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domingo, 10 de junio de 2012

Nardo del 10 de Junio ¡Oh Sagrado Corazón, modelo de virtudes eres!



Nardo del 10 de Junio
¡Oh Sagrado Corazón, modelo de virtudes eres!

Meditación: Jesús, que desde pequeño fuiste perfecto, que corrías y cantabas dando al mundo esperanza, pues ya se acercaba la Primera Santa Pascua. La Luz del Sol se ocultaba en Tu interior, cubierta con pétalos de humildad y obediencia al Creador. ¿Por qué no entendemos los hombres que tenemos que imitarte, que es un honor llevar Tu imagen, y que debemos dejarnos modelar por Tus Benditas Manos de Carpintero, para llegar a ser a semejanza de Nuestro Maestro?. ¡Qué honor el nuestro!. Pero qué bajo que caemos, pues cuan pocos son los que quieren ser como Cristo, Nuestro Rey Divino. Cambiemos nuestro pobre corazón por Su Sagrado Corazón, sabiendo que recibiremos todos los gozos, pues así el Señor habitará en nosotros, y tendremos la dicha de participar en la Santa Llaga, pues la humanidad hoy le clava nuevamente en Su Sagrado Corazón la lanza.

Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.

Florecilla: Leamos la Santa Palabra para conocer más profundamente cómo es Nuestro Señor, y así llegar a ser Su imitación.

Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.

NO TE PREOCUPES...

NO TE PREOCUPES...

No te preocupes por el que dirán mejor preocúpate de lo que tú opinas...
No te preocupes de todo y por todo, cada problema trae su solución...
No te preocupes por el mañana,mejor ocúpate del presente y el mañana resultará lo que sembraste este día...
Ocúpate, trabaja y soluciona tus problemas conforme se vayan presentando, uno por uno, jalando un sólo hilo cada vez...
No te preocupes, camina y sigue siempre adelante, creando, amando y haciendo...
Lo que pasó, pasó; y lo que será, será y eso nadie puede cambiarlo...
Hay que vivir cada día con fe y optimismo y verás que todo saldrá mejor.


 

LA PROMESA DEL INMACULADO CORAZÓN DE MARIA



LA PROMESA DEL INMACULADO CORAZÓN DE MARIA

El 10 de diciembre de 1925, la Santísima Virgen se le apareció a Lucía de Fátima, y a su lado, suspenso en una nube luminosa, estaba el Niño Jesús. La Santísima Virgen puso su mano en el hombro de Lucía, y mientras lo hacía, le mostró un Corazón rodeado de espinas que ella tenía en la otra mano. Al mismo tiempo, el Niño Jesús le dijo: 

"Ten pena del Corazón de tu Santísima Madre, que está cubierto de espinas, que los hombres ingratos en cada momento le clavan, sin haber quien haga un acto de reparación para quitárselas".

Luego la Santísima Virgen le dijo:
"Mira, hija mía, mi Corazón rodeado de espinas, que los hombres ingratos en cada momento le clavan, con blasfemias e ingratitudes. Tú, al menos, haz por consolarme, y dí que a todos aquellos que durante cinco meses, en el primer sábado, se confiesen, reciban la Sagrada Comunión, recen cinco decenas del Rosario y me hagan quince minutos de compañía meditando sobre los quince misterios del Rosario, con el fin de desagraviarme, yo prometo asistirles en la hora de la muerte con todas las gracias necesarias para su salvación".

LAS PROMESAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

 
Promesas del Sagrado Corazón


Promesas del Sagrado Corazón de Jesús a sus devotos

1.- A las almas consagradas a mi Corazón les daré las gracias necesarias para su estado.

2. Daré paz a sus familias.

3. Las consolaré en todas sus aflicciones.

4. Seré su amparo y refugio seguro durante la vida y principalmente en la hora de la muerte.

5. Derramaré bendiciones abundantes sobre sus empresas.

6. Los pecadores hallarán en mi Corazón la fuente y el océano infinito de la misericordia.

7. Las almas tibias se harán fervorosas.

8. Las almas fervorosas se elevarán rápidamente a gran perfección.

9. Bendeciré las casas y sitios en que esté expuesta y sea honrada la imagen de mi Sagrado Corazón.

10. Daré a los sacerdotes la gracia de mover los corazones más endurecidos.

11. Las personas que propaguen esta devoción tendrán escrito su nombre en mi Corazón, y jamás será borrado de él.

12. A todos los que comulguen nueve primeros viernes de mes continuos, el amor omnipotente de mi Corazón les concederá la gracia de la perseverancia final.
(Sta. Margarita Marìa de Alacoque.)

¡DIOS MIO Y TODAS MIS COSAS!

Autor: Pedro García, Misionero Claretiano | Fuente: Catholic.net
¡Dios mío y todas mis cosas!
Ni el bienestar, ni la fama, ni el amor humano, nada ni nadie, pueden llenar el vacío que se produce en el corazón cuando falta Dios.
 
¡Dios mío y todas mis cosas!
Francisco de Asís, uno de los Santos más queridos de la Iglesia, tenía este lema, que se repetía siempre:

¡Dios mío y todas mis cosas!

Con ello venía a confesar que lo único que le interesaba en la vida, lo único en que valía la pena pensar, lo único por que se podía aspirar es Dios y nada más que Dios. En Dios tenía toda su riqueza, y fuera de Dios no le decían nada todas las criaturas de este mundo, que, en tanto valen, en cuanto nos llevan a Dios.

Este mensaje de Francisco es perenne, para todos los lugares y todos los tiempos, para los pueblos igual que para cada persona en particular.

En nuestros días debe ser más actual que nunca, porque aún están coleteando en el mundo las consecuencias del ateísmo militante, y, además, se nos echa encima un nuevo paganismo.

Hoy contamos ciertas cosas del comunismo ateo con una satisfacción muy grande. Porque, ¡gracias a Dios!, pasaron aquellos años en que estaba proscrita la religión, y el sólo nombrar a Dios ya era un delito penado con la misma muerte. ¿Es posible esto?... ¡Y tan posible!

Por poner un caso nada más. En la revolución marxista española de 1936, es allanado un apartamento en busca de algún sacerdote. No se encuentra a nadie, porque el Padre que allí había lo supo disimular tan bien, que los milicianos se marchaban tal como habían venido. Lo malo fue que, al despedirse, aquel hombre, de quien no sospecharon, los despidió cortésmente con el simple y tradicional ¡Adiós!... Los rojos entran en sospechas.

-¿Qué es eso de “adiós”?... Ahora se dice “¡Salud!”...

Y por aquel ¡adiós! educado que le salió tan espontáneo, el Sacerdote paró ante el pelotón de fusilamiento... Repetimos, ¿es posible que se odie así a Dios?...

Esto fue el comunismo en todas partes. En Rusia, para ir contra Dios, se llegó a dar normas que nos parecen inconcebibles. Por ejemplo, se ordenó que en todas las escuelas se escribiera el nombre de Dios con minúscula. Porque Dios no era un ser divino, singular y personal, sino un producto de la razón, una fantasía ingeniosa, un cuento pasado de moda, una palabra común carente de sentido.

Sabemos que este hecho fue la última gota que rebasó la paciencia del gran disidente soviético y premio Nobel de Literatura. Descaradamente, se rebeló contra la orden gubernativa de escribir así el nombre de Dios, mientras que había de escribirse con mayúscula el de la policía o cualquier organismo del Estado. Las palabras de este valiente tuvieron resonancia mundial:
Es el colmo de la mezquindad atea contra la más excelsa fuerza creadora del universo, y ¡no me someteré a esta nueva indignidad!...

Gracias a DIOS y habremos de escribir con mayúsculas las cuatro letras del nombre bendito, que todo ha cambiado en aquellos países esperanzadores, en los que hoy se vuelve a adorar públicamente a Dios como es debido. El ateísmo oficial hubo de declararse impotente frente a la fuerza interna que el Reino de Dios desarrollaba dentro del pueblo ruso.

Pero este fenómeno es siempre para nosotros un aviso, una invitación, una exigencia.

En la vida del hombre, y más en nuestros tiempos de tan grave secularización, se corre el peligro de olvidar a Dios. Más, se correría el peligro de abandonar conscientemente a Dios, si es que Dios llegara un día a estorbar en el disfrute del mundo. Nosotros vemos el peligro del materialismo moderno, y nos preguntamos para prevenirnos:

- ¿Quién podrá más, Dios o el materialismo que nos rodea? ¿Quién nos seducirá definitivamente, el placer o Dios?...

El grito del salmo: ¿Quién, fuera de Dios?, debe tener en la vida del hombre resonancias fuertes y continuas. Es casi un grito de guerra. La que se libra dentro de cada uno, cuando ve que a su alrededor apostatan muchos del amor de Dios para darse sin freno a las cosas perecederas.

Ni el bienestar, ni la fama, ni el amor meramente humano, ni nada ni nadie, pueden llenar el vacío que se produce en el corazón cuando falta Dios.
Lo único que nos llena es ese Dios que satisface nuestra sed de eternidad.

Un filósofo de la antigüedad griega, después de pasearse por todo el mercado sin haber comprado nada, pronunció su sentencia célebre:
¡De cuántas cosas no tengo necesidad alguna! Me sobra todo. Me basta la filosofía de mi cabeza...
El hombre que se contenta con Dios, dice también: ¡No necesito nada! Con Dios tengo bastante...

Serán inmortales los versitos de Teresa de Jesús:
Quien a Dios tiene nada le falta: sólo Dios basta.

Una persona célebre en nuestros tiempos, ciega y sordomuda desde su nacimiento, pero que llegó a una superación sorprendente, lo dijo de manera humilde, aunque profundamente sabia y con dulce poesía:
Yo creo que Dios es para mí como el sol para el color y la fragancia para la flor. Como la luz en las tinieblas y la voz en mi silencio.
El ¡Dios mío y todas mis cosas! franciscano, es no solamente la aspiración de un Santo. Es, así de sencillo, la experiencia más elemental que dicta el simple sentido común....

P. Federico Vila, Claretiano, mártir en Tarragona. Solsenitzyn. Helen Keller. Sal. 18, 32.