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lunes, 30 de abril de 2012

A LA SOMBRA DE TU IDEAL...


A la sombra de tu ideal


        Un día Diógenes, el cínico , fue al mercado y puso un puesto, y encima, un letrero que decía :
        " AQUÍ SE VENDE SABIDURÍA ".
        Un Griego que leyó el letrero se echó a reír y dándole a su criado tres sestercios de sabiduría( sesenta centavos ), le dijo :
        - Anda y dile a Diógenes que te venda tres sestercios de sabiduría,
        Diógenes tomó el dinero y dijo al criado:
        -Di a tu amo, que en todo lo que haga mire si no contradice a su ideal.

        Agradó tanto la sentencia al amo, que la hizo esculpir en la puerta de su casa...
        Yo te la he escrito estas líneas. Si la quieres no necesitas dinero.
        Tómala y grábala en tu espíritu, y sea entonces tu vida, un eco de tu ideal.
        Cuida que tus acciones no sean un a contradicción con tu manera de pensar.
        Pon a la sombra de tu ideal toda la variada actividad de tu vida.
        Esto es ser consciente con tus principios.
        Esta es la verdadera sabiduría práctica.
        Esto es vivir en el mundo de las conquistas espirituales y no en los campos fantásticos de las quimeras.
        Sólo así llegarás a la altura de los triunfos. No lo olvides, sólo así...
        Si sabes ser consecuente con tu ideal

EL AMOR Y LOS DETALLES...

El amor y los detalles
Autor:  Padre Justo López Melús


        El amor se manifiesta sobre todo en los pequeños detalles. Y es que cuando hay amor hay detalles, y cuando no hay detalles es que no hay amor. Un corazón sensible no admite extravagancias ni faltas de respeto. Un caballero, por ejemplo, no permite que se burlen de su madre, y no tiene reparos humanos en mostrarle cariño.

        Cuenta el cardenal Suenens que en una ocasión acompañaba al rey Balduino por una carretera secundaria. Conducía el rey, él era el único pasajero. De repente dio un brusco frenazo. Al pasar cerca de un pueblo vio una imagen de la Virgen sobre un pedestal, pero alguien había tenido el mal gusto de profanarla poniéndole en la cabeza un casco militar. El rey se bajó del coche, quitó el casco y lo tiró a una zanja. Luego cogió el volante y arrancó sin comentarios, como la cosa más natural del mundo.

HABLAN...


Hablan
Autora: Zenaida Bacardí de Argamasilla



Hablan de repetir... pero poniendo sus bienes a salvo.

Hablan de fraternidad humana... pero cerrando su puerta a los males ajenos.

Hablan de amor... pero sin luchar por él, ni saber vivirlo.

Hablan de fe... y lo que tienen es miedo.

Hablan de fuerza... y por dentro son debilidad.

Hablan de despreciar el dinero... pero en el fondo le rinden pleitesía.

Hablan de justicia... pero inclinando de su lado la balanza.
    
Hablan de amistad... pero con el aguijón en la flor más conveniente.

Hablan de oración... pero rogando el remedio para sus problemas y sus males.

Hablan de Dios... pero siempre tras el muro  que los saque de su luz.

Hablan de despreciar el mundo... pero metidos en el foco de su notoriedad.

Hablan de la vida... pero creyendo que todo  lo merecen.

Hablan de éxito ajeno... pero siempre colocado debajo del suyo.

Hablan de apostolado... pero escabullan al momento de comprometerse.

Hablan de ayudar... pero sin dar consuelo, ni ser parte activa en la dificultad.

Hablan de siembra... pero transitan sin semilla, caminan sin huella.

Hablan de cambio... pero con materia,  ganancia y poder.

Hablan de perdón... pero nunca cicatrizan.

Hablan de ideales... pero nunca suben.
 
Hablan de promesas... pero nunca cumplen.

Hablan, pero a la hora de actuar, de sentir,  y de entregarse, están mudos, están ocultos, ¡están muertos!

DESDE EL NO HACIA EL SÍ...

Autor: P. Fernando Pascual LC | Fuente: Catholic.net
Desde el no hacia el sí
Necesito romper con esas negativas que me aprisionan a lo fácil, a lo cómodo, al egoísmo, que me encadenan al respeto humano y al miedo.

Desde el no hacia el sí

Dije no porque quería evitarme problemas y mantener la tranquilidad que hasta ahora me envolvía.

Dije no porque prefería salir de paseo en vez de ponerme en serio ayudar a quien lo necesitaba.

Dije no porque temía un fracaso, para no quedar nuevamente en ridículo ante esa persona conocida por sus críticas envenenadas.

Dije no porque la pereza fue más fuerte en mi jornada que el cariño que debería ofrecer a un familiar o un amigo.

Dije no incluso a Dios, porque la tentación se me hizo muy fácil y porque pensé que la gracia no me ayudaría.

Pero necesito romper con esas negativas que me aprisionan a lo fácil, a lo cómodo, al egoísmo, al pecado; que me encadenan al respeto humano, al miedo, al recuerdo de tantos fracasos del pasado.

Necesito, sobre todo, abrirme al horizonte del amor, de la fe, de la esperanza. Porque con Cristo hasta un criminal puede empezar a ser santo, un borracho puede superar su dependencia casi enfermiza, un cobarde puede revestirse de valor, un soberbio puede agachar la cabeza como un manso cordero ante el Hijo del Hombre que supo morir mansamente en el Calvario.

Hoy tengo entre mis manos unas horas en las que decido mi destino. Si me abro a Dios, si me dejo guiar por su gracia, si confío, seré capaz de dar un sí, y otro, y otro, para ayudar, para perdonar, para acompañar, para cuidar, para servir, para amar.

Aprenderé, entonces, a vivir como el Señor, que supo siempre dar un sí lleno de Amor al Padre y a los hombres. "Porque el Hijo de Dios, Cristo Jesús (...) no fue sí y no; en él no hubo más que sí" (2Co 1,19).


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  • P. Fernando Pascual LC