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miércoles, 28 de marzo de 2012

ENCONTRARÁS A DIOS...

Encontrarás a Dios

Dondequiera que pongas tu mirada,
dondequiera que fijes tu atención,
dondequiera que un átomo subsista,
ENCONTRARAS A DIOS.


En las formas diversas de las nubes,
en los rayos dorados que da el sol,
en el brillo que lanzan las estrellas,
ENCONTRARAS A DIOS.


En los dulces balidos que en los prados
el rebaño da al silbo del pastor,
en los trinos cambiantes de las aves.
ENCONTRARAS A DIOS.


En la sangre que corre por tus venas,
en la misma conciencia de tu YO,
en los propios latidos de tu pecho,
ENCONTRARAS A DIOS.


En la santa figura de la madre
cuyo seno la vida te done,
en la franca sonrisa de una hermana,
ENCONTRARAS A DIOS.


En las lindas pupilas de la joven
que de amores prendió tu corazón,
en la grata visión de un ser querido,
ENCONTRARAS A DIOS.


En las horas de sombra y amargura
cuando a solas estás con tu dolor
si le buscas en la sombría noche
ENCONTRARAS A DIOS....

ORACIÓN DE FE


Oración de Fe

Creo, aunque todo te oculte a mi fe.
Creo, aunque todos me griten que no.

Porque he basado mi fe en un Dios inmutable, en un Dios que no cambia, en Dios que es amor.

Creo, aunque todo parezca morir. Creo, aunque yo no quisiera vivir, porque he fundado mi vida en palabras sinceras, en palabras de amigo, en palabras de Dios.

Creo, aunque todo subleve mi ser. Creo, aunque sienta muy solo el dolor, Porque un cristiano que tiene al Señor por amigo, no vacila en la duda, se mantiene en la fe.

Creo, aunque veo a los hombres matar. Creo, aunque veo a los niños llorar. Porque aprendo con certeza que El sale al encuentro en las horas más duras, con su amor y su luz.

Creo, pero aumenta mi fe.

Y a ti... ¿quién te condena?


Y a ti... ¿quién te condena?
 Dos hombres fueron condenados. La sentencia consistía en que en un día determinado, en veinte años, serían torturados lentamente hasta la muerte.

Al escuchar la sentencia, el más joven se retorció de la pena y del dolor, y a partir de ese día, cayó en una profunda depresión.

"¿Para qué vivir?" se preguntaba, "si de todas maneras van a arrebatarme la vida, y de una manera inconcebiblemente terrible"

Desde ese día nunca fue el mismo. Cuando alguno de sus cercanos, compadecido por su estado, le ofrecía apoyo para tratar de alegrarlo, respondía rencorosamente diciendo:
- Claro, como tú no tienes que cargar mis penas, todo te parece fácil.

En otras ocasiones también replicaba:
- Tú no sabes lo que sufro, no es posible que me entiendas...

Y, a veces, alegaba en voz alta:
- ¿Para qué me esfuerzo? Si de todas formas...
Y así, poco a poco, el hombre se fue encerrando en su amarga soledad y murió mucho antes de que se cumpliera el plazo de los veinte años.

El otro hombre, al escuchar la sentencia, se asustó y se impresionó, sin embargo a los pocos días resolvió que, como sus días estaban contados, los disfrutaría.

Con frecuencia afirmaba:
- No voy a anticipar el dolor y el miedo empezando a sufrir desde ahora.

Otras veces decía:
- Voy a agradecer con intensidad cada día que me quede.
Y, en vez de alejarse de los demás, decidió acercarse y disfrutar a los suyos, para sembrar en ellos lo mejor de sí.
Cuando alguien le mencionaba su condena, respondía en broma:
- Ellos me condenaron, yo no me voy a condenar sufriendo anticipadamente y, por ahora, estoy vivo.

Fue así que, paulatinamente, se convirtió en un hombre sabio y sencillo, conocido por su alegría y su espíritu de servicio. Tanto, que mucho antes de los veinte años, le fue perdonada su condena.

El 99% de tus miedos no se realizarán. Cree en tu fuerza, disfruta la libertad de ser feliz. La verdadera libertad no está en lo que haces, sino en la forma como eliges vivir lo que haces, y sólo a ti te pertenece tal facultad.

P.D.: Sólo por hoy elige pensamientos y emociones positivas. Notarás la diferencia.

LA VIRGEN MARÍA ...


LA VIRGEN MARÍA...

En su vida, la Virgen María no ha realizado cosas llamativas ni ha emprendido hazañas extraordinarias. Ella se santificó haciendo todas las cosas que hacían las mujeres de su tiempo.
Tampoco nosotros debemos buscar la santidad en cosas extraordinarias sino en hacer las cosas ordinarias de un modo extraordinario, por el amor con que las hacemos.

María, impúlsanos a realizar las tareas de cada día con mucho amor y bondad.