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viernes, 21 de octubre de 2011

¿QUÉ ES EL DOMUND?

Autor: Amadeo Rodríguez Magro, Obispo de Plasencia | Fuente: www.diocesisplasencia.org
¿Qué es el Domund?
La misión de la Iglesia le da continuidad al amor mismo de Dios
 
¿Qué es el Domund?
¿Qué es el Domund?
Día del Domund
23 de octubre de 2011

“Así os envío yo” (Jn 21,21)


El lema del Domingo Mundial de las Misiones (DOMUND), que es una oportuna, rica y hermosa cita, apunta al corazón mismo de la misión, que no es otro que el corazón de Dios. En efecto, Jesucristo comparte con nosotros su misión, y nos envía. Pero nos hace ver que la misión tiene su origen en el Padre. Eso es lo que nos dice con el “así”. Esta primera palabra del lema nos da la clave de la fuente misma del envío: procede del amor del Padre: “Como el Padre me ha enviado…”.

Este envío de Jesús con origen en el Padre marca nuestra conciencia misionera desde los orígenes mismos de la Iglesia. Ella sabe que su misión le da continuidad al amor mismo de Dios, sobre todo desde Pentecostés, cuando el Espíritu Santo, don amoroso del Padre y del Hijo, pone en acción a la Iglesia. Por tener esa fuente divina, ser misioneros es para nosotros, ante todo, una experiencia espiritual, como lo fue, por ejemplo, para Santa Teresita del Niño Jesús.

Cada año, en el DOMUND, renovamos la llamada inicial de Cristo y así se despierta de nuevo nuestra conciencia misionera universal. En el DOMUND niños, jóvenes, familias, es decir, todos, nos descubrimos como Iglesia en misión, que siente e interviene en la misión que otros, los misioneros, realizan directamente en las misiones. Se puede decir que el DOMUND ensancha nuestro corazón misionero y lo hace universal: nos hace abrir nuestros ojos creyentes, nuestro corazón que ve, hacia el ancho mundo de la misión, ese que creativamente nos nuestra el cartel del DOMUND 2011: desde la Iglesia española (observa el mapa) se nos invita a mirar hacia los cinco continentes.

Entiendo que a estas alturas no hay que insistir mucho en cómo situarse ante esta Jornada Misionera. De todos es sabido que nuestra vida en Cristo se forja con hondura en la oración, pues ésta nos pone en sintonía con el corazón mismo de Cristo. Se puede decir que la comunión misionera entre nosotros se cultiva especialmente en la oración que hacemos por las misiones y los misioneros. Es más, sin la oración difícilmente llegaríamos a comprender del todo qué significa ser y sentirse misioneros. Pero también es evidente que la oración nos empuja a una proyección misionera activa. En el Domando se nos pide, sobre todo, una cooperación económica, generosa con las misiones, como siempre ha sido.

En nuestras parroquias nos animarán con materiales y llamadas a colaborar con la labor de los misioneros. El obispo os anima hacerlo con generosidad y sentido de Iglesia. También quiero ayudaros a resolver algunas preguntas que quizás os hagáis ante estas campañas:


¿De quién es la iniciativa de llamarnos a colaborar en el DOMUND?

De la Santa Sede, del Santo Padre; porque nuestra colaboración con las misiones en esta Jornada del DOMUND es a través de la Iglesia universal y en favor de todos los territorios de misión, de los 1.100 que hay en todo el mundo (37% de la Iglesia católica).


¿Quién recoge y distribuye lo recaudado en el DOMUNDO?

Esta labor la hacen las Obras Misionales Pontificias (OMP), que tienen delegaciones en todas las Diócesis, en las naciones y su sede central en Roma. Cada año los Directores nacionales de las OMP se reúnen, en la Congregación para la evangelización de los pueblos, para determinar la distribución de lo recaudado, de acuerdo con los proyectos solicitados por los misioneros.


¿Es lo mismo el DOMUND que los hermanamientos que algunas parroquias tienen con proyectos o misioneros amigos?

En realidad no, aunque tengan un mismo destino misionero. El dinero del Domund llegará a todas las misiones de la Iglesia, sin distinción, y los hermanamientos se hacen con algunos misioneros concretos, a los que, por supuesto, recomiendo ayudar, pero con otras acciones y en otros momentos. Lo recaudado en el DOMUND ha de ir todo íntegro a las OMP para que los distribuyan entre todas las misiones. Si retuviéramos las colectas para nuestros proyectos apadrinados, estaríamos cometiendo una injusticia: unas misiones recibirían mucho y otras muy poco.


¿Qué destino tiene nuestra aportación económica?

Nuestros donativos van destinados a las tareas de las misiones: la transmisión de la fe, la educación, la salud y a la mejora de las condiciones de vida de las personas con las que conviven los misioneros, que en la mayoría de las ocasiones son de pobreza, malnutrición y enfermedades.

De corazón os animo a todos a que seáis generosos con las misiones, como siempre habéis sido. No olvidéis que la sensibilidad misionera muestra siempre un alto índice de fe, que, en sí misma, es un don que se ha de compartir. Pongamos, pues, nuestro grano de arena en la gran montaña de amor que están poco a poco formando nuestros misioneros.

Con mi afecto y bendición.

+ Amadeo Rodríguez Magro

Obispo de Plasencia

CAMBIAR EL MUNDO


Cambiar el mundo
Autor: José Luis Martín Descalzo

Llegó una vez un profeta a una ciudad y comenzó a gritar, en su plaza mayor, que era necesario un cambio de la marcha del país. El profeta gritaba y gritaba y una multitud considerable acudió a escuchar sus voces, aunque más por curiosidad que por interés.

Y el profeta ponía toda su alma en sus voces, exigiendo el cambio de las costumbres. Pero, según pasaban los días, eran menos cada vez los curiosos que rodeaban al profeta y ni una sola persona parecía dispuesta a cambiar de vida.  Pero el profeta no se desalentaba y seguía gritando. Hasta que un día ya nadie se detuvo a escuchar sus voces. Mas el profeta seguía gritando en la soledad de la gran plaza. Y pasaban los días. Y el profeta seguía gritando. Y nadie le escuchaba.

 Al fin, alguien se acercó y le preguntó: "¿Por qué sigues gritando? ¿No ves que nadie está dispuesto a cambiar?"
"Sigo gritando" -dijo el profeta- "porque si me callara, ellos me habrían cambiado a mí."

MADRE ENSEÑANOS A ORAR CONTIGO Y COMO TÚ LO HACÍAS

Autor: P Mariano de Blas LC | Fuente: Catholic.net
Madre enséñame a orar contigo y como Tú lo hacías
Meditaciones del Rosario. Tercer Misterio Glorioso. La venida del Espíritu Santo
 
Madre enséñame a orar contigo y como Tú lo hacías
Como la gallina a sus pollitos estabas con aquellos apóstoles asustados, infundiéndoles la fortaleza y el valor de una Madre. Les enseñaste a rezar, como Jesús les había enseñado, pues Tú eras una maestra insigne. Única. Bajo tu ejemplo ellos aprendieron a gustar la oración, a hacerlo de manera semejante a como Tú lo hacías. “Nosotros nos dedicaremos a la oración y a la predicación” diría más adelante Pedro a la comunidad de forma contundente.

Orar con María: Cuanto hubiera disfrutado estando allí, viéndola orar, asimilando por contagio la oración de la criatura más santa y humilde: contemplar su rostro, sus ojos cerrados o semicerrados o mirando hacia lo alto; escuchar su corazón cantando con su bellísima voz, imitar su forma de arrodillarse, de cerrar sus manos. Orar con Ella, junto a Ella, ¡qué gran privilegio!

Me imagino a los apóstoles, al verla orar tan extáticamente, suplicándole: “Enséñanos a orar contigo y como tú lo haces”. Oh Madre, yo también te digo: “Enséñame a orar contigo y como Tú lo hacías”. A los cristianos que se aburren en la oración o en la Misa, alcánzales el amor de los enamorados para que disfruten la alegría de orar.

Tú obtuviste la gracia del Espíritu Santo a los apóstoles. Pedro te necesitaba más que nadie. Después de las negaciones se había roto; estaba herido y necesitaba los cuidados de una Madre para con su hijo enfermo. Pedro necesitaba de una Madre como Juan Pablo II. También él llevaba, si no en su escudo, sí en su corazón, el “Totus tuus” del actual Vicario de tu Hijo.

Juan era el más parecido. Él de alguna manera compensaba y llenaba el hueco dejado por Jesús. “Ahí tienes a tu Madre”. Este encargo, hecho a todos, él se lo tomó infinitamente en serio.

Tomás: Yo sé que convertiste a aquel hombre duro para creer en un hijo de fe, por la forma tan bella como Tú le enseñaste a creer.

María Magdalena: Ya había comenzado su conversión, pero ella como mujer que era, y apasionada, copió mejor que los hombres tu hoguera de amor. Aquella que se había acostado en los basureros tenía ante sí un ejemplo de mujer pura, santa y toda amor. María Magdalena te copió con todas las fuerzas de su ser. Tu presencia la purificó totalmente y le hizo amar locamente la pureza y abominar del pecado.

Debes repetir el milagro de Pentecostés en la Iglesia y en cada uno de nosotros, en mí. Aunque no sea vea la llama de fuego, que me abrase todo; aunque no haya terremoto externo, que vibre por dentro y me vuelva loco de amor por Él y por Ti. Te lo pido encarecidamente. No te pido mas, pero no te pido menos.

Pusiste de rodillas a la Iglesia primitiva y así, de rodillas, recibió la fuerza del Espíritu Santo. Hoy debes también enseñar a rezar a los sacerdotes y religiosos, a los fieles, para salir del atolladero.

Salieron a predicar como leones. Pedro era un león, sentía dentro la fuerza de un león, ávido de presas. Echó las redes de su palabra en nombre de Cristo, y tres mil hombres quedaron atrapados. Los primeros cristianos entraron a la Iglesia por contagio de amor, de aquel amor que ardía en el corazón de los apóstoles. Así comenzó con buen pie la religión del amor, amando y haciendo amar, hasta el punto de arrancar a sus mismos enemigos la mejor alabanza que se pueda decir jamás de los cristianos: “Mirad cómo se aman”. Aprendieron muy bien la lección de Jesús.

Hoy... en muchos casos, ya no es así. La religión del amor se ha convertido para muchos en la religión del aburrimiento. Porque no aman, porque se han olvidado del amor que Cristo les ha demostrado. Tienes que hacernos como hiciste a los primeros, para seguir convenciendo a los hombres fríos de hoy. La religión del amor se contagia por calor, no por gélidas ideas.


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  • P. Mariano de Blas LC