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martes, 10 de enero de 2012

ENFRENTATE A LA VIDA

ENFRENTATE A LA VIDA

Esta vez, no te hablaré de lo que es la vida. Compartiré los momentos que te hacen firme ante ella.

Si estás cansado de llevar siempre la misma rutina, ¡¡FIJA TUS METAS!!!
Traza las líneas del horizonte que te gustaría alcanzar y lucha por llegar a Ellas.

Sé que será difícil; pues hay obstáculos que te hacen caer, mas te puedes levantar y seguir adelante.
Encontrarás tropiezos que te harán más fuerte para enfrentarte a ella con valor.

Podrás ver al sol frente a frente y sin temor a la oscuridad de la noche, que a veces te resulta fría y aterradora.

Si deseas ser una de tantas personas que van por la vida, cual hoja al viento, no hagas nada, tan solo déjate llevar. Más aún si el viento deja de soplar, en cualquier momento caerás.

¡¡LUCHA, SÉ VALIENTE!!. La vida está en tus manos. ¡¡ERES JOVEN!!, tienes todo el potencial para realizar tus sueños anhelados.

Por último quiero decirte que todo esto nunca tendrá razón si no llevas a tu lado a aquel que Te dio la vida. A tu creador.

Gamaliel Díaz Cervantes

DIOS NOS BUSCA...

Dios nos busca
Autor:  Padre Guillermo Ortiz SJ.


Dice Juan Pablo no que Dios nos busca. Que Dios nos busca en Jesucristo para hacemos abandonar los caminos del mal. Lo cierto es que buscándonos hasta pareciera que el mismo Dios se pierde inclinándose tanto, abajándose, descendiendo, humillándose tanto, hasta confundirse con un delincuente, un forajido, un criminal, un culpable.

¿Dónde está Dios? Se pregunta la gente cuando sufre o cuando ve el sufrimiento de la gente inocente. ¿Dónde está Dios? Se pregunta la gente que conoce la bondad y la inocencia de Jesús, convertido ahora en un reo de muerte. Sí, allí está Dios en Jesucristo, saliendo fuera de la ciudad,: condenado, excluido, despojado de todos los derechos, su vida en manos de soldados ejecutores de tortura y de muerte. Es él y allí está, aunque a nosotros nos cueste tanto cambiar quizá la imagen falsa que tenemos de un Dios milagrero: bajate de la cruz le gritaran algunos. Bajate de la cruz si sos el Hijo de Dios y creeremos en ti... y no ven y quizá no vemos que el verdadero milagro es el perdón; el perdón del amor infinito que brota de sus llagas. El milagro es su paciencia y el ofrecimiento de su vida por nosotros en esa pequeñeces y hasta anonimato, porque para muchos no puede ser que Dios se abaje tanto y como reo del hombre acepte ser como un gusano.

Condenado a morir fuera de los muros del corazón del hombre, excluido como quien solo merece desaparecer, allí esta Jesucristo; este es Jesucristo el Nazareno hijo de Dios... Ecce homo.

PENSAMIENTO MARIANO 11

Pensamiento Mariano

Las madres de la tierra no abandonan nunca a sus hijos. Del mismo modo María, que ama tanto a sus hijos durante la vida, con cuánta ternura, con cuánta bondad acudirá a protegerlos en sus últimos instantes, cuando mayor es la necesidad. 


San Juan Bosco

PIDIENDO CONSEJO A CRISTO EN MI ORACIÓN

Autor: P. Juan Antonio Ruiz J., L.C. | Fuente: www.la-oracion.com
Pidiendo consejo a Cristo en mi oración
El Señor no habla en el pasado, sino que habla en el presente, él habla hoy con nosotros, nos concede su luz, nos muestra el camino.
Pidiendo consejo a Cristo en mi oración
Cumplo con mi deber, obedeciendo los preceptos de Cristo, que dice: Estudiad las Escrituras, y también: Buscad, y encontraréis, para que no tenga que decirme, como a los judíos: Estáis muy equivocados, porque no comprendéis las Escrituras ni el poder de Dios. Pues, si, como dice el apóstol Pablo, Cristo es el poder de Dios y la sabiduría de Dios, y el que no conoce las Escrituras no conoce el poder de Dios ni su sabiduría, de ahí se sigue que ignorar las Escrituras es ignorar a Cristo.

Por esto, quiero imitar al padre de familia que del arca va sacando lo nuevo y lo antiguo, y a la esposa que dice en el Cantar de los cantares: He guardado para ti, mi amado, lo nuevo y lo antiguo; y, así, expondré el libro de Isaías, haciendo ver en él no sólo al profeta, sino también al evangelista y apóstol. Él, en efecto, refiriéndose a sí mismo y a los demás evangelistas, dice: ¡Qué hermosos son los pies del mensajero que anuncia la paz, que trae la Buena Nueva! Y Dios le habla como a un apóstol, cuando dice: ¿A quién mandaré? ¿Quién irá a ese pueblo? Y él responde: Aquí estoy, mándame» (San Jerónimo, del prólogo al comentario al profeta Isaías).

Tengo un buen amigo que le gusta mucho la fotografía. Es un apasionado del tema. Reconozco que a veces fastidia un poco, pues cuando ves con él cualquier foto, en vez de recordar el evento que ahí quedó plasmado, se dedica a criticar la luz, el enfoque, etc. Y considera Photoshop como la mayor herejía existente en cuanto a arte se refiere.

Aún así, mi amigo reconoce que posee un conocimiento más bien pobre de la ciencia fotográfica. Y por eso ha decidido estudiar un poco por su cuenta. Hablando hace poco por teléfono con él, me refería sus primeras adquisiciones de las librerías: ¿Sabes cuál ha sido el libro que más me ha ayudado de todos? El de "Fotografía para tontos". Yo no pude sino sonreír.

¿Si conocen el libro al que se refiere, verdad? Es esa colección que en inglés titulan "For Dummies" y que ha revolucionado el mundo del aprendizaje. Por lo menos el más elemental de ello. Existe hasta un "Juan Pablo II for Dummies", en el que repasan los elementos más esenciales de la vida del Papa. Y reflexionando este hecho, me di cuenta que si un libro puede ayudarnos en lo más elemental de nuestro camino de oración, no dudaría en decirlo: la Biblia es esa "oración for Dummies".

Es verdad que no todos los pasajes de la Escritura son fáciles. Pero también es verdad, y hablo especialmente del Evangelio, que su lectura ha sido inspiración para la vida del cristianismo desde el inicio de nuestra era. De ahí que San Jerónimo diga que desconocer las Escrituras es desconocer a Cristo mismo. Tal vez alguno lo haya ya experimentado. Tomen, por ejemplo, la vida de cualquier santo. ¿Cuál es el que más les gusta? ¿Francisco de Asís, Ignacio de Loyola, Teresa del Niño Jesús? No importa qué vida de santo se tope uno, no hay ninguna que no tenga de por medio, en su momento de conversión, la lectura de la Sagrada Escritura. Todos han bebido de su lectura, especialmente del Evangelio. Y la meditación y contemplación de los pasajes ahí descritos han sido la inspiración para todos.

San Lorenzo era muy consciente de ello y por eso mismo dedicó gran parte de su vida al estudio y meditación de los textos sagrados. Otro santo, San Francisco de Asís, decía que «leer la Sagrada Escritura es pedir consejo a Cristo». En este aspecto, los protestantes han tal vez madurado mucho más que nosotros y conocen con profundidad la Biblia. Muchas veces nos impacta y hasta ridiculizamos cuando ellos toman decisiones cruciales y del día a día de su vida leyendo el Evangelio.

Pero yo creo que debemos aprender a leer con Dios la Biblia, en oración. ¿Qué sería de nuestra vida si hablásemos con Cristo tantos pasajes de la Escritura y pudiesen así ayudarnos en nuestra vida diaria? Porque «la Sagrada Escritura no es algo que pertenezca al pasado. El Señor no habla en el pasado, sino que habla en el presente, él habla hoy con nosotros, nos concede su luz, nos muestra el camino de la vida, nos regala su comunión y nos prepara y nos abre así a la paz (Benedicto XVI, 29-03-2006).

¿Recomendación? La Iglesia siempre ha invitado a sus fieles a leer todos los días un pequeño pasaje evangélico y buscar una enseñanza para ello. Incluso hay lugares donde ya tienen un “Evangelio del día” meditado, incluso via Internet. Ojalá que cada día, aunque sean cinco minutitos, vayamos a la Sagrada Escritura y le pidamos consejo a Cristo, directamente. Será, sin duda alguna, uno de los mejores caminos para una profunda oración.





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