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viernes, 20 de septiembre de 2013
¡QUÉ BUENO ES EL SEÑOR!
¡Qué bueno es el Señor!
Autor: Padre Pedro Garcia
Vamos a hablar hoy de la bondad de Dios, y, sin embargo, empezamos con un hecho tremendo, sucedido hace ya muchos años, y que se puede leer en revistas misionales de aquel entonces, por el año 1950. No se creería si no estuviera atestiguado por testigos presenciales, en especial por el Padre Misionero holandés que fue testigo de mayor excepción. El hecho fue el siguiente.
No llovía en una vasta región de China, cundía el hambre, y las autoridades comunistas aprovecharon la ocasión para extender la propaganda del marxismo ateo. Se podía leer en los periódicos:
- Dejaos del Señor del Cielo. Es un mito. Nunca os ayudará porque no existe. Ayudaos vosotros mismos. En las entrañas de la tierra hay abundancia de agua. Abrid pozos, sacadla, regad vuestros sembrados, y ya veréis qué bien va eso. Pedidle a Stalin y a Mao Tse Tung, que canalizarán las aguas.
Las autoridades llegan más lejos que los periódicos, y convocan una gran asamblea. En medio de la pradera colocan el simulacro de un gran gigante que representa a Dios, y obligan a la población a asistir al juicio contra el Señor.
- Ahí veis a vuestro Señor del Cielo. Veréis cómo para nada sirve. Ha llegado la hora de entablarle juicio.
Y se le fusila después de un criminal interrogatorio:
- ¿Por qué no haces llover? ¿Por qué no oyes a los que te invocan? ¿Qué haces con tu agua? Tirano, embustero, estrujapueblos... ¡Atención! ¡Apunten! ¡Fuego!...
La cabeza del gigante voló hecha trizas. Al cabo de media hora, mientras las gentes marchaban atemorizadas, se levanta del río Amarillo una nube negra... Comienzan a caer las primeras piedras... Cayeron hasta del tamaño de la cabeza de un hombre, con seis kilos de peso. Arboles y casas quedaron destrozados, y muchos animales y hombres muertos. Los periódicos silenciaron el hecho. Pero se supo fuera de China por las revistas misionales, contado todo por los Misioneros expulsados.
Ahora viene nuestra consideración.
- ¿Por qué este castigo tan horroroso? ¿Cómo pudo Dios, si es tan bueno, responder de esta manera?
Precisamente por eso: porque es tan bueno. Se blasfemó contra el corazón mismo de Dios: contra su bondad inagotable.
El que es todobondadoso se mostró esta vez todoterrible, para demostrarnos que Él es la bondad misma. Aquellas autoridades comunistas chinas atacaron a Dios, ciertamente, con un orgullo y una impiedad increíbles. Iban directamente a la negación de su existencia, con una soberbia endiablada. Pero, independiente de esa infernal intención, atacaron a Dios en uno de sus atributos más queridos, como es el de su bondad, equiparando blasfemamente al Dios de los creyentes con un Stalin y un Mao Tste Tung, dos de los criminales más imponentes que ha conocido la humanidad.
Agarremos la Biblia, y veremos confirmada en cada línea la afirmación del salmo:
- ¡Gustad y ved qué bueno es el Señor!.
Jesús, que es la imagen reveladora de Dios, pasó haciendo el bien, y todos le seguían de aquella manera porque a todos amaba y a todos otorgaba su favor: a los enfermos la salud, a los pecadores el perdón, a los jóvenes su estímulo, a los niños su caricia...
Los hombres grandes arrebatan nuestra admiración, pero el corazón se lo damos únicamente a los buenos. Y Jesús tuvo a gala mostrarse bueno, porque así reflejaba la bondad infinita de Dios y así robaba nuestros corazones para Dios.
Dios es fuente inagotable de todo bien. Por amor nos creó. Por amor nos salvó. Por amor nos dio su propio Hijo, como lo proclama el mismo Jesús:
- ¡Así amó Dios al mundo, que le dio su propio Hijo.
De lo cual sacará San Pablo la consecuencia más natural:
- El que a su propio Hijo entregó por nosotros, ¿cómo no nos va a dar generoso con él todas las demás cosas?...
Dios muestra cada día esa bondad dándonos con abundancia asombrosa todos sus bienes. Jesús toma el Sol como punto de comparación para explicarnos esta bondad de Dios.
El Sol da a todos los hombres, a los buenos y a los malos, sin distinción alguna, los rayos de su luz y de su calor. Y el Sol no nos pregunta a ver si le queremos o no le queremos. No nos dice después a ver si le estamos agradecidos o no. No nos exige que le rindamos cuentas de cómo hemos aprovechado o malgastado su beneficio. Nunca se cansa de derramar sobre nosotros toda la fuente de su energía.
Así, así es Dios. Como Dios no tiene encima de Sí a nadie de quien recibir algo, todo su afán es dar sus bienes y sus riquezas profusamente. Pone a nuestra disposición todas las criaturas, que las ha hecho para nosotros, y después ¡esto es lo máximo y lo incomprensible!― se da a Sí mismo metiéndose con toda su vida en nuestro corazón.
¿Es bueno, o no es bueno Dios?... ¿Le damos o no le damos la razón al salmo, cuando nos grita: Gustad y ved qué bueno es el Señor?...
Si los ateos niegan a Dios y quieren castigos, allá ellos. Rogamos por su salvación: ¡Que se les abran los ojos! Nosotros, no nos cansamos de repetir:
- ¡Realmente, Dios es bueno de verdad!....
¿QUÉ ES UNA MADRE?
¿Que es una madre?
Junta el perfuma de todas las flores,
y el orgullo de todas las olas,
la firmeza de todas las montañas ,
y la inquietud de todos los ríos;
la frescura de todos los valles,
y la mirada de todas las estrellas;
la caricia de todas las brisas,
y el beso de todos los labios.
Todo guardado por Dios en un corazón de mujer: eso es la Madre.
¿QUÉ ES EL ÉXITO?
¿QUÉ ES EL ÉXITO?
Se debe a cuanta gente te sonríe, y a cuanta gente amas y cuantos admiran tu sinceridad y la sencillez de tu Espiritu.
Se trata de si te recuerdan cuando te vas.
Se refiere a cuanta gente ayudas, a cuanta gente evitas dañar y si guardas o no rencor en tu corazón.
Se trata de si en tus triunfos incluiste siempre tus sueños.
De si no fincaste tu éxito en la desdicha ajena y de si tus logros no hieren a tus semejantes.
Es acerca de tu inclusión con los otros, no de tu control sobre los demás, de tu apertura hacia todos los demás y no de tu simulación para con ellos.
Es sobre si usaste tu cabeza tanto como tu corazón, si fuiste egoísta o generoso, si amaste la naturaleza y a los nidos y te preocupaste por los ancianos.
Es acerca de tu bondad, tu deseo de servir, tu escuchar y tu valor sobre la conducta ajena.
No es acerca de cuantos te siguen, sino de cuantos realmente te aman.
No es acerca de transmitir todo, sino cuantos te creen, de si eres feliz o finges estarlo.
Se trata del equilibrio, de la justicia, del bien ser que conduce al bien tener y al bien estar.
Se trata de tu conciencia tranquila, tu dignidad invicta y tu deseo de ser mas, no de tener mas.
Ahora pregúntate , verdaderamente soy exitoso?, Si lo eres bajo estas cualidades , Te Felicito!!. Sino, todavía estas a tiempo de alcanzarlo.
6 MESES CON EL PAPA FRANCISCO
Autor: P. Federico Lombardi | Fuente: es.radiovaticana.va 6 meses con Francisco | |||
El director de la Oficina de prensa de la Santa Sede, el padre Federico Lombardi, nos hace un balance de este primer medio año con el Papa Bergoglio | |||
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EL EVANGELIO DEL DIA: 20.09.2013
Autor: P. Clemente González | Fuente: Catholic.net Las mujeres acompañan a Jesús | |
Lucas 8, 1-3. Tiempo Ordinario. Son el reflejo del amor a toda prueba, de la fidelidad y de la ayuda a la obra de Cristo. | |
En aquel tiempo, Jesús iba caminando por ciudades y pueblos, proclamando y anunciando la Buena Nueva del Reino de Dios; le acompañaban los Doce, y algunas mujeres que habían sido curadas de espíritus malignos y enfermedades: María, llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios, Juana, mujer de Cusa, un administrador de Herodes, Susana y otras muchas que les servían con sus bienes. Oración Introductoria Qué dicha la de los Doce y de las mujeres que supieron reconocerte y por ello dejaron todo para acompañarte y servirte. Permite que encuentre la luz y la fortaleza en esta oración para permanecer siempre fiel a tu gracia, aun cuando se presenten dificultades y problemas. Petición Jesucristo, ayúdame a escucharte, acompañandote en la oración, en el Santísimo Sacramento. Meditación del Papa Reflexionando sobre la resurrección de Jesús. ¿Cómo se ha transmitido esta verdad de fe? En las Escrituras encontramos dos tipos de testimonios al respecto: el primero, las breves fórmulas como la que hemos escuchado en la lectura del Apóstol, que indican con concisión el núcleo de la fe: la pasión, muerte y resurrección del Señor. El segundo, las narraciones que relatan el acontecimiento. Es significativo el hecho de que sean mujeres, que según la ley no podían dar un testimonio fiable, las primeras en anunciar la resurrección. Dios no las elige con criterios humanos sino que mira a su corazón. Su experiencia parte del amor, que las mueve a acudir al sepulcro, y que las hace capaces de acoger el signo de la tumba vacía y el anuncio del mensajero de Dios, y trasmitirlo, pues la alegría y la esperanza que las invade no se puede contener. (S.S. Francisco, 3 de abril de 2013). Reflexión Tres mujeres en primera línea. Cada una con su vocación particular y las tres seguidoras incansables de las huellas de Jesús. María Magdalena pasó a la historia por ser la primera persona que vio a Cristo resucitado. Todos recordamos esa escena: ella, llorando junto al sepulcro; el Señor que se le aparece como si fuera el hortelano. Luego el encuentro y el anuncio a los apóstoles. María Magdalena, la apasionada discípula que está junto a la cruz en el Calvario, junto a la Virgen y san Juan. Había otras mujeres que seguían al Maestro de Nazaret. Juana también le acompañó desde los tiempos felices de los milagros hasta el dolor del sepulcro tras la muerte de Cristo. Era una persona importante en la ciudad. Una de esas santas mujeres que sabían estar, al mismo tiempo, entre la alta sociedad de la época y entre los pobres que escuchaban las palabras del Mesías. También Susana ejerció un papel importante. Ella colaboraba con sus bienes para que el Señor y sus discípulos pudiesen dedicarse a lo importante: la predicación del Reino de los Cielos. Son mujeres de actualidad, con un testimonio muy vivo. Son el reflejo del amor a toda prueba, de la fidelidad y de la ayuda a la obra de Cristo. Propósito Acompañar a Cristo en el Santísimo Sacramento y llevar a los demás un mensaje de amor de Jesús. Diálogo con Cristo Permite, Señor, que tanto los hombres como las mujeres de hoy tengamos una gran necesidad de Ti y seammos apóstoles que propaguen tu mensaje de verdad y de caridad. |