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jueves, 21 de marzo de 2013

JESÚS, OCUPATE TÚ


Jesús, ocúpate Tú

        ¿Por qué te confundes agitándote?. Déjame a cargo de tus cosas y todo se calmará. En verdad te digo que cada acto de verdadero y completo abandono en Mí, produce el efecto que deseas y resuelve las situaciones espinosas.
        Abandonarse en Mí no significa atormentarse, confundirse y desesperarse, elevando luego hacia Mí una plegaria agitada para que Yo haga lo tú quieres; sino que es cambiar la agitación en oración. Abandonarse significa cerrar plácidamente los ojos del alma, alejar el pensamiento de la tribulación y descansar en Mí para que yo solo obre, diciendo: Ocúpate Tú. Se oponen al abandono, la preocupación, la agitación y el querer prever las consecuencias de un hecho.

        Cierra los ojos y déjate llevar por la corriente de mi Gracia, cierra los ojos y déjame trabajar, cierra los ojos y piensa en el presente, alejando el pensamiento del futuro como si fuera una tentación, reposa en Mí creyendo en mi bondad y te juro por mi amor que diciéndome con abandono, ocúpate Tú, Yo me ocupo de lleno, te consuelo, te libero, te conduzco.

        Y cuando te debo llevar por un camino diverso del que tu ves, yo te adiestro, te llevo en mis brazos. Aquello que te angustia y te hace un inmenso mal es tu  razonamiento, tu pensamiento atormentado y continuo, el querer resolver todo aquello que te aflige.

        Cuantas cosas obro Yo cuando el alma se vuelve hacia Mí en sus necesidades tanto espirituales como materiales y me dice: Ocúpate tú, cierra los ojos y reposa. Obtienes pocas Gracias cuando te confundes para  producirlas tú mismo; obtienes muchísimas cuando la oración y la confianza en Mí son completas. Tú, en tu dolor, oras para que yo obre, pero para que obre según tú crees... No te diriges hacia Mí sino que quieres que yo me adapte a tus ideas.

        No obres de este modo ora como Yo te  he enseñado en el Padrenuestro: hágase Tú voluntad así en la tierra como en el cielo, es decir, dispone Tú de esta necesidad como mejor te parezca, para nuestra vida eterna y temporal.

                  Si me dices de verdad, hágase tu voluntad, es decir, ocúpate Tú, Yo intervengo con toda mi omnipotencia y resuelvo aún las situaciones más cerradas y difíciles. No te desanimes, cierra los ojos y dime con confianza: Hágase Tú voluntad, ocúpate Tú. Te digo que Yo me ocupo y que intervengo y hasta obro milagros cuando es necesario. No te angusties  si la situación empeora, cierra los ojos y di: Ocúpate Tú. Te digo que yo me ocupo y no existe una medicina más poderosa que una intervención mía de amor.

                  Tú eres ansioso, quieres evaluarlo todo, pensar en todo y es así como te abandonas en las fuerzas humanas y, peor aún, en los hombres, confiando en la intervención de ellos. Esto es lo que obstaculiza mi intervención.  Cómo deseo este abandono de tu parte para poder beneficiarte! Cómo me duele verte angustiado.

                  Es justamente tu alejamiento de Mí que te convierte en presa de las iniciativas humanas, por eso debes confiar sólo en Mí, reposar en Mí y abandonarte en Mí para todo. Yo hago milagros en proporción al pleno abandono en Mí y a la despreocupación de parte tuya. Yo distribuyo tesoros de Gracia cuando tú te encuentras abatido. Obra divinamente aquel que se abandona en Dios.
                  Cuando ves que las cosas se complican, di con los ojos del alma: Jesús ocúpate Tú. Haz esto en todas tus necesidades y verás continuos y silenciosos milagros. Te lo juro por mi Amor.

OJALÁ QUE TENGAS....




 Ojalá que tengas...

        Suficiente felicidad para mantenerte dulce;
        Suficientes pruebas para mantenerte fuerte;
        Suficiente pena para mantenerte humano;
        Suficiente esperanza para mantenerte feliz;
        Suficientes fracasos para mantenerte humilde;
        Suficiente éxito para mantener tu anhelo;
        Suficientes amigos para darte consuelo;
        Suficiente riqueza para suplir tus necesidades;
        Suficiente entusiasmo para esperar con ilusión;
        Suficiente fé para desterrar la depresión;
        Suficiente determinación para hacer cada día mejor que el día de ayer

GRACIAS SEÑOR POR LA EUCARISTIA


GRACIAS SEÑOR, POR LA EUCARISTÍA...

Gracias Señor, porque en la última cena partiste tu pan y vino en infinitos trozos, para saciar nuestra hambre y nuestra sed...

Gracias Señor, porque en el pan y el vino nos entregas tu vida y nos llenas de tu presencia.

Gracias Señor, porque nos amastes hasta el final, hasta el extremo que se puede amar: morir por otro, dar la vida por otro.

Gracias Señor, porque quisistes celebrar tu entrega, en torno a una mesa con tus amigos, para que fuesen una comunidad de amor.

Gracias Señor, porque en la eucaristía nos haces UNO contigo, nos unes a tu vida, en la medida en que estamos dispuestos a entregar la nuestra...

Gracias, Señor, porque todo el día puede ser una preparación para celebrar y compartir la eucaristía...

Gracias, Señor, porque todos los días puedo volver a empezar..., y continuar mi camino de fraternidad con mis hermanos, y mi camino de transformación en ti...