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martes, 17 de enero de 2012

MANTÉN EL BUEN HUMOR..


Mantén el buen humor...
Autor: César Borges


Mantén el buen humor en cualquier circunstancia.
Y trata de mantener vivo el buen humor de todas las personas
que te encuentran en la vida.
La alegría es medicina divina.
La tristeza, en cambio, nos hunde en un mar de barro,
que salpica y ensucia a los que se nos acercan.

En los sufrimientos y penas también trata de ser alegre,
porque la alegría es la mejor medicina para conseguir la felicidad.

Convéncete de que la alegría de la vida no te puede
llegar de afuera.
Podrás hallar la felicidad cuando puedas hacerla brotar
de tu corazón, cuando aprendas ayudar a todos,
sin preferencias, con tus obras, palabras y pensamientos.

VEN ESPÍRITU SANTO...

Ven Espíritu Santo


Ven, Espíritu Santo,
Llena los corazones de tus fieles
y enciende en ellos
el fuego de tu amor.
Envía, Señor, tu Espíritu.
Que renueve la faz de la Tierra.


Oración:

Oh Dios,
que llenaste los corazones de tus
fieles con la luz del Espíritu
Santo; concédenos que,
guiados por el mismo Espíritu,
sintamos con rectitud y
gocemos siempre de tu consuelo.
Por Jesucristo Nuestro Señor.
Amén.

IRÉ CONTIGO SEÑOR...

Iré contigo, Señor.

Para sabiendo y viendo dónde vives y cómo vives,vivir para Ti, contigo y para los demás.
Porque, mis días, no siempre están colmados de vida,ni mis labios desgranan palabras de verdad.
Porque, mis caminos, no siempre son los tuyos,ni mis verdades son la Verdad de tu Reino.

Iré contigo, Señor.
Para servirte anunciando tu Evangelio y, pregonándolo de balde,saber que es lo más grande que me puede ocurrir,lo más grandioso que, en tu nombre, yo puedo hacer.

Iré contigo, Señor.
Y, donde tú vayas, contigo y por Ti lo haré:
Si hay sufrimiento, seré mano tendida.
Si brota el llanto, desdoblaré el pañuelo de mi consuelo.
Si no amanece, irradiaré la luz de tu presencia.

Iré contigo, Señor.
Porque, ir agarrado de tu mano,
es sentir que el cielo me aguarda .
Es creer en un mañana mejor.
Es añorar esa Ciudad sin lágrimas ni dolor.

Iré contigo, Señor.
Y, cuando vea dónde y cómo vives,
sabré que el AMOR lo puede todo,
entenderé que el AMOR lo vale todo,
comprenderé que el AMOR lo inunda todo.

Iré contigo, Señor.
Porque, vivir dónde Tú vives,
es tal vez, y con mucho, el mejor lugar
donde ser feliz y permanecer para siempre.
Amén.


P. Javier Leoz

JESÚS ES TU AMIGO...

Jesús es tu amigo. —El Amigo. —Con corazón de carne, como el tuyo. —Con ojos, de mirar amabilísimo, que lloraron por Lázaro... Y tanto como a Lázaro, te quiere a ti.

 San Josemaría Escrivá de Balaguer

SI NO CONFÍAS EN TU PROPIA ORACIÓN..

Autor: P. Francisco Armengol, L.C | Fuente: www.la-oracion.com
Si no confías en tu propia oración
Saber que Cristo ha rezado por nosotros, para sostenernos en los momentos de debilidad.
 
Si no confías en tu propia oración

El Santo Padre comenta en la audiencia del 11 de enero del 2012 la oración de Jesús en la última cena.

Quisiera resaltar sólo un pequeño detalle: la oración que hace Jesús por Pedro: yo he pedido por ti, para que tu fe no se apague.


Nuestro Señor dirige esa frase a Pedro justo después de predecirle su triple negación. Jesús está a punto de salir para Getsemaní para agonizar en el huerto, pero sabe que también Pedro sufrirá una gran prueba y quiere decirle que a pesar de sucumbir, que siga adelante, que ha rezado por él. Precisamente la oración de Jesús sostiene la debilidad de sus discípulos durante la prueba.

Esto es un consuelo para nosotros, pues significa que ante las pruebas de la vida no dependemos exclusivamente de la fuerza de nuestra propia oración. Por un lado, a veces sufrimos pruebas tan grandes que lo último que nos apetece hacer en ese momento es rezar. Por otro, nuestros momentos de oración pueden llegar a ser tan distraídos que realmente poca fuerza podemos esperar de ellos. Perdemos la confianza en nuestra propia oración.

Pero saber que Cristo ha rezado por nosotros, para sostenernos en los momentos de debilidad, para que sepamos levantarnos después de habernos caído, es un gran consuelo. ¿Qué oración puede ser más eficaz que la del mismo Cristo?

Si no confías en tu propia oración, no te preocupes. Cristo ha rezado por ti.


Aquí puedes leer el texto completo de la catequesis del Papa del 11 de enero de 2012