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miércoles, 17 de julio de 2013
PENSAMIENTOS DE SAN PIO DE PIETRELCINA
PENSAMIENTOS DE SAN PIO DE PIETRELCINA
La presencia de Jesús en el corazón:
Confieso que para mí es una gran desgracia no saber expresar y explicar este volcán eternamente encendido que me quema y que Jesús hizo nacer en este corazón tan pequeño”.
¡Bendigo a Dios, que por su gracia, otorga santos sentimientos!
Todo lo podría resumir así: me siento devorado por el amor a Dios y el amor por el prójimo. Dios está siempre presente en mi mente, y lo llevo impreso en mi corazón. Nunca lo pierdo de vista: me toca admirar su belleza, sus sonrisas y sus emociones, su misericordia, su venganza o mas bien el rigor de su justicia
...¿Cómo es posible ver a Dios entristecerse por el mal y no entristecerse también uno?
Si Jesús se manifiesta a vosotros, dadle gracias; si se os oculta, dadle gracias. Todo esto es un juego de amor para traernos dulcemente hacia el Padre. Perseverad hasta la muerte, hasta la muerte con Cristo en la Cruz.
INSPIRACIÓN...
Inspiración
No conocía mi futuro, ni siquiera a donde iba
pero un día en mi camino se atravesó la tristeza y el dolor;
se unieron a ella la angustia y la infidelidad
la incomprensión y el desmayo
y no podía más con todo aquello.....
Quería que mi piel se desprendiera de mi cuerpo
y que mi corazón dejara de palpitar
no sabia ver la luz en el camino
ni acariciaba sobre mi el viento del amanecer
Hasta que un día!! con lazos de amor llego a mi
la necesidad inmensa en mi corazón de sentirme amada
de sentir que alguien pensaba en mi...
de sentir que mi alma tenia protección
Y fue El con su sombra me ha guardado
ha llenado mi corazón paz y amor
ha dado luz a mi vida y con ella he caminado
Soy fiel testimonio de su sangra y de su amor
Y es por El Señor que hoy vive mi alma
y que puedo decir Soy Feliz
con su rostro de santificación ha llenado
mi alma de salvación y eterno amor
No desmayes El espera por ti... Recuerda después de la tormenta viene la calma
y el dará calma con su presencia en tu vida...
Te amo Señor...!!!!!!! Gracias por se fiel a mi...
DE LA LIBERTADA AL AMOR
De la libertad al Amor
Autor: Padre Ignacio Larrañaga
¿En qué sentido nos libra Dios de las egolatrías ¿De qué manera la oración puede tornarse en liberación?
El Padre, al inundar el alma de su presencia amorosa, despierta al hombre de su ficción y lo instala en el suelo de la objetividad. ¿Cómo es eso? ¿Qué sucede ahí?
El Padre comienza por saciar al hijo con una inmensa carga de ternura. Con esta experiencia el hijo toma conciencia de que todo lo que había «adorado» hasta ahora era y es pura hojarasca. A consecuencia de ello, entra el hijo en un lento proceso de purificación: se despoja de aquellas vestiduras artificiales; sus castillos en el aire se vienen al suelo; sus muñecos de paja son reducidos a ceniza y como resultado, emerge la verdadera realidad en su pureza. Ya estamos pisando el suelo de la objetividad y entrando en el reino de la sabiduría.
Ante el resplandor de su Rostro, la figura del «yo» se desvanece y desaparece igual que las estrellas se eclipsan ante el resplandor del sol. Una viva experiencia de Dios resquebraja por medio el núcleo central del «yo» que se desmorona y los círculos egocéntricos pierden su órbita y su centro; con lo que las máscaras y ropajes artificiales se las lleva el viento y el hijo, adquirida la libertad y la sabiduría, emprende el glorioso camino del Amor.
Todas las energías emocionales que estaban adheridas al «yo» son cautivadas por el Otro y arrastradas al torrente del Amor.
Dicho de otra manera: el alma, tomada por el torbellino del suspenso y de la admiración, es arrancada de la órbita egocéntrica, y como efecto de esta extrapolación, todas sus energías atencionales y emocionales son irresistiblemente arrastradas a un nuevo Centro de Gravedad. Queda anulada la ley de la oposición entre el «yo» y los otros, y así Dios acaba siendo el Gran Indiferenciado porque volatiliza todas las diferencias y hace que el otro sea para mí tan importante como yo. Nació el amor.
El dinamismo de Dios-Amor nos liberó de todos los delirios y locuras y nos introdujo en la era gloriosa de la libertad de los hijos de Dios para avanzar hacia un mundo sin fronteras de desinterés, humildad, grandeza y amor.
En resumen, no podemos amar a los demás si somos el centro exclusivo de nosotros mismos. No podemos preocuparnos de los demás si sólo nos preocupamos de nosotros mismos.
DAVID Y GOLIAT
David y Goliat
Cuando el pequeño David se enfrentó al gigante Goliat todos presagiaban una derrota cantada.
Pero David, además de su ánimo y su entusiasmo, contaba con un poder especial: El poder de Dios.
Y David ganó el combate porque las victorias dependen de la estatura del alma y no de la estatura del cuerpo. Lee el capítulo 17 del primer libro de Samuel.
Las victorias sobre el mal, las crisis y los problemas dependen del estado de nuestro espíritu.
La gran urgencia para todos es hacer a diario "aeróbicos espirituales" en el gimnasio del alma.
Todo mejora cuando asumimos el compromiso diario de orar, meditar y cuidar el alma.
Así, unidos a Dios, vencemos el mal como David y no sufrimos por andar en un serio eclipse espiritual.
EL EVANGELIO DE HOY: 17.07.2013
Autor: Pablo Lorenzo-Penalva | Fuente: Catholic.net Nadie conoce al Padre sino el Hijo | |
Mateo 11, 25-27. Tiempo Ordinario. Cristo va sólo a los humildes, porque sólo estos se pueden llenar de Él, están vacíos de sí y llenos de Dios. | |
En esa oportunidad, Jesús dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños. Sí, Padre, porque así lo has querido. Todo me ha sido dado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo sino el Padre, así como nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Oración introductoria Gracias, Señor, Padre bueno. Que aprenda a agradecer mis malestares, mis dificultades económicas, físicas, familiares, etc. Ppara así poder cargar con la cruz, hecha a mi medida, que Dios me ha regalado. Petición Humildad, Señor, humildad, para así poderte ver mejor. Meditación del Papa La relación con el Señor es la que dona luz al resto de todas nuestras relaciones. Esta comunión de vida con Dios, uno y trino, es posible porque por medio del Bautismo hemos sido injertados en Cristo, hemos comenzado a ser una sola cosa con él. Sólo en Cristo, en efecto, podemos dialogar con Dios Padre como hijos, de lo contrario no es posible, pero en comunión con el Hijo podemos incluso decir nosotros como dijo él: "Abbá". En comunión con Cristo podemos conocer a Dios como verdadero Padre. Por esto, la oración cristiana consiste en mirar constantemente y de manera siempre nueva a Cristo, hablar con él, estar en silencio con él, escucharlo, obrar y sufrir con él. El cristiano redescubre su verdadera identidad en Cristo, "primogénito de toda criatura", en quien residen todas las cosas. Al identificarme con él, al ser una cosa sola con él, redescubro mi identidad personal, la de hijo auténtico que mira a Dios como a un Padre lleno de amor. No olvidemos que a Cristo lo descubrimos, lo conocemos como Persona viva, en la Iglesia. La Iglesia es "su Cuerpo". (Benedicto XVI, 3 de octubre de 2012). Reflexión En el Evangelio de ayer, veíamos a un Cristo que reprende, no por el simple hecho de disfrutar corrigiendo; sino por amor. Me gustaría traer a colación, un dicho castellano: "quien bien te quiere te hará llorar". Así es Cristo, este gran personaje histórico que, a pesar de ya haber pasado lustros, sigue vivo en nuestro corazón. Pero bien, ¿qué nos dice el Evangelio de hoy? Vemos que lo primero que hace Cristo, es agradecer al Padre. ¿Por qué tengo que estar cargando siempre una cruz, a la que a veces le da por jugar al escondite? ¡Ojala fuese más a menudo! Él nos la da, porque sabe que nuestra salvación radica en la imitación de su Hijo, que muere por la remisión de nuestros pecados, en cada elevación de la Sagrada Forma y de Su Santa Sangre. ¡Estamos llamados a ser como Cristo! Esta oportunidad se me presenta cada dos por tres. No me gustaría acabar, sin antes mencionar a nuestra Madre, María. Lo más seguro, es que Ella oía en su morada de oración, las andanzas apostólicas de Su Hijo, que luego pasaron a ser muy cercanas en el camino hacia la cruz. Cristo va sólo a los humildes, porque sólo estos; -y de ello, son un gran ejemplo los santos y santas de Dios;- se pueden llenar de Él. ¿Por qué? Pues, porque están vacíos de sí y llenos de Dios. Estamos llamados a ser como Cristo. Ésta oportunidad se me presenta cada dos por tres a cada momento. Si no cargamos y consolamos a la Iglesia doliente, ¿Quién lo hará por nosotros? Más aún, no sólo hay que consolar, sino construir día a día un ambiente de paz, de amor, de comprensión y de perdón en una sociedad sedienta de sentido, sedienta de Dios. Para que el Señor pueda revelarse al mundo, necesita que nosotros seamos sencillos y humildes para cumplir su Voluntad. Humildad que no es servilismo, pues la humildad viene siempre acompañada de justicia, paz y verdad. A nosotros nos toca ser las manos y el rostro de Cristo. ¡Qué responsabilidad tan grande! Ser miembros de Cristo es aprender a vivir como él, dar testimonio de una vida recta como la de Él, y ¿por qué no? llegar a dar la vida por Él, como Jesús la dio por cada uno de nosotros. Propósito Que aproveche toda ocasión para hablar de Ti, Señor, y así compartir lo que Tú me has dado. Diálogo con Cristo Tú sabes, Señor, que muchas veces no te agradezco lo que Tú me das. Tengo que aprender a agradecer la mano providente que me sostiene día y noche y me lo da todo. ¡Sin Ti no soy nada! Que me acostumbre a ver todo como gracia tuya. ¡No tengáis miedo de Cristo! Él no quita nada, y lo da todo» "Abran sus puertas a Cristo." (Benedicto XVI, al inicio de su Pontificado). |