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lunes, 4 de julio de 2011
TU SONRISA...
Tu sonrisa
Autor: Mahatma Gandhi.
Tu sonrisa es la foto de tu alma.
Toma una sonrisa, regálala a quien nunca la ha tenido.
Toma un rayo de sol, hazlo volar allá en donde reina la noche.
Descubre una fuente, haz bañar a quien vive en el barro.
Toma una lágrima, ponla en el rostro de quien nunca ha llorado.
Toma la valentía, ponla en el ánimo de quien no sabe luchar.
Descubre la vida, nárrala a quien no sabe entenderla.
Toma la esperanza y vive en su luz.
Toma la bondad y dónala a quien no sabe donar.
Descubre el amor y hazlo conocer al mundo.
NADA TE TURBE...
Nada te turbe
Autor: Basado en la oración de Teresa de Jesús
En todos tus trabajos
a Dios acude;
arrójate en sus brazos,
nada te turbe.
No temas, no, a las cruces,
mira adelante;
que Dios está contigo;
nada te espante.
Mira que el sufrimiento
con Él es nada,
y presto como el viento
todo se pasa.
Y aunque su ausencia sea
porfiada y cruda,
tú más en Él espera,
que Él no se muda.
Y si aún dura en su ausencia,
ten más confianza;
mira que la paciencia
todo lo alcanza.
Que si contigo tienes
a Dios por gracia,
no anheles ya más bienes:
Que sólo Él basta.
Autor: Basado en la oración de Teresa de Jesús
En todos tus trabajos
a Dios acude;
arrójate en sus brazos,
nada te turbe.
No temas, no, a las cruces,
mira adelante;
que Dios está contigo;
nada te espante.
Mira que el sufrimiento
con Él es nada,
y presto como el viento
todo se pasa.
Y aunque su ausencia sea
porfiada y cruda,
tú más en Él espera,
que Él no se muda.
Y si aún dura en su ausencia,
ten más confianza;
mira que la paciencia
todo lo alcanza.
Que si contigo tienes
a Dios por gracia,
no anheles ya más bienes:
Que sólo Él basta.
INVOCACIÓN A LA CONFIANZA
Invocación a la confianza
Autor: A. Pangrazzi
Ayúdame Señor, a creer que detrás de las nubes está el Sol; que los desnudos árboles de otoño volverán a vestirse de hojas, si tengo la paciencia de esperar.
Ayúdame Señor, a comprender que para alcanzar la cima de la montaña hay que atravesar el largo valle. Que la vela difunde su luz a base de consumirse poco a poco.
Ayúdame Amado Señor, a desprenderme de las pretendidas seguridades que no puedo tener y que me hacen tan inseguro; ayúdame a comprender que mis temores aumentan mi inquietud y mi impaciencia.
Ayúdame Señor, a aceptar mis limitaciones.
Confío en tí como un niño que se siente seguro en brazos de su madre.
Ayúdame a caminar por donde no puedo ver sabiendo que tú estás ahí conmigo.
Autor: A. Pangrazzi
Ayúdame Señor, a creer que detrás de las nubes está el Sol; que los desnudos árboles de otoño volverán a vestirse de hojas, si tengo la paciencia de esperar.
Ayúdame Señor, a comprender que para alcanzar la cima de la montaña hay que atravesar el largo valle. Que la vela difunde su luz a base de consumirse poco a poco.
Ayúdame Amado Señor, a desprenderme de las pretendidas seguridades que no puedo tener y que me hacen tan inseguro; ayúdame a comprender que mis temores aumentan mi inquietud y mi impaciencia.
Ayúdame Señor, a aceptar mis limitaciones.
Confío en tí como un niño que se siente seguro en brazos de su madre.
Ayúdame a caminar por donde no puedo ver sabiendo que tú estás ahí conmigo.
MAÑANA SERÁ MEJOR...
Mañana será mejor
Nunca es tarde para empezar de nuevo. Es tarde cuando pasan los días, y nada se hace
El mundo está lleno de gente que trabajará mañana, que mañana se compondrá, que retornará a Dios mañana, que mañana... Pero no hoy.
En el fondo no existen deseos de superarse ni de mejorar. Entonces, está uno muriendo y de prisa. La vida es desarrollo, crecimiento, la vida se alimenta de esperanza, de metas que se persiguen, de insatisfacción con lo alcanzado y de lucha por mejorar las marcas.
La muerte comienza cuando se pierde la ilusión y el anhelo de crecer. Nadie está tan cerca de morir como el que ha perdido toda esperanza. Si sientes deseos de superarte como ser humano, como profesionista, como cristiano, estás vivo.
Ningún momento más oportuno para desear un cambio en la vida que el inicio de una nueva semana. Nunca es tarde para empezar de nuevo. Es tarde cuando pasan los días, y nada se hace. Es la mediocridad que abunda tanto, porque nada cuesta ser mediocre. Consiste en las medianías. Las grandes realizaciones no las logran los mediocres. El mundo debe muy poco a los perezosos. Si quieres que el mundo te recuerde y esté agradecido contigo, debes luchar y trabajar por mejorarlo.
Autor: P Mariano de Blas | Fuente: Catholic.net