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martes, 21 de junio de 2011

EL EVANGELIO DE HOY

Autor: H. Rafael Torres | Fuente: Catholic.net
La senda estrecha
Mateo 7, 6.12-14. Tiempo Ordinario. Jesús nos invita a entrar por la puesta estrecha. Nos podemos preguntar: Señor, en mi vida diaria, ¿cuál es la puerta estrecha?
 
La senda estrecha

Evangelio

Lectura del santo Evangelio según san Mateo 7, 6.12-14

No deis a los perros lo que es santo, ni echéis vuestras perlas delante de los puercos, no sea que las pisoteen con sus patas, y después, volviéndose, os despedacen. Por tanto, todo cuanto queráis que os hagan los hombres, hacédselo también vosotros a ellos; porque ésta es la Ley y los Profetas. Entrad por la puerta estrecha; porque es ancho y espacioso el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que entran por ella; mas ¡qué estrecha la puerta y qué angosto el camino que lleva a la Vida! ¡Qué pocos son los que lo encuentran!

Oración introductoria

Señor, dame las fuerzas para estar convencido de mi misión como verdadero cristiano. Creo en ti, pero aumenta mi fe, hazla firme. Haz grande mi fe para poder amar a mis hermanos desinteresadamente. Tú eres mi fuerza, y contigo todo lo puedo. Ayúdame, pues sin ti no puedo nada.

Petición

Dios mío, concédeme ser un apóstol entregado, que salga de mi mundo y piense en los demás. Alcánzame la gracia de poder negarme a mí mismo; así estaré atento a las necesidades de mis hermanos, antes que a las mías.

Meditación

El pueblo cristiano, nacido de las aguas del Bautismo, está llamado a dar testimonio en todo el mundo de esta salvación, a llevar a todos el fruto de la Pascua, que consiste en una vida nueva, liberada del pecado y restaurada en su belleza originaria, en su bondad y verdad. A lo largo de dos mil años, los cristianos, especialmente los santos, han fecundado continuamente la historia con la experiencia viva de la Pascua. La Iglesia es el pueblo del éxodo, porque constantemente vive el misterio pascual difundiendo su fuerza renovadora siempre y en todas partes. También hoy la humanidad necesita un “éxodo”, que consista no sólo en retoques superficiales, sino en una conversión espiritual y moral. Necesita la salvación del Evangelio para salir de una crisis profunda y que, por consiguiente, pide cambios profundos, comenzando por las conciencias. (Mensaje urbi et orbi de su Santidad Benedicto XVI)

Reflexión apostólica

En este evangelio Jesús nos invita a entrar por la puesta estrecha. Nos podemos preguntar: “Señor, en mi vida diaria, ¿cuál es la puerta estrecha?” Y nos puede resultar algo confuso esta idea, y quizá no la entendamos. Pero lo que Cristo realmente nos está pidiendo es que seamos que vivamos las enseñanzas que nos ha dejado mediante el camino de la abnegación. ¿Y para qué todas estas negaciones? Para poder lograr entrar por la puerta estrecha que conduce a la vida eterna. Nosotros, los cristianos, tenemos una misión muy clara y precisa, predicar el Evangelio a todo el mundo, y no podemos estar satisfechos hasta no ver terminada nuestra tarea. Nuestras perlas preciosas están en nuestro corazón cada vez que le recibimos en el sacramento de la Eucaristía. De ahí nace la necesidad de pedirle a Dios nuestro Señor que nunca nos deje solos y que nos conceda la gracia de llegar a su presencia para gozar el fruto de nuestra abnegación.

Propósito

Voy a rezar un misterio del rosario para que siga caminando con esperanza por la senda estrecha que conduce a la Vida.

Diálogo con Cristo

Señor, ayúdame a dar más ejemplo de mi vocación como un cristiano auténtico. Señor y Dios mío, soy todo tuyo. Tú eres mi pastor. Señor, dame valor para seguir el camino del sacrificio, que es el que conduce al cielo. Quiero ser feliz en tu presencia. Concédeme ser un trasmisor incansable de la Verdad.

Aprende ahora a despreciar todo, para que entonces puedas dirigirte libremente a Cristo (Kempis, Imit. Chr. 1, 33, 6)

NADIE CAMINA POR LA VIDA...

Nadie camina por la vida

Nadie camina por la vida,
sin haber pisado en falso muchas veces.

Nadie llega a la otra orilla,
sin haber ido haciendo puentes para pasar.

Nadie deja el alma lustrosa,
sin el pulimento diario de la vida.

Nadie puede juzgar,
sin conocer primero su propia debilidad.

Nadie consigue su ideal,
sin haber pensado muchas veces
que persiguía un imposible.

Nadie deja de llegar,
cuando se tiene la certeza de un don,
el crecimiento de su voluntad,
la abundancia de la vida,
el poder para realizarse y
el impulso de si mismo.

ACTO DE CONFIANZA AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

ACTO DE CONFIANZA AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

¡Oh Corazón de Jesús!
Pongo toda mi confianza en Ti.
De mi debilidad todo lo temo,
pero todo lo espero de tu bondad.

A tu Corazón confío... (petición).

¡Jesús mío!, yo cuento contigo,
me fío de Ti, descanso en Ti.
¡Estoy seguro en tu Corazón!

CUANDO VEO UN AMIGO, ME VEO A MI MISMO...



Cuando veo un amigo, me veo a mi mismo

        Un amigo, un amigo real, alguien a quien amamos y en  quien confiamos, nos va  a decir todas las cosas que no queremos saber acerca  de nosotros.

        Un amigo nos dice cuando tenemos la razón y nos ayuda a comprender cómo podríamos estar equivocados.

        Un amigo vociferará y gritará, pero cuando le  necesitamos, él ( ella ) está ahí.

        Un amigo es alguien a quien no le podemos mentir.

        Conoce nuestros secretos y los mantiene en confianza.

        Un amigo nunca juzga, pero nos hará saber cuando lo estamos haciendo "otra vez".

        Un amigo ve nuestros errores y, sin encubrirlos, nos maneja en otra  dirección.

        Un amigo nos empuja, nos da empellones y nos conduce muy duro.

        Solamente cuando pensamos que ya no podemos más, nos arranca  las vendas, nos parcha y comienza a empujar de nuevo.

        Un amigo siempre dice cosas que no tienen sentido hasta que escuchamos a un extraño decir lo mismo.

        Un amigo es alguien a quien podemos mirar y vernos a nosotros mismos y saber que realmente vamos a estar bien.

        "Cuando veo a mi amigo, me veo a mí mismo".

RECETA PARA LA SALUD EMOCIONAL


Receta para la salud emocional

1. Enfrente de a uno por vez los problemas que le causan tensión emocional, y haga una cosa por vez.

2. Haga lo mejor que pueda en cada situación de estrés, y luego deje de preocuparse por ella.

3. Sea positivo y exprese sus sentimientos con honestidad.

4. Trate a los demás con el respeto que espera para usted mismo.

5. Tome conciencia de sus necesidades, en lugar de dejar que se la dicten los otros.

6. No contemple a su vida como algo cerrado; considere que siempre hay alternativas.

7. Elija sentirse bien y contento.

8. Tome distancia de sus problemas. Piense en qué pensará de sus problemas de hoy dentro de un año, cinco años, una década.

9. Adopte una perspectiva humorística, de modo de ver sus problemas de manera más objetiva y poder reírse de ellos.

10. Viva en el presente.

DIOS TE NECESITA

Autor: P. Mariano de Blas LC | Fuente: Catholic.net
Dios te necesita
Cada día te vuelve a recordar que tiene necesidad de tu tiempo, de tus cualidades, de tu persona.
 
Dios te necesita

Dios te necesita, porque ha querido necesitarte, y, porque te necesita, te lo está pidiendo desde el día que te llamó por tu nombre.

Cada día te vuelve a recordar que tiene necesidad de tu tiempo, de tus cualidades, de tu persona. Sin falsa soberbia, con humildad verdadera, entiende que, si Dios te necesita, lo mínimo que debes hacer es ponerte a su entera disposición; le debes tanto, le has costado tanto, que tu gloria consiste en corresponderle un poco; y debes sentirte tan humildemente grande, tan profundamente feliz de poder ayudar a un Dios Todopoderoso y en una tarea eterna.

Es como si Dios te pidiera ayuda para mover una estrella, para componer una galaxia; más que eso, es para salvar un alma inmortal que vale más que todas las estrellas y galaxias juntas.

Tú le ayudas a Dios; y, si no le ayudas, Él no puede, no puede solo. Dile con profunda convicción: “Aquí están mis manos, aquí están mis pies, aquí está mi lengua, déjame ayudarte, Creador de mundos; enseguida vengo a echarte una mano, Redentor de las almas”.


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  • P. Mariano de Blas LC