el que primero llega a la nada.

La regla del hombre natural es: «Consigue todo lo que puedas.» La regla del hombre espiritual debería ser: «Da todo lo que puedas.» En la esfera espiritual, sólo conservaremos para siempre aquello que damos.

En la vida cristiana muchas veces las victorias más significativas y más importantes vienen disfrazadas en un atuendo de derrota, debemos reducirnos a nada antes de llegar a ser algo. La semilla que se guarda en el granero se enmohece y se deteriora, pero si se «bota» en el suelo aumenta 30, 60 y 100 por uno. «... si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo...» (Juan 12,24).

Recuerda, Jesús lo dio todo. Él es nuestro ejemplo.

Marcos 15:31 "Y de esta manera también los príncipes de los sacerdotes escarneciendo, decían unos a otros, con los escribas: A otros salvó, a sí mismo no se puede salvar." (aunque sí podía, decidio no hacerlo. Por ti y por mi)

La vida es como un partido de tenis: ¡No Puedes ganar si no "sirves" bien!.

Mateo 20:28 "Como el Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos."

EL EVANGELIO DE HOY: 27-12-2013

Autor: Guillermo Antonio Hernández, L.C. | Fuente: Catholic.net
¡Jesús está vivo!
Juan 20, 2-8 Fiesta de San Juan apóstol. Para Juan, Jesús lo era todo. Por eso va y lo busca. Pero, ¿cómo buscar entre los muertos al autor de la vida? Cristo vive.
 
¡Jesús está vivo!
Del santo Evangelio según san Juan 20, 2-9

El primer día después del sábado, María Magdalena vino corriendo a la casa donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo: "Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo habrán puesto". Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos iban corriendo juntos, pero el otro discípulo corrió más aprisa que Pedro y llegó primero al sepulcro, e inclinándose, miró los lienzos puestos en el suelo, pero no entró. En eso, llegó también Simón Pedro, que lo venía siguiendo, y entró en el sepulcro. Observó los lienzos puestos en el suelo y el sudario, que había estado sobre la cabeza de Jesús, puesto no con los lienzos en el suelo, sino doblado en sitio aparte. Entonces, entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro, y vio y creyó, porque hasta entonces no habían entendido las Escrituras, según las cuales Jesús debía resucitar de entre los muertos.

Oración Introductoria

Jesús, abre mi corazón como abriste la puerta del sepulcro y has que comprenda que estás vivo y caminas a mi lado; por favor, Jesús, has que nunca lo olvide. Enséñame a poner mi confianza en ti, como la tuvo María, tu madre. Ayúdame a confiar plenamente, sabiendo que eres Tú quien nos aguarda.

Petición

Señor, que te vea en mi vida, que crea en ti y que te abra mi corazón en todos los momentos de mi día.

Meditación del Papa Francisco

En la mañana de Pascua, se pasa de Juan que, todavía en la oscuridad, ante el sepulcro vacío, "vio y creyó", a María Magdalena que ve, ahora sí, a Jesús y quiere retenerlo, pero se le pide que lo contemple en su camino hacia el Padre, hasta llegar a la plena confesión de la misma Magdalena ante los discípulos: "He visto al Señor".
¿Cómo se llega a esta síntesis entre el oír y el ver? Lo hace posible la persona concreta de Jesús, que se puede ver y oír. Él es la Palabra hecha carne, cuya gloria hemos contemplado. La luz de la fe es la de un Rostro en el que se ve al Padre.
En efecto, en el cuarto Evangelio, la verdad que percibe la fe es la manifestación del Padre en el Hijo, en su carne y en sus obras terrenas, verdad que se puede definir como la "vida luminosa" de Jesús. Esto significa que el conocimiento de la fe no invita a mirar una verdad puramente interior.
La verdad que la fe nos desvela está centrada en el encuentro con Cristo, en la contemplación de su vida, en la percepción de su presencia. En este sentido, santo Tomás de Aquino habla de la oculata fides de los Apóstoles -la fe que ve- ante la visión corpórea del Resucitado. Vieron a Jesús resucitado con sus propios ojos y creyeron, es decir, pudieron penetrar en la profundidad de aquello que veían para confesar al Hijo de Dios, sentado a la derecha del Padre. (S.S. Francisco, encíclica Lumen fidei, n. 30).


Reflexión 

Para María Magdalena, Pedro y Juan, Jesús lo era todo. Por eso van y lo buscan. Pero, ¿cómo buscar entre los muertos al autor de la vida? Cristo vive. El sepulcro vacío no significa sino que Él ha resucitado, como lo predijo. Vive, y he aquí que se aparece a sus discípulos, quienes "se alegraron viendo al Señor" (Jn 20, 20).¡Se alegraron! Esta palabra es sencilla y a la vez profunda. Su temor se debía a la muerte de Jesús; por lo que la resurrección intensificó su alegría. ¡Cristo vive! ¿Por qué tenemos miedo?
Estos tiempos, en que algunos creen en la "muerte de Dios", exigen, de modo particular, el anuncio de la verdad sobre la resurrección del Crucificado. Y piden de nosotros -como antes lo pidieron de María Magdalena, de Pedro y de Juan-, que seamos testigos del Resucitado.

Propósito

Buscaré vivir alguna actividad de mi día pensando en Cristo que me ve, me oye y me escucha.

Diálogo con Cristo

Yo sé que estás vivo, Jesús; que tu muerte hizo brotar un manantial de vida para mí y que el océano de tu misericordia inunda todo el mundo. Eres fuente de Vida, insondable misericordia divina. Por eso, te pido que llenes mi corazón entero de tu amor, para que no viendo, crea; sufriendo, goce, y amándote, te anuncie.


"Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por los siglos" (Heb 13, 8)




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