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sábado, 31 de agosto de 2013
EL COMPUTADOR NO TIENE EN CUENTA AL CORAZÓN
El computador no tiene en cuenta al corazón
Autor: Phil Bosmans
Ser hombre, ser un hombre de corazón, es la sola cosa que importa en el mundo. Pero, ¿a quién importa? El corazón presupone la sencillez, el espíritu de servicio y una cierta dosis de olvido de sí.. ¿Quién busca esto?
No son cosas de moda. Aqui y allá se oye hablar de una sociedad nueva, de un mundo nuevo, pero raramente se nombran estos elementos físicos, que son indispensables. Es normal que las charlas sobre la renovación de la sociedad y la reforma de las estructuras se queden en las nubes; y la gente se vuelva escéptica porque no ve nada nuevo en su vida cotidiana. El mundo sólo tiene ojos para las cosas que se notan, aquellas que pesan en la nueva balanza de valores: carrera, reputación, fortuna. Nadie se preocupa de tu bondad, de tu sencillez, de tu espíritu de servicio, sino de tu título universitario, de tu diploma, de tu capacidad profesional y técnica. Todos buscan al hombre profesional y técnico que encaje con los "directivos". Inmunizado, lo más posible, contra los sentimientos humanos, como la piedad, la comprensión, la atención hacia los necesitados, la solicitud por el prójimo. Es el peligro que amenaza a esta sociedad superorganizada y superadministrada. ¡El computador no tiene en cuenta el corazón!
Los hombres de corazón no tienen poder. El poder y la decisión, en este mundo dependen de ilustres anónimos que se comportan como si los bienes de la tierra fueran su exclusiva propiedad. ¡Vuélvete un hombre de corazón, de gran corazón: entonces el trozo de tierra en que vives y trabajas será ya un pedacito de tierra prometida!
EL CONCEPTO DE LA FELICIDAD
El concepto de la felicidad
El concepto de felicidad es muy diferente de unas personas a otras y aunque hay cosas y sensaciones que pueden ser comunes, los gozos de unos pueden ser la pesadilla de otros; así, el escalador es feliz arriesgando su vida para vencer a la montaña mientras que una persona normal sentiría pánico por verse expuesta a esos riesgos.
Algunas personas son felices llevando una vida tranquila y segura mientras otras se mueren de aburrimiento si no hay en su vida cambios, novedades y fuertes excitaciones.
La felicidad depende más de lo que ocurre dentro que de lo que nos sucede fuera; de las ideas que tenemos sobre nosotros mismos y sobre la vida.
Depende de todos los misterios que viven en el Bosque Mágico de tu Mente.
Dentro de tu mente lo tienes todo. El sol y la luna, las montañas y los valles. Los colores del amanecer y las sombras de la noche. La alegría de las cascadas y la niebla espesa que empapa el alma de nostalgias infinitas.
Dentro de tu mente está la mano que te acaricia y la piel que tanto añoras.
Si buscas dentro de tu mente, siempre encontrarás razones para ser feliz y también para permanecer en la tristeza. Porque tu felicidad no depende de lo que haces ni tampoco de lo que tienes.
No depende de cómo sea tu cuerpo ni de que tengas más o menos dones. Sólo depende de lo a gusto que estés con lo que haces, con lo que tienes, con tu cuerpo y con tus dones.
Básicamente, la Felicidad depende de que realmente quieras ser feliz y estés tan a gusto contigo mismo como para poder sentir todo el Amor de la Vida que te ha permitido existir.
"La felicidad es una mariposa que sale volando cuando la persigues pero que puede posarse a tu lado, si te sientas tranquilamente a mirar".
EL COLOR DEL AMOR
EL COLOR DEL AMOR
De qué color es Dios ? Preguntó el niño de piel clara.
Es blanco como yo ? Son sus cabellos dorados como el sol ?
Es Dios moreno como yo ? Preguntó el niño de piel con matiz bronceado. Tiene el cabello oscuro y rizado ?Son sus ojos negros o azulados ?
Creo que Dios es piel roja, como yo. Se escucha decir al niño Indio.
Lleva una corona de plumas y transforma en días las noches umbrías.
Todos sabemos que allí está Dios, en todos los colores mencionados. Pero ten esto por seguro..."El único color de nuestro Creador... Es el hermoso color del amor.
Así, que cuando tu alma vaya al cielo; cuando tu vida llegue a su final...ÉL estará esperando y hacia ti... Su mano extenderá.
No habrá colores en el cielo, todos seremos iguales. Sólo serás juzgado por tus actos terrenales, y allí ni tu raza ni tu nombre serán importantes.
Así...que cuando llegue tu hora y admires a Dios arriba en su Reino...verás el único color que en realidad tiene valor...
Y es el hermoso color del Amor !!!!
EL EVANGELIO DE HOY: 31.08.2013
Autor: P . Clemente González | Fuente: Catholic.net Parábola de los talentos | |
Mateo 25, 14-30. Tiempo Ordinario. ¿Qué has hecho hoy? ¿Cuántas veces has dejado sin hacer lo que debías? | |
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: Un hombre que se iba al extranjero llamó a sus siervos y les encomendó su hacienda: a uno dio cinco talentos, a otro dos y a otro uno, a cada cual según su capacidad; y se ausentó. enseguida, el que había recibido cinco talentos se puso a negociar con ellos y ganó otros cinco. Igualmente el que había recibido dos ganó otros dos. En cambio el que había recibido uno se fue, cavó un hoyo en tierra y escondió el dinero de su señor. Al cabo de mucho tiempo, vuelve el señor de aquellos siervos y ajusta cuentas con ellos. Llegándose el que había recibido cinco talentos, presentó otros cinco, diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes otros cinco que he ganado. Su señor le dijo: ¡Bien, siervo bueno y fiel!; en lo poco has sido fiel, al frente de lo mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. Llegándose también el de los dos talentos dijo: Señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes otros dos que he ganado. Su señor le dijo: ¡Bien, siervo bueno y fiel!; en lo poco has sido fiel, al frente de lo mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. Llegándose también el que había recibido un talento dijo: Señor, sé que eres un hombre duro, que cosechas donde no sembraste y recoges donde no esparciste. Por eso me dio miedo, y fui y escondí en tierra tu talento. Mira, aquí tienes lo que es tuyo. Mas su señor le respondió: Siervo malo y perezoso, sabías que yo cosecho donde no sembré y recojo donde no esparcí; debías, pues, haber entregado mi dinero a los banqueros, y así, al volver yo, habría cobrado lo mío con los intereses. Quitadle, por tanto, su talento y dádselo al que tiene los diez talentos. Porque a todo el que tiene, se le dará y le sobrará; pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará. Y a ese siervo inútil, echadle a las tinieblas de fuera. Allí será el llanto y el rechinar de dientes. Oración introductoria Señor, gracias por los talentos que me has dado. No permitas que la apatía o el desánimo me lleven a enterrarlos o a utilizarlos para mi beneficio personal. Ilumina mi oración, permite que me acerque a Ti con confianza y con un corazón sincero, para desprenderme de mi voluntad y unirme más a la tuya. Petición Padre, ayudanos a comprender que lo que se nos ha dado se multiplica dándolo. Es un tesoro que hemos recibido para gastarlo, invertirlo y compartirlo con todos. Meditación del Papa Al volver a casa, el amo pide cuentas a los servidores de lo que les había confiado y, mientras se complace con los dos primeros, se queda desilusionado con el tercero. Aquél servidor, en efecto, que mantuvo escondido el talento sin revalorizarlo, hizo mal sus cálculos: se comportó como si su amo ya no fuera a regresar, como si no hubiera un día en el que le pediría cuentas de su actuación. Con esta parábola, Jesús quiere enseñar a los discípulos a usar bien sus dones: Dios llama a cada hombre a la vida y le entrega talentos, confiándole al mismo tiempo una misión que cumplir. Sería de tontos pensar que estos dones se nos deben, así como renunciar a emplearlos sería menoscabar el fin de la propia existencia. Comentando esta página evangélica, san Gregorio Magno nota que a nadie el Señor le hace falta el don de su caridad, del amor. Escribe: "Por esto es necesario, hermanos míos, que pongáis todo cuidado en la custodia de la caridad, en toda acción que tengáis que realizar". (Benedicto XVI, 13 de noviembre de 2011). Reflexión Los talentos no sólo representan las pertenencias materiales. Los talentos son también las cualidades que Dios nos ha dado a cada uno. Vamos a reflexionar sobre las dos enseñanzas del evangelio de hoy. La primera alude al que recibió cinco monedas y a su compañero, que negoció con dos. Cada uno debe producir al máximo según lo que ha recibido de su señor. Por eso, en la parábola se felicita al que ha ganado dos talentos, porque ha obtenido unos frutos en proporción a lo que tenía. Su señor no le exige como al primero, ya que esperaba de él otro rendimiento. Igualmente se aplica a nosotros, según las posibilidades reales de cada individuo. Hay personas que tienen gran influencia sobre los demás, otras son muy serviciales, otras, en cambio, son capaces de entregarse con heroísmo al cuidado de personas enfermas, los hay con una profesión, con un trabajo, con unos estudios, con una responsabilidad concreta en la sociedad... Pero puede darse el caso del tercer siervo del evangelio: no produjo nada con su talento. A Cristo le duele enormemente esa actitud. Se encuentra ante alguien llamado a hacer un bien, aunque fuera pequeño, y resulta que no ha hecho nada. Eso es un pecado de omisión, que tanto daña al corazón de Cristo, porque es una manifestación de pereza, dejadez, falta de interés y desprecio a quien le ha regalado el talento. Analiza tu jornada. ¿Qué has hecho hoy? ¿Qué cualidades han dado su fruto? ¿Cuántas veces has dejado sin hacer lo que debías? Propósito Señor, qué fácilmente olvido lo fugaz y lo temporal de esta vida. En vez de buscar multiplicar, en clave al amor a los demás, los numerosos talentos con los que has enriquecido mi vida, frecuentemente me dejo atrapar por el camino fácil de la comodidad o la ley del menor esfuerzo. Concédeme la gracia de saber reconocer y multiplicar los dones recibidos. |