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miércoles, 27 de noviembre de 2013

ESTÁS HECHO PARA LA ALEGRÍA


Estás hecho para la alegría

Hoy le declaro la guerra al desaliento.

Hoy mando mis dudas lejos y más lejos 
mis tristezas.

No quiero que la desconfianza o el abatimiento echen raíces en mi alma. No quiero ser amargado.

Envío el desánimo a un destierro perpetuo, y en el mismo viaje le compro al pesimismo un boleto sin retorno.

Tú, corazón mío, estás hecho para la alegría. Eres templo de Dios y Él no mora en lugares oscuros.

No le abras la puerta, oh, corazón, al desconsuelo. Tus amigos son el entusiasmo y el ánimo resuelto.

Hoy le grito NO al pesimismo y en la fe encuentro inmensas reservas de coraje. Nací para vencer.

Nací también para avanzar y superar barreras. De toda caída aprendo algo y me levanto decidido.

“Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.


Gonzalo Gallo

¿QUÉ ES LA CORONA DE ADVIENTO?


¿QUÉ ES LA CORONA DE ADVIENTO?

La Corona de Adviento tiene su origen en una tradición pagana europea que consistía en prender velas durante el invierno para representar al fuego del dios sol, para que regresara con su luz y calor durante el invierno. Los primeros misioneros aprovecharon esta tradición para evangelizar a las personas. Partían de sus costumbres para enseñarles la fe católica. La corona está formada por una gran variedad de símbolos: 

La forma circular

El círculo no tiene principio ni fin. Es señal del amor de Dios que es eterno, sin principio y sin fin, y también de nuestro amor a Dios y al prójimo que nunca debe de terminar. 

Las ramas verdes

Verde es el color de esperanza y vida, y Dios quiere que esperemos su gracia, el perdón de los pecados y la gloria eterna al final de nuestras vidas. El anhelo más importante en nuestras vidas debe ser llegar a una unión más estrecha con Dios, nuestro Padre.



Las cuatro velas

Nos hace pensar en la obscuridad provocada por el pecado que ciega al hombre y lo aleja de Dios. Después de la primera caída del hombre, Dios fue dando poco a poco una esperanza de salvación que iluminó todo el universo como las velas la corona. Así como las tinieblas se disipan con cada vela que encendemos, los siglos se fueron iluminando con la cada vez más cercana llegada de Cristo a nuestro mundo.

Son cuatro velas las que se ponen en la corona y se prenden de una en una, durante los cuatro domingos de adviento al hacer la oración en familia. 
Las manzanas rojas que adornan la corona representan los frutos del jardín del Edén con Adán y Eva que trajeron el pecado al mundo pero recibieron también la promesa del Salvador Universal. 

El listón rojo representa nuestro amor a Dios y el amor de Dios que nos envuelve. 

Los domingos de Adviento la familia o la comunidad se reúne en torno a la corona de adviento. Luego, se lee la Biblia y alguna meditación. La corona se puede llevar al templo para ser bendecida por el sacerdote. 

Sugerencias

a) Es preferible elaborar en familia la corona de Adviento aprovechando este momento para motivar a los niños platicándoles acerca de esta costumbre y su significado.

b) La corona deberá ser colocada en un sitio especial dentro del hogar, de preferencia en un lugar fijo donde la puedan ver los niños de manera que ellos recuerden constantemente la venida de Jesús y la importancia de prepararse para ese momento.

c) Es conveniente fijar con anticipación el horario en el que se prenderán las velas. Toda esta planeación hará que las cosas salgan mejor y que los niños vean y comprendan que es algo importante. Así como con anticipación preparamos la visita de un invitado importante, estamos haciendo esto con el invitado más importante que podemos tener en nuestra familia.

d) Es conveniente también distribuir las funciones entre los miembros de la familia de modo que todos participen y se sientan involucrados en la ceremonia.

Por ejemplo: 
un encargado de tener arreglado y limpio el lugar donde irá la corona antes de comenzar con esta tradición navideña. 
un encargado de apagar las luces al inicio y encenderlas al final. 
un encargado de dirigir el canto o de poner la grabadora con algún villancico. 
un encargado de dirigir las oraciones para ponerse en presencia de Dios. 
un encargado de leer las lecturas. 
un encargado de encender las velas.



EL AMOR DE UN PADRE


EL AMOR DE UN PADRE 

Esta es una maravillosa historia del amor de un padre hacia su hijo, que lastimosamente falleció. Un texto muy alentador y motivante para todas aquellas personas que tienen un hijo. A continuación disfruten de esta increíble historia:

“Cuentan que había una vez un señor que padecía lo peor que le puede pasar a un ser humano: su hijo había muerto.

Desde su muerte y durante años, no podía dormir. Lloraba y lloraba hasta que amanecía.

Un día, cuenta el cuento, se le aparece un ángel en su sueño, que le dice:

¡Basta ya de llorar! “Es que no puedo soportar la idea de no verlo nunca más”-

Le respondió el hombre.
El ángel le dice: -¿Quieres verlo?
Y al confirmarle que sí, lo toma de la mano y lo sube al cielo. -

Ahora lo vas a ver, quédate acá.
A una orden suya, por una enorme acera empiezan a pasar un montón de niños vestidos como angelitos, con alitas blancas y una vela encendida entre las manos, como uno se imagina el cielo con los angelitos.

El hombre dice: -¿Quiénes son?
Y el ángel le responde: son los niños que han muerto en estos años, y todos los días hacen este paseo con nosotros, porque son puros. ¿Mi hijo está entre ellos? -Preguntó el hombre.

Sí, ahora lo vas a ver – le contestó, mientras pasaban cientos y cientos de niños.

Ahí viene- avisa el ángel, y el hombre lo ve, radiante como lo recordaba. Pero de pronto, algo lo conmueve: entre todos, es el único chico que tiene la vela apagada. Siente una enorme pena y una terrible congoja por su hijo. En ese momento, el chico lo ve, viene corriendo y se abraza a él.

El lo abraza con fuerza, y le dice: -Hijo, ¿por qué tu vela no tiene luz? ¿por qué no encienden tu vela como a los demás? Y su hijo le responde:

-Papá, sí encienden mi vela cada mañana, igual que la de todos nosotros, pero…, ¿sabes qué pasa? cada noche tus lágrimas apagan la mía!!”..

NUESTRA SEÑORA DE LA MEDALLA MILAGROSA, ADVOCACIÓN MARIANA, 27 DE NOVIEMBRE



NUESTRA SEÑORA DE LA MEDALLA MILAGROSA
Advocación Mariana - 27 de Noviembre

Un 27 de noviembre: las apariciones 

El 27 de noviembre de 1830, a las 5 y media de la tarde, estando en oración, Santa Catalina Labouré ve en el sitio donde está actualmente la Virgen del globo, como dos cuadros vivientes que pasan en fundido encadenado. 

En el primero, la Virgen está de pie sobre medio globo terráqueo y lleva en sus manos un pequeño globo dorado. Sus pies aplastan una serpiente. 

En el segundo, salen de sus manos abiertas unos rayos de un brillo bellísimo. Al mismo tiempo Catalina oye una voz que dice : 

«Estos rayos son el símbolo de las gracias que María consigue para los hombres ». Después se forma un óvalo en torno a la aparición y Catalina ve como se inscribe en semicírculo una invocación, hasta entonces desconocida, escrita en letras de oro: 

«Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti». 

Después, la medalla se vuelve y Catalina ve el reverso : arriba, una cruz sobre la letra inicial de María, abajo, dos corazones, uno coronado de espinas, otro atravesado por una espada. Entonces oye Catalina estas palabras : « Haz, haz acuñar una medalla según este modelo. Las personas que la lleven con confianza recibirán grandes gracias ». 

La Medalla 

En esta capilla escogida por Dios, la Virgen María en persona ha venido a revelar su identidad por medio de un objeto pequeño, una medalla, destinada a todos sin distinción! 

La identidad de María era tema de controversias entre teólogos desde los primeros tiempos de la Iglesia. En 431, el Concilio de Efeso había proclamado el primer dogma mariano : María es madre de Dios. Desde 1830, la invocación « Oh María, sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti » que se levanta hacia el cielo, mil y mil veces repetida por miles de almas cristianas en todo el mundo a petición de la Madre de Dios, va a producir su efecto. 

El 8 de diciembre de 1854, Pío IX proclama el dogma de la Inmaculada Concepción : por una gracia especial que ya le venía de la muerte de su Hijo, María fue concebida sin pecado. 

Cuatro años más tarde, en 1858, las apariciones de Lourdes van a confirmar a Bernadette Soubirous el privilegio de la madre de Dios. 

Corazón Inmaculado, María fue la primera rescatada por los méritos de Jesucristo. Es luz para nuestra tierra. Todos estamos destinados, como ella, a la felicidad eterna. 

La medalla milagrosa 

Unos meses después de las apariciones, sor Catalina es destinada al hospicio de Enghien, en el distrito 12 de París, para cuidar a los ancianos. Se pone al trabajo. Pero la voz interior insiste : hay que hacer que se acuñe la medalla. De eso Catalina vuelve a hablar a su confesor, el Padre Aladel. 

En febrero de 1832, hay en París una terrible epidemia de cólera, que va a hacer más de 20.000 muertos. Las Hijas de la Caridad empiezan a distribuir, en junio, las 2.000 primeras medallas acuñadas a petición del padre Aladel. 

Son numerosas las curaciones, lo mismo que las protecciones y conversiones. Es un maremoto. El pueblo de París califica la medalla de «milagrosa». 

En el otoño de 1834 ya hay más de 500.000 medallas, y en 1835 más de un millón en todo el mundo. En 1839, se ha propagado la medalla hasta alcanzar más de diez millones de ejemplares. 

A la muerte de sor Catalina, en 1876, se cuentan más de mil millones de medallas. 

La medalla luminosa 

Las palabras y los símbolos grabados en el anverso de la medalla expresan un mensaje con tres aspectos estrechamente ligados entre sí. 

«Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti.» 

La identidad de María se nos revela aquí explícitamente : la Virgen María es inmaculada desde su concepción. De este privilegio que ya le viene de los méritos de la Pasión de su Hijo Jesucristo, emana su inmenso poder de intercesión que ejerce para quienes le dirigen sus plegarias. 

Por eso la Virgen María invita a todos las personas a acudir a ella en cualquier trance. 

Sus pies en medio de un globo aplastan la cabeza de una serpiente. 

Este globo representa a la tierra, el mundo. Entre judíos y cristianos, la serpiente personifica a Satanás y las fuerzas del mal. 

La Virgen María toma parte en el combate espiritual, el combate contra el mal, cuyo campo de batalla es nuestro mundo. Nos invita a entrar nosotros también en la lógica de Dios que no es la lógica del mundo. La gracia auténtica de conversión es lo que ha de pedir el cristiano a María para transmitirla al mundo. 

Sus manos están abiertas y sus dedos adornados con anillos que llevan piedras preciosas de las que salen rayos que caen esparciéndose por toda la tierra. 

El resplandor de estos rayos, lo mismo que la hermosura y la luminosidad de la aparición descritas por Catalina, requieren, justifican y alientan nuestra confianza en la fidelidad de María (los anillos) para con su Criador y para con sus hijos; en la eficacia de su intervención (los rayos de gracia que caen en la tierra) y en la victoria final (la luz), ya que ella misma, primera discípula, es la primera salvada. 

La medalla dolorosa 

La medalla lleva en su reverso una inicial y unos símbolos que nos introducen en el secreto de María. 

La letra « M » está coronada con una cruz. 

La letra « M » es la inicial de María, la cruz es la Cruz de Cristo. Los dos signos enlazados muestran la relación indisoluble que existe entre Cristo y su Madre Santísima. María está asociada, a la misión de Salvación de la humanidad por su Hijo Jesús,y participa con su compasión en el mismo sacrificio redentor de Cristo. 

Abajo, dos corazones, uno rodeado de una corona de espinas, el otro traspasado por una espada. 

* El corazón coronado de espinas es el Corazón de Jesús. Recuerda el cruel episodio de la Pasión de Cristo, relatado en los evangelios, antes de que se le diese muerte. Significa su Pasión de amor por los hombres. 

* El corazón traspasado con una espada es el Corazón de María, su Madre. Recuerda la profecía de Simeón relatada en los evangelios, el día de la Presentación de Jesús en el templo de Jerusalén por María y José. Significa el amor de Cristo que mora en María y su amor por nosotros : Para nuestra Salvación, acepta el sacrificio de su propio Hijo. 

* Los dos Corazones juntos expresan que la vida de María es vida de intimidad con Jesús. 

Doce estrellas grabadas alrededor. 

Corresponden a los doce apóstoles y representan a la Iglesia. Ser de la Iglesia, es amar a Cristo y participar en su pasión por la Salvación del mundo. Todo bautizado está invitado a asociarse a la misión de Cristo uniendo su corazón a los Corazones de Jesús y de María. 

La medalla es un llamamiento a la conciencia de cada uno, para que escoja, como Cristo y María, la vía del amor hasta la entrega total de sí mismo. 

EL EVANGELIO DE HOY:27-11-2013

Autor: P . Clemente González | Fuente: Catholic.net
Persecución de los discípulos
Lucas 21, 12-19. Tiempo Ordinario. Como cristianos estamos llamados a amar y a vencer con amor el egoísmo.
 
Persecución de los discípulos
Del santo Evangelio según san Lucas 21, 12-19

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Os echarán mano y os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y cárceles y llevándoos ante reyes y gobernadores por mi nombre; esto os sucederá para que deis testimonio. Proponed, pues, en vuestro corazón no preparar la defensa, porque yo os daré una elocuencia y una sabiduría a la que no podrán resistir ni contradecir todos vuestros adversarios. Seréis entregados por padres, hermanos, parientes y amigos, y matarán a algunos de vosotros, y seréis odiados de todos por causa de mi nombre. Pero no perecerá ni un cabello de vuestra cabeza. Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas. 

Oración introductoria

Espíritu Santo, dulce huésped de mi alma, Tú eres mi Abogado y Consolador, el que me asiste, el que me ilumina y guía. Ayúdame a ponerte en el centro de mi vida y de mi actividad, especialmente hazte presente en esta meditación.

Petición

Señor, dame la gracia de confiar siempre en tu Providencia divina.

Meditación del Papa Francisco

Pero esto vale para todos: el Evangelio ha de ser anunciado y testimoniado. Cada uno debería preguntarse: ¿Cómo doy yo testimonio de Cristo con mi fe? ¿Tengo el valor de Pedro y los otros Apóstoles de pensar, decidir y vivir como cristiano, obedeciendo a Dios? Es verdad que el testimonio de la fe tiene muchas formas, como en un gran mural hay variedad de colores y de matices; pero todos son importantes, incluso los que no destacan. En el gran designio de Dios, cada detalle es importante, también el pequeño y humilde testimonio tuyo y mío, también ese escondido de quien vive con sencillez su fe en lo cotidiano de las relaciones de familia, de trabajo, de amistad. Hay santos del cada día, los santos "ocultos", una especie de "clase media de la santidad", como decía un escritor francés, esa “clase media de la santidad” de la que todos podemos formar parte. Pero en diversas partes del mundo hay también quien sufre, como Pedro y los Apóstoles, a causa del Evangelio; hay quien entrega la propia vida por permanecer fiel a Cristo, con un testimonio marcado con el precio de su sangre. Recordémoslo bien todos: no se puede anunciar el Evangelio de Jesús sin el testimonio concreto de la vida. Quien nos escucha y nos ve, debe poder leer en nuestros actos eso mismo que oye en nuestros labios, y dar gloria a Dios. (S.S. Francisco, 14 de abril de 2013).

Reflexión

Cuando un día el obispo, además de darnos una cachetada, nos ungió la frente con el óleo de la confirmación en la fe, no cumplió con una especie de rito necesario para que luego pudiésemos acceder a los demás sacramentos, especialmente el matrimonio.

Fuimos confirmados en la fe. Fuimos constituidos "testigos" de Cristo en el mundo. Llegamos a la madurez de nuestra entrega al Señor. ¿Y qué mejor testimonio que el martirio por Cristo?

Pero atendamos a las entrañas de amor de Cristo para con su tan amada criatura. No es nuestro Dios un dios que se goza viéndonos sufrir o queriendo que suframos simplemente porque sí. Seguir a Cristo no implica vivir de tormentos toda la vida. Amarlo no es dejar que nos golpeen toda nuestra bendita existencia.

Cuando Cristo nos previene de las persecuciones únicamente está siendo realista con nosotros, nos está dando como un voto de confianza. "Me habéis amado. Pues sabed que vuestros hermanos no siempre actuarán movidos por el amor como fuera de esperar sino que os harán sufrir. Pero confiad Yo he vencido con el amor al mundo". No son, pues, palabras que hemos de temer sino consejos de amor, de grande esperanza.

Es el peso del amor. El egoísmo está muy difundido en nuestro mundo, pero como cristianos estamos llamados a amar y a vencer con el amor el egoísmo. Y aunque tengamos mil problemas tenemos en Cristo la confianza de haber obtenido la victoria.

¡Ya hemos vencido! Porque Él nos ha amado primero y ya nos ha prometido de no abandonarnos en esta dulce lucha por Él que es nuestro Amado. ¿No es cierto que es un gozo, entonces, poder dar testimonio por Alguien a quien amamos de verdad?

Propósito

No podemos faltar en nuestra misión de llevar la luz de Cristo, de proclamar el feliz anuncio del Evangelio, aún si ello comparta la persecución. Que no me de pena hablar de Dios a los demás.

Diálogo con Cristo 

Señor, seguir tu Evangelio, ser un discípulo y misionero de tu amor, es oponerse a lo que el mundo ofrece y que la mayoría considera como auténtica felicidad. Necesito hacer un sincero esfuerzo por adquirir aquellas virtudes que me permitan vivir auténticamente mi fe: la pureza, la fidelidad, la humildad, la sinceridad y la autenticidad. Te pido, por intercesión de María, la sabiduría y la fuerza que necesito para serte fiel.